Boletín diario del Portal Libertario OACA |
- Satyricon Robert
- Desarrollo de un intento por justificar lo injustificable (Archivo Operación Piñata)
- Campaña de crowdfunding para Todo Por Hacer, colabora con la prensa anarquista
- Comunicado ante la muerte de Mohamed Bouderbala en el CIE de Archidona
Posted: 04 Feb 2018 10:25 AM PST
Se cumplen ahora 150 años de la llegada del socialismo a la península. Uno de los encargados de anunciar la Buena Nueva fue el barcelonés Roberto Robert, auténtico satyricon político y otro de los padres desconocidos del movimiento obrero español.
Muchos son los que aun desconocen que Roberto Robert y Casacuberta fue uno de los primeros socialistas españoles y, por tanto, su recuperación resulta más que justificada ahora que estamos cerca de conmemorar el aniversario de La Gloriosa [1868 / 2018], que supuso nada menos que el derrocamiento de la dinastía borbónica y la propagación definitiva de las ideas socialistas por la península ibérica a lo largo del periodo conocido como Sexenio Revolucionario [1868 / 1874].
“La calle predilecta de los barceloneses, la Rambla, recorrida día y noche por los hombres de negocios, por los ociosos, por los viajeros, especie de estrecho que divide la ciudad en dos continentes, la Rambla suele ser el centro de la vida de Barcelona”1
Su vida comenzó en la vieja Barcelona el 12 de septiembre de 1827, quedando huérfano de padre con sólo 6 años y abandonando sus estudios en un colegio de Humanidades para ocuparse sucesivamente como platero, joyero o dependiente de comercio; convirtiéndose por su acceso directo a las calles en observador minucioso de aquella urbe sombría y portuaria, repleta de conspiradores de café y otros personajes marginales; lo que le llevó a desarrollar a partes iguales un poderoso ingenio y una actitud rebelde nacida de la vivencia directa de las tragedias sociales de su tiempo, como fue la ola de represión del gobierno contra los nacientes movimientos sociales tras la sublevación de 1842, que incluyó el terrible bombardeo desde Montjuich el 3 de diciembre de ese año.
“Y no dejaba de ser interesante la del amigo mío [..] que su pasión política le encumbró a elevadas posiciones, le arrastró á los calabozos y le llevó a morir empleado en la isla de Cuba, después de haberle hecho padecer una larga deportación en Filipinas.”2
Algunos de los actores principales de aquellos sucesos -Josep Anselm Clavé, Francesc Sunyer o Narcís Monturiol-, fervientes defensores de las teorías del comunista utópico Etienne Cabet, pasarían a ser los hermanos mayores de Robert, adquiriendo de ellos cuanto menos su amor por la palabra escrita y el defecto de trabajar demasiadas horas y descansar poco. Pero lejos de seguir derechito por los renglones de la austeridad icariana, se inclinaba otro tanto por la nocturnidad y la alevosía; y como le sucedió a muchos jóvenes románticos con inclinaciones literarias de su generación, en 1851 marchó a Madrid donde estaba domiciliada la República de las letras ibéricas, aunque se la encontró algo diferente a como se la había imaginado.
“Parmi la bohème de Madrid, bien plus nombreuse que celle de París, les plaisanteries et les tours d’esprit sur la faim, la misère et la paresse y sont habituels. Ceux d’Inza, Robert, Zapata, Moreno-Godino et autres sont devenus populaires”3
Pasando más frio y hambre que un maestro de escuela y tras un primer intento de fundar un periódico serio, El Diario de Madrid, donde dar rienda suelta a sus ideas políticas, pronto se vio abocado a rebajar sus expectativas y obligado a subir uno a uno los peldaños más precarios del escalafón del gremio de los plumíferos; bien como amanuense, escribiendo zarzuelillas, transcribiendo textos minúsculos de obras clásicas en aleluyas o postales, e incluso improvisando romances para vendérselos a los ciegos a real para tener algo que llevarse algo a la boca y no dormir al raso.
“..Ya sabemos también que hoy se espera con impaciencia que un escritor demócrata asiente la pluma sobre el papel pidiendo justicia para cualquier desgraciado, y en seguida se le acusa de preconizador de infamias, de amparador de malvados. No nos importa..”4
Su inclinación por el bando de los perdedores le llevaron sumarse al levantamiento progresista de 1854 en Madrid, luchando en primera línea como vemos en la imagen; pero como acabaron ganando, se vio obligado a rechazar el cargo público que le habían ofrecido y poder seguir manteniendo así, el tono insobornable de sus escritos aparecidos en la prensa satírico-política. Quizás por ello, sería denunciado y encarcelado por delito de imprenta en julio de 1855 tras salir el primer número del periódico El Tio Crispín y haber osado a utilizar su espada de fuego contra la dinastía borbónica y el nuevo gobierno progresista, quienes mantenían ocupada militarmente su ciudad natal y acababan de agarrotar al hilador Josep Barceló i Cassadó, acusado de ser uno de los dirigentes de la primera huelga general declarada en la península algunos meses atrás.
“Robert, téngase en cuenta, no vio alzada su condena hasta después de la caída del partido progresista..”5
En libertad tras un largo año de reclusión tal y como explica Fernando Garrido, salió dispuesto a seguir batallando con su pluma a modo de fusil, y no tardaría en entrar a formar parte de La Discusión, prestigioso periódico en el que trabajaría entre 1856 y 1864 junto a la plana mayor del radicalismo político español; y donde con el tiempo llegaría a hacerse muy conocido por sus crónicas parlamentarias, escritas siempre en un estilo caustico y exento de los formalismos habituales, que sentarían cátedra por aquella carga de profundidad política que se extiende al resto de su obra.
“[el diablo] ..Capitán general era en el cielo y habría acabado por ser ministro de la Guerra; mas la soberbia y la impaciencia le perdieron. Se sublevó, no triunfó, y como era consiguiente, fue exonerado y vino a quedar, como si dijéramos, de paisano, sin derechos, títulos y condecoraciones. Ítem más, le fueron confiscados los bienes. Ítem más, se le desterró perpetuamente de todos los dominios celestiales y, en resumen, se hizo con él lo que se sigue haciendo con todo general español que uno tras otro se van sublevando, mientras no triunfan..”6
Analizadas en otro lugar las aportaciones de Robert al mundo del teatro infantil y su faceta de heterodoxo festivo, nos centramos aquí en su labor de maestro tallador de palabras al servicio de la causa popular; por ejemplo, como colaborador del fourierista Antonio Ignacio Cervera [1825-1860] en su Escuela del Pueblo y como redactor de los periódicos que éste fundara –La Granja, El Taller y el Observador Público-; además de implicarse en las conspiraciones políticas del momento y ser nuevamente huésped de las viejas cárceles del reino en 1858 por integrar la sociedad secreta llamada Falansterio nacional.
“La causa contra este [Tresserra], Robert, Lozano, Javier Ramírez y los demás individuos de la Choza sorprendidos en la Plaza Mayor, duró largo tiempo, y no terminó sino por una amnistía amplia dada en 1860”7
Repetir visitas a El Saladero le hizo entender aquella frase de Rousseau que decía que la cárcel era el mejor lugar para pensar en libertad y allí gestó la idea de editar Las Prisiones de Europa, obra publicada en 1862 y firmada cooperativamente por una Sociedad Literaria; que fue importante por ser la primera vez que se denunciaban las contradicciones del sistema penitenciario español y se proponía a la educación como herramienta de regeneración o reinserción social; aunque no sirvió de mucho ya que de nuevo sus escritos le llevarían varias veces al calabozo entre 1864 y 1868, tantas que en estos años pasó más tiempo a la sombra que al aire libre.
“La historia de la humanidad, más que en los palacios, está en las prisiones. El que nos de una historia verídica de las ergástulas nos proporcionará un relato fiel de la pasión del hombre..”8
Robert, estoico y solidario, aprovecharía las horas en prisión para el estudio de la cuestión social y su auto-educación, pero también fue entonces cuando contrajo una tuberculosis que arrastraría el resto de su vida; forzándole a regresar a Barcelona por prescripción médica a comienzos de 1865 y, de paso, poder evitar el acoso policial al que era sometido en la capital tras su última excarcelación. Allí sería recibido como un hijo pródigo, elegido por aclamación presidente del Comité Democrático y se sumaría al movimiento intelectual que fomentaba el primer periodismo en catalán, o como participante y organizador de los Juegos Florales de 1866 y 1867.
“..com que segons frase seva, no podia viurer sense escriurer, treballava per tots, o casi bè tots el editors de Barcelona, y de sa pluma brollaban al plegat, col·leccions de cuentos, magníficas traduccions, conciencuts arreglos, páginas del diccionari català que publicavan los Editors Espasa..”9
Hombre de letras pero también comprometido con los cambios sociales y políticos que sacudían Europa, a partir de entonces encontramos a Robert siempre a medio camino entre Madrid y Barcelona; primero al pie de las barricadas madrileñas a mediados de 1866, padeciendo luego destierro por su pertenencia a la junta revolucionaria de agosto de 1867 y adquiriendo finalmente un papel clave en los acontecimientos de septiembre de 1868 en Barcelona; momento en que pondría su piqueta demoledora al servicio de su gran amigo y mentor político Josep Anselm Clave, quien comenzaba entonces a publicar El Cohete: aunque también le localizamos a partir colaborando en periódicos de todo el territorio peninsular.
“Así como para montar y dirigir máquinas nuevas, solemos los españoles llamar a ingleses y alemanes, así vendrá el tiempo en que cuando en países extranjeros se trate de hacer un motín, contratarán para ese objeto un centenar de compatriotas nuestros..”10
Lógicamente, tras la revolución de 1868 fue elegido miembro del ayuntamiento barcelones y hubo de rechazar otra vez el oro de la reacción, siendo elegido en febrero de 1869 diputado constituyente por Manresa en las primeras elecciones celebradas por sufragio universal, lo que le llevaría de vuelta a Madrid; y ya desde su escaño en el Congreso, y como hiciera otro socialista barcelonés como Pablo Alsina, apoyaría sin fisuras a la República Federal, destacando no tanto por su oratoria como por su ateísmo radical, por su postura en favor del matrimonio civil, el divorcio y la separación total entre iglesia y estado; no por nada fue considerado uno de los primeros librepensadores españoles.
“Honrar la memoria de D. Nicolás Estévanez con [..] solemnidad académica, equivale a la celebración de sufragios, de misas de cabo de año ó de réquiem por el alma, la salvación eterna del abate Marchena, de Roberto Robert ó de Suñer y Capdevila”11
Fijada residencia en el Madrid federal y sin dejar de entregar originales a las imprentas o de publicar textos ni un solo día, restableció contacto con su viejo amigo José Luis Pellicer y con el tipógrafo José Mesa recién llegado del exilio, y al poco se sumó a la Sección Varia de Madrid y pasaría ser miembro de la Internacional, como también hicieron otros diputados catalanes partidarios de la confederación de pueblos libres como Alsina, Lostau o Rubaudoneu; y en calidad de tal asistiría Robert al Congreso Obrero de Barcelona celebrado en junio de 1870 en el que se dio luz verde a la Federación Regional Española y a la extensión del internacionalismo obrero.
“Después de Roberto Owen, Cabet; después de Cabet, La Internacional: no importa; los operarios hoy anárquicos, hoy condenando por autoritario todo lo político, serán en su día hombres políticos apasionados: un breve paso en favor de la armonía de los intereses generales les hará olvidar, como ha sucedido siempre, todas las más lisonjeras utopías..”12
Siempre de cara, Robert exponía en esta crónica sobre el I Congreso de la Internacional en España, la contradicción entre los ambiciosos objetivos que allí se marcaron y la debilidad orgánica que aun mostraban las asociaciones de operarios españolas, cuando no su falta de instrucción, y señalaba además que la resolución aprobada sobre el rechazo a la vía política suponía un error estratégico; pero también reconocía la importancia del paso dado en aquel certamen, y nadie podía dudar de su predisposición favorable a la causa obrera tras tomar la palabra -en francés y español- en el banquete de solidaridad con La Comuna de París celebrado en el Café Internacional de Madrid el 2 de mayo de 1871, saboteado violentamente por la llamada Partida de la Porra.
“..leí de los bárbaros agresores contra la pacífica reunión del Café Internacional había sido preso, y supe que La Igualdad había sido denunciado, recogido y estropeado en sus moldes, y vi que La Iberia daba las gracias a las autoridades que no turban el reposo de los apaleadores”13
Mucho desconocemos aun del grado de implicación orgánica de Robert con la Federación Regional Española, pero todo indica que se mantuvo en un segundo plano, apoyando la iniciativa proletaria con sus artículos en prensa y realizando una intensa labor como traductor; al principio centrado en filósofos y economistas en boga en aquellos años como Gustave Molinari, Federico Bastiat o Jacques Dupuis –Origen de todos los cultos, 1871-; hasta que, segun dicen, Francisco Pi y Margall le sugiriera la necesidad de que también fuera difundida la obra del socialista Pierre Joseph Proudhon en la península, lo que se concretó desde 1863 con su traducción de Teoría de la contribución.
“Indudablemente llegará un día en que los hombres del siglo de las luces seremos llamados bárbaros [..] Es de esperar que se nos juzgue con cierta benevolencia en muchos puntos, no por lo que realmente somos, sino por lo que deseamos ser..”14
En este punto debemos añadir que las diversas traducciones de la obra de Eliseo Reclus publicadas por la Casa Sempere desde principios de siglo XX que en algún caso también se le atribuyen, sin embargo fueron realizadas -o completadas- por su hijo, Roberto Robert López [1858 / 1916], prestigioso funcionario público de Correos alejado de toda implicación política o sindical, quien las completó seguramente a partir de los trabajos que iniciara su padre años atrás, ya que sabemos que Robert pudo haber tratado a Elías Reclus en Barcelona en el otoño de 1868 y porque sabemos que admiraba la obra del mayor de los Reclus.
“..Llegó el momento, de que se callen los forjadores de sistemas sociales; los rábulas meticulosos que por una carta más ó menos de derechos individuales y de libertades, públicas escandalizan en los dominios de los reyes y emperadores. [..] ¡Silencio, charlatán Caro! ¡Silencio, parlanchín Reclus! ¡Hablen Canrobert y Mac-Mahon!..”15
Volviendo al relato cronológico, cuentan que proclamada la I República española el 11 de febrero de 1873 no aceptó el cargo de director general de Correos y Telégrafos por ser un puesto demasiado exigente para su precario estado de salud, pero sí el de embajador de España en Suiza al parecer siguiendo los consejos médicos; pero en cualquier caso nunca llegaría a tomar posesión del puesto, ya que solo unos días antes de partir hacia Ginebra se agravaría fatalmente su relación con la tuberculosis con la que convivía desde años atrás, entregando la cuchara el 18 de abril en su domicilio del nº 2 de la calle de Goya tras haberse podido despedir de los suyos y probablemente hacer alguna comentario sarcástico sobre la joven República que en cierta manera quedaría huérfana…
“Pero ella, con el dedo en la boca y con sus chanclos de goma, calado el gorro frigio hasta las cejas, sin espada flamígera ni barril de petróleo, sino agitando un caduceo de corcho, se nos ha colado puertas adentro como todos saben y muchísimos no creen todavía [..] Ojala permanezca ella tan sutil de entendimiento como lo ha sido de pies. Ojala viva como ha nacido y se convierta en justicia y así ser inmortal.”16
El consecuente republicano Roberto Robert murió en la miseria como había vivido casi siempre, y solo gracias a sus amigos y a la Sociedad de Escritores de Madrid pudo ser enterrado con un mínimo de dignidad en el Patio de los Pobres del cementerio de la Puerta de Bilbao en el que fue uno de los primeros sepelios civiles de un adulto de los que se produjeron en España; y es que esta fue la tónica de su vida, ir adelantado a su tiempo, sobre todo, en el campo del periodismo por haber sido uno de los primeros en darse cuenta del poder de la palabra escrita, convirtiendo el periódico en el libro del pueblo y generando por primera vez en España eso que llamamos opinión pública.
“¡Pobre periódico! Nace siempre de parto laborioso, respira el aire de la vida con flacos pulmones, y en situación precaria; su porvenir es el más inseguro; a poco que prolongue su existencia, no puede librarse de peligros; porque gobernadores civiles y militares, fiscales, público, todo el mundo tiene fijos en él los ojos, pronto a descubrir en él manchas, culpas y delitos”17
Aunque para algunos de sus contemporáneos resultara ingenuo el cuadro de costumbres que dibujaba Robert con sus epigramas, muchas veces sin nudo, ni trama, y con final siempre abierto, pensamos que no fue arte malgastado como afirmaban los que le sabían dotado para llegar a conclusiones más severas. Es cierto que muchas veces se nota la precipitación propia del gacetillero, pero más allá de las urgencias personales y familiares, fue capaz de idear una nueva manera de dirigirse al lector para recordarle la necesidad de tomar conciencia y partido; utilizando para ello a la sátira como arma política, y convertiendo este genero periodístico en un arma de combate que utilizarían en las siguientes generaciones, anarquistas tan cercanos a la voz de la calle como Josep Llunas, Juan Usón, Benigno Bejarano, Fernando Pintado, Ángel Samblacat o Jerónimo Galipienzo.
“Curt de vista, sens ulleras y arrupit al vetllador, treu la llengua y clava tatxas un sabater mort de son [..] Vint anys de fusell y ranxo en temps de Napoleón; deu anys de fam y fusell mentras va haberhi facció; ara, sigas miliciano; ara ja ho has sigut prou. Aqui caych, aqui m’aixeco, patint fret, patint calor, may he passat de posar mitjas solas y talons!…”18.
Rara avis de las letras ibéricas, con la desaparición de Robert se fue antes de tiempo un articulista de primera y una de las plumas más auténticas de la literatura castellana, con la elegancia formal de Quevedo y la radicalidad del Abate Marchena que está considerado el primer ateo español y que por su apariencia física fue llamado el sátiro de las selvas; y por tanto podríamos interpretar que la traducción de Robert hijo del Satiricón, publicada por primera vez en España por la Casa Sempere en 1902, se hizo a modo de homenaje al padre ya que, impúdico y sutil como Petronio, Robert se convirtió en el azote de todos los Nerones de su época, que no fueron pocos.
“Ahora ¡Almas de cántaro! Aunque mañana les fusilen a Vds. de sopetón, por detrás y a boca jarro, y mueran rabiando sin extrema unción ni derechos pasivos ¿tendrán algo que ver Neron y Narvaez? Es claro que no. Pues ¡acabáramos! Eso quería yo demostrar” 19
Llegados a la parte final de nuestro texto, coincidimos con Pompeyo Gener en que fue uno de los cráneos privilegiados del primer socialismo español junto a Francisco Pi y Margall; y quizás lo dijera por ser uno de los mejores representantes del comunismo federalista ibérico o por su habilidad especial para traducir las ideas socialistas a un idioma comprensible para el pueblo, habiéndose convertido en uno de los pilares centrales del puente que unía el republicanismo y el socialismo y provocando su desaparición el derrumbe de una de las principales vías de comunicación entre las dos orillas opuestas de la revolución española.
“La organización ya casi universal de los jornaleros, sus cajas de resistencia, sus huelgas, sus reclamaciones contra la organización actual de la sociedad, qué son? la acusación más tremenda contra el capital..”20
Y hablando de puentes rotos. Llama la atención que a pesar de que Robert fuera un maestro en el uso de la sátira como instrumento regeneración social, por lo general los republicanos solo lo recordarían en su vertiente de heterodoxo festivo; y lo que es aun más sorprendente, el movimiento obrero lo relegara simplemente al olvido, despreciando su papel como el padre de todos los periodistas revolucionarios españoles.
Quizás este hecho pudiera tener relación con el conflicto surgido en aquellos años del Sexenio con ciertos periódicos satíricos que resultaban de dudosa clasificación por su calculada ambigüedad y su vida efímera; dándose el caso que alguno de ellos –Los Descamisados o El Petróleo- fueron utilizados para criticar y desprestigiar a las ideas socialistas a pesar de aparecer con el marchante de subversivos y declararse simpatizantes de la Internacional.
“La anarquía es nuestra única fórmula. Todo para todos, desde el poder hasta las mujeres. De este bello desorden, o mejor dicho, desorden ordenado, resultará la verdadera armonía..”21
Sin embargo, analizado el periódico del que Robert fue director desde 1870, el tantas veces imitado Gil Blas, veremos que no dudaban en dar carta de naturaleza al movimiento obrero, defendiendo el derecho de los trabajadores a luchar por sus objetivos con tanta intensidad como combatieron las falacias y especies que desperdigaba la prensa reaccionaria en su contra, aunque por supuesto tampoco se privaron de emitir críticas en tono satírico que no siempre fueron bien entendidas por algunos asociados a la Internacional; y en esta línea llegaron a editar en 1872 un exitoso folleto acompañado de retratos de Internacionalistas:La Internacional explicada por los evangelistas del orden Candau, Jove y Hevia, Alonso Martínez y Martínez Izquierdo, que reprodujeron diferentes periódicos e incluso comentaron en sus cartas Engels y Lafargue.
“¡LEED Y ESTREMECEOS! ..Son los Internacionales unos monstruos Infernales. Sus caras, estrafalarias, atroces, patibularias. Por fingirse desgraciados, andan todos remendados, y emplean hasta la argucia de llevar camisa sucia..”22
Sea como fuese, tras el boom que había vivido la prensa satírico-política durante el Sexenio Revolucionario, da la impresión que este tipo de periodismo pasó a ser englobado en la categoría de radical, ambiguo y burlesco, más propio de librepensadores o anticlericales que de sesudos revolucionarios; pero la sátira seguiría teniendo su espacio en la prensa obrera, más en la anarquista que en la marxista todo hay que decirlo; y además contando a lo largo de los años con el favor de la militancia y el público, como demuestran rotativos más o menos longevos como La Tramontana, La Silba, El Condenado, El Chornaler, El Corsario, El Rebelde, Tierra y Libertad, En Titella, La Ira, La Barricada...
“El escritor satírico, en España, no tiene más que dos paraderos: el capuchón o el hule. […] No hay apelación: el escritor satírico es un ser venenoso, a quien hay que exterminar..”23
Síntoma de la poca capacidad de auto-crítica que imperó siempre telón adentro del movimiento obrero español, cierta norma no escrita determinó que la prensa satírica y combativa fuera perdiendo vitalidad conforme pasaban los años y arreciaban las luchas sociales, imponiéndose los periódicos llamados de doctrina que fueron los dominadores en los medios anarquistas y revolucionarios ya en tiempos de la II República, seguido muy de cerca por los de tipo administrativo o de noticias sindicales; aunque hemos de recordar que la sátira nunca dejó de un recurso habitual en el ámbito de la propaganda oral, o sea mítines y charlamentos varios; y no hubo periódico obrero que no se permitieran de vez en cuando colar algún artículo de tono irónico o intercalar caricaturas.
“..la ironía es una risa concentrada, magra, de navaja; una risa cerebral, risa de la inteligencia. Pero, yo soy, gracias a Dios, plebeyo hasta las cachas, vulgar hasta la médula de los huesos, y estoy por la carcajada homérica, por la hilaridad integral.”24
Muchos siguieron echando de menos aquellos viejos combinados gráficos de satíra política y épica revolucionaria a partes iguales que popularizara entre otros Roberto Robert, pero cuando todo parecía perdido y a nadie se le ocurría ya hacer un chiste de la situación, localizamos durante la II Revolución española a un grupo formado por miembros del Sindicato de Profesiones Liberales de la CNT de Barcelona y de la Agrupación Los de Ayer y Los de Hoy, quienes editaron desde mayo hasta octubre de 1937 el valiente semanario Criticón….; tras el cual siguieron 40 años de silencio y de tristeza.
Hasta aquí nuestro texto sobre el maestro de periodistas y faro del socialismo español, Roberto Robert, bohemio, conspirador y sátiro que son su pluma disparaba salvas de pólvora y azufre, mezcla explosiva original de la casa Rousseau – Voltaire, que sin duda hubiera seguido haciendo ruido y espantando moscas a este lado del río si no hubiera muerto con solo 44 años, en plena I Revolución española.
NOTAS:
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Posted: 04 Feb 2018 10:14 AM PST
Extraemos, nuevamente de la publicación La Ira de Behelial, otro texto con motivo del reciente sobreseimiento de la causa contra lxs compañerxs detenidos en la Operación Piñata. Es el tercero de estos textos (El trasfondo de la solidaridad y Arquitectura, mitología, folclore y operaciones antiterroristas). En los próximos días iremos subiendo de diversas fuentes, mas análisis sobre el contexto represivo, las circunstancias y todo aquello cuanto rodeó estos últimos años a los golpes contra los entornos anarquistas de la península. Este texto en concreto realiza un seguimiento a las categorías legales con las que el aparato represivo del Estado ha ido encasillando a anarquistas y rebeldes en los últimos tiempos hasta la actualidad. Nota de ContraMadriz
“Puesto que el número está del lado de los gobernados, la única opción de los gobernantes para seguir siéndolo es la opinión”. James MadisonEl Estado, intrínsecamente, se constituye para ejercer el poder, y para ejercer el poder (pues el poder se ejerce y, como la historia no para de demostrar, tiene su propia lógica) es tarea obligada mantener el orden, con lo que el Estado se convierte en el garante de un orden; el orden, impuesto por el poder, el orden, necesario para que el poder exista. Hay diversas formas de mantener el orden pero las más eficientes suelen ser aquellas basadas en el palo y la zanahoria. Según esta filosofía para que la persona gobernada se porte bien, es decir se pliegue a los designios del poder y mantenga el orden, se le promete algo (generalmente material) que por supuesto nunca o muy pocas veces alcanzará, y cuando se porta mal se le castiga. Pero en las formas más sofisticadas de ejercicio del poder (y cabe recordar de nuevo que el poder se ejerce principalmente y de manera más elaborada y eficaz mediante la constitución de un estado), es decir, en los autodenominados estados de derecho: las democracias, pero también en muchas dictaduras, no sólo se mantiene el orden mediante un palo (con su zanahoria) sino que también se justifica el garrotazo al desobediente. Esto ocurre porque en estas formas algo más sofisticadas, el Estado se presenta a sí mismo como un simple arbitro y garante de la convivencia, pues como decía Madison, uno de los padres fundadores de los Estados Unidos de Norteamérica, los gobernantes frente a los gobernados sólo tienen en última instancia de su parte la opinión. Por este motivo el estado siempre tratará de justificar de alguna manera o de otra sus castigos, cual padre benévolo que azota a sus hijos, por su bien, para conducirles por el camino de la rectitud y que cuando les castiga sufre más dolor que los castigados por tener que recurrir a tan extrema medida. Se puede decir sin ambages que, a día de hoy (y esto es algo que se puede rastrear desde el pasado más reciente hasta nuestros días) el garrote más grueso que tiene el Estado, su látigo más acerado y mortífero es la ley antiterrorista. Pero ¿de dónde sale esta ley? Tradicionalmente, desde los albores de la constitución de los primeros estados (de forma embrionaria, eso sí) hace más de siete mil años, el poder, instituido en aparato estatal para regir la sociedad, ha tenido y tiene dos tipos de enemigos: el enemigo externo, al que siempre trató como “bárbaros” o “invasores” y el enemigo interno, al que siempre etiquetó de “bandoleros”. En el siglo XIX el Estado se ha convertido ya en un estado liberalburgués, democrático y representativo en lo político y plenamente capitalista en lo económico y a resultas de la industrialización, la misma que permitió impulsar y moldear el capitalismo liberal, el poder de la época hubo de enfrentarse a diversas revueltas y revoluciones obreras y al nacimiento de las grandes ideas revolucionarias y libertadoras del momento (y que más o menos aún perduran): el marxismo y el anarquismo. Para enfrentarse de manera más eficaz y sin que el mantenimiento del status quo supusiera una fractura muy grande de los principios humanistas y liberales que el establishment decía sostener e impulsar, se creó una legislación especial para tratar el tipo de delitos que podrían quebrar el orden y traer la pretendida emancipación y liberación de la humanidad de la explotación y opresión y de sus explotadores y opresores. Esa legislación daba un tratamiento especial a quienes la vulneraban, tanto jurídicamente como ante la opinión de las oprimidas, con un especial ahínco (más que en otras épocas) de denostación moral hacia el refractario. Pese a este tratamiento especial el estado seguía golpeando con su vara a quien violase la ley sin importarle el motivo de tal violación (generalmente la desigualdad material y la supervivencia) pero con una preocupación a parte y un seguimiento mayor hacia quienes combatían al Estado de manera clara y por motivos políticos. Al fin y al cabo un ladrón sólo pretendía sobrevivir mientras que un revolucionario o revolucionaria quería derrocar al régimen y a sus regentes. Surgen pues hace dos siglos las leyes especiales sistemáticas (siempre hubo alguna ley especial para afrontar problemas temporales concretos, en eso se basa la legislación) acompañadas del linchamiento mediático que van a suponer la referencia y guía de las posteriores y muy modernas leyes antiterroristas. Las primeras que podemos rastrear en el tiempo son las leyes contra los ludditas, un movimiento organizado muy heterogéneo que basaba su actividad en la destrucción de la maquinaría industrial de los capitalistas y en un rechazo de éste sistema económico, aunque por diversas motivaciones (ni todos eran revolucionarios ni todos estaban politizados). A partir de aquí y aun sin una etiqueta concreta para los refractarios, más allá de un manido “bandoleros” no siempre aplicable, entramos en el siglo XX donde la evolución es cualitativa y cuantitativamente mucho mayor. En el siglo pasado lo que el poder pretende para combatir a sus opositores, en especial a los enemigos interiores, es desgajarlos del cuerpo social para tratar de aislarlos con el fin de que nadie se identifique con los refractarios y pueda simpatizar con ellos o emularlos. Para este fin les demoniza. El problema entonces pasa de ser “los obreros” o “el pueblo” a un grupúsculo sedicioso, misterioso y cruel que desde las últimas décadas decimonónicas empieza a ser catalogado como “los terroristas”. Este paso se da en especial a raíz de la derrota del movimiento obrero en la Comuna de París en 1871, cuando dicho movimiento revolucionario se da cuenta de que militarmente es derrotado una y otra vez, abriéndose paso poco a poco a una nueva etapa que, aunque con grandes convulsiones sociales, ya no es la de las grandes revoluciones (con la excepción histórica del periodo de entreguerras: la rusa en 1917, la alemana en 1918-1919, la coreana en 1929,… o la rara y tardía española de 1936) sino la de las acciones aisladas de la masa social con el fin de volver a conseguir despertarla para el intento definitivo A partir de entonces y ya durante todo el siglo XX el Estado aplica la categoría de terrorista y toda una legislación de excepción a sus enemigos internos. Claro que las y los revolucionarios o el movimiento obrero no son para el Estado sus únicos enemigos. Según en qué épocas opositores de todo tipo, incluso los afectos al poder pero no al gobierno de turno, han sido y son perseguidos, catalogados de la nueva etiqueta. En el mismo siglo XX, el término terrorista tiene que convivir con el de subversivo o el de “banda armada” según el tipo de aparato estatal que tenga que enfrentarse a la subversión en ciernes. Generalmente las dictaduras, menos fashion, eran más partidarias de términos como “sediciosos” o “subversivos” y en sus legislaciones los delitos eran estos mismos o bien la pertenencia a “banda armada”. Las democracias, siempre con un toque más glam (no la española, por cierto, casposa y cazurra como pocas), se decantan más por “terrorista” y en su legislación vienen bien claras las palabras “terrorismo” u “organización terrorista”. En pleno siglo XXI esta tendencia ya está consolidada, en especial a partir de los atentados de 2001 en Estados Unidos, pues según las democracias amparándose en auténticos actos de brutalidad indiscriminados contra la población cometidos por aprendices de Maquiavelo del autoritarismo religioso o revolucionario, o por orquestación estatal (cómo saberlo) , los nuevos enemigos internos del presente buscan sólo aterrorizar a la población pues en su delirio se oponen a la democracia (¿cómo osan?) la más perfecta de las formas de convivencia civilizada y no una simple y cutre forma de articular el Estado. La democracia convierte al Estado, aún más, en un ente totalitario envuelto en un ropaje de presunta libertad, pues no permite que nadie la cuestione, y para ello no sólo produce una animadversión total en la población hacia las refractarias y rebeldes con todo el enorme aparato mediático del que dispone, sino que elabora la correspondiente legislación especial. A día de hoy, todo enemigo del Estado es un terrorista y esa es la legislación que se le aplica. Veamos cómo evoluciona. Por acotar un poco el asunto, vamos a ceñirnos al estado denominado España. Nos encontramos con que aquí existen diversas leyes antiterroristas desde finales del siglo XIX cuya diferencia más sustanciosa respecto de la legislación ordinaria residía en la especial dureza de las penas (que en la legislación general no eran ligeras, por cierto) y en que al “terrorista” le juzga un tribunal militar. En la segunda república es derogada esta disposición y abolida la pena de muerte pero se crea un tribunal de orden público para juzgar los delitos políticos y la huelgas y revueltas. Este tribunal es derogado por el frente popular en 1936 pero poco después estalla la guerra. Las leyes de guerra rigen entre 1936 y 1953 (y rigen con toda la dureza que implica el término) y es en este año cuando se elabora la primera ley antiterrorista moderna en España. Franco siempre tan innovador. En esta ley no existía delito de terrorismo per se sino que existía el de “pertenencia a banda armada”. Para poder ser aplicado los requisitos eran, ser una banda (es decir, más de dos personas) y tener armas; como vemos los militares y las dictaduras van al grano. Pero el ligero toque oficioso para su aplicación (una banda de atracadores puede tener armas pero un atraco no necesariamente es una subversión del orden politicosocial) era el contenido político que dicha banda tuviera. Si en esta época un grupo de 4 ” jóvenes rojos” repartía propaganda contra el régimen o lanzaba un cocktail molotov contra una comisaría de policía, por poner un ejemplo, y eran detenidas, además de la somanta de hostias que iban a recibir en el calabozo y de ser juzgadas por el renacido tribunal de orden público franquista (1962), no siempre iban a sufrir totalmente la ley antiterrorista y a ser condenados por el delito de “banda armada”. Esta ley es la que se mantendrá vigente, con modificaciones en los años setenta y en la democracia, hasta el año 1995, en que se creará el llamado código penal de la democracia (que hasta ahora se basaba en una reforma del código penal del año 1973). Éste entra en vigor en 1996 y en él se añade al delito de “pertenencia a banda armada” el de “organización terrorista”, es decir que ya no hace falta que haya armas para que sea aplicada la ley antiterrorista, que por cierto, en plena democracia, es esencialmente más dura en general, salvo en el caso específico de que ya no hay pena de muerte, que la de la dictadura. Además este código admite por primera vez el delito de terrorismo individual, aunque al carecer de banda las penas son menores. En 2001 esta ley es endurecida tras los atentados de las torres gemelas. Son los años en los que se aplica la doctrina, aun hoy vigente y perfectamente extrapolable y extrapolada, del “todo es ETA” y lo mismo se es terrorista por secuestrar a un industrial que por quemar un banco, romper los cristales de una ETT o editar un periódico que justifique o incluso no condene los actos anteriores. Lógicamente toda esta batería respondía algo tardíamente a las necesidades del Estado, algunas de las cuales eran frenar los últimos rescoldos de luchas obreras, cada vez más violentas (sobre todo en el periodo 19871994) en los últimos coletazos de la reconversión industrial (19811997) y desactivar el conflicto vasco. En 2010 asistiríamos a un nuevo código penal, aplicado en 2011, en el que la ley antiterrorista se aplica a quienes “alteraren de forma grave y reiterada la paz pública y buscaren subvertir el orden constitucional”, suponiendo una nueva vuelta de tuerca en cuanto a la aplicación y endurecimiento de las penas. Esto sucede en un contexto de cierta convulsión social como el periodo 2010-2014. Este periodo ha visto nacer el fenómeno 15 M y derivados con todas sus particularidades y consecuencias, para lo bueno (más bien poco) y para lo malo (más bien bastante, en todos los sentidos), enmarcado en una crisis y que se ha caracterizado por episodios de cierta violencia en la calle pero también de protestas pacíficas masivas, algunas tremendamente molestas. Ha sido también (y por ello) de un enorme descrédito democrático y económico y ha visto el decaimiento y cese de la actividad de ETA (lo que ha abierto nuevos escenarios). Es en estos momentos cuando surge un nuevo código penal que intenta enfrentarse a esos nuevos desafíos. El código penal de 2015 es el de la ley mordaza pero también el de la nueva ley antiterrorista y el del pacto anti-yihadista (aplicable, claro está, a muchas otras realidades). Es una legislación en la que el policía es a la vez juez, jurado y verdugo para delitos no muy graves pero de claros tintes reivindicativos y políticos y en el que la ley antiterrorista contempla por primera vez que no sea necesaria la violencia para subvertir el orden constitucional y/o alterar reiterada y gravemente la paz pública, y en el que a una sola persona se le puede condenar como si en sí misma fuera toda una organización terrorista. Vemos claramente cómo, partiendo de un mismo concepto, la defensa del orden, el Estado a lo largo de la historia ha ido defendiéndose de sus enemigos, en especial de los internos, en especial de los rebeldes y revolucionarios, para seguir adelante sin oposición con su proyecto de dominación. Para ello adecua a los tiempos que corren todo su aparato punitivo y mediático porque ante todo ha de mantener el statu quo. El poder ha de perpetuarse (regenerándose si es preciso o mordiendo hasta matar si fuera menester) y para ello si es necesario justifica lo injustificable. Así está el patio, amigos y amigas, pero eso sí, todo por nuestro bien y por la seguridad y armonía de nuestra pacífica y armoniosa convivencia, todo ello bien atadito, justificando, como hemos dicho más arriba, lo injustificable. Pero lo injustificable no son sus mentiras, ni su rigor en el castigo, ni siquiera la opresión, cuyo castigo a su rechazo tratan de excusar. Lo injustificable es que día tras día pocas levanten la voz y el puño contra tan infame entramado de explotación y engaño. Lo injustificable es que todo siga igual. Porque pese a que el garrote sea grueso y la zanahoria magra, pese a que existan un garrote y una zanahoria y una mano que las sostenga y nos marque el camino que hemos de seguir, obligados o engañados, la lucha sigue siendo el único camino. Y como decían los clásicos anarquistas “lo que la fuerza y la astucia han levantado, la fuerza y la astucia lo pueden destruir”. Read more ... |
Posted: 04 Feb 2018 10:00 AM PST
https://www.youtube.com/watch?v=9S4q6jHPY10
Todo por Hacer nació en febrero de 2011 de la ilusión de un puñado de personas por sacar adelante un proyecto autogestionado que contribuyera a explicar noticias importantes de cada mes con una perspectiva crítica y libertaria. Eran los tiempos de la huelga general de 2010, del estallido del 15-M, del desarrollo del movimiento de la vivienda, de las huelgas generales de 2012 y de las grandes movilizaciones indignadas
Plasmamos nuestras aportaciones sobre el papel y salimos a la calle, asistimos a todas las convocatorias, a distribuir miles de ejemplares de nuestras 16 páginas, demostrando que no se trata de un medio obsoleto, ni anacrónico, sino de una forma de comunicación que perdura.
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Las enormes manifestaciones de hace unos años ya no se dan y, en consecuencia, si bien continuamos sacando todos los meses la publicación con una tirada de 2.000 ejemplares, también hemos aumentado nuestra presencia en internet, tanto en nuestra página web (todoporhacer.org), como en redes sociales.
Pero nuestro espíritu sigue siendo el mismo:
Otorgamos prioridad al análisis sobre la novedad y, frente la dictadura de la "inmediatez" y del "titular jugoso" que tiene secuestrada a la prensa generalista, contamos historias que nos inspiran o nos indignan, pero sobre todo que mantienen su vigor e interés con el paso de las semanas y de los meses.
Con nuestra herramienta complementamos a otros medios de difusión activistas, anticapitalistas y antiautoritarios, aportando reflexiones frente a la masividad de información de sucesos presente en la red.
En todo este tiempo hemos hablado de luchas sociales, de feminismo, de autoorganización, de represión a activistas, de ecologismo, de libertad de expresión, de antifascismo, de liberación animal y de un sinfín de temas.
Informamos de convocatorias que van a tener lugar en nuestra ciudad, recomendamos locales a los que acudir, proponemos herramientas para avanzar en la conquista de la libertad, reseñamos libros y películas de interés e incluso tenemos una sección de deportes.
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Posted: 01 Feb 2018 06:49 PM PST
La mañana del 29 de Diciembre Mohamed Bouderbala estaba muerto, falleció en el CIE de Archidona. Una cárcel que se abrió deprisa y corriendo, para albergar en ella a unas 500 personas.
Una vez más la respuesta del estado ante los acontecimientos que no puede controlar es el encierro, en este caso, lo incontrolable son las migraciones. Y otra vez el encierro ha supuesto desesperación y frustración; desencadenando sus trágicas consecuencias. El centro, que estaba proyectado como la futura cárcel Málaga II y que todavía estaba inacabado, fue abierto como CIE provisional a finales de noviembre. Ya desde su apertura recibió multitud de denuncias por las malas condiciones a las que se estaba exponiendo, a este medio millar de personas. No estaba habilitado para albergar vida: no había agua corriente, los internos estaban sin mudas, sin calefacción y con dificultades para acceder a sus pertenencias. Un centro sin sistema anti incendios ni plan de evacuación probados y con asistencia médica insuficiente. En este caldo de cultivo: encierro, represión, malas condiciones, frio...comienzan las primeras deportaciones y los confinados estallan contra sus atacantes. El 13 de diciembre surgen los primeros conflictos, a fuera solo llegan algunos videos y fotos de la UIP (policía antidisturbios) poniendo fin a la revuelta de forma violenta. Las condiciones no cambian, así que tampoco se frenan las protestas. El 28 de Diciembre hubo otra, Mohamed fue una de las personas que protagonizó dicha protesta, por la que fue confinado en aislamiento, donde estuvo 18 horas. Sin comida, sin visitas, sólo, herido, encerrado por migrar, sin poder comunicarse con el exterior, encerrado antes de llegar, después de un viaje largo y durísimo, sufriendo el desprecio de Europa, para quien él y todas las personas que como él llegan no son personas, son parásitos a eliminar. Supuestamente se suicidó, supuestamente no debería haber llegado a la costa del estado español. Supuestamente no es problema de Europa las malas condiciones de vida en otros estados, supuestamente el colonialismo no ha dejado secuelas.Después de la muerte de Mohamed las deportaciones continuaron, hasta vaciar el CIE, los testigos desaparecen. Así que la Justicia archivó el caso en tan solo 6 días. Se suicidó y punto. La responsabilidad recae en la víctima y se acabó. La política de inmigración del estado es clara: persecución, encierro y expulsión. A los ojos de la decadente Europa la migración es mala, la migración de lo que califican sur al norte, claro. Visita África, conozca sus culturas, explote sus recursos, expolie a su pueblo, cree territorios de ensueño solo para turistas, vacaciones solidarias, vacíe de crudo sus reservas, véndale armas. Pero que ellxs se queden donde deben estar o tendrán sus consecuencias. Tristemente, podemos recordar atrocidades como la de Tarajal en 2014, cuando la guardia civil disparó a un grupo de personas que trataban de llegar a nado a la costa. Al menos fueron asesinados 15 seres humanos, según algunos supervivientes hubo muchos más. Todos los que consiguieron llegar a la costa fueron deportados automáticamente. En los CIEs también hay muertos, queremos recordar a los últimos, hasta la fecha y que sepamos: Osamuyi Aikpitanyi 2007 (Vuelo Iberia Madrid-Lagos;Nigeria) Murió durante su deportación con 23 años, asfixiado por la cinta adhesiva con la que los policías nacionales que le “custodiaba” le taparon la boca y la nariz. Tras el juicio los agentes fueron condenados con una multa de 600€. Jonathan Sizalima 2009 (Comisaría extranjería P.N, BCN) El jueves 18 de junio de 2009 fue apresado el joven ecuatoriano de 20 años. Horas más tarde, Sizalima apareció ahorcado en su celda. Un supuesto suicidio pese a que ya se había procedido a su excarcelación. A los padres del fallecido ni siquiera les dejaron ver de cerca el cadáver de su hijo, sino que solo lo pudieron ver tras un cristal y tapado con una manta. Solo se le veía la cabeza. Mohamed Abagui 2010 (CIE Zona Franca, BCN) Tenía 22 años cuando apareció muerto en su celda a los pocos días de ingresar en el CIE, Los familiares que lo visitaban habían manifestado su preocupación por el estado físico y psicológico en el que se encontraba. Samba Martine 2011(CIE Aluche, Madrid) Murió tras agonizar durante varios días, quejando se de fuertes dolores y parálisis, varias veces la tuvieron que llevar sus campaneras de encierro hasta la puerta del servicio médico, durante días de agonía no la visitó ningún médico. Finalmente murió a las pocas horas de llegar al hospital 12 de octubre. Llevaba 40 días internada en el CIE de Aluche. A día de hoy, más de 6 años después de su muerte, la justicia institucional no ha conseguido celebrar el juicio y dos de los 3 imputados están “ilocalizables”. Idrissa Diallo 2012 (CIE Zona Franca, BCN) Tenía 21 años, llevaba 15 días encerrado el CIE, Su muerte, pese a haber tenido lugar en dependencias del Estado nunca se investigó. La familia de Idrissa, en Guinea Conkary, ni siquiera fue informada oficialmente de su muerte. Los restos del joven se encuentran en el cementerio de Montjuïc, y se encontraron gracias a la labor de investigación de los activistas de Metromuster, productora audiovisual que realiza un documental sobre el caso. Alik Manukyan 2013 (CIE Zona Franca, BCN) Apareció ahorcado en su celda, según la policía Alik estaba aislado por ser “agresivo”, que entró con normalidad en la celda y que apareció ahorcado con los cordones de sus zapatos. Algunos internos, en cambio, declararon a Tanquem els CIE que este ciudadano armenio había tenido un enfrentamiento con la policía, que había sido agredido, y que le habían llevado a medianoche al cubículo de aislamiento, donde estuvo gritando y gimiendo hasta entrada la madrugada. Haciendo uso de su práctica usual, los vecinos de celda de Alik fueron deportados al día siguiente, por lo que no pudieron ofrecer su testimonio. Lo llaman centros, son cárceles. Y como en toda cárcel el sufrimiento, el silencio, la enfermedad y la invisibilidad se ceban en quien no puede defenderse. No hay responsabilidad, el estado ve justo y necesario e incluso lo llama política, política de inmigración, dicen. Aislamiento y soledad, un combo muy difícil de compaginar, si le sumamos la incertidumbre de ser deportadx o la impotencia del viaje truncado. Este sufrimiento, evitable, es Racismo de Estado, jamás veremos como enemigos a estas personas por su condición de migrante. No podemos seguir tolerando estos encierros, ni los de tantxs otrxs. ¡NI CIES, NI REJAS, NI PRESOS, NI PRESAS!
Asamblea contra el racismo y la discriminación de Cantabria
Fuente: Briega
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