COMO TU ESTATURA, TU PALABRA
YO TE PRONUNCIO: VICTOR HUGO
Conoci a Victor Hugo Morales escuchando la radio de la camioneta que usaba en mis años de cura.
Recuerdo esa tarde fria y nublada de junio del 86. Era domingo. De los nervios no quise verlo por la tele, al partido Argentina- Inglaterra del Mundial de México.
La camioneta Peugeot 504, en ese tiempo más o menos nueva y batalladora, con una dirección redura, que hacia sacar músculos, era mi habitáculo, mientras daba vueltas aplacando mi ansiedad futbolera.
De repente, en las calles silenciosas, de esa tensa tarde de ilusiones, sentí el rumor inequivoco de un gol de los nuestros. Encendí presuroso la radio y el Uruguayo o yorugua, con su firme y contundente voz, graficaba esa secuencia maravillosa del mejor gol de la historia.
Detuve la marcha, subí el volumen y escuché, no sé cuantas veces el relato conmovedor de Victor Hugo que remataba ese golazo de Diego, con aquel otro golazo al corazón: "Gracias Diego,gracias por estas lágrimas."
Entonces pusé mi cabeza en el volante y también lloré.
En aquella ocasión, no tenia mucha idea de la estirpe y biografia de Victor Hugo, que no pasaba de ser, un buen relator.
Un dia, discutiendo de Teorias futbolisticas, de Menottistas y Bilardistas, un primo mas ilustrado que yo, comentó: Este Uruguayo sabe un montón, es progresista y re-culto. Le gusta la música Clásica, el teatro, la literatura y habla con sapiencia y belleza.
Lo comprobé al tiempo. Escuchándolo en el devenir diario de la actividad pastoral, en la misma camioneta, sintonizando a la "tardecita", una radio local, en pleno aluvión de las FM, que conectaba con Continental.
Allí disfruté del programa Competencia.
Victor Hugo lo conducia y tenia de laderos a Apo, El Chavo Fuks, Iuck, Salatino entre otros.
Que deleite, qué ritmo, qué lenguaje, qué vértigo, qué pasión! Admirable. Realmente sin desperdicio. O al decir de Victor Hugo: "Delicioso".
Pasó el tiempo, inexorable y sorpresivo, y el reencuentro con Victor Hugo, ya sin el misterio de su rostro, ahora con su imágen revelada por la televisión en canal 7. Bien tempranito, con noticias, mientras me alistaba para la fajina diaria, en un pueblo pequeño de Los Llanos riojanos.
Nuevamente Victor Hugo, con prestancia, elegancia y solidez, abria el libro de las noticias con concepto, análisis y calidad sin igual.
En el 2006 me hizo una nota telefonica.
A pesar, que no tenia que enfrentar las cámaras, me asaltó un pánico escénico, que Victor Hugo supo dismular con su singular bonomia y capacidad.
Hubo un tiempo que le perdí el rastro, hasta que, intempestivamente, lo reconocí caminando por la calle Corrientes, justo al frente del Centro de la Cooperación. Yo deambulaba distraido. Era el dia del partido que River, con susto, obtuvo el regreso a la A. Hacia un rato, habia terminado y, lo habia visto en un bar de la zona.
El estaba abrigado, aguardando en la puerta del teatro. Me acerqué y lo saludé, casi con temor reverencial, a ese hombre robusto y alto.
El, me respondió con una sonrisa amplia y el vozarrón quebrado. Atinó a decirme, que el relato, lo habia dejado difónico por el frio y el fervor . Intercambiamos unas palabras, apreciando su delicada amabilidad.
Le recordé de aquel reportaje de unos años antes. Rebobinó en su memoria y me dijo: " Ah sí...Mirá vos...un gusto conocerte." Conversamos brevemente de ese valioso Centro Cultural de la Cooperación.
Me dió un apretón de manos y pidiéndo disculpas me dijo: "Antes que empiece la Obra voy a ver un libro que quiero comprar", y se introdujo raudamente, en esas increibles librerias, atestadas de mesas y estantes generosos de libros.
Yo me quedé admirando su estatura fisica, idéntica, a su estatura humana y ética.
Luego, segui su compromiso, su entereza y su calibre periódistico, también su decorosa rebeldia frente a la injusticia, de las tramas secretas coorporativas.
La molestia, de su incómodo e interpelante pensamiento, le asestó el golpe bajo de la cesantia en Continental, en los primeros dias del 2016, anuncio de nuevos tiempos, con viejos y camuflados metódos de silenciamiento y censura.
Y hoy, otra cachetada a la expresión distinta, diversa, original, critica y libre, con qué nos permitia gustar y saber, lo que se opacaba o invisibilizaba, cada tarde, en C5N.
Te hacharon la voz hermano. Pero no el temple de tu alta palabra. Ni la dignidad de tu sabia rebeldia.
Tu estatura sigue en el aire del mensaje. Tu voz inconfundible, maciza y honda, no se marchita, no la podrán marchitar, sigue destilando lágrimas, como aquel gol de diego en tú relato, ahora con otro golazo, esta vez tuyo: el de tu grandeza y dignidad impecables.
Délfor "Pocho" Brizuela - La Rioja
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