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viernes, 26 de febrero de 2021

Tinkunaco 0238/21 - Re: Boletín diario del Portal Libertario OACA

 

Boletín diario del Portal Libertario OACA

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  • [Vídeo] Albert Camus, el hombre rebelde y los anarquistas
  • Golpe de Estado en Galicia
  • Aprender a ser: Entre la subjetividad y la intersubjetividad
  • Normalidad y libertad bajo la lente de la hegemonía y la tradición
  • Una pluma incontrolada ataca de nuevo a Antonio Martín Escudero
  • Ni enfermar ni morir, trabajando en el IES Felipe II
  • "Bugambilia", Fanzine anarco-feminista queer de la Colectiva Brotar. Números 1 y 2
  • El marxismo como sociología burguesa - Murray Bookchin

[Vídeo] Albert Camus, el hombre rebelde y los anarquistas

Posted: 25 Feb 2021 10:04 AM PST

Albert Camus fue un hombre lúcido y honesto; a diferencia de muchos otros intelectuales de su tiempo, denunció la represión en cualquier régimen y en cualquier ideología. Es posible afirmar sin reservas que la evolución política de Camus le acercó a los anarquistas, entre los cuales era muy respetado.

Camus siempre denunció los desmanes del socialismo autoritario, algo que le supuso una gran disputa con otro gran autor, Jean-Paul Sartre. Esta controversia, que tuvo su momento álgido con la publicación de una devastadora crítica de 'El hombre rebelde' en Les Temps Modernes, realizada por Francis Jeanson (discípulo de Sartre), supuso una división en la intelectualidad durante mucho tiempo. Sartre no parecía creer en una tercera vía, a pesar de que sí reconoció las atrocidades del estalinismo, o se estaba con la URSS o con el capitalismo, el cual sumía a la mayor parte de la humanidad en la pobreza, la ignorancia y la explotación. Camus, que era igualmente socialista, se mantuvo siempre fiel a un humanismo y nunca justificó medios inicuos ni dictadura alguna.

https://www.youtube.com/watch?v=-29TABq11sM

Capi Vidal

http://reflexionesdesdeanarres.blogspot.com/


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Golpe de Estado en Galicia

Posted: 25 Feb 2021 09:52 AM PST

La propuesta de reforma de la ley autonómica de salud pública de Galicia, la ley 8/2008 del 10 de julio, que está en trámite por vía de urgencia en el parlamento gallego, supondrá un antes y un después en caso de ser finalmente aprobada. Su entrada en vigor habilitará a la Xunta para que pueda restringir e incluso suspender derechos y libertades fundamentales recogidos en la constitución española sin necesidad de una emergencia sanitaria, así como tampoco de un estado de alarma, de excepción o de sitio. A continuación exponemos las principales consecuencias de esta ley.

En el plano económico las medidas preventivas que esta ley contempla afectan a restricciones como la suspensión del ejercicio de actividades o el cierre de empresas o de sus instalaciones, además de la incautación o inmovilización de productos. Entre estas medidas también están las limitaciones de aforo y de los horarios de apertura o cierre de establecimientos, a lo que cabe añadir otro tipo de regulaciones acerca de cómo deben desarrollarse las relaciones en el ámbito laboral así como de cara al público (distancia social, el uso de mascarilla, otras medidas, etc.). No es definido el criterio en función del que se tomarían estas decisiones más allá de la existencia de indicios o simples sospechas. Se trata de una vulneración del derecho de propiedad, del derecho al trabajo y a la libre empresa recogidos en los artículos 33, 35 y 38 de la constitución. También rompe con el principio de seguridad jurídica del artículo 9 de la constitución, algo que, dicho sea de paso, es la tónica general en este texto legislativo.

Asimismo, la ley habilita a las autoridades autonómicas para imponer la obligación de suministrar datos personales para la identificación de las personas o asistentes a actividades y eventos de naturaleza social, lo que afecta a todas las reuniones entre personas en todos los ámbitos debido a la falta de concreción de la propia norma. Esto incluiría encuentros entre familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, amantes, etc. Juntamente con esto la ley hace una mención expresa a los establecimientos abiertos al público, y consecuentemente los servicios que pueda prestar una empresa, tal y como podría ocurrir en el caso de bodas, comidas, cenas, fiestas, banquetes, etc., así como comercios de todo tipo, lo cual exigiría la identificación de todos los asistentes con la recogida de sus datos personales y de contacto. Sin embargo, no son definidos los mecanismos que serían utilizados para gestionar y almacenar la información recabada, y asegurar que no recibiese ningún uso diferente al establecido por la propia ley. Además, tal y como estipula la ley, la administración autonómica podrá ordenar a los ciudadanos la prestación de servicios personales sin ningún tipo de contraprestación, así como reservarse cualquier otra medida que considere oportuna y que no es especificada.

En el ámbito sanitario la ley habilita a la Xunta para imponer medidas de carácter preventivo que impliquen el reconocimiento, tratamiento, hospitalización o control de las personas a partir de meras sospechas. No es concretado ni determinado quién y cómo se hace una evaluación de los posibles riesgos para la salud pública que habiliten la aplicación de las medidas contempladas. Estas medidas incluyen el control de personas enfermas con su aislamiento en su domicilio, internamiento en centro hospitalario, o el aislamiento o internamiento en otro lugar adecuado para tal fin. Esto último, el internamiento forzoso, abre la puerta a la creación de centros de internamiento que perfectamente podrían desembocar en la aparición de campos de concentración. Se trata de una disposición que viola el derecho a la libertad personal recogido en el artículo 17 de la constitución, además del derecho a la tutela judicial efectiva del artículo 24. Según las leyes en vigor en el Estado español nadie puede ser encerrado contra su voluntad sin haber cometido delito alguno. Cabe añadir que estas disposiciones significan la restricción de la libertad de residencia y de circulación recogida en el artículo 19 de la constitución.

Juntamente con este tipo de medidas la ley contempla la posibilidad de someter a las personas enfermas al tratamiento que las autoridades consideren adecuado en contra de la voluntad del paciente, lo que implica el uso de la fuerza física o de medios químicos para ejecutar este tipo de medidas. Estas disposiciones son una violación de la autonomía del paciente recogida en la ley 41/2002 del 14 de noviembre, así como en el convenio internacional de biomedicina de Oviedo de 1997 y en la declaración de París de 2005 sobre biomedicina y experimentación asumida por la UNESCO. Todo esto se complementa con otras medidas coercitivas que incluyen el control de quienes estén o hayan estado en contacto con personas enfermas, lo que puede conllevar cuarentenas en su domicilio o en otro lugar adecuado para tal fin. El criterio utilizado en estos casos es el de la mera sospecha.

En general, la reforma planteada por el PP implica una permanente vulneración de la autonomía del paciente. Un ejemplo más de esto es su sometimiento a observación o a medidas de vigilancia de su estado de salud, así como al examen médico o a pruebas diagnósticas tanto en casos de personas que puedan presentar síntomas compatibles con la enfermedad transmisible de la que se trate, como de personas de las que existan indicios por los que puedan suponer, a juicio de las autoridades, un riesgo de transmisión de la enfermedad. En ningún caso se concreta con claridad el criterio que conducirán las intervenciones médico-sanitarias. Tampoco hay una definición y clarificación de lo que se entiende por riesgo inminente y extraordinario, lo que dota a las autoridades de un elevado grado de discrecionalidad a la hora de tomar decisiones, y por tanto facilita la arbitrariedad. Tampoco es definido un criterio claro acerca de cómo diferenciar a las personas enfermas de las personas sanas, ni mucho menos las pruebas o procedimientos en función de los que establecer dicha distinción. Asimismo, la posibilidad de imponer medidas profilácticas, como tratamientos o la vacunación obligatoria, son contempladas en esta ley, lo que, una vez más, supone una flagrante vulneración de la autonomía del paciente y de los principios éticos que definen los códigos deontológicos de la medicina. Con todo esto se violan las leyes y convenios internacionales antes citados.

La mencionada reforma contempla la posibilidad de establecer controles a escala masiva sobre zonas geográficas concretas mediante el establecimiento de la limitación o restricción de la circulación y movilidad de las personas en aquellas áreas consideradas zonas afectadas que, a juicio de las autoridades, requieran medidas sanitarias de control. Esto también incluye lugares o espacios concretos dentro de dichas áreas, además del establecimiento de toques de queda a través de restricciones horarias a la circulación, lo que constituye una vulneración del artículo 19 de la constitución. Además, estas medidas también incluyen los cierres perimetrales y la restricción, e incluso suspensión, del derecho de reunión recogido en el artículo 21 de la constitución. De esta forma la ley permite restringir las reuniones tanto en espacios públicos como privados entre personas no convivientes. La ley no especifica con claridad el criterio para establecer este tipo de medidas como tampoco es especificada su temporalidad, razón por la que podrían convertirse en medidas permanentes.

En otro lugar la reforma contempla el uso de nuevas tecnologías para el control de la población. Esto es lo que sucede, por ejemplo, con la creación y desarrollo de sistemas de información y aplicaciones para dispositivos móviles para disponer de datos con los que rastrear a las personas a través de la identificación de contactos. Entre estas medidas también está la monitorización de los movimientos de los usuarios de estas aplicaciones gracias a la geolocalización, además de la identificación de personas que sean consideradas un riesgo para la salud pública. La ley no establece en ningún caso los mecanismos mediante los que sería tratada y almacenada la información recabada, lo que atenta contra el derecho a la intimidad de las personas recogido en el artículo 18 de la constitución.

Para implementar esta ley se contemplan tres medidas fundamentales. La primera de ellas es la posibilidad de someter a un mando único a todos los funcionarios de las diferentes administraciones, incluidas las policías, que adoptarían así la condición de autoridad sanitaria para la ejecución de las disposiciones que recoge la ley. Cabe apuntar que algo así habilitaría a funcionarios que nada tienen que ver con el ámbito sanitario para tomar decisiones muy graves sobre los derechos y libertades fundamentales.

La segunda es un régimen sancionador que establece multas que ascienden hasta los 600.000 euros para aquellas personas que incumplan las medidas adoptadas por las autoridades sanitarias contempladas en esta ley. Estas sanciones se dividen en tres categorías (leves, graves y muy graves), pero en ningún caso es establecido un criterio claro que diferencie el grado de gravedad de las infracciones. En cualquier caso la propia ley manifiesta una clara y evidente naturaleza represiva al ser objeto de castigo el ejercicio de derechos fundamentales recogidos en la constitución. Huelga decir que la palabra sanción aparece en 79 ocasiones en este texto legal.

Y la tercera es la supresión del procedimiento administrativo. Con ella queda eliminada la tramitación de expediente, lo que elimina la audiencia ante un juez y, por tanto, el derecho a la defensa. De esta manera el juez se limita a ratificar las medidas de la administración, y se regresa así a una situación semejante a la que existía durante el franquismo con las sanciones de plano, que consistían en multas que la administración imponía sin expediente previo y sin audiencia. En este caso con el agravante de que la supresión del procedimiento administrativo no sólo afecta al proceso sancionador sino también a la suspensión de derechos y libertades fundamentales.

La ley no sólo restringe sino que suspende los derechos fundamentales y las libertades públicas. Sin embargo, la restricción o suspensión de estos derechos y libertades son competencia del gobierno central junto al Congreso según los casos dispuestos por la propia constitución. Estos son, a efectos de suspensión, los estados de excepción y de sitio (art. 55 CE), y, a efectos de restricción, los estados de alarma (art. 116 CE y la ley orgánica 4/1981 del 1 de junio). Los derechos y libertades que esta ley suspende, o restringe significativamente, de forma ordinaria y sin ninguna limitación temporal, son la libertad personal (art. 17 CE), la libertad de culto e ideológica al restringir el derecho de reunión (art. 16 CE), el derecho a la intimidad e inviolabilidad del domicilio (art. 18 CE), la libertad de residencia y circulación (art. 19 CE), el derecho de reunión (art. 21 CE), el derecho a la tutela judicial efectiva (art. 24 CE), el derecho a la propiedad (art. 33 CE), el derecho al trabajo (art. 35 CE) y la libertad de empresa (art. 38 CE). Esto significa que la Xunta asumiría unos poderes que no le corresponden, lo que en la práctica es un golpe de Estado.

Además de lo antes expuesto la ley produce gran inseguridad jurídica al basar en meras sospechas la mayoría de las medidas que contempla. Tampoco define un criterio claro para la aplicación de estas medidas, y brinda así a las autoridades un elevado nivel de discrecionalidad en la toma de decisiones, lo que conllevaría, asimismo, la implantación de la arbitrariedad como norma general en el trato de las autoridades con la población. A esto hay que añadir la indeterminación de muchas medidas que son contempladas, e igualmente la indefinición de conceptos que son utilizados para adoptar estas medidas como son los de riesgo y urgencia, y que se prestan a una valoración subjetiva. Esta ley abre así la puerta al establecimiento de un régimen de terror en el que toda la población estaría a merced de unas autoridades provistas de poderes extraordinarios que podrían utilizar discrecionalmente y sin restricción alguna, y cuya única limitación serían los medios materiales y organizativos de los que dispusiesen. En nombre de la salud pública son suspendidos de forma permanente los derechos y libertades fundamentales, lo que no sólo contraviene el ordenamiento constitucional sino también cualquier principio del derecho natural.

A tenor de todo lo hasta ahora expuesto la mencionada ley puede ser considerada con toda justicia una declaración de guerra contra la sociedad, contra sus derechos y contra sus libertades, lo que exige una respuesta popular firme y contundente contra las instituciones que impulsan esta iniciativa, así como contra sus responsables políticos. Una respuesta que exige la máxima vehemencia y determinación en todos los ámbitos, y muy especialmente contra quienes traten de aplicarla si finalmente es aprobada y entra en vigor.

(NOTA: este artículo fue publicado el 19 de febrero de 2021. El 23-F de este mismo año 2021 esta propuesta de reforma fue aprobada en el parlamento de Galicia. Es el momento de que la sociedad gallega se ponga en pie y luche contra este atropello sin precedentes)

Esteban Vidal

https://cienciapolitica.site/


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Aprender a ser: Entre la subjetividad y la intersubjetividad

Posted: 25 Feb 2021 09:47 AM PST

Para aprender a ser, la maestra y el maestro se pueden preguntar ¿Cómo soy realmente?¿Cómo creo que debo ser? ¿Cómo me ven los demás? ¿Cómo quiero ser y hasta donde puedo cambiar? ¿Porqué no puedo ser como yo quisiera? Cada vez que se proponen cambiar en algo, se enfrentan a un problema muy difícil: tienen que reconocer que no son la persona que quisieran, y que la gente tiene ideas muy diferentes de cómo son. Y la verdad es que ni son lo que la gente ve, ni son lo que quisieran; a veces, sólo son lo que pueden. Y otras veces, ni saben por que hacen cosas que no quieren.

En su interior, a veces escogen ser como quieren, aunque se metan en graves problemas. Otras veces se la llevan más tranquilamente, y hacen lo que deben. Pero en su pensamiento, los sueños siempre llevan más lejos: a veces con metas claras de que tipo de personas quieren ser; y otras veces, no saben que quieren, pero pueden explicar muy bien que es lo que no quieren, lo que ya no soportan y se deciden a cambiar, aguantan la incertidumbre y la angustia del futuro, buscando algo mejor.

Desde que el docente se constituye como sujeto, hay una tensión entre el deseo y la realidad. Los sueños se van formando sin pedir permiso a la lógica y la realidad marca condiciones muy específicas a los proyectos de vida que se van formulando y transformando conforme las condiciones objetivas lo permiten. Afortunadamente los sueños mueven poderosas fuerzas capaces de transformar las realidades mas tercas.

Desde la elección que se realiza para entrar a trabajar en el magisterio, se va construyendo un proyecto de vida singular: la maestra y el maestro se colocan en medio de las expectativas de mucha gente que los imaginan de acuerdo a sus deseos e intereses, dentro de un imaginario colectivo, lleno de construcciones idealizadas, de estereotipos, de ideales, de prejuicios.

Los alumnos se mueven entre el deseo de saber y la ley del mínimo esfuerzo, para acreditar sus estudios; algunos socializan con el docente su problemática, pero tienden a verlo más como la figura paterna de la que carecen o tienen fragmentada. Esto los coloca dentro de relaciones de dominación asumidas por que les parece lo más natural, o les resulta más cómodo, o la presión social los coloca ahí sin escapatoria posible.

Las madres de familia sueñan a la escuela como el único patrimonio posible a heredar a sus hijos: la escuela como factor de ascenso social sigue atrayendo a las madres y padres, aunque cada vez es menor el número de quienes lo logran. En México, de cada 1000 alumnos que ingresan a la primaria, sólo 4 alcanzarán a titularse en Licenciatura. Sin embargo, el grado de escolarización que alcancen los estudiantes, determina fuertemente su vida, su autoconcepto y las habilidades que desarrollen.

Entre los docentes, se entrelazan diferentes culturas laborales: desde los que vienen de la industria, el comercio, diferentes profesiones o los que egresan de la Normal o la Universidad y trabajan por primera vez. Algunos se asumen como trabajadores intelectuales y otros como apoyos o guías de los alumnos. Pero la diversidad de capitales culturales también dificulta el compartimiento de conceptos y prácticas.

Al entrar al aula, la subjetividad del docente permea de forma determinante toda su práctica en dos niveles: desde lo racional, con su capital cultural, su formación, sus propósitos explícitos: trata de enseñar saberes. Trata de trabajar con sus estudiantes conforme a los parámetros del discurso oficial; desde la educación por competencias: investiga cómo llenar los nuevos formatos, como apropiar el discurso impuesto en aras de conservar su trabajo sin ser molestado. Se interesa ahora por desarrollar sus competencias para  aprender a conocer, hacer, convivir y ser.

En otro nivel, desde lo inconsciente, su subjetividad es determinante: actúa movido por lo emocional, pero sin razones claras, sin argumentos consistentes, se mueve sobre la base del deseo, la intuición, el prejuicio, realiza elecciones sin tener claro por qué, pero con una carga emocional poderosa: por su voluntad, por que le parece lo mejor, y si se le cuestiona, puede decir, por que “se le da la gana”.

Desde la reproducción de las jerarquías, en el salón, el amo es el docente y su palabra es la ley. A veces, dentro de un contexto normativo que lo legitima y establece normas de convivencia claras, el grupo logra la productividad, pero el poder no lo quiere compartir con los alumnos o los padres de familia. En cambio, en otras experiencias, los docentes actúan movidos por lo subjetivo y bajo su criterio personal transgreden las normas, realizan elecciones basados en sus intereses o de plano, desarrollan la cultura de la simulación y se adaptan a cualquier contexto laboral sin ser removidos, pero sin aportar al proyecto institucional. La puntualidad, la entrega de formatos, el control del grupo y la obediencia adquieren entonces una sobrevaluación, ya que son visibles para la comunidad escolar. Pero las prácticas pedagógicas, el esfuerzo por preparar sus clases y la atención a sus estudiantes, no son tan visibles cómo los otros referentes de la comunidad escolar.

Aunque la subjetividad del docente ha sido menospreciada, tiene una complejidad que marca de maneras contradictorias entre lo que piensa el docente, lo que dice y lo que hace. En otros términos, hay una construcción ideológica amorfa, los docentes retoman conceptos de varios autores de manera ecléctica y al procesarlos en sus discursos o en su comunicación cotidiana, les dan significados diferentes y hasta contrapuestos a lo que pretenden comunicar.  Al tratar de trabajar con los estudiantes, los contenidos académicos pierden peso en comparación con los mensajes que los acompañan: corporales, actitudinales, conceptuales, emocionales, ideológicos o filosóficos.

Por ejemplo, para la construcción de la ciudadanía en los estudiantes desde las prácticas escolares, la Secretaria de Educación Pública (SEP) desde el discurso plantea la democracia como una forma de vida, pero en los hechos, la democracia es un consenso generado en torno al sometimiento del sujeto a diferentes estructuras; desde la económica, política y sexual; hasta el lenguaje, el inconsciente y la religión: para las autoridades, democracia significa poder escoger tu trabajo, (donde no se puede escoger el salario), votar por los candidatos que decidas (que luego serán verdugos sin posibilidad de remoción), decidir una orientación sexual que legitima la obtención de un placer (que en realidad son estereotipos que tratan de contener y uniformar la eterna búsqueda del orgasmo), la vana ilusión de escoger como se habla (y terminar siendo significado por lo que dijeron otros con esas palabras, en otros contextos), el respeto al otro para convivir desde la igualdad, (pero ¿cómo se respetará al otro cuando ni siquiera hay respeto a sí mismo? ... el sujeto perdió la dignidad en su inserción social en diferentes jerarquías, tiene en lo mas profundo de su inconsciente, la idea de ser gobernado para estructurarse en el Orden) y por último, la religión: se habla de libertad de cultos como un derecho en la democracia, pero los sujetos que se constituyen por fuera de la religión son perturbadores: le dan un sentido a su vida sin Dios. Renunciar a la idea de un Dios-Padre todo poderoso deja en la orfandad a sujetos heterónomos que son adictos al castigo y encuentran en el infierno su único límite; han construido una fantasía donde pueden lavar sus culpas para esconder su falta de ética. (pero en la democracia se puede escoger el “poder superior”, hay modelos para todos los gustos, desde el “castigador”, apoyado por un purgatorio y un infierno; hasta el “alcahuete”, que cuida a los ladrones, asesinos y narcos, auxiliado por San Judas Tadeo.)

Así en una rápida mirada, podemos ver como los procesos sociales de subjetivación, producen sujetos fragmentados, que tratan de cubrir sus necesidades materiales y emocionales desde su trabajo como maestros, que tratan de darle un sentido a sus vidas, apoyándose en la política o la religión, que llevan sus pasos a los poderosos, cuyo único mandato es reproducir las relaciones de dominación a cambio de la promesa de ser “minijefes”: les dicen “para saber mandar, primero hay que saber obedecer”; así que insértese en las relaciones de dominación o lo insertamos con la suficiente violencia para vivir aterrorizado. Lo más cómodo, es aceptar el minifeudo del salón de clases, para ejercer la violencia simbólica, emocional, sexual, política, física, verbal e ideológica. Con este proceso, parece que el currículum oculto de la institución escolar se volviera explícito, pero desafortunadamente no es así: el autoengaño alcanza niveles delirantes; desde la líder magisterial, Elba Esther Gordillo, que se siente imprescindible y queda en ridículo el día del maestro por no poder leer una palabra, hasta el más humilde maestro interino que castiga a los alumnos “por su bien”, y que todavía escucha de algunas madres de familia, “dele unos golpes si no lo obedece maestro” y tiene fama de ser un buen maestro, por que es “muy estricto”.

Estas deformaciones que impregnan la docencia, en una maniobra de ocultamiento y complicidad, son naturalizadas por las autoridades educativas, son escondidas en el closet, en la batalla virtual por “los mejores resultados”. La eficiencia busca elevar los índices de aprovechamiento, aunque tenga que recurrir a la simulación, a “valores entendidos”, a la memorización descarada de las claves de los exámenes, para presumir su escuela como “la mejor de la zona”, mientras la subjetividad de los docentes comparte cada vez más significados decadentes, mientras se socializa la mediocridad, la deshumanización y la hipocresía.

Dentro del contexto particular de la institución escolar, se ha minimizado la influencia de la subjetividad del docente en su práctica cotidiana. Las autoridades educativas y políticas, han implementado reformas tendientes a convertir en simples operarios de planes y programas de estudio a los docentes.  Pero la resistencia de los docentes es ambivalente: aunque rechazan las relaciones de dominación de la institución escolar, las reproducen y amplían entre ellos, con los estudiantes y con las madres de familia.

En la sociedad en general y la escuela en lo particular; la jerarquía se ha naturalizado y el docente acepta la dominación, en tanto eso le posibilita dominar a otros. Pero también se resiste; su constitución como sujeto, depende de la construcción de su singularidad ante los otros. Ser diferente requiere un proceso de formación que rompe sus estereotipos, que le produce angustia: la incertidumbre de lo nuevo lucha contra la insatisfacción de sus prácticas en el aula, en sus relaciones con los otros, y lo más doloroso, en su subjetividad personal.

En las relaciones entre los sujetos de la comunidad escolar, las relaciones de dominación están internalizadas por los sujetos a tal grado, que ya les parece imposible vivir sin ser dominados y sin dominar a otros. Además, en las relaciones sociales, los sujetos de la comunidad escolar están en la  búsqueda de status y estilo, como una forma de insertarse en las relaciones de dominación desde la imagen, desde el cómo quieren ser vistos, para materializar su deseo en una realidad artificial que nos ofrece la sociedad de consumo.

Y por otro lado, un aspecto que se analiza poco, pero tiene una fuerza poderosa: la libido como factor de conformación de la intersubjetividad entre los docentes y la comunidad escolar; insertada en una falsa erotización de la vida social, que ofrece el sexo como una mercancía a consumir, para sustituir la relación interpersonal, que no le deja ganancia al empresario.

La constitución del sujeto docente está pensada de manera formal en el currículum en las diferentes instituciones escolares por las que transita en su vida, pero su construcción es compleja y variada; el discurso oficial es atravesado por la interacción con otros sujetos, el currículum oculto en las relaciones de dominación al interior de la institución escolar y al exterior, en la familia, los mass-media, la iglesia, los partidos políticos y las estructuras económicas. Todas estas relaciones sociales contradictorias producen problemas analizadores: se buscan culpables ad hoc, se tergiversan las causas, se criminaliza al sujeto; para ocultar los dispositivos institucionales que posibilitan la construcción de la subjetividad como el conjunto de procesos que constituyen al sujeto.

“Los procesos subjetivos son de muy diversa índole: las representaciones, las fantasías, el deseo inconsciente y sus vicisitudes, las identificaciones, los vínculos intra e intersubjetivos, las transferencias, las formaciones del inconsciente... que van conformando la realidad psíquica (Freud, Kaës) y constituyen al sujeto dentro de un  orden cultural simbólico sumamente complejo.”[1]

En la realidad cotidiana del salón de clases, se mueven diferentes motivaciones, que llaman la atención por ser minimizadas, ocultadas, disfrazadas, silenciadas o reprimidas; pero resurgen con tal fuerza, que acaban imponiéndose de hecho, al deber ser del magisterio, explicitando dimensiones oscuras de la educación, con tal claridad que resultan perturbadoras: el abuso sexual, el hostigamiento, la infidelidad, la lucha por el poder, la micropolítica escolar, la solidez de las mafias magisteriales, la resistencia al cambio, la crisis existencial, las compras compulsivas, la vanidad, la frivolidad, la reproducción de relaciones de dominación naturalizadas hasta la náusea y la inseguridad ante una sociedad que cambia vertiginosamente.

Me parece que es necesario hablar más de lo escabroso, ya que muchos fenómenos en la institución escolar tienen una influencia desconocida en los resultados actuales del aprovechamiento escolar. Si desde los cursos básicos de capacitación (CBC), desde las vertientes de carrera docente y carrera magisterial se propone un modelo de docente concebido como un trabajador intelectual que necesita volverse un investigador educativo para mejorar su práctica docente, es conveniente revisar por que hay tantos obstáculos para llegar a esta meta.

El maestro construye su subjetividad dentro de una dinámica social poderosa que no le deja muchas opciones, para poder resistirse y liberarse.

Me parece que el primer problema que hay que abordar son las relaciones de dominación. Desde la dimensión económica, la globalización del neoliberalismo nos lleva a una división mundial del trabajo, donde las relaciones de dominación nos anulan como sujetos y nos ofrecen imágenes virtuales para consumir.

Instalados en la productividad, el único placer posible es el consumir.  El dinero pasa a ser un analizador bastante claro de la subjetividad: desde su obtención hasta su uso, muestra lo ocultado por el magisterio: desde las compras compulsivas, las deudas que nunca se acaban, los prestamos para poder llegar al fin de quincena, hasta la angustia para que ya llegue el ansiado día de cobro.

El segundo problema es la búsqueda compulsiva de status: desde el afán de ser protagónicos y tener un estilo propio, que acaba por asimilar estereotipos, hasta la pertenencia virtual a una élite: ser intelectuales. El carisma pasa a ser reconocido por la imagen anhelada: de las modas a la elegancia. De la frivolidad, hasta el consumo de la sociedad del espectáculo, auxiliados por el Internet y las nuevas tecnologías en comunicación.

Y por último, el tercer problema soslayado es la falsa erotización de la vida social, donde la cosificación y mercantilización del sexo, ofrecen un placer virtual a todo mundo, en tanto que todos los sujetos pueden consumir productos acompañados de sus fantasías sexuales; así la televisión promueve el vouyerismo para la construcción de la subjetividad del magisterio, la vieja mercantilización de la imagen erótica de Hollywood, cobra nuevas dimensiones con el Internet, que ofrece “interactividad”: se pasa del sexo oral a la sexualidad comunicativa. La interacción “cara a cara” de la pareja es sustituida por el Whatsapp o Meet, que utiliza el lenguaje para excitar una posibilidad lejana, con otro tan distante que puede abrir sus secretos para compartirlos; el anonimato posibilita con el lenguaje una sexualidad virtual que pierde su encanto cuando se materializa en una cita.

Hay una falsa erotización nueva de la sociedad, pasando de la represión a la oferta electrónica, alterando las relaciones sociales y moviendo la fantasía desde el anonimato a la vida cotidiana. Desde los alumnos espiando en los baños a sus compañeras con las cámaras del celular, al chateo de maestras y maestros en las redes sociales como Facebook o Instagram.

Estos fenómenos sociales nos revelan una gran necesidad de contacto, comunicación y afecto entre los sujetos atomizados y alienados en el fenómeno educativo: la institución escolar es un gran campo de encuentro entre los otros que constituyen al sujeto, que le abren horizontes de posibilidades, en una eterna búsqueda de sí mismo que sólo resolverá de manera efímera en la docencia, ya que cada ciclo escolar, se verá confrontado con otras subjetividades, con relaciones cambiantes que mueven muchos deseos ocultos, inconfesables pero poderosos, sutiles pero enervantes, callados en el lenguaje, pero gritados por el cuerpo, materializados en las miradas huidizas, en el coqueteo cotidiano que tiene clara la represión social, pero juega sobre el filo de la navaja, a sentir un placer prohibido, que se disfruta disimuladamente, que pliega el afuera en sí mismo, que borra la dicotomía entre el interior y el exterior, y que le da a la subjetivación un movimiento especial; “... ese movimiento del pliegue del afuera hacia adentro en el que el individuo se constituye y se reconoce sujeto... donde el afuera se conecta con el deseo, con el lugar del sujeto, con el inconsciente, con ese entramado de atravesamientos que configuran a los sujetos.”[2]

Pero también, por la naturaleza del oficio magisterial, podemos encontrar la práctica de una herramienta poderosa para el cambio: la acción comunicativa. Esta propuesta de Habermas, no es suficiente, pero nos plantea condiciones imprescindibles para el desempeño de los docentes, como sujetos capaces del diálogo para llegar a acuerdos y entendimiento, sobre quiénes somos, qué hacemos y por qué lo hacemos. Analizar nuestra subjetividad nos posibilita construir una intersubjetividad más explícita, mas clara de nuestros errores, de nuestros deseos, de nuestras prácticas sociales y pedagógicas, que se revelan en el salón de clases como analizadores de nuestros secretos, de nuestro inconsciente que no descansa mientras estamos en clase, mientras se mueve el otro y afecta nuestros esquemas.

Los docentes en el esfuerzo por aprender a ser, tienen que cambiar su subjetividad: pueden significativamente cambiar sus vidas y las de sus estudiantes. Podemos resignificarnos desde el lenguaje, pero también desde la vida cotidiana: articular nuestros discursos pedagógicos a nuestra crisis existencial como sujetos que necesitan cambiar, para abrir horizontes donde hay mas preguntas que certezas.

La propuesta es sencilla: cambiar desde uno mismo, para encontrarnos con otros sujetos y socializar este esfuerzo.

Muchos docentes exploran diferentes posibilidades de hacer las cosas. La creatividad aplicada a la problemática cotidiana propone y experimenta diferentes acciones. Se pueden desarrollar las opciones de aprender para enseñar, de transformación personal con arreglo a fines, de elegir diferentes medios de acuerdo a los fines deseados; de transitar de la teoría a la práctica para innovar y considerar nuevas opciones, de experimentar, explorar, contrastar, valorar y corregir.

En fin, todas las posibilidades reales que tiene el docente de transformar su práctica en el mejor sentido: poder mejorar. Claro que el contexto nos plantea varias problemáticas: los límites institucionales, la carencia de recursos, la falta de horizontes, o la estrechez de objetivos. Desde lo personal, lo escolar y lo social, múltiples obstáculos aparecen. Pero la pregunta analizadora podría ser ¿Qué más podemos hacer? La posibilidad de hacer, encuentra en la creatividad su primer límite.

Realmente nunca sabremos qué tanto podemos ser y hacer, mientras no lo intentemos. Pero en cada intento, aprendemos a ser.

Braulio Alfaro Lemus

Notas

[1] Ramírez Grajeda, Beatriz y Anzaldúa Arce, Raúl E. Subjetividad y relación educativa. UAM-Atzcapotzalco, 2005, México. pp. 7-19.

[2] Ídem, pp. 20-21.


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Normalidad y libertad bajo la lente de la hegemonía y la tradición

Posted: 25 Feb 2021 09:39 AM PST

El recurso más utilizado por quien pretende defender una opinión, acto o creencia suele ser la libertad. Y este es uno de los argumentos más básicos de los que una persona, grupo o estamento debería disponer y ejercer sin mayor lugar a la duda. La cuestión empieza a tomar un cariz diferente cuando interesa obviar el origen de las cosas y colarle una pieza forzada e incuestionable al puzzle de nuestra realidad en nombre de la libertad.

Ocurre que de un origen olvidado o desconocido en la noche de los tiempos nace la tradición para, en su etapa adulta, convertirse en hegemonía. Esta figura tan resistente a los tiempos y tan poco cuestionada condiciona una de las más variables y personales (aunque también una de las más sesgadas) formas de libertad, que no es otra que la normalidad. Cuando se utilizan imágenes religiosas en un centro público, de todos, inclusive en un contexto donde la razón de ser del mismo es la más rigurosa de las ciencias (véase, la medicina), se está ejecutando un acto hegemónico sobre la normalidad de todos.

Cuando algo que pertenece a la más íntima espiritualidad y creencia individual se exhibe bajo el amparo de grupo imperante, se está cebando interesadamente lo heredado, lo instaurado, lo tradicional, lo no cuestionable, aquello que sigue defendiendo una ridícula dicotomía de bien y mal (solo dos opciones), aquello donde el silencio es un sí, lo enseñado a la fuerza durante décadas, que no acepta la integración de la alternativa porque no está de acuerdo con la suya, porque roba protagonismo a la suya, porque le parece ofensiva, porque la acompleja, le hace sentir insegura, con la posibilidad de la pérdida de la hegemonía y de una transformación de la normalidad, aquella que debe ser propiedad de una persona en sí misma, donde poco tienen que ver la colección de lastres recién mencionados.

Volvamos al inicio e imaginemos ese puzzle, esa realidad social, que debe ser construida y amoldada a nuestra forma, a nuestra actualidad y conocimiento, a nuestra propia conciencia, en definitiva a nuestra imagen y semejanza, no a la imagen y semejanza de una entidad o personalidad hegemónica.

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Una pluma incontrolada ataca de nuevo a Antonio Martín Escudero

Posted: 25 Feb 2021 09:28 AM PST

Justificación ante las infamias

Resulta paradojico que determinada prensa madrileña partidaria de la abolición del anteproyecto de la Ley de Memoria Democrática de septiembre de 2020,  venga ahora a reabrir la Causa General franquista sacando los espantajos de siempre con martires y seudo martires, dejando en el tintero a los multiples sacerdotes archiconocidos que con pistola al cinto bendecían los fusilamientos de republicanos, o que cristianamente cobraran a las familias el tiro de gracia de su deudo a domicilio.

La misma prensa que ahora contrata a plumas mercenarias que son las encargadas de lanzar todo tipo de mentiras e improperios sobre la memoria de determinados personajes asesinados en su caso por gentes de ERC y de Estat Catalá, como lo fue Antonio Martín Escudero en una emboscada en Bellver.       

Por otra parte también inquieta que todo un doctor en filosofía, profesor de sociología política, especializado en el análisis del poder, según Wikipedia, se meta a  provocador, en su caso en provecho de su trasnochada ideología política, tiene a gala ser carlista, o pensando que el estar en plantilla de la Universidad Abad Oliva CEU de inspiración católica, le permite tener las licencias necesarias para calumniar y mentir en beneficio de su causa, se trata del contravertido profesor Javier Barraycoa.     

Autor al que nos negamos a hacer publicidad de sus numerosas y “singulares” obras  “históricas” o fundador y presidente de Somatemps un colectivo considerado como alineado a la extrema derecha y al rancio nacionalismo español,  que tiene como meta   defender la catalanidad hispánica en un intento por renovar la actual charca catalana, pero mirandose en el espejo de su antónimo el Institut Nova Historia. Otra de la aficiones del personaje es la de engordar su curriculo afirmando ser fundador de Sociedad Civil Catalana (SCC),  “medalla” que dicha institución le niega.

Pero más perturbador resulta observar como un doctor universitario utiliza títulos literarios ajenos sin citar el auténtico al haberlo plagiado, o que tras su cruzada al haberse autoproclamado martillo de herejes nacionalistas catalanes tenga ahora la osadía de meterse con el libertario Antonio Martín Escudero con argumentos plagiados de sus denostados herejes catalanes que han sido los que los han estado utilizando durante décadas.

Motivo por el cual se llega a la conclusión simple de que el ilustre doctor se dedica a leer y  a reutilizar los escritos de sus herejes predilectos, se supone que al no tener la capacidad necesaria para ponerse al día sobre lo publicado por otros autores ajenos a dicha ideología soberanista. De haberlo hecho así habría descubierto que la misma historia ya estaba publicada en 2018, con su documentación correspondiente reproducida que desmiente en todo lo publicado por unos y por él mismo ahora. Documentación que cualquier mortal ilustrado puede consultar en Puigcerdá, justamente en el mismo lugar del que ahora ha sacado la historia que airea en el diario La Razón, en su apartado Memoria e Historia, al que evidentemente ha tomado el pelo al haberlo convencido que su trabajo era un gran hallazgo historiográfico[1].

El actual divertimento de Barrayoca lleva por título: “El Cojo de Malaga o el Durruti de la Cerdaña”. Título que ha fusilado sin rubor de otro hecho popular en parte por los  presentes autores[2], y por lo visto convencido de haber descubierto un auténtico filón de genocidios. Tema al que ya nos tiene acostumbrados en otros trabajos suyos en los cuales se ha dedicado al noble deporte de la lista exhaustiva como medio propagandistico eficaz de su ideología.    

Bebiendo en fuentes envenenadas

Sin embargo su trabajo presente adolece de un gravísimo pecado original, ya que sus tres fuentes principales de conocimiento son otros tantos conocidos nacionalistas catalanes, como fueron o son, según el caso, Francesc Viadiu (Delegat d´ordre Públic…1979), y Josep M. Solé Sabaté (Anarquia i República a la Cerdanya...,1991), Joan Pons Garlandí (Un republica enmig de faistas, 1979) de cuyas obras, netamente nacionalistas y por supuesto antilibertarias, toma la munición como si dichos trabajos fueran la  propia Biblia de los gedeones.

Sin reparar el plagiador que tanto ellos como él mismo están todos implicados en una misma guerra contra todo lo que suene a libertario, perdiendo así el filósofo su inmaculada virginidad al hacer causa común con sus infames enemigos soberanistas a los que dice combatir con saña.

La pregunta que ahora subyace es a que puede obedecer semejante pacto antinatura, salvo que el detalle pase tal como se aprecia en su trabajo actual, por resaltar Barraycoa con desmesura a las victimas eclesiasticas caídas supuestamente a manos de unos sanguinarios anarquistas de Puigcerdá.  

Para empezar vamos a iniciar nuestra disección entrando directamente en el terreno historico, cosa que nuestro filósofo no hace. De entrada habrá que advertir al lector de su trabajo que una de las fotos que ilustra su artículo, que en hipotesis corresponde al supuesto derribo de la iglesia de Puigcerdá en 1936 no corresponde a dicha iglesia, dado que en ella no se aprecia la existencia del campanario tal como se conserva en la actualidad. Del mismo modo que otra foto publicada que según se afirma en su pie corresponde a un grupo de  milicianos de la Cerdaña tampoco es cierto, ya que dicho grupo son unos milicianos de la Seo de Urgel, capital de la comarca del Alto Urgel, y no de la Cerdaña. Detalles que demuestra que el ilustre profesor de universidad anda mal en fotografía y aún peor en geografía.

Desmontando infamias.

De entrar en el meollo del artículo, a modo de ilustración y en contra de la leyenda negra general suscrita por el profesor Barraycoa, poco amigo de la cronología, habrá que subrayar que el 6 de agosto de 1936 la autoridad máxima en Puigcerdá era el alcalde Jaime Palau Soldevila un viejo militante de ERC, Prueba de ello es que fue precisamente él el que ordenó por escrito bloquear las cuentas corrientes de las familias veraneantes más conocidas, muchos de ellos grandes fortunas barcelonesas que tenían en Puigcerdá su torre de verano, se supone que en un intento por evitar que en su más que posible huida a Francia se llevasen también el dinero, pero en unas fechas muy avanzadas para que tales medidas tuviesen ya efecto alguno, tal vez por aquello “de que a enemigo que huye puente de plata”. Bloqueo económico que todos los autores implicados han  adjudicado siempre a los anarquistas, cuando el original  comentado de dicha orden todavía se conserva.

Aval de un socio del Casal d’ERC. Fuente: Archivo Comarcal de la Cerdaña, Puigcerdá.

También durante aquellos primeros días la iglesia de Santa María de Puigcerdá fue demolida hasta los cimientos y sólo quedó en pie el campanario reaprovechado como torre de vigilancia y mirador. De ceñirnos a la documentación del Ayuntamiento que se conserva, su derribo obedeció más que a motivaciones anticlericales a razones de tipo simplemente urbanístico[3].  De hecho, en no pocas ocasiones la quema de parroquias en aquel tiempo obedeció a acciones preventivas efectuadas por la llamada gente de orden o derechistas, como acaeció en el caso Bellver, según explicaciones dadas por su alcalde de entonces Joan Solé.

Prueba de lo anterior es que según consta en dicha documentación el  21 de agosto de 1936, reunido el nuevo Ayuntamiento y a petición popular se tomó el acuerdo unánime de derribar la iglesia mayor de Santa María, “al considerarla un estorbo para la futura expansión  de la población. En llano fue el ayuntamiento de Puigcerdá presidido por Jaime Palau Soldevila de ERC el que decidió el derribo de la iglesia y no los anarquistas.

Otra de las leyendas que todavía se mantiene viva es la referente a la quema indiscriminada de las iglesias locales y el consiguiente saqueo de los ornamentos  religiosos, en provecho de bolsillos revolucionarios. Cuestión desmentida por la documentación encontrada en el propio Arxiu Comarcal de la Cerdanya. Se trata de una carta del alcalde “interino” de Puigcerdá, probablemente Barnolá, dirigida al Conseller de Cultura, Ventura i Gassol.

En dicha carta, redactada en catalán y fechada el  20 de agosto de 1936,  el alcalde se dirigía a Ventura i Gassol, en nombre de la Alianza Antifascista y Revolucionaria (AAR) de aquella villa, comunicándole que se había acordado que todos los objetos recogidos de las Iglesias de esta villa y comarca de la Cerdanya, como de particulares, fueran entregados al Gobierno de la Generalitat de Catalunya, con el fin de que fueran fundidos para atender las necesidades de la defensa de la República…

La respuesta de Ventura i Gassol, casi a vuelta de correo, fechada el 22 del mismo mes, tras darle las gracias por aquella comunicación, recomendaba al comité que mientras no se tomase ninguna decisión en Barcelona, protegieran intacto el “patrimonio”, pero que en caso de peligro se les avisara. Así mismo, se les recomendaban que procurasen guardar con interés y diligencia los edificios incautados y el material recogido, sin más[4].

Prueba palpable de que los revolucionarios no habían expoliado las iglesias porque sí, sino que habían recogido los objetos de mayor valor con el objetivo de costear con ellos la defensa de la República, sin descartar que en algún caso pudiera haber algún  desalmado que se hubiera aprovechado de la situación en beneficio propio. Tres pruebas puntuales de que la historia documentada no es la que de normal se vende para consumo interno de nacionalistas radicales, de todos los pelajes.

Escorzo histórico

Al ser un tópico recurrente, el de los incendios de las iglesias a manos de anarquistas,  no viene mal recordar que dos años antes de iniciarse la guerra civil, en Cataluña hubo ya un ensayo anticlerical a cargo de los sublevados del 6 de octubre de 1934. Así aquel día en Cervera, los revolucionarios, incendiaron una iglesia, una ermita, y de paso una camioneta de la Guardia Civil. En el Hospitalet, un grupo de revolucionarios intentó pegar fuego a la iglesia de Santa María. En Granollers se intentó quemar la iglesia lanzando explosivos. En Navás, tras la quema de la iglesia se detuvo al cura, que sin más formación de causa fue muerto a tiros. En Sant Vicenç de Castellet los aliancistas, atacaron al cura e incendiaron la Iglesia. En Vilafranca, los revolucionarios quemaron un total de ocho edificios religiosos. En Martorell un grupo de rabasaires se incautó la iglesia.

Puente de Bellver, donde fue asesinado Antonio Martín. Fuente: Archivo Municipal de Bellver

En Rubí, el Comité revolucionario obligó al cura a cerrar la iglesia. En el pueblo de Copons, en l’Anoia, fue derribada una cruz. En las Torres de Segre, la iglesia fue asaltada. En Vilanova i la Geltru, se atacó con explosivos las tres iglesias de la villa, En San Carlos de la Rápita, los insurrectos cerraron la iglesia. En el  Morell, después de la proclamación del Estat Català, un grupo de revolucionarios, incendió la iglesia,  dejando malherido al cura, que acabó muriendo.

En la Pobla de Mafumet, el Comité revolucionario incautó las llaves de la iglesia. En Bellvis, se asaltó la iglesia, y al cura se le persiguió a tiros. En Tárrega, los revolucionarios, requisaron la iglesia. En Sitges, ERC se opuso a que los revolucionarios recién llegados de Vilanova incendiaran la iglesia. En San Celoni, los somatenistas locales registraron con ahínco el colegio Virgen del Puig, y de paso clausuraron la iglesia. Y así hasta un largo etc., etc.

Después del breve repaso anterior habrá que reconocer que las gentes partidarias del Estat Català o de la Alianza Obrera, no eran precisamente unos angelitos, aunque la pregunta sería el porqué los hechos anteriores se han ocultado, haciendo recaer únicamente en los libertarios el sambenito de anticlericales, o a caso los hechos acaecidos en Octubre de 1934 no fueron también anticlericales, pero al ser gente de la tierra…

De ser serios la “limpieza” de la retaguardia en 1936 fue un objetivo republicano legítimo, ya que el cura, las iglesias y los conventos eran los objetivos más señalados y odiados, los más fáciles de identificar y los más accesibles de atacar; eran además los más simbólicos, en cuanto significaban el fin del viejo mundo y de la secular opresión oscurantista de la detestada Iglesia, que tan tozudamente se había opuesto a las cautas y timoratas reformas republicanas, como la separación entre Iglesia y Estado, o el sometimiento de las órdenes religiosas a la legislación de sociedades civiles, aspiraciones todavía no conseguidas en el siglo XXI,

Una Iglesia que pretendía detentar un auténtico monopolio de la enseñanza, de la moral y de las costumbres, y sobre todo, una defensa a ultranza de la propiedad privada y de las clases privilegiadas, así como una demonización del movimiento obrero y de las doctrinas marxistas y anarquistas. Y al final era la propia Iglesia Católica la que propugnaba el exterminio de sus enemigos ateos y republicanos, en nombre de Dios y de su Santa Iglesia.

El Diario del alcalde Palau

De dicho alcalde de Puigcerdá todavía se conserva un sucinto diario mecanografiado justificativo de su gestión municipal. Por él sabemos que en octubre de 1936 Palau dejó el cargo, al crearse el llamado Consejo Administrativo del Pueblo. Punto seguido fue llamado por el  nuevo Conseller de Governació, Antonio Martín Escudero, hasta aquel momento sin cargo alguno, al cual Palau ya le había explicado los motivos que le inducían a no desear participar en dicho Consejo, ya que según escribe el propio Palau no quería asumir una responsabilidad que ellos me exigían. Y en este punto concluían las explicaciones de Palau respecto a aquel tema.

Por lo que cabe preguntarse qué responsabilidades se le exigían a Palau, lo que nos lleva a poder pensar sino serían las derivadas de los veintiún asesinatos cometidos el 9 de septiembre de 1936, siete de ellos antiguos militantes de Unión Patriótica; matanza que “casualmente” tuvo lugar justo al día siguiente del inicio de un extraño periplo viajero de Palau, y cuando el Ayuntamiento de Puigcerdá estaba todavía en manos de mucha gente nacionalista represaliada en octubre de 1934, empezando por el  propio sustituto de Palau, Guillermo Barnolá Blanché. Sea como fuera Palau no escapó a su responsabilidad ya que  tuvo que ingresar en el nuevo organismo al ser nombrado conseller de Cultura.

Hay que tener muy presente que el Ayuntamiento, entonces suprimido, había estado presidido, desde el 20 de julio de 1936 hasta el 8 de septiembre, primero por Palau, miembro de ERC, y después temporalmente por Guillermo Barnolá, otro ex miembro de ERC, y fue en dicho periodo fue cuando tuvieron lugar la gran mayoría de los asesinatos cometidos en Puigcerdá.

Investigación judicial

Arruinando otra leyenda, los muertos por “muerte violenta” registrados en el juzgado local de Puigcerdá durante toda la época que nos ocupa, es decir, desde julio de 1936 a mayo de 1937, exactamente durante las mismas fechas en las que supuestamente Antonio Martín Escudero ejerció la violencia, ascienden en realidad a un total de 31 victimas, con nombres y apellidos, tal como se puede comprobar por los registros conservados.

Curiosamente la misma cifra que consta en un informe elaborado por el juez local con fecha 6 de octubre de 1937, y en su caso a requerimiento de la Audiencia Provincial de Barcelona, con motivo del procedimiento conocido como Cementerios clandestinos. En dicho informe se hace constar también que a aquel mismo requerimiento habían contestado  “diez y siete pueblos del mismo partido (judicial) resultando que en ellos  “se han practicado veintitrés inhumaciones por dicha causa”. En resumen, sumando las victimas de aquellos 17 pueblos y los inhumados en Puigcerdá hacen un total de 54 víctimas en todo el partido judicial de Puigcerdá, cifra que con todo lo elevada que resulta, desmiente de pleno las cifras exageradas que de común se acostumbran a dar.[5]

Muertos todos ellos adjudicados en directo a Antonio Martín, pero siempre según la versión vox populi, dado que no consta como tal en dicho informe judicial, y mucho menos aún en la propia Causa General franquista.  En la cual cuando figuran en los informes de detalle los nombres  de los responsables de aquellas defunciones, y estos no son desconocidos, como es lo común, los nombres que aparecen en ella son en general los de los miembros de los respectivos comités locales o de algunos carabineros, en algunos casos con nombres y apellidos concretos y en otros casos anónimos, citándose incluso al supuesto implicado en aquella muerte, cuando ya tienen constancia el secretario de que el acusado también ha fallecido.

Muestra de ello es que de la tan citada masacre del día 21 de septiembre de 1936, los acusados fueron: Martín Mortes Valladares, Julián Gallego Parra, Ramiro Erola Guinart, Ramón Rosique Marín, Segundo Jordá Gil, Francisco Casadesus Bordanova. Lo que no implica que fueran precisamente dichas personas las actuantes en el hecho, al saberse que algunos de ellos en concreto ocupaban puestos de responsabilidad en la administración local, nombrados por la propia Generalidad, por lo que dudosamente empuñarian las armas como verdugos.  

Otro hecho que también se puede observar a la vista de las victimas son las posibles causas que motivaron aquellas crueles represalias, cosa que no hace nuestro avispado historiador, y la primera es que muchos de ellos habian ostentado importantes cargos publicos, o habían pertenecido a Unión Patriótica, partido político creado por el dictador Primo de Rivera  o que además ostentaban responsabilidades en el momento de tener lugar los juicios militares que tuvieron lugar en Puigcerdá tras el fracasado golpe nacionalista de octubre de 1934, cuya sentencia implicó una fuerte represión local,  ya que un buen número de sus vecinos fueron a parar a la carcel, hecho que explicaría que una parte de aquellos mismos represaliados acabaran ocupando cargos en el primer ayuntamiento tras la derrota de los sublevados fascistas el 18 de julio, o que el primer alcalde de la ciudad fuera Jaume Palau Soldevila, un prospero comerciante local y a su vez un conocido miembro de la ERC local también procesado en Octubre de 1934.

Detalles que dan la pista de su presunta implicación en la sangrienta represión nacionalista de 1936, en lo que debió ser una vuelta a la tortilla, contra la gente llamada de “orden”, según denunciaba uno de los familiares de los propios asesinados, al acusar directamente al presidente del Casal de la Esquerra Republicana local, de confeccionar la lista que dio lugar a las matanzas. Casal del cual nadie en Puigcerdá habla, pero que cuando la guerra civil, estaba afincado en el local del antiguo Bar Sport, un local que compartía con la Unió  Rabassaire. Vista la necesidad imperiosa de aclarar la cuestión de aquella lista, transcribimos casi íntegro dicho testimonio, donde se acusa a Esquerra Republicana de ser la autora de aquella macabra matanza:

“Según referencias, sabe y le consta a la declarante, que a los pocos días del Alzamiento, se confeccionó una lista en la que intervino el Presidente del  ”Casal de Izquierda” (sic)[6]. Cuyo nombre no recuerda pero que es conocido por el apodo de “el espardenyer” continuando actualmente el comercio de alpargatas un familiar  de dicho Presidente del ”Casal de Izquierda”, concretamente su mujer, cuyo individuo se halla actualmente detenido no pudiendo concretar la declarante en que cárcel se halla.

La anterior lista salió de otra lista confeccionada al ser reprimidos los sucesos de 6 de octubre de 1934, en la que constaba el nombre de las personas que cuando dichos hechos, donaron unas cantidades, a favor del Ejército, dándose el caso que la mayor parte de personas que concurrieron en tal suscripción, en 1936, fueron asesinados, constándole así mismo a la declarante, que dicha lista cayó en manos del citado Presidente de Izquierda, apodado “el espardenyer”.[7]

Es más, lo acaecido en Puigcerdá  no fue tan anómalo, al ser un hecho que se repitió por ejemplo en La Seo de Urgel, tal como puede verse en la obra de Canturri[8], diputado del Parlamento catalán y miembro de ERC, al advertirse más de lo mismo, pero haciéndose aquel autor de nuevas, en el caso concreto de algunas de las matanzas que tuvieron lugar en La Seo de Urgel, y justamente en octubre de 1936, y más aún al ver Canturri que aquellas penas de muerte de los supuestos fascistas estaban firmadas por la CNT-FAI, el PSUC, el POUM, la UGT y la mismísima ERC, su partido. Firmas últimas, que en el caso de ERC Canturri reconocía como gentes conocidas suyas. En disculpa de aquel  terrible hecho, Canturri, de forma harto sorprendente, lo justifica de un modo indignantemente xenófobo:

 “…los elementos que firmaban aquellas sentencias de muerte, ninguno era vecino (del pueblo), ni hijo de La Seo de Urgel. Todos eran forasteros, y la mayoría hablaban castellano, es decir,  no hablaban catalán…”

Por otra parte, la participación de ERC y EC en matanzas indiscriminadas como la de Puigcerdá tampoco fue un hecho novedoso ni extraordinario, pues existieron casos muy similares o casi idénticos en otros muchos lugares de Cataluña, como por ejemplo en Navás: “Meses después, ya en plena guerra civil, un vecino de Navàs fue detenido y trasladado a Barcelona para “ponerlo a disposición del Tribunal militar… entre otros motivos porque “en ocasión de los hechos del 6 de octubre se entretenía en delatar a los hombres que tomaron parte en el movimiento[9].

Idéntico a lo acaecido en Sant Sadurní d’Anoia, donde en la primavera de 1936 apareció un panfleto anónimo en el que se leía: Pueblo: ya sabes, pues, quienes llevaron la angustia y los perjuicios a tu casa. Pues, bien, es necesario que hagas justicia exterminando de una vez a estos traidores de Catalunya.

Los “traidores” a Cataluña, a los que hace referencia el panfleto, eran veinte vecinos del pueblo, que con motivo de los hechos del 6 de Octubre habían denunciado a sesenta y dos de sus convecinos por haber participado en dicha sublevaciónLa consecuencia de aquella denuncia fue que siete de aquellos vecinos denunciantes fueron asesinados en 1936; culpable: el Comité Revolucionario local[10].

Telón

Por no alargar más el tema dejamos para otro día el informar a nuestro incontrolado profesor sobre el asunto del “Penjarobes” o sobre el asesinato político de Bellver[11]. En resumen, mucha infamia gratuita, muy propia de la historia basura, mucha calumnia indocumentada, mucha fantasía supuestamente histórica, pergeñada con la voluntad de criminalizar al movimiento libertario, con un odio ilimitado y sin rigor  de ningún tipo, tareas  muy impropias de un doctor en filosofía, profesor de sociología política, especializado en el análisis del poder, a cuyos alumnos actuales les deseamos de corazón la mejor de las suertes.

Antonio Gascón y Agustín Guillamón

Notas:

[1]Javier Barraycoa: “El Cojo de Malaga o el Durruti de la CerdañaLa Razón, 15-2-2021.

[2] A. Gascón y A. Guillamón, Antonio Martín Escudero, (1895-1937) El Durruti de la Cerdaña, ser histórico, 27-4-2019

[3] AGMA: C-2999,3

[4]Archivo Comarcal de la Cerdaña

[5] A. Gascón y A. Guillamón, Nacionalistas contra anarquistas en la Cerdaña, Anexo II, Listado de victimas, p. 558-566.

[6] El autor de aquel atestado al no ser catalán, escribe Izquierda, una “traducción sui generis de Esquerra.

[7]  Testimonio de Josefa  Caralps Rivas, por la muerte de su padre Buenaventura Caralps Rivas,  21-7-1942 Causa General, 1437, EXP. 4.

[8] Enrique Canturri Ramonet, Memòries, repùblica, guerra y exili., 1987.

[9] Manel López Esteve: Els fets d’octubre de 1934 a Catalunya més enllà de l’acció governamental. Tesis doctoral, 2012, p. 438.

[10]  Carles Querol i Rovira: “31 de juliol de 1936: crònica d’una matança”. El 3 de vuit (9-12-2005), Alt Penedès, p. 31.

[11] A. Gascón y A. Guillamón: La fake news del “Penja-robes” y otras manipulaciones de la Guerra civil en la Cerdaña, ser historico octubre 2019. 


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Ni enfermar ni morir, trabajando en el IES Felipe II

Posted: 23 Feb 2021 12:55 PM PST

Hace años, el IES Felipe II de Moratalaz era un instituto donde, pese a la precariedad histórica y general de la enseñanza pública, merecía la pena estudiar o trabajar. Ahora, hay una deriva muy diferente.

Lxs nuevxs directorxs, llegadxs como “paracaidistas” a los institutos, se convierten en capataces del gobierno de la Comunidad de Madrid, cogiéndole gusto al “ordeno y mando”, además del capricho por gobernar y ascender para lucrarse y prosperar en la administración.

Actualmente, este centro de estudio, bajo la autoridad suprema de la nueva directora MARÍA DOLORES PETIT DE GABRIEL, ha intensificado esta jerarquización entre otros muchos males.

Muchxs dentro del instituto se quejan por detrás de su actitud altiva y autoritaria, pero pocxs se atreven a hablar, como siempre, por el miedo que el sistema nos inyecta en los puestos de trabajo, favorecido además por quienes deciden no actuar y perpetuar esta dinámica.

Desde el Sindicato de Enseñanza de la CNT-AIT seguimos señalando aspectos lamentables en este instituto, como que se envíe a lxs conserjxs a zonas con alto riesgo de contagio frente al SARS-CoV-2, sin defensa frente al virus, que corresponden a las plantas superiores del edificio y donde todo parece indicar que fue contagiada nuestra compañera Marijose de consejería, que se encuentra actualmente en estado crítico en la UCI del hospital después de ser obligada por el equipo directivo a acudir, aun siendo población vulnerable, a ir a estas zonas (en medio de un pasillo y sin protección). ¿La solución que da la directora?: anima a que “es el momento de que recemos por Marijose” (sin comentarios).

Este sindicato solicitó en su momento unas EPIs dignas, es decir que se colocasen en esas zonas de los pisos, con constante trasiego de alumnado, unas cabinas protectoras como hemos visto en otros centros o, si no, que las personas más vulnerables a la COVID-19 permaneciesen en la conserjería del centro, la cual está mejor protegida.

Ahora, y tras la negativa constante de la dirección por cumplir con que lxs trabajadorxs del centro puedan trabajar segurxs (cuestión que es exclusivamente responsabilidad de ella) y tras el empeoramiento de salud de nuestra compañera, que lucha día a día por su vida en el hospital, nuestras reivindicaciones deben ser claras, y no daremos nuestro brazo a torcer, de la misma manera que llevamos haciendo en este sindicato a lo largo de toda su historia. Por lo tanto, EXIGIMOS:

  1. DIMISIÓN de la actual directora del IES Felipe II, María Dolores Petit de Gabriel.
  1. Que María Dolores Petit de Gabriel y el resto de la junta directiva PIDAN PERDÓN por sus lamentables e irresponsables decisiones, especialmente a la compañera enferma y a sus familiares, ante la negligencia cometida.
  2. Ni una mínima forma de acoso a lxs compañerxs de nuestra Sección Sindical. Si esto sucediese, actuaríamos en consecuencia.
  1. Protección ante el coronavirus para todas las personas de la comunidad educativa (alumnado incluido), con especial atención a las personas vulnerables consideradas sanitariamente como población de riesgo.

El compañero de la conserjería seguirá en huelga hasta alcanzar estos objetivos.

No daremos ni un respiro a quienes quieren hacernos enfermar o morir en el trabajo, plantando cara ante estas barbaridades.

LA LUCHA CONTINÚA

Anterior comunicado de las compañeras de CNT-AIT en el IES Felipe II:

https://ensenanza.cntmadrid.org/jugarse-la-vida-trabajando-en-el-ies-felipe-ii/

CNT-AIT Enseñanza Madrid


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"Bugambilia", Fanzine anarco-feminista queer de la Colectiva Brotar. Números 1 y 2

Posted: 22 Feb 2021 06:00 PM PST

La Colectiva Brotar es una colectiva anarco-feminista queer que opera descentralizadamente a lo largo de distintos países (sobre todo en Latinoamérica). Desde hace unos meses hemos publicado en intervalos de 2 a 3 semanas nuestro fanzine "Bugambilia", que reune ensayos, traducciones, críticas, crónicas, poemas, recetas veganas y material vario enmarcado dentro del anarco-feminismo queer y el socialismo libertaria. Ya están disponibles para su descarga el número 1 y el número 2. (Los links se detallan al final de este post).

Índice número 1:

- Stacy aka sallydarity - Anarcafeminismo y la nuevísima "cuestión de la mujer".

- A. P. Reese - Reflexiones sobre la sororidad feminista; ¿para unirnos o para controlarnos?

- Pizarra Libertaria - Apuntes sobre las lecciones del anarquismo y pedagogía queer para la pedagogía libertaria.

- Tía Akwa - Anarcofeminismo y separatismo. ¿Cuál es el lugar de los hombres (cis-hétero) en la lucha anarcofeminista?

- Yuki - Veganismo vs Vegetarianismo.

Descargar Nº 1 [PDF]

Índice número 2:

- Alysson Escalante - Nihilismo de género: un anti-manifiesto.

- Colibrí Sudaca - ¿Cómo desobedecer sexualmente y no morir en el intento?

- Jamie Heckert, Deric Shannon y Abbey Willis - Amando-enseñando: notas para una pedagogía anarquista queer.

- Yuki - Veganismo vs Vegetarianismo II.

- M. Isidin - ¿Humanidad o clase?

- Nicole Ziggy - Poemas.

Descargar Nº 2 [PDF]

En caso de que alguien desee seguir las actividades de la Colectiva Brotar, puede seguirnos en Instagram como @ColectivaBrotar. Además, si alguien desea contribuir con un trabajo, puede enviarlo a colectivobrotar@protonmail.com

 

Colectiva Brotar


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El marxismo como sociología burguesa - Murray Bookchin

Posted: 22 Feb 2021 05:24 PM PST

Este texto es un ensayo de Murray Bookchin titulado “Marxism as Bourgeois Sociology” que fue compilado en Toward an Ecological Society (Montreal: Black Rose, 1980). Traducción original por Tía Akwa.

BoockchinEl trabajo de Marx, quizá el proyecto más notable de desmistificación de las relaciones sociales burguesas, se ha vuelto la mistificación más sutil del capitalismo en nuestra era. No me refiero a ningún “positivismo” latente en el corpus marxiano o al algún tipo de reconocimiento retrospectivo de sus “límites históricos”. Una crítica seria del marxismo debe empezar con su naturaleza más íntima como el producto más avanzado –de hecho, la culminación- de la ilustración burguesa. Ya no será suficiente ver la obra de Marx como el punto de partida de una nueva crítica social, ni aceptar su "método" como válido a pesar del contenido limitado que tuvo en su día, ni ensalzar sus objetivos como liberadores más allá de sus medios, ni considerar que el proyecto está contaminado por sus dudosos seguidores. De hecho, el “fracaso” de Marx para desarrollar una crítica radical del capitalismo y una práctica revolucionaria surge notablemente como un fracaso en el sentido de una empresa que sigue siendo inadecuada para sus objetivos. Muy al contrario. En el mejor de los casos, el trabajo de Marx es un autoengaño inherente que absorbe inadvertidamente los principios más cuestionables del pensamiento de la Ilustración en su propia sensibilidad y permanece sorprendentemente vulnerable a sus implicaciones burguesas. En el peor de los casos, ofrece la disculpa más sutil para una nueva era histórica que fue testigo de la fusión del "libre mercado" con la planificación económica, la propiedad privada con la propiedad nacionalizada, la competencia con la manipulación oligopólica de la producción y el consumo, la economía con el estado. –En resumen, la época moderna del capitalismo de Estado. La sorprendente congruencia del "socialismo científico" de Marx –un socialismo que planteó los objetivos de la racionalización económica, la producción planificada y un "Estado proletario" como elementos esenciales del proyecto revolucionario– con el desarrollo inherente del capitalismo hacia el monopolio, el control político y un aparentemente "Estado de bienestar” ya ha llevado a tendencias marxistas institucionalizadas como la socialdemocracia y el eurocomunismo a una complicidad abierta con la estabilización de una era del capitalismo altamente racionalizado. De hecho, con un ligero cambio de perspectiva, podemos usar fácilmente la ideología marxista para describir esta era del capitalismo de estado como "socialista".

¿Puede ese cambio de perspectiva ser ignorado como una “vulgarización” o una “traición” del proyecto marxista? ¿O acaso comprende la mera realización de los supuestos más fundamentales del marxismo, una lógica que incluso puede haber estado oculta al propio Marx? Cuando Lenin describe el socialismo como “nada más que un monopolio capitalista de estado hecho para beneficiar a todo el pueblo”, ¿viola la integridad del proyecto marxista con sus propias “vulgarizaciones”? ¿O revela premisas subyacentes de la teoría marxista que la convierten históricamente en la ideología más sofisticada del capitalismo avanzado? Lo que está básicamente en juego en estas preguntas es si existen supuestos compartidos entre todos los marxistas que proporcionan premisas reales para la práctica socialdemócrata y para la práctica  eurocomunista y  la futurística de Lenin. Una teoría que es tan fácilmente "vulgarizada", "traicionada" o, más siniestramente, institucionalizada en formas de poder burocrático por casi todos sus adherentes bien puede ser una que se preste a tales "vulgarizaciones", "traiciones" y formas burocráticas como condición normal de su existencia. Lo que pueden parecer "vulgarizaciones", "traiciones" y manifestaciones burocráticas de sus principios a la luz acalorada de las disputas doctrinales puede resultar ser el cumplimiento de sus principios a la fría luz del desarrollo histórico. En cualquier caso, todos los roles históricos, hoy, parecen haber sido totalmente mal interpretados. En lugar de restaurar el marxismo para que pueda ponerse al día con las muchas fases avanzadas del capitalismo moderno, es muy posible que muchas fases avanzadas del capitalismo moderno en los países burgueses más tradicionales todavía tengan que ponerse al día con el marxismo como la anticipación ideológica más sofisticada del desarrollo capitalista.

Que no haya ningún error sobre que estoy inmerso en un juego de palabras académico. La realidad exhibe paradojas aún más convincentes que la teoría. La Bandera Roja sobrevuela un mundo de países socialistas que están en guerra mutua entre sí, mientras que los partidos marxistas fuera de su perímetro forman puntales indivisibles para un mundo cada vez más capitalista de Estado que, irónicamente, arbitra entre (o se alinea con) sus vecinos socialistas contendientes. El proletariado, como su contraparte plebeya en el mundo antiguo, participa activamente en un sistema que ve su mayor amenaza en una población difusa de intelectuales, habitantes urbanos, feministas, gays, ambientalistas; en resumen, un “pueblo” transclase que todavía expresa los ideales utópicos de las revoluciones democráticas pasadas hace mucho tiempo. Decir que el marxismo simplemente no tiene en cuenta, hoy, esta constelación absolutamente nada marxiana es ser excesivamente generoso con una ideología que se ha convertido en “revolucionaria” al personaje de la reacción del capitalismo de estado. El marxismo está exquisitamente construido para oscurecer estas nuevas relaciones, distorsionar su significado y, cuando todo lo demás falla, reducirlas a sus categorías economicistas. Los países y movimientos socialistas, a su vez, no son menos "socialistas" por sus "distorsiones" que por sus "logros" declarados. De hecho, sus “desviaciones” adquieren mayor significación que sus “logros” porque revelan de manera convincente el aparato ideológico que sirve para mistificar el capitalismo de Estado. Por eso, más que nunca, es necesario que este aparato sea explorado, sus raíces desenterradas, su lógica revelada y su espíritu exorcizado del proyecto revolucionario moderno. Una vez llevada a la luz clara de la crítica, se verá como lo que realmente es, no como "incompleta", "vulgarizada" o "traicionada", sino como la esencia histórica de la contrarrevolución: de la contrarrevolución que ha sido usada de manera efectiva que cualquier otra ideología histórica desde el cristianismo por cualquier perspectiva liberadora precisamente en contra la liberación..

MARXISMO Y DOMINACIÓN

El marxismo converge con la ideología burguesa de la Ilustración en un punto en el que ambos parecen compartir una concepción cientificista de la realidad. Sin embargo, lo que suele eludir a muchos críticos del cientificismo de Marx es la medida en que el "socialismo científico" objetiva el proyecto revolucionario y, por lo tanto, lo despoja necesariamente de todo contenido y objetivos éticos. Los recientes intentos de los neomarxistas de infundir un significado psicológico, cultural y lingüístico en el marxismo lo desafían en sus propios términos sin abordar con franqueza su naturaleza más íntima. Ya sea conscientemente o no, comparten el papel mistificador del marxismo, por muy útil que pueda ser su trabajo en términos estrictamente teóricos. De hecho, en cuanto al tema de la metodología científica, Marx puede leerse de muchas formas. Su comparación famosa en el “Prefacio” a la Capital de lo físico que reproduce experimentalmente los fenómenos naturales en su “estado puro” y su propia selección de Inglaterra como el “locus classicus” del capitalismo industrial en su propio día, obviamente, revela un cientificista sesgo que es solo reforzado por su afirmación de que El Capital revela las "leyes naturales" del "movimiento económico" en el capitalismo; de hecho, que la obra trata “la formación económica de la sociedad [y no solo el capitalismo]… como un proceso de historia natural...”. Por otro lado, estas formulaciones pueden ser contrarrestadas por el carácter dialéctico de los Grundrisse y del propio Capital, dialéctica que indaga en las transformaciones internas de la sociedad capitalista desde un punto de vista orgánico e inmanente que difícilmente concuerda con la concepción física de la realidad.

Sin embargo, lo que une decisivamente tanto al cientificismo de la física como a la dialéctica marxista es el concepto de "legalidad" en sí mismo: la idea preconcebida de que la realidad social y su trayectoria pueden explicarse en términos que remuevan las visiones humanas, las influencias culturales y, lo que es más significativo,  metas éticas del proceso social. De hecho, el marxismo dilucida la función de estas "fuerzas" culturales, psicológicas y éticas en términos que las hacen supeditadas a las "leyes" que actúan detrás de la voluntad humana. Las voluntades humanas, por su interacción y obstrucción mutuas, se "cancelan" entre sí y dejan libre al "factor económico" para determinar los asuntos humanos. O, para usar la monumental formulación de Engels, estas voluntades comprenden "innumerables fuerzas que se cruzan, una serie infinita de paralogramas de fuerzas que dan lugar a una resultante: el evento histórico". Por tanto, a la larga, "lo económico es en última instancia decisivo" (Carta a J. Bloch). De ninguna manera está claro que Marx, que aduce el laboratorio del médico como un paradigma, no hubiera estado en desacuerdo con la geometría social de Engels. En cualquier caso, no viene al caso si las "leyes" sociales son dialécticas o no. El hecho es que constituyen una base consistentemente objetiva para el desarrollo social que es una característica única del enfoque de la realidad de la Ilustración.

Debemos hacer una pausa para sopesar todas las implicaciones de este giro en lo que podría llamarse la "teoría del conocimiento" de Marx. El pensamiento griego también tenía una noción de ley, pero una que estaba guiada más por un concepto de "destino" o Moira que por "necesidad" en el sentido moderno del término. Moira encarnaba el concepto de "necesidad" regido por el significado, por un objetivo éticamente condicionado fijado por el "destino". La realización real del "destino" fue gobernada por la justicia o Dike que preservó el orden mundial manteniendo cada uno de los elementos cósmicos dentro de sus límites establecidos. La naturaleza mítica de esta concepción del "derecho" no debe cerrar los ojos ante su contenido altamente ético. La “necesidad” no era simplemente una compulsión, sino una computación moral que tenía significado y propósito. En la medida en que el conocimiento humano tiene derecho a asumir que el mundo es ordenado —un supuesto que la ciencia moderna comparte con las cosmologías míticas, aunque sólo sea para hacer posible el conocimiento—, tiene derecho a asumir que este orden tiene inteligibilidad o significado. Puede ser traducido por el pensamiento humano en una constelación intencionada de relaciones. Desde el concepto implícito de meta que es inherente a cualquier noción de un universo ordenado, la filosofía griega podría reclamar el derecho a hablar de "justicia" y "contienda" en el orden cósmico, de "atracción" y "repulsión", de "injusticia" y "retribución". Dada la necesidad constante de una filosofía de la naturaleza que nos guíe hacia un sentido más profundo de comprensión ecológica de nuestra relación deformada con el mundo natural, de ninguna manera estamos libres de una necesidad menos mítica de restaurar esta sensibilidad helénica.

La Ilustración, al despojar a la ley de todo contenido ético, produjo un cosmos objetivo que tenía un orden sin sentido. Laplace, su mayor astrónomo, eliminó no solo a dios de su descripción del cosmos en su famosa respuesta a Napoleón, sino también el espíritu clásico que guió el universo. Pero la Ilustración dejó una arena abierta a este espíritu: la arena social, una en la que el orden todavía tenía significado y el cambio todavía tenía un propósito. El pensamiento de la Ilustración retuvo la visión ética de una humanidad moral que podría ser educada para vivir en una sociedad moral. Esta visión, con su generoso compromiso con la libertad, la igualdad y la racionalidad, iba a ser el manantial del socialismo y el anarquismo utópicos en el siglo siguiente.

Irónicamente, Marx completó el pensamiento de la Ilustración al incorporar el cosmos laplaciano a la sociedad; no, desde luego, como un mecanicista tosco, sino como un científico en dura oposición a cualquier forma de utopismo social. Mucho más significativo que la creencia de Marx de que había arraigado el socialismo en la ciencia es el hecho de que había arraigado el "destino" de la sociedad en la ciencia. De aquí en adelante, “hombres” se veían (para usar las propias palabras de Marx en el “Prefacio” a El capital) como la “personificación de categorías económicas, el portador del interés de clase en particular”, no como individuos poseídos de la voluntad y del propósito ético. Se convirtieron en objetos de la ley social, una ley tan desprovista de significado moral como la ley cósmica de Laplace. La ciencia no se había convertido simplemente en un medio para describir la sociedad, sino que se había convertido en su destino.

Lo significativo de esta subversión del contenido ético del derecho —en realidad, esta subversión de la dialéctica— es la forma en que la dominación se eleva a la categoría de hecho natural. La dominación se anexa a la liberación como condición previa para la emancipación social. Marx, si bien pudo haberse unido a Hegel en un compromiso con la conciencia y la libertad como realización de las potencialidades de la humanidad, no tiene un criterio moral o espiritual inherente para afirmar este destino. Toda la teoría está cautiva de su propia reducción de la ética a la ley, la subjetividad a la objetividad, la libertad a la necesidad. La dominación ahora se vuelve admisible como una "condición previa" para la liberación, el capitalismo como una "condición previa" para el socialismo, la centralización como una "condición previa" para la descentralización, el Estado como una "condición previa" para el comunismo. Habría sido suficiente decir que el desarrollo material y técnico son condiciones previas para la libertad, pero Marx, como veremos, dice mucho más y en formas que tienen implicaciones siniestras para la realización de la libertad. Las restricciones que el pensamiento utópico en su mejor momento colocó sobre cualquier transgresión de los límites morales de la acción se descartan como "ideología". No es que Marx hubiera aceptado una sociedad totalitaria como cualquier otra cosa que una afrenta viciosa a su perspectiva, pero no hay consideraciones éticas inherentes en su aparato teórico que excluyan la dominación de su análisis social. Dentro de un marco marxista, tal exclusión tendría que ser el resultado de la ley social objetiva —el proceso de la “historia natural” — y esa ley es moralmente neutral. Por tanto, la dominación puede ser cuestionada no en términos de una ética que tenga un reclamo inherente de justicia y libertad; puede ser desafiada —o validada— sólo por leyes objetivas que tengan validez propia, que existen a espaldas de los "hombres" y más allá del alcance de la "ideología". Este defecto, que va más allá de la cuestión del "cientificismo" de Marx, es fatal, ya que abre la puerta a la dominación como el incubo oculto del proyecto marxista en todas sus formas y desarrollos posteriores.

LA CONQUISTA DE LA NATURALEZA

El impacto de esta falla se hace evidente una vez que examinamos las premisas del proyecto marxista en su nivel más básico, pues en este nivel encontramos que la dominación literalmente “ordena” el proyecto y le da inteligibilidad. Mucho más importante que el concepto de desarrollo social de Marx como la "historia de la lucha de clases" es su drama de la expulsión de la humanidad de la animalidad a la sociedad, el " desarraigo " de la humanidad de la "eternidad" cíclica de la naturaleza en la temporalidad lineal de la historia. Para Marx, la humanidad se socializa sólo en la medida en que los "hombres" adquieren el equipamiento técnico y las estructuras institucionales para lograr la "conquista" de la naturaleza, una "conquista" que implica la sustitución de la humanidad "universal" por la tribu parroquial, relaciones económicas para relaciones de parentesco, trabajo abstracto para trabajo concreto, historia social para historia natural. Aquí radica el papel “revolucionario” del capitalismo como era social. “El período burgués de la historia tiene que crear la base material del nuevo mundo: por un lado, el intercambio universal basado en la dependencia mutua de la humanidad y los medios de ese intercambio; por otro lado, el desarrollo de los poderes productivos del hombre y la transformación de la producción material en una dominación científica de los agentes naturales”, escribe Marx en The Future Results of British Rule in India (julio de 1853). “La industria y el comercio burgueses crean estas condiciones materiales de un mundo nuevo de la misma manera que las revoluciones geológicas han creado la superficie de la tierra. Cuando una gran revolución social haya dominado los resultados de la época burguesa, el mercado del mundo y las modernas potencias de producción y los haya sometido al control común de los pueblos más avanzados, sólo entonces el progreso humano dejará de parecerse a ese espantoso ídolo pagano, que no bebería el néctar sino de los cráneos de los muertos".

La naturaleza convincente de las formulaciones de Marx —su esquema evolutivo, su uso de analogías geológicas para explicar el desarrollo histórico, su tratamiento cientificista grosero de los fenómenos sociales, su objetivación de la acción humana como una esfera más allá de la evaluación ética y el ejercicio de la voluntad humana— son todas de lo más llamativo por el período en el que se escribieron (el “período” Grundrisse de Marx). También son sorprendentes debido a la "misión" histórica que Marx impartió al gobierno inglés en la India: la "destrucción" de las antiguas formas de vida indias ("la aniquilación de la vieja sociedad asiática") y la "regeneración" de la India como nación burguesa (" el establecimiento de las bases materiales de la sociedad occidental en Asia”). La coherencia de Marx en todas estas áreas merece respeto, no una restauración de mal gusto de las ideas clásicas con una exégesis ecléctica y un adorno teórico o una "actualización" de Marx con conclusiones de mosaico que se toman prestadas de cuerpos de ideas completamente extraños. Marx es más riguroso en su noción del progreso histórico como conquista de la naturaleza que sus acólitos posteriores y, más recientemente, los neomarxistas. Casi cinco años después, en los Grundrisse, iba a representar la "gran influencia civilizadora del capital" de una manera que concuerda completamente con su noción de la "misión" británica en la India: "la producción (por el capital) de un escenario de la sociedad en comparación con la que todas las etapas anteriores parecen ser meramente progreso local e idolatría de la naturaleza. La naturaleza se convierte por primera vez en un simple objeto para la humanidad, una pura utilidad; deja de ser reconocido como un poder por derecho propio; y el conocimiento teórico de sus leyes independientes aparece sólo como una estratagema diseñada para someterlo a las necesidades humanas, ya sea como objeto de consumo o como medio de producción. Siguiendo esta tendencia, el capital ha ido más allá de las fronteras y los prejuicios nacionales, más allá de la deificación de la naturaleza y la satisfacción heredada y autosuficiente de las necesidades existentes confinadas dentro de límites bien definidos, y la reproducción de la forma de vida tradicional. Es destructivo de todo esto, y permanentemente revolucionario, derribando todos los obstáculos que impiden el desarrollo de las fuerzas productivas, la expansión de las necesidades, la diversidad de la producción y la explotación e intercambio de las fuerzas naturales e intelectuales”.

Estas palabras podrían extraerse casi directamente de la visión de D'Holbach de la naturaleza como un "laboratorio inmenso", de los himnos de D'Alembert a una nueva ciencia que barre "todo lo que tiene ante sí ... como un río que ha roto su presa", de la hipostasización de Diderot de la técnica en el progreso humano, a partir de la imagen aprobatoria de Montesquieu de una naturaleza arrebatada, una imagen que, juiciosamente mezclada con la metáfora de William Petty de la naturaleza como la "madre" y el trabajo como el "padre" de todas las mercancías, revela claramente la matriz de la Ilustración de la perspectiva de Marx. Como Ernst Cassirer iba a concluir en una evaluación de la mente de la ilustración: “Todo el siglo XVIII está impregnado de esta convicción, a saber, que en la historia de la humanidad ha llegado el momento de privar a la naturaleza de sus secretos cuidadosamente guardados, de dejarla no en la oscuridad para maravillarse como un misterio incomprensible, sino para llevarla bajo la luz brillante de la razón y analizarla con todas sus fuerzas fundamentales” (La Filosofía de la Ilustración).

Dejando a un lado las raíces ilustradas del marxismo, la noción de que la naturaleza es un "objeto" para ser utilizado por el "hombre" conduce no sólo a la total desespiritualización de la naturaleza sino a la total desespiritualización del "hombre". De hecho, en mayor medida de lo que Marx estaba dispuesto a admitir, los procesos históricos se mueven tan ciegamente como los naturales en el sentido de que carecen de conciencia. El orden social se desarrolla bajo la coacción de leyes que son tan suprahumanas como el orden natural. La teoría marxista ve al "hombre" como la encarnación de dos aspectos de la realidad material: en primer lugar, como un productor que se define a sí mismo por el trabajo; en segundo lugar, como un ser social cuyas funciones son principalmente económicas. Cuando Marx declara que “los hombres pueden distinguirse de los animales por la conciencia, la religión o cualquier otra cosa que se quiera (pero ellos) comienzan a distinguirse de los animales tan pronto como comienzan a producir sus medios de subsistencia” (La ideología alemana), básicamente trata a la humanidad como una "fuerza" en el proceso productivo que se diferencia de otras "fuerzas" materiales sólo en la medida en que el "hombre" puede conceptualizar las operaciones productivas que los animales realizan de manera instintiva. Es difícil darse cuenta de cuán decisivamente esta noción de humanidad rompe con el concepto clásico. Para Aristóteles, los "hombres" cumplían su humanidad en la medida en que podían vivir en una polis y lograr la "buena vida". El pensamiento helénico en su conjunto distinguía a los "hombres" de los animales en virtud de sus capacidades racionales. Si un "modo de producción" no debe considerarse simplemente como un medio de supervivencia, sino como un "modo de vida definido" de modo que los "hombres" son "lo que producen y cómo producen" (La ideología alemana), la humanidad, en efecto, puede considerarse como un instrumento de producción. La "dominación del hombre por el hombre" es principalmente un fenómeno técnico más que ético. Dentro de este marco increíblemente reduccionista, si es válido que el "hombre" domine al "hombre" debe juzgarse principalmente en términos de necesidades y posibilidades técnicas, por muy desagradable que este criterio pueda parecerle al propio Marx si lo hubiera enfrentado en toda su brutal claridad. También la dominación, como veremos con el ensayo de Engels "Sobre la autoridad", se convierte en un fenómeno técnico que apuntala el reino de la libertad.

La sociedad, a su vez, se convierte en un modo de trabajo que debe juzgarse por su capacidad para satisfacer las necesidades materiales. La sociedad de clases sigue siendo inevitable mientras el "modo de producción" no proporcione el tiempo libre y la abundancia material para la emancipación humana. Hasta que no se alcance el nivel técnico apropiado, el desarrollo evolutivo del “hombre” permanece incompleto. De hecho, las visiones comunistas populares de épocas anteriores son mera ideología porque "sólo se generaliza el deseo" mediante intentos prematuros de lograr una sociedad igualitaria, "y con el deseo se reproduciría necesariamente la lucha por las necesidades y toda la vieja mierda". (La ideología alemana). Finalmente, incluso donde la técnica alcanza un nivel relativamente alto de desarrollo, “el reino de la libertad no comienza hasta que se pasa el punto en el que se requiere trabajo bajo la compulsión de la necesidad y la utilidad externa. En la naturaleza misma de las cosas, se encuentra más allá de la esfera de la producción material en el sentido estricto del término. Así como el salvaje debe luchar con la naturaleza, para satisfacer sus necesidades, para mantener su vida y reproducirla, el hombre civilizado debe hacerlo también así, y debe hacerlo en todas las formas de sociedad y bajo todos los modos posibles de producción. Con su desarrollo se expande el ámbito de la necesidad natural, porque sus deseos aumentan; pero al mismo tiempo aumentan las fuerzas de producción, por lo que se satisfacen estas necesidades. La libertad en este campo no puede consistir en otra cosa que en el hecho de que el hombre socializado, los productores asociados, regulan racionalmente su intercambio con la naturaleza, la ponen bajo su control común, en lugar de ser gobernado por ella como por un poder ciego; que cumplan su tarea con el menor gasto de energía y en las condiciones más adecuadas a su naturaleza humana y más dignas de ella. Pero siempre sigue siendo un reino de necesidad. Más allá de él comienza ese desarrollo del poder humano, que es su propio fin, el verdadero reino de la libertad, que, sin embargo, sólo puede florecer sobre ese reino de la necesidad como base. El acortamiento de la jornada laboral es su premisa fundamental”. (Capital, vol. III) El marco conceptual burgués alcanza su apogeo, aquí en imágenes del "salvaje que debe luchar con la naturaleza", la expansión ilimitada de necesidades que se opone a los límites "ideológicos " de la necesidad (es decir, el conceptos de medida, equilibrio y autosuficiencia), la racionalización de la producción y el trabajo como desiderata en sí mismos de carácter estrictamente técnico, la aguda dicotomía entre libertad y necesidad, y el conflicto con la naturaleza como condición de la vida social en todos sus aspectos. —clase o sin clase, propietaria o comunista.

En consecuencia, el socialismo se mueve ahora dentro de una órbita en la que, para usar la formulación de Max Horkheimer, "la dominación de la naturaleza implica la dominación del hombre", no solo "la subyugación de la naturaleza externa, humana y no humana", sino la naturaleza humana. (El eclipse de la razón). Tras su escisión del mundo natural, el "hombre" no puede esperar la redención de la sociedad de clases y la explotación hasta que él, como fuerza técnica entre las técnicas creadas por su propio ingenio, pueda trascender su objetivación. La precondición para esta trascendencia es cuantitativamente medible: la “reducción de la jornada de trabajo es su premisa fundamental”. Hasta que se cumplan estas condiciones previas, el "hombre" permanece bajo la tiranía de la ley social, la compulsión de la necesidad y la supervivencia. El proletariado, no menos que cualquier otra clase de la historia, está cautivo de los procesos impersonales de la historia. De hecho, como la clase que está más completamente deshumanizada por las condiciones burguesas, sólo puede trascender su estatus objetivado a través de una "necesidad urgente, ya no disimulable, absolutamente imperativa..." Para Marx, "la cuestión no es qué tal o cual proletario, o incluso todo el proletariado en este momento, considera como su objetivo. La cuestión es qué es el proletariado y qué, en consecuencia, se verá obligado a hacer". (La Sagrada Familia). Su "ser", aquí, es el de objeto y la ley social funciona como coacción, no como "destino". La subjetividad del proletariado sigue siendo producto de su objetividad –irónicamente, una noción que encuentra un cierto grado de verdad en el hecho de que cualquier recurso radical meramente a los factores objetivos que entran en la formación de una "conciencia proletaria" o el contraataque de la conciencia de clase como un latigazo contra el socialismo en la forma de una clase trabajadora que ha "comprado el capitalismo", que busca su participación en la opulencia proporcionada por el sistema. Así, donde la reacción es la base real de la acción y la necesidad es la base de la motivación, el espíritu burgués se convierte en el "espíritu mundial" del marxismo.

El desencanto de la naturaleza produce el desencanto de la humanidad. El "hombre" aparece como un complejo de intereses y la conciencia de clase como la generalización de estos intereses al nivel de la conciencia. En la medida en que la visión clásica de la autorrealización a través de la polis retrocede ante la visión marxista de la autoconservación a través del socialismo, el espíritu burgués adquiere un grado de sofisticación que hace que sus primeros portavoces (Hobbes, Locke) parezcan ingenuos. El íncubo de la dominación revela ahora plenamente su lógica autoritaria. Así como la necesidad se convierte en la base de la libertad, la autoridad se convierte en la base de la coordinación racional. Esta noción, ya implícita en la dura separación de Marx de los reinos de la necesidad y la libertad - una separación que Fourier debía desafiar con dureza  –se hace explícita en el ensayo de Engels "Sobre la autoridad". Para Engels, la fábrica es un hecho natural de la técnica, no una forma específicamente burguesa de racionalizar el trabajo; por tanto, existirá tanto bajo el comunismo como bajo el capitalismo. Persistirá "independientemente de toda organización social". Coordinar las operaciones de una fábrica requiere una "obediencia imperiosa", en la que los trabajadores de la fábrica carecen de toda "autonomía". Sociedad de clases o sin clases, el reino de la necesidad es también un reino de mando y obediencia, de gobernante y gobernado. De una manera totalmente congruente con todos los ideólogos de clase desde el inicio de la sociedad de clases, Engels casa el socialismo con el mando y el gobierno como un hecho natural. La dominación se reelabora de un atributo social a una condición previa para la autoconservación en una sociedad técnicamente avanzada.

JERARQUÍA Y DOMINACIÓN

Estructurar un proyecto revolucionario en torno a una "ley social" que carece de contenido ético, un orden que carece de sentido, una dura oposición entre "hombre" y naturaleza , compulsión más que conciencia, todo ello junto con la dominación como condición previa para la libertad, degrada el concepto de libertad y lo asimila a su opuesto: la coerción. La conciencia se convierte en el reconocimiento de su falta de autonomía, así como la libertad se convierte en el reconocimiento de la necesidad. Surge una política de "liberación" que refleja el desarrollo de la sociedad capitalista avanzada hacia la producción nacionalizada, la planificación, la centralización, el control racionalizado de la naturaleza y el control racionalizado de los "hombres". Si el proletariado no puede comprender su propio "destino" por sí mismo, un partido que hable en su nombre se justifica como la expresión auténtica de esa conciencia, aunque se oponga al proletariado mismo. Si el capitalismo es el medio histórico por el cual la humanidad logra la conquista de la naturaleza, las técnicas de la industria burguesa simplemente necesitan reorganizarse para servir a los objetivos del socialismo. Si la ética es meramente ideología, los objetivos socialistas son el producto de la historia más que de la reflexión y es por criterios mandados por la historia que debemos determinar los problemas de fines y medios, no por la razón y la disputa.

Parece haber fragmentos en los escritos de Marx que podrían contraponerse a esta sombría imagen del socialismo marxista. El “Discurso de Marx en el aniversario del periódico del pueblo” (abril de 1856), por ejemplo, describe la esclavitud del “hombre” por el “hombre” en el intento de dominar la naturaleza como una “infamia”. La "luz pura de la ciencia parece incapaz de brillar sino sobre un fondo oscuro de ignorancia" y nuestros logros técnicos "parecen resultar en dotar a las fuerzas materiales de vida intelectual y en embrutecer la vida humana en una fuerza material". Esta evaluación moral se repite en los escritos de Marx más como explicaciones del desarrollo histórico que como justificaciones que le dan significado. Pero Alfred Schmidt, quien los cita extensamente en El concepto de naturaleza de Marx, se olvida de decirnos que Marx a menudo veía tales evaluaciones morales como evidencia de un sentimentalismo inmaduro. El "discurso" se burla de quienes "se lamentan" por la miseria que producen los avances técnicos y científicos. “Por nuestra parte”, declara Marx, “no nos equivocamos en la forma del espíritu sagaz [se puede traducir justificadamente “espíritu sagaz” por “astucia de la razón”] que sigue marcando todas estas contradicciones. Sabemos que para trabajar bien las nuevas fuerzas de la sociedad, solo quieren ser dominados por hombres novedosos, y así son los trabajadores. El discurso, de hecho, termina con un homenaje a la industria moderna y, en particular, al proletariado inglés como los "primogénitos de la industria moderna".

Incluso si uno ve las inclinaciones éticas de Marx como auténticas, son marginales para el núcleo de sus escritos. Los intentos de redimir a Marx y fragmentos de sus escritos de la lógica de su pensamiento y obra se vuelven ideológicos porque ofuscan una exploración profunda del significado del marxismo como práctica y la medida en que un "análisis de clase" puede revelar las fuentes de la opresión. Llegamos, aquí, a una división fundamental dentro del socialismo en su conjunto: los límites de un análisis de clase, la capacidad de una teoría basada en las relaciones de clase y las relaciones de propiedad para explicar la historia y la crisis moderna.

Básico para el socialismo antiautoritario –específicamente, para el comunismo anarquista– es la noción de que la jerarquía y la dominación no pueden ser subsumidas por el dominio de clase y la explotación económica, de hecho, que son más fundamentales para la comprensión del proyecto revolucionario moderno. Antes de que el "hombre" comenzara a explotar al "hombre", comenzó a dominar a la mujer; incluso antes, si vamos a aceptar el punto de vista de Paul Radin; los ancianos comenzaron a dominar a los jóvenes a través de una jerarquía de grupos de edad, gerontocracias y culto a los antepasados. El poder del humano sobre el humano es anterior a la formación misma de clases y modos económicos de opresión social. Si “La historia de toda la sociedad existente hasta ahora es la historia de las luchas de clases”, este orden de la historia está precedido por un conflicto anterior más fundamental: la dominación social de las gerontocracias, el patriarcado e incluso la burocracia. Explorar el surgimiento de la jerarquía y la dominación está obviamente más allá del alcance de este trabajo. Lo he tratado con considerable detalle en mi próximo libro, La ecología del a libertad. Tal exploración nos llevaría más allá de la economía política hacia el ámbito de la economía doméstica, el ámbito civil hacia el ámbito familiar, el ámbito de clase hacia el ámbito sexual. Nos proporcionaría un conjunto de fundamentos psicosociales completamente nuevos desde los que leer la naturaleza de la opresión humana y abriría un horizonte completamente nuevo desde el cual medir el verdadero significado de la libertad humana. Ciertamente tendríamos que deshacernos de la función que Marx imparte al interés y a la técnica como determinantes sociales, que no es negar su papel histórico, sino buscar en las demandas de factores no económicos como el estatus, el orden, el reconocimiento, de hecho, en los derechos y deberes que incluso pueden resultar materialmente gravosos para los estratos dominantes de la sociedad. Esto está claro: ya no servirá insistir en que una sociedad sin clases, libre de la explotación material, será necesariamente una sociedad liberada. No hay nada en el futuro social que sugiera que la burocracia sea incompatible con una sociedad sin clases, la dominación de las mujeres, de los jóvenes, de los grupos étnicos o incluso de los estratos profesionales.

Estas nociones revelan los límites del propio trabajo de Marx, su incapacidad para comprender un ámbito de la historia que es vital para comprender la libertad misma. Marx es tan ciego a la autoridad como tal que se convierte en una mera característica técnica de la producción, un "hecho natural" en el metabolismo del "hombre" con la naturaleza. La mujer también se convierte en un ser explotado no porque el hombre la vuelva dócil (o "débil" para usar un término que Marx consideraba su rasgo más entrañable), sino porque su trabajo está esclavizado por el hombre. Los niños siguen siendo simplemente "infantiles", la expresión de la "naturaleza humana" indómita e indisciplinada. La naturaleza, no hace falta decirlo, sigue siendo un mero objeto de utilidad, sus leyes deben ser dominadas y comandadas en una empresa de conquista. No puede haber una teoría marxista de la familia, del feminismo o de la ecología porque Marx niega los problemas que plantean o, peor aún, los transmuta en económicos. Por tanto, los intentos de formular un feminismo marxista tienden a degenerar en "salarios para amas de casa", una psicología marxista en una lectura marcuseana de Freud, y una ecología marxista en "la contaminación es rentable". Lejos de aclarar las cuestiones que pueden ayudar a definir el proyecto revolucionario, estos esfuerzos de hibridación las ocultan al hacer difícil ver que las mujeres de la "clase dominante" son gobernadas por hombres de la "clase dominante", que Freud es simplemente el alter ego de Marx, que el equilibrio ecológico presupone una sensibilidad y una ética nuevas que no sólo son distintas del marxismo, sino que se oponen rotundamente a él.

La obra de Marx no es solo la ideología más sofisticada del capitalismo de Estado, sino que impide una concepción verdaderamente revolucionaria de la libertad. Altera nuestra percepción de los problemas sociales de tal manera que no podemos anclar de manera relevante el proyecto revolucionario en las relaciones sexuales, la familia, la comunidad, la educación y el fomento de una sensibilidad y una ética verdaderamente revolucionarias. En cada punto de esta empresa, nos vemos obstaculizados por categorías economicistas que reclaman una prioridad más fundamental y, por lo tanto, invalidan la empresa desde el principio. Simplemente enmendar estas categorías economicistas o modificarlas es reconocer su soberanía sobre la conciencia revolucionaria en forma alterada, no cuestionar su relación con otras más fundamentales. Es incorporar el oscurantismo en la empresa desde el comienzo de nuestra investigación. El desarrollo de un proyecto revolucionario debe comenzar despojándose de las categorías marxistas desde el principio, para fijarse en las más básicas creadas por la sociedad jerárquica desde sus inicios, tanto más para colocar las económicas en el contexto adecuado. Ya no es simplemente el capitalismo lo que queremos demoler; es un mundo más antiguo y arcaico que sigue vivo en el presente: la dominación de lo humano por lo humano, la lógica de la jerarquía como tal.

Murray Bookchin


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