EL VIEJO Y TRADICIONAL ESPEJO
San Fernando del Valle de Catamarca, Argentina, UNASUR-CELAC, EL EMILIO, Política y educación.
“Se es liberal, marxista o nacionalista partiendo del supuesto que el país debe adoptar el liberalismo, el socialismo, o el nacionalismo (y ahora el “socialismo capitalista”(¿?), de creación de don Martí) y adaptarse a él, partiendo del supuesto doctrinario importado, reproduciéndolo y forzando a la naturaleza a condicionarse a él.”
Arturo Jauretche
Por Victor Leopoldo Martinez
La lectura de la nota titulada “Populismo vs. Estado de bienestar” (que podrán leer de manera completa al final de este texto) que en su habitual columna “Hablemos de educación” el Lic. Martí publicó en el matutino EL ESQUIÚ el día lunes 24/07/2017, generaron en mi algunas preocupaciones que no puedo pasar por alto por dos motivos:
1) La responsabilidad que conlleva construir un texto con valor pedagógico utilizando un medio de comunicación (sabiéndolo “formador de opinión”) para su difusión y…
2) La peligrosa confusión conceptual que tiene su autor respecto de varias cuestiones que intentó desplegar en lo que yo definiría como una disquisición de tipo ideológica en relación a nuestra política que cayó en la volteada dentro de su análisis sobre los populismos latinoamericanos.
De todos modos debo reconocer que independientemente de lo señalado anteriormente resulta interesante el texto porque sirve a los fines de desmitificar ciertos relatos, todo dentro de un sano intercambio democrático ya que estamos en las antípodas en materia ideológica, en mi caso claramente identificable ya que no escondo mi pertenencia al ideario popular (me niego a ser populista) peronista; o sea, para un “intelectual académico reaccionariamente antiperonista” vengo a ser una especie de “nipo-nazi-falange-fascista” jauretcheano (una especie de “trensubtemetrocleta” pero… populista).
Difiero en lo sustancial con el contenido del escrito de marras, aunque debo elogiar ese reconocimiento que hace de los desastres sociales causados en todo el mundo por el liberalismo pero… ¿hasta ahí llego su amor?. ¿Y del neoliberalismo qué? Entonces y con el mismo derecho quiero hacer público algo que me atañe señalar en términos políticos –la educación es un hecho político en si mismo- por ser, primero ex docente y segundo pedagogo responsable dentro del concepto Freireano de educación permanente. Además soy un lector compulsivo por avidez intelectual y defecto profesional (soy periodista) algo que me lleva, entre otras publicaciones, a ser otro lector de los muchos que seguramente tiene ese matutino.
Por las diferente colaboraciones en materia de notas de opinión que en diversas ocasiones y a lo largo de los últimos 4 años realicé para EL ESQUIU.COM, cualquier lector sabe desde qué lugar y posición político-ideológica expreso y escribo. Yo desconozco la del Sr. Martí.
Hecha esta aclaración me interno Jauretchanamente en el Texto del Lic. Rubén David Martí, que según reza su curriculum es rector de la Universidad Fasta (que en realidad es un instituto de estudios superiores confesional privado subsidiado por el Estado) que funciona en el tradicional Colegio del Huerto de esta capital catamarqueña. Además dice dicho curriculum que es Lic. En Ciencias Políticas y que estudió Ciencias de la Educación en Chile.
Resulta muy interesante cotejar su más que notable admiración por la cultura nórdica (cabe aclarar para cualquier desprevenido que la cultura nórdica tuvo y tiene fuerte influencia anglosajona; o sea influencia de los “bárbaros” de la historia antigua según lo definieron los prohombre de la cuna de la cultura que fue “latina” y estuvo ubicada en el sur de Europa –Grecia y Roma-) resaltada en la primera parte del texto (Suecia, Dinamarca, Finlandia, Noruega e Islandia) tan contrastante con su marcado despreció por los “populismos” latinoamericanos como supuestas réplicas –según él- de los populismo latinos de Europa (los ubica y señala puntualmente: España, Italia y Grecia casi al final del texto y no creo por casualidad).
Esto, en mi modesto entender, pone de manifiesto una determinada formación –o colonización cultural para ser más preciso- y un interés de su parte por diferenciarse de manera mitro-marxisticamente de todo aquello que tenga olor a “latino”. Esta identificación anglófila es recurrente en todos sus escritos y para nada es reprochable. Lo grave es venderlo como panacea.
En términos genealógico resulta un tanto ilógico ese desprecio ya que por apellido queda claro que el origen de sus ancestros es español y no anglosajón (El origen del apellido Martí se lo puede ubicar en Aragón, o en Cataluña, en el Levante; o en Valencia, Alicante o Castellón); pero resulta totalmente comprensible si hablamos en términos culturales y más cuando se trata de “academicismo” argentino.
Pero veamos.
Dice Martí: “Sin querer hacer un análisis histórico de cada uno de estos sistemas”… para dos renglones más abajo señalar “a la hora de considerar como única opción (obviamente se refiere al populismo y dicho esto dentro de lo que podría llamarse “campaña política encubierta para el FCyS-Cambiemos”) las políticas aplicadas en nuestro país y en nuestra provincia desde hace décadas”. Por empezar un Estado de bienestar no es un sistema en si mismo sino, y en todo caso, el producto de la aplicación de un sistema político. Por otro lado hacer la salvedad de no querer hacer análisis histórico para luego sentenciar sobre una política aplicada por décadas suena a un neologismo más próximo a un raro oxImoron ya que hablar de décadas implica mínimamente un análisis histórico.
Evidentemente el autor desnuda cierto temor por incursionar en determinada historia que nunca fue aséptica ni asexuada y menos aún apolítica. Para eso recurre a ciertos eufemismos. Es clara su intensión de restarle los marcados componentes ideológicos que tuvieron todos los acontecimientos a lo largo de la existencia del hombre.
Estado de Bienestar no es lo mismo que Estado Benefactor aunque desde diversas “escuela de pensamiento político” hayan logrado fundir lo liberal con lo socialdemócrata, el socialcristianismo y el keynesianismo dentro de las Ciencias Política para luego venderlo como un producto terminado a los fines que se lo estudie en ámbitos “académicos”, incluidos los católicos.
Tomar como ejemplo los estados nórdico europeos para una elucubración política con fines de traspolación resulta por lo menos errónea básicamente porque desnuda un profundo desconocimiento de la idiosincrasia del ser latinoamericano en lo sustancial por un lado, porque ninguna historia se repite con iguales características por cuestiones de tiempo, formas y circunstancias (salvo en nuestro país donde la oligarquía nativa con fuerte identificación no por “casualidad” con lo anglosajón –“civilización”-, viene triunfando en materia cultural por no haber perdido nunca el manejo de los resortes educativos, desde Caseros -1852- en adelante) por el otro, y por ultimo porque resulta disparatado comparar valores culturales, modos de ver y concebir la vida, esa cosmovisión que lleva a definir qué se entiende por bienestar tanto social como educativo en un poblador por ejemplo de Hualfín, o Singuil, del propio Villa Cubas de esta capital provincial; o de Charata del Chaco, Añatuya de Santiago del Estero o de Las Plumas de Chubut (que entre ellos ya hay notables diferencias) con los valores que pueden llegar a tener los Sueco de Estocolmo, Gotemburgo o Upsala, o los dinamarqueses de Odense, Copenhague o Arhus.
Suena como muy disparatado!!!
A continuación y con el subtítulo de “Populismos Latinoamericanos” destaca que dicho sistema fue practicado tanto por partidos de derecha, izquierda y centro; sin dar ningún ejemplo que sustente tamaña teoría.
Si no fuera porque suena a otro oximorón pero esta vez de tipo ideológico referirse a “populismo de derecha”, yo podría inferir sin temor a equivocarme, cierta intencionalidad antiperonista, de esa que está muy presente –pero a esta altura ya desactualizada- en los que no pocos denominamos “psico-bolchaje” vernáculo. A menos que identifique al “menemismo” –que no fue peronismo- dentro de esa categoría. Además conozco a muchos pensadores de izquierda y no pocos de ellos me honraron y honran con su amistad, tal el Caso de Abelardo Ramos, Spilimbergo, Hernández Arregui, Puiggros, Norberto Galasso y pensadores nacionales como el propio Jauretche, José María Rosas, Methol Ferrer, Fermin Chaves, Osvaldo Guclielmino, José Pepe Muños Azpiri, y mi maestro, el pedagogo Gustavo F.J. Cirigliano, y jamás los escuche referirse a un “populismo de derecha” en América Latina. Un descubrimiento “categórico” hecho por don Martí que parece tardío por lo fuera de tiempo.
Pero continuando con lo ideológico, la pregunta cae de maduro: para don Martí ¿fueron partidos populista de izquierda los que encabezaron Augusto Cesar Sandino en Nicaragua, Velazco Alvarado en Perú, Torrijo en Panamá, y mas recientemente el Castrismo en Cuba, el Sandinismo, El Chavismo, el Kirchnerismo, el Lulismo, el Correismo ecuatoriano, el de Evo en Bolivia, el Lugoismo Paraguayo o el Mujicaismo uruguayo?
Siguiendo su línea analítica lo podría ayudar con los ejemplo de populismo de centro. Para no irnos muy lejos… ¿Sergio Massa por casualidad? Es el caso más claro de populismo de centro según su caracterización. Por su hibridez ideológica, Massa es el que más se aproximaría en tanto usa las necesidades de los más desprotegidos para sus fines políticos que en este caso coincide con su apreciación que sostiene que: “El líder se convierte en el defensor de los más pobres y realiza un pacto tácito con ellos para sostener la lucha por sus derechos y el bienestar”. Lamentablemente Massa no es popular, ; no lo veo defendiendo los intereses del pueblo; con solo avalar el endeudamiento externo Macrista ya no puede ser popular. Digo esto porque cabe aclarar que Popular: es lo que pertenece al pueblo (comunidad o grupo mayoritario) o tiene su origen en él. En cambio Populismo es una simple tendencia política que usa las necesidades del pueblo para otros fines.
Ahora bien y siguiendo con el texto de Martí, sería muy poco serio de mi parte contra argumentar el rescate que él hace de los dichos de la politóloga Gloria Álvarez: “El populismo ama tanto a los pobres que los multiplica para sostener su existencia” para refrendar su teoría critica del populismo, con ideas extraídas de libros escritos por Sandra Russo o Gabriela Cerruti (que comparados con las definiciones de la “tilinga medio pelo” Alvarez –simple operadora mediática de la derecha centroamericana al servicio de espurios intereses norteamericanos-, pasarían a ser -y de manera graciosa- importantes “Tratados Políticos”). Seguramente, y de hacer eso, nadie me tomaría en serio. Es más, no pocos me dirían “Martinez, que chistes de mal gusto su refutación basado en semejante fuentes.” En términos comparativos sería discutir sobre historia –en serio- con un interlocutor formado por libros escritos por Lanata o Majul, o las editoriales de los Leucos, Bonelli, Van der Koy, Blanck o Joaquin Morales Sola. Poco serio para un rescatador del “Estado de Bienestar” de los países nórdicos.
Se torna menos serio aun utilizar como argumento ejemplificador de su “tesis” lo siguiente: “Es común escuchar a estos los líderes en sus discursos acusar a distintos sectores por la pobreza de la nación. Ellos son: los empresarios, los organismos internacionales, los medios de comunicación o la oligarquía del campo. Esta dialéctica es clave para generar la confianza; la opción de fe necesaria para justificar ante el electorado la corrupción estatal”.
Bastaría que don Martí se respondiera las siguientes preguntas: “¿Por qué las cuentas públicas deben y son abiertas y las privadas no? ¿Hay algo que ocultar? ¿Por qué el privado puede hacer lo que quiere con la plata del Estado? ¿No deberían ser objeto de los mismos controles que le caben al Estado, sobre todo cuando dichas empresas hacen negocios con él? Es lo más lógico toda vez que el dinero es público y las obras, como sabemos, las pagamos todos.”(*), para entender que el origen de la corrupción estatal parte de la avidez de los grandes grupos privados por hacer negocios con el Estado que es plata segura y más rentable incluso sin trabajar ni invertir nada en tanto hasta suelen tercerizar obras y servicios dedicando los ingresos sacados a ese Estado a buscar mejores ganancias a través de la timba financiera. Si Báez y López son corruptos… Odebretch, IECSA, Calcaterra, la Flia Macri (empresarios todos) ¿Qué son? ¿Quién corrompió a Lopecito? Como dice por ahí algún portal con razonamientos que más que confiables se aproximan y mucho al sentido común: “Si López se quedó con 8 palitos verdes, seguramente los que se lo dieron se deben haber quedado con esos 8 multiplicados por 10 o 100”.
Más grave aún es disfrazar un relato que intenta ser crítico del populismo con argumentos que por reiterados no son más que fieles y respetuosos del relato PRO_CAMBIEMOS que recitan sus acompañantes mediáticos, o sea: “La Nación dixit, Clarín dixit, TN dixit, o Lanata dixit”, como por ejemplo -y siguiendo la línea del relato “PRO- oficialista” de la “pesada herencia”-: “Aumentan (los “populistas”) el gasto público generando déficit fiscal, ocultan los datos reales para esconder la verdad; luego de esto el Estado, lógicamente, hace crisis, la economía comienza a mostrar el deterioro: inflación, estancamiento y desempleo. Los servicios públicos son cada vez peores; el transporte, la salud y educación. Para sostener el empleo se cierran las importaciones y se controla en valor del dólar, los precios y tarifas. Luego aparece el desabastecimiento, el descontento social. Pero el líder populista defiende el planteo ideológico que lo sostuvo en el poder. La culpa de todos los males la tienen los oligarcas y los empresarios que concentran todo el dinero con la ayuda de los EE.UU.; pero jamás se escuchará al líder arrepentirse de algo o reconocer un error. Como un semidiós, nunca se equivoca.”
No se me ocurre pensar que esto lo escribió por la Gestión Macri… ¿O sí? Pregunto porque en un año y medio de gestión CAMBIEMOS-EMPRESARIAL se incrementó el endeudamiento externo a niveles nunca antes conocidos comprometiendo el destino de las generaciones futuras que Martí rescata al final de su texto como: “la materia prima: el argentino que quiere una nación próspera para sus hijos.” . En el último año y medio se aumentó el gasto público (más selectivo desde ya al haber eliminado la “grasa militante” para brindar sueldos mas altos a los “acompañantes aplaudidores” del cambio), se duplico el déficit fiscal, el INDEC es más mentiroso que el anterior del propio Moreno, la crisis económica es mucho más profunda, con una inflación en el primer año de mandato -2016- que estuvo por encima de la gestión anterior tan criticada. No creo sea necesario recordarle al Sr. Martí que inflación viene del griego “inflatio= inflar, aumentar precios”; o sea, todo proceso inflacionario parte de una decisión política privada que, entre otros factores, actúa buscando mayor rentabilidad en el menor tiempo posible, y no como se la quiere vender asociada únicamente a la emisión monetaria que en materia de circulante también es controlada en nuestro país por las entidades financieras quitándolo de circulación para retornarlo en forma de “prestamos” con alta tasas de interés ya que muchas de esas “entidades” son los nuevos brazos de los monopolios formadores de precios. La emisión es solo consecuencia de esa maniobra política privada con la cual el Estado busca atenuar sus efectos negativos en la población y que muy bien los detalla Martí pero… corriendo a los responsables reales de la escena del crimen y del hecho criminal.
Evidentemente el retroceso del índice inflacionario a costa del bajo consumo que logra el enfriamiento de la economía en razón del incremento de la desocupación, herramienta generadora de necesidades que no pueden ser cubiertas y que habilita la rebaja salarial para conseguir el mínimo sustento, con sus consecuencias de miseria y hambre con el solo fin que los “números cierren”, es lo que lo tranquilizaría al Sr. Martí. Pero las personas no son números y sus necesidades menos. En ese caso, y como ya lo explique en otra oportunidad, la exactitud matemática también es manipulable según sean los fines. Además ni Suecia ni Dinamarca ni Islandia son la panacea que pretende presentar Martí como modelos a seguir, y luego demostraré porqué.
Pero Martí llega al paroxismo cuando manifiesta: “Sólo hay que observar los indicadores mundiales para advertir que donde se practica el Estado de bienestar tienen los mejores índices de educación, desarrollo humano, economía, competitividad, derechos civiles y calidad de vida. Estos países son mucho más limitados (en cuanto a recursos naturales) que la Argentina, sin embargo han logrado sostener en el tiempo un sistema que les ha permitido ser referentes en el mundo.” Podríamos definirlo como un Estado socialista que se desarrolla en una economía capitalista y que asegura el buen vivir de sus ciudadanos. Esta es una aparente contradicción, pero lo cierto es que han demostrado que no es incompatible un Estado activo y presente con la economía de mercado. El Estado interviene en los desajustes económicos evitando la concentración del dinero, distribuyendo equitativamente los beneficios, cobrando impuestos progresivos, asegurando la libertad individual y la igualdad ante la ley, haciendo respetar las instituciones del Estado.
A Martí solo le faltaría un pequeño detalle para redondear su propuesta; porque estamos en Argentina. Ese detalle es preguntarle al propio Macri, a Magnetto o a Bulgheroni, a Perez Compac, a Roca, o a los Eskenazi, a Ratazzi, a Eurnekian, o a Cartellone, Wagner, al Presidente de la S.R., o Rovella Carranza, etc, etc…. al poder económico real ¿Qué opinan muchachos de mi propuesta socialista-capitalista? Simplemente eso.
A Martí solo le faltaría un pequeño detalle para redondear su propuesta; porque estamos en Argentina. Ese detalle es preguntarle al propio Macri, a Magnetto o a Bulgheroni, a Perez Compac, a Roca, o a los Eskenazi, a Ratazzi, a Eurnekian, o a Cartellone, Wagner, al Presidente de la S.R., o Rovella Carranza, etc, etc…. al poder económico real ¿Qué opinan muchachos de mi propuesta socialista-capitalista? Simplemente eso.
En otro aspecto resulta más que extraño que no se percate que la propia Institución que el dirige está subvencionada por el Estado corrupto que él se encarga de denostar en su articulo(1). Además no debería olvidar que para dicha entidad el conocimiento es una mercancía cuyo costo debe pagar cualquier estudiante para acceder a él; o sea un “negocio” altamente lucrativo en términos privados gracias a la manito que le “da” el Estado corrupto. ¡Son las leyes del mercado ¿no don Martí?! ¿Cómo se compatibilizaría esa ventajosa situación con su Estado “socialista-capitalista”?
En cuanto a los países “modelos” elegidos por Martí y para poner al lector en tema solo agregaría las siguientes tres “grageas”:
Suecia: Un país un poco más grande que la Pcia. de Bs. As. pero con 6,5 millones de habitantes menos que el actual feudo de la Sra. Vidal. Con una economía hoy en crisis por las olas de migrantes de la propia Europa y el cercano oriente, que harán que en 10 o 15 años los suecos sean una minoría en su propio país. (Le pregunto a don Marti, ¿deberiamos volvernos más xenófobos de lo que actualmente somos -algo que intenta inculcar el Macrismo- como ya está pasando en Suecia para emularlos, pero en nuestro caso con los hermanos latinoamericanos?) Con una economía que se asienta en las exportaciones y en tres grandes multinacionales -Ericsson, Volvo y Astra- pero con conciencia nacional en contra posición con los empresarios argentinos con conciencia “bolsillesca”; y con una legislación social de avanzada dónde hasta el consumo de droga es legal y se goza del derecho a morir intoxicado por ella, algo que lógicamente bajó el índice de criminalidad.
Dinamarca: Con una superficie equivalente a menos de la mitad de la superficie de nuestra Catamarca pero con una población de casi 6 millones de habitantes lo que hace que el 33 % de la población activa esté ocupada en el sector publico (en nuestro país la prensa habla del gasto improductivo que significa la “burocracia estatal” que solo insume apenas el 10 % de la población activa). País que cuenta con jornadas laborales de 37 horas semanales y 5 semanas de vacaciones que ahora las propias empresas piensan estirar a 6; con la posibilidad de jubilarse a los 62 años, algo impensado en el presente y futuro argentino de continuar Macrilandia.
Islandia: Una isla volcánica de 103 mil Km cuadrados y 300 mil habitantes con una economía endeble que está tratando de salir de una crisis muy similar a la que dejo el menemismo en nuestro país. Todo se remonta al 2008, cuando el gobierno islandés se encontró en medio de una crisis financiera que llevó a los principales bancos del país a la quiebra, algo que hizo tambalear su moneda y lanzó a las calles a miles de sus ciudadanos en manifestaciones multitudinarias.
Islandia optó por juzgar a los implicados en la burbuja financiera. Como ejemplo están los ejecutivos del banco Kaupthing, entre los que destaca el ex director ejecutivo Hreidar Mar Sigurdsson, que fueron condenados a penas de entre cuatro y cinco años de prisión acusados de manipulación del mercado. También fue juzgado Geir Haarde, primer ministro entre 2006 y 2009, al que se le achacó no haber realizado reuniones de gabinete ante cuestiones de estado importantes -si bien no fue condenado. Pero no todo ha salido como los islandeses esperaban: instancias superiores de justicia han desestimado otros casos, rebajando e incluso eliminando las penas.
Pregunta ¿La justicia de Islandia siguió el ejemplo argentino de Bonadío y la actual Corte Suprema Argentina? o fue al revés!!!
Como ejemplos a seguir por Argentina no creo que le sirvan ni sean del agrado de nuestra oligarquía ni para los impolutos empresarios argentinos que según don Martí parecerían ser “Carmelitos descalzos” en materia de desprendimiento empresarial; menos para los intereses norteamericanos.
Por eso no creo en este tipo de textos plagados de buenas y “extrañas” intenciones asentadas en dudosos modelos foráneos.
Gracias Jauretche por abrirme los ojos; algo que la educación formal no hizo ni hace: pensar en argentino y latinoamericano.
Notas:
(*)(Juan Salina-MISTERIOS REVELABLES- http://pajarorojo.comar/?p=34776 )
(1)Vinculado con eso, el porcentaje de escuelas privadas que reciben el aporte del Estado es, en Catamarca, del 70%. Catamarca, particularmente, aumentó el porcentaje de gasto (para ser más suave yo lo llamaría inversión del Estado) por alumno en un 136,9%, en el período 1994-2005, (Fuente: El Ancasti-18/10/2008- datos que extrajo de un informe del CIPPEC –Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento-)
HABLEMOS DE EDUCACIÓN
Populismo vs. Estado de bienestar
Sin querer hacer un análisis histórico de cada uno de estos sistemas políticos, intentaré aclarar ciertas confusiones que se presentan a la hora de considerar como única opción las políticas aplicadas en nuestro país y en nuestra provincia desde hace décadas.
Cada uno de estos sistemas nace como consecuencia del implacable impacto social dejado por el liberalismo político y la ausencia del Estado en el resguardo de los derechos más elementales del ciudadano. Desde entonces hay una necesaria revisión del rol del Estado en la sociedad para lograr justicia social, participación política, desarrollo humano y atención de los derechos de los trabajadores.
En la mayoría de los países latinoamericanos han desarrollado el populismo. Parte de Europa con los países nórdicos, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Noruega e Islandia; pusieron en práctica el llamado Estado de bienestar o Estado benefactor. Sintéticamente haré un simple enunciado de las características de cada uno de estos sistemas.
Populismo LatinoamericanoCada uno de estos sistemas nace como consecuencia del implacable impacto social dejado por el liberalismo político y la ausencia del Estado en el resguardo de los derechos más elementales del ciudadano. Desde entonces hay una necesaria revisión del rol del Estado en la sociedad para lograr justicia social, participación política, desarrollo humano y atención de los derechos de los trabajadores.
En la mayoría de los países latinoamericanos han desarrollado el populismo. Parte de Europa con los países nórdicos, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Noruega e Islandia; pusieron en práctica el llamado Estado de bienestar o Estado benefactor. Sintéticamente haré un simple enunciado de las características de cada uno de estos sistemas.
Cabe destacar que el populismo ha sido practicado por partidos de derecha, izquierda o centro y se ha convertido en una suerte de maquinaria para hacerse del poder, sostenerse, acrecentarlo y perpetuarse.
Si nos concentramos en el discurso y el dato de la realidad, nos vamos a encontrar con lo siguiente:
El líder se convierte en el defensor de los más pobres y realiza un pacto tácito con ellos para sostener la lucha por sus derechos y el bienestar, pero lo cierto es que los índices de pobreza en donde se han practicado estos sistemas han empeorado, han crecido o multiplicado. Al decir de la politóloga Gloria Álvarez: “El populismo ama tanto a los pobres que los multiplica para sostener su existencia”.
Es común escuchar a estos los líderes en sus discursos acusar a distintos sectores por la pobreza de la nación. Ellos son: los empresarios, los organismos internacionales, los medios de comunicación o la oligarquía del campo. Esta dialéctica es clave para generar la confianza; la opción de fe necesaria para justificar ante el electorado la corrupción estatal y la destrucción de los poderes del sistema republicano, porque todo se hace en nombre del pueblo. Aunque en el discurso se destaque la democracia, lo cierto es que lo único democrático es la forma de llegar al poder. Luego de eso, es una permanente apropiación de los poderes del Estado para beneficio personal y sectorial, utilizándolo para cobijar al aparato partidario, llenándolo de empleados públicos improductivos que sólo se dedican a la política. Aumentan el gasto público generando déficit fiscal, ocultan los datos reales para esconder la verdad; luego de esto el Estado, lógicamente, hace crisis, la economía comienza a mostrar el deterioro: inflación, estancamiento y desempleo. Los servicios públicos son cada vez peores; el transporte, la salud y educación.
Para sostener el empleo se cierran las importaciones y se controla en valor del dólar, los precios y tarifas. Luego aparece el desabastecimiento, el descontento social. Pero el líder populista defiende el planteo ideológico que lo sostuvo en el poder. La culpa de todos los males la tienen los oligarcas y los empresarios que concentran todo el dinero con la ayuda de los EE.UU.; pero jamás se escuchará al líder arrepentirse de algo o reconocer un error. Como un semidiós, nunca se equivoca.
Estado de bienestar
Sólo hay que observar los indicadores mundiales para advertir que donde se practica el Estado de bienestar tienen los mejores índices de educación, desarrollo humano, economía, competitividad, derechos civiles y calidad de vida. Estos países son mucho más limitados (en cuanto a recursos naturales) que la Argentina, sin embargo han logrado sostener en el tiempo un sistema que les ha permitido ser referentes en el mundo.
El Estado asegura la equidad y justicia social interviniendo en la vida del ciudadano procurando el bienestar a través de los servicios como educación, transporte, salud, generando una red de contención para que nadie quede excluido. Podríamos definirlo como un Estado socialista que se desarrolla en una economía capitalista y que asegura el buen vivir de sus ciudadanos. Esta es una aparente contradicción, pero lo cierto es que han demostrado que no es incompatible un Estado activo y presente con la economía de mercado. El Estado interviene en los desajustes económicos evitando la concentración del dinero, distribuyendo equitativamente los beneficios, cobrando impuestos progresivos, asegurando la libertad individual y la igualdad ante la ley, haciendo respetar las instituciones del Estado.
Los líderes políticos, sindicales y empresariales tienen una enorme vocación para la convivencia demostrado esto en la diversidad de ideologías que existen en los parlamentos. Saben que el ciudadano no arriesga el Estado de bienestar, por tanto son muy cuidadosos de los resultados y de los recursos del Estado.
Noruega, Dinamarca y Suecia gozan de índices de criminalidad sorprendentemente bajos y una envidiable esperanza de vida. Sin lugar a dudas, se trata de países sumamente prósperos, donde las personas pueden gozar de un grado mayor de libertad y al mismo tiempo de bienestar. Pero ¿cómo esta fría y poco fértil península ubicada entre el mar Noruego y el mar Báltico pudo convertirse en un verdadero ejemplo del bienestar?
Muchos dirán que no tengo en cuenta que estos países tienen una historia institucional distinta, una población homogénea, elevados niveles de confianza, participación cívica, cohesión social, responsabilidad individual, valores familiares y sobre todo una fuerte ética del trabajo. La inobservancia de estos elementos esenciales que anteceden al Estado de bienestar podría hacerme cometer un grave error. Pero lo cierto es que las ideas políticas y los procesos nunca fueron estáticos y jamás quedaron en un lugar, por el contario se expandieron y en algunos casos llegaron a todos lados. Así como el populismo no es exclusivo de Latinoamérica y hay fuerzas políticas que los representan en España, Italia y Grecia, de igual modo pasa en nuestra nación con el sistema del Estado de bienestar. Confío que nuestro país pueda dar un salto cualitativo en lo institucional para salir del estancamiento crónico, la decadencia moral y la política de la dádiva para ingresar en la etapa del crecimiento y desarrollo. Para ello hay que votar con la razón y no por la tradición o el sentimiento apasionado que los líderes mesiánicos siempre estimulan.
Tenemos la materia prima: el argentino que quiere una nación próspera para sus hijos.
Lic. Rubén David Martí
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