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jueves, 9 de septiembre de 2021

Tinkunaco 1.047/21 - Re: Boletín diario del Portal Libertario OACA

 

Boletín diario del Portal Libertario OACA



  • [Argentina] Prólogo de una demolición anunciada: pintadas antes de la tormenta
  • [Herexía] Años 20 del 21
  • Entrevista a Miquel Amorós en el programa La Nevera sobre su último libro sobre La Columna de Hierro
  • "Cultura de seguridad" en los encuentros libertarios de Gasteiz del 16 al 19 de septiembre
  • [Audio] La Nevera: André Léo. Del socialismo utópico a la Comuna de París
  • Maniobras orquestales en la oscuridad
  • El anarquismo no es anticiencia. Respuesta a Vicarious Shamishen
  • Carta abierta a los organizadores del estudio sobre "reticencia vacunal" de la Escuela Andaluza de Salud Pública
  • Prefacio a Sociología de la libertad de Abdullah Öcalan
  • Por qué los Anarquistas Birmanos no apoyan a Aung San Suu Kyi (Presidenta depuesta)

[Argentina] Prólogo de una demolición anunciada: pintadas antes de la tormenta

Posted: 07 Sep 2021 04:33 AM PDT

La respuesta no se hizo esperar. A menos de 24 hs. de la 7ma Marcha Nacional Contra el Gatillo Fácil, algunos medios masivos de la patronal salieron a denunciar y fomentar la persecución de anarquistas que fueron a rayar las paredes blancas del Cabildo. “¿Cuántos son como para identificarlos? ¿No hay policías en la zona para ir a buscar a estos energúmenos que escriben con pintadas la catedral metropolitana?”, dirá la periodista. “¿Estamos en contra de la violencia pero ponemos fuego a las iglesias? No se entiende el mensaje, muchachos”, afirmará, evidenciando que para ser vocero de la democracia no hace falta demasiada inteligencia. El intento de equiparar unas pintadas con la violencia diaria ejercida por el Estado argentino es un recurso fácil y miserable típico de la chusma periodística. Sabemos que así se ganan su salario, llamando a la pasividad y la sumisión cotidiana.

La Marcha Nacional Contra el Gatillo Fácil ha ido tomando cada vez más relevancia, tanto por su magnitud lograda por el esfuerzo de las familias afectadas, como por el hecho de que las muertes a manos de las fuerzas de inseguridad, a pesar de los cambios de gobierno, no cesan. Es por ello que los medios masivos se ven obligados a cubrirla aunque sea tímidamente. Por un lado porque evitarla sería un acto demasiado obvio de su complicidad con la impunidad estatal. Se ven en la necesidad de alimentar la mentira de un “periodismo independiente” o “del pueblo”. Pero fundamentalmente, su objetivo principal es la recuperación del “exceso”, la democratización del conflicto social, el señalamiento de aquellxs rebeldes que se atrevan a abandonar su rol de meros espectadores respetuosos de la ley y el orden.

“¿Qué culpa tienen los monumentos históricos de nuestro país?”, repite escandalizada. La prensa, corta de vista y de luces, no alcanza a ver más allá de la superficie de las cosas. En las pintadas no han visto más que “vandalismo” y “daños económicos”. Es lógico que así sea, ya que en la democracia de lo que se trata es de mantener las apariencias, de seguir los protocolos y fundamentalmente de no ofender a nadie porque estamos todes en el mismo bote. 

Lamentamos informarle a ese noble mundo del periodismo que si personas racionales y responsables como ellas no logran entender la relación existente entre las masacres perpetradas por el Estado Argentino —“Conquista del Desierto”, la Patagonia Rebelde, la Semana de Enero, la Masacre de Pilagá, los fusilamientos de José León Suarez y Trelew, los grupos parapoliciales de la Liga Patriótica Argentina o la Triple A, el Navarrazo, la Operación Independencia, las seis dictaduras militares que atraviesan su historia, las más de 7.500 personas asesinadas desde el regreso a la democracia—, con los monumentos históricos, poco podemos hacer por ellxs. ¿En qué mundo vivirán aquellas personas?, nos preguntamos. Todos esos “símbolos nacionales” que nos inducen a respetar y defender se encuentran manchados por la sangre de nuestrxs hermanxs y no tendremos miramientos en profanarlos siempre que tengamos la oportunidad. Como se ha podido observar recientemente en Chile, Bolivia, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, y en todas las revueltas proletarias del pasado, la demolición de los monumentos patrios y símbolos de dominación es una tarea fundamental e inseparable del ataque al viejo mundo. Estos no son más que la condensación material de la violencia histórica que nos han impuesto y que hemos internalizado. Como ya se dijo anteriormente, la destrucción de la Bastilla fue un acto de psicología social aplicada necesaria para la liberación. 

Sin embargo, estos ataques mediáticos no sorprenden ya que son la reacción esperable del sistema. Eternos propagadores de la miseria existencial, el periodismo profesional que evalúa el mundo desde las cimas como especialistas separados de la cotidianeidad de las comunidades, no puede sino responder desde y hacia la “opinión pública” o el “sentido común”. Contribuyen así a confundir y que no se logre comprender que las pintadas sobre los altares de la opresión son la crítica en acto de la negación sistemática de la vida inauténtica. Negación que se expande por todo el espectro social y que en las cárceles y los barrios más empobrecidos toma la forma literal del asesinato, la tortura y la muerte.

Pasando de la simple enunciación hacia los actos, el graffiti sobre los muros de las instituciones que exigen el sacrificio diario de millones de personas busca “hacer la vergüenza más vergonzosa publicándola”. Llevar el conflicto a la superficie de las cosas. Denunciar en actos concretos, y no meras opiniones, la falsa paz social que nos venden. Las pintadas, más allá de todo cálculo político, afirman la guerra social en cursoQue el Estado mata a un pibe cada 20 horas no es un eslogan, sino una realidad concreta. El lenguaje del espectáculo al que nos tienen acostumbrades, separado de los cuerpos que lo expresan exige moderación, pulcritud y tolerancia. Les anarquistas, sabemos, rechazamos ese lenguaje porque no separamos entre fines y medios, forma y contenido, cuerpo y mente, Estado y Capital. Donde el Estado ve masas, nosotrxs vemos sensibilidades. Donde el Estado ve ciudadanos, nosotrxs vemos comunes. Donde el Capital ve consumidores, nosotrxs vemos creadores. 

Les anarquistas, sabemos, no escribimos para la masa sino para que esta no se forme. Quien quiera ver, que vea, y quien quiera mirar para otro lado, que mire. Quien quiera hablar, que hable, y quien quiera, callar que calle, si es que puede tolerar el ensordecedor silencio que dejan tantas vidas arrebatadas por la maldita policía. Mientras tanto las paredes seguirán preguntando “¿y las balas cuándo van a volver?”.

Raekwon

Cobertura colectiva: Periódico Gatx Negrx + La Chispa Prensa + La Obrera Colectivo Fotográfico + Aislamiento Represivo

Fuente: https://periodicogatonegro.wordpress.com/


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[Herexía] Años 20 del 21

Posted: 07 Sep 2021 04:23 AM PDT

Enorme muro que oculta

lo que no debes saber,

lo que no quieren que sepas,

y...

muchas veces, 

lo que no quieres saber.

 

Abundante contaminación.

Escrementos perfumados.

Aguas fecales en botella.

Satélites con sello

f a r m a c é u t i c o

te venden la modernidad,

nuevas modas,

ocio virtual,

y fiable seguridad.

 

Memoria borrada.

Libro prohibido.

Opinión censurada.

Cívica esclavitud

A C E P T A D A.

Óxido.

Putrefacción.

Pésima imaginación.

 

Diamantes ensangrentados

no por el joyero,

sí por la mano del jornalero.

La mitad de pobres será contratada

para que mate a la otra mitad.

Pestilente sumisión.

Abominable o b e d i e n c i a.

Vileza.

Cobardía.

Servilismo con servilleta.

 

Las cadenas ya no están en los tobillos.

Las nuevas cadenas,

están dentro del controlado pensamiento.

Vomita plásticos el mar.

Cosechan semillas radioactivas

las hormigas.

Malignos virus de diseño.

Ofertas de vacunas a la carta.

 

Nuevo Orden Mundial:

G.V.= Gente vacunada.

G.A.= Gente apestada.

Millones de personas obedientes

en promoción.

A l e r t a,

les molesta tu opinión.

Nuevas doctrinas por televisión.

 

Y...

Yo sigo saliendo del renglón.

Mi herexía te canta esta canción.

Escribe la tuya.

Añade Tú.

Continúen Ustedes.

 G. Ceibe

http://maesegoliardo.blogspot.com/


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Entrevista a Miquel Amorós en el programa La Nevera sobre su último libro sobre La Columna de Hierro

Posted: 07 Sep 2021 04:15 AM PDT

Texto elaborado a partir de la entrevista hecha a Miquel Amorós en el programa de radio libre La Nevera, Volumen 45, el 7 de agosto de 2021, a raíz de la publicación del libro “La Columna de Hierro. Hechos reales, hazañas y fabulaciones sobre la célebre milicia revolucionaria del proletariado.”

En julio de 1936 la clase obrera se vio obligada a salir a la calle para hacerle frente al fascismo. Cuando esto ocurrió, el pueblo valenciano trató de realizar los cambios sociales que venía reivindicando desde mucho tiempo atrás. La Columna de Hierro, formada para combatir en Teruel por militantes de la CNT-FAI, en su mayoría honradísimos obreros y campesinos levantinos, basó su creación y su obra constructiva en las ideas de igualdad, libertad y justicia social, pilares de la nueva sociedad que había de fundarse. Como se podía esperar, a la burguesía esto no le gustó, ni a los partidos políticos, ni a las potencias extranjeras, especialmente a la Unión Soviética, ni tampoco a la nueva burocracia cenetista, desarrollada en los primeros meses de la guerra. Por ello la Columna fue objeto de una enorme difamación que todavía perdura.

La Nevera: Ya habías publicado un libro sobre la Columna de Hierro (“José Pellicer, el anarquista íntegro”) ¿Qué es lo que te ha llevado a escribir otro? 

Miquel Amorós: Un mejor acceso a los archivos, una mayor disponibilidad de la prensa histórica, y en fin, la aparición de nuevos testimonios y nuevos trabajos historiográficos, lo cual me proporcionó un conocimiento más profundo de la trágica epopeya proletaria iniciada en el 36 y, en particular, del papel fundamental que jugó en ella el grupo Nosotros.

L.N.: La Columna de Hierro pasó por el Alto Palancia, y tuvo relación con la gente de allí, que la conoció bien, pero continúa siendo la Columna más criticada hasta hoy ¿por qué?

M.A.: Quienes trataron directamente con los milicianos no guardaron una impresión desfavorable de ella y menos aún las cerca de diez mil personas que de una manera u otra llegaron a participar en la Columna. Era una milicia revolucionaria, idealista, deseosa de un mundo libre de opresión, “la estela de un sueño que toma color”, como dijo un poeta de entonces. Su activa presencia chocaba con los planes restauradores de la burguesía, con la política estalinista, con el refuerzo del Estado y, al final, con los acomodaticios comités “responsables” de la organización confederal y libertaria. Molestaba a todos los sectores, y en consecuencia, no era apreciada por ninguno. Para todos los defensores del orden republicano anterior a julio, la Columna no era más que “una cuadrilla de bandidos y ex presidiarios”.

L.N.: Autores “oficialistas” como Eladi Mainar y periodistas de derechas, seudocronistas locales le han atribuido todos los desmanes de la retaguardia...

M.A.: Los historiadores profesionales y los periodistas adictos al posfranquismo detestan sobremanera al libro más objetivo que se jamás escrito sobre la guerra civil española: “El Gran Camuflaje”, de Burnett Bolloten. Y precisamente este libro dibuja a la Columna de Hierro con trazos revolucionarios, reproduciendo por primera vez la historia del preso de San Miguel de los Reyes tantas veces reproducida. Ese tipo de desinformadores prolongan la tarea de los jueces verdugos de la Causa General. No hay más que ver quiénes son los que repiten hoy la cantinela difamatoria antaño entonada por los burgueses republicanos, los franquistas y la Iglesia: neofascistas, beatos, reaccionarios, conservadores, posestalinistas... gente de orden, idólatras de la autoridad, que odian los cambios radicales con todas sus fuerzas. La mentira es su arma, tanto como la verdad lo es de la revolución. Las verdaderas ideas y posiciones intransigentes de la Columna son fáciles de rastrear. Publicó bastantes manifiestos, comunicados y llamamientos, imprimió un diario en el frente (“Línea de Fuego”) y  fundó otro para la FAI (“Nosotros”). Una lectura incluso somera de la documentación nos revelaría un anarquismo revolucionario en su más alto grado de expresión práctica. La Columna de Hierro era sencillamente la vanguardia armada del proletariado levantino.

L.N.: En el libro te has centrado más en la retaguardia. Fue la única columna anarquista que la visitó por su cuenta para recordar a los burgueses que no luchaba por la República, sino por la Revolución. La República mitificada por la “izquierda” de ahora queda bastante en ridículo.

M.A.: En los primeros días la iniciativa corrió a cargo de los obreros y campesinos de todas las tendencias, que ocuparon tierras y fábricas con la intención de colectivizarlas. El Gobierno de Giral era un fantasma. La Columna de Hierro fue un elemento más de la marea revolucionaria. Por donde pasaba intentaba arrastrar a la Revolución. El pueblo liberado respondía organizándose y enviándole ropa, comida y dinero. La rapidez y extensión de este proceso revolucionario asustó al Estado, pues tal bagaje le imposibilitaba revertir el Pacto de No Intervención entre las potencias. La única manera de detenerlo era incorporando la CNT al gobierno republicano. Luego sería cuestión de militarizar las milicias y convertirlas en brigadas de un Ejército Popular cuya dirección escaparía de las manos proletarias para ir a parar a manos del Estado. Así pues, el proletariado quedaría neutralizado y desarmado. No hizo falta mucha presión para que la CNT entrara en el Gobierno y entregara las fuerzas que controlaba a los enemigos de dentro.

L.N: En tus libros (por ejemplo, en “La Revolución Traicionada. La verdadera historia de Balius y Los Amigos de Durruti”) denuncias las maniobras contrarrevolucionarias de los comunistas, pero también señalas que los dirigentes de la CNT y la FAI les hicieron el juego.

M.A.: Valencia era diferente de Cataluña. En la Regional de Levante pesaba mucho más la tendencia reformista. La tendencia revolucionaria era minoritaria y se apoyaba en unos pocos sindicatos (el Sindicato Único de la Construcción sobre todo), en las federaciones locales de pueblos campesinos y en un puñado de jóvenes entusiastas desperdigados en los grupos de afinidad o de defensa. Si bien esta minoría desconfiaba de la República y pensaba que esta era incapaz de solucionar ningún problema, fuese la crisis, el paro o la reforma agraria, la CNT oficial pugnaba por una política unitaria con las fuerzas estatistas y burguesas. Las dos tendencias marcharon juntas al comienzo de la guerra bajo el paraguas del Comité Ejecutivo Popular, órgano regional de gobierno, pero cuando el frente quedó desabastecido, empezaron a distanciarse. La parálisis del frente fue el motivo de la bajada a la retaguardia de la Columna de Hierro. Esta quería tomar Teruel cuanto antes, para despejar el camino a Zaragoza. Al bajar, comprobó asombrada, que la vida frívola de los tiempos pasados reinaba como si no hubiera guerra ni revolución, y que los fusiles que tanta falta hacían en el frente, descansaban plácidamente en la retaguardia sobre los hombros de las fuerzas del orden. Luego, cuando la presencia de el gobierno de cuatro ministros libertarios cubrió el traslado de la capitalidad a Valencia, la separación fue total.

L.N.: La primera tarea que se impuso el Gobierno de Largo Caballero fue restablecer su autoridad para detener el proceso transformador que se había iniciado. Eso pasaba por cortar los suministros a los frentes y parar las operaciones. Empezar una contrarrevolución.

M.A.: La contrarrevolución empezó ya en el CEP, con fuerzas políticas que lo saboteaban desde dentro. La creación de la Guardia Popular fue un ejemplo. La prioridad dada a Madrid fue otro. El frente de Madrid absorbió casi todo el esfuerzo militar en detrimento de los frentes gestionados por los anarquistas, que quedaron estancados. La defensa de Madrid significaba la defensa del Estado. La ofensiva de Aragón hubiera significado el triunfo de la Revolución. La contrarrevolución comenzó con la matanza de la Plaza Tetuán, siguió con el hostigamiento constante a las colectividades y desembocó en los tiroteos de Vinalesa, Alfara, Benaguacil, Gandía etc.

L.N.: También se debilitaría el sentimiento de solidaridad y hermandad con las demás tendencias proletarias, representadas por la UGT y el POUM. A menudo he escuchado comentarios del estilo de “las columnas no eran suficientemente combativas”. ¿Qué opinas?

M.A.: Sin aquellas columnas no se hubiera parado al fascismo. Fueron mejores que cualquier unidad regular de soldados, pues aunque partían de cero les movía la idea y la pasión. Muchos milicianos eran demasiado jóvenes, habían mentido en la edad a la hora de apuntarse. Otros eran demasiado viejos. Todos sin excepción iban vestidos con ropa de verano, sin equipamiento alguno, sin saber disparar, ni desplegarse por el terreno, ni protegerse de las balas... Todas las columnas carecían de lo más imprescindible; sin embargo, aprendieron sobre la marcha: libraron batalla y vencieron. La de Hierro se transformó en una unidad de choque eficaz en menos de un mes, improvisando de la nada un sistema de sanidad, transporte y aprovisionamiento. No podemos negar que alguna columna chaqueteara, pero en general, se mostraron mucho más combativas cuando les animaba el espíritu revolucionario, que cuando se convirtieron en brigadas. La Columna de Hierro no tenía contemplaciones con quienes robaban o mataban. Los juzgaba, expulsaba y fusilaba su propia centuria. Si bien algunos grupos, a petición de los propios campesinos, efectuaron algunas ejecuciones en la retaguardia, también es cierto que la Columna protegió a mucha gente desafecta, bien empleándola en los despachos o en los ambulatorios y los hospitales, o simplemente buscándole resguardo seguro. La casa de los hermanos Pellicer era un auténtico refugio.

L.N.: Supongo que se trataba de gente que pasaba información al enemigo. En guerra había que tener cuidado con la llamada Quinta Columna, que se infiltraba en las organizaciones y pasaba información a los facciosos...

M.A.: La violencia contra el enemigo histórico -el cacique y el cura- era una violencia de clase. El pase de información al otro lado no tuvo lugar durante los primeros meses de la guerra, pues las patrullas, los comités y las distintas milicias de retaguardia tenían bien a raya a los posibles simpatizantes de los facciosos. La Quinta Columna apareció primero en Madrid a finales del 36, en forma de modestas células sin contacto entre ellas dedicadas a esconder perseguidos y a procurarles carnets de organizaciones antifascistas. Precisamente cuando el orden público pasó a depender enteramente del Gobierno los partidarios de los sublevados empezaron a organizarse en serio, extendiéndose por los mandos del Ejército Popular y saboteando armamento. Sin embargo, el asunto no preocupó hasta agosto del 37, cuando se constituyó el SIM, pero para ser empleado contra el POUM y los anarquistas. Con el gobierno de Negrín la contrarrevolución alcanzará su cota máxima.

L.N.: Volviendo al tema de la represión en la retaguardia y a los incontrolados, observo que toda la violencia y todos los desmanes habidos siguen siendo sistemáticamente achacados a la Columna de Hierro. Por ejemplo, el artículo escrito sin ningún rigor “La Columna de Hierro. Terror puro y duro en la Guerra Civil”, de un tal Álvaro Vanderbrule, publicado en El Confidencial, el 13 de diciembre de 2014. Tu escribiste que el Comité de Guerra se oponía a todo ello y facilitaste el dato de que otras facciones, como el PCE, atribuían sus fechorías a los anarquistas...

M.A.: “El Confidencial” es un diario de derechas y el artículo en cuestión es una muestra químicamente pura del fariseismo ciudadanista que caracteriza hoy a los francotiradores ideológicos del orden establecido, encargados de atizar periódicamente el miedo a la revolución para decantar hacia el autoritarismo a la clase dirigente, sin preocuparse lo más mínimo de la veracidad y de la objetividad. Ese miedo, casi genético, que perdura, se traduce en miedo al colectivo que mejor encarnaba la revolución. En verdad hubo muertes por parte de algunos grupos de la Columna, aunque la gran mayoría corrieron a cargo de las patrullas de orden público de cualquier signo que pululaban en la retaguardia y de la policía oficial u oficiosa. Lo que verdaderamente traumatizó a la burguesía no fueron los conatos de “terror rojo” que se sucedieron entre agosto y octubre del 36, sino los registros, las multas y las requisas de joyas y objetos de valor efectuadas por la Columna en busca de medios pecuniarios para la compra de armas, que fueron muy numerosas. La burguesía ha tenido siempre su corazón en el bolsillo.

L.N.: Remarcaría la gran labor constructiva de la Columna de Hierro y su carácter asambleario...

M.A.: La sola presencia de la Columna sirvió para organizar autónomamente los pueblos cercanos al frente, desarrollar sindicatos y promover colectividades. Tenía interés material en hacerlo pues los obreros y campesinos eran sus principales suministradores de víveres, correajes y ropa de abrigo. En Burriana, una fábrica autogestionada le proporcionaba munición. La Columna de Hierro funcionaba como el ejército griego descrito por Jenofonte en la “Anábasis”, con un grado elevado de autonomía. Todos sus componentes habían venido voluntarios y voluntariamente podían abandonarla. Sin embargo, la autodisciplina, fruto de la conciencia revolucionaria, impedía una dispersión caótica. Las bajas se cubrían inmediatamente con nuevos voluntarios. El Comité de Guerra solamente informaba y coordinaba; las decisiones eran tomadas regularmente en la asamblea de delegados, elegidos previamente y mandatados por las asambleas de centuria. Ni saludos castrenses, ni jerarquías, ni galones, ni órdenes unilaterales, ni castigos. Las demás columnas libertarias funcionaban más o menos del mismo modo. La militarización acabó con todo, separando la guerra de la revolución.

L.N.: Bueno, ¿tienes algo más que decir? ¿Cuál ha sido tu propósito al escribir sobre la guerra civil revolucionaria?

M.A.: Al empezar a documentarme sobre la guerra civil, me sorprendió la ocultación metódica de la gesta proletaria por parte de los historiadores. El testimonio de mis familiares, algunos de la CNT, contrastaba con la versión oficial pro republicana, no digamos ya con la comunista. Hasta la lectura de “La CNT en la Revolución Española”, de José Peirats, y del “Durruti. El proletariado en armas”, de Abel Paz, no lo vi claro. Como sea que quien ignora el pasado está condenado a repetirlo, mi compromiso con la revolución social esbozada en el 36 me impelía a trabajar en pos de la verdad de los hechos, lo que me condujo a reivindicar a sus protagonistas más radicales, olvidados hasta por sus mimas organizaciones. De ahí salieron mis investigaciones sobre la muerte de Durruti, la trayectoria de Jaime Balius y José Pellicer, la Agrupación de Los Amigos de Durruti, la Columna Maroto y la Columna de Hierro. El resultado fue la clara constatación de la pugna entre un anarquismo revolucionario inflexible y un sindicalismo libertario reformista y condescendiente, que literalmente renunció a sus principios y traicionó la revolución. Tal afirmación irritó a muchos “ortodoxos” cenetistas y soliviantó a sus historiadores mercenarios; hubo quien me acusó de “hacerle el juego al enemigo”. Si eso significa convertir la historia en propaganda, o sea, falsear la realidad, entonces que no cuenten conmigo. La verdad siempre es revolucionaria, el maquillaje y la tergiversación no lo son. Otra cosa es que el interés por la Revolución, y por consiguiente, el interés por la verdad, hayan decaído. El enemigo triunfó y las consecuencias del triunfo están muy presentes. Si bien empiezo a dudar de que la verdad nos haga libres, dada la enorme confusión y desmemoria reinante contra la que poco puedo hacer, la ignorancia y la mentira nos harán irremisiblemente esclavos.

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"Cultura de seguridad" en los encuentros libertarios de Gasteiz del 16 al 19 de septiembre

Posted: 07 Sep 2021 04:08 AM PDT

Esta es la programación de los “Encuentros libertarios/Topaketa LIbertarioak” que están organizando lxs compañerxs de Gasteiz los días 16, 17, 18 y 19 de Septiembre en los que participaremos con dos charlas/debates.

***En el cartel la programación de nuestra parte esta mal y será definitivamente así***:

Viernes 17, a las 20h: “Reconoce a el enemigo: la policía”

Sábado 18, 19.30h:  “Consejos útiles a la hora de acudir a una manifestación”.

Os dejamos el cartel con la programación completa y el texto que acompaña a las jornadas.

Gasteizko Topaketa Libertarioen lehenengo edizioa.

Primera edición de los encuentros libertarios de Gasteiz.

Irailak 16,17,18,19 Septiembre (Vitoria-Gasteiz)

Del próximo 16 al 19 de Septiembre, desarrollaremos diferentes actividades en varios espacios de Gasteiz con la finalidad de conocernos personas de diferentes lugares, reflexionar conjuntamente, aprender, y como no, pasar un rato agradable en buena compañía.

Si tienes intención de acudir, y vas a participar en la acampada o las comidas, agradeceríamos mucho que nos lo hicieses saber por este correo: topaketak_kontaktua@protonmail.com

Para mantenerte informadx de todas las actualizaciones y futuras confirmaciones recomendamos seguirnos por twitter: @T_libertarioak.

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Datorren Irailaren 16tik 19ra, Gasteizko gune ezberdinetan hainbat jarduera egingo ditugu. Hauek, toki ezberdinetako pertsonen artean ezagutzeko, elkarrekin hausnartzeko, ikasteko, eta nola ez, lagunarte ezin hobean une atsegin bat igarotzeko pentsatu ditugu!

Etortzekotan bazaude, eta akanpadan edo bazkarietan parte hartzeko asmoa badaukazu, eskertuko genuke helbide honen bitartez jakinarazten badiguzu: topaketak_kontaktua@protonmail.com

Berri guztietaz informaturik mantentzeko eta datozen konfirmazioez ohartzeko, gomendatzen zaitugu twitter bitartez jarraitzea: @T_libertarioak.


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[Audio] La Nevera: André Léo. Del socialismo utópico a la Comuna de París

Posted: 07 Sep 2021 03:59 AM PDT

Hemos vuelto compas! He aquí el Volumen 46 de La Nevera... el último programa de la temporada. En este Volumen 46 conversamos en torno a la figura de André Léo, una de las grandes escritoras francesas del siglo XIX. Novelista, ensayista, militante y, sobre todo, periodista; aunque ella consideraba inseparables todas estas formas de acción. Figura política incómoda, crítica, castigada con el olvido por decir siempre lo que pensaba. En su juventud estuvo vinculada al llamado “socialismo utópico”, en torno a ‘La Revue Sociale’, a la Asociación de Boussac y a su fundador, el filósofo Pierre Leroux. Esta Comunidad agrícola, tipográfica y artesanal, muy desconocida, tuvo gran importancia por sus propuestas colectivistas y ecológicas. George Sand, Pauline Roland, Liszt, Chopin, Baudelaire, Turguénev, Herzen, Courbet... simpatizaron con este ideario. La escritora, tras años de exilio, participa activamente en la Comuna de París, 1871. Pone en evidencia que esta revolución, roja en sangre y negra en luto, olvidara a las mujeres, a las comuneras. Para que nos hable de todo ello llamamos a la compañera Ana Muiña autora del libro "André Léo. Del socialismo utópico a la Comuna de París" y editora de La Linterna Sorda. Esperamos que os guste compas! Nos escuchamos la temporada que viene! Salud!

 

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Maniobras orquestales en la oscuridad

Posted: 06 Sep 2021 11:22 PM PDT

A falta de verdades polisubjetivas, y a existencia de opresiones y represiones intersubjetivas, puede decirse que toda objetividad no sólo es un objeto utópico, por tanto una ficción inducida, o en otros casos una engañosa aspiración de los Aquiles molestos por el triunfo final de la tortuga: la objetividad es también una creación mitologemática del poder podre y de los podridos poderosos, siendo los «poderosos» nuestros queridos institucionalistas, desde los que «reclutan» a los inmigrantes sin recursos para «integrarlos» (o sea, para malearlos, modelarlos, modularlos y en definitiva modularizarlos) en el férreo sistema claustral productivista, y no en una sociedad aperturista, hasta ejemplos de pseudosolidaridad como los tristemente celebrados «alcohólicos famosos», «proyectos yonqui» o los «teléfonos de la desesperación»: de este modo, la jerarquización vertical da migajas y no trigo, ofreciendo únicamente infames y también infamantes pactos sinalagmáticos (servidumbres «voluntarias»), microfascismos antisustancias o unas metafísicas retorcidas y perversas, que la lectura crítica y activa de ciertos textos permite deconstruir, aunque difícilmente destruir, como sería aconsejable para una sociedad libre de mistificaciones, impiedades y abusos ortonormativos: vendiendo hogueras inquisitoriales a las que llaman calefacción, el capitalismo institucionalista finge en efecto dar y se disfraza de salvapatrias o se traviste de salvaparias, sólo para recibir mucho más de lo que da, y de paso lavar su imagen mediante técnicas de blanqueamiento lamentables, de una espectacularidad grimosa y lastimera. Así, el suicida potencial es un cliente confesional-informativo de uno de esos «servicios desinteresados», pero una voz de sofistería, malencarada y hostil, hace aparecer la verdadera probóscide de la cornuda serpiente astrosa y cerastosa, por debajo del delicado y propagandístico «jardín de lotos crepusculares» de la paz irenológica de «los queridos hermanos». Esto, que resulta un poco como ir a devolver una pistola para no suicidarse y resultar acribillado a balazos por otro, resume someramente las consecuencias degradantes de la delegación de la voluntad en las manos sucias del corporativismo más pornofílico, en sentido lato, así como los peligros de ir a parar a la más sucia decadencia de la honestidad, en la mengua, irrisionada además, del «fair play psicosocial». Así es como las reminiscencias más ponzoñosas de la reificación mistificante y confiscatoria, y la cosificación con falseada coartada «espiritualista» (¡por favor!) operan como derivada inmodificada del militarismo empresarial bismarckiano o del control total de los aspectos, técnicas y tiempos productivos según patrones tayloristas: el daño que tales estructuras invasoras y reptilianas hacen a la sociedad (recordémoslo, siempre con el falsario «adoctrinamiento desinteresado salvífico» por delante de las gachas descompuestas y del puré de mierda de segundo, ¿qué habrá de postre?) nos coloca directamente en la boca del lobo o en la probóscide de lo más bobo, aunque éste no sea un tiempo para memeces ni tampoco astracanadas: quien capitula antes de tiempo da a los torturadores una excusa para seguir jodiéndole a saco, y reírse de paso a mandíbula batiente en conciliábulos grasientos, pues así se comportan entre bambalinas ciertos chacales «de honestísimas intenciones, y bien reconocidas por los expertos».

«La gloria es una puta mierda», le vino a decir Paul Verlaine a Rubén Darío cuando este último, siempre medio embriagado por no se sabe qué rollos cursis, inquirió al primero acerca de la «recompensa de la poesía», y por otra parte hemos consumido ya la idea central de nuestra misiva. Efectivamente, «la vida es un proceso de demolición, en el cual los tiburones rezan y los delfines son condenados a la muerte por pirólisis, nada de agua aquí», como bien quiso apuntar de entrada otro escritor, blanco anglosajón no sabemos si protestante, por cierto, aunque igual da. En la «sociedad de la información», que no del conocimiento, el conocimiento es obligadamente técnico o por el contrario se reputa como una inoperatividad excrecente y molesta, lo cual quiere decir que la epistemología adopta sesgos perniciosos y que no hay ninguna evidencia de algo así como una «gnoseología humanista», retornándonos idénticamente la misma bazofia «eterna» de siempre. Sin embargo, la episteme o conocimiento general de origen intuitivo nos salvaría a todos un poco, pese a lo cual seguimos (o siguen, mejor dicho) encadenando al diamante de la verdad con el oropel de la «certeza fáctica», y condenando a los más débiles, por medio de esas maniobras orquestales en la oscuridad llamadas «diagnósticos», diagnósticos pactados con multinacionales sádico-vengativas muy posiblemente (un acoso laboral se encubre y se tapa insultando gravemente al acosado, traspasándoles encima las culpas de lo que le pasa, que no son suyas, y eso lo puede ordenar cualquier Rock Pierrot de la vida mortificante por la mera mortificación, y ello por medio de su jerga de duodenos sicofantistas y fantasmas corporativos coprófagos, como de hecho ocurre, no nos engañemos: la victimización se vuelve doble en el debilitado, en el explotado, en el puro de corazón frente a estas bestias de tiro, y total para qué, pues para salvar a una recua cerdosa, para exonerar de culpas a media piara a cambio, total por un papel o por un pedazo de vómito, escrito en una circular abrasada), lo cual explicaría cierta capacidad de cebarse que algunos orcos mitad gilipollas mitad asesinos, mitad imbéciles y mitad psicópatas, esgrimen contra ciertos individuos renuentes a coaligarse con sinvergüenzas: el hecho de negarse a bajar a las regiones telúricas de los más mediocres adocenistas, el hecho de ser engañado familiar e institucionalmente no perjudica más que al engañado, y todo ello con lesiones y secuelas permanentes, irreversibles, incalculables anímicamente. «Me llamasteis loco. Yo os llamo idiotas» -dijo el célebre poeta y artista visionario, también por cierto libertario, William Blake, y al hacerlo estaba enunciando una verdad particular de un modo general, o lo que es lo mismo defendiendo la evidencia autosubjetiva más pura ante la corruptora, interesada, nada interesante y muy cutrísima, antiedificante «objetividad epistemológica». Vaya todo ello pues por la autodignidad de todos y de todas, a ver si aquí el que paga es siempre el mismo, pues la conciencia no les remuerde jamás a estos corazones de melón y apandadores antihumanísticos: el sadismo es la generatriz de sus movimientos más infames, y su verdadero «profeta fundador» es la crueldad mixturada con la estupidez; esto es así y no tiene vuelta de hoja...

 Vicarious Shamishen


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El anarquismo no es anticiencia. Respuesta a Vicarious Shamishen

Posted: 06 Sep 2021 09:02 AM PDT

Este texto es una respuesta crítica a un texto de Vicarious Shamishen titulado "La ciencia como cierre categorial de origen burgués. Incapacidad artística de la burguesía", publicado el 26 de agosto en este mismo portal. 

Debería parecernos por lo menos triste que dentro del anarquismo, es decir, dentro la lucha por la construcción de una sociedad libre, racional, donde todos pueden ser lo más felices y lo más libres posibles, conviviendo en solidaridad, apoyo mutuo y amor fraterno, encontremos aún posiciones que no sólo exhiben una ignorancia desorbitada sobre lo que la ciencia (y el pensamiento racional en general) es, sino que además está en condiciones de verter tal ignorancia en verborrea pseudofilosófica a modo de propaganda anarquista. En efecto, el texto publicado en este portal el 26 de agosto de 2021 titulado “La ciencia como cierre categorial de origen burgués. Incapacidad artística de la burguesía” de Vicarious Shamishen no puede ser caracterizado más que eso: mera verborrea de quien no sólo no está en condiciones de entender el potencial liberador de la ciencia, sino que tampoco de cómo el origen del pensamiento científico está íntimamente ligado con el pensamiento anarquista. Señalemos alguno de los desvaríos de ese trabajo y luego reflexionemos sobre el lugar de la ciencia para el anarquismo.

Debe sorprendernos cómo la primera oración del texto de Shamishen ya nos ofrece una plétora de errores. Comienza el escrito con la siguiente pomposidad:

 “¿Qué es «la ciencia», esa deidad moderna y postmoderna también, sino desde una perspectiva humanística una categorización, un cierre del discurso, un rancio positivismo comtiano, heredero traidor y legitimador de cierta filosofía y lógica aplastante que en su caso motivó el «coup d’êtat» a cargo de la burguesía revolucionada contra la nobleza, cuyos «progresos técnicos» no hacen sino marginar y eliminar binariamente, mediante la escala de grises inherente a ella misma, las mejores capacidades cualitativas de escritores no comerciales y no capitalistas venalistas, de gran calidad por lo tanto (si vales, vales; si no, para Humanidades)?”

Ignoremos que Shamishen pareciera no saber que el posmodernismo es una reacción relativista científica y epistemológica, por lo cual probablemente los posmodernos tienen muchas afinidades con su forma de “razonar”. Pasémoslo por alto. Lo que resulta más serio es entender la ciencia como “categorización” y “cierre de discurso” y que ello tiene por consecuencia “eliminar binariamente […] las mejores capacidades cualitativas de escritores no comerciales y no capitalistas”. Vamos a ver. Una distinción que conviene hacer es separar, por un lado, la ciencia de forma interna, propio de una filosofía del conocimiento y, por el otro, la ciencia comprendida de forma externa, desde las ciencias sociales. La distinción es importante. La ciencia comprendida internamente, entendida como ella misma es, no es otra cosa sino la aspiración de describir la realidad –y esa realidad puede ser, por supuesto, natural, social, matemática, moral, lógica, filosófica, etc.- sosteniéndose sobre evidencias que pueden tanto ser acreditadas en primera persona como disponibles para cualquiera que indague en la misma materia. Un conocimiento propiamente tal puede ser denominado científico (y en realidad, conocimiento en sentido estricto) si quien afirma algo lo hace basándose en algo que está intersubjetivamente disponible, para todos. La ciencia es, en esencia esto y todo lo demás son capas contextuales que la repletan de contenido en distintos tiempos. En contraste, la ciencia tomada como fenómeno sociológico, es decir, vista desde afuera, es sólo la constatación de un grupo de personas autodenominadas “científicos” que operan con una serie de variables culturalmente interpretadas. El científico social se encuentra con que la comunidad de científicos utiliza términos como “verdad”, “dato”, “conclusión”, “electrón”, “energía”, “sociedad”, “número irracional”, “hipótesis”, etc., e intenta develar qué sentido tienen esos términos y sus respectivos objetos para esa comunidad. No es tarea del científico social evaluar la pertinencia o la realidad de tales conceptos (de hecho, él mismo opera con nociones de verdad, evidencia, observación, etc., que están siempre presupuestas; esa es tarea de la epistemología hacer tal evaluación), su único interés es comprender un hecho cultural llamado “ciencia” que tiene unas particularidades específica a lo largo de la historia, de los distintos territorios, etc. Confundir ambos conceptos podría, como inútilmente intentó el posmodernismo hacer, creer que todo era reducible a variables sociológicas, por lo cual incluso las verdades matemáticas y físicas eran meras construcciones sociales, y que todo se diluya en mera imaginación y convención. Afortunadamente ese sociologismo rancio ya ha quedado descartado desde hace más de 50 años en la discusión seria en torno a la filosofía del conocimiento y de la ciencia, y entendemos que la ciencia es, de hecho, nada más que el patrimonio de lo que la humanidad ha comprendido de la realidad en el tiempo a partir de ponerse ella misma la exigencia de buscar evidencias que estén disponibles, aunque sea potencialmente, para todos. La ciencia lejos de ser una mera “categorización” o un “cierre de discurso” está en constante movimiento, volviendo sobre sus verdades adquiridas en un momento y reemplazándolas por otras mejor fundamentadas. Esto en realidad es forzoso porque siempre que se devela un aspecto de la realidad inmediatamente se hace visible para quien investiga un horizonte de indagaciones futuras por las que se puede avanzar, y que permitirían comprender de manera más adecuada los asuntos.

Pero claro, quizá Shamishen podría reconsiderar su posición respecto de la ciencia cuando se presuma qué es lo que está en contraste con ella. Cuando la idea de que no sólo es posible sino además necesario proveer una justificación acerca de lo que se dice o se hace, lo que resta es la autoridad, que puede tomar distintas formas: tradición, religión, ideología oficial, costumbres añejas, castas de sacerdotes, textos sagrados, etc. Cuando no se reconoce la mera posibilidad de una racionalidad común, lo único que queda es la fuerza. Lxs anarquistas no sólo creemos que la anarquía es lo que buscamos porque estemos absolutamente encaprichados por ella. No es un objetivo ocioso la anarquía, ni lo hemos escogido meramente porque se ajusta a nuestros gustos o subjetividades particulares. La mayoría de lxs anarquistas, y he aquí el trasfondo eminentemente racionalista e ilustrado del anarquismo, creemos que la anarquía es, de hecho, la mejor sociedad posible, aquella donde todos los individuos pueden vivir razonablemente mejor que en cualquier otra. De hecho, este es el argumento bajo el cual lxs anarquistas justificamos el uso de la violencia: la violencia está justificada cuando existen enemigos, los verdaderos encaprichados, que en nombre de su propio beneficio quieren mantener la sociedad patriarcal, estatal, capitalista, en suma, jerárquica, y que están dispuestos, precisamente porque no reconocen la posibilidad de una fundamentación racional de nuestro modo de vida, a defenderla por la fuerza. Cuando acusamos, de hecho, a los liberales o a los marxista-leninistas de que sus fundamentos o su comprensión de la sociedad es errónea o inmoral, no hacemos precisamente sosteniéndonos sobre argumentos racionales: denunciamos su falsa racionalidad (su falsedad) en base a nuestra racionalidad. La ciencia tiene un potencial liberador para la humanidad porque ya no resulta admisible que alguien me prescriba algo sin que me provea una justificación que yo misma pueda legitimar; y puedo precisamente ante ello esbozar una réplica mostrando los errores de la autoridad. Si nada de eso existe, sólo queda agarrarse a golpes.

Cuando comencé a escribir esta respuesta pensaba dar azotes a todas las frases del texto de Shamishen que me parecieran barbaridades insostenibles. Sin embargo, todo el texto es una barbaridad, por lo cual intentaré tomar una actitud distinta e apuntaré a qué es eso que a Shamishen le preocupa tanto y cómo podemos hacer sentido de esa preocupación. Tratemos…

A Shamishen, pareciera al menos, le preocupa una noción ideológica y restrictiva de la ciencia, una que surgió durante el siglo XIX y se extendió de forma radical a lo largo del XX, y esto es el positivismo. El positivismo es la idea de que el único conocimiento válido es el conocimiento de las ciencias naturales, y todo presunto saber (moral, científico-social, filosófico, etc.) debe reducirse, de alguna forma, a variables físicas. Esta ideología, totalmente anticientífica, es la que está desplegada cuando los Estados recortan fondos para la investigación en ciencias sociales o en filosofía, o cuando las escuelas eliminan la asignatura de artes o filosofía para darle más horas a la física. Pero el positivismo, quizá Shamishen lo sepa, tiene un efecto muchísimo más terrible de que sea una sociedad que forma básicamente imbéciles que sólo pueden calcular. El positivismo niega la posibilidad de una moral racional, tanto individual como social, y en tal movimiento, lo único que queda es el individualismo liberal y la tecnocracia economicista a nivel social. Si la ética y la filosofía social son deslegitimadas en su racionalidad, evidentemente desde el poder se desplegarán todo tipo de atrocidades y todo ello en nombre de la “economía” o la “libertad individual”. De hecho, la clausura positivista de una racionalidad práctica (ético-moral) es lo que ha forzado a muchos a tener que volver sobre formas de vida práctica antiguas, recuperando la religión, la sangre y el suelo, la nación, la tradición, las costumbres viejas, la patria, la autoridad de los ancianos, el nihilismo, la mística y la neomística, y todas aquellas cosas que la ciencia, en su origen, mostró que eran formas injustificadas de habitar el mundo. En este respecto estamos de acuerdo con Shamishen: necesitamos reivindicar las artes, la filosofía, las ciencias sociales, y necesitamos, de hecho, hacerlo porque también la posibilidad de una sociedad construida desde abajo, operando con democracia directa, tal como el anarquismo aspira, necesita poder desbaratar la ideología de los tecnócratas, la ideología, en suma, de los positivistas, precisamente porque es una ideología irracional y anticientífica. Aceptamos este impulso, pero también reaccionamos con severidad contra quien confunda el positivismo con el pensamiento científico, porque precisamente el que lo hace ya se ha comprado la ideología positivista. Shamishen firmemente cree que la ciencia no es más que lo que el positivismo dice que es, y por eso reacciona contra ella. Esperemos que este escrito le ayude a saber que no reacciona contra la ciencia, sino contra la anticiencia.

 Nautilia Hyosung


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Carta abierta a los organizadores del estudio sobre "reticencia vacunal" de la Escuela Andaluza de Salud Pública

Posted: 04 Sep 2021 05:42 AM PDT

Estimados investigadores de la Escuela Andaluza de Salud Pública:

AutoridadHace unos días fui invitado muy amablemente a participar en el estudio sobre «reticencia vacunal» que estáis organizando. Dado que en aquel momento no supe muy bien qué contestar, y como entretanto se ha hecho además un llamamiento más o menos público a la participación en dicho estudio a través de un grupo de consumo del que soy socio, me permito responder públicamente y exponer en esta carta abierta los motivos por los que rechazo la invitación a participar en el mismo.

Primero: después de un larguísimo año y medio en el que no han dejado de sucederse órdenes y medidas médico-policiales manifiestamente absurdas, completamente inútiles y sumamente dañinas para la gente, y en el que ha reinado en el pueblo en el que vivo, como en casi todas partes, un sepulcral silencio y una rigurosa prohibición, tanto tácita como explícita, de hablar contra lo que está pasando, me resulta asombroso que a los organizadores de este estudio os haya parecido que la cosa de la que hay que hablar, la cosa que merece la pena ponerse a estudiar, sea precisamente, de entre todas las posibles, la conducta, las opiniones y el ‘perfil sociológico’, o comoquiera que lo llaméis, del puñado de personas que nos estamos negando a cumplir una de las más dañinas, inútiles y absurdas de todas esas órdenes, a saber: la de inyectarse una sustancia experimental tan peligrosa para la salud como ineficaz para el fin para el que supuestamente sirve, que no es otro que prevenir el contagio de la fantasmagórica enfermedad que el Régimen se ha sacado de la manga, con palmario y rotundísimo éxito por cierto.

Queda claro, desde su planteamiento mismo, qué es lo que a los organizadores de este estudio os parece normal, aceptable y deseable (dejarse inyectar sin más) y qué, por el contrario, anormal, problemático y digno de estudio: nosotros. Ni se os pasa por la cabeza que en este estado de cosas pueda estar todo del revés y que en un mundo un poco menos enloquecido lo lógico fuera más bien ponerse a estudiar exactamente lo contrario, a saber: el hecho de que millones y millones de personas, en el cada vez más vano intento de conservar sus derechos de ciudadanía, proteger sus intereses personales y tener un lugar en este mundo, se estén aviniendo a cumplir esa sucesión propiamente interminable de órdenes, rituales, supersticiones y sacrificios que se les están exigiendo y que atentan directamente contra su dignidad, sus derechos fundamentales, sus más elementales intereses personales y hasta la posibilidad misma de tener un lugar en este mundo.

Segundo: me parece igualmente asombroso que pueda presentarse como «diálogo» lo que más bien habría que denominar ‘extracción dirigida y controlada de información’ o, más sencillamente, ‘estudio científico del adversario’. Dicho de otra manera: lo que se nos propone bajo el nombre de «Diálogo Vacunas» no es sino otro experimento que nos toma a nosotros por objeto de estudio, en este caso con el objetivo de doblegar esta insidiosa e irracional negativa nuestra a dejarnos inyectar estos venenos. (Tan pecaminosa e inconcebible os resulta esta negativa o resistencia nuestra que recurrís a un eufemismo ininteligible, supersticioso y puritano —‘reticencia vacunal’— para no tener que nombrarla siquiera.) Por si no fuera suficiente con tener que estar padeciendo la mayor operación de propaganda, terror, manipulación y control de la que se tiene noticia, y este virulento y sostenido intento del Régimen de convertirnos a todos en los conejillos de indias de un pavoroso experimento político, médico y farmacológico de escala planetaria, venís ahora científicos sociales y bioéticos a convertir también las razones de nuestro rechazo en un nuevo objeto de indagación, análisis y cómputo científicos, fisgoneo cuya sola finalidad posible es conocer más a fondo y en detalle las razones, la conducta y los puntos débiles de vuestro enemigo para afinar, pulir y perfeccionar vuestros métodos de persuasión y presión vacunatorias; lo cual lleva, por cierto, a concluir que estos estudios sobre ‘reticencia vacunal’ forman parte también de la mayor operación de propaganda, terror, manipulación y control de la que se tiene noticia y de aquel virulento y sostenido intento del Régimen de convertirnos a todos en los conejillos de indias de un pavoroso experimento político, médico y farmacológico de escala planetaria.

Pues bien: a esta extracción dirigida y controlada de información y a este estudio científico del adversario es a lo que no tenéis reparo en llamar «diálogo». Cabe sospechar que si esta operación puede presentarse impunemente como un «diálogo» es porque nadie sabe ya lo que es un diálogo, y porque a las palabras se les puede hacer tanta violencia como se quiera. Ahora bien, la violencia que se le hace a las palabras es sólo el anuncio de la que se le hará a continuación a las cosas; en este caso, a la gente misma. Porque lo que está aquí en juego es la posibilidad de que la gente hable de verdad. Y eso es precisamente lo que os obliga a malentender la cuestión y a sostener esta confusión y hacer esta violencia a las palabras y a las cosas. Es verdad: en estos estudios la gente habla. Pero el hecho de que, en lugar de dar su brazo a inyectar o de permanecer encerrados en sus casas el tiempo que las autoridades estimen necesario, a los objetos de estas investigaciones se les invite a hablar y a exponer sus razones no convierte, ni mucho menos, dichas investigaciones en un diálogo. También la policía investiga, también en las salas de tortura acaba hablando la gente, y ningún comisario, ministro o jefe de prensa ha tenido jamás la ocurrencia de presentar la cosa como un diálogo. Aunque… ¡tiempo al tiempo!

No: la condición para que haya diálogo es que tú puedas preguntarme a mí tanto como yo pueda preguntarte a ti; que el objeto de estudio deje de ser objeto y se vuelva YO que pregunta, niega y contradice, interminablemente, cada pregunta que TÚ le haces; que YO y TÚ se vean alterados, modificados, perturbados y trasmutados por el hacer y deshacer imprevisible y sin fin del propio diálogo; que lo que el diálogo entre TÚ y YO vaya diciendo y desdiciendo, haciendo y deshaciendo no pueda convertirse de ninguna manera en un flujo computable de información, datos o dinero, ni por lo tanto usarse para alimentar estudios, programas o planes de ningún tipo.

¿Podrán entonces los objetos de este estudio preguntaros qué es y cómo está hecha y aprobada la sustancia cuyo rechazo los convierte a ellos en anomalías dignas de estudio, y qué opináis vosotros de semejante sustancia, y por qué consideráis que son ellos dignos de estudio? ¿Podrán preguntaros los objetos de este estudio qué pensáis vosotros de las escandalosas cifras de efectos adversos graves y muy graves y de muertes tras vacunación que están registrando los servicios de farmacovigilancia del mundo entero? ¿Podrán saber los objetos de este estudio por qué la institución de Salud Pública que organiza este estudio no ha dicho una sola palabra sobre los casos de vacunación forzosa y por lo tanto ilegal de migrantes que se han producido en Granada y que algunos hemos denunciado públicamente, vacunaciones forzosas que han sido justificadas, consentidas y muy probablemente promovidas y autorizadas por personas muy próximas a la misma institución de Salud Pública que organiza este estudio? ¿Podrían los científicos que lleven a cabo este estudio llegar a verse afectados, alterados y modificados por lo que digan sus objetos de estudio hasta el punto incluso de llegar a reconocer que lo incomprensible, lo anómalo y lo inaceptable es que a la gente se le esté inyectando una sustancia experimental inútil y nociva y que esa inyección se esté convirtiendo en un instrumento de segregación y control social? ¿Podrían llegar a hablar abiertamente esos científicos en contra de dicha sustancia y de lo que dicha sustancia representa, que es lo que en ningún caso cabría descartar si lo que tuviera lugar fuera un verdadero diálogo? ¿Os vais a abstener, los científicos que llevéis a cabo este estudio, de convertir en información y datos lo que vuestros objetos de estudio digan, y de elaborar las correspondientes conclusiones, recomendaciones y propuestas, encaminadas a «mejorar la comunicación y la transparencia», a «contrarrestar la difusión de noticias y teorías falsas», a «reducir las barreras y hacer más fácil y cómodo recibir la vacuna» o a «hacer partícipe al conjunto de la población de las decisiones que se toman en relación con la fabricación y la distribución de las vacunas», para así reducir la reticencia contra estas sustancias [1]? Me temo que no. Me temo que los científicos saldréis del estudio tan confirmados en vuestra fe como entráis en él y que lo único que vuestros ‘objetos de estudio’ podrán hacer será contestar (eso sí, tan largo y tendido como quieran, y tanto mejor cuanto más largo y tendido) a las preguntas o cuestiones o temas que los científicos les vayáis planteando, preguntas que un verdadero diálogo podría poner una y otra vez y cuantas veces hiciera falta en cuestión, volviendo la pregunta contra la propia pregunta y amenazando así a cada paso con deshacer la división misma entre interrogador e interrogado, entre Sujeto y Objeto, y con ella la constitución y la fe de cada cual y la realidad misma que se está investigando. Ante lo cual mucho me temo que los responsables de la investigación os veríais en la obligación de decir bien claro y bien alto lo que todo buen científico y todo buen policía tiene que decir en algún momento: «Aquí las preguntas las hago yo».

Cabe, no obstante, preguntarse por qué este empeño en aplicar estos métodos abiertos, estos sucedáneos de diálogo a la investigación social. Y no es difícil adivinar la función que esta conversación trucada y falsificada cumple en el marco general del Régimen Inmunitario Universal: además de la ya mencionada de afinar y mejorar el conocimiento que el propio Régimen obtiene así de los recalcitrantes (conocimiento que le permite modular, pulir y perfeccionar sus métodos de persuasión y evitar en lo posible llegar a imponer medidas abiertamente coercitivas, decisión siempre gravosa en términos propagandísticos y de orden público), se trata de sostener la ilusión de que el Régimen dialoga, de que el Régimen escucha, de que el Régimen admite, protege y fomenta la discrepancia y la crítica. Y esta ilusión os ponéis a cultivarla justamente ahora, cuando, después de aplicar cantidades inconcebibles de propaganda y terror, el Régimen ha logrado vacunar ya a prácticamente todos los mayores de cuarenta años; cuando redobla la presión para inocular a la totalidad de los niños y cuando, en aquellos países quizás menos narcotizados por la Pax Democrática, Dineraria y Televisiva en los que la gente se ha echado a la calle, no duda en recurrir abiertamente a la represión, la coacción y la violencia directas para lograr el delirante objetivo de vacunar una y otra vez y cuantas veces haga falta a la totalidad de sus poblaciones. Y como era de esperar, los encargados de cultivar esta ilusión de diálogo y pluralismo sois los miembros de la fracción más progresista del Régimen, sus funcionarios y dirigentes de izquierdas, esos que lo mismo te vacunan a la fuerza a un migrante que te redactan una ley de consentimiento informado. Pues tal es la función específica que le ha sido asignada a la izquierda en la división del trabajo social, y su seña de identidad más característica: la de obedecer discrepando, la de ser la vanguardia crítica y falsamente dialogante del Régimen y la encargada de hacer aceptables sus exigencias más cruentas.

Así pues, el plan es claro: vacunación universal, tan voluntaria como forzosa, para asalariados, trabajadores precarios, migrantes, ancianos, niños, embarazadas, enfermos, personas tuteladas, etcétera, y tolerancia controlada y propagandística para con el rechazo vacunatorio moderado, siempre y cuando éste afecte únicamente a grupos de población tan insignificantes como manejables, y a condición de que dicho rechazo se deje interrogar, estudiar, seducir, persuadir, convencer… y vacunar llegado el caso.

Largo y tendido podría seguir hablando de estos y otros muchos aspectos del nuevo Régimen Inmunitario Universal. Paro aquí, sin embargo, porque parece ser que mañana mismo da comienzo este estudio y querría que estas pocas razones pudieran leerse a tiempo. ¿Habrán quedado suficientemente claras? Las repito y resumo por si acaso:

Me niego a participar en este estudio porque me niego a colaborar de ningún modo con unas instituciones (desde la Escuela Andaluza de Salud Pública hasta la multinacional farmacéutica que patrocina y financia generosamente, a través de una de sus fundaciones, este estudio vuestro) que se han convertido en un engranaje esencial del nuevo aparato de administración de muerte y que están sosteniendo la realidad de esta mentira, la realidad de esta fantasmagórica enfermedad detrás de la cual se oculta una mutación profunda y terrible de la Dominación de la que nadie parece querer enterarse.

Y rechazo la invitación a participar en este estudio porque me niego a sostener el simulacro o sucedáneo de diálogo con el que el Régimen mata y sustituye la conversación pública y libre de la gente, esa razón común y de nadie que es la sola voz que puede hablar y hacer contra la mentira que nos está matando, y a cuyo libre, desobediente y público ejercicio —en calles, parques, campos o a la vera del río— llamo e invito desde aquí, en sustitución del estudio que esta institución de Salud Pública nos propone, a todos los vecinos de este pueblo, vacunados o no, que estén dispuestos a hablar de lo que está pasando.

En cuanto a los científicos que vais a llevar a cabo esta y otras investigaciones, no desespero de que estas apresuradas razones puedan llegar a haceros dudar, al menos un poco, de la necesidad de estos estudios en los que tanta fe tenéis, como tampoco desespero de que os animéis alguna vez, movidos tal vez por esa duda y en un descuido de vuestras importantes tareas, a uniros alegremente, como uno más, como uno cualquiera, a la libre e interminable conversación en la que se encuentra siempre y a cada momento —aquí, ahora: donde no cabe fe, persona, ni mentira ningunas— el común de la gente.

Reciba, por lo demás, un cordial saludo.

Emilio
Monachil, 1 de septiembre de 2021
(Corregido y ampliado el 3 de septiembre de 2021)

https://contraelencierro.blogspot.com/

NOTA

[1] Ejemplos sacados al azar de M. Cruz, J. Hortal y J. Padilla, «”Vísteme despacio que tengo prisa”. Un análisis ético de la vacuna del COVID-19: fabricación, distribución y reticencia», revista Enrahonar, núm. 65, 2020, y de «Behavioural considerations for acceptance and uptake of COVID-19 vaccines. WHO technical advisory group on behavioural insights and sciences for health. Meeting report», Organización Mundial de la Salud, octubre de 2020.


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Prefacio a Sociología de la libertad de Abdullah Öcalan

Posted: 03 Sep 2021 12:28 PM PDT

Este texto es el prefacio de John Holloway a la reciente traducción al inglés del libro de Abdullah Öcalan, The Sociology of Freedom: Manifesto of the Democratic Civilization, Volume III, publicado en turco (título: Özgürlük Sosyolojisi) en 2009. Como se sabe, Öcalan, en prisión desde 1999, fue uno de los líderes del Partido de los trabajadores de Kurdistán y padre ideológico del confederalismo democrático, modo de organización que se aplica en Rojava. Traducción del libro en inglés por Tía Akwa.

Es un gran honor que me pidan que escriba este prólogo[1]. Lo hago con orgullo, por quién es el autor y por el movimiento que representa. Lo hago para expresarle mi apoyo en su lucha contra un terrible encarcelamiento y mi apoyo a las luchas del pueblo de Kurdistán en su intento de crear un mundo diferente, una forma de vida diferente, en medio de la violencia más terrible. Lo hago para protestar contra la brutalidad del estado turco y de todos los demás estados cómplices.

El libro fue escrito por Abdullah Öcalan en prisión. Arrestado ilegalmente en Kenia por las fuerzas de la OTAN en 1999, ha estado encarcelado desde entonces en la isla prisión de İmralı. Durante gran parte de ese tiempo ha estado recluido en total aislamiento y con frecuencia se le ha castigado con la extracción de sus libros, lápiz y papel, en violación de los derechos básicos estipulados en la Convención de Ginebra. A pesar de ello, ha logrado escribir cinco volúmenes explicando sus ideas políticas, volúmenes que presentará en su defensa ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). El presente libro es el tercer volumen, escrito en prisión en 2008 y publicado aquí en inglés por primera vez. A través de todos estos años de encarcelamiento, Las ideas de Öcalan han sido una importante fuente de inspiración para el movimiento kurdo en sus luchas, centradas en la provincia de Rojava en el noreste de Siria, para crear una forma diferente de vida, una forma de organización social que ellos llaman "modernidad democrática".

El peligro de escribir un prólogo a un libro escrito por una figura tan imponente es que uno lo santifica diciendo simplemente "¡qué maravilloso!" contribuyendo así a la formación de un culto a la personalidad que sin duda está presente en el propio movimiento. Claramente, esto no es lo que quiere Öcalan. En varios puntos del texto deja claro que para él esto es parte de un diálogo y que busca reacciones a sus ideas. Cuando comencé a leer el libro, tenía claro que quería expresar mi apoyo, pero no estaba del todo seguro de que el libro en sí me convenciera. Esta actitud inicial fue desapareciendo gradualmente y se convirtió en una lectura muy diferente, en la que fui absorbido por la fuerza del argumento. Digo “gradualmente” porque, viniendo de Europa y América Latina, me tomó un tiempo adaptarme a un marco de referencia diferente y comprometerme en una discusión que no se trata de un mundo “allá”, sino crítica y crucialmente sobre mi mundo, nuestro mundo, sobre nuestro mundo y la posibilidad de que todavía podamos tirar del freno de emergencia en el tren de la destrucción y crear algo diferente.

El libro de Öcalan es una contribución importante al diálogo de esperanza, un diálogo que se está llevando a cabo en todo el mundo, a veces por voces articuladas y bien organizadas, como los zapatistas en el sureste de México, a menudo por grupos que resisten las depredaciones de las empresas mineras o urbanistas, o mujeres que luchan contra la violencia masculina; a veces, son solo los estudiantes quienes levantan la vista de sus libros y piensan: "Tiene que haber una salida, tiene que haber la posibilidad de crear un mundo diferente". A medida que crece la oscuridad que nos rodea, a medida que el autoritarismo y el militarismo nos acercan al precipicio, millones y millones y millones de voces se unen en el diálogo de “desesperación y esperanza”: tiene que haber una salida; tiene que haber un camino a seguir.

Para Öcalan, la esperanza radica en restaurar el “funcionamiento libre de la sociedad moral y política” (cap. 7, 152). Esta es la tarea revolucionaria: “La tarea de los revolucionarios no se puede definir como la creación de cualquier modelo social de su creación, sino más correctamente como jugar un papel en la contribución el desarrollo de la sociedad política y moral” (cap 7, 138). Esta sociedad moral y política existe como un sustrato reprimido en todas las sociedades: “el sistema de civilización democrática, esencialmente la totalidad moral y política de la naturaleza social, siempre ha existido y se ha sostenido como la otra cara de la historia oficial de la civilización. A pesar de toda la opresión y explotación a manos del sistema mundial oficial, la otra cara de la sociedad no podía ser destruida. De hecho, es imposible destruirlo. “Así como el capitalismo no puede sostenerse sin una sociedad no capitalista, la civilización, el sistema mundial oficial, tampoco puede sostenerse sin el sistema de civilización democrática” (cap . 7, 14 3).

La sociedad moral y política, como yo la entiendo, es el gel de la vida cotidiana: las idas y venidas de personas normalmente poco espectaculares: la confianza, el apoyo mutuo, las amistades, los amores, el compartir la comida, la preparación de la comida, el lavar los platos y la ropa, el cotilleo, el compartir y dar forma a las ideas morales, todas esas actividades que son comunes a todos nosotros, esas actividades que unen nuestras vidas y constituyen y reconstituyen comunidades. Pero durante los últimos cinco mil años, desde el imperio sumerio, la sociedad moral y política ha sido reprimida y bloqueada por la civilización oficial, la civilización basada en el poder, el monopolio, el patriarcado, el capital, las ciudades. Pero esta civilización del poder nunca ha logrado liberarse del sustrato moral y político, por mucho que pretenda haberlo hecho. “Sin el monopolio del capital y el poder, la sociedad moral y política es el estado natural de la sociedad. Todas las sociedades humanas deben tener estas cualidades desde su nacimiento hasta su decadencia. Los moldes de la sociedad esclavista, feudal, capitalista y socialista son como ropas que esperan ponerse en la naturaleza social; no expresan la verdad. A pesar de lo que afirman, no existen tales sociedades. Estas sociedades, cuyo estado original era moral y político, no pudieron desarrollarse plenamente porque fueron continuamente oprimidas, explotadas y colonizadas por los monopolios del capital y el poder” (cap. 7, 151–52). La civilización del poder, entonces, es como una armadura arrojada sobre la sociedad moral y política que esconde y constriñe y bloquea su desarrollo y que ahora es cada vez más sociocida, amenazando con destruir la sociedad por completo. La historia de la sociedad moral y política (o civilización democrática) es una historia de resistencia, rebelión y lucha por la vida: “La historia de la civilización democrática, en gran medida, es la historia de resistencia, rebelión e insistencia en la vida de la sociedad moral y política de las tribus y aşirets en su lucha por la libertad, la democracia y la igualdad frente a los ataques de la civilización” (cap. 7, 182).

Hay una belleza en esta concepción. La revolución se convierte en "por supuesto [of course]". Por supuesto, necesitamos una revolución y, por supuesto, debemos hacerlo. Pero, por supuesto, no hay nada más normal, ¡nada más obvio! La revolución está entretejida en la experiencia y la creatividad de nuestra vida diaria. Somos nosotros quienes creamos y recreamos, día tras día, la sociedad moral y política que es la sustancia de nuestras relaciones cotidianas. Somos nosotros los que enfrentamos los obstáculos de esa creatividad todos los días: el hecho de que tenemos que ir a trabajar o prepararnos para los exámenes o que se nos impide el acceso a los medios necesarios para realizar nuestra creatividad. Todos somos conscientes de la civilización del poder (capitalismo, patriarcado, como queramos llamarlo) que nos bloquea el camino, pero, al mismo tiempo, estamos arraigados en una socialidad diferente que da sentido y dirección a nuestras vidas: una socialidad moral y política que resiste y se rebela, que empuja y empuja contra su represión por parte de la civilización oficial.

La resistencia y la rebelión cambian constantemente de patrón, rechazando aquí, rechazando allá, empujando aquí, empujando allá contra los ataques que vienen constantemente de la civilización del poder. La porsupuestidad  de la resistencia y la rebelión cambia a medida que avanzan los ataques contra nosotros y nuestras propias sensibilidades impulsan en diferentes direcciones. Öcalan muestra una extraordinaria sensibilidad a los patrones cambiantes de la lucha. Esto es importante, ya que, a pesar de estar encerrado en aislamiento, su argumento resuena fuertemente con los debates actuales en todo tipo de formas. Lejos de ser un libro relevante solo para la lucha kurda, La sociología de la libertad es una contribución importante a los debates actuales sobre el capitalismo, el patriarcado, la ecología y el estado.

Para Öcalan, la civilización del poder está (y ha estado desde la época del imperio sumerio) construida sobre la esclavitud de las mujeres y la subyugación de la naturaleza, y su forma organizativa ha sido el estado. Por lo tanto, y por supuesto, las luchas de las mujeres contra el patriarcado y las muchas luchas para transformar la relación entre los humanos y otras formas de vida (y de hecho la comprensión de la vida misma) están y deben estar en el centro de cualquier revolución dirigida a redimir la sociedad moral y política. Por lo tanto, y por supuesto, la lucha es una lucha antiestatal en su organización y objetivo: su organización se basa en la asamblea y su objetivo no es (enfáticamente no) la creación de un estado kurdo, sino el liberarse tanto Kurdistán como el mundo del estado, del estado como forma opresiva de organización. Las implicaciones del trabajo de Öcalan son profundas y emocionantes. Tiene una enorme influencia en el movimiento kurdo, reflejada en las formas de organización y el protagonismo de las mujeres en la lucha. Y, más allá de eso, la resonancia de su trabajo con las luchas y debates actuales en todo el mundo es verdaderamente extraordinaria.

Sentir esta resonancia es entrar en un debate con el autor. A medida que leemos el texto, pasamos por fases de acuerdo, entusiasmo, duda, desacuerdo, quizás incluso molestia, como lo haríamos con cualquier autor bueno y provocador, como lo haríamos con Bookchin (por quien Öcalan está fuertemente influenciado y cuya Ecología de la Libertad es el modelo para el título del presente trabajo)[2] o Graeber o Negri o Wallerstein o Federici o muchos otros. Respetar a un autor es criticarlo. Leer a Öcalan sin crítica solo porque es el símbolo de un gran movimiento sería poner otra cerradura en la puerta de su prisión, para embalsamarlo antes de morir. Incluso si sabemos que es posible que este prólogo y otros textos nunca pasen por la puerta de su prisión, tenemos que comprometernos con lo que está diciendo. Precisamente por la enorme admiración que siento por alguien que ha dedicado su vida a intentar cambiar el mundo y ha tenido tanta influencia en un asombroso movimiento de cambio que tiene lugar en las condiciones más espantosas, precisamente por eso, me siento atraído al debate, a decir “maravilloso, pero quizás...".

Mis propias dudas se centran en las cuestiones de la historicidad-negatividad, el dinero y el mercado, la clase trabajadora, la nación. Las constantes referencias en el libro a la civilización sumeria, a Babilonia y Asiria, a la tradición zoroástrica, ciertamente extienden mi pensamiento a áreas inexploradas pero al mismo tiempo me hacen sentir que existe el peligro de perder de vista la urgencia de nuestra situación. Quizás haya una tendencia más amplia (uno piensa en Bookchin o en Deuda: Los primeros 5000 años de David Graeber)[3] a pasar del análisis del capitalismo a una perspectiva mucho más amplia, a ver el capitalismo como la última fase del desarrollo del patriarcado, por ejemplo. Ciertamente, Öcalan tiene razón al llamar nuestra atención sobre las continuidades de la dominación, pero tal vez nuestra preocupación inmediata deba ser la forma específica de dominación que nos impulsa hacia nuestra destrucción. Quizás tengamos que decir que sí, pero la civilización de poder oficial que domina hoy en el mundo tiene un nombre: capitalismo. El capitalismo tiene su propia dinámica y sus propias fragilidades y vulnerabilidades que son bastante distintas, e infinitamente más destructivas, que las de la civilización sumeria. Por capitalismo entiendo no un sistema económico sino un sistema totalizador de “dominación y resistencia” que incluye, de manera crucial, la subordinación de la mujer y la explotación de la naturaleza pero que tiene su propia fragilidad basada en su dependencia de nosotros, es decir, en la conversión de nuestra actividad en trabajo abstracto, productor de valor. Esta dependencia-fragilidad específica tiene que ser central para cualquier desarrollo de una sociología de la libertad.

El enfoque histórico largo puede conducirnos paradójicamente a una idealización ahistórica de la resistencia, de nuestra resistencia. La sociedad moral y política, que Öcalan ve como el centro de nuestra resistencia y nuestra esperanza, no puede permanecer fuera del sistema de dominación: es inevitablemente penetrada por el poder-civilización (capital) que lo domina. Nuevamente, Öcalan se encuentra en el centro del debate internacional, porque también aquí en América Latina hay una tendencia a idealizar a la comunidad, especialmente a la comunidad indígena, como una fuente de esperanza fuera del sistema. Esto puede conducir fácilmente a un romanticismo, pero también a una peligrosa dicotomía entre adentro y afuera, que recuerda en algunos aspectos a El hombre unidimensional de Marcuse[4], un libro muy diferente. La esperanza se proyecta entonces hacia el exterior: la sociedad moral y política, la comunidad indígena, los socialmente marginados, y ese exterior se contrasta con un interior que se ve totalmente integrado al sistema. Esto es muy fuerte en el trato de Öcalan a la clase trabajadora: "Así como el esclavo y el siervo eran extensiones de sus amos y señores, el trabajador concesionario [es decir, asalariado] es siempre una extensión del patrón" (cap. 7, 186). La misma dicotomía del lado de adentro hacia afuera también se puede ver cuando los ataques justificados contra el eurocentrismo se convierten en un rechazo de Europa (y de hecho la parte norte de América del Norte) como posibles lugares de rebelión. A la inversa, y en el peor de los casos , la misma dicotomía conduce a una exotización de la esperanza: para la gente del “Norte”, la esperanza está en el “Sur Global”, en Kurdistán o América Latina, lugares emocionantes que están cómodamente lejos.

Un enfoque diferente sería decir que toda dominación nos desgarra, tanto colectiva como individualmente. No hay una clara distinción entre la integración y los excluidos. Todos estamos subyugados, pero siempre hay un exceso, un desborde, una inconformidad, una rebelión, una dignidad. Lo ordinario se sitúa en ese exceso. Por lo tanto, la profundidad de la cita zapatista: “Somos mujeres y hombres, niños y personas de edad bastante ordinarias, es decir, rebeldes, inconformistas, inadaptados, soñadores”. Este desborde diario, este exceso diario es central a la porsupuestidad de la revolución. Esta dignidad rebelde, este impulso hacia un mundo de dignidad, está siempre presente, más o menos latente, más o menos fuerte. En general, cuanto más contundente la represión, más contundente la rebelión, al menos en potencia: este es el camino que Marx presenta a su idea de la naturaleza revolucionaria de la clase obrera. Como trabajadores, somos explotados y, por ello, estamos en una revuelta en contra de nuestra explotación. Como esclavos, estamos subyugados y, por tanto, en revuelta contra nuestra esclavitud, ya sea que la revuelta esté latente o patente, potencial o real. Nunca somos sólo una extensión del jefe. No es que algunas personas tienen dignidad y otras no: más bien, es que la dignidad es la lucha contra su propia negación, más fuerte en unas que en otras, latente en todas

Si la dominación nos destroza, debe ser cierto también de la sociedad moral y política. La concepción de Öcalan de una sociedad moral y política que está presente como un sustrato o la cohesión social en cualquier orden social, sin embargo “civilizada”, es algo bello, pero la historia de la sociedad moral y política es una historia de resistencia, como él señala. No es inocente, no se sostiene fuera de la civilización dominante que es su enemigo, pero es inevitablemente penetrada por él. El dinero es la forma más obvia y más potente de la penetración del capital en nuestra vida cotidiana. La sociedad moral y política existe como una fuerza poderosa y maravillosa, pero no existe positivistamente: existe negativamente, en el modo de ser negado y, por tanto, como la lucha contra su propia negación.

Lo mismo ocurre con la libertad. Todavía no hemos llegado, no sabemos cómo sería la libertad. La libertad existe como resistencia, como lucha contra y más allá de su propia negación, como anhelo, como batir nuestras alas y querer volar, pero todavía no podemos hacerlo. Intentar convertir el gran libro de Öcalan en la base de una sociología positiva de la libertad sería ir en la dirección equivocada. Es, más bien, una provocación para ser recogido y empujado más allá.

La idea de que la dominación nos separa, individual y colectivamente, también es relevante para la discusión de Öcalan sobre la nación, una parte importante de su argumento. Distingue muy cuidadosamente dos conceptos de nación: el nacionalismo estatal que tiende hacia el fascismo y la "segunda forma de convertirse en nación es transformar el mismo idioma o grupos culturales y lingüísticos similares, que son parte de la sociedad moral y política, en una sociedad democrática sobre la base de la política democrática. Todas las tribus, aşirets[5], pueblos e incluso familias desempeñan su papel como unidades de la sociedad moral y política en la formación de tal nación” (cap. 7, 183). Este tipo de nación, dice, es “el antídoto contra los monopolios de capital y poder” (cap. 7, 184). El nacionalismo defendido por Öcalan es muy diferente del nacionalismo estatal que está creciendo en todo el mundo; es un nacionalismo que promueve la lucha de todos los pueblos contra el Estado-capital-poder, sin pretender de ninguna manera una superioridad para el pueblo kurdo. Sin embargo, me siento incómodo con la noción de pueblo o nación como grupo con continuidad histórica o identidad. Puede que haya nacido o no en la misma región que mis antepasados ​​de hace trescientos años, puede que hable o no el mismo idioma, pero estoy bastante seguro de que mi experiencia diaria es muy diferente a la de ellos y probablemente sea más cercana a la experiencia de alguien que vive en el otro lado de la Tierra hoy en día. La idea de un flujo distintivo, prolongado e intergeneracional de experiencia social que subyace a cualquier concepto de nación puede tener cierta validez limitada en las sociedades campesinas, pero seguramente es mucho menos relevante para la mayoría de la población mundial que vive en ciudades. Y, sin embargo, la idea de la nación permanece como una poderosa ficción que mata a millones. El peligro de pensar en la nación como una unidad es que pasa por alto las divisiones dentro de la "nación", como las divisiones de clase entre explotadores y explotados. Además, por diferentes que sean las dos ideas de nación analizadas por Öcalan, existe el peligro de un deslizamiento entre una y la otra. La lucha de los estados que luchan contra el movimiento kurdo (principalmente los estados turco, sirio, ruso, iraquí y estadounidense) probablemente no sea tanto para destruir el nacionalismo kurdo como para estatificarlo [statify], para convertir el impulso por la autonomía en una demanda para el reconocimiento como un estado o provincia "autónomo", similar o una extensión de la actual Región del Kurdistán de Irak. Quizás sea mejor pensar en las luchas por otro mundo como necesariamente no solo antiestatales sino también antinacionales.

Tengo una preocupación similar en relación con el concepto de mercado de Öcalan. Muy a diferencia de Marx, que ve el origen de la destrucción capitalista como yaciendo en el hecho de que la riqueza humana se produce como productos que se venden en el mercado, con las relaciones entre las personas mediadas por el dinero, Öcalan afirma que “la civilización democrática no se opone al mercado. Al contrario, debido a que ofrece un entorno verdaderamente libre, tiene la única economía genuina de libre mercado. No niega el papel competitivo creativo del mercado. A lo que se opone son las técnicas para acumular ingresos especulativos” (cap. 7, 186). Es importante señalar que el tipo de mercado que Öcalan tiene en mente ciertamente no son los mercados financieros de Wall Street, es algo más cercano a un bazar, un lugar controlado por la comunidad donde se intercambian productos para cubrir necesidades básicas. En este sentido, es un concepto cercano a la práctica de muchos movimientos orientados al procomún o, de hecho, a la gran explosión del trueque en la crisis y levantamiento de 2001-2002 en Argentina. Aun así, es difícil ver cómo separar el mercado del dinero y cómo se puede separar el dinero de "acumular ingresos especulativos". El dinero destruye y divide; es el gran enemigo de la sociedad moral y política.

Radha D'Souza, en su fabuloso prólogo del volumen anterior de los escritos de Öcalan (un prólogo subtitulado "Leyendo a Öcalan como una mujer del sur de Asia", que adopta un enfoque muy diferente al que se presenta aquí) comienza diciendo: "Mientras escribo en este prólogo, no puedo evitar sentir cuánto más emocionante podría ser mi compromiso con el texto de Öcalan si pudiera sentarme cara a cara con él y discutir, con tazas de chai, como es común en los entornos sociales orientales, los problemas que plantea en este volumen"[6]. Me encantaría sentarme y unirme a esa discusión, con Abdullah Öcalan , con Radha D'Souza, con David Graeber, quien escribió un superprefacio para el primer volumen, con todos los millones de personas que se han inspirado en este y los otros volúmenes escritos por Öcalan. Habría tanto que discutir, tantas diferencias que ventilar, tanto que aprender, tantas voces en discordante armonía, una conversación entre compañeros que comparten el mismo odio al capitalismo y el mismo anhelo de una sociedad basada en el reconocimiento mutuo de dignidades humanas.

La realidad, por supuesto, es mucho más brutal. Abdullah Öcalan está encerrado en condiciones espantosas, mientras yo me siento cómodamente en mi silla de profesor. No podemos reunirnos para compartir un chai. Lo que podemos hacer y lo que quiero que hagamos es tomarnos en serio sus ideas, pensar en ellas, discutirlas, estar en desacuerdo y estar de acuerdo con ellas, llevarlas a seminarios y universidades y asambleas y grupos de discusión. Todos somos partícipes de un mismo diálogo de “esperanza y desesperación”, todos unidos en la determinación de romper la “civilización”, el capitalismo, que nos está destruyendo.

Notas 

[1] Muchas gracias a aquellos que comentaron la primera versión de este prefacio: Azize Azlan, Edith González, Panagiotis Doulos, Lars Stubbe, Vittorio Sergi, Sagrario Anta Martínez, Havin Guneser, Andrej Grubaćić.

[2] Murray Bookchin, The Ecology of Freedom (Andover, MA: Cheshire Books, 1982), accessed February 9, 2020, https://theanarchistlibrary.org/library/murray-bookchin-the-ecology-of-freedom#toc11.

[3] David Graeber, Debt: The First 5,000 Years (Brooklyn, NY: Melville House, 2011).

[4] Herbert Marcuse, One-Dimensional Man (Boston: Beacon Press, 1964).

[5] “Aşirets” denota una tribu, una confederación tribal y la pertenencia a una tribu en Kurdistán. [Nota de la traductora].

[6] Radha D’Souza, “Reading Öcalan as a South Asian Woman,” in Building Free Life: Dialogues with Öcalan (Oakland: PM Press, 2020), 103–18.


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Por qué los Anarquistas Birmanos no apoyan a Aung San Suu Kyi (Presidenta depuesta)

Posted: 01 Sep 2021 01:59 PM PDT

Traducción tarcoteca - Why Anarchists Don’t Support Aung San Suu Kyi - acmeanjin.org 19.8.2021 por Black Freighter

El golpe militar de febrero en Myanmar terminó con la experiencia de democracia liberal del país, derrocando al gobierno de la Liga Nacional para la Democracia (NLD) de Aung San Suu Kyi, que ganó por  mayoría en las elecciones de 2015 en Myanmar [antiguamente Birmania].

Si bien el golpe se llevó a cabo con precisión quirúrgica, el ejército (Tatmadaw) claramente subestimó el nivel de resistencia que opondría la población civil del país, incluida la formación de milicias y el establecimiento de vínculos con las fuerzas armadas insurgentes de grupos étnicos preexistentes en Myanmar. Habiendo salido de décadas de gobierno militar, el pueblo birmano no es ajeno a las implicaciones de una dictadura desenfrenada a manos de hombres fuertes como el general Min Aung Hlaing y el Consejo de Administración del Estado (SAC, gobierno dictatorial).

Transición birmana: Continuismo con la Dictadura

Sin embargo, esta resistencia no está exenta de divisiones. La unidad es difícil para un movimiento que ha surgido entre fuerzas que con frecuencia se han enfrentado. Si bien algunos en Myanmar han expresado su apoyo al Gobierno de Unidad Nacional, una coalición formada por el NLD y sus representantes parlamentarios, este apoyo está lejos de ser unánime. Varios grupos minoritarios han denunciado durante mucho tiempo la complicidad de Suu Kyi y la NLD en las actividades genocidas del Tatmadaw. El hecho de que tanto la NLD como el Tatmadaw están firmemente asentados en la mayoría étnica bamar  [con el 68% pob] ha sido un factor decisivo para esta desconfianza que sienten las minorías hacia las autoridades estatales y su deseo de una unión federal que respete los intereses de las minorías, con los derechos de secesión y autonomía. , es evidente. En su forma actual, el sistema electoral vigente antes del golpe podría describirse esencialmente como un sistema uninominal mayoritario [similar al de EEUU de elección de electores] que favorecía a la mayoría de los representantes Bamar al tiempo que garantizaba que los partidos políticos étnicos estuvieran más o menos excluidos del poder 1.

Ya en mayo de 2016, seis meses después de las elecciones que lo llevaron al poder, la renuencia del NLD a hacer frente a las preocupaciones étnicas estaba en entredicho. En una reunión de Yangon de la Alianza de Nacionalidades Unidas, Khun Tun Oo, ex preso político y destacado político shan, señaló que  “(las etnias) votaron (por el NLD) con grandes expectativas, y el resultado se demuestró claramente en la 'cuestión Rohinga' ... Ya no podemos confiar en el NLD” 2. 

Durante su breve mandato en el poder, el NLD se ha enfrentado a menudo a la acusación de representar únicamente los intereses de la etnia Bamar. Esto fue más sorprendente cuando Suu Kyi se negó a mover un dedo para oponerse a la despiadada campaña de limpieza étnica del Tatmadaw contra el pueblo rohingya, principalmente musulmán, en 2016, que dio como resultado decenas de miles de muertos y cientos de miles de desplazados, así como informes consistentes de violaciones en masa e infanticidios 3.

Por el contrario, su gobierno impuso restricciones al acceso a la información, afirmó que los informes sobre atrocidades eran 'noticias falsas', suprimió una película que criticaba al Tatmadaw, negó a los musulmanes el derecho a presentarse a las elecciones y negó rotundamente que hubiera algún tipo de de cualquier conflicto 4. 

Una Nobel defendiendo Genocidios

Suu Kyi estaba tan preocupada por preservar el status quo que en 2017 afirmó que los “terroristas” eran responsables de un “iceberg de desinformación” y agradeció al Tatmadaw que defendiera el “estado de derecho” 5. Cuando la República de Gambia y la Corte Internacional de Derecho la interpelaron nuevamente sobre el tema en La Haya en 2019, ella negó las atrocidades en conjunto con la afirmación de que Gambia se había entregado “una imagen fáctica incompleta y engañosa” 6. La presencia de cientos de miles de refugiados, así como pruebas satelitales y fotográficas, han hecho que su defensa del genocidio sea menos convincente. Posteriormente, Suu Kyi ha sido despojada de varios títulos y premios, incluida su ciudadanía canadiense honoraria, el premio más alto de Amnistía Internacional y la Libertad de Oxford y Dublín, así como los llamamientos para cancelar su Premio Nobel de la Paz y retirada de nombre de un edificio en la Universidad de Queensland.

A pesar de todo, la popularidad internacional de Suu Kyi ha experimentado un cierto resurgimiento a nivel internacional desde el golpe. Es una realidad que Myanmar en su conjunto está mucho peor con el NLD fuera del poder. Como ha señalado Will Howard-Waddingham, "Suu Kyi puede no haber sido capaz de resistir el genocidio incluso si hubiera querido porque eran los militares, no ella, los que poseían el poder político definitivo del país" 7. Según  esta línea de razonamiento, algunos han sugerido que su único curso de acción fue mantener su posición en el gobierno e intentar mantener al Tatmadaw fuera del poder durante el mayor tiempo posible. Sin embargo, como señala Howard-Waddingham, “colaborar en el genocidio es un crimen independientemente del poder de uno para detenerlo ... El derrocamiento y el encarcelamiento de un líder elegido democráticamente por proteger a un grupo de sus ciudadanos podría haber atraído una atención internacional significativa al calvario Rohingya ”8.

Sin embargo lo que es potencialmente fatal para Suu Kyi y la NLD no es la desaprobación de las instituciones democráticas liberales en el extranjero, sino la desilusión del propio pueblo de Bamar. El ataque indiscriminado del Tatmadaw contra miles de manifestantes de Bamar en centros urbanos como Yangon y Mandalay ha conmocionado a muchos dentro del grupo étnico dominante del país y provocado una identificación nueva con la difícil situación de sus minorías. La experiencia de la matanza y el desplazamiento, una vez conceptos abstractos y lejanos en el que pocos pensaban, de repente los sufrieron literalmente a la puerta de su casa. En palabras de un joven de Bamar en Yangon, “desde que comenzó el golpe de estado, todos nos enfrentamos a lo mismo, a los mismos trágicos incidentes en todo el país… No importa si somos birmanos, kachin, chin o cualquier grupo étnico. Mientras vivamos en Myanmar, tenemos los mismos derechos y necesitamos la misma libertad, por lo que la democracia federal es imprescindible ” 9.  El cinismo hacia Suu Kyi y la NLD se está volviendo cada vez más común. Como señala el anarquista de Rangún Kyaw Kyaw, “El silencio es violencia… El problema es complicado, claro, pero si ella permanece en silencio, ¿significa que apoya la violencia? Si no dice nada sobre humanidad o derechos, está siendo violenta" 10.

Ruptura Generacional

Posteriormente crece la ruptura “entre grupos liderados por una generación de manifestantes más mayores de los levantamientos estudiantiles de 1988 que pidieron la liberación de la líder democrática Aung San Suu Kyi, de funcionarios electos y el retorno al sistema de gobierno anterior y un grupo diverso de manifestantes que se unieron bajo el Comité de Huelga General de Nacionalidades ”11. Este último grupo está creciendo en fuerza, pidiendo no solo el desmantelamiento completo del Tatmadaw, sino también la revocación de la constitución, que mantiene el derecho del gobierno central a poseer y regular todas las tierras de Myanmar. La propia Suu Kyi no es ajena a estas leyes, ya que fue designada en 2013 para supervisar la investigación sobre el conflicto en una mina de cobre de empresa asociada con china por valor de 1.000 millones de dólares [las minas de Monywa]. Este enfrentamiento, en el que la policía utilizó fósforo blanco, gas lacrimógeno y cañones de agua contra los manifestantes que ocupaban el lugar, vio a Suu Kyi posicionarse contra el pueblo, recomendando en su informe que el proyecto continuara y que la policía permaneciera impune por su execrable asalto12. No es difícil ver cuántos en el movimiento de protesta de hoy pueden tener poca simpatía por ella y su gobierno derrocado.

Tenemos la esperanza de que el movimiento de desobediencia civil trascienda el modelo parlamentario. Como se señaló anteriormente, si bien la democracia parlamentaria puede ser preferible al autoritarismo del Tatmadaw, no representa una gran alternativa para las minorías que sufren una limpieza étnica sin importar quién se sienta en la capital. 

Este es a menudo un caso recurrente en todo el mundo, cuando la gente ha depositado sus esperanzas en fuerzas que aparentemente han estado a favor de la liberación solo para que se desvanezcan al darse cuenta de las victorias de esas fuerzas. Al discutir el fin del apartheid en 1991, Subversion señaló que “la clave para la dominación, la opresión y la alienación es hacer que los dominados participen de su propia dominación, los oprimidos de su propia opresión y los alienados de su propia alienación. Todo esto permite un mayor nivel de abstracción para asegurar una reproducción ampliada de las relaciones sociales capitalistas ”13.

También debemos resistir la tentación de glamurizar a muchos de los movimientos guerrilleros que luchan contra el SAC, ya que los territorios que controlan a menudo simplemente se asemejan a estados rivales con sus propias economías capitalistas insertadas firmemente en el mercado global. 

Es alentador ver a muchas personas en Myanmar dan la espalda al sistema anterior al golpe. También es inspirador ver el aparente crecimiento de grupos anarquistas en Yangon y Mandalay. Desde el extranjero podemos ayudar a la resistencia demostrando nuestro apoyo a las comunidades de Myanmar en nuestras propias ciudades y mostrando a las personas birmanas en casa nuestra solidaridad a través de diversas acciones, que con frecuencia se van a publicar en los webs y redes sociales de la resistencia.

Hemos observado entre muchos izquierdistas y anarquistas en varias plataformas y redes sociales una tendencia a expresar apoyo o al menos tolerancia hacia el NLD. Si bien no es tan malo como el despreciable apoyo "antiimperialista" (léase estalinista) al Tatmadaw en grupos como el bizarro Workers League con sede en Meanjin, se debe evitar el respaldo a la NLD. Esto no significa que deba combatirse: la gran mayoría de sus partidarios están comprometidos con la libertad y muchos ya han dado su vida luchando contra el Tatmadaw. En cambio, lo que esperamos haber demostrado en este artículo es que sus líderes, sobre todo Aung San Suu Kyi, han sido cómplices de los crímenes del Tatmadaw y, posteriormente, deben ser considerados a la luz de este hecho. Como anarquistas, no vemos las cosas en términos de males menores o mayores. En caso de que el SAC fuera derrocado, nos deberíamos resistir ferozmente al regreso a cualquier puesto de responsabilidad por parte de Suu Kyi, incluso dentro del marco de una unión federal multiétnica. Aunque pudieran desempeñar un papel importante en la ruptura del SAC, los miembros de la NLD deben responsabilizar a sus líderes por su complicidad en el genocidio, la supresión de los derechos étnicos, de los trabajadores y campesinos. Anarquista Comunistas Meanjin reitera que el camino hacia la libertad humana no se puede encontrar en los partidos y parlamentos, sino solo a través de la acción autónoma del propio pueblo.

https://english.shannews.org/archives/22200

https://www.irrawaddy.com/opinion/commentary/have-ethnic-groups-lost-faith-in-the-nld.html

https://www.straitstimes.com/asia/se-asia/rohingya-exodus-still-growing-six-months-into-crisis     https://english.alaraby.co.uk/news/msf-6700-rohingya-killed-month-myanmar-violence     https://www.independent.co.uk/news/world/asia/rohingya-burma-myanmar-children-beheaded-burned-alive-refugees-bangladesh-a7926521.html     https://pulitzercenter.org/stories/rohingya-methodically-raped-myanmars-armed-forces

https://www.theguardian.com/world/2017/jan/09/free-speech-curtailed-aung-san-suu-kyis-myanmar-prosecutions-soar     https://www.washingtonpost.com/outlook/why-aung-san-suu-kyi-isnt-protecting-the-rohingya-in-burma/2017/09/15/c88b10fa-9900-11e7-87fc-c3f7ee4035c9_story.html?utm_term=.56ceec0783a6n     https://foreignpolicy.com/2016/06/28/the-new-burma-is-starting-to-look-too-much-like-the-old-burma/     https://www.theguardian.com/world/2015/nov/03/no-vote-no-candidates-myanmars-muslims-barred-from-their-own-election     https://www.theguardian.com/world/2017/sep/19/aung-san-suu-kyi-myanmar-rohingya-crisis-concerned

https://news.sky.com/story/aung-san-suu-kyi-from-symbol-of-human-rights-to-fighting-claims-of-genocide-12205035

https://www.abc.net.au/news/2019-12-12/myanmars-leader-says-the-world-has-it-wrong-on-the-rohingya/11791338

https://rdi.org/democracy-examined/2021/6/22/myanmars-coup-doesnt-exonerate-aung-san-suu-kyi/

8 Ibid.

https://www.tbsnews.net/world/protests-unite-myanmars-ethnic-groups-against-common-foe-224047

10 https://www.punkethics.com/rebel-riot-interview/?fbclid=IwAR1GCwgSxheuzZt3pDfsi_blnIphr60sFAQt7Xu7co31dJC9KVtJQZ7PBZg

11 https://www.tbsnews.net/world/protests-unite-myanmars-ethnic-groups-against-common-foe-224047

12 https://www.theguardian.com/world/2013/mar/12/burma-confirms-phosphorus-crackdown-mine

13 https://www.autistici.org/tridnivalka/mandela-v-the-working-class-subversion-1991/

Fuente - https://tarcoteca.blogspot.com/2021/08/por-que-los-anarquistas-birmanos-no.html 1.9.2021


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