Por qué no al voto electrónico.
Porque la tecnologia puede ayudar, pero no es absoluta ni infalible.
Porque detrás de la implementación, equipamiento y logística hay un negocio descomunal, carísimo y manipulable.
Porque no asegura ninguna transparencia, a pesar de los esfuerzos propagandísticos de sus propulsores e instigadores.
Porque desmoviliza, despersonaliza y vacía de participación, pasión y compromiso militante a quienes integran los colectivos que disputan en la contienda. Me temo que de esta forma la acción politica y electoral corre riesgo de dejar de ser una instancia decisiva y fundamental, para quedar reducida, de a poco, a un acto menor, circunscripto al individualismo y la indiferencia, funcional a que la politica sea capturada por elites o aristocracias dirigenciales y usurpadas a sus legítimos sujetos: las mayorías populares y las organizaciones políticas que las representan.
Porque el fraude se evita con inclusión y participación horizontal de los movimientos políticos y la propia sociedad entusiasmada y empoderada, no con máquinas, que por más lindas y rápidas que sean, las puede cargar el "diablo".
El voto electrónico no es dogma infalible democrático.
Se parece más a una herejia ceocrática y antipolítica que nos quieren vender e imponer a toda costa.
Délfor "Pocho" Brizuela
Agrupación politica "La 20"
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