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martes, 21 de junio de 2016

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% Declaración de ATTAC ARGENTINA %

Rechazamos la adhesión de la Argentina al bloque de la Alianza del Pacífico en calidad de “país observador”

11 de junio por ATTAC/CADTM Argentina

Ante la solicitud presentada por el gobierno de Mauricio Macri, Argentina fue aceptada como “país observador” del bloque regional integrado por Chile, Colombia, México y Perú. El presidente concurrirá a la Cumbre de este bloque que se celebrará en Chile el próximo 1 de julio. Esto da cuenta de cuál es la orientación, en cuanto a política exterior, del Gobierno de Argentina: “no quedar fuera de mundo”, impulsando para ello (entre otras medidas) la reactivación y/o el ingreso y la firma de acuerdos internacionales de comercio (TLCs). A partir de la entrada a la Alianza del Pacífico queda allanado el camino para suscribir el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), por otro lado, se está impulsando la apertura de las negociaciones (detenidas desde 2010) MERCOSUR/UE, más la firma de un Tratado Bilateral con los Estados Unidos. Todos estos tratados interactúan con los más de 50 Tratados Bilaterales de Inversión (TBIs) que nunca fueron denunciados ni tratados en el Parlamento.
El Gobierno de Argentina ha tomado la orientación de continuar profundizando la seguridad jurídica a los capitales extranjeros, sea mediante el pago de las demandas adeudadas en los centros arbitrales internacionales como el CIADI, hasta el pedido de disculpas a Repsol por la expropiación (más que debidamente indemnizada) de sus acciones en YPF, entre otros ejemplos.
Desde ATTAC / CADTM Argentina denunciamos está política de subordinación.
Veinte años de experiencia han demostrado, ampliamente, que los TLC tienen un fuerte impacto sobre la vida de los pueblos y, sobre todo, en el ejercicio de los derechos fundamentales como la salud, la educación y el trabajo. La firma de los mismos limita la capacidad de maniobra de cualquier gobierno para tomar decisiones claves en materia económica, social o ambiental.
El marco general, de todos estos tratados, tiene una gran similitud con el fracasado ALCA (Área de Libre Comercio para las Américas) y constituyen una plataforma política para profundizar las desigualdades sociales, aumentar la pobreza y concentrar la riqueza en, todavía, menos manos.
Denunciamos que los Tratados de Libre Comercio no son ni “libres” ni abordan sólo el tema “comercio”.
Por algo, las cláusulas de los mismos son negociadas de manera secreta, y sólo se conocen una vez que han sido firmados por los gobiernos. Los parlamentos nacionales no pueden opinar sobre el tratado ni introducir modificaciones, y sólo pueden decidir si lo ratifican o lo rechazan. Las consecuencias económicas, políticas y sociales de los TLCs no sólo nos afectan en la actualidad, sino que afectarán a las futuras generaciones, ya que perjudican la toma de decisiones de interés público y limitan la soberanía.
Reiteramos que, a partir de la entrada a la Alianza del Pacífico queda allanado el camino para suscribir el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP).
Este tratado incluye, además de un capítulo comercial, diferentes capítulos, por ejemplo, el de Inversiones, que en uno de sus artículos obliga a que el Estado acepte someterse a un Tribunal Internacional, generalmente, el CIADI (Centro Internacional de Resolución de controversias relativas a Inversiones), dependiente del Banco Mundial, que puede decidir si una determinada política pública va en contra de los intereses de una empresa transnacional (ETN). A esto se debe sumar que es necesario adecuar la legislación interna a las normas de estos acuerdos. La nueva generación de tratados incluye, además de las cláusulas mencionadas, obligaciones en materia de “coherencia regulatoria” que obliga a los Estados firmantes a coordinar cotidianamente sus legislaciones, por lo cual hay una imposición de las regulaciones de otros países, que suelen ser a la baja.
La cláusula de Propiedad Intelectual, por ejemplo, exige a los signatarios a ratificar la Convención UPOV (Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales), una especie de patente para las semillas. Ampliando el mercado de los organismos genéticamente modificados (OGM) amenazando a las semillas y a los conocimientos tradicionales. Lo que implica más saqueo de nuestros bienes comunes, contaminación de nuestro medioambiente y pérdida de la Soberanía alimentaria. Favorece, también, los intereses de las corporaciones monopólicas que tienen derechos de propiedad intelectual registrados a su nombre, tales como las grandes compañías farmacéuticas que pueden aumentar el precio de los medicamentos (sin ningún control) limitando el acceso a las drogas y tratamientos con genéricos. En este marco, las patentes y el derecho de autor afectan la posibilidad de producir conocimiento, de transferir tecnología y de acceder al conocimiento a través de medios como Internet.
Hace pocos días, desde ATTAC – CADTM Argentina manifestamos nuestro rechazo al reciente anuncio de que la Argentina pagará el dinero reclamado por empresas transnacionales (ETN) en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias sobre Inversiones (CIADI) |1|. Esto es posible porque nuestro país tiene firmados más de 50 Tratados Bilaterales de Inversión (TBIs) y está integrada a la Organización Mundial de Comercio (OMC). La adhesión a esos tratados le costó a la Argentina 42 juicios en el CIADI y millones de USD en juicios internacionales, dinero que podría haberse destinado a políticas públicas tendientes a transitar hacia alternativas al actual modelo de desarrollo.
Los Tratados de Libre Comercio no tienen en cuenta las diferencias en las dimensiones de las economías nacionales, es decir, la asimetría entre los países. Sólo para ilustrar esta diferencia, el tratado Unión Europea-MERCOSUR incluye a países como Alemania, que tiene un PBI de 3.868 billones de USD, contra Argentina, que tiene un PBI de 537.7 mil millones de USD.
Es fundamental tener en cuenta, en primer lugar, que hay una ofensiva de TLCs en todo el mundo. Desde el TTIP entre EEUU y Europa al CETA entre UE y Canadá. Ante la profunda crisis capitalista global la salida, para los poderosos del mundo, es el «libre comercio». La política exterior, en nuestro país, adhiere a esta concepción: dar absoluta seguridad jurídica al capital y a sus principales actores: las empresas transnacionales y esto en el marco de la disputa intercapitalista.
Desde ATTAC – CADTM Argentina no sólo denunciamos este avance del capital sobre los pueblos, la Naturaleza y la Vida, a partir de esta ofensiva de TLCs, sino que instamos a movilizarnos como en el resto del mundo. Actualmente, se están constituyendo las campañas “Mejor sin TPP” que trabajan en Chile, Perú y México con el objetivo de dar a conocer el TPP y denunciar sus efectos devastadores. También se ha desarrollado un movimiento masivo que se opone al Tratado Transatlántico (TTIP) en Europa y Estados Unidos, desde donde han juntado más de 3,3 millones de firmas contra el tratado.
Por ese motivo, invitamos a articularnos en el marco de la Asamblea “Argentina Mejor sin TLC”, uniéndonos a las actuales campañas continentales contra el TPP y contra los TLC que se negocian en la región. Y, abogamos, fundamentalmente, por otra Integración. Una Integración desde y para los Pueblos con cooperación, complementación y solidaridad que nos permita transitar hacia alternativas al actual modelo de producción y consumo capitalista.

Declaración de ATTAC Argentina dentro de la Red CADTM


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