Argentina: continúan las acciones contra la deuda ilegítima
Tercera parte de la entrevista «Genealogía del CADTM y de las políticas contra la deuda»
18 de agosto
por
Benjamin Lemoine
,
Eric Toussaint
CC - Flickr - Emilio Küffer
Entrevista a Éric Toussaint, portavoz y uno de los fundadores de la red internacional del Comité para la Abolición de las Deudas Ilegítimas (CADTM), realizada por Benjamin Lemoine. |1|
En esta entrevista se explica la genealogía de la lucha contra la deuda, de quienes abogaron por su anulación, así como de la creación empírica, al servicio de los combates políticos, de los conceptos de ilegitimidad, ilegalidad, y del posible carácter odioso de las deudas públicas. O de cómo el Comité por la Abolición de las Deudas Ilegítimas (CADTM) —antes Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo— vio necesaria la alianza con las fuerzas de la oposición y de los movimientos sociales, cuyas ideas y personas, una vez llegadas al gobierno, podrían cuestionar y desmantelar la deuda y su «sistema». No obstante, la prioridad absoluta para el CADTM es el fortalecimiento de la acción de las y los de abajo en lugar de actuar como lobby.
Esta tercera parte de la entrevista está dedicada a Argentina
Publicamos esta entrevista dividida en 5 partes:
- 1. La genealogía del CADTM y de las luchas contra las deudas ilegítimas: los orígenes.
- 2. Las primeras experiencias del método CADTM para combatir las deudas ilegítimas: los ejemplos de Ruanda y de la República Democrática del Congo.
- 3. Argentina: la continuación de la lucha contra la deuda ilegítima.
- 4. En Ecuador, de las esperanzas frustradas al éxito. Los ejemplos de Sudáfrica, Brasil, Paraguay y Ecuador.
- 5. Grecia: la ambigüedad de los dirigentes con respecto al orden financiero y a la deuda.
¿En qué otro lugar habéis estado directamente implicados?
En Argentina. Yo estaba en contacto con Alejandro Olmos, |2| un periodista muy valiente que en 1982, cuando todavía no había desaparecido la dictadura, presentó ante la justicia argentina una denuncia por endeudamiento ilegal y odioso. Por lo tanto, denunció a la junta militar antes del fin de la dictadura. Trabajamos mucho juntos, y, en 1997, el CADTM lo invitó a una gran conferencia internacional a celebrarse en Bélgica. Y allí se desarrolló otro tipo de metodología gracias a Alejandro Olmos. Tras su denuncia, la justicia argentina abrió una instrucción y dos jueces fueron encargados de investigar a los responsables del endeudamiento argentino entre 1976 y 1982. Finalmente en julio de 2000, el juez Jorge Ballesteros del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 2 de la Capital Federal, dictó sentencia, recogida en un acta de 195 páginas. |3| Esa sentencia fue por consiguiente el resultado de una auditoría de la deuda argentina llevada a cabo por el poder judicial. A partir de 1998, estuve en contacto con uno de los dos jueces a cargo de la instrucción quien me describió las presiones que sufrieron ejercidas por otros jueces, por el Congreso argentino y por el poder ejecutivo para que no se dictara ninguna sentencia sobre la deuda. Alejandro Olmos murió en abril de 2000 totalmente deprimido, convencido de que la instrucción no llegaría nunca a su fin. La sentencia fue emitida algunos meses después de su muerte.
A pesar del fin de la dictadura, ¿existe una especie de continuidad de los poderes económicos?
Sí, porque, como la auditoría lo mostró claramente, el Fondo Monetario Internacional, dirigido en esa época por el francés Jacques de Larosière, |4| había avalado al régimen dictatorial con el objetivo de que los bancos estadounidenses financiaran la dictadura de Videla. Hay que recordar también que, después de la caída de la dictadura, se amnistió a diferentes personajes de la junta militar. |5| Hasta los años 2000, con el gobierno de Néstor Kirchner, no se abrogó dicha amnistía. En los años 1990, el FMI, directamente cómplice de la dictadura militar, y también del gobierno de Carlos Menem, que aplicó políticas neoliberales, los personajes de la dictadura que se beneficiaron de la amnistía, sin olvidar los empresarios y los banqueros que se coaligaron para que no se pudiera investigar y aclarar lo que había pasado.
Desde 1998, el CADTM sigue estando en contacto estrecho, en Argentina, con Adolfo Pérez Esquivel, |6| premio Nobel de la paz por su contribución a la defensa de los derechos humanos, con Beverly Keene, coordinadora de Diálogo 2000 y de Jubileo Sur, así como con Nora Cortiñas, una de las madres de Plaza de Mayo que luchan incansablemente por la anulación de las deudas odiosas.
Entre el comienzo de la dictadura (marzo de 1976) y el año 2001, la deuda se multiplicó por casi 20, pasando de 8.000 millones de dólares a cerca de 160.000 millones de dólares. Durante eses mismo período, Argentina reembolsó cerca de 200.000 millones de dólares, o sea, cerca de 25 veces de lo que debía en marzo de 1976. Los capitalistas argentinos se endeudaron alegremente durante la dictadura y en forma simultánea colocaron una buena parte de ese dinero en el extranjero mediante la fuga de capitales. El monto de los capitales colocados en los países más industrializados y en los paraísos fiscales por los capitalistas argentinos superó a las sumas prestadas. Solo en 1980-1982, durante los dos últimos años de dictadura, la fuga de capitales alcanzó más de 21.000 millones de dólares, según el Banco Mundial. Un regalo inmenso para los capitalistas argentinos y de fuera: sus deudas fueron asumidas por el Estado al final de la dictadura. Desde entonces, la deuda pública aumentó por el fardo de la deuda de las empresas privadas, puesto que se asumieron sus obligaciones con respecto a los acreedores. Y desde ese momento, los capitalistas argentinos han mantenido la política de evasión de capitales. La deuda argentina constituye claramente un caso emblemático de deuda odiosa.
¿Fuiste a Argentina para continuar la investigación sobre la deuda?
Sí, fui a Argentina, pero también realicé un trabajo de análisis a distancia, ya que Alejandro Olmos y el juez argentino del que hablé, me hicieron llegar una serie de documentos. Estudié en profundidad la acumulación de la deuda odiosa y luego su proceso de blanqueo fraudulento. |7|
Fue el presidente Raúl Alfonsín, que sucedió a la dictadura, quien permitió que se efectuar la operación de blanqueo. Ahora bien, si una deuda es odiosa, su reestructuración no termina con el delito. Por lo tanto, el blanqueo no puso fin al delito anterior. Si el FMI, que había prestado dinero a la dictadura, reestructuró la deuda argentina mientras estaba perfectamente al corriente de lo que había hecho anteriormente. Es evidente que existe una culpabilidad ininterrumpida. El FMI no puede decir simplemente: «la refinanciación de la deuda se operó con un régimen, el de Alfonsín, que era un régimen democrático».
Para nosotros, en el CADTM, eso vale también para la deuda de Ruanda y de la RDC. Aunque, finalmente, la justicia argentina dictó una sentencia importante en julio de 2000, no se produjo ninguna condena. El juez pasó la patata caliente al Parlamento argentino, dominado por la derecha neoliberal, que decidió no hacer nada. Fue en septiembre de 2014 que, al cabo de tantos años, el Parlamento tomó la decisión de crear una comisión de auditoría de la deuda acumulada por Argentina desde el comienzo de la dictadura (marzo de 1976) hasta 2014. Fui invitado al Parlamento, en octubre de 2014, con el fin de ofrecer mis recomendaciones, |8| pero, en la práctica, la comisión no cumplió con su tarea y la derecha, que ganó las elecciones en 2015, enterró el asunto. ATTAC Argentina, que es miembro de la red internacional CADTM, es muy activo sobre la cuestión de la deuda y contribuyó a la creación de la «Asamblea para la suspensión del pago de la deuda y la auditoría de la deuda en defensa del patrimonio nacional y de los bienes comunes». |9|
Durante varios años Argentina estuvo en suspensión de pagos y no dejó de tener acceso a la financiación externa por medio de los mercados financieros. ¿Qué pasó con eso?
La situación era la siguiente: a fines de diciembre de 2001, en un marco de grandes movilizaciones populares, las autoridades argentinas —en ese momento había un presidente interino, Adolfo Rodríguez Saá— suspendieron el pago de los títulos de la deuda argentina por un monto de 80.000 millones de dólares a los acreedores privados y de 6.500 millones de dólares al Club de París. Sin embargo, no se suspendió el pago de la deuda contraída ni con el FMI, ni con el Banco Mundial, ni con otros organismos financieros multilaterales. Esa suspensión se produjo en un momento de crisis económica y de rebelión popular contra las políticas llevadas a cabo desde hacía años por una serie de gobiernos neoliberales, siendo el último el de Fernando de la Rua. Fue, por lo tanto, bajo la presión popular y cuando las cajas del Estado estaban casi agotadas, que las autoridades argentinas suspendieron el pago de una parte de la deuda.
La suspensión del pago de la deuda, en forma de títulos soberanos, duró desde diciembre de 2001 hasta marzo de 2005. Esa suspensión resultó beneficiosa para la economía y el pueblo argentinos. De 2003 a 2009, Argentina registró unas tasas de crecimiento anuales de entre el 7 % y el 9 %. Algunos economistas afirman que el crecimiento argentino solo se explica por el aumento en el precio de las materias primas que ésta exporta. No obstante, está claro que si Argentina hubiera continuado con los pagos, las ganancias del Estado gracias a las exportaciones (es decir, a los impuestos retenidos sobre los beneficios de los exportadores privados) se habrían destinado al reembolso de la deuda. Las autoridades no hubieran podido hacer los gastos públicos dedicados a la ayuda a los desempleados, al aumento de las jubilaciones y pensiones, y a generalizar el derecho a recibirlas, al estímulo a la actividad económica en otros ámbitos fuera del sector exportador.
Entre 2002 y 2005, las autoridades argentinas mantuvieron intensas negociaciones con los acreedores para intentar convencer, a una mayoría de ellos, de que aceptaran un canje de títulos. Las autoridades del país proponían intercambiar los títulos en circulación por otros nuevos, con una reducción de más del 60 %, pero, a cambio, se comprometían a garantizar el reembolso de esos nuevos títulos y asegurar un tipo de interés atractivo que, además, quedaría indexado a la tasa de crecimiento del PIB argentino. Por consiguiente, fue una reestructuración de la deuda por canje de títulos: en marzo de 2005, se habían intercambiado un 76 % de los títulos. Y ese porcentaje fue considerado como una mayoría suficiente para protegerse del 24 % que no habían participado en el canje. Las autoridades habían anunciado, por aquel entonces, que aquellos que no participasen en el canje perderían todos los derechos a una posterior reestructuración de la deuda.
Pero entonces, ¿por qué Argentina hizo otra reestructuración de la deuda en 2010?
En efecto, fue en contradicción con aquellas declaraciones y a pesar de las protestas de Roberto Lavagna, ex ministro de Economía, que había participado activamente en la reestructuración de 2005, que el gobierno argentino abrió de nuevo la negociación con el 24 % restante de los acreedores. Eso terminó en un nuevo canje de títulos en 2010 en el que participó el 67 % de los que no lo habían hecho en 2005. Finalmente, solo un 8 % de los títulos, que estaban en suspensión de pagos desde 2001, se mantuvieron fuera de estos dos canjes sucesivos (2005 y 2010), títulos a los que se les denomina «hold-out». Otra de las características de estas dos reestructuraciones fue que los nuevos bonos producto de los canjes de 2005 y 2010, incluyeron una cláusula según la cual Argentina aceptaría, en caso de litigio, la jurisdicción competente de Estados Unidos. |10|
¿Se puede considerar esta reestructuración como un éxito?
Esta reestructuración fue presentada por las autoridades argentinas como un éxito, ya que la reducción de la deuda (en términos de stock con relación al monto reclamado al país) fue significativa, del orden de entre el 50 % y el 60 %. Sin embargo, Argentina hizo concesiones muy grandes a los acreedores: altos tipos de interés; una indexación al crecimiento del PIB, y eso significaba que el país aceptaba perder una parte de los beneficios de su propio crecimiento, de los que hacía disfrutar a sus acreedores; además de la renuncia a ejercer su soberanía en caso de litigio.
En realidad, la vía argentina no es un ejemplo a seguir pero constituye, sin embargo, una fuente de inspiración. Muestra el interés que tiene una suspensión de pagos y los límites de una reestructuración negociada donde se hacen importantes concesiones a los acreedores. Se puede tomar como prueba la situación actual. Primero, las cantidades a reembolsar a los acreedores que aceptaron el canje fueron bastante considerables: las propias autoridades argentinas reconocen que pagaron el equivalente a 190.000 millones de dólares desde 2003 a 2013.
Segundo, la deuda pública (externa+interna) argentina ciertamente disminuyó entre 2005 y 2010, pero en 2014 superaba el monto de 2001. Tercero, Argentina se ve bajo presión de manera claramente abusiva por los fondos buitre que renunciaron a participar en el canje, como consecuencia de los veredictos de la justicia estadounidense —es decir, no solamente de un juez de Nueva York, sino también del Tribunal Supremo de Estados Unidos— que le dio la razón a dichos fondos buitre. |11|
¿En qué consistió vuestra participación en el combate de Argentina contra sus acreedores pleitistas y recalcitrantes, los fondos buitre, para conseguir una reestructuración de la deuda del país?
La ley adoptada por Bélgica contra los fondos buitres en 2015 es un resultado de nuestro trabajo. |12| Habitualmente, no practicamos el lobbying —a diferencia de Eurodad, |13| otra organización movilizada por la cuestión de la deuda—. No obstante, hemos trabajado con parlamentarios belgas, sobre todo socialistas, ecologistas, y, por supuesto, no con los neoliberales. Ese trabajo finalmente dio sus frutos y permitió constituir una mayoría.
Con respecto a Argentina, critiqué la orientación de la presidente del país, Cristina Fernández de Kirchner, que quería absolutamente reestructurar su deuda con el Club de París. Eso terminó por concretarse y su costo fue muy grande. |14| El gobierno argentino desplegó una estrategia de buen alumno, aunque Cristina Fernández de Kirchner, en su discurso, adoptara una estrategia de enfrentamiento con el FMI, ya que éste está muy mal visto por la población argentina.
Los responsables de la economía argentina y también su presidente creyeron que François Hollande los ayudaría en esa gestión, puesto que Francia había aceptado ser amicus curiae en el proceso que los fondos buitre intentaron contra Argentina en Estados Unidos. Pensaron erróneamente que Hollande se comprometería, pero ese no fue el caso.
Con respecto a la estrategia a seguir en Argentina, las dos cuestiones centrales sobre las que el CADTM ha intervenido son las siguientes:
En primer lugar, Argentina demostró, a partir de 2001, que era posible no depender del financiamiento por medio de los mercados financieros. |15| Argentina no emitió ningún empréstito tradicional en los mercados financieros internacionales entre 2001 y comienzos de 2016. Si embargo, tuvo una tasa de crecimiento particularmente elevada, en particular entre 2002 y 2009, el año de la gran crisis económica internacional. Si hubiera tenido un gobierno de otra naturaleza, podría haber reforzado los lazos con países como Venezuela, Bolivia, Ecuador y otros para poner en marcha el Banco del Sur (se tratará más adelante) y no depender de la financiación mediante los mercados financieros. El desafío era realizar una integración regional diferente a la realizada en Europa, una integración de pueblos en lugar de una integración de capitales. Argentina habría podido también poner en marcha otra política fiscal, aumentando la contribución de sectores privilegiados con el fin de reforzar sus fuentes endógenas de financiación. Por otro lado, se tendría que alejar del modelo extractivista-exportador.
En segundo lugar, se tendría que haber puesto en marcha un proceso de auditoría de la deuda con participación ciudadana y repudiar la deuda identificada como odiosa, ilegítima y/o ilegal.
Argentina perdió una oportunidad histórica.
Finalmente, en el transcurso de las elecciones de fines de 2015, una derecha pura y dura volvió al poder con Mauricio Macri como presidente. Sin ninguna vergüenza, le hizo el juego a los fondos buitre y a todos los demás acreedores, ya que satisfizo todas sus demandas. Además se lanzó a una nueva ola de ataques neoliberales contra los derechos económicos y sociales de la población y contra los bienes comunes. En Bélgica, en 2016, el CADTM se comprometió en una batalla jurídica con el objetivo de impedir que el fondo buitre NML de Paul Singer (con sede en Estados Unidos), muy activo contra Argentina, consiguiera la anulación de la ya mencionada ley belga. |16|
Traducido por Griselda Pinero
En Argentina. Yo estaba en contacto con Alejandro Olmos, |2| un periodista muy valiente que en 1982, cuando todavía no había desaparecido la dictadura, presentó ante la justicia argentina una denuncia por endeudamiento ilegal y odioso. Por lo tanto, denunció a la junta militar antes del fin de la dictadura. Trabajamos mucho juntos, y, en 1997, el CADTM lo invitó a una gran conferencia internacional a celebrarse en Bélgica. Y allí se desarrolló otro tipo de metodología gracias a Alejandro Olmos. Tras su denuncia, la justicia argentina abrió una instrucción y dos jueces fueron encargados de investigar a los responsables del endeudamiento argentino entre 1976 y 1982. Finalmente en julio de 2000, el juez Jorge Ballesteros del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 2 de la Capital Federal, dictó sentencia, recogida en un acta de 195 páginas. |3| Esa sentencia fue por consiguiente el resultado de una auditoría de la deuda argentina llevada a cabo por el poder judicial. A partir de 1998, estuve en contacto con uno de los dos jueces a cargo de la instrucción quien me describió las presiones que sufrieron ejercidas por otros jueces, por el Congreso argentino y por el poder ejecutivo para que no se dictara ninguna sentencia sobre la deuda. Alejandro Olmos murió en abril de 2000 totalmente deprimido, convencido de que la instrucción no llegaría nunca a su fin. La sentencia fue emitida algunos meses después de su muerte.
Conceptos de combate que surgen de la acción
A pesar del fin de la dictadura, ¿existe una especie de continuidad de los poderes económicos? Sí, porque, como la auditoría lo mostró claramente, el Fondo Monetario Internacional, dirigido en esa época por el francés Jacques de Larosière, |4| había avalado al régimen dictatorial con el objetivo de que los bancos estadounidenses financiaran la dictadura de Videla. Hay que recordar también que, después de la caída de la dictadura, se amnistió a diferentes personajes de la junta militar. |5| Hasta los años 2000, con el gobierno de Néstor Kirchner, no se abrogó dicha amnistía. En los años 1990, el FMI, directamente cómplice de la dictadura militar, y también del gobierno de Carlos Menem, que aplicó políticas neoliberales, los personajes de la dictadura que se beneficiaron de la amnistía, sin olvidar los empresarios y los banqueros que se coaligaron para que no se pudiera investigar y aclarar lo que había pasado.
Desde 1998, el CADTM sigue estando en contacto estrecho, en Argentina, con Adolfo Pérez Esquivel, |6| premio Nobel de la paz por su contribución a la defensa de los derechos humanos, con Beverly Keene, coordinadora de Diálogo 2000 y de Jubileo Sur, así como con Nora Cortiñas, una de las madres de Plaza de Mayo que luchan incansablemente por la anulación de las deudas odiosas.
Entre el comienzo de la dictadura (marzo de 1976) y el año 2001, la deuda se multiplicó por casi 20, pasando de 8.000 millones de dólares a cerca de 160.000 millones de dólares. Durante eses mismo período, Argentina reembolsó cerca de 200.000 millones de dólares, o sea, cerca de 25 veces de lo que debía en marzo de 1976. Los capitalistas argentinos se endeudaron alegremente durante la dictadura y en forma simultánea colocaron una buena parte de ese dinero en el extranjero mediante la fuga de capitales. El monto de los capitales colocados en los países más industrializados y en los paraísos fiscales por los capitalistas argentinos superó a las sumas prestadas. Solo en 1980-1982, durante los dos últimos años de dictadura, la fuga de capitales alcanzó más de 21.000 millones de dólares, según el Banco Mundial. Un regalo inmenso para los capitalistas argentinos y de fuera: sus deudas fueron asumidas por el Estado al final de la dictadura. Desde entonces, la deuda pública aumentó por el fardo de la deuda de las empresas privadas, puesto que se asumieron sus obligaciones con respecto a los acreedores. Y desde ese momento, los capitalistas argentinos han mantenido la política de evasión de capitales. La deuda argentina constituye claramente un caso emblemático de deuda odiosa.
¿Fuiste a Argentina para continuar la investigación sobre la deuda?
Sí, fui a Argentina, pero también realicé un trabajo de análisis a distancia, ya que Alejandro Olmos y el juez argentino del que hablé, me hicieron llegar una serie de documentos. Estudié en profundidad la acumulación de la deuda odiosa y luego su proceso de blanqueo fraudulento. |7|
Fue el presidente Raúl Alfonsín, que sucedió a la dictadura, quien permitió que se efectuar la operación de blanqueo. Ahora bien, si una deuda es odiosa, su reestructuración no termina con el delito. Por lo tanto, el blanqueo no puso fin al delito anterior. Si el FMI, que había prestado dinero a la dictadura, reestructuró la deuda argentina mientras estaba perfectamente al corriente de lo que había hecho anteriormente. Es evidente que existe una culpabilidad ininterrumpida. El FMI no puede decir simplemente: «la refinanciación de la deuda se operó con un régimen, el de Alfonsín, que era un régimen democrático».
Para nosotros, en el CADTM, eso vale también para la deuda de Ruanda y de la RDC. Aunque, finalmente, la justicia argentina dictó una sentencia importante en julio de 2000, no se produjo ninguna condena. El juez pasó la patata caliente al Parlamento argentino, dominado por la derecha neoliberal, que decidió no hacer nada. Fue en septiembre de 2014 que, al cabo de tantos años, el Parlamento tomó la decisión de crear una comisión de auditoría de la deuda acumulada por Argentina desde el comienzo de la dictadura (marzo de 1976) hasta 2014. Fui invitado al Parlamento, en octubre de 2014, con el fin de ofrecer mis recomendaciones, |8| pero, en la práctica, la comisión no cumplió con su tarea y la derecha, que ganó las elecciones en 2015, enterró el asunto. ATTAC Argentina, que es miembro de la red internacional CADTM, es muy activo sobre la cuestión de la deuda y contribuyó a la creación de la «Asamblea para la suspensión del pago de la deuda y la auditoría de la deuda en defensa del patrimonio nacional y de los bienes comunes». |9|
Durante varios años Argentina estuvo en suspensión de pagos y no dejó de tener acceso a la financiación externa por medio de los mercados financieros. ¿Qué pasó con eso?
La situación era la siguiente: a fines de diciembre de 2001, en un marco de grandes movilizaciones populares, las autoridades argentinas —en ese momento había un presidente interino, Adolfo Rodríguez Saá— suspendieron el pago de los títulos de la deuda argentina por un monto de 80.000 millones de dólares a los acreedores privados y de 6.500 millones de dólares al Club de París. Sin embargo, no se suspendió el pago de la deuda contraída ni con el FMI, ni con el Banco Mundial, ni con otros organismos financieros multilaterales. Esa suspensión se produjo en un momento de crisis económica y de rebelión popular contra las políticas llevadas a cabo desde hacía años por una serie de gobiernos neoliberales, siendo el último el de Fernando de la Rua. Fue, por lo tanto, bajo la presión popular y cuando las cajas del Estado estaban casi agotadas, que las autoridades argentinas suspendieron el pago de una parte de la deuda.
La suspensión del pago de la deuda, en forma de títulos soberanos, duró desde diciembre de 2001 hasta marzo de 2005. Esa suspensión resultó beneficiosa para la economía y el pueblo argentinos. De 2003 a 2009, Argentina registró unas tasas de crecimiento anuales de entre el 7 % y el 9 %. Algunos economistas afirman que el crecimiento argentino solo se explica por el aumento en el precio de las materias primas que ésta exporta. No obstante, está claro que si Argentina hubiera continuado con los pagos, las ganancias del Estado gracias a las exportaciones (es decir, a los impuestos retenidos sobre los beneficios de los exportadores privados) se habrían destinado al reembolso de la deuda. Las autoridades no hubieran podido hacer los gastos públicos dedicados a la ayuda a los desempleados, al aumento de las jubilaciones y pensiones, y a generalizar el derecho a recibirlas, al estímulo a la actividad económica en otros ámbitos fuera del sector exportador.
Entre 2002 y 2005, las autoridades argentinas mantuvieron intensas negociaciones con los acreedores para intentar convencer, a una mayoría de ellos, de que aceptaran un canje de títulos. Las autoridades del país proponían intercambiar los títulos en circulación por otros nuevos, con una reducción de más del 60 %, pero, a cambio, se comprometían a garantizar el reembolso de esos nuevos títulos y asegurar un tipo de interés atractivo que, además, quedaría indexado a la tasa de crecimiento del PIB argentino. Por consiguiente, fue una reestructuración de la deuda por canje de títulos: en marzo de 2005, se habían intercambiado un 76 % de los títulos. Y ese porcentaje fue considerado como una mayoría suficiente para protegerse del 24 % que no habían participado en el canje. Las autoridades habían anunciado, por aquel entonces, que aquellos que no participasen en el canje perderían todos los derechos a una posterior reestructuración de la deuda.
Pero entonces, ¿por qué Argentina hizo otra reestructuración de la deuda en 2010?
En efecto, fue en contradicción con aquellas declaraciones y a pesar de las protestas de Roberto Lavagna, ex ministro de Economía, que había participado activamente en la reestructuración de 2005, que el gobierno argentino abrió de nuevo la negociación con el 24 % restante de los acreedores. Eso terminó en un nuevo canje de títulos en 2010 en el que participó el 67 % de los que no lo habían hecho en 2005. Finalmente, solo un 8 % de los títulos, que estaban en suspensión de pagos desde 2001, se mantuvieron fuera de estos dos canjes sucesivos (2005 y 2010), títulos a los que se les denomina «hold-out». Otra de las características de estas dos reestructuraciones fue que los nuevos bonos producto de los canjes de 2005 y 2010, incluyeron una cláusula según la cual Argentina aceptaría, en caso de litigio, la jurisdicción competente de Estados Unidos. |10|
¿Se puede considerar esta reestructuración como un éxito?
Esta reestructuración fue presentada por las autoridades argentinas como un éxito, ya que la reducción de la deuda (en términos de stock con relación al monto reclamado al país) fue significativa, del orden de entre el 50 % y el 60 %. Sin embargo, Argentina hizo concesiones muy grandes a los acreedores: altos tipos de interés; una indexación al crecimiento del PIB, y eso significaba que el país aceptaba perder una parte de los beneficios de su propio crecimiento, de los que hacía disfrutar a sus acreedores; además de la renuncia a ejercer su soberanía en caso de litigio.
En realidad, la vía argentina no es un ejemplo a seguir pero constituye, sin embargo, una fuente de inspiración. Muestra el interés que tiene una suspensión de pagos y los límites de una reestructuración negociada donde se hacen importantes concesiones a los acreedores. Se puede tomar como prueba la situación actual. Primero, las cantidades a reembolsar a los acreedores que aceptaron el canje fueron bastante considerables: las propias autoridades argentinas reconocen que pagaron el equivalente a 190.000 millones de dólares desde 2003 a 2013.
Segundo, la deuda pública (externa+interna) argentina ciertamente disminuyó entre 2005 y 2010, pero en 2014 superaba el monto de 2001. Tercero, Argentina se ve bajo presión de manera claramente abusiva por los fondos buitre que renunciaron a participar en el canje, como consecuencia de los veredictos de la justicia estadounidense —es decir, no solamente de un juez de Nueva York, sino también del Tribunal Supremo de Estados Unidos— que le dio la razón a dichos fondos buitre. |11|
¿En qué consistió vuestra participación en el combate de Argentina contra sus acreedores pleitistas y recalcitrantes, los fondos buitre, para conseguir una reestructuración de la deuda del país?
La ley adoptada por Bélgica contra los fondos buitres en 2015 es un resultado de nuestro trabajo. |12| Habitualmente, no practicamos el lobbying —a diferencia de Eurodad, |13| otra organización movilizada por la cuestión de la deuda—. No obstante, hemos trabajado con parlamentarios belgas, sobre todo socialistas, ecologistas, y, por supuesto, no con los neoliberales. Ese trabajo finalmente dio sus frutos y permitió constituir una mayoría.
Con respecto a Argentina, critiqué la orientación de la presidente del país, Cristina Fernández de Kirchner, que quería absolutamente reestructurar su deuda con el Club de París. Eso terminó por concretarse y su costo fue muy grande. |14| El gobierno argentino desplegó una estrategia de buen alumno, aunque Cristina Fernández de Kirchner, en su discurso, adoptara una estrategia de enfrentamiento con el FMI, ya que éste está muy mal visto por la población argentina.
Los responsables de la economía argentina y también su presidente creyeron que François Hollande los ayudaría en esa gestión, puesto que Francia había aceptado ser amicus curiae en el proceso que los fondos buitre intentaron contra Argentina en Estados Unidos. Pensaron erróneamente que Hollande se comprometería, pero ese no fue el caso.
Con respecto a la estrategia a seguir en Argentina, las dos cuestiones centrales sobre las que el CADTM ha intervenido son las siguientes:
En primer lugar, Argentina demostró, a partir de 2001, que era posible no depender del financiamiento por medio de los mercados financieros. |15| Argentina no emitió ningún empréstito tradicional en los mercados financieros internacionales entre 2001 y comienzos de 2016. Si embargo, tuvo una tasa de crecimiento particularmente elevada, en particular entre 2002 y 2009, el año de la gran crisis económica internacional. Si hubiera tenido un gobierno de otra naturaleza, podría haber reforzado los lazos con países como Venezuela, Bolivia, Ecuador y otros para poner en marcha el Banco del Sur (se tratará más adelante) y no depender de la financiación mediante los mercados financieros. El desafío era realizar una integración regional diferente a la realizada en Europa, una integración de pueblos en lugar de una integración de capitales. Argentina habría podido también poner en marcha otra política fiscal, aumentando la contribución de sectores privilegiados con el fin de reforzar sus fuentes endógenas de financiación. Por otro lado, se tendría que alejar del modelo extractivista-exportador.
En segundo lugar, se tendría que haber puesto en marcha un proceso de auditoría de la deuda con participación ciudadana y repudiar la deuda identificada como odiosa, ilegítima y/o ilegal.
Argentina perdió una oportunidad histórica.
Finalmente, en el transcurso de las elecciones de fines de 2015, una derecha pura y dura volvió al poder con Mauricio Macri como presidente. Sin ninguna vergüenza, le hizo el juego a los fondos buitre y a todos los demás acreedores, ya que satisfizo todas sus demandas. Además se lanzó a una nueva ola de ataques neoliberales contra los derechos económicos y sociales de la población y contra los bienes comunes. En Bélgica, en 2016, el CADTM se comprometió en una batalla jurídica con el objetivo de impedir que el fondo buitre NML de Paul Singer (con sede en Estados Unidos), muy activo contra Argentina, consiguiera la anulación de la ya mencionada ley belga. |16|
Traducido por Griselda Pinero
Notas
|1| Bejamin Lemoine es investigador en sociología en el CNRS (Consejo Nacional de Investigaciones de Francia), especializado en la cuestión de la deuda pública y de las relaciones entre los Estados y el orden financiero. Una versión resumida de esta entrevista ha sido publicada en el número especial «Capital et dettes publiques», de la revista Savoir/Agir nº 35, marzo de 2016.|2| https://es.wikipedia.org/wiki/Aleja...
|3| http://web.archive.org/web/20130927... ou http://cadtm.org/IMG/pdf/sentencia_...
|4| Jacques de Larosière de Champfeu, nacido en París en 1929, fue director general del Fondo Monetario Internacional de 1978 a 1987. Después fue gobernador del Banco de Francia (1987-1993). A partir de 1993, presidió el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD). El mismo año, el 3 de mayo de 1993, fue elegido en la sección general de la Academia de Ciencias Morales y Políticas para ocupar el sillón del Cardenal Henri de Lubac. A partir de 1998, fue asesor de Michel Pébereau, presidente de BNP Paribas.
|5| Sobre la complicidad de las compañías privadas de Estados Unidos, entre las que se hallan los bancos, podéis consultar el estudio de Juan Pablo Bohoslavsky y Veerle Opgenhaffen «Pasado y presente de la complicidad corporativa: responsabilidad bancaria por financiamiento de la dictadura argentina» en http://www.palermo.edu/derecho/revi...
Este estudio muestra también la implicación del gobierno de Estados Unidos en el apoyo a la dictadura. Respecto a esto, Obama ha comenzado a desclasificar este año, 2016, una serie de documentos secretos que podéis consultar en https://icontherecord.tumblr.com/po..."
|6| https://es.wikipedia.org/wiki/Adolf...
|7| Argentina: Eslabón débil en la cadena mundial de la Deuda, artículo de Éric Toussaint en Rebelión: https://www.rebelion.org/hemeroteca...
|8| Véase, artículo de María Elena Saludas http://www.cadtm.org/Argentina-Eric-Toussaint-sobre-la y el de Jorge Marchini en http://www.cadtm.org/Argentina-Eric-Toussaint-sobre-la
|9| Artículos de Julio C. Gambina http://www.cadtm.org/Investigacion-de-la-deuda-en-la y de Maud Bailly http://www.cadtm.org/Resistencia-al-endeudamiento
|10| Esta renuncia al ejercicio de la soberanía nacional se remonta a la dictadura militar impuesta a partir de 1976.
|11| Sobre Argentina y los fondos buitre, véase: Renaud Vivien, «Un vautour peut en cacher d’autres», carta abierta publicada en Le Soir, el 23 de junio 2014 http://www.cadtm.org/Argentina-Un-buitre-puede-ocultar; Jérôme Duval, Fatima Fafatale, «Los fondos buitre que acorralan Argentina también van a por ti», publicado el 6 de julio de 2014, http://cadtm.org/Los-fondos-buitre-que-acorralan; Éric Toussaint, «Cómo enfrentar a los fondos buitre y el imperialismo financiero, publicado el 19 de septiembre», 2014, http://cadtm.org/Como-enfrentar-a-los-fondos-buitre,10675; Julia Goldenberg y Éric Toussaint, «Los fondos buitre son una vanguardia», publicado el 2 de octubre de 2014, http://cadtm.org/Los-fondos-buitre-son-una
|12| Véase el texto de la ley y la exposición de los motivos: http://www.dekamer.be/FLWB/PDF/54/1...
|13| Véase la web de Eurodad http://www.eurodad.org/sites/about
|14| Artículo de Julio C Gambina Y María Elena Saludas sobre el acuerdo con el Club de París: http://www.cadtm.org/Historico-acuerdo-con-los-paises
|15| En otro contexto, Benjamin Lemoine muestra de manera muy convincente que Francia se financió durante más de 20 años, después de la segunda guerra mundial, sin recurrir al mercado. Véase Benjamin Lemoine, L’ordre de la dette, Enquête sur les infortunes de l’État et la prospérité du marché (La Découverte, 2016). Véase también http://www.cadtm.org/Refaire-de-la-dette-une-chose y sobre el libro de Lemoine antes citado http://www.cadtm.org/Livres-pour-l-ete-la-dette-pour
|16| Véase Renaud Vivien, «Fonds vautours: quand les spéculateurs veulent faire la loi en Belgique», http://www.cadtm.org/Fonds-vautours-quand-les
Autor
Benjamin Lemoine est
chercheur en sociologie au CNRS spécialisé sur la question de la dette
publique et des liens entre les États et l’ordre financier.
Il est l’auteur de L’ordre de la dette, Enquête sur les infortunes de l’État et la prospérité du marché (La Découverte, 2016)
No hay comentarios:
Publicar un comentario