11 de enero de 2018
Pronunciamiento de curas que trabajan en villas
Los
sacerdotes católicos señalaron que "el Papa siempre nos ha alentado a
trabajar a favor de los más pobres". Su documento se inscribe en la
misma línea argumentativa de la declaración emitida ayer por el
Episcopado.
Por Washington Uranga
Bajo
el título de "Los pobres, la Iglesia y el Papa", un grupo de sacerdotes
católicos que se autotitula "Equipo de Sacerdotes de Villas de Capital y
Provincia", emitió hoy un documento en el que recuerda que "el Papa
Francisco siempre nos ha alentado a trabajar a favor de los más pobres" y
subraya que "sabemos que en nuestro mundo hoy su palabra es
interpeladora y para algunos molesta". El texto, que lleva la firma de
una treintena de sacerdotes, incluidos los dos recientes obispos Gustavo
Carrara (Buenos Aires) y Jorge García Cueva (Lomas de Zamora), reafirma
que "la vida con los pobres es una opción a la que fuertemente nos
invita el Evangelio de Jesús". El documento se inscribe en la misma
línea argumentativa de la declaración emitida ayer por la Comisión
Ejecutiva de la Conferencia Episcopal titulada "Francisco, el Papa de
todos".
"Para nosotros -dicen- su ejemplo (del Papa) y
su palabra son una invitación renovada a estar al servicio de los más
pobres y no de nosotros mismos". Y recuerdan una afirmación del propio
Francisco en la exhortación apostólica "Evangelii gaudium": “¡Cuántas
palabras se han vuelto molestas para este sistema! Molesta que se hable
de ética, molesta que se hable de solidaridad mundial, molesta que se
hable de distribución de los bienes, molesta que se hable de preservar
las fuentes de trabajo, molesta que se hable de la dignidad de los
débiles, molesta que se hable de un Dios que exige un compromiso por la
justicia.”
Dicen los curas que "las reflexiones que se
hacen sobre los pobres y las organizaciones que intentan organizar
comunidades y superar la pobreza deben hacerse desde el conocimiento, la
cercanía, el amor a los pobres, pero sobre todo, desde una profunda
conciencia de igualdad". Porque, agregan, "si no esas reflexiones
contribuyen a levantar muros y a cavar grietas". Y se afirma que "los
muros y las grietas, que son el signo de nuestro tiempo comienzan en la
mirada de creerse distinto, de no reconocerse iguales, hermanos".
Los sacerdotes católicos justifican su
pronunciamiento diciendo que "con cierta perplejidad en este último
tiempo leemos o escuchamos que la Iglesia en general, y en especial el
Papa, no quieren que los pobres dejen de ser pobres, porque de esta
manera se perdería lugar de influencia".
Tras señalar que "somos curas que vivimos y/o
trabajamos en villas y/o barrios populares" y "agradecidos de que los
pobres nos hayan hecho un lugar entre ellos". Aseguran que "nuestra
opción comienza en el trabajo y las obras" y que por lo tanto la opción
por los pobres "no se trata solo de dar de comer a un pobre, sino de
considerarlo digno de participar en nuestra mesa". Y en tal sentido,
afirman, "la vida con los pobres nos ha permitido valorar la cultura
popular latinoamericana; cultura que opta por la vida y la libertad".
Por eso, agregan, "los vecinos y vecinas de nuestros barrios tienen el
anhelo de que su familia viva bien" y, a modo de ejemplo, "por eso han
pasado de la chapa y la madera a los ladrillos y la loza, para así
darles un futuro mejor a sus hijos y nietos".
Argumentan que "el Evangelio de Jesús es
concreto y la cultura popular también" y por ese motivo "no solo hemos
levantado capillas, sino también escuelas, jardines comunitarios,
clubes, centros barriales para la atención de personas con problemáticas
de adicción, centros de formación profesional, oficinas de empleo,
cooperativas de trabajo, etc. Y esto se ha podido hacer con la
colaboración de muchos otros y de distintas maneras, buscando derribar
muros y tender puentes para una real integración urbana".
"Hoy se habla de integración social y urbana y
esto hay que entenderlo a nuestro parecer bajo la categoría de
encuentro", sigue el texto de los curas villeros. "Esto es reconocer al
pueblo, que vive en nuestros barrios, como sujeto colectivo con su
cultura, su lenguaje, su modo de razonar, su ritmo, sus símbolos". Y
sostienen que "esto no es populismo, es sencillamente respetar al otro
como otro". Porque "en este encuentro los barrios pobres recibirán
mucho, pero debemos reconocer que ellos ya aportan mucho".
En otra parte del documento se afirma que
"históricamente hemos pedido la presencia inteligente del Estado en los
barrios populares y hemos facilitado en lo que hemos podido su estar
ahí. De hecho hay dependencias del Estado que están junto a nuestras
capillas" porque "es el Estado el que tiene en sus manos las mejores
herramientas para esta integración social y urbana, que nuestros vecinos
anhelan" y "uno de los caminos concretos es la generación de trabajo
para los sectores populares". Señalan los sacerdotes católicos que
"donde el Estado no está inteligentemente presente, aparecen las
organizaciones criminales que principalmente afectan la vida concreta de
los vecinos de nuestros barrios".
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