Comunicado de prensa 88/16
Declaración
conjunta de la CIDH y el Consejo Internacional de Rehabilitación de
Víctimas de Tortura (IRCT) en el Día Internacional en Apoyo a las
Víctimas de la Tortura
27 de junio de 2016
Hoy,
26 de junio, en el Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la
Tortura, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el
Consejo Internacional de Rehabilitación de Víctimas de Tortura (IRCT) se
permiten recordar a todos los Estados de las Américas su obligación de
brindar justicia y reparación a las víctimas de tortura para que puedan
empezar a reconstruir sus vidas.
En más de 140 países de todo el mundo, hombres, mujeres y niños padecen
el execrable crimen de la tortura. Son torturados en prisiones,
comisarías de policía, cuarteles del ejército, en las calles, en
hospitales, en centros de detención clandestinos, en escuelas e incluso
en sus hogares. Entre la aparentemente interminable lista de métodos de
tortura reportados en el mundo están las palizas, las descargas
eléctricas, las quemaduras, las cortaduras, los ahogamientos simulados,
las amenazas de asesinato contra los familiares, la privación de
alimentos, sueño y medicamentos, la mutilación, la violación y los
simulacros de ejecución.
Con la tortura se intenta destruir a la persona entera, acabar con su
identidad y romper sus vínculos con la familia y la comunidad. La
tortura puede ocasionar daños físicos permanentes y dejar secuelas
psicológicas, además de enfermedades crónicas como el trastorno por
estrés postraumático y la depresión profunda. Las víctimas de la tortura
suelen reportar a menudo cefaleas severas, incapacidad para dormir,
pensamientos suicidas, temor y desconfianza, lo que les dificulta
mantener relaciones sociales, trabajar y funcionar en sociedad. Estos
problemas no desaparecen por sí solos, y si no se les atiende a menudo
se ven exacerbados.
Durante décadas, la CIDH y los miembros del IRCT han sido los primeros
en lograr que se reconozca y se ofrezca rehabilitación a las víctimas de
la tortura en las Américas. Son miles las víctimas que buscan ser
reconocidas y que se les conceda una reparación al presentar sus causas
ante la CIDH y recurrir al apoyo de los miembros del IRCT para
reconstruir sus vidas. Por experiencia sabemos que el reconocimiento, la
reparación y la rehabilitación contribuyen a que las víctimas vivan con
su pasado y reconstruyan sus vidas.
Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer antes de que las
víctimas de la tortura en las Américas puedan contar con el apoyo que
necesitan y al que tienen derecho. Hoy día, los miembros del IRCT de las
Américas informan que la tortura y los malos tratos siguen siendo un
problema y que las víctimas aún no tienen acceso a la rehabilitación.
Por experiencia saben que las víctimas se enfrentan a muchas barreras
para alcanzar la justicia y la rehabilitación, entre las que se incluye
la impunidad generalizada que ampara a los perpetradores y la tremenda
escasez de recursos. Los programas nacionales de rehabilitación por
tortura siguen careciendo de recursos suficientes, por lo cual no pueden
atender a todas las víctimas que solicitan apoyo.
Las víctimas de la tortura tienen derecho a la reparación en virtud del
artículo 14 de la Convención contra la Tortura, según dice el Comité
contra la Tortura en su Observación general N.º 3. En las Américas, la
CIDH ha sido pionera en la jurisprudencia relativa a los derechos y
reparación para las víctimas. Las obligaciones de los Estados son muy
claras y han sido confirmadas recientemente en una resolución de la
Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos en la que
se exhorta a los Estados a que velen por que las víctimas puedan tener
acceso adecuado a servicios de rehabilitación sin dilación ni
discriminación.
Cuando los Estados no cumplen estas obligaciones, la CIDH y los miembros
del IRCT intervienen en apoyo de las víctimas ofreciendo reconocimiento
y rehabilitación por las injusticias cometidas en su contra. Esta
experiencia ha demostrado que un apoyo adecuado puede ayudar a que las
víctimas traumatizadas empiecen a reconstruir sus vidas, pero también
hacen visibles a las muchas otras víctimas que han sido defraudadas por
sus Estados y que no reciben ayuda de ninguna clase.
Por tanto, hoy día la CIDH y el IRCT instan a todos los Estados de las
Américas a que hagan de la reparación y la rehabilitación una prioridad
política y financiera para que las víctimas de la tortura en la región
puedan recibir apoyo para reconstruir sus vidas después de haber sido
torturadas.
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