EEUU contra la OMC y el orden multilateral
Oscar Ugarteche, Armando
Negrete
ALAI AMLATINA, 15/02/2018.- Las reglas
comerciales
internacionales y las bases institucionales del mercado
mundial se han visto
sacudidas por la promoción proteccionista de la política
“America First” de la
segunda economía más importante (CIA
Factbook dixit).
Las
declaraciones del presidente de EEUU sobre las acciones de la
Organización
Mundial del Comercio (OMC) contradicen el propósito general de
la organización
multilateral. La OMC ha sido el organismo multilateral
encargado, desde 1995,
de regular el comercio internacional a través del
establecimiento de un marco
normativo, no vinculante, y de mecanismos para solución de
disputas comerciales
entre sus miembros 164 miembros.
Desde la campaña presidencial,
Donald Trump mencionó en varias ocasiones la posibilidad de
que EEUU se saliera
de la OMC, recordando el aislacionismo estadounidense de los
años 20. Woodrow
Wilson creó la Liga de las Naciones en 1919 y nunca se afilió
formalmente porque
los republicanos, liderados por Henry Cabot Losge, opinaron
“que la Liga
comprometería a los EEUU con una organización costosa que
reduciría la
capacidad de los EEUU para defender sus propios intereses”[1].
La
idea permanece, de ahí la posición estadounidense contra
Naciones Unidas y sus
organizaciones afiliadas.
De acuerdo al análisis de
sus ex-asesores Peter Navarro y Steve Bannon, y su actual
representante
comercial Robert. Lighthizer, la OMC ha permitido el abuso
comercial de China
hacia EEUU. No obstante que EEUU ha ganado el 90% de las
controversias
comerciales promovidas en su contra en los últimos veinte
años.[2]
Aun
siendo el máximo inversionista extranjero del mundo y el actor
más importante
en temas económicos internacionales, EEUU sostiene una
ridícula postura de víctima
del mercado mundial en general, y de China y México en
particular.
A mediados de enero de 2018,
el presidente de EEUU anunció una imposición arancelaria del
20% para
importaciones de lavadores y del 30% para importaciones de
paneles solares. La
decisión corresponde a una represalia directa contra las
corporaciones
coreanas, LG y Samsung Electronics; la china, Suniva; y la
manufactura y
exportación mexicanas. Aunque la medida, en realidad no es
capaz de
desestabilizar por sí sola a la economía mundial, viola las
reglas comerciales
de la OMC y el espíritu de libertad de comercio que EEUU ha
promovido desde
1944, la política del libre mercado impuesta, en algunos
casos, por el FMI y el
BM, y las normas anti-dumping. Todo para favorecer a dos
corporaciones
americanas: Whirpool y SolarWorld Americas Inc.
Las consecuencias de esta
decisión unilateral estadounidense pueden ser desastrosas. La
señal económica
que envía el mercado mundial expresa el proyecto de
re-escribir las reglas
comerciales de manera unilateral a favor de EEUU.
¡Imperialismo clásico! En la
economía interna, la protección a las grandes corporaciones y
los efectos
macroeconómicos que genera, en lugar de reducir el déficit
comercial y promover
crecimiento económico, va a generar una subida de precios de
los productos
protegidos mientras quiebra a las pequeñas empresas
estadounidenses en esa rama.
Todo sumará la pérdida de empleos en las industrias
eslabonadas, como por
ejemplo de instalación de paneles solares. En el contexto
internacional, el
desdén de EEUU hacia la OMC y las instituciones multilaterales
diseñadas para
mantener el orden y la paz en el mercado mundial, podría dar
el espacio a una
guerra comercial arancelaria.
Contra la unilateral decisión
estadounidense, China y Corea del Sur pueden denunciar a la
OMC el aumento de
los aranceles como prácticas injustas, medidas desleales de
protección y
dumping. México puede apelar normativamente a la medida por
dos caminos: el
Capítulo 19 del TLCAN, el cual regula las medidas
arancelarias, y al sistema de
solución de controversias de la OMC. No obstante, el respeto
de los acuerdos
multilaterales no parece ser de interés de EEUU y los
mecanismos de resolución
de controversias no serán, de este modo, vía multilateralismo.
El mensaje es claro: las
normas de la OMC no puedan regular las relaciones comerciales
globales si EEUU
decide promover políticas proteccionistas contra el libre
mercado. Ahí se fue a
la basura toda la teoría del comercio internacional. Sobre
esta lógica, se inaugura
un escenario de conflictos comerciales que deforma la
estructura y el rumbo del
comercio internacional, en el cual las más afectadas serán las
economías más
pequeñas con menor desarrollo.
La política “America First”
y el despotismo con que el gobierno americano enfrenta la
política comercial y
el orden multilateral global está en oposición abierta a la
doctrina que EEUU
mismo le impuso al mundo en la década de los noventa través de
las reformas
estructurales promovidas vía el Banco Mundial. Desde la
formulación del GATT
(1947) hasta la conformación de la OMC (1994), EEUU buscó
promover la dinámica
del mercado internacional y posicionarse como el rector de las
reglas
comerciales globales. Actualmente, la constante agresión a las
instituciones
multilaterales de EEUU conduce a una situación de creciente
incertidumbre
económica y tensión geopolítica. La instancia más importante
para prevenir
guerras comerciales globales es la OMC, sin ésta imperará la
ley del más fuerte.
- Oscar Ugarteche, Coordinador
Proyecto OBELA, Investigador titular del Instituto de
Investigaciones
Económicas, UNAM, SNI/CONACYT.
- Armando Negretel, Proyecto
OBELA.
URL de este artículo: https://www.alainet.org/es/articulo/191054
No hay comentarios:
Publicar un comentario