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miércoles, 27 de junio de 2012

Tinkunaco 0937/12 - Re: [Prensa] Juicio Camps, caso Timerman

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JUICIO CAMPS
 
“El secuestro de mi padre tiene que ver con la apropiación de Papel Prensa”
                                      
Javier y Hector Timerman hablaron sobre la desaparición del Director del Diario La Opinión Jacobo Timerman. Afirmaron que Lidia Papaleo fue violada y maltratada, y que los diarios La Nación y Clarín demoniszron a la familia Graiver en complicidad con la última dictadura cívico militar.
 
PRENSA Y DIFUSIÓN
APDH LA PLATA
 
(26JUNIO2012) Jacobo Timerman fue detenido por la dictadura cívico militar durante dos años y seis meses, y recibió brutales golpizas tanto en dependencias policiales como en Puesto Vasco y Coti Martínez, dos de los centros que son parte del Circuito Camps.
 
Sus hijos Javier y Héctor hablaron frente al Tribunal de las complicidades civiles, las torturas, violaciones y los asesinatos en los Centros Clandestinos de detención, con la idea firme de que el secuestro no solo fue ideológico –por las críticas que hacia el medio al gobierno de facto- sino económico, ya que se estaba por realizar la apropiación de Papel Prensa en una complicidad entre militares, civiles y los diarios Clarín, La Nación y La Razón.
 
Varios aspectos recorrieron ambos testigos, que señalaron las torturas psicológicas que recibió tanto el padre como la familia, como por ejemplo la madre, quién sufrió años más tarde de la dictadura un paro cardíaco. “Estoy seguro que eso fue producto de lo que hicieron estas bestias, las secuelas son toda la vida”, dijo Javier, mientras miraba de cerca a los imputados.
 
La noche del 15 de abril marcó el quiebre para la familia Timerman, porque un grupo de aproximadamente 20 personas –militares y civiles- ingresaron violentamente y se llevaron a Jacobo al Primer Cuerpo del Ejército. Mientras tanto robaron objetos de valor y hasta se llevaron el auto. Más allá que después de un par de días la familiar supo donde estaba, recién lo pudieron ver el 25 de mayo: “Había perdido mucho peso, en una sensación terrible. Fue salvajemente torturado, estaba en muy mal de estado psíquico, dijo que nos olvidemos de él, que íbamos a estar preso toda su vida, que hagamos nuestras vidas, que no lo vayamos a visitar porque estaba todo terminado”, expresó Javier.
 
Jacobo Timerman falleció, pero pudo hablar sobre lo que pasó en el Juicio a las Juntas en 1986. Ahí contó que Camps lo amenazó de muerte, y que su vida dependía de lo que contara. “La tortura psicológica no solo va a los detenidos sino también a los familiares. Es importante destacar esto. La vi a la mujer de Isidoro Graiver, contaba que los hijos le preguntaban cuando iban a tener felicidad, porque era catastrófico todo. Los chicos de Graiver no tenían donde ir al colegio, no los aceptaban”, insistió Javier.
 
Jacobo pasó por una Alcaldía de Policía en Buenos Aires, por el Penal de  Magdalena, regresó a la Alcaldía, tuvo  arresto domiciliario y luego fue uno de los únicos dos expulsados del país “por su condición de judío”, según expresó Héctor, y agregó: “Empezamos campaña de denuncia afuera. Hablamos en los medios, hicimos campaña. Siempre he hablado con mis padres de hechos que han ocurrido. Una persona torturada nunca se recuperada”.
 
Algo que destacó tanto Javier como Hector fue la infraestructura creada por el genocidio, que implicó una logística de civiles que ocuparon distintos roles:
 
“A veces era peor ver familias enteras torturadas, por la humillación. Ver a hijas tener que acostarse con los policías para que no torturen a los padres, esa humillación del entorno familiar. Lo pude entender después cuando tuve mis hijos. Él hablaba de una infraestructura creada, no eran tres tipos, para la tortura y asesinato. Había cocineros, lingüistas, distintos profesionales”
 
Javier insiste, se lamenta, se resigna ante la impotencia de lo sucedido. Expresa su bronca de forma organizada: “Cuando hay gente que dice que no sabía lo que pasaba, era mentira. Había tantas personas de inteligencia, que investigaban, que hace pensar en responsabilidad de muchos, de personas políticas que estaban a cargo, del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires. Un día me desperté a mitad de la noche cuando mi padre había despertado, vi encías postizas. En la tortura mi viejo había perdido todo. Situaciones inhumanas absolutas que a veces me cuesta imaginar, son terriblemente dolorosas y uno se siente culpable”, sentenció Javier.
 
Coti Martínez y Puesto Vasco fueron los lugares que pasó Jacobo Timerman. Por lo que dijeron sus hijos, a él le decían “Judío, judío” y le daban más picana. “Por su condición había más ensañamiento. Constantemente se hablaba de su condición de judío, de sionista, formaba parte de ese mundo donde el antisemitismo era feroz, lo vomitaban. Era odio como el nazismo” manifestó Javier.
 
Secuelas Físicas
 
Javier recuerda que en 1997 su padre iba a hacerse una operación en las costillas a 15 años de las torturas. El médico del Hospital Italiano le dijo: “no sé como hacía usted para moverse porque nunca vi una persona en este estado físico”, y le preguntó luego si había ido a una guerra.
 
Para los Timerman fue una destrucción familiar que provocó el genocidio. “Mi padre era una persona muy sana, fuerte, nunca había tenido un problema médico y quedó debilitada”
 
Los interrogatorios eran sobre su participación como “líder de la subversión intelectual sobre los planes sionistas de quedarse con Argentina”, expresó Javier. “Era una obsesión de descubrir la conexión entre él y el sionismo que se iba a quedar con Argentina. Era el responsable de envenenar la mente de los jóvenes a través del diario. Mucho tenía que ver con su condición de judío y como contaminador de la mente de los jóvenes”, ironizó.
 
Por su parte el actual Canciller del país Hector Marcos Timerman mantuvo la línea de su hermano durante la declaración,  y aportó a su vez datos periodísticos sobre el rol del Diario La Opinión en la dictadura Cívico Militar. Indicó que al padre lo secuestraron en el marco del operativo para apoderarse de las acciones de Papel Prensa y poder manejara a la opinión pública a través del manejo de información. “La Policía no quería tomar la denuncia de Habeas Corpus porque decían que se había ido. Fue una batalla verbal hasta que logramos que se acepte que había desaparecido sin motivos de la casa”
 
 Los primeros indicios sobre el destino de mi padre fueron de  una conversación con Roberto García, trabajador del Diario La Opinión. “Me dijo que lo tenía la Policía, si no lo reconocían en las primeras 48 horas, lo mataban. Luego el Poder Ejecutivo emitió declaración que tenía actividades subversivas. El 25 de mayo de 1977  lo ponen a disposición del Poder Ejecutivo Nacional”, afirma el hijo, y completa: “Ese mismo día el PEN intervino el Diario La Opinión, confiscó todos los bienes de la familia Timerman”.
 
 
 
Mientras tanto el Diario La Opinión era ocupado por el Poder Ejecutivo, empezó una razia de periodistas que llegaron a ser más de 100 durante el proceso, según afirmó el Canciller. En la apropiación del diario y de los bienes de la familia el testigo hizo hincapié en la figura del  Gobernador de la Provincia Saint Jane y en su Ministro Jaime Smart –en contexto dictatorial-, ambos imputados en este juicio.
 
Como el Canciller ya tenía 22 años comenzó una búsqueda inusitada para encontrar a su padre. Así fue que se entrevisto un par de veces con Etchecolatz. “Una vez lo esperé en la Secretaría y estaba discutiendo porque Rojas había matado a alguien y él no había dado la orden. De mala manera le dijo que él decide quién muere y quién vive”
 
Con paciencia el testigo relató la forma de organización de la estructura represiva: “Mi padre fue salvajemente torturado. En esas sesiones de tortura, las razones fueron diferentes, había tres grupos que participaban de las torturas: Camps y Von Wernich centraban la acusación en el carácter subversivo del Diario y como activista sionista. Había otro grupo que se ocupaba al Caso Graiver, en la cuestión económica. Y luego los torturadores para hacer daño, con picana, falta de alimentos, hacerlos dormir en una cucha para perros”
 
A su vez, la tortura psicológica fue un aspecto clave que señaló Hector. “Recuerdo que mi padre contó la tortura que sufrió una mujer joven que fue violada en frente de su padre”.
 
Luego, volvió a recaer la responsabilidad al gobernador Saint Janes porque “tenía aspiraciones presidenciales” y le molestó que el Diario La Opinión comenzó a hablar “en su contra”, por lo que leyó varios fragmentos periodísticos al Tribunal.
 
Caso Graiver
 
El canciller insistió en que es el “Mal llamado caso Graiver”, ya que después de 36 años cuando se escucha el nombre Graiver piensan que “es delincuente”, dijo.
 
“Mi padre siempre recordaba que Lidia Graiver era la persona que más habían violado mientras él estuvo secuestrado. Que más habían maltratado de todas las personas presas. Lidia ya dio su testimonio, pero mi padre quedó muy dolorido por la forma en que habían tratado a Lidia. Una vez la traen a Lidia vendada y desnuda. Camps le dice: cuentelé a estas personas tu historia. La llamaban la impura porque se había casado con un judío”
 
Más tarde insistió con que los Graiver son vistos como culpables por la construcción mediática que se hizo alrededor de ellos. “Algo que durante muchos años me pregunté. ¿Por qué se construyó el caso como si fueran los mayores enemigos de la patria? Hubo otros empresarios que cayeron, pero nadie construyó un caso como el de Graiver. Hubo otros banqueros que perdieron sus bancos. Clarín, La Nación y La Razón en complicidad con la dictadura querían apropiarse de Papel Prensa. A Timerman lo secuestran y le dan Papel Prensa. Ahí está la respuesta de porqué crearon un monstruo. No había nada que justificaba las cárceles, las torturas. Fue la construcción para crear la empresa y dejar afuera a Lidia Graiver”, sentenció.

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