Diálogo con el obispo Colombo, vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal
Preocupado
ante el recorte, el obispo pide un diálogo “previo, no sobre hechos
consumados” para construir “una sociedad justa”. La reunión con Macri
reprogramada para el martes.
Por Washington Uranga
“Hay que extremar todos los recursos para no perjudicar a
los sectores menos favorecidos”, sostuvo el obispo Marcelo Colombo,
vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal católica, en diálogo
con PáginaI12. Frente al nuevo debate de mañana en Diputados, el titular
del obispado de La Rioja reiteró la importancia de exigir “la defensa
de la dignidad de los más pobres en la discusión de leyes que la
cercenen o afecten gravemente, especialmente los proyectos de reformas
que afectan a jubilados y trabajadores”.
Colombo insistió que “los sectores más pobres, más vulnerables son nuestra prioridad”, valoró la búsqueda para encontrar una solución al déficit fiscal pero reclamó que “cualquiera sea la medida que se tome, el conjunto de las reformas que se adopten deben atender a las necesidades de toda la población, comenzando por los más pobres”.
Colombo insistió que “los sectores más pobres, más vulnerables son nuestra prioridad”, valoró la búsqueda para encontrar una solución al déficit fiscal pero reclamó que “cualquiera sea la medida que se tome, el conjunto de las reformas que se adopten deben atender a las necesidades de toda la población, comenzando por los más pobres”.
El obispo riojano dijo también que en su provincia, “que
tiene mucha dependencia del empleo público, el déficit fiscal genera
mucha incertidumbre y mucha angustia”, pero al mismo tiempo aseguró que
hay importante caída del empleo “sobre todo por el cierre de industrias
textiles que hoy no pueden competir con las importaciones”. Según
Colombo la Iglesia, a través de Cáritas, está tratando de “ayudar para
sostener un poco la situación y tenemos presencia en toda la provincia”
pero “con esto no resolvemos el problema del trabajo”.
Después de la fallida sesión de Diputados, la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal hizo un llamado “al diálogo” para “construir una sociedad justa y equitativa”. Ayer el obispo reiteró la importancia del diálogo, pero señaló que este debe ser “previo, para buscar todas las posibilidades”, para construir “una democracia real, una democracia que tenga en cuenta las necesidades de la gente”. Porque “dialogar sobre hechos consumados o sobre situaciones decididas no aporta, no construye”.
Colombo coincide con lo manifestado desde Córdoba por el sacerdote Munir Bracco, titular de Pastoral Social de esa provincia quien, en una carta enviada a los legisladores les pidió que rechacen “toda iniciativa que atente en términos reales contra la situación material actual de los jubilados y aparte a los jubilados de su legítimo derecho a recibir lo suficiente para garantizar la dignidad de la vida”. Y reclamó poner en práctica lo que la doctrina social de la Iglesia reconoce como “derecho de los trabajadores”, que “la remuneración es el instrumento más importante para practicar la justicia en la relaciones laborales” porque “el salario justo es el fruto legítimo del trabajo”. Apoyándose en el magisterio del papa Francisco, el cura Bracco solicitó a los diputados que garanticen para los jubilados y su familia una remuneración que les asegure “una vida digna en el plano material, social, cultural y espiritual” rechazando cualquier iniciativa que atente contra tales condiciones.
Antes de las elecciones legislativas de octubre, la Pastoral Social cordobesa había emitido un comunicado en el que señalaba que “una conducta ciudadana comprometida con el bien común es incompatible con el individualismo, la indiferencia política (que se puede manifestar de múltiples formas), la intolerancia, la falta de conciencia comunitaria y el conformismo, entre otras cosas”.
“No me ha gustado, desde el vamos, la reforma previsional” aseguró el obispo Sergio Buenavuena (San Francisco, Córdoba). “Mucho menos sabiendo que, entre sus fines plantea un ahorro (por decir un eufemismo) para bajar el insoportable déficit”, dijo. Reflexionando sobre los hechos políticos recientes el obispo católico afirmó que “ésta es la hora de la política como arte de lo posible”. Pero advirtió que esto no puede entenderse como “atajos y componendas para que saquen tajada los que tienen una buena porción de la torta” porque en ese caso lo que se estaría impulsando es “la corrupción de la política tan admirablemente ejercida por tantos pícaros que oscurecen nuestra historia ciudadana”.
Buenanueva anotó que “si me critican por estar metiéndome en política siendo obispo, les digo ¡tienen razón! Pero no me meto a tomar decisiones, sino a tratar de iluminar desde los valores del Evangelio la dimensión humana y ética que tiene la política como acción humana que involucra la conciencia, la libertad y la capacidad de bien y de virtud que tenemos los seres humanos”. Porque “como obispo no tengo competencia para ofrecer soluciones técnicas”, pero “sí tengo el deber de que la luz del Evangelio y del humanismo cristiano no falte en esta hora difícil de la sociedad de mi país”, concluyó.
Las máximas autoridades de la Iglesia Católica, encabezadas por el presidente del Episcopado y obispo de San Isidro Oscar Ojea, tienen previsto encontrarse esta semana con el presidente Mauricio Macri. La reunión, inicialmente pactada para el lunes, fue postergada para el martes, pero condicionada a la evolución de la situación política. Si bien se trata de un encuentro protocolar por la reciente elección de autoridades, será una ocasión para que los obispos le expongan al Presidente las posiciones que vienen manifestando en público.
Después de la fallida sesión de Diputados, la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal hizo un llamado “al diálogo” para “construir una sociedad justa y equitativa”. Ayer el obispo reiteró la importancia del diálogo, pero señaló que este debe ser “previo, para buscar todas las posibilidades”, para construir “una democracia real, una democracia que tenga en cuenta las necesidades de la gente”. Porque “dialogar sobre hechos consumados o sobre situaciones decididas no aporta, no construye”.
Colombo coincide con lo manifestado desde Córdoba por el sacerdote Munir Bracco, titular de Pastoral Social de esa provincia quien, en una carta enviada a los legisladores les pidió que rechacen “toda iniciativa que atente en términos reales contra la situación material actual de los jubilados y aparte a los jubilados de su legítimo derecho a recibir lo suficiente para garantizar la dignidad de la vida”. Y reclamó poner en práctica lo que la doctrina social de la Iglesia reconoce como “derecho de los trabajadores”, que “la remuneración es el instrumento más importante para practicar la justicia en la relaciones laborales” porque “el salario justo es el fruto legítimo del trabajo”. Apoyándose en el magisterio del papa Francisco, el cura Bracco solicitó a los diputados que garanticen para los jubilados y su familia una remuneración que les asegure “una vida digna en el plano material, social, cultural y espiritual” rechazando cualquier iniciativa que atente contra tales condiciones.
Antes de las elecciones legislativas de octubre, la Pastoral Social cordobesa había emitido un comunicado en el que señalaba que “una conducta ciudadana comprometida con el bien común es incompatible con el individualismo, la indiferencia política (que se puede manifestar de múltiples formas), la intolerancia, la falta de conciencia comunitaria y el conformismo, entre otras cosas”.
“No me ha gustado, desde el vamos, la reforma previsional” aseguró el obispo Sergio Buenavuena (San Francisco, Córdoba). “Mucho menos sabiendo que, entre sus fines plantea un ahorro (por decir un eufemismo) para bajar el insoportable déficit”, dijo. Reflexionando sobre los hechos políticos recientes el obispo católico afirmó que “ésta es la hora de la política como arte de lo posible”. Pero advirtió que esto no puede entenderse como “atajos y componendas para que saquen tajada los que tienen una buena porción de la torta” porque en ese caso lo que se estaría impulsando es “la corrupción de la política tan admirablemente ejercida por tantos pícaros que oscurecen nuestra historia ciudadana”.
Buenanueva anotó que “si me critican por estar metiéndome en política siendo obispo, les digo ¡tienen razón! Pero no me meto a tomar decisiones, sino a tratar de iluminar desde los valores del Evangelio la dimensión humana y ética que tiene la política como acción humana que involucra la conciencia, la libertad y la capacidad de bien y de virtud que tenemos los seres humanos”. Porque “como obispo no tengo competencia para ofrecer soluciones técnicas”, pero “sí tengo el deber de que la luz del Evangelio y del humanismo cristiano no falte en esta hora difícil de la sociedad de mi país”, concluyó.
Las máximas autoridades de la Iglesia Católica, encabezadas por el presidente del Episcopado y obispo de San Isidro Oscar Ojea, tienen previsto encontrarse esta semana con el presidente Mauricio Macri. La reunión, inicialmente pactada para el lunes, fue postergada para el martes, pero condicionada a la evolución de la situación política. Si bien se trata de un encuentro protocolar por la reciente elección de autoridades, será una ocasión para que los obispos le expongan al Presidente las posiciones que vienen manifestando en público.
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