La indómita luz, por Mariano Molina l “Quienes
atravesamos la soledad de esos años lo abrazamos en una mezcla de
sentimientos y posicionamiento ideológico. Era él y Cuba, en medio del
fin de la historia. Era él, su necedad y sus convicciones, en un mundo
donde se empezaba a dudar o claudicar. Era la Revolución Cubana, en un
continente que no podía salir del letargo”. ( Leer nota)
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