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lunes, 6 de julio de 2015

Tinkunaco 0972/15 - Re: RECORDANDO A NESTOR MARTINS



El 16 de diciembre de 1970 secuestran a Néstor Martins
PRIMER ABOGADO DESAPARECIDO EN LA ARGENTINA




Se puede precisar que este primer secuestro de un profesional, Néstor Martins, realizado en 1970, a plena luz del día, en Plaza Lorea, a metros de su estudio, junto su cliente Nildo Zenteno, marcará el comienzo de la andanada de aberrantes operativos parapoliciales que se generalizarán hacia 1975, primero con la Triple A y luego con la dictadura del Proceso.
Gobernaba entonces Roberto Marcelo Levingston, el segundo eslabón de la cadena de la dictadura instalada por Juan Carlos Onganía.
En ningún momento se encaró una investigación seria, y a 44 años del hecho nunca existió detenido alguno por el doble crimen que ingresaba en un cono de olvido.


El momento político

Una nueva etapa dictatorial comienza el 28 de junio de 1966, con la destitución del presidente constitucional Arturo Humberto Ilia. Gobernaba de facto desde el 18 de junio de 1970, Roberto Marcelo Levingston, un oscuro y desconocido general de inteligencia, ex Jefe del Batallón 601, con sede en la calle Viamonte 1818, y que desempeñaba al momento funciones de agregado militar en la embajada de los EE.UU.
Durante aquel golpe se generalizarán los atropellos y la represión a dirigentes estudiantiles, líderes obreros, dirigentes políticos y profesionales del campo popular, como es el caso de Néstor Martins. Se sistematiza la pérdida de conquistas obreras y crímenes políticos como los de Santiago Pampillón, Juan José Cabral, Máximo Mena, Adolfo Ramón Bello, Hilda Guerrero de Molina y Luis Norberto Blanco, entre otros.
Con “El Cordobazo” (29 de mayo de 1969), se inicia en el país una reacción popular en cadena, le siguen: El Rosariazo, Mendozazo, Tucumanazo, Correntinazo, Choconazo, etc., simultáneamente nacían en el país las primeras organizaciones guerrilleras como el ERP, Montoneros, FAR, FAP y ELN, con alto impacto en la opinión pública.
Es secuestrado y ajusticiado por Montoneros el 1º de junio de 1970 Pedro Eugenio Aramburu (otro dictadormilitar y político argentino, proclamado presidente de la Nación Argentinade facto desde 1955 hasta 1958).
También son asesinados en la época dos altos sindicalistas, Vandor y Alonso, el industrial Sallustro y el general Juan Carlos Sánchez, entre otros.
 Comienzan a declararse “zonas liberadas” en las que la extrema derecha parapolicial actúa impunemente sin interferencias, y se estrena la tristemente célebre“Coordinación Federal” en el edificio de la calle Moreno 1417, a una cuadra del Departamento Central de la Policía, como eje de la represión y como reedición–corregida y mejorada– de la temida “Sección Especial” que funcionó durante el gobierno peronista en la Comisaría 8º de la calle Urquiza al 500, frente al Hospital Ramos Mejía.
Se reavivaba así otra temible organización como la “Liga Patriótica”, nacida en 1918 para actuar impunemente durante la “Semana Trágica”, luego en la “Patagonia Rebelde” y finalmente en el golpe de Uriburu en el año ’30.
 Ya en la tercera presidencia de Perón, hacia 1975, nace otra organización parapolicial, la “Triple A”, creada y dirigida por José López Rega, secretario personal y ministro de Juan Domingo Perón, quien la empleó para combatir a sectores de izquierda, y a las fracciones disidentes del propio movimiento peronista.


¿Quién era el abogado Martins?

El abogado Néstor Martins había tenido una intensa trayectoria vinculada al cuerpo de abogados de la CGT de los Argentinos y a la Liga Argentina por los Derechos del Hombre. En el año 1965 había obtenido el procesamiento por torturas de doce oficiales de Coordinación Federal, acababa de denunciar y enfrentarse personalmente a un jefe de ese mismo organismo.
Realiza las primeras denuncias por torturas con nombre y apellido y se habló en el ambiente judicial de que posiblemente haya llevado algún mensaje de algún grupo guerrillero. Tiempo después del hecho, los abogados que atendían el caso afirmaron que una organización derechista clandestina denominada “MANO” se había adjudicado el secuestro. Más allá de las causas y autores del hecho, importa destacar que el caso Martins reflejaba el compromiso contraído por éste en el que una franja de abogados asumía el ejercicio profesional frente a detenidos políticos, lo que para las fuerzas de seguridad significaba una amenaza.
El impulsor de aquella corriente de abogados de la CGT de los Argentinos fue Conrado Ostigosa Antón, representante legal de la Federación Gráfica Bonaerense, quien convocó a un grupo de profesionales integrado por Mario Landaburu, Hugo Chumbita, Raúl Aragón, Rafael Lombardi, Néstor Martins, Antonio Deleroni, Hugo Anzorreguy, Juan Carlos Giraldez, Laura Rabey, Hipólito Solari Yrigoyen, Cayetano Póvolo, Rubén Gómez y Matilde Scaletzky (posteriormente se agregarían Luis Cerruti Costa, Marta Fernández y Amílcar Grimberg). La tarea de este cuerpo combinó la atención laboral con la defensa de presos políticos y estudiantiles, acosados entonces por la dictadura.
Asimismo, asistió legalmente a activistas detenidos pertenecientes a las primeras formaciones armadas, como las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL) o las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP). Además, con la intención de actuar con mayor celeridad frente a las detenciones de militantes producidas en el interior del país, fue conformada una red de profesionales en Córdoba, Rosario, Mar del Plata, La Plata, Paraná y Tucumán.


Desaparición de Martins y las disidencias en la Asociación de Abogados de Buenos Aires

La compleja conexión que los abogados mantenían con las organizaciones revolucionarias y la visibilidad que iban adquiriendo ante la opinión pública como denunciantes de la política represiva, terminaron por convertir a los propios abogados en blanco permanente de amenazas. Sufrieron intimidaciones, atentados y hasta secuestros por parte de los grupos parapoliciales y los núcleos clandestinos de extrema derecha.
Uno de los primeros y más resonante de los casos fue la desaparición del abogado de izquierda Néstor Martins, junto con su cliente Nildo Zenteno, a pocas cuadras de Tribunales, el 16 de diciembre de 1970, a plena luz del día, en Plaza Lorea, a metros de su estudio que se encontraba en el edificio de la esquina NO de Rivadavia y Paraná.
Cinco meses después del secuestro y ante la escasa disposición del gobierno militar por su esclarecimiento, se crea una comisión por la vida de Martins y Zenteno, integrada por personalidades vinculadas a movimientos sociales, partidos políticos, grupos sindicales y profesionales, la que convoca a una Jornada Nacional de Protesta.
La misma consistía en un inédito paro de abogados en distintos puntos del país –Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mendoza, San Juan y Santa Fe–, y la realización de un acto público con la presencia de 15 oradores, en representación de organizaciones tan diversas como la Asociación de Abogados de Buenos Aires, la Asociación de Actores, la Sociedad de Arquitectos, gremios combativos como SITRAC-SITRAM o la Federación de Villas de Emergencia.
Es importante destacar de esta demanda, no sólo la extensión del campo de protesta, sino también la confluencia de sectores sociales y políticos heterogéneos, además de la declaración de un paro, herramienta de reivindicación típica de la clase trabajadora, por un sector profesional de clase media y tradicionalmente moderado como los abogados.
Además de pedir el esclarecimiento del caso Martins-Zenteno, los distintos grupos convocantes denunciaban “las leyes represivas, las torturas, la Ley Anticomunista, la pena de muerte” y se proponían “unificar los reclamos a favor de la libertad de los presos políticos y sociales”, es decir, cuestionaban el marco normativo del régimen militar. Aunque de manera tardía, la Asociación de Abogados de Buenos Aires finalmente se pronunció públicamente ante el secuestro de Martins.
Su posición era más bien refractaria a definirse ante las continuas intimidaciones y atentados sufridos por los abogados defensistas, algunos de ellos socios de la entidad. Esta postura reticente quedó de manifiesto a tan sólo diez días de realizarse la Jornada Nacional de Protesta, cuando la lista oficialista Azul, liderada por el doctor Carlos Fayt (el mismo que hoy, ya nonagenario, es miembro de la Corte Suprema de Justicia), triunfaba nuevamente en las elecciones para la renovación de autoridades frente al Movimiento de Acción Renovadora (MAR).
Aquella victoria alcanzada por Fayt representaba, según un artículo del diarioLa Opinión, la continuidad de una línea moderada, “reacia a declaraciones de apoyo a movimientos políticos populistas y a profesionales que militen en esas tendencias”. En aquella elección, el MAR, agrupación que reunía tendencias de centroizquierda, sumó los votos del radicalizado Frente de Abogados, que decidieron acompañarla a pesar que consideraban su plataforma como reformista y, si bien esa alianza táctica no logró revertir una orientación institucional, iba a mantenerse estable a pesar de los avatares políticos del país.
Esta línea política mesurada por parte de la Asociación, abrió el camino para que un sector crítico, centrado en el Frente de Abogados, comenzara a identificar la institución como una entidad preocupada sólo por el cuidado de intereses personales y profesionales. Según el sector que agrupaba a jóvenes abogados de izquierda comprometidos con la labor defensista, el apoliticismo de la Asociación de Abogados no hacía más que encubrir una práctica profesional liberal, orientada a conservar y a legitimar el estado de cosas existente.
La Declaración final del 28 de mayo de 1973 de la Reunión Nacional de Abogados “Néstor Martins”, realizada en esta Capital con la presencia de 350 abogados de todo el país, reafirma: “…El compromiso de nuestra responsabilidad como parte de nuestro pueblo, sufrimos en nuestras agrupaciones gremiales y personalmente ataques, calumnias, campañas de intimidación, amenazas y atentados. Muchos colegas sufren o han sufrido encarcelamiento prolongado. Néstor Martins ha sido asesinado tras su secuestro, en acción muy similar a la que protagonizaron hace algún tiempo funcionarios policiales, indultados después de haber sido condenados por la Corte Suprema, en un acto de gobierno que otorga piedra libre para la ejecución de crímenes similares.
Frente a su total orfandad y al hostigamiento de las luchas populares, el gobierno intenta una salida electoral condicionada y proscriptiva… Coherente con lo anteriormente expresado, y en la certeza de que la vigencia plena de los derechos humanos y democráticos sólo se logrará con la instauración de un nuevo sistema sin explotadores ni explotados, la Reunión Nacional de Abogados denuncia y repudia, en este momento histórico argentino, al Gran Acuerdo Nacional y a todos aquellos políticos que aceptando las reglas de juego del gobierno se convierten en sus cómplices”
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Miguel Eugenio Germino

Fuentes:

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