Un
estudio de la consultora CEOP advierte que hace un año los oficialistas
superaban a los opositores por cuatro puntos y hoy están abajo por 23.
Entre diciembre y enero hubo un salto en la preocupación por el
desempleo.
El
gobierno nacional se mueve en aguas turbulentas. Y las aguas se van
tornando, a un ritmo sostenido, cada vez más turbulentas. Hace un año,
los que se declaraban oficialistas (40 por ciento) eran más que los que
se declaraban opositores (36 por ciento). Ya desde hace varios meses la
diferencia es abismal, con los opositores superando a los oficialistas
en 10 puntos. Pero el dato clave es que en diciembre y enero hubo un
fuerte movimiento en la autodefinición de los ciudadanos: creció siete
de puntos, una enormidad, la cantidad de argentinos que se definen como
opositores. Y, simétricamente, se derrumbaron cinco puntos los que se
consideran oficialistas. El saldo es que al llegar febrero de 2017, los
opositores superan a los oficialistas en 23 puntos, lo que significa un
deterioro de 27 puntos en un año: pasó de +4 en febrero de 2016 a -23 en
febrero de 2017. Este proceso de turbulencia no se percibe tan
claramente en la imagen de Mauricio Macri, que va cayendo, pero en forma
lenta. Lo que sucede es que quienes lo votaron, en la mayor parte lo
justifican en que “es difícil”, “recibió una pesada herencia”, “no es
fácil gobernar” y argumentos similares, pero al mismo tiempo, los que
son políticamente independientes, van dejando de considerarse
oficialistas, mientras que los que antes no se consideraban ni
opositores ni oficialistas, se van enojando y se pasan a autodefinir
como opositores. Este cuadro de situación sienta bases en el año
electoral, aunque todavía falten muchos meses para los comicios (ver
aparte). Varios consultores le habían adelantado a este diario en
septiembre y octubre de que el gobierno tendría una complicación en las
encuestas en enero. La explicación era que el ciudadano común se vería
en dificultades para afrontar las vacaciones, reduciendo los días,
produciendo un recorte de gastos e incluso teniendo que prescindir de
ese esparcimiento anual.
Más allá de autodefiniciones, imágenes e intenciones de voto, los
ciudadanos se definen sobre una serie de cuestiones de transcendencia:
pegó un salto la preocupación por el desempleo, sigue en alza la
cuestión de la inseguridad como principal inquietud, la desconfianza en
la justicia es generalizada, hay una tendencia hacia el punitivismo a
los menores y es mayoritaria la postura de endurecer la legislación
respecto de los extranjeros (ver aparte).
Las conclusiones surgen de la última encuesta –especial para
PáginaI12– realizada por el Centro de Estudios de Opinión Pública
(CEOP), que lidera el sociólogo Roberto Bacman. En total se
entrevistaron 1200 personas en todo el país, respetándose las
proporciones por edad, sexo, nivel económico y lugar de residencia. Las
entrevistas fueron telefónicas.
Cambios
“La estrategia de marketing que sustentó a la campaña de Cambiemos
–explica Bacman–, logró potenciar a un electorado abiertamente
antikirchnerista (que aún mantiene) y al segmento de los independientes
que percibían una suerte de necesidad de cambio. Mauricio Macri tuvo la
capacidad de representarlo. Obviamente mucha agua ha corrido por debajo
del puente y en poco tiempo, apenas trece meses. Los argentinos van
perdiendo la paciencia y los oficialistas cada vez son menos, al tiempo
que, concomitantemente, crecen los independientes y los opositores”.
Para el CEOP no se produce sólo esa mutación de oficialistas que
pasan a ser independientes e independientes que pasan a ser opositores,
sino que hay un movimiento sutil de afirmación dentro mismo de los
opositores: “para mayor preocupación del gobierno, el núcleo duro
opositor, allí donde anidan los votantes kirchneristas puros, llegó en
esta última medición a un 25,3 por ciento”.
Imagen
Las opiniones positivas y negativas de Macri, lo que se llama imagen,
no cambió mucho en los últimos meses. Se mantiene en cifras parecidas:
un 42 por ciento opina bien o muy bien del Presidente y un 55 por ciento
opina mal o muy mal del mandatario. Es un saldo negativo de 13 puntos.
Cuando se pregunta sobre la gestión del gobierno de Cambiemos, los
números empeoran algo: los críticos suman un 57 por ciento. Eso
significa que casi seis de cada diez argentinos no ve con buenos ojos lo
que está haciendo la alianza gobernante. El dato que resalta en esta
materia es que Macri perdió 16 puntos de imagen positiva desde que
asumió y ocho puntos en el último año.
En materia de preocupaciones, la inseguridad volvió al tope del
ranking, sobre todo porque hay una fuerte cobertura de los casos de robo
o asesinatos por parte de los medios de comunicación. El resto de los
temas –economía, corrupción, inflación, educación, salud– mantienen sus
números de los meses anteriores.
Entre diciembre y este mes se verifica un nuevo pico de la
preocupación por la desocupación. En estudios anteriores ya se vió que
cuatro de cada diez personas ven su puesto de trabajo en peligro, en
muchos casos porque perciben que la empresa para la que trabajan vende
menos o está en dificultades. La desocupación como principal
preocupación saltó este mes del 20 al 27 por ciento.
“Se transitó un enero con complicaciones económicas –analiza Bacman–:
aumento de combustible, prepagas y tarifas, van a golpear
irremediablemente en la inflación del primer mes del año. Además, un
importante segmento de los sectores bajos y medios de nuestro país hasta
tuvieron que resignar sus vacaciones. Los tiempos no están para tirar
manteca al techo. No debe sorprender que hasta el momento, esta última
temporada haya sido calificada por los operadores turísticos de dicha
zona como una de las peores en la costa argentina”.
Calificaciones
Al cumplirse un año de su gobierno, en diciembre, Macri se
autocalificó con un ocho. Bacman contrapone cifras muy distintas: “desde
el mes de septiembre del año pasado, el Índice de Satisfacción
Ciudadana (ISC) arroja un promedio de 4 puntos, el cuál desagregado por
rangos muestra un nivel de insatisfacción significativo: 58,4 por ciento
de los encuestados son los que se acumulan en una calificación que va
de 1 a 4 puntos. Para estos argentinos, la gestión liderada por Macri ni
siquiera obtuvo un aprobado. La peor nota obtenida por la actual
gestión se encuentra en el ámbito de la economía: allí ni siquiera
aprueba ya que obtiene 3.58 puntos y apenas pasa los 4 puntos en las
dimensiones políticas y económicas. Si esto no cambia, los problemas
tenderán a profundizarse”.
“La economía no logra satisfacer a los ciudadanos argentinos
–redondea el titular del CEOP– y en ningunos de los tres indicadores que
componen esta dimensión del índice llega al mínimo aprobado: 3,93 en
eficiencia en el manejo de la economía, 3,41 en distribución de la
riqueza (reafirma desde otra perspectiva la idea de que este es el
gobierno de los ricos) y 3,40 en disminución de la pobreza (¿quién se
acuerda al día de hoy de la consigna de pobreza cero, una de las
promesas más rimbombantes de la campaña de Cambiemos?)”.
Clave
Parece evidente que Macri arranca el año político-electoral en las
aguas turbulentas marcadas por la encuesta. El miércoles vuelve la
actividad en Tribunales con lo cual el gobierno contará con la fuerza de
choque judicial que volverá a poner sobre el tapete “la pesada
herencia” y las acusaciones contra el gobierno anterior, incluyendo
causas descabelladas como la de dólar futuro, la traición a la patria y
ahora el “audio pelotudo”.
A priori no parece suficiente. La clave estará en la economía. La
combinación entre tarifas en fuerte aumento, inflación, atraso de los
sueldos y reducida actividad económica son factores que aparecen en el
horizonte. En el año electoral, Cambiemos necesita revertir ese cuadro
para que el fenómeno de crecimiento de opositores y caída de
oficialistas no se convierta en un resultado en las urnas. raulkollmann@hotmail.com
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