EL FRENTE Y SUS CONTENIDOS.
(Sobre una nota de Filmus en Página 12)
(Sobre una nota de Filmus en Página 12)
Todos son frentistas, solo que a la hora de definir el frente al que aspiran, suelen desbarrancar.
Por ejemplo: "Con todos los que no estén de acuerdo con 'M'", no
conforma un frente, y menos aún transmite una perspectiva o ilusión
transformadora. "Con todos los que no rechacen la hegemonía política de
'k'" resulta autocontradictorio y estéril . "Con el 'panperonismo'"
volvemos, trasnochadamente, a esa mezcla oxidada de un Cooke con Lopez
Rega, o Menem, o Duhalde, o Pichetto y Urtubey.
Creo
que los frentes se construyen desde el pie, desde la demanda social,
desde esos gérmenes de organización colectiva cuyo contenido es algo más
que el descontento o la bronca, pues solo perduran en la medida en que
incorporen reclamos de transformación de la propia sociedad.
El esbozo de un frente está en la calle, no en una mesa bien servida.
Claro
que es difícil salir de las fórmulas vacías: con la recontraderecha de
gran parte de las estructuras del PJ, que ya ni como sigla atrae, no se
debería poder contar; ni con los colaboracionistas; ni con los
traidores, ni con los delincuentes de siempre. Y es más que evidente que
tampoco se puede contar con esos sectores de una izquierda orgánica en
cuya soberbia casi evangélica se pretende mostrar un mundo feliz y sin
explotadores a la vuelta misma de la próxima esquina, y que tendrían
tanto que aprender si releyeran a Lenin, o al propio Trotski cuando se
autocriticó de su cerrada oposición al frente popular antifascista.
El
verdadero frente guarda una relación remotísima con las especulaciones
electorales de medio término. Muchos ciudadanos no votaríamos como mal
menor una rara mezcla de Musetta y de Mimí. Y yo creo percibir que eso
está en el pensamiento de muchos de los que votaron un 'frente' que se
atragantó de traidores y oportunistas, que pasa sin transiciones de la
oposición al opoficialismo, y que si se va a diferenciar en algo en los
próximos meses,como ya lo está haciendo buena parte del massismo, es
para intentar una nueva estafa al electorado.
Para
capitalizar el descontento que crece imparable, hace falta algo más que
un rejunte de figuritas, todas ellas repetidas. Y eso sí que no es
magia. Pretender hacer magia es especular con 'quién mide mejor' en una
provincia, y apostar por él o por ella, creando una falsa ilusión
exitista que se autodestruye en la primera votación parlamentaria, o en
los dictados de la liga de gobernadores.
Hemos
tenido frentes puramente seguidistas, nominales, alianzas de coyuntura
despojada de todo principio y razón. También los ha habido fracasados o
frustrados por sus contradicciones aún antes de comenzar a gobernar. Y,
al fin y al cabo, hasta este aquelarre de macrismo y radicalismo donde
unos hacen lo que se les canta y los otros solamente el ridículo triste,
solitario y final, se llama frente. Algo similar ha sucedido en la
política de alianzas en Brasil, y no hicieron otra cosa que crear,
empollar y 'empoderar' al huevo de la serpiente.
Los verdaderos frentes no son como las simples alianzas: son de galope corto, de aliento largo y de instinto fiel.
Seré
muy ingenuo, pero soy un ingenuo con experiencia . No creo que me
seduzcan los espejitos de colores, ni un gatopardismo ilusionista. Y si
el objetivo estratégico legitimante de toda táctica son las elecciones
de este año, para luego volver a empezar con la utopía echada al monte y
perseguida por lebreles que se criaron en sus rodillas, volveremos a
tropezar con la misma piedra y a rompernos una vez más la crisma.
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