EL DIARIO “LA NACIÓN” ¿MASCARÓN DE PROA DE UNA NUEVA OFENSIVA CONTRA LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES?
Sería
una pérdida de tiempo lamentable discutir sobre la tradicional línea
editorial de “La Nación”, a esta altura de nuestra historia. Todos
sabemos perfectamente que representa el pensamiento de los sectores
sociales dominantes, aunque con particular incidencia de aquellos
vinculados a la decadente “oligarquía vacuna”.
En la actual coyuntura política de nuestro país ya ni siquiera intenta disimular su ideología conservadora y defensora de las viejas estructuras culturales, que en pleno siglo XXI exuda olor a naftalina. No obstante sería peligroso subestimar su poder de fuego.
La llegada al gobierno del ingeniero Mauricio Macri ha significado para los grupos sociales que “La Nación” pretende ideológicamente representar, el triunfo de la “esperanza blanca”, término que en el lenguaje del boxeo identificaba al boxeador de raza blanca, que venía a poner fin a la hegemonía de los deportistas negros.
Claro que no se trata sólo de apoyar al nuevo gobierno, sino de marcarle la cancha. Sin la menor sutileza se intenta indicarle cual es el camino a recorrer. Por ejemplo, indulto a los genocidas de la dictadura militar y, en el campo laboral, despojo de los derechos de los trabajadores para alentar “la inversión y la productividad”. Lo mismo que decía este diario durante la dictadura y el menemismo. Es evidente que no se les puede imputar falta de coherencia.
Su editorial del día 26 de julio pasado contiene un detallado modelo de relaciones laborales, nada original por cierto. Sin ir más lejos, es calcado el modelo de la década del ’90, que arrasó con los derechos y conquistas de los trabajadores argentinos: eliminación o reducción de las cargas sociales; negociación colectiva descentralizada y por empresas; arbitraje obligatorio; “facilitar la contratación de trabajadores” (léase contratos “basura”); polivalencia funcional; jornada “variable” o flexible”; etc.
Aunque debemos reconocer que en algo es un modelo “superador”: se propone establecer una especie de Fondo de Desempleo como el de la industria de la construcción, pero para todo el mundo. Es decir, la inestabilidad laboral más absoluta. Despedir sin causa no tiene un costo adicional, y la permanencia del trabajador en su puesto de trabajo sólo dependerá de la voluntad omnímoda del empleador. Un golpe mortal al derecho constitucional de todo trabajador de tener un proyecto de vida, apoyado en un piso económico estable y en un empleo relativamente seguro.
“La Nación” sabe que el ingeniero Macri simpatiza con todas estas iniciativas, pero teme que un proceso lento, pero sostenido y evidente, de debilidad política, provocada más por sus errores que por mérito de la oposición, le dificulte bajarlas a la realidad. Le está diciendo “ahora o nunca”.
La Asociación de Abogados Laboralistas, que siempre ha enfrentado todos los intentos de despojar a los trabajadores de sus dere-chos, cualquiera que sea el signo político del gobierno de turno, confía en la reacción de nuestro pueblo, y en que los dirigentes sindicales y políticos no permitirán que se instaure en el país un modelo de relaciones laborales que intensificará la opresión y la explotación. En esa lucha nos encontrarán en la primera línea de resistencia.
Buenos Aires, Julio de 2016.
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