
Argentina: represión, flexibilización laboral y aumentos marcan el pulso de la gestión de Macri
Cómo resolver un conflicto social con los palos del nuevo paradigma
Por Horacio Cecchi
Ayer,
al mediodía, y a una semana de su presentación formal, la policía de la
ciudad hizo su primera gran acción operativa, por llamarla de alguna
manera. Fue a la vieja usanza de principios de milenio, para poner un
paradigma, a puro palo y gases lacrimógenos y pimienta arrojados sobre
las cabezas de los manteros que intentaban resistir el desalojo de sus
puestos en Once. Lo hizo para cumplir una orden de la Fiscalía General
CABA, a tono con el paradigma del gobierno del cambio, de resolver los
problemas sociales a patadas. Hubo batalla campal desi- gual, entre un
ejército de uniformados, robocops pertrechados, hidrantes, policías de
civil, efectivos mediáticos, y algunos que lanzaban piedras, palos y se
diluían rápidamente con los avances de la tortuga policial para aparecer
un poco más lejos. Hubo heridos, detenidos, y una pausa tensa bajo el
sol y que continuaba anoche con el lento retiro de los manifestantes
tras el cuarto intermedio entre los delegados de los manteros y el
gobierno porteño, que no llegaron a ningún acuerdo. La reunión
continuará hoy. El gobierno ofrece un galpón a veinte cuadras de donde
se mueven los habituales clientes de los manteros. Los vendedores
rechazan esa oferta y piden una feria en la misma plaza.
Apenas
pasada la medianoche del lunes, un ejército de funcionarios
municipales, secundado por unos 250 policías, comenzó a remover o a
impedir la llegada de unos 2 mil puesteros y manteros que cotidianamente
se despliegan por Pueyrredón, desde Corrientes hasta Rivadavia. El
despliegue inicial, cumpliendo una orden de la Fiscalía General CABA, se
cumplió sin inconvenientes para funcionarios y policías. No hubo
resistencia. Sólo quejas de los pocos manteros que había porque el
desalojo incluía la requisa de los artículos. El argumento es que son
artículos ilegales. “Venden ropa producida en talleres ilegales”, dijo
más tarde un inspector a uno de los medios televisivos que hurgaba sobre
los rostros de los que protestaban, como si en los shoppings no
ocurriera.
Alrededor
de las 9, cuando todo parecía controlado, los manteros aparecieron en
mayor cantidad, para defender su espacio o, al menos, sus posibilidad de
trabajo. La versión oficial es que los manteros son el hilo más fino de
una trama donde el billete fuerte lo cobran organizaciones, peajes
policiales, bolsillos untables de funcionarios municipales y políticos.
Lo curioso es que se corta por el hilo más fino con la misma policía
denunciada.
Desde
esa hora, las 9, Pueyrredón, desde Mitre hasta Rivadavia, a lo ancho de
la plaza Miserere, quedó cortada por la protesta de los manteros.
Avenida cortada por un piquete es sinónimo de resolución de conflicto a
las patadas. Oportunidad para la presentación práctica de la nueva
policía. Unos catorce, quince minutos antes de las 12 del mediodía, los
escudos de la Guardia de Infantería estaba en contacto directo sobre los
manteros que esperaban el regreso de dos delegados que habían intentado
llegar a un acuerdo con los jefes policiales.
“Les
ofrecimos censarlos, un certificado de reincidencia, que se adhieran y
paguen el monotributo, y en un futuro les podremos dar dos o tres
galpones para que trabajen”, informó el comisionado mayor Roberto Ahmed,
a cargo del operativo. “Sólo siete se fueron a censar”, confesó el jefe
policial, dejando en claro que la propuesta no cerraba en las
expectativas de los vendedores. Tienen experiencias previas para estar
alertas.
“Les
pedimos soluciones para los seis mil manteros desplazados en Once y en
Flores –se quejó Omar Guaraz, de la organización Vendedores Libres (ver
aparte)–. En los últimos cuatro años fueron desalojados 5 mil manteros
en Avellaneda, Caballito y otros puntos de la Ciudad. Ninguno de esos
compañeros fue relocalizado como prometió la Ciudad. Las personas que
venden en la calle son trabajadores y lo hacen porque no tienen otro
medio de vida”, indicó.
La
primera negociación no llegó a ninguna parte. Y la presión policial
derivó en empujones, gritos, un petardo lanzado sobre la primera fila
policial y los primeros palos y gases policiales lanzados incluso sobre
sus propios compañeros.
La
clásica tortuga policial avanzó abriéndose de a ratos para deglutirse
alguno de los manifestantes. Se contaron dos (algunos contaron tres y
hasta cuatro detenidos), hubo heridos, y contusos, piedras que volaban
como respuesta a los gases, gases que se arrojaban como respuesta a las
piedras.
Los
palos duraron alrededor de una hora, pero el clima, el fuego (fueron
incendiados seis contenedores de basura, tachos sueltos, cajas y
cartones), y el humo mantuvieron durante varias horas el clima del
mediodía áspero, con la ayuda del sol ardiente. “No vamos a dialogar con
las organizaciones ni con las personas violentas, solo con los
vendedores de buena fe que usan esta actividad como un sustento de
vida”, decía la subsecretaria de Espacio Público de la Ciudad, Clara
Muzzio.
El
tránsito estuvo interrumpido hasta alrededor de las 16 sobre Rivadavia.
Pueyrredón seguía cortada a esa hora. Y recién se liberaba Mitre, desde
la plaza hacia Callao.
Una
línea doble de uniformados se mantenía atravesada sobre Pueyrredón,
desde el borde de la plaza hasta la pared interna de la recova, en la
esquina con Mitre. Miraban hacia la avenida Rivadavia. Si se daba vuelta
a sus espaldas se podía ver el detrás de escena de la nueva policía. En
las espaldas de una docena de los 30 robocops que vallaban la avenida,
se leía el nombre de Policía Metropolitana repintado encima con marcador
azul como para disimular el nombre vetusto.
De
frente, la misma línea, mostraba la multiplicidad de orígenes: algunos
llevaban en su escudos el nombre de Policía Metropolitana. Otros, PFA,
por la rama Federal porteñizada, y otros con un Policía a secas, menos
jugado pero más útil para la nueva gestión.
A
esa hora la valla de uniformados daba la cara a unos diez manteros que
aguardaban bajo el sol, mientras el resto se abanicaba bajo la recova.
Aguardaban el regreso de los delegados que con la mediación de la
Defensoría del Pueblo porteño se reunía en la Subsecretaría de Trabajo
de la Ciudad para intentar acordar una solución al conflicto, con la
parte oficial encabezada por Juan Pablo Graña, vicejefe de gabinete de
la Ciudad.
La
defensora del pueblo porteño adjunta María América González anticipó la
dificultad de una resolución para un conflicto “que viene desde hace
años”.
“El
principal punto de conflicto es el tema del lugar, es muy difícil
encontrar otro sitio donde puedan trabajar y tener las mismas
condiciones con la misma cantidad de gente que hay en Once, ahí ellos
tienen su circuito de trabajo”, declaró la defensora. Se analizaban
distintas propuestas, una de ellas es la de instalarse en un galpón o
local, pero los manteros la rechazan ya que está alejado del movimiento
de sus clientes. “Hay que tratar de que la propuesta sea una alternativa
válida para que los manteros puedan trabajar y llevar el dinero a su
casa”, dijo González, quien explicó que “sólo se anotaron 300 manteros
en el censo que propuso la ciudad de los 1800 que se calcula que hay en
Once”.
La
reunión continuará hoy. Anoche, los delegados reunidos en la asamblea
del corte llamaron a retirarse y regresar al día siguiente. Algunos
preferían mantenerse en guardia con el corte, pero el grueso se iba
desagregando. La nueva policía seguía de guardia por si acaso hiciera
falta algo.
Vaca Muerta: Macri quiere extender a más sectores la reducción del costo laboral
Vaca
Muerta como caso testigo. El Gobierno aspira a replicar en otros
sectores la negociación que posibilitó el acuerdo para la puesta en
marcha del plan de explotación del yacimiento Vaca Muerta, y que incluyó
a la Casa Rosada, al gobierno de Neuquén, a los gremios petroleros y a
las empresas. Ahora, el objetivo de Mauricio Macri es lograr un efecto
contagio en otros sectores.
El
acuerdo establece la reducción de los costos laborales a cambio de
dinamizar la llegada de inversiones al yacimiento. El jefe del Estado,
que calificó el pacto de “histórico”, sostuvo que “este tipo de
convenios” es lo que se necesita “en todos los sectores de la
Argentina”.
Si
bien el éxito de la gestión que posibilitó la firma del acuerdo
despertó entusiasmo, en la Casa Rosada reinaba ayer una expectativa
moderada. “No sólo se trata de un caso testigo para este año, sino para
lo que viene en la Argentina. El año pasado normalizamos las variables
macroeconómicas, como la inflación y el déficit, y ahora vamos a lo
micro. Tenemos que ver cómo mejorar la competitividad sector por
sector”, dijo a LA NACION el secretario de Coordinación de Políticas
Públicas, Gustavo Lopetegui.
Macri
expuso ayer, en el acto en Casa Rosada en que anunció el plan de
explotación de Vaca Muerta, el principal argumento para “convencer” a
los gremialistas.
Según
explicó, hay un compromiso de las empresas petroleras de invertir “5000
millones de dólares para este primer año”, y aseguró que el acuerdo
generará “una verdadera revolución del trabajo”. Pese a esto, desde el
Gobierno advirtieron que no será una tarea sencilla.
“Ojalá”,
fue la respuesta de uno de los hombres con acceso diario al despacho
presidencial ante la pregunta sobre si el acuerdo por Vaca Muerta podría
copiarse en otros convenios. “Es difíci.. pero es mejor ir a una
negociación con este antecedente”, reconoció.
Lo
cierto es que para modificar un convenio colectivo de trabajo hace
falta un acuerdo de tres: el Estado, el principal gremio de la actividad
y la cámara empresaria. La administración de Macri está empecinada en
terminar con los problemas de “falta de competitividad”, aunque
aclararon que no se trata únicamente de los costos laborales.
“Convenios
que hagan realidad la potencialidad que tenemos los argentinos. Yo les
digo a todos que es verdad, pero que aprendimos, que un año y un mes
después de haber asumido este cargo, habiendo viajado en ese año
alrededor del país tal vez más que la mayoría de los presidentes en todo
un mandato, les puedo decir que confío hoy más que nunca en todo lo que
ustedes son capaces de hacer”, dijo el Presidente, que encabezó el acto
en el Salón Blanco, donde más tarde les tomó juramento a los flamantes
ministros de Hacienda, Nicolás Dujovne, y Finanzas, Luis Caputo.
El
llamado de Macri a los sindicatos para avanzar con las negociaciones
será por actividad. “Seguramente avanzaremos más rápido con algunos
sectores”, dijo, enigmático, otro de los funcionarios que habitan en el
primer piso de la Casa de Gobierno. En el horizonte asoman las
negociaciones con los textiles, Smata, las automotrices y la Uocra,
entre otros.
Entre
las razones que explican la conquista del Gobierno el ministro de
Trabajo, Jorge Triaca, destacó tres: el esfuerzo que realizó durante
todo el año el Gobierno para mantener el precio subsidiado del barril
para la producción local; el trabajo que hizo el gremio que conduce el
senador nacional Guillermo Pereyra -cedió la remuneración extra por los
tiempos de traslado, conocidos como “horas taxi”, y pernocte en los
pozos-, que ayer estuvo en Balcarce 50 junto al gobernador neuquino,
Omar Gutiérrez, y el potencial de Vaca muerta.
“Los
gremios fueron conscientes de que con el convenio de trabajo no iban a
llegar las inversiones. Pero hay distintos sectores, lo que hay que
mirar son los procesos productivos”, explicó a LA NACION Triaca, que
como ejemplo sostuvo que el 30 por ciento de las paritarias se cerraron
con “cláusulas de productividad”.
El
plan del Gobierno es modificar las reglas de mundo laboral. Además de
la reducción de los costos laborales para fomentar la llegada de
inversiones, está en carpeta la reforma impositiva, que según declaró el
secretario de Interior, Sebastián García De Luca, se comenzará a
discutir con los gobernadores en la reunión fijada para el 2 de febrero.
A ese paquete también se suma el proyecto de ley que introduce cambios
en el régimen de aseguradoras de riesgos del trabajo (ART), con el
objetivo de reducir el incremento de demandas judiciales en contra de
las indemnizaciones por enfermedad e incapacidad; la iniciativa ya fue
aprobada por el Senado.
“Mejores sueldos”
En
su discurso, el Presidente, además, consideró que el plan para la
explotación de Vaca Muerta ayudará a crear nuevos empleos en todo el
país. Otro de los argumentos que utilizarán para persuadir a los
gremios. “Esto va a ser una verdadera revolución del trabajo, en torno a
este recurso natural. Esto es un enorme desafío de desarrollo para
todos los argentinos. En el camino de generar esa energía, vamos a
generar una revolución de empleo”, describió Macri.
En
el mismo sentido opinó Triaca: “Queremos generar el escenario para
lograr más trabajo con mejores sueldos. Pero, además, es importante
mejorar los recursos humanos”.
El
mandatario también aprovechó la oportunidad para recordar la “herencia”
que dejó su antecesora, Cristina Kirchner. “Luego de quebrar el sistema
de reglas, instalar la mentira, la corrupción, el derroche, nos
transformamos en un país de escasez de energía, que es cara porque la
tenemos que exportar por miles de millones, lo que genera déficit fiscal
y la no posibilidad de abrir fábricas. Cada vez que hemos tenido que
importar energía, hemos perdido un trabajo para un argentino”, aseguró
el Presidente.
Una “revolución” del trabajo
Mauricio Macri
“Se
abre una etapa de futuro para la energía del país. Sin energía no se
crece como país, no hay desarrollo y no vamos a poder reducir la
pobreza”
“Los millones no son importantes en sí mismos. Esto va a ser una verdadera revolución del trabajo, en torno a este recurso”
Todavía faltan tres aumentos más en el año
El
precio de la nafta subirá hoy 8 por ciento, con lo cual el litro super
se ubicará arriba de los 18 pesos y el premium llegará a los 21 en la
Ciudad de Buenos Aires. Esos valores suben hasta 2 pesos en el resto del
país. En el Ministerio de Energía, a cargo de Juan José Aranguren,
indicaron que a lo largo de 2017 se realizarían otros tres aumentos,
puesto que el precio del combustible tendrá una revisión trimestral. Las
autoridades avalarán nuevas subas en función de la evolución del tipo
de cambio, del precio del petróleo y de la inflación a lo largo del año.
En 2016 la nafta ya había registrado un ajuste del 31 por ciento, con
incrementos escalonadas que se concentraron entre enero y mayo.
El
combustible tiene un fuerte peso en la estructura de costos de la
economía y es uno de factores que ya empieza a provocar nuevas presiones
de precios para este año. El aumento de los combustibles impacta en el
valor del transporte y, por tanto, en el precio final de la mayor parte
de las mercaderías comercializadas en el mercado interno. Productores de
economías regionales, que ya se enfrentan al tipo de cambio real más
apreciado de la última década, son algunos de los sectores más
afectados.
El
litro de nafta super de YPF en Capital Federal se venderá desde hoy a
18,4 pesos. En enero de 2015 costaba 13,8 pesos, en marzo de 2016 pasó a
14,6 pesos, en abril a 15,5, y a partir de mayo subió a 17,1. El litro
de la premium, en tanto, se conseguirá a 20,8 pesos, cuando en enero de
2015 estaba a 15,6 pesos, en marzo de 2016 a 16,5 pesos, en abril a 17,5
y en mayo a 19,3. El gasoil también subirá.
Aranguren
aseguró que el precio de la nafta no depende del Ministerio de Energía
sino de diferentes factores sobre los que no tiene capacidad de
decisión. “Las naftas como cualquier otro producto de la economía está
sujeta a la variación de sus costos, que tienen que ver con el precio
del petróleo crudo y la evolución del dólar. Las subas de este año van a
depender de estos factores que no están bajo nuestra órbita. El año
pasado subieron 31 por ciento, por debajo del resto de los precios de la
economía”, dijo. La Argentina fue uno de los pocos países del mundo
donde hubo aumentos en la nafta en 2016, cuando el precio internacional
del petróleo anotó uno de los valores más bajos de las últimas décadas,
al cerrar en torno de 40 dólares el barril.
El
ministro de Energía afirmó que el principal objetivo es que los costos
del barril de crudo obtenido en el mercado interno coincidan con los del
resto del mundo. “En un mercado libre, es decisión de los actores
económicos cuál es el precio del combustible. Pero la Argentina ha ido
gradualmente acercándose a los precios internacionales en los últimos
dos años y todavía falta. Trabajamos con las empresas en un mecanismo
para dar previsibilidad y gradualidad a la evolución de los precios de
los combustibles en el país”. Detalló que el precio del barril interno
se ubica en 60 dólares, mientras que en el mercado mundial está en 55
dólares.
El
funcionario festejó además los acuerdos alcanzados en el sector
petrolero, donde se eliminaron las retenciones a las exportaciones de
crudo y derivados y se firmó un nuevo convenio colectivo de trabajo.
“Este acuerdo va a ser el responsable del real desarrollo de Vaca
Muerta. Luego de 15 años en los que el sector estuvo sometido a
retenciones, esto cambió desde el sábado. Hubo elementos que frenaron el
desarrollo del petróleo y el gas en la Argentina”, indicó. Estimó que
el sector puede multiplicar el nivel de empleo por diez si se desarrolla
Vaca Muerta. “Tenemos que entender que la Argentina necesita puestos de
trabajo para salir de la pobreza, y lo mejor que tenemos es que el país
tiene recursos naturales y humanos para lograr el desarrollo que hemos
perdido por políticas equivocadas en el país”, añadió.
YPF vs. Shell
En
la gestión de Aranguren la petrolera estatal YPF perdió peso en su
participación en el mercado interno. Un informe de Asociación de
Operadores YPF al que accedió este diario detalla que entre enero y
noviembre de 2015 la firma estatal explicó el 58,7 por ciento del
mercado de gas oil en el país, mientras que en el mismo período de 2016
el peso de la firma descendió al 56,0 por ciento. La contratara fue el
aumento del peso de compañías como Shell, que pasó de explicar del 13,1
al 15,1 por ciento del mercado interno de gas oil. En el caso de las
naftas, YPF representaba el 56,9 por ciento en 2015, en tanto que
retrocedió al 55 por ciento en 2016. Shell, la segunda empresa en nivel
de ventas, pasó de explicar el 17,9 al 19,4 por ciento. El ministro de
Energía fue por años el CEO en el país de la petrolera anglo-holandesa.
El
aumento de los combustibles no es el único elemento que aumenta las
presiones de precios para el inicio de este año. Las subas en los
servicios e impuestos ya anunciados adelantan el ritmo de la inflación
de 2017. Este mes ya hubo un incremento del ABL en la Ciudad de Buenos
Aires del 38 por ciento, del 100 por ciento en los parquímetros y del 40
por ciento en patentes de autos. La telefonía móvil también llegó con
alzas en enero de 10,5 por ciento en la tarifa de Movistar. A su vez,
los peajes subirían cerca del 120 por ciento y la televisión por cable
un 14 por ciento.
En
el primero cuatrimestre de 2017 hay otras subas relevantes como las
cuotas de los colegios privados a partir de marzo. Las instituciones
empezaron a enviar el cronograma de aumentos, con ajuste de entre 25 y
30 por ciento. Subirán además los servicios públicos y el transporte.
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