MORAL SOCIAL Y AMORALIDAD E INMORALIDAD EN LAS CLASES DOMINANTES.
C.A.B.A., Argentina, UNASUR-CELAC, EL EMILIO, Política Nacional, de nuestra redacción
Por Victor Leopoldo Martinez
Las
controversias que se plantearon a lo largo de la historia de la
humanidad en relación al término moral entre la concepción
judeo-cristiana, el materialismo dialéctico y hasta la postura Kantiana
con su “ imperativo categórico” (concepto central en la ética
kantiana, y de toda la ética deontológica moderna posterior), en
ocasiones como estas pueden servir para entender algunas decisiones
políticas “amarillas”. Esto no es ninguna originalidad de mi parte ya
que cualquier cristiano lo puede conocer a través de Google. Me refiero a
todas aquellas que está tomando este gobierno PRO en materia política,
económica y judicial, con fuerte y negativa incidencia en lo social pero
que son vendidas en insulsos e inconsistentes mensajes políticos -con
ayuda de un desmesurado y perverso apoyo mediático- como la panacea;
todo dentro de ese CAMBIO cultural que el PRO dice llevar adelante (así
lo afirmó hasta una limitada pero audaz gobernadora provincial que es
vendida por esos mismos medios hegemónicos cual “Hiedi” de la política,
escondiendo a la simil Marie Laveau II que en realidad es).
Analizadas
dichas medidas desde lo moral y en relación a sus propulsores, las
mismas son tomadas claramente por la amoralidad enquistada en el
gobierno de la Nación con un alto nivel de inmoralidad en sus ejecutores
ya que afectan seriamente las relaciones humanas ensanchando la
“grieta” que mentirosamente venían a cerrar. Terminaron avasallando
derechos y conquistas sociales establecidas en la Constitución Nacional
que hacían posible una convivencia más justa en cuanto al reparto de la
riqueza que el pueblo produce. Esto último poco le importó a la actual
gestión nacional en relación a otra de las tantas acepciones que el
término moral tiene: “Conocimiento de lo que el ser humano debe hacer o evitar hacer para conservar la estabilidad social.”
Hoy el gobierno PRO, con Macri a la cabeza, manipulan todos los
recursos (naturales, energéticos y humanos) de la nación, y también los
poderes del Estado como si fueran de propiedad privada además de
pretender volver a los trabajadores a su anterior condición de
esclavos.
Con total
impunidad el gobierno PRO exhibe en la vidriera irrespetuosa de los
cambalaches la especulación financiera, la falta de escrúpulos en el
avasallamiento de la independencia de poderes de la república y la
hipocresía hecha mensajes benévolos llenos de falsas promesas. Como
cuasi virtudes y con un cartelito que dice PRINCIPIOS DEL CAMBIO, pero
que arrancado y auscultado con minuciosidad uno puede leer en letras de
agua “PRINCIPIOS NEOLIBERALES”, estos desvalores son ofrecidos y
lamentablemente comprados por una comunidad totalmente adormecida y
distraída con shows mediáticos-judiciales montados por los medios
monopolizados para cada ocasión. El eje: mostrar una supuesta lucha
anticorrupción contra funcionarios de la anterior gestión pero que en
realidad busca tapar la descomunal corrupción contra la patria misma
existente en la actual gestión PRO. Hoy ya no quedan dudas de la
complicidad mediática liderada por el mafioso Magnetto en el desfalco
contra los intereses del Estado Argentino.
El
neoliberalismo macrista puso en movimiento un harto conocido
reacomodamiento de las distintas superestructuras éticas, morales,
jurídicas, ideológicas y políticas que periódicamente van CAMBIANDO
según sean los intereses de las clases dominantes
(agro-industrial-mediática). La ignorancia generalizada que reina en
toda la sociedad fue –y es- aprovechada por los menos zonzos de las
clases dominantes que haciendo uso del poder que les da el ser “patrón” y
por ende “modelo a seguir”, preñaron a los de clase media y media baja
con un sin números de zonceras. De allí la búsqueda de la consolidación
de esos desvalores a través de los cambios que proponen en materia
educativa.
Un gobierno
cuyos protagonistas –con el presidente a la cabeza y los CEOs
empresarios acompañantes- poseen un pasado “oscuramente delincuencial” y
un inescrupuloso presente con “panamá papers y paradise paper” en su
prontuario, no pueden dar lecciones de moral anticorrupción a la
sociedad habiendo sido, y seguir siendo, lo más corruptos que recuerde
la historia nacional, algo que viene acompañándolos desde el 24 de marzo
de 1976.
¿Posee algún
tipo de moral alguien que jamás trabajó ya que vivió usufructuando del
esfuerzo ajeno y encima se anima a fijar “condiciones de Trabajo” a los
que sí lo hacen, con el agravante de amenazar al trabajador que si no
acepta las negreras condiciones puede perderlo? ¿Puede alguien que nunca
se va a jubilar porque su condición económica le garantiza un
permanente bienestar gracias al esfuerzo y la esclavitud de otros, poner
condiciones sobre los ingresos y beneficios sociales de los que sí
trabajaron y quieren vivir con una jubilación digna? ¿Se puede entender
como trabajo de un “empresario” reunirse todos los días con sus técnicos
alcahuetes para escuchar qué operación financiera es más redituable… o
como presionar, o a quien del gobierno hay que coimear para sacar tal o
cual ventaja económica, entre ellas obtener por ley la precarización
laboral? Esto ¿no delata un alto grado de amoralidad? Y utilizo el
término “amoral” pensándolos como simples ignorantes, tratando de
atenuar su perversión por ser personas que desconocen la ciertas reglas
sociales. Si los ofende ser tratados como ignorantes (y muchos de ellos
lo son) entonces peor aún; pasarían a ser inmorales que es más grave por
ser conscientes de sus perversiones. Sigo. ¿Es moral y humanamente
sensato priorizar el “saneamiento de la economía” (una frase ficcional
que solo persigue ampliar los márgenes de rentabilidad de los poderosos
al más bajo costo) por sobre la salud, la educación y la calidad de vida
del resto de la población de un país? ¿Es justicia aquella que denigra
la condición humana de un “sospechoso” a quien no se le respeta ni
siquiera los pasos del debido proceso? ¿Alguien recuerda o vio en un
show mediático a María Julia Alsogaray (estafadora del Estado), o a
Videla (responsable de 30 mil desapariciones de argentinos) ser sacados
descalzos y esposados de sus domicilios? ¡Ningún reo merece semejante
escarnio! ¿Harían lo mismo con el cómplice de la última dictadura, de
Menem y de Macri de apellido Magnetto si alguna vez la justicia llega a
ser verdaderamente independiente? ¿Dónde está el Estado de Derecho en la
república de Macri? ¿Existe algún grado de moral en un “gabinete de
lujo” conformado por múltiples procesados, evasores fiscales con cuentas
off shore en paraísos fiscales, lavadores de dinero sucio (banqueros),
CEOs que tomaron por asalto el Estado para hacer negocios favorables a
las empresas que representa? “Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor, ignorante, sabio o chorro, generoso o
estafador… ¡Todo es igual! ¡Nada es mejor! Lo mismo un burro que un gran
profesor” rezó Discepolin allá por la primera Década Infame de los años “30” del siglo pasado.
Emile Durkheim(1858-1917) más en antaño aún hacía hincapié sobre la moral que conlleva hasta la propia división del trabajo:
“La conciencia social de las Naciones no se engaña; prefiere un poco de
justicia a todos los perfeccionamientos industriales del mundo. Sin
duda que la actividad industrial no carece de razón de ser; responde a
necesidades, pero esas necesidades no son casualmente morales.”
Y Duerkhein lo ejemplificó a través de comparar situaciones que
claramente se juegan en las sociedades contemporáneas “civilizadas” pero
que nunca garantizaron desde el punto de vista humano una moral propia
de lo “civilizado”: “Hemos reemplazado la diligencia por los
ferrocarriles, los barcos de vela por los transatlánticos; los pequeños
talleres por las fábricas, un gran despliegue de actividades miradas
como útiles pero que no tienen nada moralmente obligatorio. El artesano y
el pequeño industrial que resisten a esa corriente general y perseveran
obstinadamente en sus modestas empresas cumplen con el deber social
tanto como el gran industrial que cubre el país con fábricas y reúne
bajo sus órdenes a todo un séquito de obreros…”
Y a propósito del grado moral de algunas decisiones sostenía:
“… Un hecho semejante no puede evidentemente producirse sin afectar de
manera profunda nuestra constitución moral pues el desenvolvimiento del
hombre se hará en dos sentidos completamente diferentes según nos
abandonemos a ese movimiento o bien le ofrezcamos resistencia”.Solo el tiempo dirá si el pueblo argentino reaccionará a tiempo de manera patriótica para evitar esa tormenta que en forma de latrocinio se comenzó a descargar sobre la Nación Argentina a partir del 10 de diciembre de 2015, aniquilando su soberanía política, vilipendiando su independencia económica, reinstalando una injusticia social exacerbada en nuestra sociedad, algo que ilusamente creíamos superado sin advertir que la perversa y egoísta cultura del estúpido individualismo estaba al acecho dentro de nuestra propia sociedad.
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