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China desafía la guerra
comercial de Trump
Ulises Noyola Rodríguez
ALAI AMLATINA, 25/09/2017.- La conversión de China
como el nuevo taller del mundo
ha revivido la desesperación de Estados Unidos que, en un
intento desesperado
por mantener su hegemonía mundial, recurre a agresiones
comerciales y militares
con el fin de acabar definitivamente con el ascenso del gigante
asiático.
La investigación
comercial de la administración de Donald Trump tiene el objetivo
de demostrar
el robo de tecnología por parte de China, que invierte
sustantivamente en la
industria estadounidense y demanda a las empresas
norteamericanas transferir
ciertos procesos productivos como requisito para ingresar al
mercado chino[1].
La preocupación
de Washington sobre el ascenso de Beijing aumentó en los últimos
años dado que
el gigante asiático cada vez más produce su propia tecnología,
de suerte que
podrá competir en la producción de manufacturas contra sus pares
estadounidenses en el mercado mundial.
La aparición de
las grandes empresas chinas involucra numerosos sectores
tecnológicos como
Alibaba en la producción de Internet, Xiamoi en la creación de
software, Geely
en la construcción de automóviles eléctricos. De esta manera, la
expansión de
las corporaciones chinas amenaza la rentabilidad del capital
estadounidense,
que se encuentra sumido en un estancamiento tecnológico.
Si la
investigación llegara finalmente a culpar a China de robo de
tecnología, el
gobierno de Donald Trump podría aplicar aranceles sobre las
transacciones
comerciales con la justificación de que el gobierno chino está
llevando a cabo
prácticas comerciales injustas. Sin embargo, las medidas
proteccionistas del
gobierno norteamericano despertarían la furia de Beijing por
medio de
aplicación de contra-medidas comerciales en contra de
Washington.
Las posibles
medidas del gobierno chino podrían incluir la imposición de
varios aranceles,
la venta masiva de bonos norteamericanos y la restricción de
compra de dólares
para la conformación de las reservas internacionales. Es por
esta razón que el
gobierno de Donald Trump abordó cautelosamente la investigación
comercial de
China, por lo que contempla que la investigación podría durar
más de un año[2].
De todas formas,
la economía estadounidense quedaría devastada por la
contra-ofensiva de Beijing
en un momento donde los índices del gobierno de Donald Trump han
tocado mínimos
históricos. Aparte de esto, el gobierno norteamericano se
encuentra cada vez
más aislado en la escena internacional después de adoptar una
posición
proteccionista en la última reunión del G-20 y sacar a Estados
Unidos del
Acuerdo de Paris.
Por otra parte,
las tensiones entre Estados Unidos y Alemania se han vuelto casi
insostenibles
durante los últimos meses debido a la posible imposición de
aranceles de
Washington sobre las exportaciones alemanas y la aplicación de
sanciones
económicas a las empresas europeas que tengan convenios con el
sector
energético de Rusia.
Como
consecuencia de la agresión estadounidense, Brigitte Zypries, el
ministro
alemán de Economía, declaró que la Comisión Europea aplicará
contra-medidas en
caso de que Estados Unidos imponga sanciones económicas sobre
las empresas
alemanas que colaboran con Rusia[3].
El gobierno norteamericano acabará de construir su propia ruina
si impone
sanciones sobre las empresas alemanas, ya que solamente
reforzará la alianza
entre Alemania y China en contra de Estados Unidos.
En contraste con
el aislamiento norteamericano, el gobierno chino tiene de su
lado a los países
europeos con quienes pretende firmar un tratado de inversión y
formar una zona
de libre comercio que incluya a los países miembros de la Unión
Europea. De
esta forma, el gigante asiático dependerá menos de las
trasferencias
tecnológicas de Estados Unidos y apoyará su base tecnológica en
Europa.
Por añadidura,
la canciller Ángela Merkel, en la última visita del primer
ministro chino, se
mostró dispuesta a resolver sus diferencias con el gobierno
chino en relación a
la aceptación de China como una economía mercado en la
Organización Mundial de
Comercio[4].
El apoyo alemán será decisivo ya que debilitará la oposición de
Estados Unidos
en el seno de la OMC y potenciará las exportaciones chinas al
resto del mundo.
Además de crear
su propia tecnología, el gigante asiático está construyendo el
nuevo centro de
la economía mundial situado en Asia, que estará conectado por
medio de la Ruta
de la Seda. La conclusión de esta ruta atemoriza a Washington ya
que refuerza
las alianzas del gigante asiático dentro y fuera de Asia,
mientras que potencia
la competitividad de las empresas trasnacionales chinas.
Por un lado, el
nuevo centro de la economía mundial es impulsado
tecnológicamente por las
inversiones de los países integrantes del Banco Asiático de
Inversión en
Infraestructura. De esta manera, el gobierno chino fortaleció
sus relaciones
con setenta países que ya forman parte en la institución
financiera, cuyo
principal propósito es apoyar la integración económica del
continente asiático.
La gran
necesidad de obras de infraestructura permite, además, que los
bancos estatales
chinos financien proyectos de los países integrantes de la Ruta
de la Seda. Por
ejemplo, el Banco de Exportaciones e Importaciones y el Banco de
Desarrollo de
China, a mediados de 2017, tenían un monto de 200,000 millones
de dólares en
préstamos pendientes de los países que integran la Ruta de la
Seda[5].
Por lo tanto,
los bancos chinos pueden diversificar su cartera de préstamos en
el exterior,
lo cual permite reducir la carga de los préstamos en impago de
los sectores en
sobrecapacidad. Al mismo tiempo, los sectores en sobrecapacidad,
particularmente en la construcción, tienen la oportunidad de
expandirse con
proyectos rentables que mejora su situación financiera.
Los proyectos de
infraestructura de la Ruta de la Seda mejoran así la
competitividad y la experiencia
de las grandes empresas constructoras de China, ya que están
construyendo una
gran variedad de líneas de transporte como carreteras, puertos,
oleoductos y
gasoductos, pero también parques industriales con el fin de
establecer acuerdos
de cooperación en la agricultura, manufactura, educación y
turismo[6].
En resumen, el
ascenso de China como centro manufacturero difícilmente podrá
ser detenido por
Washington dadas las fuertes relaciones que ha construido el
gigante asiático
con el resto del mundo. Las agresiones comerciales de Estados
Unidos contra
China solamente contribuirán a hundirlo en una crisis económica
de la que
saldrían aún más debilitados para poder reconquistar su
hegemonía.
- Ulises Noyola
Rodríguez es colaborador del Centro de
Investigación sobre la Globalización.
URL de este
artículo: https://www.alainet.org/es/articulo/188243
[2] New York Times. Trump Cautious on China
Inquiry Over Intellectual Property Theft. Fecha de
publicación: 12/8/2017.
[3] Reuters. Germany urges EU countermeasures
against U.S. over Russia
sanctions. Fecha de publicación: 31/6/2017.
[4] Xinhua. China, Germany agrees to speed up
talks on China-EU
investment agreement, enrich bilateral ties. Fecha de
publicación: 2/6/2017.
[5] Global Times. Chinese banks expand loans in
Belt and Road nations.
Fecha de publicación: 12/5/2017.
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