Los medios de comunicación trajeron noticias reveladoras: “Maíz transgénico en México: peligros en la salud y ambiente”. “No al maíz transgénico: fuera Monsanto”. “Maíz criollo gana la batalla frente maíz transgénico en Oaxaca”. “Suspenden permiso para maíz transgénico en México”.
La Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, UCCS de México expuso cuatro razones para no autorizar la siembra de maíz transgénico:
Todo el país es centro indivisible del origen y la diversidad del maíz y sus parientes silvestres.
- Desaparición de la industria nacional de semillas, debido a la transnacionalización oligopólica del mercado de semillas de maíz.
- Promesas tecnológicas fallidas de la tecnología transgénica para el maíz. El maíz consumido como grano MON NK 603 no es inocuo para la salud y el glifosato acompañante se asocia con malformaciones fetales. (Ver documentos del profesor David Schubert, Salk Institute for Biological Studies, San Diego California).
- Se puede realizar mejoramiento genético exitoso del maíz común y a la vez conservar gran parte de la biodiversidad. La transnacionalización es el camino errado hacia la autosuficiencia alimentaria. No se necesita tecnología transgénica. (1)
La preocupación fue justificada porque el maíz transgénico llegaría a ser un contaminador genético para las variedades de maíz nativo de México y el que podría ser reemplazado por el maíz amarillo (transgénico), como en efecto ocurrió. Se ha comprobado la presencia de genes transferidos en variedades de algodón silvestre. México es el segundo país de América Latina con contaminación genética. Por estas razones la comunidad científica mexicana buscó frenar la siembra de maíz transgénico porque además conduce a la producción de alimentos por pocas empresas las cuales han desarrollado campañas publicitarias contra los estudios referentes a los efectos secundarios del consumo de alimentos transgénicos.
Análisis desde la perspectiva sociocultural
El análisis desde el punto de vista sociocultural lleva a las siguientes conclusiones:
- El maíz está vinculado a los pueblos indígenas. Atentar contra el maíz es atentar contra los derechos culturales y de alimentación. El maíz es parte de la cultura popular en México.
- Al introducir transgénicos a las variedades nativas sufren descompensación genética y fisiológica. Esas secuencias pueden llegar fácilmente al campo ya que el maíz se poliniza fácilmente; por lo mismo las variedades nativas pueden contaminarse con el polen de maíz transgénico, con lo cual se perderían variedades de maíz nativo desarrolladas a través de miles de años. El maíz es originario de México.
Varios libros sobre los transgénicos se han publicado en los últimos años. Uno de ellos es: El maíz en peligro ante los transgénicos: un análisis integral sobre el caso de México. Es un libro de la Universidad Autónoma de México, la Universidad de Veracruz y la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, UCCS: “busca generar alternativas que se comprometan con el saber y no con esta ciencia falsa de la cual está recurriendo una tecnología sin ciencia” ha expresado Elena Álvarez-Buylla, investigadora del Instituto de Ecología, quien advierte que el desarrollo y liberación de transgénicos al ambiente ha sido empujado por el lucro no por la ciencia, tampoco por intereses sociales, ni mucho menos ambientales.
Los transgénicos no son viables en el 85% del campo mexicano, afirmó el Dr. José Sarukhan, coordinador nacional para el uso y conocimiento de la biodiversidad (CONABIO), ex rector e investigador emérito del Instituto de Ecología de la UNAM. Y advirtió que “la pérdida de soberanía alimentaria es enorme al rendirse a la rectoría alimenticia y dejarla en manos de las empresas como Monsanto, Pionner, Dow, Bayer, CropSciencia… que controlan el mercado en el mundo”. El punto está en “si el país mantiene su capacidad y soberanía alimentaria para decidir cuándo, qué y de qué manera generar semillas”. (3) En un balance general el maíz transgénico ya ha cobrado un alto precio a la biodiversidad y el gobierno mexicano ha protegido los intereses privados de las grandes corporaciones sobre el legítimo interés del pueblo y el cuidado de la diversidad biológica del país azteca.
Investigadores de varios países han advertido sobre el riesgo de consumir alimentos transgénicos. Al respecto el profesor Andrés Carrasco, del Instituto de Biología Celular y Neurociencias la Universidad de Buenos Aires, ratificó que el glifosato (Roundup) que se aplica a la soya transgénica cultivada en Argentina tiene efectos teratogénicos es posible cancerígeno en humanos.
“Un estudio francés de 2009 reveló que uno de los ingredientes inertes de Roundup (glifosato) es capaz de dañar o matar células placentarias o embrionarias, incrementando el riesgo de defectos congénitos” mencionó Bella Bathurst en Newsweek en español, 08.06.2014. (4)
Varias publicaciones señalan que al consumir alimentos que contienen productos transgénicos hay riesgo de desarrollar alergia y resistencia a ciertos antibióticos; pero más aún al consumir carne o leche de animales alimentados con semillas transgénicas u hormonas de crecimiento existe riesgo de sufrir cáncer de mama o de próstata. Pero además vuelve al agricultor esclavo, dependiente de los nuevos paquetes tecnológicos. (5)
Reacción de la sociedad civil organizada
Los medios de información de México destacaron los triunfos alcanzados mediante la Acción Colectiva encabezada por científicos y organizaciones de pobladores “La Justicia mexicana ordenó a la SAGARPA y a la SEMARNAT suspender todas las actividades de siembra del maíz transgénico en el país, así como detener los otorgamientos de permisos de liberación experimental, piloto y comercial de dicha semilla”. (6) Éste hecho fue un “hito histórico en materia de demanda ciudadana”. El triunfo se inscribió en el “Principio Precautorio en materia de derechos humanos, puesto que el Estado está en obligación de proteger los derechos humanos de los mexicanos frente a los intereses de las grandes empresas; a la vez que conservar y utilizar la agrobiodiversidad de los maíces nativos”.
“Maíz criollo gana la batalla frente al maíz transgénico en Oaxaca” reportaron otros medios de información. Lo ocurrido en el Estado sureño del país azteca es digno de destacar. Oaxaca es símbolo de la diversidad cultural, pues su población está integrada por 15 culturas étnicas vinculadas al cultivo de 62 variedades nativas de maíz. (Al recorrer los mercados oaxaqueños sorprende ver los diferentes tipos de maíz criollo que se caracterizan por la forma y tamaño de la mazorca y el tamaño, textura y color de los granos que, sin duda, tienen diferente sabor y contenido nutritivo, con lo cual se preparan exquisitos platos que se puede degustar en Oaxaca – ciudad orgullosa de su cultura tan antigua y a la vez tan vital en el presente-, por lo que la UNESCO le declaró ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad).
En Oaxaca se detuvo el maíz transgénico y se expandió la siembra de maíz criollo. La SAGARPA anunció la producción de semilla criolla de maíz y el establecimiento de bancos de germoplasma para conservar las raíces de maíz nativo, todo esto debido a la Acción Colectiva liderada un grupo de 53 científicos y 22 organizaciones civiles que presentaron la demanda dirigida a “proteger las variedades de maíz histórica y ecológicamente importantes”. (7) En México la sociedad civil levantó la “Campaña Nacional Sin Maíz no hay País” que dio resultados altamente positivos.
En el Estado de Oaxaca declararon a la década 2014-2024 como la Década de la defensa del maíz nativo y de los pueblos indígenas y campesinos de México, bajo la proclama: “no bajaremos la guardia en defensa de nuestro maíz, nuestros cultivos tradicionales y nuestras semillas”, denuncian contaminación genética por maíz transgénico y se reafirman en forma altiva: “Queremos que nuestros campos sigan floreciendo con nuestras propias semillas”. El Colectivo Oaxaqueño en Defensa de Los Territorios es un ejemplo de unidad y firmeza en la defensa de la vida y la tierra, en forma permanente realiza jornadas de resistencia por la defensa de la vida y movilizaciones en defensa de la Madre Tierra. (8)
En un ámbito geográfico más amplio: “El maíz es el cereal de los pueblos y culturas del continente americano. Las más antiguas civilizaciones de América, en Mesoamérica y la región Andina de Sudamérica, estuvieron acompañadas de esta planta” según José Antonio Serratos Hernández, asesor académico de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, en el estudio “El origen y diversidad del maíz”. (9) Esto coincide con lo que Miguel Ángel Asturias, escritor guatemalteco y Premio Nobel de Literatura, describiera en su novela mayor: Los hombres de maíz.
La defensa del maíz nativo por los campesinos e indígenas mexicanos es un ejemplo para toda América Latina.
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