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viernes, 10 de febrero de 2017

Tinkunaco 0468/17 - Re: Boletín diario del Portal Libertario OACA

Boletín diario del Portal Libertario OACA


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    Posted: 09 Feb 2017 10:41 AM PST
    A la hora de plantear una investigación como la que nos ocupa no son pocas las suspicacias ideológicas que afloran. Siempre que se analizan estos temas surgen en la mente del estudioso dudas y especulaciones acerca de las preferencias políticas de los autores que se manejan para poder explicar mejor o incluso rechazar las hipótesis y tesis sostenidas. Es por eso, y por nuestra propia experiencia, por lo que optaremos por ahorrar tales maquinaciones reconociendo francamente nuestras simpatías hacia las experiencias que en este caso serán objeto de nuestro estudio. Ello, evidentemente, no nos exime de culpa en caso de que finalicemos con un trabajo más proselitista o hagiográfico que crítico. Más bien al contrario. El ejercicio de honestidad que acabamos de realizar hará que el lector mire con lupa lo que digamos para ver si está justificado o si son nuestros deseos los que surgen a cada instante y despreciar por tanto el análisis efectuado. Eso nos mantendrá alerta. Por otro lado, tampoco hacemos nuestra la pretensión de alcanzar una objetividad que consideramos a la altura de los mismos dioses en los que no creemos. O lo que es lo mismo, nuestra única aspiración con las siguientes páginas es ser serios y llegar, en la medida de nuestras posibilidades y dado el contexto en el que nace este proyecto, a unas conclusiones que nos ayuden a saber un poquito más acerca de una experiencia largo tiempo ignorada por la historiografía oficial, cuando no denostada.../...
    Autor: Luis Buendía García

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    Posted: 09 Feb 2017 10:33 AM PST
    Definir el fenómeno llamado "pornografía" no es tan fácil ni simple como parece, inmersos como estamos en un torbellino de imágenes que invaden nuestro mundo consciente e inconsciente. Antes que nada, incluso si podemos identificar como pornográficas acciones y objetos, históricamente se trata de imágenes, fijas o móviles, que tratan del cuerpo fuertemente sexualizado y de acciones que representan o realizan uniones sexuales generalmente no visibles en la vida cotidiana. La circulación en imágenes de estos comportamientos, pasando del ámbito privado al público o por lo menos ampliamente accesibles, es considerada negativa y por ello hasta hace pocas décadas era reprimida y condenada. La característica "pornográfica" de estas imágenes cambia según el grupo social y la cultura local, pero en cualquier caso se refiere al modo en que son percibidas, derivándose de esa forma diferencias más o menos grandes en su definición, tanto que en algunos casos el sentido negativo se atenúa, mientras en otros se acentúa, dependiendo de las imposiciones moralizantes de los discursos hegemónicos locales. Se plantea el problema de la universalidad del fenómeno.
    En las regiones septentrionales de Perú se desarrolló, entre los siglos II y VII, la sociedad mochica, con una cultura muy desarrollada tanto arquitectónica como artísticamente, conocida hoy por el gran público por las vasijas, de uso espiritual y cotidiano, que representan escenas de sexo con muchas variantes de posturas y géneros. A su descubrimiento y difusión a mediados del siglo pasado, siguieron las acusaciones de pornografía, tanto a la sociedad mochica como a la difusión de las imágenes en el momento del descubrimiento. Al final, la censura ocultó las imágenes y las vasijas, sobre todo las de tema homosexual. Un caso similar, aunque mucho más sonado, sucede con la valoración que la Unesco ha dado a los templos indios Chandela, particularmente al de Khajuraho, erigido por una dinastía india en torno al año mil de nuestra era, junto a muchos otros, de los que sobreviven una veintena. El motivo del escándalo, más en el mundo occidental que en el indio, no es otro que la presencia de esculturas a lo largo y ancho de las diferentes pareces externas que representan escenas de acoplamiento sexual, con múltiples variaciones, constituyendo un kamasutra realista expuesto a la vista de todos visitantes, creyentes y transeúntes.
    Parece evidente, sobre todo por la percepción cotidiana de las imágenes sexuales, que en las dos sociedades citadas la visión no producía escándalo, e incluso podía servir de ejemplo en que inspirarse. Algo similar sucede también en el pasado occidental, aunque no explícitamente sexual, de manera que la visión de los cuerpos desnudos no suscitaba tanto escándalo, reproduciéndose en templos e incluso en libros de rezos. Como esto sucede incluso en sociedades actuales no occidentales (por ejemplo, los yanomami de la selva amazónica no tienen problemas con el cuerpo desnudo), la conclusión a la que llego es que la visión del cuerpo censurado, y por ello convertido en objeto de misterio negativo, tiene que ver sobre todo con el Occidente moderno (el caso islámico merece otras interpretaciones) pudiéndose seguir el hilo conductor, que parte de la mujer/virgen del alto Medievo, virgen pura para mirar y no tocar, hasta la Reforma protestante y la Contrarreforma estratégicamente elaborada por el Concilio de Trento e impuesta a la cristiandad por la nueva Iglesia católica y por su Inquisición, del siglo XVI en adelante. Así, si este razonamiento vale algo, cualquier discurso sobre la "pornografía" está contextualizado dentro de la modernidad occidental, con el emerger de un nuevo sujeto masculino heterosexual dominante, y de su correspondiente subalterno, la mujer esposa y madre recluida en casa y en la iglesia, contrapuesta a la mujer pública, prostituta. De hecho, es de la reducción de la mujer a su solo cuerpo, para parir o dar placer al hombre, de donde toma fuerza e impulso el comercio de su imagen, sobre todo en el siglo XIX, con la subida al poder de la burguesía.
    Dado que los procesos históricos y sociales no son nunca lineales, hay que considerar que a la transformación del cuerpo de la mujer en objeto pornográfico sigue y se desarrolla, de alguna forma en paralelo, una nueva sensibilidad hacia el placer y el erotismo, en parte ya teorizada desde el siglo XVI, pero con un desarrollo consistente en el Siglo de las Luces, parejo a las críticas de la Iglesia católica: del Decamerón de Boccaccio a las Fábulas libertinas de La Fontaine, pasando por las novelas eróticas iluministas, hasta Sade y, finalmente, la gran producción de literatura erótica que llevará dramáticamente a la Psychopathia sexualis de Richard von Krafft-Ebing, pero también a Sigmund Freud y a Wilhelm Reich. Por un lado, la sexualidad pecado se convierte en enfermedad y, por otro, el erotismo ilustrado se hace, en contrapunto, promesa de libertad. En este contexto, no hay que olvidar que si bien la circulación de imágenes para uso privado tiene casi como protagonista exclusivo a la mujer, durante la segunda mitad del siglo XIX comienzan a circular también fotografías de hombres para uso de un sector de la población, sobre todo masculina, coincidiendo este nuevo fenómeno con la organización de círculos uranistas de cariz homosexual, junto a la aparición de literatura más o menos de circulación pública destinada a ellos.
    La referencia a la fotografía aquí es particularmente importante dado que, como diría Walter Benjamin, la representación de imágenes sobre un soporte material entraba en la época de la "reproductibilidad técnica", permitiendo la difusión de manera cada vez más amplia y a bajo coste, proceso que aumentará exponencialmente cuando sea posible reproducir incluso imágenes en movimiento. De aquí el paso a la creación de revistas de desnudos femeninos y de cine será fácil, hasta incluir internet y los sitios publicitados explícitamente como porno. Pero este paso no habría sido posible si, junto a la evolución técnica del medio de circulación de las imágenes, no se hubiese producido una ruptura de época en la forma occidental de ver el cuerpo: el 68 y la "revolución sexual", con sus ribetes de utopía, drogas y rocanrol… De golpe, todo el mundo se pone a hablar de sexo, menos quienes lo practicaban y, naturalmente, como se podía prever, el cuerpo femenino es finalmente "libre" para ser usado por la publicidad. Y ahora internet, que permite "vivir" en modo virtual cualquier fantasía sexual hasta desembocar en la realidad de la violencia sexual, real y no solo virtual, sobre las mujeres.
    Contra estos procesos represivos han sido las mismas mujeres quienes han reaccionado de manera cada vez más fuerte, creando movimientos de mujeres y, en algunos casos, autoorganizándose frente al silencio, no digo de la derecha, que no tiene interés en cambiar la realidad de la opresión, sino de la autodenominada izquierda, histórica y no histórica; hasta la sospecha de que los movimientos libertarios mismos no se han tomado en serio el problema, puede que inconscientemente (esperemos) deslumbrados por la retórica comunistas de que cambiando las estructuras, ¡el resto vendrá solo!
    Hemos de reflexionar sobre todo esto, y ojalá sea recuperando la idea subversiva del cuerpo liberado, erótico y no pornográfico, no solo de la mujer sino también del hombre, bloqueado este por siglos de superestructuras identitarias y de género que le impiden vivir en libertad el placer de su cuerpo y de los cuerpos de los demás, no importando finalmente su género.
    Emanuele Amodio
    Publicado en el Periódico Tierra y Libertad, Febrero de 2017

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    Posted: 09 Feb 2017 09:58 AM PST
    Contenido:
    Lectura y análisis sobre “leche feminista”.
    Qué es “ser freegan”. Lectura desde el blog freegan.info
    Carnicero vegetariano.
    Acerca del caso PDI.(Santiago de Chile).
    Música: XConfrontoX, Point of no Return, Entrefuego, Sin Apoyo.

    Audio aquí:
    https://archive.org/details/programa7febrerorebelionanimal

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    Posted: 09 Feb 2017 09:20 AM PST
    10/02/17, 19h: CONCENTRACIÓN EN LA PLAZA DE OPORTO
    ¡FUERRA FASCISTAS DE NUESTROS BARRIOS!
    ¡CONTRA EL FASCISMO Y TODA AUTORIDAD!
    En respuesta a la última agresión por parte de los nazis en el barrio de Carabanchel.
    En solidaridad con los demás barrios de Madrid que siguen plantando cara la presencia de los nazis del Hogar Social en las calles.
    Por la autodefensa y el combate contra el fascismo.
    Acude y difunde

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    Posted: 09 Feb 2017 07:43 AM PST
    Los que masacraron a cientos de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas, los que asesinaron a Carlo Giuliani en Italia, a Amadou Diallo en Estados Unidos, a Nicolás Neira en Colombia, a Lucrecia Pérez en España y a Claudia López en Chile, justo después del “retorno de la democracia.” Los que rompieron las manos de Víctor Jara en Chile, y el cráneo de Steve Biko en Sudáfrica, los que hicieron desaparecer disidentes desde Argentina hasta Zaire, los que sirvieron a Josef Stalin, quienes reforzaron y refuerzan el apartheid en Sudáfrica y Palestina, y la segregación racial en Estados Unidos. Quienes interrogaron a las Panteras Negras y a los sacerdotes de la teología de la liberación, quienes llevaron registros de 16 millones de personas en Alemania Oriental, quienes nos controlan con cámaras de vigilancia e intervenciones telefónicas, quienes disparan el gas lacrimógeno y las balas de goma cuando las manifestaciones se les salen de las manos, quienes defienden a los patrones en cada huelga. Quienes se paran en medio de una persona con hambre y estanterías llenas de comida, entre una persona sin techo y edificios que permanecen vacíos, entre cada inmigrante y su familia.
    En todos los países, en todas las épocas, nos dicen que son indispensables, que sin ustedes nos estaríamos matando entre todxs.
    Pero sabemos bien quienes son lxs asesinxs.
    No vamos a aguantar mucho tiempo más.

    Policía en todas partes, justicia en ninguna

     

    Siete mitos sobre la policía

    1. La policía ejerce autoridad legítima. 

    Lxs policías promedio no son expertxs en leyes; probablemente conocen los protocolos generales, pero saben muy poco de las leyes en sí. Esto significa que su aplicación implica una gran cantidad de engaños, improvisación y deshonestidad. La policía miente con frecuencia: “Recibí un reporte de que alguien con su descripción estaba cometiendo un crimen por aquí. ¿Quisiera mostrarme su identificación?”
    Con esto tampoco queremos decir que debamos aceptar como legítimas las leyes, sin pensarlo. El sistema judicial entero protege los privilegios de las personas con más dinero y poder. Obedecer las leyes no es siempre lo moralmente correcto, incluso podría ser inmoral. La esclavitud era legal, ayudar a esclavxs que escapaban, ilegal. Los Nazis llegaron al poder en Alemania por medio de elecciones democráticas, y leyes aprobadas a través de los canales prescritos. Habríamos de aspirar a la fuerza de la conciencia para hacer lo que sabemos es mejor, sin importar las leyes o la intimidación policial. Protegiéndote y sirviéndote, hasta romperte la cabeza

    2. Lxs policías son trabajadorxs como nosotrxs; deberían ser nuestrxs aliadxs


    Desafortunadamente, hay una gran diferencia entre lo que “es” y lo que “debería ser”. El papel de la policía es el de servir a los intereses de la clase dirigente; cualquiera que no haya tenido una mala experiencia con ellxs, probablemente sea privilegiadx, sumisx, o ambxs.
    Lxs oficiales de policía de hoy saben exactamente en que se están metiendo cuando ingresan a esa institución. Las personas uniformadas no solo bajan gatos de árboles. Sí, muchxs toman el trabajo por presión económica, pero necesitar un cheque de paga no es excusa para desalojar familias, acosar jóvenes de color, o atacar a manifestantes con gas lacrimógeno. Quienes venden sus conciencias son enemigos potenciales para cualquiera, no aliadxs.
    Este cuento de hadas es más convincente cuando se expresa en términos estratégicos: por ejemplo, “Cada revolución tiene éxito en el momento que las fuerzas armadas se niegan a luchar contra sus pares; de modo que debemos centrarnos en seducir a la policía hacia nuestro lado.”
    Pero lxs policías no son trabajadorxs cualquiera; son quienes escogieron basar su subsistencia en la defensa del orden predominante, así que son lxs menos propensxs a aliarse con quienes quieren cambiarlo. En este contexto, tiene más sentido oponerse a la policía, que buscar su solidaridad. Mientras sirvan a sus amos, no pueden ser nuestrxs aliadxs; denunciando a la institución policial y desmoralizando agentes de forma individual, les animamos a buscar otros medios de subsistencia, para que algún día podamos encontrar una causa común con ellxs.

    3. Tal vez haya manzanas podridas, pero algunxs agentes de policía son buenas personas

    Tal vez algunxs agentes de policía tengan buenas intenciones, pero una vez más, en la medida en que obedezcan órdenes en vez de a sus conciencias, no se puede confiar en ellxs. Es importante entender la naturaleza sistemática de las instituciones, en lugar de atribuir todas las injusticias a las deficiencias de los individuos. ¿Recuerdas la historia del hombre que, atormentado por las pulgas, logró atrapar una entre sus dedos? Él la examinó durante un largo tiempo antes de colocarla de nuevo en su cuello, de donde la había tomado. Sus amigos, confundidos, le preguntaron por qué razón lo había hecho. “Esa no era la que me estaba mordiendo”, explicó. Marionetas de la clase dominante

    4. La policía puede ganar cualquier confrontación, por lo que no debemos combatirla

    Con todas sus armas, equipos y vigilancia, la policía puede parecer invencible, pero esto es una ilusión. Están limitadxs por todo tipo de restricciones invisibles, la burocracia, la opinión pública, fallas de comunicación, y un sistema judicial sobrecargado. Por ejemplo, si no tienen vehículos o instalaciones disponibles para transportar y procesar un gran número de personas, no pueden hacer arrestos masivos.
    Por eso una multitud variada, armada solamente de las mismas latas de gas lacrimógeno que le dispararon, puede mantener a raya a una fuerza policial más organizada y mejor equipada; los conflictos entre la agitación social y la fuerza militar no siguen las reglas del enfrentamiento militar. Quienes han estudiado a la policía y predicen para lo que están preparados, (lo que pueden y no pueden hacer), a menudo responden con más astucia y logran superarla.
    Estas pequeñas victorias son especialmente inspiradoras para quienes están bajo el yugo de la violencia policial a diario. En el inconsciente colectivo de nuestra sociedad, la policía es el último bastión de la realidad, la fuerza que asegura que las cosas sigan como están; confrontarlxs y ganar, aunque sea temporalmente, muestra que la realidad es negociable. Juntxs, somos más fuertes que ellxs

    5. La policía es solo una distracción del verdadero enemigo, no merece nuestra ira ni nuestra atención

    Ay, la tiranía no solo es asunto de políticxs o empresarixs; ellxs podrían perder su poder sin quienes cumplen sus órdenes. Cuando cuestionamos su dominio, también cuestionamos la sumisión que lxs mantiene en el poder, y tarde o temprano nos enfrentaremos con quienes nos someten.
    Dicho esto, es cierto que la policía no es más integral a la jerarquía que las dinámicas de opresión en nuestras propias comunidades; solo es la manifestación externa de los mismos fenómenos, a mayor escala. Si combatimos la dominación en todas sus formas, en vez de especializarnos en luchar contra ciertas formas de ella, dejando otras atrás, tenemos que prepararnos para confrontarla tanto en las calles como en nuestras habitaciones; no podemos esperar ganar en un frente, sin luchar en otro. No debemos convertir los enfrentamientos con enemigxs uniformadxs en fetiche, no debemos olvidar las relaciones de poder presentes en nuestro lado, pero tampoco hemos de conformarnos solo con gestionar los detalles de nuestra propia opresión, de una manera no jerárquica.

    6. Necesitamos que la policía nos proteja

    Según esto, aunque podríamos aspirar a vivir en una sociedad sin policía en un futuro lejano, la necesitamos hoy, porque la gente no está dispuesta a vivir junta, pacíficamente sin actores armados. ¡Como si la desigualdad social y el miedo mantenido por la violencia policial fueran la paz! Quienes argumentan que la policía a veces hace cosas buenas, llevan la carga de probar que esas mismas cosas no podrían lograrse así de bien, por otros medios.
    En todo caso, no es como si una sociedad libre de policía fuera a aparecer de repente, de la noche a la mañana, solo porque alguien escribió un graffiti que dice “Al carajo la policía” en una pared. La lucha prolongada que se necesita para liberar a nuestras comunidades de la represión policial, probablemente continúe hasta que aprendamos a convivir pacíficamente; una comunidad que no puede resolver sus propios conflictos, no puede esperar triunfar contra una fuerza de ocupación mucho más poderosa. Mientras tanto, la oposición a la policía debería ser vista como el rechazo a una de las fuentes más atroces de la violencia opresiva, no como una afirmación de que sin policía no habría violencia. Pero si alguna vez podemos derrotar y desmantelar a la policía, seguramente vamos a ser capaces de defendernos contra amenazas menos organizadas.Asume tu responsabilidad, maldito cobarde

    7. Resistir a la policía es violento -no te hace mejor que ellxs

    Según esto, la violencia es inherentemente una forma de dominación, y por lo tanto, incompatible con oponerse a la autoridad. Quienes emplean la violencia juegan a lo mismo que sus opresorxs, perdiendo así desde el principio.
    Esto es peligrosamente simplista. ¿Es una mujer que se defiende de un violador, igual que su agresor? ¿Fueron lxs esclavxs que se rebelaron, iguales a los esclavistas? Existe la legítima defensa. En algunos casos, la violencia refuerza la desigualdad; en otros, la desafía. Para las personas que aún tienen fe en un sistema autoritario, seguir las reglas, -independientemente de si son morales o legales-, es su prioridad más alta, a cualquier precio: creen que obtendrán una recompensa por hacerlo, sin importar lo que pase con el resto. Si estas personas se autodenominan conservadoras o pacifistas no hace mayor diferencia al final. Por otro lado, para quienes asumimos responsabilidad por nosotrxs mismxs, la pregunta más importante es ¿qué necesitamos para hacer del mundo un lugar mejor? A veces esto puede incluir la violencia.
    Lxs policías también son personas y merecen el mismo respeto que todos los seres vivos. El punto no es que ellxs merezcan sufrir o que debamos llevarlxs ante la justicia. El punto es que, en términos puramente pragmáticos, no debemos permitir que maltraten a la gente, ni impongan un orden social injusto. Aunque podría ser revitalizante para quienes han pasado sus vidas bajo el yugo de la opresión, contemplar finalmente un ajuste de cuentas con sus opresorxs, la liberación no es una cuestión de venganza, sino de hacer que esta sea innecesaria. Por lo tanto, aunque a veces puede ser necesario prender fuego a la policía, esto no debe hacerse con un espíritu vengativo de justicia propia, sino desde un lugar de cuidado y compasión, si bien no por la policía, al menos por quienes de algún modo podrían sufrir en sus manos.
    Deslegitimar a la policía no solo es beneficioso para quienes experimentan la represión policial, sino para las familias de estxs oficiales de policía, y lxs mismxs oficiales. Lxs agentes de policía no solo tienen tasas desproporcionalmente altas de violencia doméstica y abuso infantil, también son más propensxs a ser asesinadxs, suicidarse y luchar con adicciones, que la mayoría de los sectores de la sociedad. Cualquier cosa que anime a lxs agentes de policía a dejar sus empleos, es para su bienestar, el de sus seres queridos y el de la sociedad en su conjunto. Creemos un mundo en el que nadie oprima, ni sea oprimidx, en el que nadie tenga que vivir con miedo.
    “Averigua qué es a lo que cualquier persona se somete en silencio, y habrás encontrado la medida exacta de la injusticia y el mal que se le impondrá; y estos continuarán hasta que haya resistencia, ya sea con palabras, con golpes, o con ambos” - Frederick Douglass

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    Posted: 09 Feb 2017 01:59 AM PST
    Cuando en otros artículos pronosticábamos la entrada de la Historia en un periodo de barbarie, algunas personas nos escucharon con un cierto escepticismo, o nos acusaron de un catastrofismo infantil y poco inteligente. La realidad supera con creces el peor de los vaticinios. Carlos Taibo habla de Colapso y lo razona sobradamente; es muy probable que más pronto que tarde tal colapso del sistema se produzca; sin embargo, hasta dicho colapso aparece en una marco razonable, por lo esperado, y de alguna manera abordable desde una perspectiva racional, políticamente hablando.
    Con Trump ya no hablamos de catástrofe medioambiental, o de crisis migratorias, de hambre, no, entramos en un escenario que se aleja de todo lo anunciado como posible. Con él, y los que poco a poco van a ir surgiendo como él, hemos retrocedido a las épocas más oscuras de la historia, esas en las que reyezuelos ignorantes, ególatras, despóticos y violentos, rompían con todas las reglas vigentes hasta el momento, e imponían su voluntad a sangre y fuego.
    No está emergiendo un nuevo orden. El orden de Trump es intransigente, colérico, muy emocional, retrógrado, medieval, en el peor sentido de la palabra, más devastador que cualquier otro que haya existido, porque supone poner en manos de un psicópata despiadado, irracional, soberbio, que como Calígula quiere convertirse en dios, la mayor máquina militar que existe sobre el planeta Tierra.
    Durante ciento cincuenta años hemos defendido la vana ilusión de que las democracias representativas eran el mejor de los modelos posibles, la clave para evitar el holocausto de la guerra.
    El que lo ha querido ver, ha sido consciente que dicha democracia no garantizaba ni garantiza más que la sumisión voluntaria de los votantes, pero ni favorece la igualdad, ni la calidad de vida de la población, ni la seguridad. Los seres depravados crecen a su amparo, agazapados, esperando el momento adecuado para emerger, aparentemente de la nada, como unos salvadores mesiánicos que ya no pretenden conquistar el poder para enriquecerse, porque ya son muy ricos, sino para someter a su voluntad cruel al resto de la humanidad. Ese es su objeto de deseo y el destino último de sus acciones. Son aspirantes a dioses, sádicos, que quieren experimentar con el placer que les produce el ejercicio de la dominación en todas sus posibilidades. Eso sí, se justificarán con la más variopinta jerga, muy relacionada con instintos básicos primitivos: territorio, raza, religión verdadera, familia. Con los Trump el análisis político al uso queda a un lado y da paso al análisis psicopatológico: el poder despótico como patología. [...]
    Sumario:

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    Posted: 08 Feb 2017 12:49 PM PST
    Viernes 10 febrero, 19:30h. Las dinámicas de la Resistencia Civil. Charla-presentación del libro
    Con Jesús Castañar Pérez, su autor.
    Las dinámicas de la Resistencia Civil.Un modelo de estudio histórico y estratégico de los movimientos noviolentos.
    Ediciones Revolussia, Cáceres 2017. 420 págs. PVP: 17€. ISBN: 978-84-946524-1-7
    Este libro, fruto de largos años de investigación, pretende responder a la pregunta ¿Cómo funciona la acción noviolenta? ¿Por qué unos movimientos de resistencia civil fracasan y otros triunfan? ¿Qué pautas ha de seguir un movimiento para tener éxito? En sus páginas se recogen las principales aportaciones al estudio de los   movimientos noviolentos  tanto de  las  teorías  estratégicas de  la  acción  noviolenta como de las  teorías  académicas de  los  movimientos  sociales. De esta manera se propone una nueva síntesis que supera  algunos   de   los  problemas más notorios de aquellas. Se revisa con igual rigurosidad la concepción de  los  mecanismos  que afectan al  éxito  de la  acción noviolenta por parte de Gandhi o  Gene Sharp,  entre otros, y se propone una teoría  coherente  con  las  aportaciones  de la psicología cognitiva y la sociología del poder (desde Foucault, Bourdieu, Galbraith o Habermas  a  Galtung o la teoría feminista). Esto lleva a un enfoque tridimensional que entiende que el poder y la acción social se pueden interpretar desde tres racionalidades distintas: instrumental, comunicativa y compensatoria. Esto lleva  a proponer una visión de la acción noviolenta como  un proceso de empoderamiento colectivo en el que se han de evitar enfoques orientados al mero cambio político para conseguir cambios  estructurales y sociales de mayor transcendencia.
    A lo largo de  estas páginas se construye por tanto un modelo analítico de carácter triangular que tiene en cuenta las perspectivas de tres tipos de actores sociales: el actor noviolento, el oponente y los que forman parte del entorno. Este modelo,  a su vez, se testa con el estudio de movimientos noviolentos en situaciones extremas (conflicto armado, ocupación militar, discriminación étnica o religiosa), como son el movimiento autonomista tamil en Ceilán de los años 50-60, y el movimiento indígena del Cauca colombiano, desde los 60 hasta la actualidad. El análisis de sus aparentes contradicciones lleva a proponer una serie de fases de tipo estratégico pensadas para organizar  la acción política transformadora. Estas son: preparación, resistencia, expansión, asalto y conciliación.
    Así mismo, este libro sirve de introducción a estudios monográficos sobre estos movimientos noviolentos y otros que se publicarán en breve, así como próximos  cuadernos  para talleres y entrenamientos en acción noviolenta basados en estas conclusiones teóricas. Es, por tanto, una obra indispensable para cualquier persona interesada en cómo funciona el mundo y cómo cambiarlo.
    Más info: http://www.jesuscastanar.zamarrismo.net/publicaciones/drc/drc.htm
    en LaMalatesta - librería libertaria
    c/Jesús y María, 24 de Madrid

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