La destitución de la Presidenta de la hermana República Federativa de Brasil, es la ejecuciòn creciente del nuevo paradigma colonial.
El imperialismo y sus socios locales, en cada estado soberano del continente, no toleran gobiernos populares en su origen y en su ejercicio, y por eso avanzan en jaquear y atentar contra la soberania popular.
Lo sucedido con la presidenta Dilma, es un atentado mortal a la democracia bajo formas amañadas y manipuladas de constitucionalidad, por sectores políticos representantes y defensores de las nuevas oligarquias, que distorsionan el sistema democrático, reduciéndolo a formas vacias de contenido popular.
Por eso, las fuerzas democráticas y populares, no podemos ser indiferentes a esta avanzada de atropello y burla a las desiciones Soberanas del Pueblo.
De lo contrario, seremos espectadores e incluso cómplices de la destrucción de los valores éticos, politicos y culturales de la democracia, los derechos humanos, la inclusión social, la independencia y la justicia social.
Con la destitución de Dilma, las oscuras fuerzas reaccionarias y antipopulares del continente asestan un golpe mortal al conjunto de nuestros pueblos.
Reaccionemos con la energía del amor a la legalidad y legitimidad democrática, con la conciencia de Patria Grande, en defensa de una América del Sur, digna y libre.
Nuestra solidaridad con el pueblo brasileño y con su presidenta legitima, Dilma Rouseff.
A no bajar los brazos y estar despiertos y activos para que no nos roben la democracia y la esperanza.
Délfor "Pocho" Brizuela
Secretario de Derechos Humanos de la Provincia de La Rioja
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