La
Universidad Nacional de La Plata se ha pronunciado sobre la detención
ilegal de Milagro Sala. La decisión no fue sin conflicto. Por el
contrario, los estudiantes que realizaron el pedido lo hicieron tres
veces antes de que sea finalmente tratado en el Consejo Superior (órgano
máximo de decisión, conformado por todos los claustros de las 17
facultades, los 5 colegios preuniversitarios, y los gremios). Los
fundamentos principales que se utilizaban desde los sectores más
reaccionarios de la universidad se basaban en la necesidad de preservar
la autonomía entendida como un lugar de refugio para ocultar la falta de
compromiso, o el no compromiso, con la historia, con su tiempo.Obvian
desde ese sesgado punto de vista pensar a la autonomía con su verdadero
sentido: aquel que concibe –y más aún, conlleva– la posibilidad de
emancipación. Los pueblos, los sujetos, logran con la autonomía romper
los lazos que atan a condiciones de opresión para obtener, con las
luchas, las emancipaciones posibles. Entonces, para reforzar la idea:
necesitamos las autonomías para conseguir las emancipaciones.Para
las grandes mayorías de nuestro país la educación universitaria se
asume como lo que es: un bien social y un derecho. El derecho a la
universidad no es solo el derecho a estudiar, es el derecho de la
sociedad a tener una universidad. A usarla, transformarla, gozarla.Por
eso debemos exigir que se mantenga un discurso crítico desde el cual se
la transforme, no solo a sí misma, sino a toda la sociedad. Pues,
asumir que la universidad no debe ser un espacio natural para el debate y
para tomar posiciones críticas es no comprender el objetivo de la
educación, en donde la formación debe contener aquel pensamiento
crítico, para poner en práctica las posiciones teóricas. Debemos asumir
el desafío de dar los debates, en los cuales todos los actores
comprendan que la idea del consenso solo puede llegar a posiciones
comunes a partir del conflicto.Nuestra
universidad tiene una enorme tradición de lucha, sobre todo en las
organizaciones estudiantiles, que han peleado por una Patria libre,
justa y soberana. Tenemos entonces un sistema universitario que es fruto
de por lo menos cuatro movimientos encadenados con sus continuidades y
rupturas. Movimientos y momentos que se han enfrentado a las lógicas
conservadoras y elitistas de la universidad etnocéntrica: La Reforma de
1918, la decisión de Perón de declarar la gratuidad de la enseñanza
superior en 1949, el movimiento que, luego de la llamada Noche de los
Bastones Largos, se hace visible en el Cordobazo y, por último, las
transformaciones que llevaron adelante los gobiernos kirchneristas
reconstruyendo las condiciones para la realización efectiva de la
universidad como derecho humano. Con
aquellas luchas en la historia, los jóvenes que fueron hijos de la
década ganada han logrado triunfar en las elecciones de la Federación
Universitaria de La Plata con una agrupación que decidieron llamar
Frente Patriótico Milagro Sala. La denominación que eligieron no solo
reivindica las luchas de la organización Tupac Amaru –en nombre de su
conductora– sino que, sobre todo, nos confirman aquello que sostenemos
desde hace años: las universidades no pueden ser indiferentes a la
injusticia.Mientras
Gumersinda (militante de la Tupac que participó de la sesión del
Consejo) le respondía a la Franja Morada “nosotros somos parte de la
Patria” (porque la agrupación radical se negaba a apoyar el repudio), vi
como a una joven de la Facultad de Bellas Artes se le hacía un nudo en
la garganta y lloraba. Me emocionó ver como una estudiante, hija del
kirchnerismo, se conmovía ante el dolor de los demás.Los
militantes de la Tupac Amaru están siendo el tubo de ensayo de un
modelo represor. La compañera Milagro Sala hoy necesita de nuestra
autonomía, la que es usada para las emancipaciones, aquella gracias a la
cual nos posicionamos. Ellos, tal como nos dijo Gumersinda, son también
nuestra Patria y la universidad la debe cuidar, transformar, gozar.
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