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viernes, 2 de septiembre de 2016

Tinkunaco 2.003/16 - Re: Boletín diario del Portal Libertario OACA





Boletín diario del Portal Libertario OACA

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Posted: 01 Sep 2016 04:41 AM PDT
Insistimos, desde el anarquismo, en la solidaridad como nexo social, lo que implica el ejercicio de ser libre en cada individuo y la posibilidad de que esa convivencia se produzca en paz.
Kant afirmó, ante la cuestión de si nuestros actos espontáneos y libres acaban con la destrucción de la sociedad,  que el nexo social forma parte de nuestra naturaleza. De esta manera, según el filósofo alemán, el hombre avanza moralmente mediante el uso de su razón, por lo que existiría una especie de determinismo positivo hacia el perfeccionamiento. Hay que insistir en la fe de Kant en el progreso; no se habría producido un paso brusco del estado de la naturaleza al estado civil, son necesarios unos cuantos pasos previos antes de la aparición de la moralidad.
Sin embargo, ante aquella pregunta, el anarquismo insistirá en proponer la solidaridad como forma de cohesión social. El código genético del anarquismo, gracias a Kropotkin, sabe que la sociabilidad (concretada en el apoyo muturo) es una ley de la naturaleza, tan poderosa al menos como el llamado combate por la supervivencia. La propuesta de la solidaridad, como factor predominante en la vida social, no supone, como solemos escuchar a menduo, un "optimismo antropológico" ni niega las complejidades de la realidad del ser humano. Se trata de una alternativa a esta especie de socialdarwinismo a que nos obliga el capitalismo. Creo poder afirmar que ningún pensador anarquista ha tenido una confianza extrema en una supuesta naturaleza benévola del ser humano. No se trata de convertir en buenos a todos los seres humanos, sino de que la sociedad no los envilezca, los haga todavía peores.
No hay ningún afán homogeneizador en afirmar que alguien que se considere anarquista solo puede confiar en la solidaridad y el apoyo mutuo como factor predominante de la convivencia social. Debemos insistir en ello y reproducir, en la medida que nos sea posible, lo que consideraríamos esa sociedad anarquista en cualquier ámbito de nuestra existencia. No es ensalzar al ser humano, se trata de potenciar lo que consideramos que sí forma parte de su naturaleza: la sociabilidad. Recordaremos una vez más que, para el anarquismo, el concepto de libertad solo cobra sentido dentro de la sociedad. Aristóteles hablaba del hombre como "animal político", algo repetido por Bakunin en diversas ocasiones, y creo que muy asumido por la moderna disciplina de la sicología social. Sin embargo, si podemos entender de esta manera que la posibilidad de organización social existe en cada uno de nosotros, no así el Estado o cualquier forma de organización externa al ser humano. Lo necesario es la sociedad, no el Estado.
Para Bakunin, resultaba absurda la idea contractualista, del hombre como previo a la sociedad. La metáfora de una serie de hombres en estado natural como creadores de las sociedad mediante un pacto, se convierte en irrisoria en la práctica. El hombre nace ya en el seno de una sociedad, y de alguna manera determinado por ella. De la manera que fuere, lo que hace al individuo desarrollarse (pensar, hablar, amar, desear...) es la sociedad. El hombre aislado es para el anarquista ruso una ficción, una abstracción similar a la idea de Dios. Recordaremos la idea del auténtico individualismo, el que supone autonomía e independencia en cada persona y reconocimiento de las mismas cualidades en los otros.
Por el contrario, el individualismo aislado (aunque se dé también en formas sociales, en la que se prima el lucro material y el utilitarismo) se muestra como impotente e incapaz de relacionarse auténticamente con los otros. En este punto, llegamos a la frontera entre liberalismo y anarquismo, ya que el primero vincula la libertad con la propiedad y se verá determinado a relacionarse con los demás de forma estrictamente mercantil. Tal y como lo expresaba Bakunin, las relaciones motivadas por necesidades económicas, y no sancionadas o apoyadas por una necesidad moral, solo puede recibir el nombre de explotación. Una sociedad, la burguesa (hay que seguir empleando este nombre, aunque a algunos les suene algo anacrónico, seguimos en ese estado en el que se prima la competencia y siguen existiendo explotadores y explotados), estructurada a partir de un individualismo utilitarista y del ánimo de lucro, en el que hay una evidente carencia de solidaridad (más allá de poses mediáticas sin excesivo contenido), solo puede recibir el nombre de darwinismo social.
Podemos reivindicar la herencia kantiana, a través de Bakunin: el ser humano no es un objeto que lo utilizamos como medio, es un fin en sí mismo. Se trata de una reivindicación de la dignidad humana, pero no en abstracto, sino reconociendo esa posibilidad en cada individuo. La libertad y autonomía de cada ser humano solo cobra sentido en una comunidad de hombres libres. Frente a la visión que reduce la sociedad a una mera satisfacción de las necesidades primarias de subsistencia, se reinvidican los rasgos morales que alcanzan su plenitud en la vida social. Libertad y autonomía, por otra parte, son dos conceptos íntimimamente vinculados: hombres que no deséen dominar ni ser dominados, que piensen por sí mismos sin repetir lo que dicen otros, que sean capaces de alcanzar la mayoría de edad.  No hay ninguna división entre teoría y praxis: se presupone que el ser humano libre, capaz de afirmar "yo pienso", es capaz por encima de todo del "yo actúo" de forma libre y espontánea.
Capi Vidal

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Posted: 01 Sep 2016 04:37 AM PDT
Traducción de Juan Pethboc Imaihekhaoz del texto de Christopher Scott Thompson para Gods and Radicals, julio de 2016
En España antes de la Guerra Civil, el anarquismo fue conocido como “la Idea”, y lxs activistas anarquistas tenían una reputación de austeridad casi monástica de autodisciplina. A pesar de estos tintes semi-religiosos, la mayoría de ellxs eran ateos y muchxs fueron militantemente hostiles a la religión organizada. El movimiento anarquista de hoy todavía incluye muchxs atexs, pero también una gran minoría de personas religiosas — incluyendo paganxs. El anarquismo pagano es una realidad, un hecho que probablemente sorprenderá a muchos de los últimos partidarios de “la Idea.” Entonces, ¿qué es el anarquismo pagano?
Tanto el paganismo como el anarquismo son dos conceptos difíciles de definir, ya que muchas personas atribuyen diferentes significados para cada uno. Para entender cómo estas dos ideas pueden trabajar juntas, primero tenemos que entender lo que significan cada una por separado.
El “Paganismo”, en particular, puede significar muchas cosas diferentes. Muchas de las personas que usan esta palabra en la actualidad hacen referencia a un tipo particular de religión pagana basada probablemente en la Wicca. Muchos de ellos ni siquiera son conscientes de que los términos “paganos” y “Wicca” no son sinónimos, o que existen tipos de paganismo con poca similitud con la Wicca. Los eruditos a menudo usan la palabra “pagano” para referirse a las religiones politeístas de la Europa precristiana, algunas de las cuales eran totalmente organizadas con el apoyo del Estado. Los paganos reconstruccionistas modernos miran a estas antiguas formas de politeísmo como inspiración para reconstruir sistemáticamente estas prácticas antiguas.
Estoy usando la palabra en un sentido más amplio, para referirme a las prácticas religiosas y mágicas populares que se centraron en los espíritus de la naturaleza, las hadas, los muertos y los dioses. El Paganismo en ese sentido no terminó con la conversión cristiana, porque nunca se limitó a la “religión organizada” en primer lugar. Muchas personas en Europa continuaron dejando ofrendas para las hadas y los muertos durante siglos después de la conversión oficial al cristianismo. Ellos no pensaban en sí mismos como “paganos” en ningún sentido formal, sino que seguían pensando en el mundo que les rodeaba como un lugar lleno de espíritus y sus prácticas espirituales diarias reflejaban esta visión del mundo. Todavía creían en reinas y reyes hadas, entidades que habrían sido entendidos como dioses antes de la conversión cristiana. También conservaban una visión del mundo semi-politeísta en la veneración de los santos, muchos de los cuales no fueron reconocidos como santos oficialmente por la Iglesia y algunos de los cuales fueron originalmente dioses precristianos.
Los Campesinos que resistían al feudalismo recurrieron a veces a esta tradición de magia y culto a los espíritus como forma de ayuda en contra sus opresores. Por ejemplo, Emma Wilby en sus Visiones de Isobel Gowdiedocumenta cómo se utilizaron las creencias populares sobre los hadas y los muertos fueron usados por los practicantes de magia en la Escocia del siglo 17 al maldecir a los propietarios de tierras feudales.
Durante el tiempo de los recintos, los rebeldes en Irlanda se describían a sí mismos como seguidores de la reina de las hadas Sadhbh, enojados por el cercamiento de los bienes comunes. Hay una serie de relatos similares de otras áreas que demuestran que las prácticas mágicas y religiosas no eran simplemente “el opio del pueblo”, sino que estas podían ser invocadas para inspirar luchas en contra la opresión.
Así que cuando hablo de “paganismo”, no estoy hablando necesariamente de la Wicca y no estoy hablando necesariamente de una meticulosa reconstrucción del politeísmo precristiano. Estoy hablando de las prácticas religiosas y mágicas de la gente común — centrada en los espíritus de hadas, las entidades muertas y otras tales como santos o dioses. Estas prácticas coexistían con la religión organizada; aunque separada de ella, aún antes y después de la conversión cristiana. Las personas cultivaban relaciones con los espíritus de la naturaleza, los espíritus de los muertos y otras entidades en busca de ayuda con sus problemas diarios, incluyendo el cómo resistir efectivamente la opresión. Cuando se combina este tipo de prácticas espirituales con el anarquismo, obtenemos el anarquismo pagano. Entonces, ¿qué es el anarquismo?
La mayoría de las personas interpretan la palabra “anarquía” que significa “una sociedad sin gobierno”, pero a pesar de que una sociedad anarquista no tendría un gobierno tal como lo concebimos ahora mismo, ese no es realmente el origen de la palabra. La palabra proviene del prefijo griego an que significa “sin” y Arkhos que quiere decir “gobernante”. En otras palabras, no hay jefes.
Me gustaría sugerir que se trata de una forma más útil para entender la palabra, ya que nos ayuda a clarificar lo que la anarquía es y lo que no lo es.
Cuando pensamos en la palabra “anarquía” en el sentido de “no hay jefes,” está claro que muchas de las ideas a las que se han referido como tipos de anarquismo realmente no deben ser descritos de esa manera. Si quieres vivir en un mundo de Mad Max de amos y guerreros, no eres unx anarquista. Una sociedad fracturada de bandos armados que sirven a señores de la guerra no es una sociedad sin jefes — es una sociedad con demasiados de ellos! — Una sociedad anarquista tendría que rechazar la regla de los tiranos incluso si estos son locales.
Si quieres vivir en un mundo donde cualquiera puede hacer lo que quieran en cualquier momento, incluso si eso significa lastimar o violentar a otras personas, no eres unx anarquista. Una sociedad en la que a los agresores se les da rienda suelta no es una sociedad sin jefes — es una sociedad en la que cualquier sociópata puede convertirse en tu jefe si simplemente posee más poder. Una sociedad anarquista tendría que rechazar enérgicamente todas las formas de dominación y maltrato.
Si quieres vivir en un mundo donde los negocios no son regulados solo porque no hay gobierno, no eres unx anarquista. Una sociedad con un “mercado libre”, pero sin gobierno no es una sociedad sin jefes — es una sociedad en la que tu jefe es todopoderoso y no hay nada que puedas hacer al respecto porque tus únicas opciones son obedecer o morir de hambre. Una sociedad anarquista tendría que rechazar el sistema económico capitalista.
Así que no hay tantos tipos diferentes de anarquismo como podría parecer. Hay varias filosofías políticas que se oponen al Estado, pero no necesariamente a otros tipos de dominación y opresión — el llamado nacional-anarquismo, el anarcocapitalismo y así sucesivamente.- Ninguna de estas filosofías debería ser descrita lógicamente como formas de anarquismo, porque ninguna de ellas pretende deshacerse de lxs Jefes.
También hay variedades de anarquismo que critican el pensamiento anarquista desde una perspectiva u otra, como el anarco feminismo o el anarquismo Queer. Estos movimientos no rechazan los valores fundamentales del anarquismo de la manera que el anarcocapitalismo lo hace. En cambio llaman a otrxs anarquistas a examinar más a fondo las consecuencias de dichos valores.
Por último, también hay una fuerte tradición del anarquismo individualista. Personalmente lo veo más como una diferencia de énfasis que un desacuerdo fundamental. Todas las filosofías anarquistas tienen como objetivo dar a las personas el mayor rango posible de la libertad personal.
Sin embargo, no todo el mundo valora la libertad lo suficiente como para respetar la libertad de los demás. Cuando otras personas no respetan tu autonomía, puedes enfrentarse a ellos por su cuenta si eres es lo suficientemente fuerte, sin embargo no siempre se es lo suficientemente fuerte. La única manera en que puedes asegurar tu autonomía es protegiendo activamente la de los demás. Respetar su autonomía de forma pasiva (como en el Libertarismo de derecha) no es suficiente, ya que todavía les deja sin ayuda directa contra los agresores y depredadores — Si quieres autonomía, debes tener la solidaridad.
La única manera para que la gente a resista con éxito a la tiranía de los aspirantes a señores de la guerra, los depredadores sociópatas y explotadores capitalistas es estar juntos, en el principio de que “un ataque contra uno es un ataque contra todos.” Eso significa que el anarquismo es lógicamente una forma del comunismo.
Algunos anarquistas utilizan la palabra anarco-comunismo. Esto suena como si describiese una secta en particular dentro del anarquismo, pero en mi opinión, realmente sólo aclara lo que la palabra “anarquismo” implica lógicamente.
Algunas personas tienen más de lo que necesitan mientras que otros luchan, por ende, las personas que tienen más de lo que necesitan, obviamente, se convertirán en los jefes.
Si deseas crear una sociedad sin jefes, tienes que deshacerte de la desigualdad económica — y eso significa deshacerse de la propiedad privada y la restauración de los bienes comunes. La propiedad personal como tu propio espacio vital por ejemplo, no sería un problema para una sociedad sin jefes, pero la propiedad privada más allá de lo que se puede utilizar personalmente tendría que ser un concepto no reconocido por la sociedad. Si cualquier persona tratase de reclamar más de lo que necesita para su uso personal, otras personas estarían en libertad de simplemente ignorar su petición.
Una sociedad sin jefes todavía tendría que tener una manera de hacer las cosas. La única manera de hacer las cosas cuando nadie tiene el poder de decir lo que los demás deben hacer es reunirse y hablar. Se puede hablar hasta que todxs estén de acuerdo en un curso de acción, en cuyo caso habría un consenso. O bien, se puede hablar por un tiempo y realizar una votación al respecto. Por lo tanto, una sociedad sin jefes tendría que ser directamente democrática.
No hay manera de dirigir una sociedad democrática en una escala masiva, por lo que una sociedad sin jefes tendría que ser descentralizada. Sin embargo, si no hay manera alguna para que pequeñas comunidades sean completamente independientes, estas podrían trabajar con otras similares en una especie de federación. Una sociedad anarquista sería una federación de asambleas populares democráticas con ningún concepto de propiedad privada. Esta es la sociedad descrita por la mayoría de los principales pensadores anarquistas, aunque los detalles varían.
Esto en cuanto a la teoría. Por alguna razón, los anarquistas han desarrollado una mala reputación para el dogmatismo sectario. Si buscas “anarquismo” en línea, encontrarás muchos debates argumentados densamente sobre los puntos más pequeños de la doctrina anarquista. Esto es un poco ridículo — en una sociedad sin jefes, ¿cómo puede posiblemente ser un sistema perfecto?
Creo que el anarquismo debe entenderse en sentido amplio, en los términos que se dan aquí, pero que cualquier tipo de dogma anarquista pre-establecido anarquista es una contradicción por si mismo. Cualquier proyecto revolucionario basado en los principios de autonomía y solidaridad es un paso en la dirección correcta, y superficialidades sobre el sistema exacto y lo que es “verdaderamente anarquista” son una pérdida de tiempo. Ni siquiera importa lo que las personas involucradas en el proyecto llaman “anarquismo” o no. Si se manifiestan los principios generales de apartarse de la subordinación y se enfoca en el “poder desde abajo”, entonces los anarquistas deberían darle su apoyo.
En mi opinión, no hay que pensar en el anarquismo como una doctrina o un sistema, sino como una crítica de todos los sistemas existentes — incluyendo los creados o apoyados por los anarquistas. El anarquismo es una aproximación a la filosofía política en la que se toma una postura crítica frente a todas las demandas de autoridad, y aboga por la descentralización, igualdad, autonomía y la toma de decisiones comunitaria. Nunca puede convertirse en un proyecto acabado; la revolución debe ser perpetua.
Si el anarquismo fuese un sistema o dogma, nunca podría alcanzar sus objetivos sin necesidad de convertir a la mayoría de la gente a su causa. Esto no es solo poco probable, sino también innecesario. En tiempos de caos y la caída de los imperios, hay dos maneras diferentes en los que la gente puede potencialmente responder — siguiendo a los amos de la guerra y pequeños mafiosos, o trabajando juntos en un espíritu de ayuda mutua y cooperación. La historia proporciona ejemplos de ambos; no hay nada escrito en piedra. Como seres humanos, tenemos que elegir qué camino que tomaremos.
Debido a que los seres humanos tienen una capacidad instintiva para la ayuda mutua, simplemente no es necesario convertir a todxs al anarquismo. En las circunstancias adecuadas, las personas abrazarán estructuras comunales de ayuda mutua y toma de decisiones independientemente de si se consideran a sí mismos anarquistas o no. Por ejemplo, la mayoría de personas involucradas en el movimiento de ocupación no se habrían identificado como anarquistas y aún así ocupan utilizado un modelo anarquista de la toma de decisiones. El papel del anarquista es para criticar la autoridad y la promoción de la autonomía y la solidaridad, pero no para tratar de llevar a nadie a nada.
Definiendo paganismo y anarquismo, como lo he hecho aquí, cómo pueden las dos ideas trabajan juntas? Todo se reduce a tu experiencia con los espíritus. Si nunca haz interactuado con los espíritus y percibes el mundo en términos puramente mecánicos, entonces es posible que veas las prácticas espirituales como una forma de superstición y de apoyo a diversas formas de opresión. Si interactúas con los espíritus y percibes el mundo como lleno de estxs, entonces puedes establecer relaciones con los espíritus del mismo modo que se puede con los seres humanos o animales. Las prácticas paganas son simplemente formas de interactuar con los espíritus que nos rodean, formas de estar en relación con ellxs. Esto tiene implicaciones políticas.
Por ejemplo, si el mundo es un lugar muerto y mecánico para ti, puedes hacer estallar una montaña para obtener el carbón en su interior sin preocuparte sin preocuparte por nada más allá de las implicaciones prácticas de esto. Si la montaña es vista como un ser vivo, imbuido de espíritu, y un hogar de un número de otros espíritus, entonces ya no puedes hacer eso. Hay que respetar la autonomía del mundo de los espíritus junto con el del mundo humano. Tienes que estar en solidaridad para resistir y derrotar a cualquiera que trate de volar la montaña.
Si un río es sólo un cuerpo de agua, se puede volcar veneno en él sin tener que preocuparse por otra cosa que no sea la necesidad de beber de esa agua después. Es un asunto completamente diferente si se piensa en ella como el envenenamiento de una diosa.
Si el mundo en su conjunto es sólo una roca donde nos ha tocado vivir, podemos utilizar y explotar todo lo que encontramos en esa roca hasta que no haya nada más que utilizar. Por supuesto, nos moriríamos a continuación — pero es siempre fácil olvidarse del mañana y pensar sólo en la actualidad. Si el mundo como un todo está vivo y lleno de espíritu, tratar todo como un objeto explotable comienza a parecer el crimen más grande en toda la historia.
Aunque la mayoría de los paganos modernos no son anticapitalistas, existe una contradicción fundamental entre la visión del mundo pagano y capitalistas. La visión del mundo del capitalismo es sociópata — que trata a todo y a todos como un objeto para ser utilizado- La visión del mundo del paganismo es relacional — no sólo no trata a personas o animales como meros objetos, sino que no trata a nada más como un mero objeto.
Las anteriores formas de anarquismo eran ateas porque la religión organizada era una fuerza de opresión. La gente va a seguir teniendo experiencias espirituales de todos modos, así que tal vez la respuesta no es negar esas experiencias sino reconocerlas y celebrarlas. Si la religión organizada es el opio del pueblo, la religión mágica puede ser nuestra medicina — sanándonos y dándonos la fuerza para luchar por un mundo mejor.

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Posted: 01 Sep 2016 03:56 AM PDT
El antidesarrollismo por un lado sale del balance crítico del periodo que se cierra con el fracaso del viejo movimiento obrero autónomo y con la reestructuración global del capitalismo; nace pues entre los años setenta y ochenta del siglo XX. Por otro lado, se manifiesta tanto en el incipiente intento de ruralización de entonces como en los estallidos populares contra la permanencia de fábricas contaminantes en los núcleos urbanos y contra la construcción de centrales nucleares, urbanizaciones, autopistas y pantanos. A la vez, es un análisis teórico de las nuevas condiciones sociales auspiciadas por la ideología del progreso y el desarrollismo capitalista, y una lucha contra sus consecuencias. Es pues un pensamiento crítico y una práctica antagonista nacidos de los conflictos provocados por el desarrollo en la fase última del régimen capitalista, la que corresponde a la fusión de la economía y la política, del Capital y el Estado, de la industria y la vida. En resumen, la que corresponde a la sociedad de masas.
A causa de su novedad, y también por la extensión de la sumisión y la resignación entre las masas desclasadas, reflexión y combate no siempre van de la mano; una postula objetivos que el otro no siempre quiere asumir: el pensamiento antidesarrollista formula intereses generales y pugna por una estrategia global de confrontación, mientras que la lucha a menudo no sobrepasa el horizonte local o sectorial y se reduce a tacticismo, lo que solamente beneficia a la dominación y a sus partidarios. Esa separación es responsable de que la lucha se oriente hacía una modificación de las condiciones capitalistas, no hacia un anticapitalismo. Los medios contradicen a los fines porque as fuerzas movilizadas casi nunca son conscientes de su tarea histórica, mientras que la lucidez de la crítica tampoco consigue iluminar siempre las movilizaciones.
El mercado mundial transforma la sociedad continuamente de acuerdo con sus necesidades y sus deseos. El dominio formal de la economía en la antigua sociedad de clases se transforma en dominio real y total en la moderna sociedad tecnológica de masas. Los trabajadores masificados ahora son ante todo consumidores. La principal actividad económica no es industrial, sino administrativa y logística (terciaria). La principal fuerza productiva no es el trabajo, sino la tecnología. En cambio, los asalariados son la principal fuerza de consumo. La tecnología, la burocracia y el consumo son los tres pilares del actual desarrollo. El mundo de la mercancía ha dejado de ser autogestionable. Es imposible de humanizar: primero hay que desmontarlo.
Absolutamente todas las relaciones de los seres humanos entre sí o con la naturaleza no son directas, sino que se hallan mediatizadas por cosas, o mejor, por imágenes asociadas a cosas. Una estructura separada, el Estado, controla y regula esa mediación. Así pues, el espacio social y la vida que alberga se modelan según las leyes de la mercancía, la tecnología, la burocracia y el espectáculo, particularmente las relativas a la circulación, el control y la seguridad, originando todo un conjunto de divisiones sociales: entre urbanitas y rurales, dirigentes y dirigidos, ricos y pobres, incluidos y excluidos, veloces y lentos, conectados y desenganchados, vigilantes y vigilados, etc. El territorio, libre de agricultores, es reordenado según las nuevas necesidades de la economía, convirtiéndose en una reserva de espacio urbano, en una nueva fuente de recursos (una nueva fuente de capitales), un decorado y un soporte de macroinfraestructuras (un elemento estratégico de la circulación). Esta fragmentación espacial junto con las divisiones sociales que la acompañan aparece hoy en forma de una crisis global que presenta diversos aspectos, todos ellos interrelacionados: demográficos, políticos, económicos, culturales, ecológicos, territoriales, sociales… El capitalismo ha rebasado sus límites estructurales, o dicho de otra manera, ha tocado techo.
La crisis múltiple del nuevo capitalismo es fruto de dos clases de contradicciones: las internas, que son causa de las divisiones aludidas y de fuertes desigualdades sociales; y las externas, responsables de la contaminación, del cambio climático, del agotamiento de recursos y de la destrucción del territorio. Las primeras no sobresalen del ámbito capitalista donde quedan disimuladas como problemas culturales, laborales, asuntos crediticios o déficit parlamentario. Las luchas sindicales, nacionales y políticas que les corresponden jamás plantean salirse del cuadro que enmarca al orden establecido; menos todavía se oponen a su lógica. Las segundas rebasan el área capitalista, revelando la naturaleza terrorista de la economía, por lo que apenas pueden camuflarse como problemas ambientales, ecológicos o agrarios: las contradicciones principales son pues las externas, bien producidas por el choque entre la finitud de los recursos planetarios y la demanda infinita que exige el desarrollo, bien por el choque entre las limitaciones que impone la devastación y la destrucción ilimitada a la que obliga el crecimiento continuo. La autodefensa ante el terrorismo de la mercancía y del Estado se manifiesta tanto como lucha urbana que rechaza la industrialización del vivir –o sea, como anticonsumismo–, que como defensa del territorio negando la industrialización del espacio. Los representantes de la dominación, si no pueden integrar ambas luchas bajo el ropaje de oposición “verde” y ciudadana, respetuosa con sus reglas de juego, la presentarán como un problema minoritario de orden público, para poder así reprimirlas y aplastarlas.
En un momento en que la cuestión social tiende a presentarse más nítidamente como cuestión territorial y un sujeto histórico tiende a constituirse como comunidad vecinal, sólo la perspectiva antidesarrollista es capaz de plantearla correctamente. De hecho, la crítica del desarrollismo es la crítica social tal como ahora existe; ninguna otra es verdaderamente anticapitalista, puesto que ninguna cuestiona la abundancia, el crecimiento o el progreso, los viejos dogmas que la burguesía traspasó al proletariado. Al revisar el papel de la resistencia y creatividad campesina en la historia, proporciona, en nombre de la Razón, una teoría histórica radicalmente antiprogresista: la historia se ralentiza con el desarrollo del Estado y no al contrario; los tiempos intensos transcurren en los años oscuros. Las grandes masacres de campesinos respondieron a los intentos por parte del Poder constituido de resistir a la historia, es decir, la memoria de abajo, y convertirla en conocimiento codificado del pasado muerto. Por otro lado, las luchas en defensa y por la preservación del territorio, mediante la segregación revolucionaria y la reordenación comunitaria del espacio, al sabotear el desarrollo económico y la burocratización política, hacen que el orden de la clase dominante se tambalee: en la medida en que consigan conformar un sujeto colectivo anticapitalista esas luchas no serán más que la lucha de clases moderna.
La conciencia social anticapitalista se desprende de la unión de la crítica y la lucha, es decir, de la teoría y la práctica. La crítica separada de la lucha deviene ideología (falsa conciencia); la lucha separada de la crítica deviene aventurerismo, vanguardismo o reformismo (falsa oposición). La ideología propugna a menudo un retorno imposible al pasado, lo cual proporciona una excelente coartada a la inactividad (o a la actividad virtual, que es lo mismo), aunque la forma más habitual de la misma sea desde el área económica marginal, el cooperativismo subvencionado o las redes consumistas –la llamada economía social; y desde el área política, el ciudadanismo (o populismo a la europea). La verdadera función de la praxis ideológica es gestionar el desastre. Tanto la ideología como el reformismo que es su necesaria secuela, separan la economía de la política para así proponer soluciones dentro del sistema dominante, bien sea en un campo o en el otro. Y ya que los cambios han de derivar de la aplicación de fórmulas económicas, jurídicas o políticas que desarrollen burocracias en los campos correspondientes, el reformismo niega la acción, que sustituye con sucedáneos lúdicos, convivenciales y simbólicos. Huye de un enfrentamiento real, puesto que quiere a toda costa compatibilizar su práctica con la dominación, o al menos aprovechar sus lagunas y resquicios para subsistir y coexistir. Quiere gestionar espacios aislados y administrar la catástrofe, no suprimirla.
La unión arriba mencionada entre la crítica y la lucha proporciona al antidesarrollismo una ventaja que no posee ninguna ideología: saber todo lo que quiere y conoce el instrumento necesario para ir a por ello. Puede presentar de modo realista y creíble una teoría unitaria de la historia, de la crisis y del sujeto, a la vez que los trazos principales de un modelo alternativo de sociedad, sociedad que se hará palpable tan pronto como se supere el nivel tacticista de las plataformas, asociaciones y asambleas, y se pase el nivel estratégico de las comunidades combatientes. O sea, tan pronto como los medios empleados se adecuen a objetivos finales; en fin, tan pronto como la fractura social pueda expresarse en todo el sentido con un “nosotros” frente a “ellos”. Los de abajo contra los de arriba.
Las crisis provocadas por las huidas hacia adelante del capitalismo no hacen sino afirmar a contrario la pertinencia del mensaje antidesarrollista. Los productos de la actividad humana –la mercancía, la ciencia, la tecnología, el Estado, las conurbaciones– se han complicado, independizándose de la sociedad e irguiéndose contra ella. La humanidad ha sido esclavizada por sus propias creaciones incontroladas. En particular, la destrucción del territorio debido a la urbanización cancerosa se revela hoy como destrucción de la sociedad misma y de los individuos que la componen. El desarrollo, tal como un dios Jano, tiene dos caras: ahora, las consecuencias iniciales de la crisis energética y del cambio climático, al ilustrar la extrema dependencia e ignorancia del vecindario urbano, nos muestran la cara que permanecía escondida. El estancamiento de la producción gasística y petrolera, anuncian un futuro donde el precio de la energía será cada vez más alto, lo que encarecerá el transporte, acarreará crisis alimentarias (acentuadas todavía más por el calentamiento global) y causará colapsos productivos. A medio plazo las metrópolis serán totalmente inviables y sus habitantes se encontrarán en la tesitura de escoger entre rehacer su mundo de otro modo o desaparecer entre las ruinas las megalópolis.
El antidesarrollismo quiere que la descomposición inevitable de la civilización capitalista desemboque en un periodo de desmantelamiento de industrias e infraestructuras, de ruralización y de descentralización, de descapitalización y desestatización, o dicho de otra manera, que inicie una etapa de transición hacia una sociedad justa, igualitaria, equilibrada y libre, y no un caos social de dictaduras y guerras. Con tal augusto fin, el antidesarrollismo trata de que estén disponibles las suficientes armas teóricas y prácticas para que puedan aprovecharlas los nuevos colectivos y comunidades rebeldes, germen de una civilización distinta, liberada del patriarcado, de la industria, del capital y del Estado.
Editorial #5 de la Revista Antidesarrollista y Libertaria Argelaga

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Posted: 01 Sep 2016 03:48 AM PDT
Cuando la incertidumbre es la única certidumbre, conviene tener utopías para sobrevivir. La crisis ha puesto de manifiesto que la ideología liberal no crea cohesión social, anula la capacidad de tensión crítica del pensamiento y solamente propicia competencia feroz, consumismo e individualismo egoísta. Cuando no es capaz de generar riquezas y deviene una de las crisis cíclicas del capitalismo,el egoísmo despechado se suma con el de los demás, propiciando el nacionalismo fanático y lógicamente el odio al Otro y el racismo.
El marxismo nació manco de solidaridad. Marx no conoció lo que es generosidad humana en su vida y su dogmatismo germánico llevó a la clase obrera y al pensamiento progresista al callejón sin salida de la dictadura de los burócratas corruptos. El Marxismo ha contribuido más que ninguna otra ideología a consolidar el liberalismo economicista y el materialismo. Los que sostienen que no existe utopía son hijos de este matrimonio diabólico. Los que tratamos de vivir impregnados de humanismo y que siempre supimos que estas dos ideologías han desarmado al ser humano hasta arrastrarlo a una decadencia moral que amenaza nuestra supervivencia, nos negamos a seguir esta moda ñoña del fin de las ideologías y de la imposibilidad de toda utopía liberadora. ¿Acaso la libre empresa no es hoy la única ideología?
Una utopía abierta que propague los valores de la solidaridad, de la espontaneidad, de la igualdad, de la libertad y de la creatividad de toda la humanidad en la vida laboral, en lo cultural y en los afectos es completamente factible y necesaria, porque precisamente en los momentos de crisis y carencia económica es lo que subyace en lo profundo del Nosotros frente al Yo, lo único, por tanto, que puede alentar al hombre y evitar que el desespero le arrastre hacia el odio, la guerra y el asesinato. Una utopía abierta y progresista siempre es un horizonte que va más allá de las circunstancias inmediatas, porque te empuja a construir tejido social y solidaridad para con el hombre, el planeta y el futuro sin interés económico. Los pensadores, los medios de comunicación y los políticos progresistas deben marcar horizontes que aúnen las fuerzas asociativas y anulen las disyuntivas. Hay que evitar lo ocurrido en Sarajevo, en África, en Perú y en los cinturones de pobreza del Primer Mundo.
La utopía libertaria, que no ha fracasado porque jamás ha sido tomada en serio por los que inventan los planes de estudio y controlan la educación, es una de las pocas que puede contrarrestar el concepto utilitarista inglés de individuo, que es el que anula toda posibilidad de comunidad porque pretende que el individuo, gracias a la técnica, sea el dueño y señor de un mundo absolutamente virtual, en un universo en el cual no necesite más que a sus objetos. El pensamiento libertario y Lo Libertario es ante todo una escuela de solidaridad. Quizá haya llegado el momento de desenterrar a Proudhon, a Bakunin y a los primeros románticos para reanimar la solidaridad y la fe en el futuro.
José Ribas
Editorial publicado en la revista Ajoblanco 45 (octubre 1992)

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Posted: 01 Sep 2016 12:49 AM PDT
Es difícil no enamorarse de Nochixtlán, este pequeño nicho de paz y de alegría en el cual el buen vivir va de par con la Fraternidad mutua que caracteriza los pueblos mixtecos de la Sierra Negra Oaxaqueña. Las tradiciones y costumbres ancestrales siguen muy arraigadas y, cada domingo, en el tianguis local, las diferentes comunidades de la región confluyen para compartir sus productos como hortalizas y vegetales de todo tipo, tortillas, mole, pescados y carnes, quesos, artesanias, bebidas y comidas ancestrales, sombreros y una infinidad de productos que  por cierto se encuentran en abundancia, a pesar del desabasto de productos chatarra de las multinacionales bloqueadas por los maestros. Las sonrisas son contagiosas, los niños juegan libremente en las calles hasta muy de noche y los comerciantes que tienen puestos en las principales avenidas dejan sus establecimientos tendidos toda la noche, nada más cubiertos por una carpa. Son elementos que dicen mucho de la calidad de vida, de la seguridad y de la armonía que se puede experimentar en Nochixtlán.
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Sin embargo, la tensión se siente todavía presente a dos meses de la trágica masacre en la cual el mundo entero ha sido testigo de cómo los diferentes cuerpos policiales mexicanos dispararon, una vez más, a su propio pueblo, para quitarle las ganas de manifestarse. Bien sabemos que la elite capitalista (los grandes empresarios) es el verdadero Mando Único aquí en México y es la que realmente está librando esta guerra psicológica en contra del pueblo. Si las autoridades municipales huyeron con su familia justo antes de la masacre, lo que señala aún más su complicidad en este terrible acto de terror, ahora empiezan a resurgir uno por uno en representación de un gobierno fantasma pero con grandes promesas de indemnizaciones, de infraestructura y de progreso, un nuevo Palacio Municipal, un hospital y hasta una universidad prometen. Con la complicidad de los medios de comunicación comprados, deslegitiman al movimiento social y desmienten la huida de las autoridades (Entrevista del regidor destituido por el pueblo de Nochixtlán en el medio de desinformación Milenio). La fiesta tradicional de la Asunción de la Virgen será el campo de batalla ideal para recuperar el municipio y veremos que el gobierno está poniendo todos los medios.
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Sin embargo, algo cambió desde entonces. Una explosión de coraje llevó el pueblo de Nochixtlán a quemar el Palacio Municipal y empezar a organizarse mediante asambleas populares en las cuales decidieron de manera unánime el no reconocer más a las antiguas autoridades por su imperdonable ausencia, no tolerar la presencia de la policía en el municipio y nombrar un Comité Representativo con dos representantes por barrio. En un silencio mediático total que inspira un sentimiento de corrupción, miedo o desinteres, sobre todo por parte de los numerosos medios que se dicen libres, aquí se está jugando la cabecera municipal de la región y el futuro del pueblo nochixteco que podría representar una esperanza para muchas más comunidades. “Aquí (en el Comité) éramos varios en un inicio y habían muchos del PRI pero, por ser familiares del ex-presidente, cuando el pueblo empezó a exigir justicia se fueron saliendo y por miedo no tuvieron el valor civil de enfrentarlo. Por eso ahora somos pocos, pero muy conscientes” nos confía Sergio Lopez Garcia, uno de los miembros del Comité Representativo que tuvimos la suerte de poder entrevistar.
Entrevista completa con algunos de los miembros del Comité Representativo.
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Es muy probable que estas personas se fueron espantadas por el grupo de choque priista que está manejando dicha guerra psicológica dentro del pueblo. Durante toda la semana que duró nuestra estancia en Nochixtlán, nuestro equipo ha sido el testigo de como unos pocos pero muy aferrados elementos están sembrando la discordia con cada uno de los ciudadanos de manera privada pero también a vista de todos, monopolizando el micrófono al final de las asambleas, subiendo uno tras el otro con el mismo discurso de odio y de miedo. Nosotros somos los culpables de lo que nos pasa por haber apoyado a los maestros”,  “nos estamos apuñalando por la espalda”, “nos estamos quemando por las redes sociales y dando a conocer de una mala manera”, “personas ajenas e inconscientes vinieron a perturbar la paz del pueblo”, “tenemos que quitar el bloqueo de los maestros para las fiestas” y un largo y aburrido etc… Tienen su público que aparece solamente al final de la asamblea y se forma en primera fila para apoyar estas intervenciones abusivas y aplaudir mecánicamente a cada explosión de voz. Al final de la asamblea informativa a la cual hemos podido asistir, estas personas se acapararon del micrófono y no lo quisieron soltar, así que cuando se cortó voluntariamente el sonido, empezaron a armar una confrontación directa en medio de la plaza con el único miembro del Comité Ciudadano que les hizo caso. “¡Queremos Policía, Queremos Policía!” gritaban en corro.
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Se trata de un grupo de gente que apoya al expresidente electo, alguien que fue disfrazado de su partido (el PSD) y en el que se invirtió mucho sabiendo que sino se iba a perder el municipio. Yo creo que ya perdieron la memoria. Este partido ya iba a desaparecer si no fuera por apostar en esta persona que sirvió a ocultar realmente lo que están haciendo y permitir que se siga haciendo. Por eso está este grupo de choque, están cuidando todavía estos intereses, por eso todo está ensuciado y la situación es tan difícil aquí en Nochixtlán. Considero que son pura gente de choque porque quieren imponerse y se ve que les lastimó un poco los acuerdos que el pueblo aprobó en la asamblea cuando afirmó que no quiere a los policías en la fiesta, en la Calenda, ni tampoco a los regidores. Como ellos son de choque, quieren que aparezca su autoridad y a eso vienen, a romper los acuerdos” añade Sergio. Suzana Avendanio Hernandez, otra miembro del Comité Representativo que aceptó responder a nuestras preguntas complementa “Han tenido hijos que han pretendido llegar a ser Presidente y nunca han figurado por el mismo hecho de que el pueblo no los han aceptado así que es gente resentida por el hecho de que sus parientes no han podido llegar al poder. Considero que es gente que también representa el sentido económico, son comerciantes de mayor economía en el pueblo y se siente su temor más que nada. En primer lugar, es gente que no participa en este tipo de eventos populares, de manifestaciones, tampoco no sufrieron las agresiones a las cuales fue sometido Nochixtlán. Se contentan de comentar y participar desde el fondo de su madriguera, allí muy escondidos. Ni siquiera están conscientes de lo que está pasando en el pueblo, se dedican a ver la televisión y a guiarse por los medios de comunicación que, bien sabemos, lavan las noticias. Es gente temerosa de perder su patrimonio económico más que nada”.
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Además de este grupo muy reducido de empresarios locales y cercano a las antiguas familias políticas del municipio, identificamos a una mujer que viene de la ciudad de México, aunque pretende ser originaria de Nochixtlán, pero sobre todo que viene con fichas en las cuales está apuntado todo su discurso, aún cuando la observamos hablar individualmente con ciudadanos. Su mismo discurso de odio y de miedo está construido de una manera elaborada, especialmente al final de las asambleas, como si quisiera impresionar a la gente llamándoles a la reflexión utilizando un vocabulario técnico y complejo. Sin embargo, dentro de muchos conceptos lanzados al aire, la pudimos escuchar afirmar “Yo admiro a esta comisión, dicen que son acuerdos pero ¿cuantas personas estuvieron?, ¿que representatividad pueden tener unas centenas de personas?, ¿donde están las firmas?, estos acuerdos no son validos porque no se levantaron actas, eso sería lo correcto para una asamblea que pide respeto”,nos dicen que Nochixtlán cambio desde este 19 de julio pero qué tristeza que aceptemos un cambio a través de vidas inocentes, que aceptemos palacios de oro que nos ofrezcan a partir de la sangre derramada“, “se tomaron acuerdos para desaparecer a las autoridades pero eso no es legal, es todo un proceso, no tenemos manera de hacerlo, no es tan fácil, no es como decir a alguien vete, te corro de tu casa”. En este momento el publico la empezó a abuchear con gritos y chiflidos. A nosotros también nos pareció muy fuera de contexto y cuando intentamos entrevistarla, su respuesta fue llena de contradicción: “No, yo no soy de aquí, solo vengo para observar, no para hablar”. Sin embargo, además de observarla dispersando su veneno a cada esquina del pueblo, inclusive la hemos podido escuchar espantando literalmente a un grupo de psicólogos voluntarios previniéndoles de la presencia de matones y de levantamientos en Nochixtlán. Es muy probable que esta señora sea pagada por intereses más grandes lo que representaría un peligro para la continuidad del proceso de emancipación política que está atravesando este municipio.
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Son conocidos en el pueblo porque con ellos participan gente que se consideran mucho más intelectuales al resto del pueblo y por lo mismo sus participaciones son aburridas, no les entiende la gente porque utilizan palabras muy rebuscadas, quieren impresionar pero no es esa la manera. Yo creo que las personas deben hablar pero sostenidos por sus actitudes y actuaciones y cuando eso no se hace somos rechazados, tirados de a locos por la gente” explica Doña Suzie. Sergio añade: “Son una minoría y eso se demostró en la asamblea. No creo que nos deben de preocupar porque esta gente no tuvo el valor de hablar en su momento y cuando llega el pueblo, él mismo determina y ahora está consciente de la lucha social. Somos más”. Sin embargo, si se trata de una guerra psicológica en contra del pueblo, el mismo pueblo debe tener las armas para defenderse para que sea una guerra de verdad y no solamente una masacre. Está claro que si no existen más comunidades que se autogobiernan en México es justamente por este tipo de políticos que, como buitres, siempre se encuentran rondando encima de estas pequeñas utopias, espantándoles hasta que desaparecen de la conciencia colectiva. Son un cáncer en la salud del pueblo mexicano que está en búsqueda de su libertad y lo van matando lentamente pero sin detenerse. Este proceso es todavía muy frágil y tiene que ser protegido con mucha vigilancia y metodología. No se trata únicamente de pedir el respeto al micrófono y desmentir los chismes como lo hicieron los miembros del Comité o los maestros, por ejemplo, repitiendo a cada ocasión que no están en contra de la fiesta. Una herramienta útil podría ser limitar los tiempos de palabras y limitarse a las intervenciones propositivas para evitar este tipo de manipulación. La asamblea también tiene sus leyes para que no sea solamente la ley del más cabrón, del que grita más alto o del que agarra más fuerte el micrófono. La asamblea debería también pronunciarse rápidamente como un espacio “apartidista” en donde la gente hablan por ellos mismos y en el interés del pueblo, no en representación de un partido o por intereses individuales. La unidad del pueblo que se esta buscando no es compatible para nada con la división de los partidos y cualquier intento partidista debería de ser alejado de este digno camino.
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Desprestigiar constantemente a los miembros del Comité, cuestionando su legitimidad, manteniendo el dedo presionando sus puntos flojos, criminalizándo a los maestros acusándolos de ser los “verdaderos asesinos” por “encapsular” al pueblo y sus víctimas, siendo este el mismo discurso, palabra por palabra, que escuchamos en la boca del párroco durante una reunión eclesiástica con el pueblo. Sin embargo, dicha reunión tenía como objetivo apagar las sospechas acerca del polémico párroco. Muchos le reprochan de utilizar su papel de autoridad religiosa para manipular a sus fieles en sermones que, de una manera muy sutil, apoyan a los regidores y llaman al regreso de las autoridades gubernamentales y policiales. En esta reunión, pudimos escuchar el padre cuestionar a sus discípulos el hecho de que le reprochan de sentarse con el gobierno cuando ellos también son hijos de dios; pero en el mismo discurso, unas lineas después, añadir que no le pidan sentarse con los actores sociales de Nochixtlán, entiendan los maestros y los miembros del Comité, porque “allí, tengo mis reservas y eso no lo voy a hacer”. Podemos entender en esta triste afirmación que para él, ó los maestros y los miembros del Comité no son hijos de dios, ó si se sienta con el gobierno es con otros intereses además del solo hecho de querer atender a unos hijos de dios. Sin hablar de los clásicos consejos trillados de los testamentos que se repiten a lo largo de las misas del tipo “ofrece la otra mejilla cuando se te abofetea, manifiesta tu descontento pero desde la calma y dentro del rezo, no gritando como otros hacen como si no tuvieran confianza en el señor y las pruebas que nos envía”. Podemos hablar también de las despensas que ofreció la gente para las víctimas, como recalcó el padre, “Recuerden que no son dádivas, para que no se sientan comprometidos” repitió varias veces, al igual que insistió contradictoriamente en el hecho de que, “por favor, al momento de estar hablando con otras personas o cuando escuchen que se habla mal del cura, no se olviden de la ayuda que se les dio. Ya saben que no se muerde la mano que les da de comer”. Nosotros que somos ajenos a esta autoridad religiosa estas palabras nos parecieron un insulto al intelecto.
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De forma poderosa incita a la violencia, maneja a la pobre gente y se está metiendo en terrenos políticos que no le corresponde. En la misma misa habla de política, en sus sermones dice que queremos que aparezcan la autoridad y la policía durante la Calenda porque sino otros se van a aprovechar del movimiento. Para mí, es algo delicado que el padre diga ¡Yo soy la máxima autoridad! Cuando eso pasa con un jefe de la iglesia, considero que se ha perdido la razón. Por estas razones lo acusamos claramente de lo que podría llegar a pasar en Nochixtlán, de las confrontaciones, ya que no está midiendo las consecuencias de sus actos y de sus palabras”. Doña Suzie confirma: “De una manera u otra, él tiene mucho que ver en la confrontación que divide a la ciudadanía porque no mantiene una postura neutral, sin ninguna tendencia hacia ningún lado, sino que, psicológicamente y de manera muy subliminal, maneja a su gente la cual, aquí, es muy apegada y muy arraigada en lo que a ir a las misas y todo eso se refiere”. Esto es algo que se confirma en estos tiempos de Fiesta de la Asunción de la Virgen, con unas misas abarrotadas de gente que acuden con sus ofrendas y bandas de música desde las 65 localidades del municipio. A continuación y al compás de la banda mixteca del pueblo que se encuentra a un costado del recinto, los tradicionales toritos pirotécnicos son un éxito rotundo a cada noche. Para acabar, las campanas de la iglesia repican toda la noche por las velaciones. Por ende, el padre se encuentra en el centro de atención, situación que le procura mucho poder. Sentándose con el gobierno, sabemos ahora que no solamente atendió sus funciones eclesiásticas sino que también pactó que la Comisión de Festejo, junto con los antiguos regidores, se hicieran cargo del cobro de los impuestos, como lo es el derecho de piso de los numerosos puestos que se tendrán durante estas dos semanas de fiesta religiosa que, por supuesto, incluye la feria. Resaltamos que este dinero será retribuido en su totalidad a la iglesia por ser la autoridad religiosa que dirige la fiesta.
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Su estrategia (de las antiguas autoridades) es más que nada llamar la atención en cuanto a que ellos dominan todo lo que son los programas de apoyos y en esto se apoyan, en que la gente tiene que ir a pagar servicios y todo lo demás. En eso consideran ellos que reside su deber, él de seguir percibiendo la economía del pueblo, cobrar los impuestos el día del mercado que es domingo, etc… Eso es lo interesante para ellos. Siguen ausentes dentro de sus responsabilidades desde la masacre pero sí siguen cobrando su sueldo porque no se les han suspendido sus ingresos así que siguen ganando. Es muy surrealista la situación que se vive en Nochixtlán, no hay gobernabilidad pero siguen existiendo los pagos” afirma Doña Suzie. Con este entendimiento que decidió respetar el Comité Representativo para no meterse en asuntos de dinero, el ayuntamiento fantasma puede resurgir libremente de la nada y con todo. Empezó por instalar un escenario amplificado bajo una enorme carpa que tiene la astuta utilidad de tapar la fachada quemada del Palacio Municipal con todos sus letreros. De bajo de este templo de la diversión, y a pesar del acuerdo firme de la asamblea que no aparezcan los regidores durante la Calenda, los empleados municipales andan con sus camisetas del ayuntamiento y con aires acomplejados. En el fondo del escenario, un enorme mural con el logotipo del Ayuntamiento de Nochixtlán en grande acompañado del lema “Para la Paz y la Unidad en Nochixtlán”. Nos permitimos de preguntarnos ¿Qué paz y qué unidad nos puede inspirar este ayuntamiento traidor?
Para ayudarnos un poco a digerir el mensaje, contrataron a un orador que podría estar pagado por el numero de veces que pronuncia “nuestro honorable ayuntamiento“, algo que repite tres o cuatro veces por intervención. Un honorable ayuntamiento sin el cual la fiesta no hubiera sido posible y que incluso esta regalando premios a los participantes de los diferentes espectáculos. Por ello, nos permitimos preguntarnos otra vez ¿cual ayuntamiento y que honor se están atribuyendo? Se trata visiblemente de una gran operación de comunicación que esta manejando el gobierno a través de las actividades que se realizan de bajo de la carpa “municipal”. “Ahora, con las antiguas autoridades, todo se volvió un enredo político porque los quieren resurgir como unos héroes, incluso el cura, cuando realmente no estuvieron cuando se les necesitó. Ahora, quieren ejercer que ellos son la autoridad cuando realmente nunca lo han sido porque creo que una autoridad cumple con el sentido humano, informal. La policía local brilló por su ausencia, inclusive resguardaron las mismas ambulancias y tomaron el hospital, oponiéndose a que dieran el servicio a los heridos. El municipio no apoyo en nada a su propio pueblo, ellos no han sabido ser autoridad y se demostró en estos días que, con ellos o sin ellos, Nochixtlán vive y está caminando” comenta Sergio. “El pueblo careció totalmente de presencia de gobierno en su momento de ataque y después fueron resurgiendo uno por uno, incluso dos personas, el regidor de Hacienda y el director de Vialidad, que participaron en contra del pueblo. Por ejemplo, el regidor de hacienda estuvo aventando bombas molotov en contra de los maestros; lo agarraron y lo iban a linchar acá en el hospital pero intercedió otro de los regidores que conocía a la gente que pretendía eso. Gracias a eso, se escapó, se desapareció más de un mes y medio y ahora vuelve a resurgir como si no habría pasado nada. Cree que carecemos de capacidad de retención de historia en nuestras mentes” se pregunta Doña Suzie.
Más incomoda para nosotros a sido la presencia de, por lo menos, quince agentes de policía armados, unos uniformados y otros disfrazados de civiles, todos concentrados alrededor del escenario, algo que rompe todos los acuerdos con la Asamblea Popular de Nochixtlán. Sin embargo, no se atrevieron a andar por el pueblo aunque durante el día pudimos cruzarnos con unas patrullas. Doña Suzie declara al respeto: “Es algo surrealista, lo vuelvo a repetir, pero la situación nos parece tal que el mes y medio que teníamos sin policía no pasó nada, no hubo nada de robos, nada y prácticamente ahora que resurgen policías con sus patrullas, me platicaban que ayer en un rancho fueron a robar con camionetas a ochenta cabezas de borregos. Estas acciones, podría uno pensar que son prefabricadas porque ir en camionetas y sacar a tantos animales es organizarse para crear el miedo, la psicosis en el pueblo. Es para que la gente empiece a apoyar este tipo de acciones y a la policía, pero si no se analiza un antes y un después uno puede pensar que estamos mejor con policías porque el temor surge. De todos modos, si se encuentran con una patrulla, podrán observar que los policías pasan pero con un actitud de miedo, de temor de la reacción del ciudadano, entonces ya no hay esta seguridad de que se supone que debe representar la policía”. Sergio complementa:  “Es una inseguridad que se refleja en sus rostros. A algunas camionetas de Transito las pintaron de blanco y empezaron a aparecer como civiles. Son ideas malas, no de transparencia, de querer maquillar lo que ya no se puede”.
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Sin embargo, por muy acomplejada que se sienta, esta misma policía corrupta y asesina que según los testimonios de un grupo de jovenes estudiantes locales “nada más vienen a molestar, a sacar el dinero a la gente y a llevarse a los indigentes”, esta policía ya está dentro del pueblo al igual que los agentes municipales que ayer actuaron en contra de los manifestantes. La sombra del Estado vuelve a aparecer moviendo sus piezas en un ajedrez que ya no le pertenece. Es de señalar que tanto los procesos de investigación para identificar a los francotiradores como los actos de reprensión o de justicia/castigo, la atención a los heridos, la recoleta de pruebas y testimonios y la difusión de la información hacia la sociedad mexicana fueron realizados por el mismo pueblo, lo que hace resaltar el fracaso total del aparato del Estado pero también el empoderamiento espontáneo de una población nochixteca que quiere retomar entre sus manos su destino común como pueblo. Sin embargo, dentro de mucho determinismo y buena voluntad por parte de los dos miembros del Comité Representativo que pudimos entrevistar, se puede también sentir un temor: “Nos preocupa que eso se politice y que, en el momento dado, el pueblo nos abandone, lo digo claro. A lo mejor no lo va hacer pero a lo peor el gobierno nos van a dividir y el pueblo nos puede dejar solos” se preocupa Sergio. “Lo único que nos puede desintegrar ahora es la falta de apoyo del pueblo y sobre eso ahora sí que vamos en contra marea porque son muchos más los enemigos que los amigos o gente que ideológicamente comulgue con nosotros” añade Doña Suzie.
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Publicado el 30 de Agosto de 2016 en:

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Posted: 01 Sep 2016 12:40 AM PDT
¿Qué tengo que decir ante la muerte del cantautor?, una frase sola me responde: un espectáculo limitado. No es porque el hito melodramático huya de este suceso, sino porque se han creado fenómenos ampliados que equidistan del centro y origen, de la estética y la historia. Que las referencias a su homosexualidad para limitarlo a términos tan despectivos como el de “joto”; que la exaltación en redes sociales con memes y eventos fantasma (“Peda en memoria de Juan Gabriel” o la “Marcha para que revivan a Juan Gabriel”) para limitarlo como figura pública e ícono de la cultura de masas; pero también, el cuestionamiento de un sector minoritario que cuestiona su “talento innato” para limitarlo como un objeto especializado y no como el artista que fue.

La conmoción de su muerte es equivalente al interés mediático, ¿se exalta a una imagen o a un artista que permanece en lo etéreo?, ¿a ambos? -digo, doscientos años y las sinfonías de Beethoven siguen vivas a pesar de que a su entierro sólo asistieron unas cuantas personas-.  Nadie puede negar que el cantautor era un genio en tanto que artista autodidacta y que logró sintetizar todo un imaginario colectivo en sus canciones más populares, pasando desde el pop hasta “las rancheras”. Juan Gabriel arrastró a través de los años un estilo musical y una idea romántica que hoy sigue perteneciendo a tres generaciones (y las que vienen).
No busco verdades o razones espirituales en este artículo, sino una breve descripción de los límites creados que se transmutan en prejuicios, acompañantes desde hace varios años de Alberto Aguilera Valadez, mejor conocido como Juan  Gabriel. En fin, lo que nos habla en la música es la autonomía de los sonidos y el sentir lírico.

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I – Sobre el arte popular: el ego “culto” y divinizado

“Si el fútbol es popular, es porque la estupidez es popular”, enmarca Jorge Luis Borges en una frase demoledora, quedando perfecta para iniciar este párrafo. ¿Pero a qué nos referirnos al enunciar el adjetivo “popular”?
Inmediatamente a datarse la noticia oficial de su muerte, las principales cadenas de televisión emitieron cápsulas especiales recordando al “Divo de Juárez”, con una preparación tan intrépida, escuchando entrevistas tanto con sus familiares como con personas del medio artístico; Alejandro Fernández, Daniela Romo, Roberto Cantoral, Juanes y Ricardo Montaner han sido algunos rostros que se hicieron escuchar en televisoras y que se han leído desde sus cuentas de Twitter. El mundo entero y su farándula se han detenido para dar el último adiós.
“-¿Y a mí qué?, era una figura de las masas y su música no era tan buena-“, dicen algunos; “No deberían darle tanta importancia a su muerte. Hace poco murieron Luis Villoro e Ignacio Padilla y nadie hizo tanto desmadre-“, replican otros. ¿Y qué, a uno por gustarle Juan Gabriel –y su música de vulgo- o sentir conmoción por su fallecimiento no puede expresarlo?
Lo popular no tiene problema alguno en sus cauces, pues refiere a lo inmanente de la voz de los distintos grupos humanos. El conflicto de lo popular es la pérdida de dicha inmanencia, o que una voz ajena hable por la vox populli[1]. Tengamos en nuestro televisor un especial de semanas y semana sobre la vida de Juan Gabriel, la gente seguirá escuchándolo y apreciándolo, incluso “más allá de las puertas del cielo”. No hablo de un lenguaje figurado, sino de algo tan claro como las palabras caminantes de Juan Gabriel en un polémico video en el que ‘veta’  a la producción de Televisa de su carrera artística, por actitudes como la arrogancia, ingratitud y autoritarismo. Son estas caretas las que secuestran la inmanencia de la que hablaba.

II – “Soy divo, ¿y qué?”

En un artículo bastante analítico del escritor Víctor Altamirano[2], se toma la figura de “Juanga” como la revolucionaria transfiguración del charro macho al charro ‘divo’, y claro, esta inocencia es temible. En la reciente serie biográfica Hasta que te conocí (que proféticamente culminó su último capítulo transmitido por TV Azteca el día de su muerte) se ha ilustrado de la forma más explícita el mundo sensible de este compositor proletario. Su infancia es una síntesis entre los conceptos de sensation (las vivas sensaciones y percepciones estéticas) y reflection (representación de la memoria y de la fantasía acorde al primero concepto) en el pensamiento empírico de Locke. Es esa etapa de desdicha y refugios –más la restitución constante de algunos caminos existenciales como los maltratos y prejuicios de su familia-, la que le daría la autorreferencia de un ser en “la marginalidad del amor”. Aquí no hay más que un nihilismo de espíritu reemplazado por una lírica romántica, precisa y vaciladora.
¿Qué experiencias pudo tener al estar preso en Lecumberri y dedicarse constantemente a escribir canciones y poemas?, ¿por qué no se unió a los demás reos para hacer pesas o aprender de un oficio “de hombres?, ¡es la fisura entre el machismo rígido y conservador, y el intento de un binomio entre masculinidad y femeneidad!
Respecto a ello, el virtuoso flautista y compositor Horacio Franco nos otorga una aproximación para entenderlo :  “(…) no podemos negar que el impacto social de su música -a mi gusto a veces simplona- le dio al clavo a la sensibilidad poética y sentimental del pueblo mexicano (…) Pero lo que más me asombra de este hombre es su capacidad para lograr ser, a pesar de su obvia homosexualidad, un ídolo querido y respetado en un país tan machista como México. Fue respetado, querido -y ahora venerado- por la sociedad, y aunque nunca lo confesó, la gente pasaba por alto su homofobia, sus prejuicios y el escozor que a muchos les causamos, porque su música -nos guste a muchos o no- ha sido un vehículo para que el machista pueblo nuestro se vuelque y se entregue de lleno a su común y corriente pero muy efectivo lenguaje poético musical”.
En 2002, el periodista Fernando del Rincón que pertenecía a la Cadena Univisión, entrevistó a Juan Gabriel con una pregunta que se impregnó en su carrera personal: “¿Juan Gabriel es gay?”, a lo que el ‘divo’ respondió: “-A usted le interesa mucho, yo le respondo, dicen que lo que se ve no se pregunta, mijo-”.

III – Algunas contradicciones y deslices (literal)

Otra de las cuestiones que se atraviesan en todo este fenómeno y redescubrimiento de la historia del cantautor fue el apoyo directo que mostró al equipo presidencial del candidado priísta Francisco Labastida en el año 2000, grabando el tema “Ni Temo ni Chente, Francisco será presidente”, cantando sin escrúpulos en su apoyo. ¡Vamos, pues!, esta decisión no quiere decir que su forma de actuar sea idéntica a la de los militantes del PRI, ni siquiera, que su música pretenda mostrar una posición ideológica clara. Todos somos presas de la ingenuidad en algún instante.
¿Y entonces? Que los inventos e imágenes de intolerancia a la diversidad sexual, los memes y la opinión de la mass-media se muerdan la cola. Nosotros, sólo disfrutaremos de las flores y espinas, de bailar en el “noa-noa” y de cantarle al dolor y la desdicha con el basto repertorio un grande.
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Notas y referencias

[1] Aquí nos encontramos con una oración que apunta hacia dos verdades sincronizadas. La primera es que sí existe un empleo peyorativo de la frase para dirigirnos hacia “la prole”; la otra es que en esa misma dirección, la colectividad se ha condenado a falacias ad populum que no sólo le cuestan la  veracidad de su opinión, sino su emancipación.
[2] Altamirano, Víctor, Juan Gabriel: Una escuela de la marginalidad, Horizontal, 03 de Noviembre de 2015. En línea en: http://horizontal.mx/juan-gabriel-una-escuela-de-la-marginalidad/
Demián Reyes
Publicado el 29 de Agosto en:

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Posted: 31 Aug 2016 08:40 AM PDT
Hace escasos días, Pepe Gutiérrez Álvarez ha publicado  unas notas  en kaosenlared al hilo de un estado que escribí en mi muro de Facebook. El tema era la actualidad del sindicalismo revolucionario y de las luchas del trabajo en el vertiginoso siglo XXI.
Pepe, con su enorme cultura histórica, comenzó su artículo con la biografía del personaje histórico que yo había mencionado en mi estado, Juan García Oliver, para continuar con una serie de reflexiones sobre el sindicalismo en la transición y en el momento actual. Como quiera que el debate y la clarificación de posiciones  sobre el tema es enormemente pertinente en estos momentos, no he podido sustraerme a hacer una serie de matizaciones y comentarios sobre lo que escribió Pepe y lo que yo mismo narré en mi corto estado de Facebook.
No hay duda de que García Oliver es un personaje interesante en estos momentos, no sólo porque su libro “El eco de los pasos” es un monumental espejo de lo que fue el anarcosindicalismo en los inicios del siglo XX, sino también porque su voluntarismo indómito representa un ejemplo de vida dedicada al trabajo del trabajo sobre sí mismo (es decir, a la constitución de lo que otros llamaron “el hombre nuevo del socialismo”). Además, las alternativas que García Oliver dibuja en su práctica político-sindical de los años 30, representan bien a las claras las posibilidades y límites de las posiciones de ruptura revolucionaria (“ir a por el todo”) ante las vacilaciones, contradicciones  e, incluso, crímenes, de los “gobiernos progresistas” del momento.
Eso no debe llevarnos a una reivindicación acrítica, idealizada o descontextualizada del personaje o de la línea político-sindical que García Oliver llegó a representar. Está clarísimo que vivimos, ahora, en una sociedad, enormemente diferente, donde determinadas prácticas usuales en todas las líneas sindicales al principio del siglo XX, serían impensables y contraproducentes. También es evidente que la relación de fuerzas actual no permite plantearse la posibilidad inmediata del “ir a por el todo”, lo que impone otro tipo de líneas estratégicas para la construcción de poder popular y conciencia obrera.
Pero lo que a mi realmente me interesó del libro, a los efectos prácticos actuales, son las primeras páginas, en las que se describe la construcción dela organización sindical cenetista en Reus, en una situación de enorme tensión social. Y aquí es donde podríamos conectar con las necesarias reflexiones sobre la situación presente de las luchas del trabajo.
Dice Pepe que las formas  futuras de acción del trabajo organizado no nacerán de la expansión del “ideal”, sino de las necesidades reales de las luchas concretas. Eso impone tener en cuenta  “las experiencias que nos enseñan que la pluralidad de criterios no  son malas, que la tenemos que asimilar y reconocer para darle un sentido “libertario” en el sentido más pleno de la palabra”. Se trata, de hecho, de una pertinente afirmación antidogmática y contra el sectarismo, que conecta con esas primeras páginas de “El eco de los pasos” en las que descubrimos que la organización cenetista en Tarragona se construye, a principios del siglo XX,  con la contribución de militantes de origen republicano, catalanista, incluso requeté, o con tendencias abiertamente marxistas. El anarquismo (más bien habría que decir los anarquismos) es, entonces, un haz de  líneas entre otras en el plano sindical, con un enorme prestigio ganado entre el proletariado, no por los tejemanejes burocráticos en la estructura de la organización, sino por la práctica reiterada  de lucha de sus militantes.
La reconstrucción del mundo del sindicalismo revolucionario para el día de hoy impone la recuperación de ese antidogmatismo y  de esa ausencia de sectarismo, pues como muy bien dice Pepe, “la discusión de la AIT” ha venido siendo superada por los hechos. Y lo que importa ahora, no es, por tanto, dirimir viejas querellas sin sentido, sino construir el nuevo discurso que plantee la posibilidad de un nuevo socialismo a la altura de los tiempos. Un socialismo que algunos queremos ecológico, participativo, autogestionario y, en definitiva, profundamente libertario, más allá de las definiciones y de los colores de las banderas.
Lo que si habría que aclarar, en todo caso, es que el sectarismo no es, en modo alguno, un patrimonio exclusivo del anarquismo actual. Quizás es cierto que en el anarcosindicalismo presente gran parte de los cargos (que no todos) acaban siempre en manos de los “negros”, pero no es menos cierto que en el mundo cultural o intelectual español, la hegemonía del pseudo-marxismo (me refiero a ese tipo de intelectuales normalmente dedicados una pose posmoderna que se amparan en un presunto marxismo light para intentar dar imagen de profundidad a posiciones elitistas y disolventes) se ejerce, también, con puño de hierro, no dando más espacio a los libertarios que el de historiadores  de cosas muertas o el de personajes estrafalarios y casi circenses. El sectarismo y el dogmatismo están en todas partes (entre otras cosas, por eso nos va como nos va) y también se puede ser un “socialdemócrata sectario”.
Pero volvamos al hilo de las primeras páginas de “El eco de los pasos”. Uno de los elementos más interesantes que introduce García Oliver es la descripción de las distintas concepciones que tienen en ese momento los socialistas de la UGT y los anarcosindicalistas respecto a la huelga. Para los socialistas, las huelgas son un asunto de “resistencia”. Se quedan en sus casas, sin trabajar, hasta que se les acaba el dinero. Suelen perderlas. Los anarcosindicalistas (en ese momento se estila más llamarlos “sindicalistas revolucionarios” o “sindicalistas”, a secas) prefieren tomar la iniciativa. La huelga es una lucha activa. Los huelguistas no se quedan en sus casas sino que realizan todo tipo de actividades tendentes a ganar el pulso. Eso les hace ganarlas. Una enseñanza importante. Y, una vez más, debemos decir que no se trata de repetir prácticas pretéritas sin sentido en el momento actual, sino de extraer lo esencial de la experiencia pasada.
Eso nos empuja al análisis de una afirmación de Pepe que, sin matizaciones, resulta un poco gruesa: la recuperación del sindicalismo revolucionario “se hará como lo están haciendo las mareas, los colectivos de mujeres de la limpieza, por movimientos que en un momento dado convergerán. Pero no en otra CNT ni nada parecido.”
Bien. Yo puedo contar que participé activamente en la Marea Verde madrileña, es decir, en las huelgas contra las instrucciones de horarios de la enseñanza secundaria de hace un par de años. Hice huelga, di clases en la calle, corté la Gran Vía madrileña, tomé la palabra en las asambleas…
El modelo es interesante, pero claramente insuficiente. Las huelgas empezaron con un empuje desde la base innegable y fueron altamente combativas. Sin embargo, lo que suele escaparse a los análisis “puramente movimientistas” que plantean que los sindicatos antagonistas son innecesarios, es la potencia práctica y, al tiempo, la degradación, del sindicalismo mayoritario y burocrático.
En el seno de las movilizaciones, los mayoritarios nos decía que volviéramos a casa (“resistencia”) y nosotros pugnábamos por seguir con las movilizaciones. Eso sólo se pudo hacer bajo el amparo de los sindicatos combativos, que legalizaron días adicionales de huelga o que ampararon a las plataformas surgidas desde la base, como Soy Pública, que estaban siendo calificadas por la burocracia como “antisindicales” o “corporativas”.
Es comprensible, por otra parte, que militantes esforzados del comunismo de tiempos de la transición devenidos en  sindicalistas honestos de los mayoritarios (que también los hay) tiendan a no terminar de comprender la profundidad de la degradación de sus estructuras, y de muchos de sus cuadros medios en muchos lugares. En plena Marea Verde, yo mismo fui amenazado directamente y de una forma bastante torpe (no tuvo en cuenta que, para entonces yo ya era funcionario de carrera) por un delegado de uno de los mayoritarios, en un aparte, por mis posiciones en las asambleas. Y no fui el único. Que también hay una “casta sindical”, y que está organizada, es, en estos momentos, innegable.
Por supuesto, los sindicatos combativos y las plataformas de base también cometieron sus propios errores. Pero eso es otra historia. Lo que queda meridianamente claro es la necesidad de la organización, de una organización permanente, sostenida en el tiempo, con sus propios recursos, con su personalidad jurídica propia, con una militancia formada. Y que, además, supere las barreras corporativas desde amplias posiciones de base.
Así que sí, si es necesaria “otra CNT”. Una organización permanente, amplia, no sectaria, plural, desde luego, pero por fuera de las estructuras burocráticas de los mayoritarios. “Un Gran Sindicato”, como decían los wobblies, que no se defina por la cercanía al “ideal”, sino por la práctica efectiva desde la base, de participación popular y de superación del activismo y las huelgas “de resistencia”.
El problema, por supuesto, es que el mundo del trabajo se ha transformado radicalmente en las últimas décadas. La explosión de las contratas y subcontratas, ETTs, falsos autónomos, la creciente flexibilidad contractual, la aparición de los grupos empresariales, las deslocalizaciones…todo ello ha generado una enorme fragmentación en la clase trabajadora que ha impedido establecer asideros para la acción colectiva. La precariedad reinante y la “derrota cultural” de los años 80 y 90, junto al adocenamiento y burocratización del “sindicalismo de concertación” han obturado, a día de hoy,toda posibilidad de reconstrucción de un espacio amplio para el sindicalismo revolucionario. He escrito algunos libros cortos sobre ello, todos disponibles gratuitamente en internet. No creo que se me pueda achacar desconocer esa realidad.
Frente a eso, algunos plantean, como alternativa a “otra CNT”, el “sindicalismo social”. Me he extendido mucho, y no creo que sea este el lugar para hacer un desarrollo amplio al respecto. Estos compañeros tienen razón y no la tienen, al tiempo.
Tienen razón en que el escenario se ha transformado y hay que buscar nuevas vías. También la tienen al recuperar la plasticidad espacial de las luchas y su vinculación con el resto de movimientos sociales.
No la tienen en que, ahora mismo, esas propuestas representen una alternativa (léase bien, no un complemento, sino una alternativa) a la construcción de organización desde el sindicalismo revolucionario. Algunos hemos vivido ya décadas de “sindicalismo social”, desde el conflicto de El Circo del Sol a finales de los 90 en Madrid, a cosas más modernas. El modelo no termina de cuajar, y al final, para muchos sectores en conflicto colectivo, se impone la necesidad de buscar el paraguas de las organizaciones consolidadas para muchas cosas.
Pero, en todo caso, el “sindicalismo social” es una gran esperanza. Un campo de experimentación prometedor. Con los últimos párrafos sólo he pretendido provocar (de “provo-care”, hacer un llamamiento) a otros activistas del mundo laboral, para intentar que participen en este debate.
Así que, si, hay que construir “Un Gran Sindicato”, plural, antidogmático, revolucionario y, sobre todo, (y esto daría para otro artículo más) independiente. El trabajo tiene que tener su propia voz, recuperar su pegada. Nos va mucho en ello.
José Luis Carretero Miramar

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Posted: 29 Aug 2016 05:23 AM PDT
Enconcharse en la vida propia e inmediata parece ser un recurso cultural propio de sociedades organizadas bajo un régimen de silencio. Desde la infancia se impide la libre expresión y desde ese punto de partida, ya con la represión bien instalada como rasgo de educación y buena conducta, seguimos el camino hacia una adultez cargada de hipocresías.
Si a eso añadimos un patriarcado machista y extremo contra el cual no hay modo de rebelarse sin parecer desquiciada y loca, tenemos una vida normada bajo pautas ajenas, creadas con el fin de llevar la obediencia al sistema a fuerza de leyes y reglamentos aparentemente indiscutibles. De hecho, así funcionan las Constituciones cuyo contenido, sin ser necesariamente malo para la concordia ciudadana, tampoco representa una garantía de bienestar para las mayorías.
Ese es, por ejemplo, el caso del aborto. Tema espinoso como ninguno, precisamente porque a partir de conceptos sectarios y profundamente fundamentalistas, surgidos de instituciones de eminente corte patriarcal, ha sido reproducido por cortes y asambleas de estilo similar, sin la menor incidencia de voces femeninas.
Pero las voces femeninas sí se han hecho escuchar desde los sectores más conservadores para condenar su práctica y convertirla en un asunto de moral, de pecado —perverso como ningún otro— perpetrado por mujeres libertinas y malvadas. Estas mujeres carentes de sentimientos atentan contra el decoro y las buenas costumbres, y la sociedad tiene la obligación de imponer severos castigos a quienes cometan tan graves fechorías.
Lo que esas voces no consideran en el predicado son los derechos humanos de las mujeres, las niñas y adolescentes víctimas de incesto y violación. De acuerdo con estudios ampliamente divulgados desde que el tema de violencia contra las mujeres por fin saltó a los medios de comunicación (después de un silencio de siglos), de cada tres mujeres, por lo menos una sufre de una agresión sexual. Son agresiones muchas veces no denunciadas por miedo a las represalias del agresor, a la condena social, a la vergüenza.
En Chile, el no muy brillante expresidente Piñera le negó el derecho al aborto a una niña de 11 años, con un embarazo de alto riesgo, producto, obviamente, de una violación. El mandatario, al ver a la niña, adujo que la menor había mostrado “profundidad y madurez”, y por lo tanto debía tener a ese hijo a como diera lugar porque “en este país la vida de la madre está siempre en el primer lugar” (sic).
Sin embargo, esa actitud obtusa del expresidente de Chile —por cierto, un país extremadamente conservador y machista— no es única en el continente.
La negación de un aborto seguro en casos de violación y en embarazos de alto riesgo, tanto para la madre como para el feto, son frecuentes a todo lo largo y ancho de Latinoamérica y en muchos otros países del mundo. Es el castigo supremo para una mujer o una niña que exige su derecho a la vida. La visión patriarcal, de resortes bien aceitados para defender la postura extrema de negar ese derecho sin tener ni haber tenido una experiencia similar en carne propia, de no ser tan nefasta resultaría hasta ridícula.
Remitirse a la idea absurda y retorcida de creer que las mujeres disfrutan abortando es el colmo de la ignorancia. El aborto es un drama personal subsecuente a otro drama como la agresión sexual, cuando ha sido ese el motivo. Como corolario, es preciso subrayar, ese recurso extremo está muchas veces a disposición de quienes pueden pagar fortunas en hospitales privados para obtenerlo en ambiente seguro. Las mujeres pobres, que se resignen.
CAROLINA VÁSQUEZ ARAYA

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