Lunes, 27 de febrero.-
Por Gabriela Cerruti - Mauricio Macri y su familia nunca vendieron la
empresa Mac Air a la colombiana Avianca. Según los registros de la
Inspección General de Justicia y las publicaciones en el Boletín Oficial
nunca existió un traspaso de acciones. Sólo cambiaron el nombre y el
domicilio. Así, el Presidente se acaba de preadjudicar el cien por
ciento de las rutas comerciales más redituables, lo que podría terminar
por destruir Aerolíneas Argentinas.
La empresa Mac Air de la Famiglia Macri nunca cambió oficialmente de dueños, mantiene su número de cuit, su planta de empleados y oficialmente sigue siendo de Sideco, controlada a su vez por SOCMA. Sólo modificó su nombre y dirección. Mantuvo al hombre fuerte de la empresa y piloto personal de Franco Macri, Carlos Colunga, como vicepresidente y nombró de presidente a Sergio Mastropietro, procesado en la justicia por las facturas truchas en el caso Skanska, y dueño de una pequeña empresa de catering y servicios de tierra en Aeroparque.
Mastropietro había formado en su momento el Sol Group con el ahora vicejefe de gobierno Diego Santilli y fue procesado cuando facturas de ese grupo aparecieron en una causa en que se investigaba desvío de fondos de campaña y en el caso Skanska en el año 2007.
En comunicados de prensa y sitios de Internet, Mac Air anunció hace más de un año que había sido comprada por Sinergya, la empresa controladora de Avianca. Sin embargo, en el expediente de licitación de las rutas aéreas, Mac Air anuncia que fue vendida a Avian Holding, que no es Avianca ni su controladora Sinergya, sino una Sociedad Anónima formada por el dueño de esas empresas Germán Efromovich en la Argentina y en la misma fecha de la supuesta operación pero que hasta el día de hoy ni siquiera tiene número de cuit. Avianca sólo acordó permitir el uso de su nombre y en ningún momento nadie menciona de qué monto se está hablando para la supuesta compra. Sobre todo porque el holding de aviación colombiana afronta una dura crisis con una deuda de más de setecientos millones de dólares que hizo que las clasificadoras de riesgo internacional como Flitch pusieran en duda su continuidad.
El plan de negocios de La Familia en su llegada al gobierno fue hecho con tanta predeterminación y alevosía que desde que Mauricio Macri ocupa la Casa Rosada y digita desde allí los negocios ya no son públicos los balances de sus empresas en las que, hasta el último conocido, Mac Air era parte importante. De hecho en la pagina oficial de la empresa aún figura como controlada por SIDECO.
Según como está diseñado el negocio, parece más el ingreso de Efromovich como socio de Macri en Mac Air con una propuesta imposible de rechazar: el colombiano pone los aviones y los Macri las rutas aéreas, la habilitación y el uso de los hangares en Aeroparque. El sofisticado sistema de corrupción implementado por el macrismo deja atrás la idea de las coimas y los sobornos: para entregarle un negocio a una empresa, primero tienen que ser sus socios.
El acuerdo entre los Macri y Avianca fue negociado por el empresario dueño de Avianca, Germán Efromovich que había anunciado la intención de comprar las líneas áreas Sol y Austral, y luego de reunirse con el secretario de Transporte, Guillermo Dietrich anunció la compra de MacAir. En la misma época en que Mauricio Macri realizó su primer viaje oficial a otro país y fue precisamente a Colombia. El acuerdo lo terminó de cerrar Carlos Colunga, uno de los responsables de la empresa de aviones de la familia Macri y procesado junto al ex ministro de transporte Ricardo Jaime en una causa por dádivas.
Sin embargo la venta aún no terminó concretarse. De acuerdo a la documentación:
-Mac Air declaró un “cambio de denominación social”
-Varió algunos nombres en su directorio en el que permanece el vicepresidente Juan Carlos Colunga, el hombre fuerte de Macri y se sumó el supuesto comprador. El supuesto comprador entró como director suplente a la empresa de los Macri junto al ex ministro de Justicia de Menem, Elías Jassán,
-Mudó su sede social.
Pero nunca se publicó en el boletín oficial que modificó su paquete accionario. Y tampoco en la IGJ, donde tuvo ferviente actividad.
El engaño
La supuesta venta fue anunciada el 20/3 por Efremovich al diario Tiempo en Colombia: “Con el grupo Sinergy Speed, que es el que controla Avianca Holding y Avianca Brasil, firmamos ya la compra de la empresa MacAir de la Argentina, perteneciente a la familia Macri”. Pero nunca mostró un papel y solo aclaró que Avianca Líneas Aéras (MacAir con otro nombre) tiene un acuerdo con Avianca para el uso de la marca.
La prensa argentina tomó por cierta la venta y sumó algunos datos. Diego Cabot escribió en la edición del 22 de marzo: “LA NACION se comunicó con los representes de MacAir en la Argentina. Hay un convenio de confidencialidad firmado -dijo uno de los negociadores-. Pero obviamente nos atenemos a las palabras de Germán Efromovich.’ La operación se inscribe en un ambicioso plan de expansión de la empresa de origen colombiano en la región que incluye la fusión de las dos Avianca (Brasil y Colombia) y la renovación de la flota de 132 aviones.”
Es decir que el supuesto desembarco de una empresa se anunció en una entrevista por parte de la compradora en el país de origen de la Aerolínea en un solo medio elegido por el empresario y que suele publicar notas sobre la compañía, y la parte vendedora habló en off the record y ni siquiera confirmó la venta, solo dijo que se atenían a las palabras de quien dijo haber comprado. Ningún comunicado oficial, ningún plan de negocios lanzado en un hotel de lujo. Y ningún papel ante la IGJ.
La empresa La Famiglia anunció su venta de manera informal, pero no se inscribió. Hizo un acuerdo con Avianca para el uso de la marca. El supuesto comprador entró como director suplente. Ganó todas las rutas a las que se presentó.
Como cualquier empresario, funcionario, abogado y escribano de experiencia sabe, eso no significa que hay algo firmado entre las partes, que aún no está cerrado y que en el mientras tanto la empresa sigue en manos de sus dueños originales y los supuestos compradores esperan que se terminen de cumplir la condiciones de lo acordado.
En ese mientras tanto Avianca Argentina (MacAir con otro nombre) ganó todas las rutas áereas que disputó, o sea una escandalosa autoadjudicación. Esto provocó la indignada renuncia de la titular de Aerolíneas Argentias Isela Constantini.
Según fuentes del sector, Avianca no habría puesto un peso para asociarse con MacAir. Y mientras se “expande” sin plata, está completando el vaciamiento en su casa matriz: la aerolínea declara dificultades para afrontar una deuda de setescientos millones de pesos y esto la llevó a que se clasificación en las bolsas internacionales cayera estrepitosamente el año pasado, justo cuando supuestamente estaba comprando la aerolíneas argentina. Su dueño, el colombiano-brasileño Efromovich se sumó al directorio de Avian S.A. como suplente pero no como accionista.
De acuerdo a estas fuentes, el acuerdo entre el supuesto comprador, Germán Efromovich, y la empresa del presidente es que Avianca pone los aviones y los Macri las rutas, la habilitación del gobierno y el uso del Aeroparque en el más escandaloso de los negocios privados desde el estado del que se tenga memoria.
De hecho, el tercer hombre sumado a la jugada, Sergio Mastroprietro ya opera en Aeroparque con dos compañías: Flob By, encargada del uso de las mangas, el catering y el servicio de tierra de las aeronaves, y Hangares S.A, que maneja diversos hangares en el aeroparque Jorge Newbery. MacAir además tiene un permiso que le permite “volar aeronaves de gran porte”.
Además, cada vez que una nueva aerolínea desea volar en el país debe pasar largos trámites y se deben realizar audiencias públicas. Este procedimiento es el que genera polémica, ya que es el Estado el que debe llamar a audiencia a través del ente regulador, el Ministerio de Transporte, pero desde 2005 se negó estos permisos para proteger a Aerolíneas Argentinas y Austral de la competencia. Sin embargo, con esta compra Avianca evitaría dicho malestar y conseguiría el permiso con el nombre de MacAir.
Lo que resta saber aún, es cuál es el rol de Paul Singer, el líder de los fondos buitres, que ingresó como prestamista a Avianca justo en el momento en que se llevaba adelante esta operación.
Según publica Política Argentina, a fines de abril de 2016, Avianca Holdings SA dio a conocer un informe regulatorio de 165 páginas en el que indicaba que Efromovich había puesto sus acciones como garantía a un prestamista no identificado. Luego se supo quién era el enigmático personaje: Paul Singer. El dato fue revelado por la agencia internacional Bloomberg, en julio último. “Resulta que uno de los socios misteriosos es Paul Singer”, precisó entonces la agencia. Al ser consultado sobre el tema, Efromovich respondió: “Todavía las acciones son de mi propiedad así que no veo cómo esto puede hacer algún daño o alguna diferencia”.
Luego, en septiembre, una nota del diario Financial Times precisó que los préstamos de Singer a Efromovich se habían concretado hacía alrededor de un año. Es decir, a fines de 2015. Pero en diciembre pasado otro diario estadounidense, The New York Times, señaló que la relación entre Efromovich y Singer lleva décadas.
En cualquier caso, es posible que la destrucción de Aerolíneas Argentinas esté llegando finalmente de manos de los Fondos Buitres.
La empresa Mac Air de la Famiglia Macri nunca cambió oficialmente de dueños, mantiene su número de cuit, su planta de empleados y oficialmente sigue siendo de Sideco, controlada a su vez por SOCMA. Sólo modificó su nombre y dirección. Mantuvo al hombre fuerte de la empresa y piloto personal de Franco Macri, Carlos Colunga, como vicepresidente y nombró de presidente a Sergio Mastropietro, procesado en la justicia por las facturas truchas en el caso Skanska, y dueño de una pequeña empresa de catering y servicios de tierra en Aeroparque.
Mastropietro había formado en su momento el Sol Group con el ahora vicejefe de gobierno Diego Santilli y fue procesado cuando facturas de ese grupo aparecieron en una causa en que se investigaba desvío de fondos de campaña y en el caso Skanska en el año 2007.
En comunicados de prensa y sitios de Internet, Mac Air anunció hace más de un año que había sido comprada por Sinergya, la empresa controladora de Avianca. Sin embargo, en el expediente de licitación de las rutas aéreas, Mac Air anuncia que fue vendida a Avian Holding, que no es Avianca ni su controladora Sinergya, sino una Sociedad Anónima formada por el dueño de esas empresas Germán Efromovich en la Argentina y en la misma fecha de la supuesta operación pero que hasta el día de hoy ni siquiera tiene número de cuit. Avianca sólo acordó permitir el uso de su nombre y en ningún momento nadie menciona de qué monto se está hablando para la supuesta compra. Sobre todo porque el holding de aviación colombiana afronta una dura crisis con una deuda de más de setecientos millones de dólares que hizo que las clasificadoras de riesgo internacional como Flitch pusieran en duda su continuidad.
El plan de negocios de La Familia en su llegada al gobierno fue hecho con tanta predeterminación y alevosía que desde que Mauricio Macri ocupa la Casa Rosada y digita desde allí los negocios ya no son públicos los balances de sus empresas en las que, hasta el último conocido, Mac Air era parte importante. De hecho en la pagina oficial de la empresa aún figura como controlada por SIDECO.
Según como está diseñado el negocio, parece más el ingreso de Efromovich como socio de Macri en Mac Air con una propuesta imposible de rechazar: el colombiano pone los aviones y los Macri las rutas aéreas, la habilitación y el uso de los hangares en Aeroparque. El sofisticado sistema de corrupción implementado por el macrismo deja atrás la idea de las coimas y los sobornos: para entregarle un negocio a una empresa, primero tienen que ser sus socios.
El acuerdo entre los Macri y Avianca fue negociado por el empresario dueño de Avianca, Germán Efromovich que había anunciado la intención de comprar las líneas áreas Sol y Austral, y luego de reunirse con el secretario de Transporte, Guillermo Dietrich anunció la compra de MacAir. En la misma época en que Mauricio Macri realizó su primer viaje oficial a otro país y fue precisamente a Colombia. El acuerdo lo terminó de cerrar Carlos Colunga, uno de los responsables de la empresa de aviones de la familia Macri y procesado junto al ex ministro de transporte Ricardo Jaime en una causa por dádivas.
Sin embargo la venta aún no terminó concretarse. De acuerdo a la documentación:
-Mac Air declaró un “cambio de denominación social”
-Varió algunos nombres en su directorio en el que permanece el vicepresidente Juan Carlos Colunga, el hombre fuerte de Macri y se sumó el supuesto comprador. El supuesto comprador entró como director suplente a la empresa de los Macri junto al ex ministro de Justicia de Menem, Elías Jassán,
-Mudó su sede social.
Pero nunca se publicó en el boletín oficial que modificó su paquete accionario. Y tampoco en la IGJ, donde tuvo ferviente actividad.
El engaño
La supuesta venta fue anunciada el 20/3 por Efremovich al diario Tiempo en Colombia: “Con el grupo Sinergy Speed, que es el que controla Avianca Holding y Avianca Brasil, firmamos ya la compra de la empresa MacAir de la Argentina, perteneciente a la familia Macri”. Pero nunca mostró un papel y solo aclaró que Avianca Líneas Aéras (MacAir con otro nombre) tiene un acuerdo con Avianca para el uso de la marca.
La prensa argentina tomó por cierta la venta y sumó algunos datos. Diego Cabot escribió en la edición del 22 de marzo: “LA NACION se comunicó con los representes de MacAir en la Argentina. Hay un convenio de confidencialidad firmado -dijo uno de los negociadores-. Pero obviamente nos atenemos a las palabras de Germán Efromovich.’ La operación se inscribe en un ambicioso plan de expansión de la empresa de origen colombiano en la región que incluye la fusión de las dos Avianca (Brasil y Colombia) y la renovación de la flota de 132 aviones.”
Es decir que el supuesto desembarco de una empresa se anunció en una entrevista por parte de la compradora en el país de origen de la Aerolínea en un solo medio elegido por el empresario y que suele publicar notas sobre la compañía, y la parte vendedora habló en off the record y ni siquiera confirmó la venta, solo dijo que se atenían a las palabras de quien dijo haber comprado. Ningún comunicado oficial, ningún plan de negocios lanzado en un hotel de lujo. Y ningún papel ante la IGJ.
La empresa La Famiglia anunció su venta de manera informal, pero no se inscribió. Hizo un acuerdo con Avianca para el uso de la marca. El supuesto comprador entró como director suplente. Ganó todas las rutas a las que se presentó.
Como cualquier empresario, funcionario, abogado y escribano de experiencia sabe, eso no significa que hay algo firmado entre las partes, que aún no está cerrado y que en el mientras tanto la empresa sigue en manos de sus dueños originales y los supuestos compradores esperan que se terminen de cumplir la condiciones de lo acordado.
En ese mientras tanto Avianca Argentina (MacAir con otro nombre) ganó todas las rutas áereas que disputó, o sea una escandalosa autoadjudicación. Esto provocó la indignada renuncia de la titular de Aerolíneas Argentias Isela Constantini.
Según fuentes del sector, Avianca no habría puesto un peso para asociarse con MacAir. Y mientras se “expande” sin plata, está completando el vaciamiento en su casa matriz: la aerolínea declara dificultades para afrontar una deuda de setescientos millones de pesos y esto la llevó a que se clasificación en las bolsas internacionales cayera estrepitosamente el año pasado, justo cuando supuestamente estaba comprando la aerolíneas argentina. Su dueño, el colombiano-brasileño Efromovich se sumó al directorio de Avian S.A. como suplente pero no como accionista.
De acuerdo a estas fuentes, el acuerdo entre el supuesto comprador, Germán Efromovich, y la empresa del presidente es que Avianca pone los aviones y los Macri las rutas, la habilitación del gobierno y el uso del Aeroparque en el más escandaloso de los negocios privados desde el estado del que se tenga memoria.
De hecho, el tercer hombre sumado a la jugada, Sergio Mastroprietro ya opera en Aeroparque con dos compañías: Flob By, encargada del uso de las mangas, el catering y el servicio de tierra de las aeronaves, y Hangares S.A, que maneja diversos hangares en el aeroparque Jorge Newbery. MacAir además tiene un permiso que le permite “volar aeronaves de gran porte”.
Además, cada vez que una nueva aerolínea desea volar en el país debe pasar largos trámites y se deben realizar audiencias públicas. Este procedimiento es el que genera polémica, ya que es el Estado el que debe llamar a audiencia a través del ente regulador, el Ministerio de Transporte, pero desde 2005 se negó estos permisos para proteger a Aerolíneas Argentinas y Austral de la competencia. Sin embargo, con esta compra Avianca evitaría dicho malestar y conseguiría el permiso con el nombre de MacAir.
Lo que resta saber aún, es cuál es el rol de Paul Singer, el líder de los fondos buitres, que ingresó como prestamista a Avianca justo en el momento en que se llevaba adelante esta operación.
Según publica Política Argentina, a fines de abril de 2016, Avianca Holdings SA dio a conocer un informe regulatorio de 165 páginas en el que indicaba que Efromovich había puesto sus acciones como garantía a un prestamista no identificado. Luego se supo quién era el enigmático personaje: Paul Singer. El dato fue revelado por la agencia internacional Bloomberg, en julio último. “Resulta que uno de los socios misteriosos es Paul Singer”, precisó entonces la agencia. Al ser consultado sobre el tema, Efromovich respondió: “Todavía las acciones son de mi propiedad así que no veo cómo esto puede hacer algún daño o alguna diferencia”.
Luego, en septiembre, una nota del diario Financial Times precisó que los préstamos de Singer a Efromovich se habían concretado hacía alrededor de un año. Es decir, a fines de 2015. Pero en diciembre pasado otro diario estadounidense, The New York Times, señaló que la relación entre Efromovich y Singer lleva décadas.
En cualquier caso, es posible que la destrucción de Aerolíneas Argentinas esté llegando finalmente de manos de los Fondos Buitres.
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