Comunicado de prensa 64/16
Patologización: ser lesbiana, gay, bisexual y/o trans no es una enfermedad
12 de mayo de 2016
Ginebra
/ Washington, D.C. – En víspera del Día Internacional contra la
Homofobia, Transfobia y Bifobia el 17 de mayo, un grupo de expertos/as
en derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas y otros/as
expertos internacionales* hacen un llamado urgente a terminar con la
patologización de adultos, niñas y niños lesbianas, gay, bisexuales y
trans (LGBT).
El Comité de los Derechos del Niño, un grupo de expertos/as en derechos
humanos de la Organización de las Naciones Unidas, la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, la Comisión Africana de Derechos
Humanos y de los Pueblos y el Comisario de Derechos Humanos del Consejo
de Europa instan a los Gobiernos a reformar las clasificaciones médicas y
a adoptar medidas para prevenir todas las formas de tratamientos y
procedimientos forzados a las personas LGBT.
La patologización de adultos, niñas y niños LGBT, es decir, etiquetarlas
como enfermas con base en su orientación sexual, identidad de género o
expresión de género, ha sido históricamente, y continúa siendo, una de
las causas principales de las violaciones de derechos humanos que
enfrentan. También es un obstáculo para poder superar las actitudes y
estereotipos negativos, así como las múltiples barreras que enfrentan
las personas LGBT cuando tratan de ejercer sus derechos más
fundamentales.
Las categorías médicas patologizantes y estigmatizantes que se
relacionan con la identidad y la expresión de género son utilizadas para
justificar someter a personas trans, incluyendo jóvenes, a
esterilizaciones, tratamientos hormonales, cirugías y evaluaciones
psiquiátricas de manera forzada o coercitiva, y para condicionar o
imponerles otras trabas abusivas al ejercicio de sus derechos humanos.
Dichas clasificaciones también crean obstáculos abusivos para el acceso
de personas trans a transformaciones corporales seguras lo que ha
conducido a muertes prematuras y prevenibles que resultan de
procedimientos inseguros y clandestinos.
Asimismo, con base en estas clasificaciones patologizantes, las personas
LGBT continúan siendo sometidas a tratamientos abusivos, nocivos y
carentes de ética. Estos incluyen las llamadas “terapias de conversión”
basadas en su orientación sexual o identidad de género con efectos
especialmente perjudiciales en niños, niñas y adolescentes.
Los tratamientos y procedimientos forzados, coercitivos o involuntarios
pueden causar dolor y sufrimiento físico y mental, de forma severa y de
por vida, y pueden violar el derecho a estar libre de tortura y de otros
tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
Las clasificaciones patologizantes también se han usado para justificar
otros abusos contra personas LGBT – como la criminalización de personas
trans y de las relaciones entre personas del mismo sexo o la negación o
establecimiento de requisitos abusivos para el reconocimiento oficial de
la identidad de género de las personas trans – y siguen contribuyendo a
la marginalización y exclusión de personas LGBT, en contextos de
educación, salud, empleo, y vivienda, entre otros. Etiquetar a personas
LGBT como enfermas también está vinculado con violencia sexual,
incluyendo las así llamadas violaciones “correctivas” en contra de
mujeres lesbianas, bisexuales y trans, así como también a la violencia,
acoso y “bullying” transfóbico y homofóbico que enfrentan las y los
jóvenes con base en su identidad de género y orientación sexual, sean
éstas reales o percibidas, lo cual impacta severamente en su salud y
bienestar mental y físico, como se refleja en las tasas mayores de
suicidio, depresión y autolesiones.
Ser lesbiana, gay, bisexual o trans es parte de la gran diversidad de la
naturaleza humana. Expresamos por lo tanto nuestra profunda
preocupación por la continua patologización de niños, niñas y de
personas adultas trans debido a clasificaciones médicas, tanto
nacionales como internacionales. Acogemos con satisfacción los avances
en la despatologización de la atracción entre personas del mismo sexo
desde que la Organización Mundial de la Salud dejó de considerar a la
homosexualidad como una enfermedad y la retiró de la Clasificación
Internacional de Enfermedades hace veintiséis años, pero nos sigue
preocupando que ésta continúe siendo patologizada por algunas
asociaciones médicas nacionales.
Se requieren reformas legales y de políticas para derogar las leyes
discriminatorias y proteger a las personas LGBT de la violencia y la
discriminación. Pero estas reformas no serán efectivas o suficientes por
sí solas, mientras sigan existiendo clasificaciones médicas obsoletas.
Estas clasificaciones deben, por lo tanto, ser modificadas para
despatologizar a las identidades o expresiones trans y a la atracción
entre personas del mismo sexo. Los Estados deben también adoptar
medidas para prevenir, investigar y procesar todas las formas de
tratamientos y procedimientos forzados, coercitivos o involuntarios a
personas LGBT. Deben, además, asegurar la provisión de servicios de
salud basados en el consentimiento informado y libres de discriminación,
patologización y discriminación, incluyendo procedimientos de
reafirmación de género para personas trans.
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