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miércoles, 31 de agosto de 2016

Tinkunaco 1.980/16 - HISTORIANDO EL “POR QUÉ PERÓN SIGUE SIENDO PERÓN”

HISTORIANDO EL “POR QUÉ PERÓN SIGUE SIENDO PERÓN”


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Continuando con la serie de notas que comenzó con  “Esencia de la economía peronista” publicada anteriormente va la siguiente.


Victor L Martinez 2

Por Victor Leopoldo Martinez

Que el Peronismo cambio el curso de la historia nacional ya nadie tiene ninguna duda; especialmente los trabajadores, los pobres y los humildes que fueron sus beneficiados; pero fundamentalmente la oligarquía local que fue quien más lo tomó como un padecimiento para su codicia. Jamás aceptó  ese reparto equitativo de la riqueza nacional que Perón decidió implementar concretamente desde su llegada a la Secretaría de Trabajo y Previsión y durante sus dos primeros gobiernos. Hasta 1943, la dirigencia partidocrática  socialista y comunista siempre terminó jugando para los intereses patronales y oligárquicos por identificación cultural con el pensamiento europeo.

Si uno se toma el trabajo de indagar sobre el porqué de la vigencia del peronismo como movimiento  político- social revolucionario y fenómeno cultural dentro de nuestra historia, se encuentra con hechos, datos, actitudes y modos de entender la política que no han variado en lo más mínimo a lo largo del tiempo (1824-1943) y que lógicamente hacen de este lo más confiable como ideario, y como doctrina Patriótica de vida. Quizá porque fue Perón un continuador del ideario Sanmartiniano y Rosista en cuanto a que lo primero es la Patria; quizá porque fue el que mejor entendió el sentido de la aparición del Irigoyenismo y todos los posteriores  Forjianos  que comenzaron a visualizar  la necesidad de construcción de un movimiento popular de masas, quizá porque fue el único que en situación de poder supo orientar la distribución de la riqueza  en beneficio del hombre trabajador.  Y esto es claro ya que 18 años de proscripción no pudieron con él. Persecuciones, secuestros, asesinatos  y desapariciones dictatoriales  para aplicar  las mismas y remanidas políticas económicas  de siempre tampoco pudieron. Menos aún lo lograron con infiltraciones  por derecha para  traicionar  y realizar entregas patrimoniales en nombre de él como las que hizo el menemismo.

Y… Es difícil extirpar del corazón un sentimiento.  Es demasiado evidente que el peronismo como sostenemos con Pedro, es ante todo un sentimiento.

Pero también refleja, entre otras cosas,  la pobreza mental y cultural  de la clase oligárquico-privilegiada vernácula que odia y combate al peronismo. De esto me ocuparé en el presente artículos. Esta caracterización de “clase social ignorante” que hago  se da en ellos por pura haraganería nomás; clase social siempre  carente hasta de  sentido propio, de originalidad para forjarse un perfil que le de identidad ante el mundo. ¡No! De tan haraganes que son sus miembro  prefirió  siempre tomar identidades ajenas para terminar siendo una simple clase oligárquica tilinga dentro del contexto oligárquico internacional. Según el decir popular  “simples burros con plata”. Para citar un ejemplo va el párrafo  siguiente:

ramos

Cuenta el gran  “Colorado” Ramos (Jorge Abelardo) en su “Historia de la Nación Latinoamericana” (pág. 347/48- Peña Lillo-Corregidor) y con el tono socarrón que siempre lo caracterizó que: “Hacia el año 1930, la oligarquía argentina rebosaba de satisfacción. Sus miembros viajaban a Europa todos los años con una comitiva asiática. Se dejaban esquilmar por los hoteleros franceses con una soberbia displicencia e importaban en cambio para su solaz, a los grandes  espíritus disponibles de la época. De este modo Ortega y Gasset conoció Buenos Aires y retribuyó atenciones adjudicándonos  como pueblo ‘una vocación imperial’ (¿?) Pero al pobre Ortega parece que se le escapó un gas y Ramos rápidamente lo olfateo: “El peso argentino equivalía a un dólar (¿Les suena esto? ¡Cavallo!) y las amerengadas damas de ‘Amigos del Arte’ lo sabían.  Ortega sobresaltó a este insignificante mundillo cuando pretendió, en su euforia, llamarlas ‘criollas’”. Entonces Ortega concluyó según Ramos con que: ‘No les era grato oírse llamar criollas, un vocablo que yo les lanzaba con todo entusiasmo, como si él solo fuese ya un madrigal. Entonces caí en la cuenta de que esa voz, como tantas otras, ha tenido mala suerte. Porque en ese cambio de sentido sobreviven luchas civiles que hubo en este país’. El “Colorado” remata diciendo:  “… por alguna misteriosa razón la palabra ‘criolla’ incomodaba a las elegantes de Buenos Aires”.

Pero por qué parto de 1824. Hoy el país, de la mano de Macri, retomó la senda del endeudamiento. Entonces vale recordar que el primer gran empréstito (endeudamiento externo) que adquirió el país se hizo de la mano de Rivadavia (o sea el sillón presidencial lleva el nombre del primer endeudador  grande que tuvo el país. ¡Todo un símbolo! Y esto para que el lector tenga en claro cómo la oligarquía cipaya operó en desmedro del país y en beneficio propio desde su nacimiento; solo le bastaba con tener el control del poder político, un constructor de la historia oficial –Mitre-  y darle tiempo al tiempo para retomar el control). Además resulta interesante ver de qué manera estos negociados financieros reportaban –y siguen reportando aún hoy-  beneficios inmediatos a sus “operadores”. De este modo uno puede descubrir que los actuales negociados externos (con Macri evasor fiscal compulsivo y Prat Gay a la cabeza) no son para nada nuevos ni originales ya que como en antaño, los “muchachos de los mejores equipos de Macri” fueron los anteriores operadores en el endeudamiento externo de casi 180.000 millones de dólares, deuda  total y absolutamente ilegítima contraída desde 1976 hasta el 2001 y hoy son los “eficientes operadores” para el pago de la misma  a los tenedores Buitres de bonos basura(emitidos durante la dictadura, el alfonsinismo y el menemato) sin que nadie se entere  cuanta “comisión” recibieron por los servicios prestados.

Bernardino_Rivadavia

Vayamos al inicio de aquel primer endeudamiento. El 1 de julio de 1824 se contrató con la Banca Baring el empréstito por 1 000 000 de libras esterlinas. El 15% de diferencia de colocación representó 150 000 libras, de ellas el consorcio en su conjunto se llevó 120 000 libras en carácter de “comisión”, y los 30 000 restantes fueron para Baring. Pero ¿quiénes integraban ese consorcio? Rivadavia fue el hacedor de ese consorcio que representó  al Gobierno de Buenos Aires para la colocación del empréstito al tipo de 70%. El consorcio estaba encabezado por los señores Braulio Costa, Félix Castro, Miguel Riglos, Juan Pablo Sáenz Valiente y los hermanos Parish Robertson, quienes en virtud del poder conferido celebraron el acuerdo en Londres con la banca  Baring Brothers.

Como la colocación en el mercado sería fácil, la Baring propuso al consorcio colocarlos al 85%, pagando 70% a Buenos Aires y repartiéndose el 15% de diferencia con el consorcio.

La operación con la Bering  inglesa (como buenas “corsaria” de la corona) tuvo sus ribetes leoninos. El Estado de Buenos Aires “empeñaba todos sus efectos, bienes, rentas y tierras, hipotecándolas al pago exacto y fiel a la suma de 1 000 000 de libras esterlinas y su interés“. Como no quedó especificado cómo llegaría el dinero a Argentina, el consorcio (ni lerdo ni perezoso) informa a la Casa Bering que la mejor manera era enviando letras giradas contra casas comerciales de prestigio que dieran garantías en Buenos Aires. No por casualidad, una de esas casas comerciales era la de Robertson y Costas, dos miembros del consorcio. Al final, del millón de libras que totalizaba el “préstamo”, sólo llegaron a Buenos Aires  85 mil libras esterlinas en moneda contante y sonante  y  570 000 en papeles (letras de cambio) que solo sirvieron para sumar intereses  al “palo” de libras esterlinas.  El Estado Argentino terminó de pagar aquel empréstito en 1912 (82 años después).

Traigo a colación esto para que el lector entienda qué significa endeudarse externamente,  para que sepa de qué se trata cuando escucha que “Macro compromete el futuro de los argentinos” endeudando al país;  para que se conozcan quienes  salen  beneficiados en realidad con estas operaciones y  el tiempo que le lleva al Estado (el pueblo) saldarla a costa de padecer los conocidos  “ajustes saneadores de economía” que implementan los mismos personajes que nos endeudan.

Pegando un salto cronológico, el propio Enrique Silberstein, ese “no peronista”  de quien estamos  extrayendo partes de uno de sus trabajos con los cuales graficar el modus operandi de nuestra oligarquía, nos cuenta: “El Ingeniero Luis Duhau, presidente de la Sociedad Rural en el período 1926-1928, lanza la frase que determinará el futuro del país por los próximos 20 años. Duhau dijo: ‘hay que comprar a quién nos compra’”. Luego lo complementa tomando de Smith[1]  lo siguiente:  ‘Impreso esto en el encabezamiento de toda la correspondencia de la S.R., pronto se convirtió en uno de los lemas oficiales de la institución. Sin embargo en la práctica el lema significaba que la Argentina debía ligar su economía a la de Gran Bretaña.  Inglaterra era, desde lejos, el principal importador de productos argentinos, en especial carne, y estaba entre las principales exportadora de artículos manufacturados al Plata’.

prebisch

Silverstein continua: “… esta política tendía conscientemente a hacer de la Argentina una especie de colonia económica de Inglaterra. Se promovía pues, la dependencia en nombre de la independencia…”   “… si se tiene en cuenta que Luis Duhau era uno de los invernaderos más poderosos de la Pcia. de Bs. As., que siendo director del Banco de la Nación en 1928, aconsejó la creación de la Oficina de Investigaciones Económicas  del Banco, cuyo director fue Raúl Prebisch, (Hoy Aranguren, CEO de Shell, Ministro de Energía, Prat Gay operador  del JP Morgan, etc, etc, y hasta una inepta como Laura Alonso en la Oficina Anticorrupción) que Raúl Prebisch acompañó  a Julio A. Roca a Inglaterra  para intervenir en las tratativas del pacto Roca-Runciman, que Luis Duhau fue ministro de Agricultura  del gobierno de  Justo  que fue el principal destinatario del llamado ‘debate de las carnes que Lisandro de la Torre protagonizó en el Senado de la Nación, revelando que los frigoríficos le pagaban a Duhau elevados precios  que no le pagaban a ningún otro invernadero, se tendrá una pequeña idea de la importancia de la frase del personaje. Redondeando el todo, recordando que Raúl Prebisch  fue el gerente general del Banco Central de la República Argentina, creado en 1935. Y que Perón lo rajó.”

Para terminar esta entrega solo basta recomendar la lectura del trabajo de Arturo Jauretche  “El Plan Prebisch, retorno al coloniaje” sobre la reaparición de este personaje (como reaparece Domingo Cavallo) luego del golpe de 1955 donde Jauretche sostenía: “La enorme masa de obreros y empleados tendrá que ajustar el cinturón a fin de salvar el país de una catástrofe que sólo existe en la inventiva de Prebisch”  (¿Le suena esto?) y está pequeña semblanza sobre cómo actúa nuestra oligarquía estará cerrada.

[1] Peter H Smith – “Los radicales argentinos y la defensa de los intereses ganaderos, 1916-1930, -Desarrollo Económico – Volumen 7- 1967- pág.795.

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