Jueves, 30 de noviembre de 2017.- Por 43 votos a favor y 23 en contra, la Cámara alta aprobó el proyecto de reforma previsional que reduce los aumentos salariales a los jubilados. Colaboró el grupo de senadores PJ que conduce Pichetto. Votos de los riojanos: Tere Luna votó a favor, Hilda Aguirre de Soria en contra y Carlos Menem se abstuvo. El proyecto pasó a Diputados.
La multitudinaria movilización frente al Congreso Nacional, integrada por movimientos sociales, sindicatos y partidos políticos no fue suficiente para evitar que el Senado aprobara ayer el ajuste a los jubilados. Tampoco las críticas públicas realizadas por los expertos en materia previsional. En un trámite exprés y en la última sesión del período ordinario, Cambiemos y el sector del PJ comandado por Miguel Pichetto aprobaron y enviaron a la Cámara de Diputados dos de las tres reformas impulsadas por el gobierno de Mauricio Macri. La reforma jubilatoria obtuvo 43 votos a favor, 23 en contra y tres abstenciones. “A la derecha argentina nunca se le ha caído una idea novedosa. Caen en recetas que vienen desde afuera: flexibilización laboral, destrucción del sistema previsional, apertura del mercado externo. Esto es un asalto a mano armada a los fondos de los jubilados”, disparó la kirchnerista Anabel Fernández Sagasti.
La sesión de ayer comenzó con un duro enfrentamiento entre respecto de cuestiones reglamentarias. El senador puntano, Adolfo Rodríguez Saá, advirtió que los proyectos del paquete fiscal no habían sido girados a la comisión de Coparticipación Federal y que por lo tanto el dictamen obtenido el jueves pasado era nulo. “Se afectan impuestos coparticipables, el impuesto al cheque, fondo solidario, se avanza sobre las provincias diciendo que tienen que derogar impuestos provinciales”, argumentó su comprovinciana Liliana Negre de Alonso, quien se trenzó en una dura discusión con la titular del Senado, Gabriela Michetti, sobre cómo resolver ese planteo. “Eso que usted dice no está previsto en ningún lugar del reglamento”, le retrucó Michetti. “Sí está previsto”, gritó la senadora. “A ver, ¡léamelo, léamelo!”, exclamó la vicepresidenta. Finalmente intervinieron otros senadores y se terminó validando (por 47 votos a favor, 18 en contra y 4 abstenciones) que el dictamen contara solamente con el giro a las comisiones de Presupuesto y de Trabajo.
Ese no fue el único obstáculo que tuvieron las iniciativas del Gobierno. Dada la decisión de aprobar las reforma casi sin debate y lo antes posible, el oficialismo emitió dictamen el jueves pasado y convocó a una sesión especial para el miércoles. El dictamen no tenía los siete días establecidos en el reglamento, por lo que necesitaba dos tercios de los votos para aprobar su tratamiento sobre tablas. Para evitar tener que volver a convocar a una sesión para hoy, 62 senadores votaron a favor de resolver el tema y solamente 8 se pronunciaron en contra: los kirchneristas Anabel Fernández Sagasti, María Inés Pilatti, Ruperto Godoy, Marcelo Fuentes; los puntanos Adolfo Rodríguez Saá y Liliana Negre de Alonso y Fernando Pino Solanas y Magdalena Odarda.
Estas complicaciones en el proceso legislativo llegaron a generar el enojo del principal aliado del macrismo en el Congreso. “El Gobierno como siempre comete tonterías. El acuerdo tenía que haber venido en un solo proyecto pero a veces tienen problemas en el funcionamiento neurológico”, les recriminó Pichetto, que finalmente terminó facilitando el avance de la voluntad oficial. El jueves pasado había sido él mismo quien generó el acuerdo para emitir dictamen: propuso un cambio en la fórmula de movilidad propuesta por el oficialismo. El jefe del bloque del PJ-FpV planteó cambiar la actualización en base a la inflación, más un plus de un 5 por ciento de la variación del PBI, por una actualización en base a dos componentes. En un 70 por ciento por la inflación y el otro 30 por ciento por el promedio de aumentos salariales de los trabajadores registrados (Ripte). “Este Senado ha mejorado la fórmula. Hemos sacado este concepto del PBI, que nadie entiende y hemos puesto el salario de los trabajadores. Esto es más certero, más realista, y tiene que ver con lo que la gente maneja”, aseguró Pichetto defendiendo su propuesta. También reivindicó la posibilidad de que los jubilados que cumplieron 30 años de aportes y cobren la mínima tengan garantizado el 82 por ciento móvil.
“La reforma previsional es inconstitucional, vulnera los derechos adquiridos y pretende una aplicación retroactiva de la ley con esta nueva fórmula que se pretende instalar para establecer el reajuste que por derecho le corresponde a los jubilados, y modifica el haber inicial al que tienen derecho los trabajadores a la hora de acceder a sus jubilaciones”, aseguró Sacnun. “Esa necesidad de ordenar las finanzas públicas es una excusa. ¿Quieren evitar el déficit fiscal? Recuperen las retenciones a la soja que alegremente entregaron, recuperen las retenciones a la minería. Los recursos están. El tema es a quién se los quitan y han decidido quitárselo a los jubilados”, agregó el kirchnerista Marcelo Fuentes.
Desde el oficialismo justificaron el recorte a los jubilados en la promesa de que una comisión bicameral tiene previsto enviar una reforma integral del sistema previsional. Además, mostraron como antecedente positivo la “señal” hacia los adultos mayores denominada “reparación histórica”. “Lo que se persigue ahora es mantener la intangibilidad en el tiempo, producto de la inflación y de la evolución salarial”, sostuvo el radical Julio Cobos. Sobre el Consenso Fiscal y la ley de Responsabilidad Fiscal, los argumentos oficiales se centraron en las negociaciones llevadas adelante por la Casa Rosada con los gobernadores, que derivó en la firma de 23 mandatarios provinciales.
Para cerrar el debate, el radical Luis Nadenoff apeló a la “responsabilidad” del Senado: “La vieja fórmula no se puede poner en práctica. Hay que decir las cosas como son. El sistema tiene señales de alarma. No solo por la relación entre trabajadores pasivos y activos, también por la evasión. Acá nadie pierde, acá hay responsabilidad política”, señaló Naidenoff para cerrar el discurso del oficialismo.
Los votos en contra de la reforma previsional fueron 23 de los kirchneristas Ana Almirón, Anabel Fernández Sagasti, Virginia García, Silvina García Larraburu, María Labado, Marcelo Fuentes, Hilda Aguirre, Nancy González, Ruperto Godoy, María de los Angeles Sacnún, María Pilatti. Además, los peronistas Eduardo Aguilar, Carlos Camau Espínola, Marina Riofrío, Liliana Fellner, Mario Pais y Omar Perotti. Senadores de otros bloques también rechazaron la reforma como los dos senadores puntanos, los dos neuquinos y la rionegrina Magdalena Odarda y Fernando Pino Solanas. Se abstuvieron Juan Manuel Abal Medina, Alfredo Luenzo y Jaime Linares.
Al cierre de esta edición se continuaban votando los proyectos de Responsabilidad Fiscal y de Consenso Fiscal aunque se descontaba una mayoría todavía más amplia a favor de la aprobación.
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