Boletín diario del Portal Libertario OACA |
Posted: 26 Jan 2018 12:10 PM PST
Y votasteis.La fiesta de la democracia, el mercadeo de las victorias, la ocultación de las derrotas, todo queda igual que antes, sigue el ilusionismo y los juegos de magia, más “proces” mas “a por ellos” que hay que precarizar. Todo queda como estaba y siempre es peor de cómo estaba… Y Una república inexistente y una monarquía implacable imponen una colección de palabras vacías por todos utilizadas y un simulacro de resistencia que simplemente es colaboración con el capitalismo, los gobiernos ultraliberales y nacionalismos.Y el Gobierno central impuso un 155, y acatado el mismo, a votar. No hacerlo es quedar fuera de juego, sin la mísera porción de representatividad en el Poder y el dinero que supone los escaños. Son los juegos del parlamentarismo, las necesidades del partido, de ahí que nadie ni se plantease desacatar el 155, o convocar un boicot y defender esa ilusión de república en las calles, a elegir, palabrear y finalmente someterse. El presidente agarrado al cargo desde Bélgica, temblando que saliese mal la jugada, nos demuestra cual es la realidad del “process”, regenerar el pujolismo para continuar medrando en su caciquil y limitada esfera del Poder. Y la “bona gent” en la cárcel, ¿rodeadas de la mala gente que son el resto de los presos? Y un “nuevo” partido, populista de extrema derecha disfrazada de ciudadanismo que siempre es populista y acaba siendo de extrema derecha, financiado por el Ibex, los grandes de España y los falangistas, esta destinado a triunfar. Y Ciudadanos se llama para reiterar el engaño, del azul al naranja, del rojo al naranja por la grandeza de España y la paz de los cementerios Y dos grandes consensos democráticos al servicio de las actuales necesidades del capitalismo. Simulacros de conflictos para desde la tensión conseguir la paz, la sumisión de las clases explotadas divididas por el asunto de la patria y la concurrencia a los colegios electorales. Independentistas, unionistas, jugadores perfectos para imponernos las normas de la dictadura del capital. El Estado no está débil. Cada vez está más fortalecido que hasta algunos anarquistas votan, flipando con el falso conflicto mientras la verdadera brutalidad está cada vez más legitimada. Y tras el atentado, las cargas, la defensa de la unidad de la patria, cada cual acepta su policía desde la perspectiva de su identidad nacional. Domesticados los pensamientos con la aceptación de las alienaciones viene la fiesta de la democracia donde la ciudadanía cree que ha decidido cuando en realidad ha dado carta blanca a los proyectos expansivos de la dictadura del Capital. Comprado el producto y bien envuelto se lo ha tragado. Y al día siguiente tras la fiesta de la democracia, soberanista o unionista, continuara sumisa pero con aspavientos patrióticos en su individual y aislado sitio que le impone el Capital y su paz social tragando la guarnición para tanta mierda. A por ellos o la vergüenza de ser español.Gloriosa patria que desde siglos,solo las guerras que ha ganado han sido contra poblados desarmados o contra su propio pueblo… A por ellos gritad valientes españoles, a por las poblaciones desarmadas, a por las ideas libres, a por la mujer emancipada. a por el jornalero que protesta, a por el obrero en huelga, a por la familia desahuciada, a por quien habla en otra lengua, a por quien vive diferente a por ellos. A por ellos, a por el toro, a por el pobre, a por el raro, a por el maricón, a por la feminista, a por la bollera, a por el inmigrante, a por la mujer sin peineta. Patria de caciques, corruptos e imposturas. Mirad la nación, que fuerte se levanta, para tapar tanta opresión y tantas corruptelas qué vergüenza me daría eso de sentirse español. A por ellos dicen cuando antes decían: sin violencia se puede dialogar de todo, pero sin violencia tampoco dialogan, y gritan a por ellos con toda la desvergüenza… Los curas santificando las porras, los mercenarios de la voz, la imagen y la pluma mintiendo con exaltada mente… A POR ELLOS… Las cunetas llenas tiemblan ante la posibilidad de que vuelvan a llenarse. A por ellos gritan a su ejército, a por ellos gritan pues estamos desarmados, a por ellos, que no se note que son un ejército de cobardes. Y ahora van a por vosotros.Y Alguien se forro con la burbuja inmobiliaria,mientras mirabais para otro lado, algo lógico porque también os beneficiaba. Y vinieron los recortes y eufóricamente los aplicasteis era evidente que también os beneficiaban. Aumentaron los despidos apenas os preocupo pues los vuestros también despedían y la precariedad es la base de vuestros negocios. Mataron los mossos a aquel en la calle aurora y lo justificasteis porque era gay y estaba drogado… Murió aquel otro en la comisaria de Girona, lo disimulasteis pues paso en agosto. Y la lista de tanta gente muerta bajo custodia es larga, pero mirabais para otro lado pues es vuestra poli o vuestros funcionarios de prisiones. Nos habéis golpeado y dejado a gente sin ojo pero no os importo pues nos lo habíamos buscado por hacer huelga y manifestarnos. Y cuando venían los nazis a apuñalarnos felizmente comentabais que eran preocupantes las peleas de tribus urbanas. Nos machacasteis en cada huelga, os preocuparon la salud de los containeres pero no el bienestar de la gente trabajadora, no os importo defendíais el derecho a seguir precarizando. Sabemos que en algunas de vuestras empresas solo trabajan mujeres precarizadas, bajos sueldos y peores condiciones haciendo botellas de plástico, heroico quien lucha por la patria pues se le ignoran sus pecados. Y nos golpeasteis con saña en la plaza Catalunya era para limpiarla dijisteis y os quedasteis tan tranquilos. Éramos fascistas cuando rodeábamos el Parlament y vuestros jefes en helicóptero… y votasteis sin problema las retalladas… y leyes ultraliberales…. ¿Ahora somos el pueblo y debemos defenderos? Si salimos el 1 o el 3 fue a defender nuestra vecindad no vuestras urnas, que no, que ni votemos, ni votaremos y si alguien vota pues nos la trae fresca, cada cual haga lo que le parezca. Nos han detenido por ser anarquistas y escribir libros, no hicisteis nada, terroristas decíais. Nos habéis extraditado a Alemania, ni siquiera pestañeabais, atracadoras justificabais. Nos habéis golpeado, maltratado, desahuciado, disparado, nos lo hemos buscado replicabais pues era vuestra policía, vuestros privilegios, vuestros inmuebles, vuestras balas lo que se defendía. Nos hemos quedado sin recursos y nos ignoráis arguyendo sin disimulo que el mercado lo necesita, quien no triunfa es tonto, y os emperifolláis con estrambóticas chaquetas en infames programas de economía capitalista. Hemos muerto esperando la ayuda a la dependencia o en la lista de espera para operarnos, da igual es la crisis decíais, es Madrid pero nuestro cotidiano sufrimiento habéis ignorando, mientras multáis a quien por hambre rebusca por las basuras. Ahora vuestros grandes de España os reprimen, no sé porque absurdos, de trapos y patrias, nos recitáis el poema ese de que van a por alguien y nada hicisteis pero siempre han ido a por nosotras y siempre estamos haciendo lo que buenamente se pueda, no por vosotros, no por aquel sino para emancipar lo cotidiano… Ahora han ido a por vosotros, a saber la que habéis liado y aunque nos la repanpimfle con un lema seguimos luchando: “Abajo los muros de las prisiones” y sabemos que nada podemos esperar de vosotros y vuestra futura república y sus cárceles. Palabras que apenas significan nada.¿Acaso como libertario no estás a favor der la autodeterminación de las naciones y pueblos? ¿Autodeterminación como sinónimo de soberanía, formas de que aceptemos la creación de nuevos Estados-nación? Cuantas palabras vacías que intentan secuestrar nuestras luchas relegando las reales agresiones cotidianas del capitalismo sobre nuestras vidas para sustituirlas por grandes verdades o parciales movimientos que para nada se plantean ni siquiera superar el sistema capitalista. Tramposos conceptos de lucha para no luchar y aceptar la hegemonía ideológica del Estado-Capital como única realidad posible y la identidad patria como la única forma de identidad colectiva frente a la identidad de clase. Soberanía, autodeterminación, democracia no son más que superficiales conceptos abstractos que se nos imponen con manu militari permitiendo la ambigüedad para que bajo sus banderas marchemos disciplinadamente, y de esas abstracciones algo concreto nos oprime: el imperio de la ley, la farsa de la representación y la sumisión a la lógica económica del capital y a la lógica política de la jerarquización del Estado.Soberanía, autodeterminación, democracia, siempre estas palabras significan lo que cada cual quiera desde su postura dominante, desde la propia mentira, lo que signifiquen pero en si son vacías verdades universales para desarmar cualquier planteamiento revolucionario desde la identidad de clase, desde la identidad de los que estamos abajo. Las palabras autodeterminación o soberanía no significan nada y nada emancipan. Para nada voy a posicionarme a favor de tal o cual soberanía, pues esta es un engaño que esconde la realidad jerárquica del Poder, simplemente con la pregunta en quien reside la soberanía y el derecho de autodeterminación se crean jerarquías donde una entidad tiene poder sobre otra aparentemente inferior. Si el resto de España no debe decidir sobre la voluntad de Catalunya o del Cantón de Cartagena. Catalunya no puede decidir sobre si el Carmelo decide soberanamente unirse a la republica de Luvania o la confederación independiente de clubs de petanca de jubilados mosqueados junto al Besos y al Baix Llobregat. Nadie debería imponer a nadie ninguna soberanía. Y las constituciones presentes y futuras os las metes por donde os quepan, pues si regulan libertades simplemente no es para garantizarlas sino limitarlas. Se nos ha intentado también vender el “proces” como una posibilidad rupturista o revolucionaria, con los ojos a cuadro algunos no se lo creen y otros quedan convencidos… Yo no veo ningún sujeto revolucionario, más bien comparsas dirigidas desde unas elites que encima no paran marear perdices y así pacificar socialmente ambos territorios, luchar por la patria no afecta al IBEX. Este proceso no es emancipador sino una forma más para encauzar la protesta para conseguir una patria transversal, tanto española como catalana de la cual maman corporativamente los beneficiarios de la transacción política del 78 y sus vástagos modernizados. El famoso discurso del Noi del Sucre.El famoso discurso del Noi del Sucre tan manipulado por nacionalistas e historiadores estalinistas, transcrito literalmente sin las sucesivas manipulaciones para dotarse de un inexistente pasado con peso en el movimiento obrero…Discurso de S. Seguí al Ateneo de Madrid (04-10-1919).Conferencia pronunciada en Madrid el 4 de octubre de 1919. Tomada taquigráficamenteCiudadanos, compañeros y amigos. Antes de todo cumple en mí, tengo la misión de saludaros en nombre de todos los trabajadores de Cataluña, a los cuales, juntos con todos los demás compañeros, representamos en este acto.Después, debo deciros también que yo espero que seáis benévolos, al menos conmigo. Yo no soy un profesional de la Tribuna, y, aparte de esto, catalán de nacimiento. Todas aquellas dificultades de expresión durante mi breve peroración, espero que vuestra benevolencia, a la que me remito, como he dicho antes, me las sabrá perdonar. Como os decía nuestro compañero Pestaña, nuestra situación, la situación actual de la organización obrera de Cataluña, es hoy más fuerte, mas capacitada, más tenaz que lo era antes. Esto nos ha venido a crear una responsabilidad, que es, precisamente, la que justifica el que tengamos necesidad de ir por todas partes, por todos los rincones de España, a decir a nuestros compañeros todo lo que hacemos en Cataluña y lo que pretendemos realizar. De poco nos serviría que esta fuerza inmensa, que se sostiene por su tenacidad y la convicción del proletariado catalán, quedara encerrada en los muros de lo que se dice o se llama Cataluña solamente, por eso tenemos necesidad de ponernos en comunicación con todos los obreros españoles y tenemos necesidad de ponernos en contacto con todos los de fuera de España. Ahora vamos a decir ante vosotros, como lo haremos mañana ante los demás trabajadores, lo que pensamos y lo que queremos realizar. Se habla, con demasiada frecuencia por cierto, de los problemas de Cataluña. ¿Qué problemas de Cataluña? En Cataluña no hay ningún problema, el único problema que pudiera haber planteado en Cataluña está planteado por nosotros, pero el problema que está planteado por nosotros no es un problema de Cataluña, es un problema universal. Cuando han venido aquí las representaciones organizadas de la burguesía catalana a hablar de problemas de Cataluña, no han hecho más que desviar la opinión y decir cosas que no se ajustaban a la realidad de los hechos. En Cataluña —hay necesidad de decirlo así— existe otro problema que es el nuestro, y éste he dicho ya anteriormente, que no es un problema de Cataluña, que es de España y es universal. En Cataluña no hay problema porque allí solamente siente ese problema la burguesía organizada, que está bajo los auspicios de la Liga regionalista. Allí no hay problema catalán, porque de haberlo, a estas horas Cambó no hubiera sido ministro ni sería tampoco ministrable. En Cataluña no hay otro problema palpitante que un problema perfecta mente humano, el cual personificamos nosotros, nosotros somos el portaestandarte de esta expresión humana de este problema humano. Los trabajadores de Cataluña no admiten un problema de independencia nacional La Liga regionalista ha pretendido, y en parte ha logrado, dar a entender a toda España que en Cataluña no había otro problema que el suyo; el regionalista. Esta es una falsedad; en Cataluña no existe otro problema que existe en todos los pueblos libres del mundo, en toda Europa, un problema de descentralización administrativa que todos los hombres liberales del mundo aceptamos, pero un problema de autonomía que esté lindante con la independencia, ese no existe en Cataluña, porque los trabajadores de allí no queremos, no sentimos ese problema, no solucionamos ese problema bajo esas condiciones. [Aplausos.] Que se dé, no ya la autonomía, que ésta después de todo es aceptable, que se dé incluso la independencia a Cataluña, y ¿sabéis quiénes serían los primeros en no aceptar la independencia de Cataluña? Nosotros, no; de ninguna manera; nosotros nos entenderíamos muy bien y pronto con la burguesía catalana. ¿Sabéis, repito, quiénes serían los primeros en no aceptar la independencia de Cataluña? Los mercaderes de la Liga regionalista, la misma burguesía catalana, que está dentro de la Liga regionalista, sería la que no aceptaría de ninguna manera la independencia de Cataluña. Por eso se plantea el problema falso, más que nada por la ineptitud, por la miopía mental de los políticos de España, que han dado una cierta importancia a un problema que realmente era nada más que una lucubración mental, una aspiración política de algo inconfesable de los líderes de la Liga. Tenemos necesidad de decir esto, encajan perfectamente todas estas cosas que ahora encajan en el acto que estamos celebrando, porque nosotros hemos tocado las consecuencias de esta parcialidad primero, de esta falsa interpretación que del problema de Cataluña tienen todos los gobiernos. ¿Nosotros hemos ido a las cárceles; hemos ido a Montjuic y hemos ido a los buques de guerra por actos delictivos cometidos por nosotros? No, repito. Se han suspendido las garantías constitucionales en Barcelona, más que nada, porque decían y alegaban las autoridades que existía ese problema y que ese problema podría acarrear graves consecuencias, cuando, realmente, este problema no está planteado de ninguna manera. No existe el problema de Cataluña, volvemos a insistir sobre ello y no será la última vez que lo hagamos; no existe ese problema, porque la gran masa del proletariado de Cataluña, porque incluso la clase media de Cataluña, incluso las clases directoras, las altas clases sociales de Cataluña no sienten ese problema, no quieren la resolución de ese problema. Entonces, ¿por qué nosotros hemos sido los que hemos tenido que tocar las consecuencias de esa actitud, de esa política en que se han inspirado los Gobiernos? En las presentes circunstancias no existe la vida normal del derecho y de la justicia —dicen— porque volverían las algaradas catalanas a perturbar la vida y la paz de Barcelona. Esto lo han dicho las autoridades de Barcelona y es muy posible que el Gobierno actual interprete los hechos de la misma manera, y nada más lejos de la realidad. Queremos decir con esto, queridos compañeros y amigos, que estamos ciertos de tener que aceptar responsabilidades que no nos incumben. Nosotros somos lo suficientemente serios para aceptar aquellas responsabilidades que nos incumben, pero rechazaremos siempre, y de hoy en adelante las rechazaremos con toda energía, todas aquellas responsabilidades que nos quieran cargar y que no nos pertenezcan. La lucha sindical de Barcelona tiene para nosotros una importancia capitalísima, no bajo el aspecto en que hasta ahora se la ha considerado; la tiene por otros que nosotros creemos más fundamentales. ¿De qué servirían tantos esfuerzos y tantos afanes si la responsabilidad de esa fuerza, si la capacidad de esa fuerza, no fuera otra que el conseguir un real más y una hora menos? ¿Habría la compensación de tantos sacrificios con ello? De ningún modo, compañeros; y aquí tenemos que hablar con entera franqueza, con absoluta sinceridad. Nosotros vamos, como os decía anoche el compañero Pestaña, al comunismo, vamos a la socialización de todos los bienes de la tierra. ¿Por qué procedimientos? Por aquellos que las circunstancias nos aconsejen, sin apartarnos de aquel camino que nos hemos trazado de antemano. En este punto de mi discurso, aunque superficialmente, me voy a permitir pronunciar algunas palabras sobre el concepto que nos merece la lucha sindical y, más aun, sobre el objetivo que la lucha sindical, o el Sindicato, puede realizar. En Barcelona hemos creído nosotros que la organización a base de Sindicatos únicos era el máximo de potencialidad y de resistencia por largo plazo con ánimo de alcanzar el máximo resultado. ¡Ah! Pero esto no solemnemente se refiere a la lucha presente, sino que hace también relación a lo que el mundo capitalista nos impone en estos momentos. El Sindicato único es la garantía del futuro régimen social Nosotros hemos visto en el Sindicato único algo más serio, algo más primordial, más fundamental que todo esto; el Sindicato único viene a ser la preparación colectiva, viene a ser la preparación profesional para que en el momento dado de la posibilidad de una transformación social, esta capacidad colectiva y profesional sea la garantía de las demás clases sociales tengan precisamente de cómo nosotros vamos a hacer y vamos a incautarnos de esa transformación. Es innegable que todos los grupos, que todas las tendencias, que todos los partidos socialistas han venido a cumplir hasta ahora una misión, que han realizado una buena labor; pero es innegable también que desde este momento, cuando los hechos nos enseñan dolorosamente los fracasos seguidos hasta el presente, es también evidente, digo, que hay necesidad de una rectificación es la que nosotros planteamos y seguiremos planteando. Ni el socialismo ni el anarquismo asegurarán la producción y el consumo No son los partidos socialistas, no son los grupos anarquistas los que pueden garantizar, después de la posibilidad de una transformación social, que el consumo y la producción estén completamente normalizados. No. Nosotros hemos visto que el único elemento, que la única fuerza, que la única organización que podía tener esa garantía, era precisamente el sindicalismo, el Sindicato profesional. La vieja doctrina del libre acuerdo preconizada por nuestro camarada Kropotkin, está desechada por la práctica, porque la realidad de los hechos ha demostrado que era impracticable. En cambio, nosotros sostenemos las teorías de Christian Cornelyssen cuando dice: «No hay que fiarse de la buena voluntad del ciudadano o ciudadana en el día de la revolución o transformación social, para que se normalicen la producción y el consumo». No, hay necesidad de capacitar esa producción, para que cuando se verifique esa transformación en la colectividad, todas las clases tengan la absoluta seguridad de que esa transformación de un estado inferior a otro superior de justicia, se va a realizar con todas las garantías, se van a realizar con todas las certidumbres, de que van a quedar cumplidos todos los deberes y todos los derechos, de que van a quedar aseguradas todas las necesidades materiales de la vida para todos los humanos. [Aplausos.] Y los hechos hablan, compañeros y amigos; que si al Sindicato se le hubiera dado esa responsabilidad, si al Sindicato se le hubiera dado esa facilidad, si al Sindicato se le hubiera dado esa capacidad, a estas horas ni en Hungría, ni en Rusia, ni en Alemania, ni en otros pueblos, hubiera ocurrido de ninguna manera que el proletariado hubiera demostrado su falta de condiciones, su falta de preparación para hacer prácticas de socialismo en economía y de su sentido libertador en política. Y estamos bajo ese hecho doloroso. En Rusia, seguramente por esa falta de preparación, a pesar de esos esfuerzos gigantescos que han realizado aquellos héroes, es más que probable que, por una parte, por el bloqueo de todos los Gobiernos de Europa, de toda la burguesía internacional, pero por otra también, por esa falta de preparación técnica profesional en el interior de su pueblo, para que la industria se desarrollara de una manera normal y el trabajo de una manera normal también, es más que probable —digo— que por un momento doloroso (que será un momento de transición, tal vez bueno también, porque vendrá a dar precisamente la sensación de que hay necesidad de capacitarnos para ello y vendrá a servirnos a nosotros de enmienda, y bien venido sea ese momento), en Rusia tal vez nuestros compañeros, a pesar de los esfuerzos que han hecho, no podrán consolidar el nuevo Estado, que tanta sangre, que tanto heroísmo les ha costado y en el que tantas esperanzas habían concebido. Es innegable también que estamos en completa bancarrota del capitalismo. Vino la guerra, determinada no por la miseria —los hechos hablan— sino por un exceso de producción y por la falta de mercados que ciertos beligerantes necesitaban en el mundo para colocar sus productos. Y así asistimos a la paradoja de que la riqueza, de que ese emporio de la civilización, de que el esfuerzo, la suma de nuestra inteligencia y de nuestro esfuerzo muscular, han engendrado la ruina, el dolor y la tragedia. En el año 1914 había una superproducción en el mundo de un 28 por ciento y esa superproducción no encontraba fácilmente mercado para su colocación; de aquí ha venido la guerra. Consecuencia de esto, compañeros, es que cuando una clase tiene la responsabilidad, como el capitalismo actualmente la tiene, y se encuentra en una situación tal, tal como se encontró en el año 1914, es que hay el germen ya en esa clase de su descomposición, de su incapacidad. Por eso repito, como decía al principio, que asistimos a la bancarrota de la burguesía internacional. Precisamente por eso es por lo que hay necesidad de que el sentido crítico, por una parte, y el sentido constitutivo por otra penetren en lo más hondo de nuestra actuación, porque vienen momentos tales de responsabilidad y peligro, vienen momentos para el proletariado internacional de tan majestuosa solemnidad, que si nosotros, los españoles, estuviéramos preparados y suficientemente organizados y capacitados para cuando el proletariado internacional llame a nuestras puertas para hacer e traspaso del poder de la burguesía al proletariado, daríamos otra vez la sensación de nuestra descomposición, de nuestra incapacidad, de nuestra desorganización y no podríamos realizar aquella obra que es, precisamente, el norte, que es la guía de toda nuestra actuación, y es en la que, en definitiva, la humanidad debe asentar, precisamente, todo su bienestar, toda su libertad, toda su justicia. He aquí la obra del Sindicato único, no para que haya la ventaja de que el conjunto de los Sindicatos en determinados momentos apoye a la sección que está en lucha, no solamente para eso, queremos el Sindicato único para que de día en día vayamos capacitándonos para esa producción, queremos el Sindicato único para que seamos fuertes y seamos indestructibles, queremos el Sindicato único para hacer una labor neta, realmente revolucionaria. [Grandes aplausos.] Queremos el Sindicato único para cuando venga ese momento de la posibilidad de una transformación social. Nosotros no estamos lo suficientemente preparados para hacer que el traspaso del poder se verifique con la mayor normalidad posible. [Muy bien.] Dentro del Sindicato único ha de haber escuelas profesionales; dentro del Sindicato único tienen que venir por su buena voluntad —si no vinieran, los iríamos a buscar por la fuerza— los elementos técnicos, porque necesitamos, que el momento apremia y la Historia nos empuja, estar suficientemente capacitados para dar un puntapié a todo ese edificio social carcomido que nos aherroja, que nos tiraniza, que nos mata, precisamente porque nosotros queremos vivir una vida libre y noble; porque nosotros queremos, por encima de todo, el reinado de la justicia social sobre la tierra. [Grandes aplausos.] Por eso no vivimos ya aislados del resto de los trabajadores del mundo, estamos en relación con los camaradas de Francia, Portugal, Holanda, Bélgica, en fin, de todas partes, y vamos haciendo que la relación se ahonde más cada día y vamos haciendo más, vamos a asistir a un Congreso internacional para decir que nuestro objetivo, nuestros puntos de vista, queremos que se discutan. En el futuro Régimen, la hegemonía corresponderá a los sindicatos Nosotros creemos que, de persistir en la creencia de que los partidos socialistas o de que las agrupaciones anarquistas deben ser los que den esa regularización del nuevo organismo económico para hacer prácticas de socialismo, incurriríamos en un error. Los unos, los partidos socialistas, vean lo que sucede en Alemania: allí existen el partido del centro, el de la derecha y el de la izquierda, modalidades después de todo que en todas las colectividades de los hombres se manifiestan. Pues bien: cuando son los del centro los que gobiernan no se encuentran representados en el Gobierno ni los de la derecha ni los de la izquierda; cuando los gobernantes son los de la izquierda, sucede lo mismo, y cuando ocupan el poder los de la derecha no está representada ninguna de las otras dos fracciones socialistas. ¿Puede subsistir este error? ¿Son los partidos socialistas los responsables de la producción? No, no se les pueden pedir esas responsabilidades. ¿Quiénes son los que tienen las facultades para esa producción? Los Sindicatos profesionales y nada más que éstos. [Muy bien, muy bien.] ¿Son los grupos anarquistas los que, por muy buena voluntad que tengan, puedan garantizar el complicado organismo y asegurar a la comunidad y a la colectividad social todo lo indispensable para la vida? No, porque esto que los camaradas anarquistas en este punto sostienen, no es más que un desahogo y un deseo; más que nada es un problema moral; pero la colectividad, las Sociedades no pueden inspirar sus actos en la buena voluntad, deben contar con la realidad, y esto se traduce en una forma harto impertinente, y por eso precisamente es por lo que los grupos anarquistas adolecen de los mismos defectos y del mismo vicio de origen que los partidos socialistas. No, no es el partido socialista del centro, ni es el partido socialista de la derecha, ni es el partido socialista de la izquierda los que pueden asegurar la producción, es el delegado del Sindicato de transportes, es el delegado del Sindicato de la alimentación, es el delegado del Sindicato metalúrgico, es el delegado del Sindicato de construcción el que tiene la responsabilidad, por la representación que ostenta, de asegurar todas aquellas necesidades que el conjunto de la colectividad tenga. [Muy bien, muy bien.] Por eso nosotros, en un próximo Congreso internacional, vamos a plantear esa cuestión, y vamos a decir que la hegemonía del proletariado no pueden ejercerla ni los partidos socialistas ni los grupos anarquistas; esa hegemonía deben ejercerla los Sindicatos profesionales, los sindicalistas. [Muy bien, muy bien.] Os he esbozado ya muy superficialmente, como os decía, lo que nosotros entendemos y creemos que se debe realizar. El tiempo es un factor importantísimo que hay que tener en cuenta y que no hay que desechar. Nosotros creemos que sería suicida, que sería criminal, el que en estas circunstancias, en el actual momento histórico, nos entretuviéramos aún en discusiones acerca de todo; y menos mal si se trata de discutir cosas, porque cuando se discuten personalismos es cuando realmente se pierde el tiempo. Hay necesidad de que los hechos sean una viva acción para todos. ¿Qué hubiera sucedido, qué sucedería ahora mismo, compañeros y amigos, si la revolución triunfante por toda Europa —aceptemos esa posibilidad— viniera a llamar a nuestras casas y a nuestras puertas? Contestad vosotros por mí. No estamos preparados, no tenemos organización, tendríamos incluso que decir a la burguesía: «No, nosotros no queremos aceptar esa irresponsabilidad espera un momento; espera un momento; espera a que nos orientemos, no sabemos de lo que se trata». Así tendremos que conducirnos. ¿Por qué? Porque nosotros no estamos preparados, porque no estamos suficientemente organizados, porque no sabemos nada, salvo honrosas excepciones, de esas cosas, y eso es lo que hay necesidad de hacer: saber de esas cosas, prepararnos para esas cosas, porque todas las ideas, absolutamente todas, triunfan cuando hay capacidad y organizaciones; pero cuando hay solamente el sacrificio de luchar, pura y exclusivamente, el sacrificio de lucha sin esa capacidad y esa organización, de poco sirve, compañeros y amigos. Hay que capacitarse y organizarse para el día del triunfo Hay necesidad de que al exponer nuestras personas, de que al exponer nuestra libertad, al exponer incluso nuestras vidas, tengamos también preparada la capacidad, traducida en un instrumento de organización, para que se traduzcan en realidades aquellas cosas por las cuales nosotros luchamos. Sin eso no se consigue nada, sin eso todas las luchas son absolutamente inútiles; por eso hay necesidad —y a ello os invito, compañeros y amigos— de que nos preparemos, de que nos capacitemos, de que nos organicemos. Hay que leer mucho y discutir más; pero cuando llegue el momento de traducir en realidades todas esas cosas, que nos encuentren suficientemente preparados, que nos encuentren teniendo la idea macho, que tengamos el brazo fuerte, que tengamos la organización verdadera para traducir en realidades nuestras ideas. De esta manera es como la burguesía ahora nos emplaza a una lucha de unos cuantos céntimos más; de esta manera es como iremos socavando los cimientos que la sostienen; de esta manera es como nosotros, en definitiva, lograremos el triunfo de nuestras ideas, como nosotros nos haremos dignos de nosotros mismos y escribiremos en las páginas de la historia la única cosa que hay que escribir: la libertad económica de los hombres, que es la precursora, que es la base de la libertad económica de los pueblos. [Gran ovación.] "Quien no se mueve, no siente las cadenas" (Rosa de Luxemburgo)¿Se ha proclamo algo?Para fundar un Estado-Nación, para la independencia se necesita el Fisco y poder implantar el monopolio de la violencia en un territorio determinado además de un gran consenso de los habitantes del mismo y aun así es seguro un conflicto violento con la potencia “colonial”, más o menos largo y virulento, y si parte de la población, de las clases populares no se sienten independentistas, la guerra civil es un hecho y la aparición de formas fascistas también... Para esto hay que estar dispuesto a matar y morir, y no por el fin de la opresión sino por mantener o cambiar simplemente la bandera de la misma, claramente yo y mucha otra gente no estamos por la labor, simplemente, patriotas de cualquier patria iros a la mierda. Y puestos a hacer brindis al sol, o a ser masacrado, hay cosas mejores que una república catalana burguesa.El fisco no se tiene, el monopolio de la violencia se cede a España (no se para que sirve un cuerpo armado catalán como los Mossos si está al servicio de la presumible potencia “colonial”)... Y lo tercero, la voluntad popular (el contra poder en las calles) se nos aparece realmente dudosa, tras 1-O se pierde cediendo las calles a los fascistas españoles o acatando el 155 la legalidad de la potencia colonial, el Reino de España presentándose a unas elecciones impuestas… Para que nos pidan sacrificios que parece ser que los propios patriotas no están preparados a asumir. Las proclamas, las no proclamaciones, el sí pero no pero quizás, la política cuántica de los independentistas son solo brindis al sol. Esperar no sufrir la represión, ni sufrir violencia, es esperar el milagro de la buena voluntad de los nacionalcatólicos y falangistas españoles para perdonar vidas, que falta de memoria o conocimientos históricos. Y desde el comienzo de los tiempos las cárceles se llenan de la buena y mala gente que no acepta las leyes, uno no es delincuente por voluntad sino porque el imperio de la ley lo decide. ¿Qué botan los obreros Xarnegos? Pues la mismas tonterías que el resto, entre ellas las pelotas de futbol.Cuando desde posturas críticas antiautoritarias no se exponen contradicciones teóricas, prácticas y vitales de los nacionalismos para poder superarlas con la dinámica de las luchas, de los sentimientos de pertenencia, de ser, de estar, de sentir, solo puede haber una sensación de desarme y debilidad. Se puede decir que el mismo ámbito libertario está a punto de ser exterminado por el falangismo español o fagocitado por el neoperonismo interclasista del nacionalismo catalán. Eso que el independentismo no era nacionalismo evidentemente era un espejismo elaborado por la minoría social-cultural del nacionalismo que se necesita de izquierdas y necesita reinventar la historia de un movimiento obrero catalán siempre hostil al nacionalismo pequeño burgués independentista o al siempre filofascista nacionalismo español.Hoy en día curiosamente a pesar que menos encuestados se declaran catalanohablantes el apoyo a la independencia es el mayor de la historia. Alguien me dijo que para ser i internacionalista hay que pertenecer a alguna nación... Yo pienso que para ser internacionalista hay que ser perro de mil leches, superar la cultura nacional defendiendo la cultura propia cotidiana de las gentes que viven en determinado momento en un territorio y asumiendo y posicionándose dentro del conflicto social que da eso de vivir en una sociedad de clases... En si España es un Estado sin nación, un Estado-nación fallido. El consenso nacional solo empezó a conseguir imponer tras la guerra civil y la imposición a sangre y fuego de una identidad nacional recreada a partir del imaginario franquista. Antes de esto solo las elites mesetarias se sentían españolas (Señoritos, militares, funcionarios, aristocracia grandes financieros y grandes empresarios), para el resto lo importante era la “patria chica”, el pueblo, el barrio, en todo el territorio, el Estado Español era sentido como un estado ajeno, ocupante. Con la imposición de Dictaduras y una guerra contra el pueblo el concepto de Estado-nación fue empezado a ser asumido por el vulgo a sangre y fuego. Pero a pesar del franquismo desde la periferia no se aceptó tan fácilmente la imposición de ser español. Habiendo en Catalunya un sentimiento de pertenencia difusa. La ambigüedad en el sentimiento de pertenencia nacional siempre ha sido históricamente una característica de buena parte de la clase trabajadora de área metropolitana, eso de ser catalán carece en si de un sentido claro o al menos se sentía de un modo diferente de como la burguesía catalana decía como se deberían sentir los catalanes, pues se sentía tanto como enemigo al burgués catalán como al gobernante español. La burguesía catalana (como todas las burguesías) siempre ha despreciado a sus trabajadores considerándonos inmigrantes lo fuésemos o no, no merecedores de derechos y siempre ha intentado enfrentarnos por nuestro lugar de nacimiento o idioma materno. Ese sentir catalán del quelcom y la Reinaxença nos es confuso. Muchas veces uno se enteraba que era catalán cuando salía de Catalunya y era insultado. Históricamente para mucha gente estaba claro que nacionalismo catalán era igual a burguesía y que en sus aspavientos patrios eran comedia pues cuando los de abajo éramos fuerte siempre llamaban al primo de zumo sol llamado España para reprimirnos. España es identificada con la dictadura franquista (y con razón): la chulería de los grandes de España, los recuerdos de los caciques que echaron a los abuelos de sus tierras y la grosería de la televisión basura y la ponzoña real. El tratamiento despectivo que en los últimos años ha tenido la gente que vivía en Catalunya ha provocado más simpatía hacia el nacionalismo catalán, como respuesta a los insultos. Los dos nacionalismos se retroalimentan. El mestizaje durante la mayoría de la historia desde la primera revolución industrial caracterizaba a las clases trabajadoras de la zona metropolitana, priorizando la lucha de clases y las organizaciones obreras, la integración se hizo desde abajo, con los de abajo frente a las elites explotadoras y las bases sociales de un nacionalismo, los tenderos, la clase media comercial que muchas veces tenían coincidentes intereses con las elites españolas. Hasta la desaparición física total del movimiento obrero y los últimos soplos del movimiento libertario de pre guerra por el genocida franquismo la pequeña burguesía catalana apoyo sin fisuras al fascismo franquista. Una vez sometido brutalmente el movimiento obrero, dejando de ser una amenaza: los Floyd, los Pujol, los gallina blanca y muchos otros, inician sin el miedo al proletariado la oposición catalanista, pequeño burguesa al mismo franquismo que apoyaban. Esta oposición no es más que una élite local buscando espacio de poder compitiendo suavemente con la élite mesetaria bajo la mirada desde arriba de los grandes de España y los grandes industriales y grandes financieros. Es desde la transacción democrática y el traspaso del franquismo al pujolismo del regionalismo catalán cuando las elites catalanas incorporan en su proyecto trasversal nacionalista, con la colaboración de unas organizaciones obreras controladas no el estalinismo-eurocomunismo, a las clases trabajadoras cada vez más de origen inmigrante, con la clara intención de supeditarlas a sus intereses locales. El “proces” entre otras cosas parecía que contaba para la independencia con una nueva definición de lo que es ser catalán más allá de la cultura y el idioma, pero me temo que ha sido un fracaso o una impostura que por la propia dinámica que tiene todo conflicto centrado en la identidad nacional ha acabado polarizando el sentido de pertenencia. La propia dialéctica del “proces” es el enfrentamiento entre independentistas y unionistas tal como han demostrado las últimas elecciones donde los campos sentimentales de identidad nacional visten al desnudo emperador, al contrario de lo que afirma la izquierda independentista cuando hay nacionalismos no hay un solo pueblo, las clases trabajadoras acaban divididas en dos sentimientos nacionales perdiendo toda posibilidad real de contrapoder frente al Estado y al capitalismo… Cuando solo se habla de patria las clases populares solo votan a lo que piensan patria, aun así en estas últimas elecciones casi un millón de personas no ha votado y nada impide decir que es porque el proces o el Reino de España se la sudan, eso dicen las abstenciones. Igual que entiendo que en zonas fuera del área metropolitana y en según qué barrios con todavía un espíritu menestral el sentimiento nacional catalán es fuerte. Entiendo también que en otras zonas populares cuando se plantea el debate político a partir del sentimiento nacional sin tampoco pensarlo demasiado busquen el voto español en este caso ciudadanos. Sin preocuparse demasiado de lo que hay detrás, nadie lee los programas, pues todos sabemos que finalmente mienten. Aunque ciudadanos es populista y de extrema derecha muchos hipnotizados por su patria no consiguen verlo, lo mismo diría en el otro campo, ni que los del proces sean de izquierdas. En resumen está claro, cuando las patrias están en juego no hay izquierdas que valgan, y en si no hay izquierda parlamentaria en esta dictadura del capital, solo tontos útiles para aplicar las políticas que a las élites le hacen falta con más o menos amabilidad como por ejemplo son los comunes o más dureza como ciudadanos. No hay que rasgarse las vestiduras, por los resultados, casi un millón no han votado y a saber cuántos se creen el cuento habiendo votado. Estas elecciones no son más que una encuesta para seguir el serial y saber a que patria es cada cual y el nivel de embaucamiento de cada cual. Y mientras, todos los bandos continúan vistiendo al emperador para esconder la desnudez de las políticas neoliberales que se implantan con este dejar hacer gracias al absorbente conflicto del proces, en si las dos elites en puja está de acuerdo en cómo explotarnos, que miremos las banderas mientras hacen matarrasa con nuestros derechos quizás sea el sentido último de este conflicto. Para mí la aceptación de cualquiera de las dos identidades nacionales en juego es una humillación colectiva de una clase trabajadora de que rodillas ya acepto la dominación de una de las dos élites o de ambas Oye tu parece mentira que seas catalán.La prepotencia cuartelaría de los nacionalistas españoles ha menospreciado al menos a una buena parte de la población que vive en el territorio de Catalunya. Se menosprecia el idioma, las luchas populares, la historia, las realidades sociales y las carencias económicas. Todo hay que decir que también los defensores de la patria española desprecian a su propio pueblo, recordad el que se jodan cuando recortaron los subsidios del paro. La característica principal de la elite española es su total desprecio no solo por las clases populares, sino también por el conocimiento y la cultura, poseen un país al que saquear sin pagar palo al agua y como mínimo lo hacen desde la llegada de la plata americana.Estos señoritos que gobiernan las Españas se han creído su propia falacia de la gente que vive en Catalunya: si cobardes, si fenicios, si peseteros etc... Pero siempre se han encontrado con una fuerza popular activa que no esperaban, no solo en lo del proces, sino en lo del movimiento ocupa, la PAH, el 15M, las protestas contra la guerra, el 11m, los insumisos, la OTAN, el movimiento de las asambleas y las huelgas, los maquis, los milicianos, las colectividades, las revueltas del pan etc. (Podríamos remontarnos cuando le cortaron la cabeza al Virrey como dice la versión original de los segadores, decir tiene que el PP y ciudadanos repetidamente afirmas que debería prohibirse dicho himno porque es una incitación al odio). Realmente si es que esperaban la sumisión de la mayoría, ante un ataque a la gente como el del domingo primero de Octubre, realmente tienen un pensamiento político delirante y desesperado... Ese día hasta gentes con sentimiento español se han manifestado en contra la brutalidad policial... El Puig y el Más tuvieron que dimitir por situaciones similares.... Las élites de acá no tienen todas consigo, en algún momento tendrán que parar pues temen ser superados desde abajo, y si lo son sus privilegios peligran. De ahí los juegos de manos y la propaganda pacifista. Democracia OrgánicaProcess para 15 años más como una inoperante democracia orgánica. Ultras envalentonados, represión a saco, economía ultraliberal, los movimientos de clase sustituidos por movimientos patrióticos interclasistas o de ciudadanos por cualquier tema parcial...Espabilemos que la que nos cae encima va a ser a saco. Por un lado los de viva la guardia civil y por el otro los que buenos son los mossos... Precariedad y pérdida de derechos y libertades por el bien del país, la patria, la moreneta, el Pilar y la mierda que cago la burra.... Piezas de luchas por la hegemonía..Nos imponen el 155, como proletario apenas vislumbro la diferencia, del antes o después, cuando decidieron los políticos de aquí levantar sus brindis al sol, sabían que muchas ayudas sociales y demás quedarían en suspenso. Quizás en septiembre aprobaron esa renta básica de ciudadanía sabiéndola inaplicable por la situación política.Desde identidad de clase no deberíamos ser piezas que acepten una hegemonía del Poder ya sea central o periférico. Si esto es así nos da igual que el que mande, golpee, explote, agreda lo haga en nombre del gobierno central, autonómico o local... La hipotética república no existe y en si su proyecto no pone en cuestión nada del sistema capitalista y jerarquizado que nos oprime. Dicen que está por hacer, bien sabemos cuál es su proyecto, el que nunca se hace. Hay que abandonar las pautas de la política, sus tiempos y lenguaje... Una muestra de la debilidad del ámbito libertario y autónomo es el seguidismo de una parte de este a las posturas de la izquierda independentista, en unos momentos en que esta abraza el interclasismo y posturas que bendicen políticas liberales de los dirigentes del proces sin apenas ninguna crítica radical al mismo sino al contrario desarrollándolo como parte de un consenso interclasista. También se podría decir que la preocupación de la izquierda independentista por imponer su hegemonía sobre el ámbito autónomo y libertario quizás muestre su debilidad práctica, o su autoritarismo real al querer imponer sus posiciones y sus consensos, como si fuésemos una competencia importante que les hiciese sombra. Es lo que tiene el leninismo no puede dejar espacios que se escapen de su control. El actual conflicto independentista-unionista a pesar de la que está cayendo desde mi punto de vista es un falso debate pues en lo básico están de acuerdo (triunfo del capitalismo, la ley y el orden), una estrategia de diversión que parece que hay interés en eternizarse para paralizar las luchas radicales por liberar el presente y conquistar la historia. Muy posiblemente la eternización del conflicto favorezca y es deseado por las dos elites en puja para imponer sus planes para situarse en mejores esferas de Poder y el desarrollo de sus planes estratégicos económicos. Las evidencias de que todo esto es un engaño están siempre sobre la mesa, y los actores concurrentes saben previamente la porción de pastel pactado, a pesar que mucha gente necesita creer en la gran causa de la patria, esto no significa que el conflicto no sea más que un simulacro, pues la patria es un sistema de identidad que apenas necesita pensamiento crítico, solo discurso antagónico con otra identidad externa, otra patrio o un enemigo extranjero, hay varios modelos a elegir, el mercado es amplio. Independencia y unionismo ambos creados a medida de una dominación que ya se sufre y otra que es evidente que sufriremos. Luchar contra la represión, agresiones, parece algo razonable y solidario, pero en si participar de estas luchas nos hace peones de sus estrategias de mierda al de vender unas urnas de representatividad limitada por el simulacro democrático. Quizás a muchas nos importó más el salir a ayudar a protegerse a una gente que se creía este espejismo con la mínima esperanza que cantase el gallo y cambiase algo o se liase la revuelta. Pero los violentos de la noviolencia estaban vigilantes imponiendo el lastre ciudadano de apaga fuegos profesionales. Desde luego no salimos a la calle a defender urnas, a que nos peguen por una república igual de burguesa que esta monarquía, llamad al parasito, rey o presidente la única diferencia es la forma de como obtienen el cargo... Que manden los de acá o los españoles nos debería dar igual, manda el Capitalismo y una lista de cerdos que nadie nunca recuerda, ni molesta pues parecen intocables. En realidad como gente de abajo debemos preocuparnos de otras cosas menos "trascendentes" pero en si más emancipadoras y revolucionarias por cotidianas que estas patrias y sus altos vuelos. ¿Quien nos pega?Tanto victimismo nos deja estupefactos, cuando les pegan y tanta indiferencia luego tienen cuando ellos envían a sus uniformados a pegarnos. Sus actuales llantos son insultos a nuestra inteligencia.Y no veas como nos pegan, los de ambos lados, los de todos los colores y uniformes menos los bomberos que se enrollan, exceptuando que a veces colaboran con los desahucios. Y recibimos por los dos lados igual de fuerte y mosquea la comedia del victimismo o la justificación de que están defendiendo la democracia o que son la buena gente, el resto debemos ser unos cabrones que merecemos que nos linchen.. Y nos explotan sin miramiento cuando trabajamos ya sea para el pequeño botiguer, el empresario paternalista, la oficina funcionarial de fría conciencia o la corporación transnacional más psicópata. Da igual la patria del amo, o el origen de las acciones, menudos estos de la burguesía, cantando el virulay o un pasodobles saben bien como hacer sonar el látigo. No luchamos por la patria, ni por la autodeterminación expresada en gimcamas o ni agrediendo a la gente gritando viva España Luchamos anhelando una colectividad en huelga salvaje y la autogestión generalizada en multitudes difusa procedencia, sin esperanza pero con ganas de perdurar en revuelta.. Sabemos que tanto los “nostrados” republicanos como los españoles con el brazo en alto, nos darán si les conviene una sarta de hostias pues somos el enemigo pues si no les obedecemos. Contra el capitalismo está el conflicto real y no en el absurdo patrio… En vez de seguir el juego de sus patrióticas estrategias lo que hay que defender nuestros espacios, necesidades y tiempos que con la excusa patria seguro que más tarde o más temprano acabaran arrasados, coartados, o invadidos por zombis escoltas de la emotividad del quelcom. Si el nacionalismo catalán no es fascista simplemente es porque no ha vencido todavía y por mucho que nos intenten convencer no hay patria de los ácratas a pesar de las largas asambleas emotivas que nos inviten a participar los de la estrella rara de la anarquía en un solo país. Por Catalunya nada contra España todo....Read more ... |
Posted: 25 Jan 2018 01:51 PM PST
Podemos encontrar mil definiciones distintas del Estado. Pero básicamente se reducen a dos. Una, amplia, que habla impropiamente del Estado ya en las primeras civilizaciones de Mesopotamia y Egipto, y después de Grecia y Roma, que no vamos a utilizar, y que es inadecuada para estudiar la actual sociedad capitalista en la que vivimos. Se trata de una definición que, en todo caso, necesita calificar al Estado con el modo de producción imperante: Estado esclavista, Estado feudal, Estado capitalista. Otra, reducida, en la que se utiliza el concepto actual del Estado, o Estado capitalista, o Estado moderno, como poder soberano absoluto o único en cada país, que es la que aquí utilizaremos.
El Estado es una forma histórica reciente de organización política de la sociedad, surgida hace unos quinientos años, en algunos países, con el fin del feudalismo, el auge del mercantilismo y las primeras manifestaciones del sistema de producción capitalista. La aparición del Estado suponía la desaparición de las formas feudales de organización política. El concepto de Estado surge con la aparición histórica del sistema de producción capitalista. Es la organización política adecuada al capitalismo. La proyección de este concepto a las antiguas civilizaciones es una anacronismo infértil y confuso. En la sociedad feudal la soberanía era entendida como una relación jerárquica entre una pluralidad de poderes. El poder del Rey se fundamentaba en la fidelidad de otros poderes señoriales y los poderes del Rey eran venales, esto, es, podían venderse o cederse a la nobleza: la administración de la justicia, el reclutamiento del ejército, la recaudación de los impuestos, los obispados, etcétera, podían ser vendidos al mejor postor o adjudicados en una compleja red de favores y privilegios. La soberanía residía en una pluralidad de poderes, que podían subordinarse o competir entre sí. El Estado, en la sociedad capitalista, convierte la soberanía en un monopolio: el Estado es el único poder político del país. El Estado detenta el monopolio del poder político, y en consecuencia pretende el monopolio de la violencia, la definición de legalidad y la administración de la justicia. Cualquier desafío a ese monopolio de la violencia se considera como delincuencia, y atenta contra las leyes y el orden capitalistas, y por lo tanto es perseguido, castigado y aniquilado. En la sociedad feudal las relaciones sociales estaban basadas en la dependencia personal y el privilegio. En la sociedad capitalista las relaciones sociales sólo pueden darse entre individuos jurídicamente libres e iguales. Esta libertad e igualdad jurídicas (que no de propiedad) son indispensables para la formación y existencia de un proletariado que provea de mano de obra barata a los nuevos empresarios fabriles. El obrero ha de ser libre, también libre de toda propiedad, para poder estar disponible y preparado para alquilarse por un salario al amo de la fábrica. Ha de ser libre y carecer de toda dependencia de la tierra que labraba, y de todo sustento o propiedad, para ser expulsado por el hambre, la pauperización y la miseria hacia las nuevas concentraciones industriales donde pueda vender la única mercancía que posee: sus brazos, esto es, su fuerza de trabajo. A estas nuevas relaciones sociales, propias del capitalismo, les corresponde una nueva organización política, distinta de la feudal: un Estado que monopoliza todas las relaciones políticas. En el capitalismo todos los individuos son libres e iguales (jurídicamente) y nadie guarda ninguna dependencia política respecto al antiguo señor feudal o al nuevo amo de la fábrica. Todas las relaciones políticas son monopolizadas por el Estado. En los modos de producción precapitalistas las relaciones de producción eran también relaciones de dominación. El esclavo era propiedad de su amo, el siervo estaba ligado a la tierra que trabajaba o dependía de un señor. Esa dependencia ha desaparecido en el capitalismo. El Estado es pues producto de las relaciones de producción capitalistas. El Estado es la forma de organización específica del poder político en las sociedades capitalistas. Existe una separación radical entre la esfera económica, la social y la política. El Estado monopoliza el poder, la violencia y las relaciones políticas entre los individuos en las sociedades en las que le modo de producción capitalista es el dominante. A diferencia de lo que sucedía con las instituciones políticas precapitalistas, el Estado NO ES UNA RELACION DE PRODUCCION. En el sistema de producción capitalista el capital no es sólo el dinero, o las fábricas, o las maquinarias, el capital es también una relación social de producción, y precisamente la que se da entre los proletarios, vendedores de su fuerza de trabajo por un salario, y los capitalistas, compradores de la mercancía “fuerza de trabajo”. El Estado debe garantizar el mantenimiento y reproducción de las condiciones que posibilitan la existencia de esas relaciones sociales de producción, esto es, la compra-venta de la mercancía fuerza de trabajo. El Estado ha surgido recientemente, hace unos quinientos años, y desaparecerá con las relaciones de producción capitalistas. El Estado pues no es eterno, ha tenido un origen muy reciente y tendrá un fin, más o menos cercano. La teoría política del Estado nació en la Inglaterra del siglo XVII, paralelamente a ese proceso histórico conocido como la Revolución Industrial, con Hobbes. Hobbes no es sólo el primer teórico, desde el punto de vista cronológico, sino que toda la problemática actual sobre el Estado está ya en Hobbes (y en Locke). Desde Platón hasta Maquiavelo la teoría política preestatal caracteriza el poder político y la comunidad como algo NATURAL, e identifica comunidad civil y comunidad política. Desde Hobbes la teoría política estatal define el Estado como un ente ARTIFICIAL, separa los conceptos de comunidad civil (sociedad civil) y comunidad política (Estado) y plantea la cuestión de la reproducción del poder político. El Estado surge desde una contradicción, que le da origen y razón de ser, entre la defensa teórica del bien común o general y la defensa práctica del interés de una minoría. La contradicción existente entre la ilusión de defender el interés general y la defensa real de los intereses de clase de la burguesía. La razón de ser del Estado no es otra que garantizar la reproducción de las relaciones sociales de producción capitalistas. El Estado, por esta misma razón, es incapaz de superar la contradicción existente entre la defensa del interés general (e histórico) de la sociedad (y de la especie humana), que en teoría afirma defender, y los intereses inmediatos del capital y su reproducción, que en la práctica son su objetivo prioritario y exclusivo. El Estado no puede confesar su incapacidad para enfrentarse a los intereses inmediatos de reproducción del capital, ni su permanente necesidad de impulsar el ciclo de valorización, que supone agotar los recursos naturales, contaminar el planeta hasta niveles suicidas, hipotecar el porvenir de las futuras generaciones y poner en peligro la continuidad de la especie humana. Sin embargo, el Estado, cosificado en sus instituciones, es la máscara de la sociedad, con apariencia de una fuerza externa movida por una racionalidad superior, que encarna un orden justo al que sirve como árbitro neutral. Esta fetichización del Estado PERMITE que las relaciones sociales de producción capitalistas aparezcan como meras relaciones económicas, no coactivas, al mismo tiempo que DESAPARECE el carácter opresivo de las instituciones estatales. En el mercado, trabajador y empresario aparecen como individuos libres, que realizan un intercambio “puramente” económico: el trabajador vende su fuerza de trabajo a cambio de un salario. En ese intercambio libre, “sólo” económico, ha desaparecido toda coacción, y el Estado no ha intervenido para nada: no está, ha desaparecido. La escisión entre lo público y lo privado es una condición necesaria de las relaciones de producción capitalistas, porque sólo así APARECEN como acuerdos libres entre individuos jurídicamente libres e iguales, en las que la violencia, monopolizada por el Estado, ha desaparecido de escena. De todo esto resulta una CONTRADICCIÓN entre el Estado COMO FETICHE, que debe ocultar su monopolio de la violencia, y la coacción permanentemente ejercida sobre el proletariado para garantizar las relaciones de producción capitalistas, esto es, de mantenimiento de las condiciones de explotación del proletariado por el capital; y el Estado COMO ORGANIZADOR DEL CONSENSO social y de la legalidad, que convoca elecciones libres, permite partidos y asociaciones obreras, legisla conquistas laborales como la asistencia sanitaria, pensiones, horarios, etcétera. En caso de crisis el Estado capitalista desvela inmediatamente que es antes Estado capitalista que Estado nacional, de pueblos o ciudadanos. El componente coactivo del Estado, ligado a la dominación de clase, es la ESENCIA FUNDAMENTAL de éste, que aparece diáfana cuando consenso social y legitimación estatal son sacrificados en el altar de la sumisión del proletariado a la explotación del capital. El Estado surge de esa relación contradictoria. Pretende ocultar su papel represor, como garante de la dominación de clase mediante el monopolio de la violencia, al tiempo que quiere aparecer como organizador del consenso de la sociedad civil, que a su vez legitima al Estado como árbitro neutral. Con esto el Estado fortalece además su dominio ideológico y consigue un dominio más completo y encubierto de la sociedad civil. El Estado, por supuesto, criminaliza toda violencia política (revolucionaria o no) que escape a su monopolio. Las instituciones fundamentales del Estado son el ejército permanente y la burocracia. Las tareas del ejército son la defensa de las fronteras territoriales frente a otros Estados, las conquistas imperialistas, para ampliar los mercados y acaparar materias primas, y sobre todo la garantía última del orden establecido frente a la subversión obrera y las insurrecciones proletarias. Las tareas de la burocracia son la administración de todas aquellas funciones que la burguesía delega en el Estado: educación, policía, salud pública, prisiones, correo, ferrocarriles, carreteras… El funcionario del Estado, desde el maestro de escuela al catedrático, del policía al ministro, del cartero al médico desempeñan funciones necesarias para la buena marcha de los negocios de la burguesía, mientras no sean un buen negocio para ésta, en cuyo caso se privatizan. El Estado es la ORGANIZACIÓN del dominio político, de la coacción permanente y de la explotación económica del proletariado por el capital. El Estado no es pues una máquina o instrumento que pueda utilizarse en un doble sentido: ayer para explotar al proletariado, mañana para emancipar al proletariado y oprimir a la burguesía. No es una máquina que pueda conquistarse, ni que pueda manejarse al antojo del maquinista de turno. El proletariado no puede conquistar el Estado, porque es la ORGANIZACIÓN política del capital: ha de destruirlo. Si un partido fortalece o reconstruye el Estado, o se limita a conquistar el Estado, no estamos ante una revolución proletaria, sino ante otra forma de capitalismo. El ejemplo histórico más destacado fue el capitalismo de Estado de la extinta Unión Soviética. El Estado no puede ser ABOLIDO de la noche a la mañana por un decreto “revolucionario”, o por un acuerdo social de la mayoría de la sociedad, porque es la organización política del capital y sus relaciones sociales de producción: hay que DESTRUIR esas relaciones sociales de producción y su organización política: el Estado. El Estado no puede ser parcialmente sustituido y parcialmente utilizado (como un semi-Estado obrero) por el proletariado contra el capital, en una fase de transición entre el capitalismo y el comunismo, esperando que se EXTINGA como una llama sin oxígeno, porque el Estado es la organización política del capital y garantiza las relaciones sociales de producción capitalistas. No existe una semiorganización del capital ni una semigarantía de las relaciones sociales de producción, y ya hemos dicho que la máquina Estado no puede utilizarse, ni semi-utilizarse en un doble sentido, ahora para explotar o semi-explotar al proletariado, mañana para emanciparlo o semi-emanciparlo. El Estado es la organización política total y totalitaria del capital (y de su permanente reproducción) para explotar al proletariado. El proletariado no puede usar, ni semiusar para extinguir; ni abolir, ya sea por decreto, acuerdo mutuo, o votación, el Estado: sólo puede destruirlo. El proletariado ha de destruir el Estado porque éste es la organización política de la explotación económica del trabajo asalariado. La destrucción del Estado es el inicio de una revolución proletaria. ¿Qué sustituye al Estado? La administración de las cosas y de las prioridades de la sociedad en el comunismo. Pero la revolución proletaria no es una cuestión de partidos o de organización. No son las organizaciones quienes hacen la revolución, sino que es la revolución quien crea las formas de organización de clase apropiadas. Lo que determina la posibilidad del comunismo en las sociedades más desarrolladas del capitalismo global es la extensión de la condición de proletario. Los problemas organizativos no pueden plantearse al margen de quien los organiza y de los problemas que se plantean en cada momento. No hay reglas, ni fórmulas mágicas, ni garantías contra la burocratización y la contrarrevolución. Los burócratas suelen ser expertos en organización, en beneficio propio, al margen del interés general de la sociedad. La experiencia histórica del proletariado señala los soviets rusos de 1905 y 1917, los räter alemanes de 1918-1920 y los comités españoles de 1936, esto es, la organización del proletariado en consejos obreros como la forma organizativa revolucionaria de la clase obrera. Estamos pues hablando no de tal o cual forma organizativa de comité o de consejo, sino de la organización consejista de la sociedad. Los consejos no representan a los obreros, SON EL PROLETARIADO ORGANIZADO. Es un órgano de clase y de lucha. No es un órgano político, y por lo tanto no es democrático ni dictatorial, está más allá de la política, y evita la separación entre lo público y lo privado característica del capitalismo. Soviets, räters y comités fracasaron en el pasado, pero han existido, demostrando la capacidad del proletariado para dirigir y gestionar fábricas, ciudades y países; señalando también sus límites, SUS ERRORES y sus limitaciones. Han surgido siempre que el proletariado revolucionario se ha alzado contra la barbarie capitalista. Han sido la respuesta obrera al vacío dejado por la burguesía, más que resultado de la radicalización del combate. La ideología consejista contempla los consejos como meta y no sólo como un momento de la transición al comunismo. Los consejistas sustituyen el concepto “partido” de los leninistas por el concepto “consejo”. Ambas ideologías son estériles, porque de acuerdo con el viejo y contundente grito de la Asociación Internacional de los Trabajadores: la emancipación de los trabajadores será obra de los propios trabajadores, o no será. Los consejos, o las organizaciones que en cada momento cree el proletariado, serán sólo lo que consigan hacer en el combate por destruir el Estado y alcanzar el comunismo. Estamos hablando de la constitución del proletariado en clase, y por lo tanto, en organismo revolucionario autónomo, independiente de la burguesía y opuesto al partido contrarrevolucionario del capital, que orienta todos sus esfuerzos hacia la total y definitiva destrucción del Estado, esto es, a la destrucción de la organización política del capitalismo, sustituida por una nueva organización política de la sociedad comunista, que conduce a la extinción de todas las clases sociales.
Agustín Guillamón
Publicado en Enciclopèdic núm. 38 (abril 2013)
Enciclopèdic es la revista del Ateneu Enciclopèdic Popular
Read more ... |
No hay comentarios:
Publicar un comentario