SE RECORDÓ EN BELÉN LOS 40 AÑOS DE LA DESAPARICIÓN FÍSICA DE UNA MILITANTE POPULAR.
Belén, Catamarca, Argentina, UNASUR-CELAC, EL EMILIO. De nuestra redacción.
EL
PASADO 27 DE ENERO PASADO Y AL CUMPLIRSE 40 AÑOS, SE RECORDÓ EL DIA DEL
SECUESTRO Y DESAPARICIÓN FÍSICA DE LA MILITANTE BELICHA NELLY YOLANDA
BORDA HECHO OCURRIDO EN EL DOMICILIO DE LA VÍCTIMA EL 27 DE ENERO DE
1977 EN PLENA DICTADURA CIVICO-MILITAR.
En una
sencilla pero emotiva ceremonia que se realizó frente del domicilio
familiar de la militante popular Nelly Yolanda Borda -lugar del hecho-,
secuestrada el 27 de enero de 1977 por un grupo de tareas de la entonces
gobernante dictadura cívico-militar y quien aun hoy se mantiene
desaparecida, ceremonia que fue acompañada por vecinos, organizaciones
de DD.HH. y funcionarios locales y provinciales que conformaron ese casi
centenar de presentes, se recordó aquel lamentable hecho.
A las
emocionadas semblanzas que trazaron sus familiares y amigos, se le
sumaron alocuciones con fuerte tono político de algunos dirigentes y
funcionarios locales y provinciales entre los cuales se destacaron los
dichos del presidente del Concejo Deliberante de la Ciudad de Belén
Ricardo “Tamalito” Carrizo quien en un tono de claro señalamiento
autocrítico como ciudadano de Belén, marcó los rasgos de
responsabilidades sociales e institucionales que hechos como el
recordado tienen en términos históricos.
Luego y en
un emotivo discurso pronunciado en el tono coloquial que lo caracteriza,
habló el Secretario de Derechos Humanos de la hermana Pcia. de la Rioja
Delfor “Pocho” Brizuela quien llegó al lugar acompañado de una nutrida
delegación de compañeros riojanos.
Brizuela,
como viejo militante peronista y discípulo de aquel entrañable cura
luchador por la dignidad humana -Monseñor Angelelli, asesinado por la
misma dictadura en su Pcia.- hizo una clara y férrea defensa de las
políticas sobre Derechos Humanos que hoy se están desmantelando y que
llevaron adelante los gobiernos peronista de Néstor y Cristina Fernández
de Kirchner desde el 2003 al 2015. Marcó sin pruritos su total
oposición a las políticas que en la materia ejecuta abierta o
solapadamente el gobierno neoliberal nacional PRO con Mauricio Macri
como el más claro responsable. Señaló como ejemplos de su afirmación el
parate que están sufriendo diversas causas que los fueros federales
venían llevando en materia de enjuiciamiento por crímenes de lesa
humanidad a represores de aquella dictadura, en no pocos casos con
fallos condenatorios a perpetua que ciertas “cámaras” federales, ante
apelaciones presentadas por los defensores de los criminales, están
revertiendo dichas condenas dejándolos en libertad, en una clara
identificación ideológica de una parte del Poder Judicial con el
gobierno de derecha que maneja el país y que tiene en sus funcionarios y
empresarios amigos a no pocos civiles instigadores e implicados como
responsables intelectuales de los asesinatos cometidos por aquella
dictadura. No se privó de marcar también la complicidad mediática que
aquellos hechos tuvieron a nivel nacional y provincial y que no pocos de
ellos hoy gozan de total impunidad para difamar a cualquier oposición
política que se le haga al gobierno nacional PRO atacando incluso a
gobiernos provinciales peronistas que no quieran “disciplinarse” a los
mandatos y directivas de “ajuste” del presidente Macri; operando como lo
hace el monopolio mediático Clarín a quien pareciera pretenden servir.
Cabe
recordar que no pocos dirigentes radicales provinciales que hoy
conforman la Alianza FCS-PRO participaron directamente como funcionarios
y/o acompañantes de las autoridades de aquel criminal PRN (Proceso de
Reorganización Nacional) que intervino la Pcia. en ese nefasto período
que asoló el país. Muchos de ellos se sumaban alegremente al coro que
sostenía que “Catamarca fue una Isla porque aquí no hubo Terrorismo de Estado”.
Luego se
proyecto un fragmento del Film “El jardín de Juan Ctkhaeliemin” del
cineasta catamarqueño Victor Leopoldo Martinez (director de nuestra
publicación) donde se ficcionó aquel secuestro y que aparece en el film
como parte de la trama argumental que traza un paralelo entre los
destinos de aquel bravo cacique lugareño del siglo XVII y la militante
local de los “70” del siglo XX.
Finalmente
se descubrieron la baldosa colocada en la vereda de la casa y el cartel
de señalamiento como lugar histórico, iniciática del propio Delfor
Brizuela, quien además con su habitual generosidad fue el responsable de
donar y llevar al lugar dichos elementos.
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