Belén, 25 de diciembre del año 1
2016-12-25
Queridos hermanitos y hermanitas:
Si conseguís ver en los otros niños y niñas la presencia oculta del Niño Jesús;
Si sois capaces de hacer renacer el niño escondido en tus padres y en las personas adultas amigas vuestras, para que surja en ellas lo que siempre dais: amor, ternura, cariño y un abrazo apretado;
Si al miráis el nacimiento descubrís a Jesús pobremente vestido, casi desnudo, y os acordáis de tantos niños igualmente pobres y mal vestidos, especialmente en las periferias de nuestras ciudades, y también de los niños refugiados que veis por la televisión, algunos muriendo ahogados en el mar, y sufrís en el fondo de vuestro corazón por esta situación inhumana y, si podéis, compartís algo de lo que tenéis, unos tenis o una camiseta, y deseáis cambiar estas cosas cuando seáis mayores;
Si al ver al buey y la mula, las ovejas, los perros, los camellos y el elefante junto al portal pensáis que el universo entero está también iluminado por el Niño Jesús y que todos, estrellas, piedras, árboles, animales y humanos formamos la gran Casa de Dios;
Si al mirar hacia lo alto veis la Estrella de Belén con su cola y recordáis que hay siempre una estrella generosa sobre vosotros, que os acompaña, os ilumina y os muestra los mejores caminos;
Si os dais cuenta de todo esto, entonces sabed que yo estoy llegando de nuevo y renovando la Navidad. Estaré siempre cerca de vosotros, caminando con vosotros, llorando con vosotros y jugando con vosotros hasta el día en que llegaremos todos, la humanidad y el universo, a la Casa del Padre y Madre de bondad para ser juntos eternamente felices.
Belén, 25 de diciembre del año 1.
Firmado: Niño Jesús
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