RIESGOS DEL TRABAJO. Un nuevo proyecto de ley, un nuevo despojo a los trabajadores (junio 2016).
Creer
en las coincidencias o en las casualidades, en política, es de una
ingenuidad inadmisible. Hace pocos días la Corte Suprema, esta Corte
Suprema, resolvió una de las controversias que originó la Ley 26.773 de
la peor manera posible para las víctimas de siniestros laborales,
ocupándose además de anticipar, entrelíneas, que seguirá el mismo camino
con las otras. Paralelamente, según la información periodística del día
de la fecha, el gobierno está trabajando en una reforma de la Ley de
Riesgos del Trabajo (LRT), para eliminar o reducir la “litigiosidad” que
estaría poniendo en crisis al sistema. La intención sería obligar a los
trabajadores a recurrir a las Comisiones Médicas previstas en el art.
21 de la LRT, y llevar los conflictos judiciales al Fuero de la
Seguridad Social, entre otras medidas.
La
actual coyuntura política ha convencido a los grandes grupos económicos
locales, que es el momento preciso para resguardar el formidable
negocio del aseguramiento de los riesgos laborales, y garantizar la
impunidad de los responsables de daños a la salud y a la vida de los
trabajadores. Para alcanzar tal objetivo tienen que frenar la
litigiosidad que, supuestamente, amenaza la rentabilidad de ese negocio.
Una
vez más, y tal como ha ocurrido periódicamente en los veinte años de
vigencia de la LRT, el objetivo de la reforma legislativa no es evitar
que las víctimas tengan que litigar para que se les reconozcan sus
derechos, sino eliminar o reducir sus posibilidades de recurrir a la
Justicia, aunque ello lleve al despojo de sus derechos. Así de simple.
Hay
dos clases de litigiosidad; una es la patológica, o sea la que se
origina en intereses ajenos a los de los afectados, y la otra es la que
se genera naturalmente por la conflictividad subyacente en el sistema.
Ejemplos de ésta última serían la del sistema previsional y la que
provocó el famoso “corralito”. En ambos casos nadie habló de “industria
del juicio”.
En
el caso de los siniestros laborales ¿cómo medimos la litigiosidad? ¿Por
la cantidad de juicios? Así lo hace el discurso de la Unión de
Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (UART) y el de la Unión Industrial
Argentina (UIA). Pero esto no es serio y no resiste el menor análisis,
ya que intencionalmente se omite hablar de la intensa conflictividad que
caracteriza a nuestro sistema de Riesgos del Trabajo. Si comparamos la
cantidad de casos que llegan a la Justicia con el índice de
conflictividad, la litigiosidad es irrisoria.
En
efecto, la LRT cometió el error gravísimo de colocar como principal
operador del sistema a las ART, que son sociedades anónimas con natural
fin de lucro y que, por tal motivo, tienen intereses opuestos y
contradictorios con los de las víctimas de accidentes o enfermedades
laborales. Entre las partes, lo hemos dicho mil veces, se plantea un
juego de suma cero: la que una gana, la otra lo pierde. Y esto
significa, ni más ni menos, que cada vez que se produce un siniestro
laboral, lleva en su código genético el conflicto.
Esta
lógica perversa del sistema argentino no admite parches. La solución no
pasa por transformar el acceso a la Justicia en una carrera de
obstáculos para los trabajadores, llevándolos a tener que dirimir sus
conflictos ante comisiones médico-administrativas conformadas por
profesionales que no tienen la menor idea de lo que es el Derecho del
Trabajo ni, menos aún, la Seguridad Social, y con un procedimiento
kafkiano que coloca a los trabajadores en la más absoluta indefensión,
frente al poderío económico de las ART.
La
solución tampoco pasa por sacar a los trabajadores de sus jueces
naturales, llevándolos al desquiciado Fuero de la Seguridad Social. No,
la solución pasa por un cambio radical del sistema, colocando como
agente gestor a entidades que no tengan fin de lucro, ya sea el Estado, o
mutuas o un sistema mixto, estableciendo reparaciones justas y haciendo
una prevención real de los riesgos del trabajo.
El
proyecto de ley que estamos comentando avanza en un sentido contrario.
Esperamos que los legisladores no se presten a esta nueva maniobra para
garantizar la tasa de ganancias de las ART, despojando de sus derechos a
los trabajadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario