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lunes, 22 de agosto de 2016

Tinkunaco 1.882/16 - Todos con Martina Forns

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Todos con Martina Forns

 

Martina Forns
 

Luego de que le pusieran una granada a metros de su casa a la jueza Martina Forns, que había dictado una resolución contra el tarifazo, diez jueces y fiscales pertenecientes a Justicia Legítima la respaldaron públicamente desde Radio Caput.


Por Juan Martín Ramos Padilla
 
María Laura Garrigós de Rébori, Alejandro Alagia, Jorge Auat, Ángel Bruno, Gustavo Caramelo, Marcela Carlomagno, Alejo Ramos Padilla, Alicia Ruiz, Sebastián Tedeschi y Martín Vázquez Acuña reflexionaron junto a Martina Forns sobre la amenaza recibida por la jueza que frenó el tarifazo. Esto fue lo que dijeron:

Martina Forns
Jueza Federal de San Martín
Es muy preocupante la situación. Cuando salí de mi casa y encontré una granada, me tocaron un aspecto muy íntimo, porque esto no solamente toca a mi familia directamente. Me sentí muy culpable de todo. Es ambiguo: por un lado, con mucha bronca y por otro lado con preocupación de que todos mis vecinos podrían haber pateado eso. Se me cruzaron un montón de cosas por la cabeza desde el aspecto peligroso de la bomba hasta el aspecto simbólico. Acá estuvo la idea de segregarme de todo, porque mis vecinos me miraban como un elemento peligroso.

María Laura Garrigós de Rébori
Presidenta de Justicia Legítima y jueza de la Cámara Nacional de Casación Penal
Estamos muy impresionados. Por eso hemos venido a acompañar a Martina, mostrarle nuestra solidaridad, y decirle que siga así, que esos son los jueces que queremos, que estamos muy contentos con cómo resultó el fallo de la Corte convalidando la decisión, que era la decisión judicial correcta. Además queremos demostrar que se pretende atacar a Martina por su pertenencia a Justicia Legítima. Se pretende atacarla por no atenerse a las pautas de la corporación, que pretende que todos estemos calladitos, que no levantemos la cabeza y que nos acomodemos a lo que ya viene armado.  La persecución contra ella o el pretendido amedrentamiento, para nosotros se inscribe en una campaña más alta que se puso muy en evidencia cuando el Presidente de la Nación dijo públicamente en un diario de muchísima circulación que los jueces de Justicia Legítima se oponían a la gobernabilidad porque resolvían desde la ideología y no desde la ley. Y más recientemente, hay un colega nuestro del fuero Federal de Mar del Plata, que dijo que nada se va a solucionar hasta que el Poder Ejecutivo no logré echar a todos los jueces de Justicia Legítima a través de un juicio político. Razón de sus dichos no da. No explica, no se entiende cuál sería la razón de que echando a los jueces de Justicia Legítima podría haber una solución de ¿qué? Tampoco lo dice. Nos parece que se pretende o se logra vulnerar la institucionalidad. La pretensión de amedrentar a Martina Forns pone en peligro a todo el sistema de Justicia, porque la independencia judicial no es una garantía de los jueces, sino una garantía de los ciudadanos.

Ángel Bruno
Ex presidente primero de la federación Argentina de colegios de abogados, ex diputado y ex constituyente por la Ciudad de Buenos Aires.
Ángel Bruno señaló: “El tema no es si la granada tenía la capacidad de explotar o no. Esto fue claramente una intimidación. Fue decirle a Martina: `Ojo, porque si seguís puede pasar esto o mucho más`”. Luego, leyó un comunicado de Justicia Legítima que decía: “Frente a las amenazas recibidas por la jueza Martina Forns, Justicia Legítima repudia enérgicamente la estrategia del Poder Ejecutivo, de direccionar en forma exclusiva hacia dicha magistrada la responsabilidad en los amparos tramitados como consecuencia de los aumentos de las tarifas de gas, omitiendo a otros tribunales que oportunamente resolvieron en igual sentido la cuestión planteada. Esta selectividad (…) sin duda obedece a su pertenencia a nuestra asociación Justicia Legítima, que aclaramos una vez más, es amplia y pluralista aunque desde su nacimiento soporta en forma individual y colectivamente una persecución ideológica reñida con los principios más elementales de un Estado democrático. Ambas maniobras impactan centralmente en la propia garantía de independencia judicial. Destacamos la valiente actitud de la jueza Martina Forns y dejamos testimonio de que individualizar como enemigos a magistrados que, cumpliendo su rol, actúan de buena fe en el marco de sus funciones, lejos está del clima de paz que el gobierno debe garantizar y dice querer”.

Jorge Auat
Fiscal titular de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad
Nosotros hemos venido a solidarizarnos con Martina, pero quiero aclarar de qué se trata la solidaridad esta, porque sin duda tiene un componente emocional: ella pertenece a la asociación nuestra, pero hay algo que va más allá de lo emotivo, hay que entenderla desde otro lugar: primero, reafirmar los postulados de Justicia Legítima, y por otro lado entender que la solidaridad nace de la propia indignación republicana. Cuando nosotros hablamos de los postulados nuestros, buscamos reafirmar el Estado de derecho, y el Estado de derecho necesita jueces independientes. En su momento nosotros nos apartamos de lo que significaba la corporación judicial, y eso significó como que nos fuimos del rebaño. La importancia que tiene para nosotros, lo que significa eso, qué tiene que ver con una propuesta de cambio de paradigmas, y el costo lo estamos sufriendo permanentemente. Hay un macartismo salvaje, y yo creo que respecto a lo que le pasó a Martina hay que empezar a trabajar seriamente desde el Estado de derecho para erradicar la violencia, que todavía tiene prestigio, porque el mensaje violento de lo que significó esa amenaza es porque todavía hay gente que piensa que la violencia puede dar resultado. La reacción tiene que ser masiva frente a eso.

Alicia Ruiz
Jueza del Tribunal Superior de Justicia de la ciudad de Buenos Aires
Lo que ocurrió causa mucha impresión, mucho enojo y mucha preocupación. Primero por Martina y por su familia, y en segundo lugar por lo que esto significa en términos institucionales en un país que lleva 30 años procurando consolidar un sistema democrático, y donde el poder judicial tuvo y tiene un papel fundamental que cumplir. Episodios como éste, no me sorprende que ocurran, pero me preocupan y mucho. Me parece que es un signo de fragilidad en las instituciones democráticas y es algo que nos obliga a todos los ciudadanos a trabajar más para consolidar el Estado de derecho. Por otro lado, hay que destacar que este episodio desagradable ha tenido algunas consecuencias que no pueden menos que, a los que formamos parte de Justicia Legítima, ponernos contentos, como la solidaridad y el apoyo de muchas personas de adentro del Poder Judicial que no son de Justicia Legítima, y también de afuera: intelectuales, profesores universitarios, sindicalistas, vecinos, que se avergonzaron de que estuviera ocurriendo esto. Para Justicia Legítima es una reivindicación del proyecto con el que apareció hace ya más de dos años.

Alejandro Alagia
Fiscal general y titular de cátedra en la UBA.
Parte de lo que ocurrió con Martina puede inscribirse en un fenómeno más general que tiene como punto de partida el cambio de gobierno.  El cambio de gobierno habilitó el desarrollo y despliegue de fuerzas muy destructivas y amenazantes en lo económico, en lo institucional y en lo social. La persecución no es solamente de jueces. El hecho en sí es muy grave, pero tan grave como otras persecuciones. Milagro Sala está detenida en una situación de selectividad de Justicia brutal. Podríamos definir esto así: el mundo es de derecha en el sentido de que hace un despliegue de fuerzas muy amenazantes para la vida, y hay que hacer un enorme esfuerzo para mantener esa fuerza bajo control.  Este gobierno, como otros que también hubo en la historia argentina, habilita el despliegue cultural de persecuciones y amenazas contra todas aquellas  personas, agrupaciones o instituciones que tienen por objetivo defender los derechos del ciudadano o de la población en general. Esa es la diferencia: se pasó de una etapa donde esas amenazas se regulaban y se controlaban, a una etapa en donde se abre una puerta muy amenazante y de muchos peligros. Pero por otro lado, somos muy conscientes de lo que ocurre. Estas cosas no nos van a hacer retroceder. Al contrario, nos fortalecen más en la unidad de nuestro grupo profesional, en la Justicia, en la universidad, en la calle y en los sindicatos.

Marcela Carlomagno
Jueza nacional en lo civil
Martina Forns tomó una decisión que no tenía más remedio que tomar, porque es una decisión legal, una decisión que cualquiera de nosotros hubiera tenido que tomar de la misma forma, así como la corte tuvo que tomarla de la misma manera. Estas cuestiones, de tratar de amenazar a las personas o amedrentarlas, pasan bastante seguido, pero esta operación de la granada hace recordar a tiempos que nosotros consideramos que no podían volver a pasar nunca más en la Argentina. Evidentemente toda la sociedad ha comprendido y entendido que la decisión que tomó la jueza Martina Forns fue la decisión legal y la correcta. Si se toman el trabajo de leer el fallo de la Corte Suprema, sobre todo el voto de Horacio Rosatti, van a encontrar que todo lo que está escrito ahí estaba escrito por Rosatti, que fue uno de los constituyentes de la reforma de 1994. Por lo tanto, no era algo imposible de pensar, era lo que todos nosotros hubiéramos pensado antes esos amparos y medidas cautelares. Se trata de la simple aplicación de la ley. Yo creo que la sociedad entendió por medio de los mismos medios que intentaron amedrentarnos a todos, incluso a la Corte -porque fue presionada incluso hasta la última hora del día anterior-. Pero nadie puede sorprenderse, porque lo que dicen los votos es lo que estas personas venían escribiendo de forma académica.

Martín Vázquez Acuña
Juez del Tribunal Oral de la ciudad de Buenos Aires
Uno de los presupuestos básicos de la creación de Justicia Legítima era facilitar que la ciudadanía tuviera acceso a la Justicia, que los grupos vulnerables pudieran llegar a los jueces. Cuando Martina Forns dictó este fallo, justamente lo que hizo es que se garantizaran derechos humanos como es el derecho a la energía. Si no lo tenemos en cuenta de ese modo, estamos muy equivocados. Cuando un juez hace lugar a un reclamo justo acorde a los tratados de derechos humanos, justamente se puede esperar este tipo de respuesta irracional por parte de los grupos hegemónicos. No me sorprende que con los grupos hegemónicos de poder se alineen algunos serviles, y cuando hablo de servirles, hablo en genérico, inclusive magistrados.

Alejo Ramos Padilla
juez Federal de dolores
Vengo a solidarizarme con Martina. Episodios de estas características, uno creía que no se iban a volver a repetir. Fueron muy comunes en los años 80 frente a esos abogados o jueces que pretendían investigar los crímenes de lesa humanidad de aquel entonces, y ahora lo sufre una jueza que pretende garantizar los derechos económicos sociales y culturales en un contexto donde algunos pretenden un modelo de país de hace dos o tres siglos atrás: un modelo de país que se ocupe solamente de la seguridad y que el resto quedé librado a las reglas del libre mercado. Esto es un modelo de país que no se ocupa de garantizarle a los ciudadanos el acceso a los servicios básicos como el gas, la luz, el agua, la salud, el acceso a la vivienda. Y es un modelo que ni siquiera los países más liberales, cómo puede ser Inglaterra, proponen. Pero algunos lo están proponiendo desde el 10 de diciembre, y ahí están muchos jueces como Martina, centenares de jueces a lo largo de todo el país, e incluso la Corte Suprema, para decir que se van a respetar los derechos humanos, que se van a respetar los derechos económicos sociales y culturales, y que alcanzamos un estándar del cual ya no se va a poder retroceder. Aplicar la Constitución Nacional es lo que hacemos los miembros de Justicia Legítima, y puede ser que las decisiones no le gusten al Poder Ejecutivo, pero nosotros vamos a tener que seguir cumpliendo nuestro cometido. Nuestra función no es agradarle al poder político de turno. Algunas decisiones pueden acompañar las propuestas del Poder Ejecutivo y otras, rechazarlas. Pero no por eso se puede estigmatizar a un grupo de jueces que pretende aplicar la ley y atender a los reclamos de la sociedad, como lo hizo Martina. Y tan cierto, tan correcto había sido el fallo de Martina, que después fue ratificado por la Corte a pesar de los intentos para que torciera su voluntad.

Gustavo Caramelo
Juez nacional en lo civil
Vinimos a expresar la necesaria solidaridad qué se requiere cuando se pretende construir un poder judicial independiente. No hay forma de construir un poder judicial fuerte si se permite que alguien sea amenazado y no hay una respuesta del conjunto del Poder Judicial. Porque en gran medida también lo que se intenta con las amenazas es aislar a los sujetos que tratan de cumplir con su trabajo y con sus deberes constitucionales, de generar una suerte de categoría de leprosos dentro del Poder Judicial, de modo que nadie se quiera acercar a ellos, ni quieran repetir o tomar medidas como las que han tomado. Por eso es importante que haya una reacción del colectivo de funcionarios y de quienes servimos al pueblo desde la justicia, para que no se produzca ese aislamiento, para marcar que hay una respuesta frente a ese aislamiento, y una respuesta de construcción de Poder Judicial serio y en el sentido que tiene la Constitución.

Sebastián Tedeschi
Secretario letrado de la Defensoría General de la Nación
Vine a solidarizarme con Martina Forns y a compartir los sentimientos que nos producen este tipo de eventos. Uno, cuando se entera de una amenaza, y en un contexto donde repetidamente ve titulares de diarios que descalifican de forma cotidiana, a través de títulos, a los miembros de la agrupación Justicia Legítima, y después aparecen episodios como éste, que son las amenazas, obviamente la primera reacción más íntima que uno tiene es que debería abandonar, o que hay que escaparse: no hay que pertenecer más a un espacio, porque uno tiene miedo. Esto genera miedo. Pero ese sentimiento primario luego va cambiando cuando uno expresa la solidaridad, se encuentra, siente la necesidad de ponerse en el lugar del otro, y así se van enhebrando solidaridades que, al revés del sentimiento inicial, generan una ecuación más grande: un sentimiento más grande de pertenencia. No es casual que en estos contextos en los que quienes somos miembros de Justicia Legítima aparentemente tendríamos que estar más aislados, más acobardados, más escondidos, recibimos mayor interés por nuestros colegas para ingresar a la organización. En definitiva, se genera al final efecto contrario. Así que todos esos sentimientos mezclados pasan en estos momentos que sufrió en carne propia la doctora Forns.

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