POLITICA: JUSTICIA MANIPULADA Y PERIODISMO DE “GUERRA” Vs. PERIODISMO “MILITANTE”
C.A.B.A. Argentina, UNASUR-CELAC, EL EMILIO, Política nacional; de nuestra redacciónPRIMERA PARTE
JUSTICIA MANIPULADA Y PODER ECONÓMICO
Por Victor Leopoldo Martinez
INTRODUCCIÓN
Primero
comenzó la judicialización de la política. A partir de esto y con
fuerte apoyo mediático, todos los “políticos” y sus resoluciones
institucionales comenzaron a entrar en un cono de sombra y sospecha. Un
sector minúsculo pero importante del Poder Judicial –lugar donde la
corrupción empresarial tiene sus más grandes y protegidos nidos-, confía
en la alianza con la mafia mediática para realizar sus oscuras
operaciones conjuntas. Lo que no midió este sector de la justicia es
hasta cuándo y hasta dónde puede contar con la fidelidad de tan
peligroso aliado. La mafia mediática conducida por el “Corleone
argentino” –Magnetto-, con Clarín y su arsenal de medios en mano, tiene
un solo y fiel aliado: su interminable codicia.
Así
planteada las cosas, la Nación, sus instituciones y todos los
habitantes, de un tiempo a esta parte entramos en serio riesgo de caer
-y hoy ya es tarde para no pensarnos futuras víctimas- en manos de una
dictadura mediática mafiosa de facto. La manipulación de la información
está generando que todo ciudadano que pretenda ser actor político se
vuelva “sospechoso” o comience a ser sospechado de algo que en
principio es presentado periodísticamente como “peligroso”. La palabra
“corrupción” es manipulada por corruptores de “excelencia” –los grandes
empresarios, y dentro de ellos la mafia mediática en particular- contra
cualquier político, dirigente gremial, miembro de la justicia, o
funcionario de carrera que no se avenga a sus dictados (sean opositores y
hasta incluso oficialistas).
Es demasiado
evidente que el resto de la justicia hoy está jaqueada por ese poder
mediático. La tarea “disciplinante” es llevada adelante de manera
permanente por esta mafia. Sobre este cuadro de situación, los medios
monopolizados (hasta los medios del Estado están copados por sus
sicarios) señalan, juzgan y sentencian públicamente con pruebas
inventadas, falsificadas o sin ellas y que a fuerza de grandes anuncios o
titulares demonizan a quien se les oponga. La sociedad domesticada y
por reflejo condicionado compra esa basura. Desapareció en gran parte de
la población toda lectura crítica de la realidad. La dictadura
mediática es hoy una realidad. No es difícil imaginar que hasta sus hoy
ilusos “sirvientes y sicarios” con el tiempo terminarán siendo también
víctimas.
La única
alianza que en la actualidad funciona en el país es entre los grandes
grupos económicos quienes juegan con la suerte de los argentinos
atándola a la de sus intereses ya que «entre los bomberos que de
la mano de Macri llegaron el 10 de diciembre de 2015 para apagar el
supuesto “incendio”, no se van a pisar las mangueras de succión de
riquezas».
Es
importante detenerse en este último señalamiento porque se lo debe tomar
de manera literal ya que por su simbolismo resulta muy ejemplificador.
Las
cuestiones económicas “supuestamente nacionales”, desde 1930 a la fecha
entraron en riesgo y fueron presentadas por “economistas” (locales y
foráneos interesados en “negocios”) al servicio de grupos económicos e
intereses sectoriales (oligárquicos), como comienzos de supuestos
incendios “intencionales”. En realidad eran sus intereses los que se
veían afectados. Esos incendios –según ellos y como único argumento a lo
largo del tiempo- eran provocados casualmente por gobierno
“populistas” (peronistas) que siempre intentaron “quemar” el país con
demagógicas medidas económicas “heterodoxas”. Con fuerte apoyo
mediático, hábilmente presentaban sus propios intereses como si fueran
los “intereses nacionales”.
Pero ¿cuáles
son esas medidas “incendiarias” (hoy “pesada herencia”) y porqué
atentaban y atentan contra la “ortodoxia” económica que ideológicamente
es neoliberal? Pues aquí están:
1) Prestar atención a los sectores más desprotegidos con asistencia social por parte del Estado.
2) El “nefasto” fomento del desarrollo interno que podría traer consigo la peligrosa independencia económica, con tres ejes: a) Generación de fuentes de trabajo. b) Fortalecimiento del mercado interno a través del consumo. c) Mejor distribución de la riqueza a través de mejoras salariales.
Lo anterior, según estos señores, “incendia” el país y “achicharra la economía” (¿?).
Basta recordar que antes se valían de los golpes de Estado (desde 1930 hasta 1976).
Para nuestra
oligarquía y los grupos económicos concentrados, la “saludable
ortodoxia económica” es aquella que sus rentados economistas dibujan con
números y cuadros estadísticos dónde muestran las causas de ese
“incendio”. Esos “dibujos” siempre fueron creados para consumo de una
“gilada compra buzones” que en este país, por ignorancia y deformación
cultural mediática, abunda. En dichos “dibujos” los “números no
cierran”; pero no cierran para la desmedida codicia de los empresarios.
Llegan al colmo de usar a los sectores más vulnerables de la sociedad
señalándolos como los peores afectados a futuro por dichos “incendios”,
al tiempo que a cambio de apoyo “electoral” les prometen “reactivación
económica, pobreza cero e igualdad social”. En los hechos luego se
descubre que no son otra cosa que los ya conocidos y terribles ajustes
económicos que afectan solamente y como históricamente quedó
demostrado, a los más desprotegidos.
Dicho todo esto, hoy se valen de los “golpes mediáticamente blandos”.
Lógicamente
los “bomberos” son casualmente sus propios “técnicos” (hoy calificados
“equipo de lujo”), quienes –luego de presentar el “diagnóstico y
evaluación de la situación”-, toman por asalto el gobierno y la
república para apagarlo con nafta. En realidad Recuperan el control de
la economía para incrementar las ganancias de los más ricos al tiempo
que apagan en gran parte de la población toda esperanza de un, aunque
sea leve, mejoramiento en la calidad de vida; esa que suelen brindar los
gobiernos “populistas” (“El barrendero tiene que morir como su padre, siendo barrendero” –Militar de la libertadora de 1955-. “El pobre debe entender que vivió una fantasía porque eso no era su verdadera realidad” –Grabriela Michetti, Vicepresidenta de la Nación de Macri -2016-).
El
aprovechamiento y manipulación de la información permitió al poder
mediático la construcción de un relato elaborado de manera periodística
que pintó y pinta a los políticos en funciones públicas como los
corruptos que «mal usan los dineros del Estado (cuando no “los roban”) ».
Con maestría, habilidad y por estar entre ellos, desplazan de la escena
de la corrupción a los principales eslabones: los corruptores. Y los
corruptores no son otros que los empresarios beneficiados -coima
mediante- con el otorgamiento de gigantescas obras públicas, o la
administración de empresas de servicios, todo logrado a través de
“leoninos” contratos con el Estado. A esto les suman operaciones
financieras internacionales de endeudamiento para la concreción de
“proyectos” y luego transferir sus “pasivos” (deudas) al Estado.
Una muy
particular manera de interpretar la economía del “gran empresariado
argentino”. Según estos “señores” el Estado no debe meterse en los
negocios privados porque para eso está el mercado; ni pensar en nefastas
estatizaciones de empresas porque no hay mejores administradores de las
mismas que los “CEOS” privados; pero una vez concretada la estafa y el
saqueo de dichas empresas -“privatizadas vía mercado”-, y sacada las
jugosas rentas del país rumbo a paraísos fiscales, sus pasivos
(endeudamiento interno y externo) son entonces “estatizados” y su
devolución “socializada”.
¡Fantástico!
¡Negocio redondo!!! Un estado distribuyendo negocios entre grandes
empresarios y financistas, para luego ese mismo Estado hacerse cargo de
las deudas privadas es la “política económica ortodoxa” pregonada por
los viejos y nuevos Macri. El lastimoso detalle uno lo encuentra en
ignorantes “perejiles pedio pelo” que aplauden estas “políticas” como si
entendieran algo.
(Continuará)
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