LA AAL REPUDIA EL EDITORIAL DE “LA NACIÓN” TITULADO “LA HORA EXIGE MODERNIZAR LA LEGISLACIÓN LABORAL” (abril 2016).
La
AAL manifiesta su más enérgico repudio a la Editorial publicada por el
Diario La Nación, en fecha 26 de Abril de 2016, titulada “La hora exige
modernizar la legislación laboral”.
Conforme
se desprende de las palabras publicadas, puede apreciarse un nuevo
intento por demonizar tanto las históricas conquistas laborales que se
han consagrado a costa de la sangre de miles de trabajadores como la
actividad de quienes los representan, los Sindicatos. Al mismo tiempo,
se ataca la metodología de negociación colectiva, en un claro intento
por generar modificaciones que debiliten al conjunto de trabajadores.
Este
núcleo de ideas busca nuevamente centrar la responsabilidad de la
pérdida de puestos de trabajo en la lucha de la clase trabajadora, como
eje y variable de ajuste para el crecimiento económico.
No
es más que un nuevo intento por restablecer políticas flexibilizadoras,
que contrariamente a lo que se pretende manifestar, siempre han sido en
detrimento de la clase obrera y han fomentado la pérdida de puestos de
trabajo.
La
tercerización ha sido uno de los mejores instrumentos que han
encontrado los grandes grupos económicos concentrados para reducir
costos laborales, pero fundamentalmente para combatir uno de los
principales obstáculos que se les presenta, la organización colectiva de
los trabajadores; y así se intenta generar a través de dicho mecanismo,
la fragmentación del movimiento obrero organizado.
El
concepto de modernización de las relaciones laborales, no es otra cosa
que un disfraz para generar condiciones que propicien un alto desempleo y
con ello una disminución de la fuerza colectiva en la negociación y el
consecuente disciplinamiento de la clase trabajadora.
Se propone una nueva “deslaboralización” con el objetivo de reducir la capacidad de lucha del conjunto de los trabajadores.
A
su vez se pretende también la “descentralización de las negociaciones
laborales”, propiciando la negociación por empresa a contramano del
sistema de negociación por rama de actividad, también con el claro
objetivo de debilitar el poder de los sindicatos en la discusión de las
condiciones de trabajo.
Es
falso, y así ha quedado demostrado a lo largo del tiempo, que para
atraer inversiones y generar empleo, sea necesario flexibilizar la
legislación laboral.
Estas
recetas han fracasado una y otra vez, tal como sucediera durante la
última dictadura cívico militar (1976-1983), la que buscó la eliminación
de las bases sindicales, modelo que se consolidó a través de las
políticas neoliberales continuadas en la década del 90, generando así
una retracción del Derecho del Trabajo y la consecuente concentración
del poder económico de los grandes grupos.
Contrariamente
a lo que se intenta instalar, la inflación de ninguna manera es
generada por el “sistema centralizado de paritarias”, sino que obedece
-entre otras numerosas y complejas razones- a las decisiones
inescrupulosas de los grandes formadores de precios.
A
ello se suma que para cerrar el círculo vicioso que generan estas
políticas, se busca “optimizar” un sistema de seguro de desempleo que
sea “ágil y razonablemente remunerado”. Ello encaja en esta lógica
flexibilizadora, buscando disfrazarla de una protección hacia el
trabajador a través de una mejora económica en dicho seguro, remedio que
se implementa con éste fuera de su puesto de trabajo.
No
caben dudas que las soluciones propuestas son un nuevo y remanido
intento por provocar la atomización del colectivo de trabajadores y la
consecuente pérdida del poder de negociación en su conjunto como clase,
propiciando así el debilitamiento de la misma como tal.
Queda
claro que estas viejas recetas no han hecho más que perjudicar a los
trabajadores, siendo además contrarias al Art. 14 bis de la Constitución
Nacional, y a los Tratados Internacionales en materia de protección
hacia el trabajador y las Asociaciones Gremiales.
Por
último, debe tenerse presente lo señalado por la Corte Suprema de
Justicia de la Nación en el fallo “Vizzoti, Carlos c/ Amsa s/ Despido”,
cuando establece que “… el hombre no puede ser objeto del mercado, sino señor de todos éstos…”,
lo que consolida el entramado protectorio del que debe gozar el
trabajador contra los ataques despiadados del mercado y una de sus
herramientas más voraces, la flexibilización laboral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario