DECLARACIÓN DEL OBSERVATORIO DE SALUD DE
LOS TRABAJADORES EN EL DÍA MUNDIAL DE LA SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO.
El 28 de abril la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) y el movimiento sindical conmemoran el Día
Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, con el fin de promover la
prevención de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales en todo el
mundo. Se trata de una campaña de sensibilización cuyo objetivo es centrar la
atención a nivel internacional sobre las nuevas tendencias en el ámbito de la
seguridad y la salud en el trabajo y sobre la magnitud de las lesiones,
enfermedades y muertes relacionadas con el trabajo.
Esta iniciativa surgió para recordar a 28
trabajadores que en 1987 perdieron la vida durante un accidente laboral
ocurrido en una construcción que se realizaba en la localidad de Bridgeport,
Connecticut, costa este de Estados Unidos. El movimiento sindical canadiense
–que denominó la fecha como “Day of
Mourning” o día de luto- impulsó la propuesta de recordar cada 28 de abril
a las víctimas de los accidentes de trabajo mortales en todo el planeta. En
junio de 2003 la Conferencia de la Organización Internacional del Trabajo, en
la Asamblea General de las Naciones Unidas, proclamó así el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el
Trabajo.
Este año el Informe Anual de la OIT
elaborado para celebrar el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo
lleva por título: al Estrés en el Trabajo Un reto colectivo. En dicho Informe la
OIT sostiene:
“Hoy
en día, los trabajadores de todo el mundo hacen frente a importantes cambios en
la organización del trabajo y las relaciones laborales; sufren una mayor
presión para satisfacer las exigencias de la vida laboral moderna. El ritmo de
trabajo marcado por las
comunicaciones instantáneas y los altos niveles de competitividad mundial
hace que la línea de separación entre la vida laboral y la personal sea cada
vez más difícil de identificar.
Los factores de riesgo psicosocial tales como la mayor competencia, las
elevadas expectativas de rendimiento y jornadas de trabajo más largas
contribuyen a un medio ambiente de trabajo cada vez más estresante. Además,
como consecuencia de la actual recesión económica que está provocando un proceso
de cambio organizativo y restructuración cada vez más vertiginoso, los
trabajadores están experimentando más precariedad, reducidas oportunidades de
empleo, el temor a perder sus trabajos, despidos masivos, desempleo y una menor
estabilidad financiera, con consecuencias dañinas para su salud mental y bienestar.
El estrés relacionado con el trabajo está reconocido en la actualidad como
un problema global que afecta a todas las profesiones y los trabajadores tanto
de los países en desarrollo como de los desarrollados. En este complejo
contexto, el lugar de trabajo constituye al mismo tiempo una importante fuente
de factores de riesgo psicosocial y el escenario ideal para abordarlos con el
objeto de proteger la salud y bienestar de los trabajadores a través de medidas
colectivas.
Constituye un principio universal el que todas las personas tienen derecho
a las mejores condiciones de salud posibles. Sin saluden el trabajo una persona
no puede contribuir a la sociedad y alcanzar el bienestar. Si la salud en el
trabajo está amenazada, no existen las bases para lograr el empleo productivo y
el desarrollo socioeconómico.
La carga que suponen las enfermedades mentales resulta de gran relevancia
para el mundo del trabajo. Tiene un importante impacto en el bienestar de las
personas, reduce las expectativas de empleo y salarios, los ingresos familiares
y la producción de las empresas, y causa elevados costos directos e indirectos
para la economía.”[1]
En el año 2013 la OIT hacia
referencia en su documento anual con motivo del Día Mundial de la
Seguridad y Seguridad en el Trabajo a lo que denomina “ La Pandemia Oculta”, en
los siguientes términos: “Las enfermedades profesionales son causa de
enormes sufrimientos y pérdidas en el mundo del trabajo, pero permanecen
prácticamente invisibles frente a los accidentes laborales, aunque provoquen al
año un número de muertes seis veces mayor. Además, su naturaleza está cambiando
con gran rapidez: los cambios tecnológicos y sociales, junto a las condiciones
económicas, están agravando los peligros
existentes para la salud y creando nuevos. Enfermedades profesionales de sobra
conocidas, como la neumoconiosis, siguen estando muy extendidas, al tiempo que
enfermedades profesionales relativamente nuevas, como los trastornos mentales y
los trastornos musculoesqueléticos (TME)”.
Mientras esto se denuncia y sostiene
a nivel mundial, en la Argentina la
restauración neoliberal se ha cobrado a través de los despidos la vida de tres
trabajadores, son las primeras victimasdel estrés laboral que genera el
“ajuste”, la inestabilidad laboral, la precarización, la violencia en el
trabajo y la desocupación.
Quienes eran:
Melisa
Bogarin, de 30 años, era madre de una beba de
apenas más de un
año. Trabajaba en el área de Comunicación del Programa
Prohuerta de Las
Breñas, en Chaco fue despedida junto a su esposo . El
martes 12 de abril del 2016, Melisa formó parte de una asamblea de trabajadores
en el Chaco. Se presentó, comenzó a hablar de sus miedos y cayó desvanecida.
Murió un rato después.
En Mar Del Plata, una auxiliar docente de la escuela
especial 506, Yolanda
Mercedes, de sesenta años, con muchos años de antigüedad, fue a
cobrar su magro sueldo de 6000 pesos, y sufrió un infarto
letal cuando
advirtió que por una quita inexistente de colaboración,
le habían descontado
casi todo: en su cuenta bancaria había depositados sólo
40 pesos.
Esteban
Latorre, de 41 años y una hija de seis años,
fue operado en el mes de enero donde se le realizó un triple bypass por
problemas que venía arrastrando de salud. Estando de licencia médica debido a
esta situación, el 21 de marzo del 2016 recibió el telegrama de despido por
parte de las autoridades de Biblioteca Nacional.
Afiliado a ATE, Latorre tuvo que presentar los
comprobantes de su deterioro de salud por lo que terminó siendo reincorporado.
Sin embargo, este lunes se hizo presente en Biblioteca Nacional para presentar
los certificados correspondientes con el fin de mantener la licencia. Cuando
regresaba a su domicilio falleció en el
camino.
Mientras
la OIT desde hace años pone en el centro de su preocupación en relación a la
salud de los trabajadores las
enfermedades y padecimientos asociados a los denominados riesgos psicosociales,
en la Argentina esta problemática permanece
oculta, los riesgos psicosociales no figuran entre los riesgos reconocidos, el
estrés y las patologías mentales aún no son consideradas en el listado de
enfermedades profesionales.
Señalamos
con énfasis que desde el comienzo del actual sistema privatizado de “riesgos
del trabajo” en el año 1996 hasta la
actualidaddel índice de incidencia de enfermedades profesionales se mantiene
prácticamente sin variaciones, asegurándole a las Aseguradoras de Riesgos del
Trabajo la rentabilidad calculada y derivando su atención a las Obres Sociales
en su inmensa mayoría, haciendo recaer el costo de la enfermedad laboral en las
organizaciones de los propios trabajadores. Esto se demuestra en el hecho que
el 68% de las enfermedades laborales se diagnostican y atienden fuera del sistema
de Riesgos del Trabajo.
Hoy
el nuevo Gobierno, las ART (Aseguradoras de Riesgos de Trabajo) y la UIA (Unión
Industrial Argentina) tratan de instalar como prioritarias tres cuestiones: el
ausentismo, las adicciones y la “litigiosidad “ laboral, recreando un contexto
catástrofe sobre la denominada “industria del juicio” que instalaron durante el
menemismo, ocultando que las cusas de estos tres fenómenos esta en las
condiciones de trabajo que las generan y el incumplimiento por parte de ellos
mismos con las normas legales vigentes .
La
cuestión central que está en debate hoy es como superar la dicotomía que existe entre la
salud-enfermedad atención de las denominadas enfermedades comunes o inculpables
con las denominadas enfermedades laborales y los accidentes de trabajo.
Desplazar el eje de los “riesgos” para ubicarlo en la salud.
De
qué manera las políticas preventivas y promotoras de la salud son el centro de
la preocupación del sistema de salud y seguridad en el trabajo junto con una
justa y oportuna asistencia,
rehabilitación y reparación de los daños ocasionados a los trabajadores por los
accidentes y enfermedades laborales.
¿Cuáles
son los tiempos y los pasos necesarios para que el Sistema de salud y seguridad laboral
deje de estar en el campo de lo privado, el lucro y la rentabilidad y se
incorpore a los más amplios objetivos de la Seguridad Social , la salud y el
bienestar de los trabajadores?.
Sostenemos que es necesario que el Estado reasuma su
responsabilidad indelegable en la
prevención y reparación de los accidentes y enfermedades profesionales,
garantizando los beneficios de la seguridad social y el establecimiento del
seguro social obligatorio, en cumplimiento del mandato del Art. 14 bis de la Constitución Nacional.
Cabe mencionar además que la salud de los trabajadores debe
conformarse articulada al campo de la Salud Mental, campo que en nuestro país se
avanzó desde una perspectiva superadora ubicando a la Salud Mental acorde a la
Ley Nacional 26657/10, como implicada en “una dinámica de construcción social
vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona” ,
colocando el énfasis en los derechos de los usuarios, el eje en los procesos de
sufrimiento a diferencia de la estigmatización y discriminación que van de la
mano de etiquetamientos y diagnósticos patologizantes que niegan la dinámica de
procesos socioculturales que luego impactan en la reproducción social, en
nuestro casos los colectivos de trabajadores y su confrontación fundamentalmente
a modos de organización de los procesos de trabajo.
En el día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo los trabajadores,
Sindicatos, Obras Sociales, Comités Mixtos, los profesionales de distintas
disciplinas y los Docentes – Investigadores que integramos el Observatorio de
Salud de los Trabajadores nos comprometemos –tomando con fuerza el desafío colectivo
que plantean la OIT y las organizaciones sindicales internacionales de
trabajadores-a avanzar en el desocultamiento jurídico-epidemiológico de la
enfermedad laboral; enfrentar las causas que generan el estrés
laboral; promover una cultura de la
prevención y promoción de condiciones y medio ambientes de trabajo dignos,
junto a un mayor protagonismo de la Universidad en la investigación y medidas a
adoptar; impulsar la participación activa de los trabajadores en los comités de
salud y seguridad u otros organismos que tiendan a garantizarlos, exigiendo de
las empresas el cumplimiento de su responsabilidad social; bregar por la
estabilidad de los trabajadores en su empleo y contra las diversas formas de
flexibilización y precarización laboral; y luchar por el crecimiento el empleo
y los salarios como condición fundamental de un trabajo decente y saludable.
[1]OIT Informe Día Mundial
Seguridad y salud en el Trabajo :Estrés en el trabajo: un reto colectivo, Ginebra, 2016.
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