Comunicado de prensa 83/15
CIDH llama a los Estados a adoptar enfoque de derechos humanos para combatir trata de personas
29 de julio de 2015
Washington,
D.C. – En el Día Mundial contra la Trata de Personas, que se conmemora
el 30 de julio, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
llama a los Estados miembros de la Organización de los Estados
Americanos (OEA) a adoptar un enfoque de derechos humanos para combatir
la trata de personas, que incluya medidas de prevención, protección a
víctimas y sobrevivientes, y sanción a los responsables.
“Por lo general, las personas más propensas a ser víctimas de trata son
las que viven en situaciones de mayor vulnerabilidad”, dijo el
Comisionado Felipe González, Relator sobre los Derechos de los
Migrantes, bajo cuyo mandato también se encuentra la situación de las
víctimas de trata. “Son engañadas con promesas de mejores condiciones de
vida, y sufren violencia física o psíquica, abuso, y explotación de
diversa índole. Hoy en día, las distintas formas de la trata de personas
son un reflejo de la esclavitud moderna, y de las múltiples y
continuadas violaciones de derechos humanos que a diario padecen sus
víctimas”.
Mujeres, niñas y niños, migrantes, personas afrodescendientes, personas
LGBTI y miembros de comunidades indígenas son algunos de los grupos en
situación de vulnerabilidad que son más propensos a verse afectados por
la trata. “El problema de la trata de personas en América afecta en
forma desproporcionada a mujeres y niñas, muy especialmente a aquellas
que también son migrantes”, señaló la Comisionada Tracy Robinson,
Relatora sobre los Derechos de las Mujeres. “Por ser una forma de
violencia contra la mujer, es indispensable que los Estados diseñen e
implementen políticas públicas con un enfoque diferencial, que tengan en
cuenta el impacto desproporcionado que la trata tiene sobre estos
grupos poblacionales”.
La trata de personas implica el reclutamiento, transporte, traslado,
acogida o recepción de una persona a través del uso de la fuerza, el
engaño, u otros medios con el fin de explotarla. La CIDH ha constatado
que en la región existen diversas formas de trata de personas, entre las
cuales se encuentran el trabajo forzado, la servidumbre doméstica,
agrícola o minera, la mendicidad, los niños soldados, la explotación
sexual turística, la pornografía infantil, las adopciones ilegales, y la
venta de órganos. También hay hombres y niños migrantes que son
forzados a realizar diferentes labores para grupos de la delincuencia
organizada.
“En muchos países de la región, las víctimas y sobrevivientes de la
trata son criminalizadas en lugar de proporcionarles los servicios y
asistencia que necesitan”, agregó el Relator Felipe González. “Tampoco
se observan aumentos significativos en las investigaciones y condenas
por el delito de trata de personas, a pesar de que constituye una
gravísima violación a los derechos humanos más básicos”.
En el caso de las víctimas, la utilización de una perspectiva penal por
parte de los Estados en lugar de una perspectiva de derechos humanos
para atender su situación ha creado profundos obstáculos para que puedan
reintegrarse a la sociedad. Por ejemplo, las víctimas de trata que son
detenidas por las autoridades bajo cargos de prostitución enfrentan
posteriormente barreras en el acceso a la educación, el empleo y la
vivienda.
La CIDH llama a los Estados a fortalecer y mejorar sus políticas para
combatir la trata de personas y reforzar la cooperación en materia de
prevención, enjuiciamiento de los responsables, y protección de las
víctimas, asegurando que estas no sean encarceladas y enjuiciadas por
delitos que guarden una relación directa con la trata. “El llamado de la
CIDH está dirigido a todos los Estados de la región, ya que la trata de
personas está presente en todos los países de América”, puntualizó la
Presidenta, Comisionada Rose Marie Antoine. Dado el alto nivel de
subregistro, las políticas a diseñarse deben incluir medidas para
identificar y registrar adecuadamente la trata, reforzar la capacitación
de funcionarios públicos para mejorar los procedimientos de
identificación de víctimas, y adaptar los servicios de asistencia a las
necesidades específicas de los grupos vulnerables.
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los
Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión
Interamericana tiene el mandato de promover la observancia de los
derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA
en la materia. La CIDH está integrada por siete miembros independientes
que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y
no representan sus países de origen o residencia.
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