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lunes, 14 de enero de 2019

Tinkunaco 067/19 - Re: Boletín diario del Portal Libertario OACA

Boletín diario del Portal Libertario OACA

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  • Comunicado sobre el desahucio de María - Federación Anarquista de Gran Canaria
  • Ito y Osugi, la trágica historia de una pareja de anarquistas
  • [Poema] Quien no soy
  • Chalecos amarillos y lucha de clases
  • [Madrid] Tomar la Calle: Puntos de propaganda anarquista (enero)
  • [Argentina] Disputas de sentidos en el conflicto educativo
Posted: 13 Jan 2019 02:27 PM PST
María y su hijo de 5 años vivían con el pánico de enfrentarse al desahucio que les fue comunicado judicialmente para este lunes día 14 de enero de 2019. Contactó con nosotras el jueves por la tarde-noche, a menos de 4 días del desahucio. María había sido asesorada de forma muy deficiente hasta entonces: se le había asegurado que su desahucio no iba a producirse, que iba a ser realojada, que su caso ya lo conocían las instituciones, y toda una serie de falsas promesas. Finalmente, el mismo jueves se le dijo que se preparara “para lo peor”. Todo eso, sumado al terror de perder a su hijo (un miedo que nos ha costado mucho mitigar), hizo que cuando llamó a nuestro teléfono estuviera verdaderamente desesperada.
Tenemos que ser sinceras: el jueves por la noche creíamos que era imposible salvar la situación. Hemos hecho cosas complicadas antes, pero pocas veces con tan poco margen y con circunstancias tan adversas. Nos repusimos de la congoja y pusimos en marcha una maquinaria bien engrasada: nuestro protocolo antidesahucios.
La vía legal estaba agotada. Aún así la abogada Isabel Saavedra redactó un recurso de urgencia intentado ganar algo de tiempo, aunque ella misma sabía que no iba a ser posible. Rápidamente, ya de noche, contactamos con la prensa, tanto directamente como a través de nuestro listado de correos. Teníamos 3 días para llegar a la opinión pública y que ésta ejerciera la presión necesaria para forzar la actuación de los responsables políticos. Empezamos a meter caña también por redes sociales, intentando alcanzar el clímax necesario para que nuestras demandas fueran escuchadas. Finalmente, tanto de forma informal como oficial, contactamos con responsables políticos a través de periodistas y contactos comunes. Por si todo eso fallaba, decidimos mantener los preparativos de un posible piquete antidesahucios.
Finalmente, casi de madrugada, el concejal de Cohesión Social del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Jacinto Ortega, llamó a María para comunicarle que el Ayuntamiento le ofrecía quedarse en un hostal hasta que se encontrara una solución definitiva a su situación. Lo tomamos con precaución hasta que fuera oficial, pero al menos ahora María y su hijo podían descansar tranquilos.
La noticia se confirmaría al día siguiente, primero en prensa y después a través de una nueva llamada a María: El Ayuntamiento buscará un alojamiento provisional a María del Pino y su niño.
Podría pensarse que estamos satisfechas con la actuación gubernamental, pero no es así. Para llegar a este punto se ha sometido a María a un sufrimiento innecesario. Durante el proceso la administración le dijo que se pusiera en contacto con los Servicios Sociales, desconociendo que ella ya estaba desde hace mucho tiempo siendo atendida por ellos. Se le pidió que buscase un alquiler, ignorando una realidad social tan palmaria como que a nadie con unos ingresos de 540 euros le ofertan alquiler alguno. Llegaron incluso a decirle que se fuera a Gánigo (un albergue para personas sin hogar) con su hijo de 5 años. Esta muestra de insensibilidad y falta de empatía no podemos, aunque lo intentáramos, olvidarla.
Muestra del mismo talante ha sido que Javier Doreste, primer teniente de alcalde y concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, comunicara a los medios la posibilidad de un hostal para María antes de decírselo a la propia afectada.
A partir de los hechos relatados, nuestras conclusiones son las siguientes:
1º. Aparentemente se ha encontrado una solución temporal para María. Lo valoramos de forma positiva pero sin triunfalismos y, sobre todo, con desconfianza. Vigilaremos que este compromiso, que por ahora concuerda con nuestras exigencia iniciales, sea respetado. Sin embargo, no es una solución; sólo es un parche. No queremos estar pendientes de que el Ayuntamiento pague el hostal antes de encontrar una solución definitiva. No queremos que la amenaza de la intemperie se cierna de nuevo sobre las cabezas de María y su pequeño. Queremos una solución habitacional real a largo plazo.
2º. En vista de que María ya cuenta con una alternativa habitacional, aunque sea temporal, la FAGC y el SIGC anuncian que desconvocan el piquete antidesahucios que tenían preparado para mañana.
3º. Vivimos en Canarias una verdadera situación de emergencia habitacional y eso es lo que debería declararse. El Ayuntamiento de Las Palmas de G.C. no puede seguir ignorando esta situación. Poco nos importa a nosotras que sean un tripartito de izquierdas, que gobiernen con una retórica nueva o con la de siempre, que sean del cambio o del recambio. Las palabras no te cubren del frío ni evitan que tus hijos rompan a llorar ante la amenaza de un desahucio. Es vital que haya un protocolo antidesahucios eficiente, que no permita que ni una sola familia se quede en la calle por impago de unos alquileres que la especulación inmobiliaria, potenciada o ignorada por las instituciones públicas, está llevando a unos récords históricos. No puede ser que nuestros humildes colectivos, refractarios a recibir subvenciones, autofinanciándose a base de solidaridad colectiva y de unos ingresos propios muy magros, haya realojado a más personas e impedido más desahucios que todas las instituciones de Canarias juntas.
4º. Habrá colectivos y partidos que ahora correrán a ponerse ante los focos para colgarse medallas. Que lo hagan. Rechazamos las guerras de siglas. La calle sabe cuál es la verdad. Y es la calle la que nos interesa. Por nuestra parte no tenemos nada que celebrar mientras María no tenga un hogar estable, digno y seguro. Pero sí tenemos motivos por los que estar orgullosas. Estamos orgullosas de María, cuya fuerza de voluntad ha logrado gran parte de esta pequeña victoria. María a lo largo de su vida ha sufrido distintos episodios de violencia machista y patriarcal, desde malos tratos de su ex pareja a una agresión sexual de un compañero de piso. Han podido herirla, pero no derrotarla. Se ha negado a someterse a la revictimización de la indiferencia institucional, y ha dado la cara en cualquier foro y ante cualquier medio para denunciar su situación. Por nuestra parte, en 3 días hemos conseguido algo que parecía irrealizable, y eso es así porque sólo la lucha y la protesta hacen que lo que hoy parecía imposible mañana se torne posible. Sirvan este caso y todos los que tramitamos actualmente para demostrarle a nuestra empobrecida y maltratada sociedad canaria que sólo poniéndose en pie, exigiendo y no pidiendo, protestando y no suplicando, se pueden obtener resultados.
Seguimos y seguiremos luchando. Hasta que el techo sea un bien de primera necesidad al alcance de todas y no un activo financiero para inversores y especuladores.
Federación Anarquista de Gran Canaria
Sindicato de Inquilinas de Gran Canaria

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Posted: 13 Jan 2019 12:15 PM PST
A caballo entre los siglos XIX y XX, con la era Meiji, el Japón intenta modernizarse siguiendo el modelo occidental. Se importan las tecnologías y los saberes de otros países. Comienzan a circular libros de Zola, Tolstói, Emma Goldman, Kropotkin o Bakunin. La contribución a la difusión de las ideas anarquistas llega a través de un valeroso grupo de intelectuales que, a comienzos del siglo XX, fundan periódicos y revistas, escriben libros, critican duramente las condiciones de los trabajadores, el confucionismo que relega a la mujer a las paredes del hogar, y la naturaleza divina del Emperador. La oleada de huelgas de estos mismos años verá su activa participación. Y la durísima represión no tardará en llegar.
En 1910, con la acusación de alta traición y de haber planeado el asesinato del emperador, son arrestadas veintiséis personas entre anarquistas, socialistas y simpatizantes. Un año después, doce de ellos fueron condenados a muerte.
La fortísima represión sufrida por el movimiento anarquista llevará a una breve y dura fase de inmovilidad, definida como “tiempo de invierno”.
No obstante todo esto, una joven generación de anarquistas se reorganiza en torno a la figura de Osugi Sakai, huido bajo la acusación de traición en la época del presunto complot porque ya estaba en prisión.
Osugi, detenido en varias ocasiones por su activismo político y por su participación en las luchas de los trabajadores, es recordado por haber creado la primera escuela de esperanto en Japón. En 1906 abrazó el ideal anarquista en la cárcel, donde lee y traduce a Bakunin y a Kropotkin. Escribirá sobre ellos: “Por Kropotkin siento respeto, no atracción. Hay un hombre que me resulta más querido. Un anarquista nato, un rebelde de constitución tal que habría sido rebelde incluso en una sociedad anárquica. Un hombre que no tenía nada de ordenado ni regular en sus costumbres, que ha vivido una vida bohemia y turbulenta. No puedo más que reírme de mí mismo cuando reflexiono sobre la vida de nuestro predecesor Bakunin”.
Efectivamente, la vida de Osugi es turbulenta. Casado y con una amante, en 1914 conoce a Ito, de diecinueve años. Escritora, periodista, traductora y feminista, Ito se había acercado al anarquismo un año antes, mientras participaba en una conferencia sobre Emma Goldman, cuyos textos traducirá al japonés.
Ito expresará su fervor político escribiendo duros ataques en defensa de la libertad de las mujeres, contra la falsa bonhomía, sexualidad y matrimonio combinados, aborto y prostitución. En 1916, cosa absolutamente prohibida e inmoral en Japón, pasean los dos cogidos de la mano y se besan públicamente en un parque de Tokio. La gente que los ve grita horripilada, el escándalo se extiende en un constante aumento de situaciones que terminarán con Osugi acuchillado en el hospital por su amante y abandonado por su esposa. Más peligroso y preocupante que todo eso son las continuas persecuciones, detenciones y vesanias de la policía, que lo considera un grave problema político a extirpar.
Continuamente espiados, censurados y detenidos, Ito y Osugi, por medio de su militancia cotidiana, ponen en tela de juicio el Kokutai, entendido como sistema de gobierno que tiene en el vértice al divino emperador, base indiscutible de la identidad nacional.
En septiembre de 1923, el terrible terremoto de Kanto provoca más de noventa mil muertos, dejando poblaciones enteras totalmente desplazadas. El jefe de policía, Tako Masahiko Amakasu, decide aprovechar la desbandada general y detiene a los dos anarquistas, junto con un sobrino de ocho años. Serán estrangulados en la celda y sus cuerpos arrojados a un pozo abandonado. Un amigo de Osugi descubrirá los cuerpos y denunciará lo sucedido.
Todos los periódicos sufren una censura total. Ninguno debe publicar fotos, ni citar los nombres o contar lo sucedido. La noticia, sin embargo, va de boca en boca.
La honestidad intelectual de ambos, la coherencia de sus ideas, su alto valor humano, junto a la muerte de un niño y la escuálida estratagema de la policía, provocarán manifestaciones de protesta en todo Japón.
El propio emperador se ve obligado a ordenar la detención y condena del jefe de la policía.
En 1969, el director Yoshida rememorará esta historia en una película titulada Eros plus massacre. Por deseo del director, la ambientación se traslada en el tiempo, y los espacios son impersonales. Esta triste historia no puede detenerse en esos días, sino que tiene que seguir siendo compartida por los corazones libres.
Saltamontes
Imagen: Osugi
Publicado en el Periódico Anarquista Tierra y Libertad, Enero de 2019

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Posted: 13 Jan 2019 12:04 PM PST
Solo pienso.
Solo pienso
que existo.
Y existo
en un mundo difuso,
y veo crecer el ego.
En este mundo incierto,
de capitalismo y sumisión,
me veo encorsetado en roles...
...roles de género,
de sexualidad y de raza;
de profesión y de ideología;
de forma de vestir y de clase social.
A ojos de los demás
soy hombre, blanco, hetero,
poeta, podemita
perro flauta y de clase media...
...¡Pero no!
No es así, al menos, del todo.
Y por si fuera poco,
a mi me ponen otra etiqueta:
la de loco.
Resultado de imagen de locura portaloaca
-Richie punk

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Posted: 13 Jan 2019 11:37 AM PST
El proletariado no es una cosa, ni una identidad, ni una cultura, ni un colectivo estadístico que tiene unos intereses de clase propios que defender. El proletariado se constituye en clase mediante un proceso de desarrollo y formación que sólo se da en la lucha de clases. El proletariado, reducido en el capitalismo avanzado al estatus de productor y consumidor deviene una categoría social pasiva, sin conciencia propia; es una clase para el capital, sometida a la ideología capitalista.  No es nada, ni aspira a nada, ni puede nada. Sólo en la intensificación y agudización de la lucha de clases surge como clase y adquiere conciencia de la explotación y dominio que sufre en el capitalismo y, en el proceso mismo de esa guerra de clases se manifiesta como clase autónoma y se constituye como proletariado antagónico y enfrentado al capitalismo, como comunidad de lucha. Enfrentamiento total y a muerte, sin posibilidades ni aspiraciones reformistas o de gestión de un sistema hoy ya obsoleto y caduco
Esta noción de clase como “algo que sucede”, que brota y florece del suelo de los explotados y oprimidos, es clave. La clase no se refiere a algo que las personas son, sino a algo que hacen. Y une vez que entendemos que la clase es fruto de la acción, entonces podemos comprender que cualquier intento de construir una noción existencialista o cultural e ideológica de clase, es falsa y está condenada al fracaso.
La clase no es un concepto estático, sólido o permanente; sino dinámico, fluido y dialéctico. La clase sólo se manifiesta y se reconoce a sí misma en los breves periodos en los que la lucha de clases alcanza su punto culminante.
El proletariado se define como la clase social que carece de todo tipo de propiedad y que para sobrevivir necesita vender su fuerza de trabajo por un salario. Forman parte del proletariado, sean o no conscientes de ello, los asalariados, los parados, los precarios, los jubilados y los familiares que dependen de ellos. En Francia forman parte del proletariado los casi tres millones de parados y los veintiséis millones de asalariados o autónomos que temen engrosar las filas del paro, amén de una cifra indefinida de marginados, que no aparecen en las estadísticas porque han sido excluidos del sistema.
La democracia parlamentaria europea se ha transformado rápidamente, desde el inicio de la depresión (2007), en una partitocracia “nacionalmente inútil”, autoritaria y mafiosa, dominada por esa clase dirigente capitalista apátrida, que está al servicio de las finanzas internacionales y las multinacionales. Se produce una profunda y extensa proletarización de las clases medias, una masificación del proletariado y la erupción violenta e intermitente de irrecuperables colectivos, suburbios y comunidades marginadas, antisistema (no tanto por convicción, como por exclusión). Los Estados nacionales se convierten en instrumentos obsoletos (pero aún necesarios, en cuanto garantes del orden público y defensa armada de la explotación) de esa clase capitalista dirigente, de ámbito e intereses mundiales. Su forma de gobierno es el totalitarismo democrático: una democracia reducida a la mínima expresión de votar cada equis años, para elegir entre representantes malos o peores del capital, sin capacidad alguna de intervención o decisión en la vida social o política.
Los suburbios se convierten en guetos de excluidos del sistema, que el Estado intenta aislar entre sí, entregando su dominio a las bandas, la droga, las mafias, las escuelas, los trabajadores sociales, oenegés, etetés, prisiones y policía, para que conjuntamente impongan el control y/o sacrificio económico, político, social, moral, volitivo, y si hace falta también físico, de “todos los que sobran”, con el objetivo preciso y concreto de desactivar su potencial revolucionario, intentando convertir esos barrios periféricos en colmenas de muertos vivientes, a los que las instituciones estatales les han declarado una guerra total de exterminio y aniquilación.
La lucha de clases no es sólo la única posibilidad de resistencia y supervivencia frente a los feroces y sádicos ataques del capital, sino la irrenunciable vía de búsqueda de una solución revolucionaria definitiva a la decadencia del sistema capitalista, hoy obsoleto y criminal, que además se cree impune y eterno. Lucha de clases o explotación sin límites; poder de decisión sobre la propia vida o esclavitud asalariada y marginación.
No son sólo chalecos amarillos, Monsieur Macron, es la guerra de clases, estúpidoEs el viejo topo que aparece y desaparece de escena, cavando sin cesar su túnel bajo un mundo caduco y obsoleto.
Agustín Guillamón

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Posted: 13 Jan 2019 11:32 AM PST
Vuelve la iniciativa “Toma la calle”, varios puntos de difusión de propaganda anarquista en varios barrios de Madrid: Vallekas, Malasaña, Carabanchel y Moratalaz.
Todos los sábados de enero a las 12H.
Vallekas. 12 de enero. Esquina Monte Igueldo con Peña Gorbea. <M> Puente de Vallekas
Carabanchel. 19 de junio. Plaza del Encuentro. <M> Artilleros
Malasaña. 26 de junio. Plaza de Oporto. <M> OportoT
Moratalaz. 26 de junio. Plaza del Encuentro. <M> Artilleros
En la era de la conectividad, donde cada vez más, todo tiene que estar relacionado entre sí, gracias al progreso tecnológico, vemos día a día que lo único que cada vez está menos “conectado” es el trato y las relaciones sociales que se producen en la calle.
Y es que, como parte del proceso de burocratización y despolitización de nuestras vidas y de la gestión de todo lo que nos rodea: instituciones, trabajo, dinero, familia, conflictos… La calle no iba a ser menos y no podía quedarse fuera de la mediación que realiza el Estado en todos los ámbitos que nos tocan.
Desplazándose de lo común hacia lo público se traslada el uso, gestión y el “buen funcionamiento” de las calles (entre muchas otras cosas) hacia las administraciones competentes de dar o no permiso a la utilización de la calle para según qué o cuál asunto.
No podemos tocar en la calle sin permiso, manifestarnos sin permiso, panfletear sin permiso, difundir actividades sin permiso, pegar carteles… No podemos si no se utilizan los cauces adecuados para ello. No sin seguir las reglas del juego.
Mientras sucede todo esto, vemos como cada vez más, las caras de la nueva política nos dirigen hacia la era de la transparencia, la eficacia, la técnica, el ciudadanismo, la regeneración democrática. Y como parte de este proceso, éstas caras amables nos desvían y nos alejan del conflicto que supone ocupar la calle irrumpiendo en la cotidianidad de nuestras vidas.
Conflicto, porque todo aquello que no se ciña a las ordenanzas municipales, rápidamente será reducido, ocultado o prohibido. Utilizando todos los medios que se disponen para ello: multas, requisar material, identificación de las personas, la constante amenaza de la cárcel, coacciones, golpes.
Gracias a la aparición de internet y las redes sociales, cada vez estamos más lejos de la calle.
Y actividades o tareas que siempre se habían realizado de manera cotidiana y natural, se presentan ahora como algo a recuperar.
La difusión de las ideas anarquistas en la calle, de material y de propaganda, un simple punto de encuentro donde compartir ideas. Es algo que estamos perdiendo y que vemos necesario recuperar. Distribuidoras de partidos políticos, sindicatos, asociaciones de vecinos, grupos ciudadanistas, organizaciones autoritarias…etc, no tienen cabida.
Toma la calle

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Posted: 13 Jan 2019 10:44 AM PST
Toda institución oficial implica necesariamente la idea de permanencia y conservación. Ese sistema procura difundir todo cuanto ya es conocido, de utilidad social, pero olvida que queda aún más por conocer (…). Desde el momento que un sistema adquiere forma institucional ofrece de inmediato esta característica inconfundible: el horror al cambio. William Godwin
EducaciónComo siempre, existe una lucha contra el vaciamiento de la educación pública, el sistema de investigación y la precarización salarial de lxs docentes. Este año no será ajeno a esas cuestiones. En los últimos meses, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires estableció políticas de ajuste como la efectivización de la creación de la Unicaba y el cierre de escuelas nocturnas. El Estado ajusta ahora (y siempre) sobre la educación. ¿Por qué los ajustes-recortes-robos económicos se dan en este sector de la sociedad? Podemos conjeturar dos hipótesis. La primera, la educación pública no es arancelada. La lógica netamente lucrativa se aleja de estos espacios y, por lo tanto, las políticas del gobierno neoliberal de Cambiemos buscan desprestigiar al colectivo docente y estudiantil en lucha para manipular a la sociedad para que se oriente y elija una educación privada como institución que solucionaría el conflicto educativo que se arrastra hace años. El fin: privatizar la educación. La segunda, porque individualidades que accedan a conocimientos críticos van a estar más capacitadxs para obrar en autonomía, fortalecer vínculos solidarios y no ser manipuladxs por el gobierno de turno, es decir, pueden ser lugares de formación “peligrosos” y no lucrativos en los cuales la educación puede llegar a ser parte fundamental de la emancipación social.
Las medidas de lucha de la docencia se apoyan, la educación pública se defiende. Sin embargo, estos momentos en los cuales cocinamos con recetas neoliberales pueden ser propicios para desnaturalizar conceptos tan arraigados que tenemos en nuestros cuerpos ciudadanos.  Endiosar lo “público” sin poner en discusión a qué nos referimos con ese término, enaltecer lo “estatal” sin advertir la función principal del Estado, nos puede llegar a convertir (o estancar) en la buena ciudadanía productora del espectáculo, en conservadorxs peligrosxs.
Lo “público” en el ámbito educativo puede ser ese espacio donde se mantiene el orden establecido, se reproducen relaciones autoritarias y lxs estudiantes son merxs espectadorxs de una información rígida e inmodificable; o lo “público” puede ser ese territorio en el cual se disputan sentidos de lucha contra la opresión, se dialoga en reciprocidad  y tanto estudiantes como docentes comparten y forjan el conocimiento colectivo.
Una experiencia pertinente en relación con la disputa de lo público fue algo que sucedió en la puerta de la Facultad de Filosofía y Letras: la policía de la ciudad labró un acta contravencional a la profesora e investigadora Mónica Cragnolini por ocupar la calle, lo público, y dictar una clase abierta en adhesión a las medidas de fuerza de lxs docentes. En este sentido, la docente explicó: “Nos tenemos que poner cada vez más firmes en la defensa del espacio público, que es el espacio que nos queda a los que no tenemos el privilegio que tienen los que están gobernando”. Más adelante, trae a discusión un término que implica disputas de sentidos que trascienden los reclamos universitarios: “el concepto de clase tiene que volver a ser un concepto relevante para pensar muchas cuestiones, y en ese sentido reconocernos todxs -más allá de docentes y no docentes- como clase trabajadora”. Frente a una acción colectiva y coordinada de lucha, las fuerzas de seguridad tratan el hecho como una obstrucción de la vía pública. La calle como el lugar de encuentro, el sitio elegido para resistir maniobras de hostigamiento y criminalización de la protesta, claramente sí funciona como espacio público en disputa en el cual se construyen acciones colectivas y solidarias.
¿No es hora de hacernos cargo totalmente de nuestra educación para que deje de ser la educación de ellos? ¿No es hora de que la comunidad educativa en su totalidad tome las riendas de un movimiento emancipatorio de educación? ¿Quiénes hacen, construyen, diagraman, diseñan, enseñan en los ámbitos educativos? ¿Quiénes leen, escriben, corrigen, estudian durante largas horas en sus hogares? ¿Quiénes se forman durante años para comunicar esos conocimientos adquiridos y siguen aprendiendo a medida que enseñan? ¿Quiénes superan obstáculos salariales, edilicios y sociales? ¿Quiénes tienen vocación y ansias de aprender y enseñar en relaciones recíprocas, afectuosas y humanas? ¿Son acaso los ministros parásitos del Estado? ¿O los empresarios que lucran con las escuelas privadas?
Estos parásitos, tanto de un Estado neoliberal como de un Estado de “bienestar”, sólo obstaculizan el camino hacia una educación subversiva. Una educación que no nos convierta en masa obrera e intelectual obediente y esclava al servicio del Estado-Capital, sino en movimiento combativo y libre. La capacidad de organización y de lucha, más allá del partidismo que desune al pueblo, quedó demostrada en la marcha federal educativa como en tantas otras experiencias de la historia de la educación que apuntan a cuestionar y liberar, no a competir y obedecer; llevémosla hasta el fin de sus consecuencias: la emancipación social. Hay que despojarnos de todo disciplinamiento eclesiástico pero también apartarnos de toda burocracia estatal centralizada. Francisco Ferrer Guardia, educador anarquista fusilado en 1909, ya advertía a principios del siglo pasado las maniobras del Estado en relación con la educación:
Si la clase trabajadora se librara del prejuicio religioso y conservara el de la propiedad tal cual existe hoy; si los obreros creyeran cierta la profecía que afirma que siempre habrá ricos y pobres; si la enseñanza racionalista se limitara a difundir conocimientos higiénicos y científicos y preparara solo buenos aprendices, buenos dependientes (…) y buenos trabajadores de todos los oficios, podríamos muy bien vivir entre ateos más a menos sanos y robustos, según el escaso alimento que suelen permitir los menguados salarios, pero no dejaríamos de hallarnos entre esclavos del Capital.
Sugerimos llevar lo anárquico a todo ámbito. ¿Se espera a la auto-organización del pueblo para ejercer una educación libertaria? Hay individualidades que optan por disputar sentidos de lucha dentro del aparato estatal, eligen incomodarse, embarrarse y practicar la horizontalidad y la reciprocidad ahí mismo; hay otrxs que se auto-organizan creando espacios libres por fuera del Estado; y también existen lxs que combinan ambas acciones, es decir, habitar la contradicción contenida en una estrategia a largo plazo, teniendo en cuenta que el fin es terminar con una educación brindada por el Estado y forjar una educación construida por el mismo pueblo. Pero hay que saber diferenciar que una cosa es la burocracia elitista que va a hacer todo lo posible para seguir ocupando cargos y mantener lo establecido, y otra muy distinta son las individualidades de carne y hueso que impulsan erradicar las lógicas patriarcales, estatales y capitalistas. Individualidades que ven (como aquellxs compañerxs anarquistas de este territorio que construyeron en el siglo pasado alrededor de 50 escuelas libertarias, crearon bibliotecas, editoriales, periódicos y revistas) la educación crítica como una herramienta para alcanzar la libertad y la emancipación social, y no como en mero modo de inserción y de asimilación social, como un modo de “civilizarse” y disciplinarse al constituirse como sujeto ciudadano.

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