Amigazos
Tras la victoria de Mauricio Macri y un fallo de la Corte Suprema, el gremio de Gerónimo Venegas recuperó el RENATEA que entre 2012 y 2015 fue gestionado por el Estado. Desde el 10 de diciembre a la fecha no se volvieron a registrar denuncias por trata o trabajo infantil en el ámbito agrario.
Por Darío Becchetti*
A finales de 2011 el Frente para la Victoria sancionó un nuevo Régimen de Trabajo Agrario que venía a reemplazar una ley de la dictadura cívico militar sancionada en 1980. Entre otras novedades, la nueva ley recuperó derechos elementales como el de huelga, contempló por primera vez la licencia por paternidad, prohibió el trabajo “de sol a sol” fijando la jornada laboral en 8 horas, delimitó cómo debían ser las condiciones de trabajo y suprimió el registro de trabajadores y empleadores que existía desde 2002 (el RENATRE) para transformarlo en el RENATEA. El cambio de un organismo por otro implicaba otra forma de gestión. El RENATRE era gestionado por la UATRE, el gremio de los trabajadores del campo liderado por Gerónimo “Momo” Venegas y las 4 entidades patronales que formaron la Mesa de Enlace. La entonces “nueva” gestión pasó a estar bajo la órbita del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación.
El RENATRE funcionó de 2002 a 2012 como una caja que tercerizaba sus funciones en sociedades anónimas. El registro recaudaba sobre cada trabajador agrario registrado y con esa plata debía financiar prestaciones y capacitaciones y velar por sus derechos. Sin embargo en 10 años de gestión jamás presentó una denuncia por trata o trabajo infantil en el sector con mayor informalidad laboral de todo el país. La fiscalización estaba a cargo de la SA “Gregard”, cuyo domicilio legal estaba fijado en Reconquista 630, el mismo domicilio que mantiene hasta hoy la UATRE. Gregard cobró por fiscalizar pero no logró detectar grandes irregularidades. En el RENATRE tampoco se preocuparon por cobrar las pocas multas labradas, garantizando un ámbito propicio para toda clase de abusos sobre los trabajadores.
El inicio de la gestión estatal, en enero de 2012, modificó rápidamente el cuadro de situación. Las denuncias telefónicas aumentaron un 14.000%, pasando de entre 15 y 25 al año a entre 15 y 25 por día. En tres años hubo 1.100 denuncias por trata, 68 por trabajo infantil y un fuerte impulso al debate sobre la trata en el campo: por primera vez en la historia empresarios iban presos y amplios sectores de la sociedad discutían al calor de la notoriedad de algunas denuncias, como las del ex Presidente Ramón Puerta en Misiones o la de Luis Etchevere en Entre Ríos.
En 2013 se creó la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX) a cargo del Fiscal Marcelo Colombo, con la tarea de concentrar todas las denuncias del Estado en la materia, logrando una aceitada colaboración con el RENATEA. Desde el cambio de gestión el 10 de diciembre la PROTEX no volvió a recibir una sola denuncia de parte del registro.
El Regreso del Momo
En 2011 el líder de la UATRE fue derrotado en la batalla política (solo el Senador Carlos Menem votó en contra de la nueva ley de trabajo agrario), pese a las movilizaciones que su gremio llevo adelante y a las amenazas que hizo sentir a diputados y senadores. El momo decidió cambiar la estrategia y presentó un amparo que fue rechazado en primera instancia. Inmediatamente apeló hasta llegar a la Corte Suprema, que falló a su favor en noviembre de 2015, ya consumada la victoria de Mauricio Macri. En su plataforma electoral, Macri había propuesto volver al RENATRE, el deseo que compartían la UATRE y las patronales agrarias que lo ovacionaron en su reciente visita a la Sociedad Rural.
El fallo de la Corte volvió inconstitucional que sea el Estado quien administre los fondos de la seguridad social de los trabajadores agrarios, y le devolvió esa facultad al gremio, restableciendo al viejo RENATRE. De esta manera el registro salió de la órbita del Estado para volver a ser dirigido por la UATRE y las patronales, que vuelven a controlarse a sí mismas.
“El desmantelamiento del RENATEA se enmarca en las políticas neoliberales aplicadas por el actual gobierno y que implican, como en la década menemista, la eliminación de los organismos de control estatal sobre la actividad de los sectores empresarios” señala Guillermo Martini, el director general del RENATEA durante la gestión estatal. Para Martini “con la desaparición del RENATEA también desaparece literalmente en el sector rural el combate al trabajo no registrado, la trata laboral y el trabajo infantil. Desde el cambio de gobierno no se realizaron mas inspecciones ni se denunciaron situaciones de ese tipo con las 1.100 denuncias que hizo el RENATEA entre 2012 y 2015”.
La trata y el trabajo infantil son figuras jurídicas complejas para lograr denunciar penalmente. Aun así, el alto número de denuncias describe un escenario muy hostil al cumplimiento de derechos elementales y la total ausencia de dispositivos que protejan a los trabajadores. Martini concluye que “los derechos consagrados en el nuevo régimen de trabajo agrario referidos a condiciones de trabajo, vivienda, transporte y licencias hoy corren el riesgo de retroceder si no hay una fuerte acción estatal territorial que vaya allí donde están los trabajadores”.
Aunque el Momo los presentó como “ñoquis de la Cámpora”, fueron los 600 trabajadores de la gestión estatal del RENATEA los que trabajaron para lograr que el registro tenga por primera vez inserción territorial. Con el viejo RENATRE por ejemplo, todas las producciones de Mendoza debían atenderse con 3 empleados. En 3 años, el RENATEA entregó 316.219 libretas de trabajo agrario, registró 154.574 trabajadores y 11.702 empleadores, abrió 400 puntos de alfabetización, capacitó 11.028 trabajadores y fiscalizó 1.780 establecimientos en todo el país entre otros fuertes indicadores de gestión. Con el regreso del Momo, los 600 trabajadores de la gestión estatal fueron despedidos. Y los laburantes del campo se volvieron a quedar solos.
*Periodista – Ex trabajador del RENATEA
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