Sábado, 13 de abril.- El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), José María Arancedo, sostuvo hoy que la Argentina es “un país dividido” que “no encuentra ni da soluciones a los problemas de la gente, especialmente de los más necesitados”, en su mensaje de Pascua.
En la víspera del inicio del triduo pascual, las tres celebraciones más importantes de la Semana Santa, el arzobispo de Santa Fe afirmó que “es necesario y urgente recrear una cultura que tenga su fuente en el diálogo y el respeto, en la honestidad y la ejemplaridad, en el marco institucional de los poderes del Estado, como expresión de una auténtica vida en democracia”.
“No puedo de dejar de pensar en esta Pascua en tantas víctimas de la violencia que nos hablan de una sociedad enferma que ha perdido el sentido del valor y del respeto por la vida”, subrayó Arancedo.
Agregó que “esto nos duele y avergüenza, pero no nos debe vencer ni bajar los brazos respecto a la dignidad y defensa de toda vida humana, como la búsqueda de la verdad y la justicia, del amor, la concordia y la paz”.
“Pascua es el sí de Dios, dado en Jesucristo, que refuerza nuestra esperanza y alienta el compromiso con estos ideales”, manifestó, al lamentar los “desencuentros” que se viven en el país y que a los argentinos les cueste encontrarse “desde la diversidad”.
Monseñor Arancedo consideró necesario que se vuelva a rezar en esta Pascua la Oración por la Patria: “Queremos ser nación, una nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso con el bien común. Concédenos, Señor, la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda”, indicó.
Además señaló que “con gozo vamos a celebrar la Pascua del Señor, que es también nuestra Pascua” y que “no estamos ante algo ajeno, lo que aconteció en Cristo es verdad y camino para nuestra vida”.
“Somos destinatarios de una historia de amor que tiene su fuente en Dios y su plena realización en Jesucristo. Pascua siempre es comienzo y esperanza de una vida nueva, ella nos invita a vivir nuestra condición de hijos de Dios y de hermanos entre nosotros”, dijo.
Las principales celebraciones de la Semana Santa, que comenzó el Domingo de Ramos, se resumen en el triduo pascual, que incluye la misa de la Cena del Señor, el Jueves Santo; la conmemoración de la Pasión, el Viernes y la solemne Vigilia Pascual, el Sábado Santo.
Este jueves entonces se conmemora la última Cena con los apóstoles y el tradicional gesto del lavatorio de los pies a la tarde, mientras que durante la mañana se celebra la Misa Crismal, en la que cada obispo diocesano bendice los óleos y los sacerdotes de toda la Argentina renuevan sus promesas.
Sigue el Viernes Santo, único día que no hay misa, sino que se medita la Pasión del Señor, con el rito de la adoración de la Cruz y hay celebración de la Palabra y Comunión, mientras que el Sábado Santo por la noche tiene lugar la solemne Vigilia Pascual y a partir de ese momento, los cristianos vivirán la alegría de la Resurrección de Cristo, que se prolongará a lo largo de cincuenta días hasta Pentecostés.
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