ESENCIA DE LA ECONOMÍA PERONISTA
“LO QUE HACE A LA ESENCIA DE LA ECONOMÍA PERONISTA ES EL AUMENTO DE SUELDO, LA CONSOLIDACIÓN DE LOS SINDICATOS, EL SURGIMIENTO DEL OBRERO COMO SER HUMANO”.
Por Victor Leopoldo Martinez
Cualquier
semejanza de lo que van a leer a continuación con la realidad
político-económica de hoy hecha “pintura diagnostico” (que incluye la
“pesada herencia”, el “estado catastrófico de la economía nacional”,
algo que aparece como reiterada (pero muy vieja) muletilla en el relato
Macrista-PRO (digo PRO para incluir a todos sus “acompañantes” a nivel
CEOS empresarios y economistas cipayos ubicados en su gabinete que
operan desde allí a diestra y siniestra para beneficiar al sector que
representan), vera Ud. Señor lector, no es casualidad, ES UNA CONSTANTE
HISTÓRICA.
Enrique
Silberstein (1920-1973) fue un economista y periodista muy particular y
no casualmente por destacarse en la enunciación o defensa de las
múltiples variantes tecnocráticas que por lo general aparecen en la
“cháchara” de los supuestos “eruditos en economías”. Muy por el
contrario, Silberstein fue el desmitificador de los macaneos económicos
con que se justificaban las decisiones políticas en materia económica
para beneficiar a un sector en detrimento de otro. Él lo hacía desde un
lenguaje sencillo, llano, simple para la comprensión de cualquier
argentino.
En su libro
¿POR QUÉ PERÓN SIGUE SIENDO PERÓN? (1969-Ediciones Corregidor) y
refiriéndose a la base de la economía peronista en cuanto a medidas
concretas para favorecer a los trabajadores y que él ubica como inicio y
aplicación entre 1943-45, cuenta que los empresarios de la época y sus
operadores políticos, frente a las políticas laborales puestas en acción
por Perón desde la Secretaria de Trabajo y Previsión: “Decían
que la república se iba a los caños, que así no se podía seguir, que
los ingresos que se dirigían a quienes trabajaban iban hacia el consumo,
(¿No escuchó esto en boca de Macri, Javier González Fraga, Prat Gay,
Michetti en estos últimos 7 meses sosteniendo que los argentinos de
clase media y media baja “vivieron en un sueño porque gozaban de algo
que no les correspondía”?) mientras que los ingresos que se dirigían a los empresarios servían para capitalizar al país (hoy por hoy, Macri “dixit”) (Pero nadie dijo que las ganancias de los empresarios se iban a las cuentas numeradas de Suiza (hoy
se sumaron Panamá, Caimán, HSBC y Bancos Norteamericanos donde Macri,
Melconian y tantos otros funcionarios y empresarios “decentes y
transparentes” tienen 400 mil millones de u$s).
Más aun, por esa época Uruguay también implantó el sistema de cuentas
bancarias secretas, a fin de satisfacer la demanda creciente de los
cada vez “más pobres” empresarios argentinos)… Y la culpa de todo la
tenía la economía peronista de los años 1943/44/45 (Hoy “la pesada herencia” con las supuestas “bombas” dejadas por el kirchnerismo). Y
esta cantinela siguió por años. Los cálculos para obtener los
porcentajes que mostraban ese desfasaje eran tan complicados y se
basaban en tantas variables, que una modificación en cualquiera de
ellas alteraba el total general. Por tal razón las cifras dadas por el
Ministerio de Asuntos Económicos fueron modificadas por revisiones
posteriores realizadas por el CONADE y recontra revisadas (los antecesores de Lanata)
por la CEPAL, con lo que a la postre uno no sabía qué cifra usar,
puesto que todas eran oficiales, todas habían sido realizadas por super
técnicos y todas eran diferentes.” Nada
nuevo bajo el sol en el mundo de la chantocracia de economistas al
servicio empresarial y de intereses foráneos. Digo esto último porque en
otra nota seguiremos trayendo “cuentos” de Silberstein sobre las
operaciones Inglesas y Yanquis con fuerte apoyo local para que vean que
el acompañamiento actual que tuvieron los “fondos Buitres” viene con
padres putativos desde el siglo XIX.
Pero ¿Por
qué el peronismo –según Silberstein- siguió vigente y yo agregaría, en
el 2003 reaparece con formato kirchnerista rescatando y tomando
detalles que a continuación vuelco y que forman parte de los
fundamentos por él señalados como la base de la economía peronista? El
porqué de la reacción Macrista en términos tan desalmados ahora y con
esto queda más claro aun. Se trata de una reacción visceral de la clase
oligárquico-empresarial, despectiva del pueblo que usa la mentira como
lo hizo siempre para conseguir esconder sus perversos fines. Veamos:
“Lo
que hace a la esencia de la economía peronista es el aumento de sueldo,
la consolidación de los sindicatos, el surgimiento del obrero como ser
humano.
Lo
que hace a la esencia de la economía peronista es que, de 1943 a 1945,
el consumo interno aumento en un 20%, que el obrero tenía plata para
gastar, que el empleado tenía dinero para comprar cosas. Aumentaban los
sueldos, aumentaban los precios, pero el obrero y el empleado seguían
adquiriendo los bienes y servicios de su nueva escala de consumo. Y todo
eso se consolidó con el decreto que obligaba al pago de un mes
complementario en concepto de “aguinaldo”, a todos, fuesen obreros,
empleados, jefes o gerentes.
¿Que
el aguinaldo se dio con el fin de atraer votantes a favor de Perón en
las elecciones siguientes de febrero de 1946? ¿Y quién lo niega? Pero
¿en algunas de las elecciones anteriores se había tomado una medida de
esa naturaleza en favor de la inmensa mayoría de la población, desde el
norte al sur, desde el oeste al este? Por otra parte, terminadas las
elecciones y triunfante Perón y caído Perón, y triunfante Lonardi,
Aramburu, Frondizi, Guido, Illia, Onganía Levingston, Lanusse, ¿no sigue
subsistiendo el sueldo anual complementario?
Aquella
acción le dio contenido popular a la economía peronista, y esta
continuidad le sigue dando vigencia política a la figura de Perón.
Fíjense
que no hemos dicho que la mayoría de los argentinos les interesa
reducir el propio consumo con el fin que los costos no aumenten, con el
objeto que los empresarios ganen más e inviertan más en nuevos equipos.
No hemos dicho que la mayoría de los argentinos prefieren ahorrar (esto
es no consumir) a fin de que el país se capitalice y se pueda
industrializar para lograr un desarrollo sostenido y equilibrado. No
hemos afirmado que la mayoría de los argentinos desea que se produzca
una transferencia significativa y masiva de ingresos a favor del
empresario (sea agropecuaria, sea industrial), sino que hemos dicho que
la mayoría de los argentinos desea una transferencia sustancial y masiva
de ingresos a su favor; así son ellos… quienes ganan más y gastan más.
¿Por qué hemos dicho lo dicho? Porque hemos decidido no macanear y no tener en cuenta los planteos económicos hipócritas (hoy Macri) que
bregan por el incremento de los ingresos de los empresarios con el
único y deliberado fin de que aumenten los saldos de las cuentas
numeradas (hoy Off Shore) en los bancos suizos (hoy Panamá y nuevos paraísos fiscales). Solo
cambiaron las apariencias y nombres de las operatorias que facilitan
las evasión impositiva y el saqueo de la parte que le corresponde a los
trabajadores. Por eso la oligarquía y sus alumnos de medio pelaje odian
tanto la equitativa distribución de la riqueza que el país y su pueblo
producen, practicada por el peronismo.
Siempre
hemos creído que era necesario, fundamental, que el análisis de la
economía (y de la política) argentina se hiciese con parámetros
argentinos, teniendo en cuenta nuestra realidad e idiosincrasia y no la
mentida realidad de los países desarrollados (que, entre paréntesis,
tampoco es tal como se la pinta en los libros de economía). Esto
lo sostengo en mi trabajo “Guarda-Polvos, aorta pedagógica de la
dependencia” (Ediciones EL EMILIO- 2014), y viene al caso por que se
trata de una vieja colonización cultural que nadie se animó a revertir y
donde siguen abrevando hasta los docentes mitro-marxistas que aun hoy
controlan los claustros de “altos estudios”. Es en este aspecto central
donde yo difiero con el Kirchnerismo en cuanto a su política cultural y
educativa. Pasaron 12 años donde no se metió mano en los contenidos
educativos que hacen a las cuestiones de fondo de la realidad histórica
nacional.
Nadie podrá
decir que Silberstein fue peronista. Simplemente era un economista con
mucho sentido común y del humor para desacartonar esa economía dibujada
y escrita allende los mares, para el medio pelaje argentino que le
fascina jugar al “economista entendido”.
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