La venganza de las mineras no se hizo esperar
La quita de impuestos a la actividad minera devolvió a la Barrick Gold al centro de la escena con el regreso a Pascua Lama. El Proyecto canadiense y japonés Constelación incluye a Chile y apunta a convertirse en el más grande de Sudamérica. En el horizonte aflora la resistencia de las asambleas vecinales en toda la cordillera argentina.
La llegada al gobierno de Mauricio Macri fue suficiente para revitalizar al sector minero tanto en nuevos proyectos como en la búsqueda de recuperar ganancias perdidas durante los años K. La venganza será terrible, plantearon las corporaciones mineras nucleadas en la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) y a la pronta voz de aura de Macri, se lanzaron al rediseño de la política extractivista en el país. En apenas cuatro meses las principales empresas no sólo rearmaron sus frentes de combate si no que lograron nuevas alianzas para aumentar la presión y quebrar el frente social que desde las asambleas antimineras viene batallando contra estas políticas desde 1993.
En plena fiebre de decretos, el 12 de febrero pasado, Macri firmó el número 349/16 que elimina el pago de un cánon del cinco por ciento a la explotación y exportación de minerales. Ese impuesto había sido fijado por el presidente de emergencia, Eduardo Duhalde, en marzo de 2002, como forma de frenar la sangría económica y cosechar algunos dólares en un país en bancarrota. En tiempos kirchneristas las cosas se mantuvieron con cierta estabilidad a favor de las empresas aunque con altibajos propios de un gobierno ataviado con banderas políticas de centroizquierda.
A caballo de esas ventajas legales y con un lento pero persistente trabajo de acercamiento con funcionarios provinciales de todas las provincias con potencial minero, las empresas decidieron ahora pasar al ataque frontal. La corporación canadiense Barrick Gold con sus reales asentados fundamentalmente en la provincia de San Juan, sufrió el repudio social en setiembre de 2015 cuando un escape de agua cianurada en la mina Veladero contaminó el rio Jáchal y dejó sin agua potable para humanos y animales a buena parte de la ciudad de Jáchal y media docena de pueblos vecinos. El caso está en manos de la Justicia federal pero la Barrick decidió que, como en el ajedrez, no hay mejor defensa que un buen ataque. El presidente de la multinacional, Kelvin Dushnisky, anunció la semana pasada que se abrirá un tajo minero en San Juan –donde Macri anunció la quita de retenciones a la minería- para retomar el proyecto argentino chileno Pascua Lama, frenado por protestas sociales, fallos judiciales, leyes chilenas y quita de fondos financieros canadienses en 2013. Si bien Pascua Lama surgió como un proyecto binacional con un 75 por ciento de potencial aurífero en Chile y el restante 25 por ciento en Argentina, el freno legal y social impuesto a las ambiciones de Barrick, llevaron ahora a encontrar en San Juan la nueva oportunidad de retomar la explotación, antes de solucionar sus problemas en Chile y retomar la explotación desde Argentina.
Barrick Gold no es la única en recuperar la iniciativa. Empresas chinas y japonesas asociadas a capital nacionales presentaron nuevos proyectos incluso contra legislaciones provinciales donde la minería a cielo abierto está prohibida. El mensaje del gobierno de Macri resultó tan claro apuntan a megaproyectos superiores en inversión y ganancia que Pascua Lama. Es el caso del Proyecto Constelación, considerado el más grande de la historia en América del Sur, superior a Pascua Lama porque incluye la región chilena de Atacama con su yacimiento Los Helados y las provincias argentinas de San Juan y La Rioja, con los de José María – en honor al fundador del Opus Dei, José María Escrivá de Balaguer – vecino a Veladero, y Filo del Sol. “Este proyecto es pan caliente para los inversores chinos y japoneses que quieren algo seguro”, señaló Ricardo Martínez, el geólogo descubridor de la mina Veladero y los yacimientos argentinos que integran el Proyecto Constelación. Tiene razón. La corporación canadiense NGEx va asociada con las japonesas Pan Pacific Cooper y Jogmec para trabajar en diferentes etapas en los tres yacimientos binacionales cuyos estudios preliminares indican una vida útil de cincuenta años, inversión inicial de tres mil millones de dólares para explotar cobre del lado chileno y oro y plata en Argentina. Desde la Cámara Argentina de Empresas Mineras (Caem) brindan por las nuevas perspectivas abiertas en apenas seis meses de gestión macrista y esperan inversiones por nos 15 mil millones dólares sólo en los próximos dos años.
Asambleas ciudadanas en alerta.
En San Juan las asambleas se preparan para entender la envergadura del nuevo frente de conflicto y dar la batalla. Saben que las condiciones regionales no los favorecen. La permanente inversión de las empresas en publicidad y difusión sobre las bondades de la minería a cielo abierto fueron dirigidas en la última década a las poblaciones cordilleranas y patagónicas tanto como a los funcionarios provinciales. En Chubut donde la ley provincial 5001 prohíbe la minería a cielo abierto y el uso de sustancias como el cianuro, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Ignacio Agulleiro, le resta importancia a esa norma porque considera en realidad que el Estado no tiene la estructura necesaria para monitorear la actividad minera. Sin embargo ya dividió el territorio en cuatro zonas y ubicó la meseta central con menos de diez pobladores y rica en oro, plata y uranio como “zona sacrificio ambiental” a favor de proyectos de explotación extractiva. Las vecinas provincias de Neuquén y Mendoza con un incipiente movimiento ambiental tienen once proyectos mineros que apuntan a reactivarse a partir de la nueva eliminación de tasas a la actividad.
De los casi doscientos proyectos mineros concentrados en diez provincias argentinas, un tercio está paralizado por falta de inversión o porque aún se encuentra en etapa de exploración. San Juan y Santa Cruz son las dos provincias con mayor cantidad de cuencas mineras activas y ambas están en manos de gobernadores de la oposición ex kirchnerista y ahora peronista a secas. Con todo, ambas administraciones se muestran entusiasmadas con el aumento de proyectos de explotación local. El argumento remanido de la mano de obra y el aumento de puestos de trabajo sigue dominando el discurso oficial oficialista y opositor, de modo que los vecinos nucleados en las asambleas ambientales cuentan solamente con el apoyo de los estudios realizados por algunos equipos de investigación de universidades nacionales para oponerse al saqueo minero. Se viene una etapa fría de abrigos oficiales.
Macri y sus amigos
La designación del equipo de Ceos en los ministerios nacionales no fue casual. Alfonso Prat Gay, ministro de Hacienda, viene de la actividad financiera y fue hombre de la cementera Loma Negra propiedad a Amalia Lacroze de Fortabat y Juan José Aranguren, ministro de Energía sigue vinculado a la multinacional de combustibles Shell de la que fue ejecutivo principal hasta saltar al ministerio en diciembre. Ambos demostraron inmejorable predisposición a la hora de ubicarse en el lugar de los empresarios, no sólo por la eliminación de tasas a la minería, sino por las nuevas normativas para exportar las regalías hacia las casas matrices sin restricciones y mejorar el crédito hacia los emprendimientos corporativos, según las normativas emitidas por el Banco Central en diciembre pasado apenas asumieron las nuevas autoridades. Junto a Prat Gay y Aranguren, Macri colocó al rabino Sergio Bergman como Ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, para refrendar con su firma y presencia los acuerdos técnicos de sus dos pares. No hay, al cierre de esta nota, una sola multa o apercibimiento por violaciones a normas ambientales contra las empresas mineras, emanada de la autoridad nacional representada desde el 10 de diciembre pasado por el rabino Bergman. En cambio para Aranguren, la minería no sólo es rentable para el país sino que debiera equipararse en los próximos años con la agricultura y la ganadería argentinas. Los conflictos focalizados por cuestiones ambientales empiezan a aparecer en el horizonte de Macri y las empresas mineras.
(Nota de Fabián Kovacic)
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