- Los mecanismos de dominación frente a las prácticas de libertad
- El miedo a la libertad - Luigi Fabbri
- Ante la debilidad del Estado, el anarquismo griego responde
- X Encuentro del Libro Anarquista de Salamanca. 11 y 12 de Agosto 2017
- La industria modificó la evaluación de la EFSA sobre glifosato antes de su publicación
- Esta vez en Galicia. Los circos con animales siguen tirando de manipulación para proteger su lamentable espectáculo
Posted: 15 Jul 2017 06:10 AM PDT
La apelación a la "libertad" en nuestras sociedades modernas (o posmodernas, si se quiere) es constante. Tanto a un nivel político, para el buen funcionamiento de la democracia representativa (ya saben, la dominación más "amable" y autoasumida), como en el plano consumista y en el mercado capitalista, se apela a un sujeto libre, que supuestamente actuaría libremente para elegir una cosa u otra.
No hace falta demasiado recorrido para desmontar dicha falacia, ya que esa libertad de elección se ve estimulada, de forma también continua, precisamente para fomentar unas posibilidades de elección y adquisición preestablecidas. Los distintos dispositivos de poder, en el ámbito que fuere, hayan su legitimidad precisamente en esa aparente libertad ciudadana. Los anarquistas clásicos poco podían imaginar el gran nivel de sofisticación del que se han investido los mecanismos de dominación. Estos, incluso en el plano económico y productivo, acuden constantemente a la libertad del trabajador, y la utilizan en algunos aspectos, para incrementar su rentabilidad y asegurar la sumisión. Toda la sociedad de consumo, de forma obvia, está construida en base a una concepción del individuo supuestamente libre. Si queremos libertad, debemos comprarla en el mercado, por mucho que nuestro nivel adquisitivo no alcance o, aún peor, paguemos un precio excesivamente alto, que no es precisamente el monetario. Si deseamos una vivienda o un coche de ensueño, tal vez no nos hemos detenido demasiado en el hecho de que para adquirirlo tenemos que emplear mucho tiempo de trabajo, que podríamos usar en aspectos más enriquecedores, en ese empeño. Lo que nos moldea como sujetos, nuestra conciencia e imaginario, está constituido por una serie de dispositivos sociales que haríamos bien en desentrañar. No existe una naturaleza humana determinante, somos producto en gran medida de un determinado contexto ambiental, por lo que nuestra voluntad supuestamente libre merece la pena siempre ser analizada. Las preocupaciones en el anarquismo sobre la libertad y el poder han sido constantes, las ha diferenciado bien de las meras concepciones del liberalismo, según las cuales desaparecida (supuestamente) la dominación, ya podemos hacer lo que deseamos. No es tan sencillo, se obvia aquí todo aquello que nos conduce a ese aparente "deseo", lo que nos convence de que ya somos "libres" y podemos actuar en consecuencia. El anarquismo no puede entender la libertad simplemente como ausencia de poder, como una exclusión mutua entre ambos conceptos. Del mismo modo, su supuesta vinculación con el liberalismo se viene definitivamente abajo si entendemos que el mismo no preconiza acabar con la dominación, sino que establece un poder amable y sutil que estructura esos espacios aparentemente libres. El liberalismo, a pesar de las apariencias, asegura un nuevo escenario de dominación o, en otras palabras, asume que no existe cuando sencillamente la misma ya ha sido incorporada de forma más o menos invisible. No hace falta insistir en que el anarquismo es uno de los mayores movimientos sociales y políticos, sino el que más, que ha insistido en una concepción amplia de la libertad; consecuentemente, se ha preocupado y ha analizado los diversos dispositivos de dominación. Es por ello que estamos obligados, en una sociedad que cambia a ritmo vertiginoso, y en unos mecanismos de dominación cada vez más sofisticados, a seguir analizando y buscando prácticas de libertad innovadoras. Tal vez, ya no es tan sencillo como observar el poder como una gran losa sobre nuestras cabezas, que una vez desaparecida y gracias a un gran evento revolucionario puede traernos la sociedad deseada. Desgraciadamente, esta concepción clásica, aunque útil en el imaginario libertario en los aspectos de deseo para estimular la voluntad, resulta ya cuestionable a modo práctico en un escenario muy diferente. La libertad, las "prácticas de libertad" libertarias, no puede ser solo una fuerza activada sin más ante la ausencia de obstáculos. Tal y como sostiene Tomás Ibáñez, con ecos de Foucault, hay que observar la libertad "como algo que se construye dentro de un campo de fuerzas". Desde este punto de vista, las prácticas de libertad edificarían su identidad en base a su contrario: el poder. Igualmente, hay que ver la libertad, no meramente como la consecución de un deseo, sino como una praxis creativa e innovadora, que a medida que se desarrolla abre nuevos campos y posibilidades. El anarquismo, dentro de esa concepción amplia y compleja de la libertad, siempre insistió en que su práctica solo se puede desarrollar en un determinado escenario social, económico y político. Es decir, la libertad no es un valor absoluto (concepción en la que se incurre a menudo en una visión vulgar sobre el anarquismo), sino que está vinculada y condicionada por otra valores, como la igualdad y la justicia. Del mismo modo, la libertad para el anarquismo no es individual, sino que está inscrita en lo social; mi libertad depende de la de los otros debido a que esa libertad es una de las condiciones indispensables para la propia relación social. El anarquismo no busca un espacio sin interferencias para ejercer la libertad, algo que nos remite a un supuesto estado ideal que hemos perdido, sino que se esfuerza en vencer las interferencias para construir un nuevo espacio libertario. Es esto lo que se quiere decir cuando se afirma que el poder y la libertad se alimentan mutuamente: tal vez somos libres porque tenemos esa capacidad de rebelarnos y rechazar lo que obstaculiza nuestra libertad. Para una concepción clásica del anarquismo, puede resultar desconcertante esta visión sobre que las prácticas de libertad y el poder no existen el uno sin las otras. A pesar de ello, invitamos a la reflexión para buscar nuevas prácticas de liberación. Es más, precisamente es esa concepción de resistencia frente al poder lo que permite fusionar unas prácticas de libertad (no una concepción abstracta de la misma) con las posibilidades de liberación. Hay que observar la libertad como una práctica de resistencia, frente a cualquier mecanismo de dominación, que a su vez da lugar a una nueva realidad en el proceso en un permanente movimiento. Por buscar un nexo con pensadores clásicos, muchos de ellos ya insistieron en que la sociedad ideal nunca se alcanzaría, pero en su persecución es donde hayamos mayores cotas de libertad y liberación. Lo que debemos hacer también, como libertarios, es desenmascarar ese intento actual constante de instrumentalizar la libertad para ejercer nuevos formas de dominación. Tal vez, comprender que la liberación se desarrolla de forma antitética a la dominación, construyendo en el proceso nuevas realidades, pueda ayudar a hacerlo.
Capi Vidal
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Posted: 15 Jul 2017 05:58 AM PDT
La aberración de los que ven la salvación de la revolución en la dictadura, después de haber hecho durante una larga serie de años de la causa del socialismo también una causa de libertad, no es distinta de la aberración de aquellos revolucionarios que, al estallar la primera guerra mundial, vieron comprometidos de repente la libertad y el socialismo, no tanto por la guerra en sí, como por la amenaza de victoria de una de las partes beligerantes.
En realidad estos últimos estaban nuevamente ofuscados después de casi un siglo de experimentos, por la ilusión democrática, y confiaban de nuevo a la democracia burguesa una misión salvadora. Los partidarios de la dictadura proletaria caen en un error semejante, creyendo traer un remedio al sustituir la más o menos enmascarada dictadura burguesa por aquella de los representantes de los trabajadores. Y a nosotros, que afirmamos que se debe dejar que la revolución se desencadene con el máximo posible de libertad, dejando el camino abierto a todas las iniciativas populares, nos responden con una cantidad de objeciones, que pueden ser resumidas en un sentimiento único, que por lo demás no son capaces de confesar ni siquiera a sí mismos: el miedo a la libertad. Después de haber exaltado al proletariado ahora lo reputan en lo íntimo de su pensamiento incapaz de administrar por sí propio sus intereses y piensan en el nuevo freno que será necesario ponerle para guiarlo «por la fuerza» hacia la liberación. Hacen como el enfermo que debía sufrir una operación y fue el más audaz, aun contra los médicos, en sostener que la operación se imponía, en desearla, en apresurar los preparativos con la esperanza de curar; y después, en el último momento, se niega y prefiere una inyección de morfina que calma por el momento el dolor, da la ilusión pasajera del mejoramiento, pero deja intacto el mal y el peligro de la muerte. Tiene una porción de escrúpulos, de temores y todas sus objeciones son dirigidas a retardar el momento del acto operatorio, que sería el acto de su verdadera curación. Pretextos intelectuales para la dictadura Todas las objeciones que presentan los partidarios de la dictadura giran en torno a este principal argumento: de la incapacidad de la clase obrera para gobernarse por sí misma, para sustituir a la burguesía en la administración de la producción, para mantener el orden sin el gobierno; es decir, le reconocen sólo la capacidad de elegir representantes y gobernantes. Naturalmente, no declaran este concepto con nuestras mismas palabras; antes bien, lo enmascaran a sí mismos más celosamente que a los otros con razonamientos teóricos diversos. Pero su preocupación dominante es ésta: que la libertad es peligrosa, que la autoridad es necesaria para el pueblo, así como los ateos burgueses dicen que la religión es necesaria para no desviarse del buen camino. Puede suceder, en efecto, que la autoridad se haga necesaria, pero no porque sea algo «natural» y porque no se pueda pasar sin ella, sino por el hecho de que el pueblo se ha habituado a considerarla indispensable; porque en lugar de enseñársele a obrar por sí y las formas cómo podría por su propia cuenta resolver las dificultades, se le mantiene sobre este punto en las tinieblas, más bien se le oculta la verdad, y para tenerlo más sometido se le muestra todo fácil; porque se le enseña desde ahora que, apenas sacudido el yugo actual, deberá crearse inmediatamente un nuevo gobierno que se ocupará de pensar cómo debe dirigir y atender todo más tarde. Aquellos que hablan de la dictadura como de un mal necesario en el primer período de la revolución —en el cual, por lo contrario, sería necesario un máximo de libertad—, no advierten que ellos mismos contribuyen a hacerla necesaria con su propia propaganda. Muchas cosas se hacen inevitables a fuerza de creerlas y de quererlas como tales; en realidad, las creamos nosotros mismos. Así sucede con la dictadura, que los marxistas están preparando con su propaganda, en lugar de estudiar la posibilidad de evitar este mal, esta preventiva amputación de la revolución. Ellos no encaran por completo el problema, precisamente porque no tienen bastante fe en la libertad, porque, al contrario, apoyan toda su fe en la autoridad. Por consiguiente, no pueden resolver el problema. Lo resolvemos, sin embargo, nosotros, los anarquistas, que vemos en la libertad el mejor medio para la revolución: para hacerla, para vivirla y para continuarla. El temor al desorden, al desencadenamiento de las pasiones, al florecimiento de los egoísmos, a los desahogos de la brutalidad, de la indisciplina y de la negligencia, etc., fue siempre el pretexto con que se ha justificado toda tiranía y combatido toda idea de revolución. ¡Es curioso que algunos socialistas encuentren justamente en este hecho una justificación de sus ideas dictatoriales! Se desarrolla en sustancia este concepto: que también la burguesía hizo su revolución imponiendo la dictadura, que en realidad vivimos bajo la dictadura burguesa, que la burguesía, para hacer la guerra, acentuó su centralización dictatorial, etc., y que por eso también el proletariado tiene derecho a hacer lo mismo. Que tenga derecho frente a la burguesía, es decir, que la burguesía sea la menos autorizada para escandalizarse ante la idea de una dictadura proletaria, puede ser un argumento justo; antes bien, agregaríamos nosotros, que la burguesía hace mal en alarmarse, aun desde su punto de vista, porque peor suerte le reservaría una revolución verdaderamente libre de toda traba gubernamental. Pero que el proletariado tenga interés en recurrir a la dictadura, esto es harina de otro costal. El ejemplo de que haya servido a la burguesía no prueba nada; antes bien, prueba lo contrario. La revolución social no puede tener la misma orientación que la burguesía; y además, una cosa es revolución y otra la guerra. No todos los medios que son buenos para la guerra o para una revolución burguesa, son buenos para una revolución social. La centralización autoritaria de la dictadura es un medio totalmente perjudicial, en cuanto es el más adecuado para transformar una revolución social en revolución exclusivamente política —en especial al quitar al pueblo la iniciativa de la expropiación inmediata— vale decir preparar, desde el punto de vista proletario y humano, el mismo fracaso de las revoluciones precedentes. Esas revoluciones, que sin embargo fueron hechas especialmente por el pueblo, el cual era también entonces impulsado por un deseo de liberación completa y de igualdad no solamente política, terminaron en el triunfo de una clase sobre otras, justamente porque la dictadura llamada revolucionaria preparó e hizo posible tal triunfo. Si la burguesía la empleó fue precisamente para sofocar la revolución, porque tenía interés en ello. El proletariado tiene, al contrario, un interés opuesto, es decir, que la revolución no sea sofocada, sino que realice su curso completo. La dictadura, por lo tanto, iría contra su interés. Es verdad que una dictadura proletaria y revolucionaria podría también trastornar, arruinar y anular los privilegios actuales de la burguesía; pero ya que, debiendo ser limitada en sus componentes, sería siempre la dictadura de algunos partidos o de algunas clases, se vería inclinada no a destruir todo gobierno de partido y toda división de clases, sino a sustituir el gobierno actual por otro, el actual dominio de clase por otro de clase también. Y naturalmente, como la existencia de un gobierno implica la existencia de súbditos, la existencia de una clase dominante significa la existencia de otras clases dominadas y explotadas. Sería el mismo perro con diferente collar. Chaleco de fuerza para la revolución No somos profetas ni hijos de profetas y no podemos prever el modo como todo esto podrá acontecer. Pero reclamamos la atención de los lectores, y en especial de los socialistas, sobre este hecho: que el proletariado no es una clase única y homogénea, sino un conjunto de categorías diversas, de algunas especies de subclases, etc., en medio de la cual hay más o menos privilegiados, más o menos evolucionados y aun algunos que son, en cierto modo, parásitos de los otros. Hay en esa clase minorías y mayorías, divisiones de partido, de intereses, etc. Hoy todo esto se advierte menos, porque la dominación burguesa obliga un poco a todos a ser solidarios contra ella; pero el hecho es evidente para quien estudie de cerca el movimiento obrero y corporativo. Ahora bien, la dictadura proletaria, que seguramente iría a pasar a manos de las categorías obreras más desarrolladas, mejor organizadas y armadas, podría dar lugar a la constitución de la clase dominante futura, a la cual ya le agrada llamarse a sí misma élite obrera, para daño no solamente de la burguesía, simplemente destronada en las personas de sus miembros, sino también de las grandes masas menos favorecidas por la posición en que se encuentran en el momento de la revolución. Se constituirá de seguro otra clase dominante —podría más bien llamarse una casta, muy semejante a la actual casta burocrática gubernamental, a la cual justamente sustituiría— integrada por todos los actuales funcionarios de los partidos, de las organizaciones, de los sindicatos, etc. Además, la dictadura tendría también, junto con el gobierno central, sus órganos, sus empleados, sus ejércitos, sus magistrados, y éstos, junto con los funcionarios actuales del proletariado, podrían precisamente constituir la máquina estatal para el dominio futuro, en nombre de una parte privilegiada del proletariado y aliada a ella. La cual, naturalmente, cesaría de ser, en los hechos, «proletariado» y se volvería más o menos (el nombre importa poco) lo que en realidad es hoy la burguesía. Las cosas podrían ocurrir diversamente en los detalles; podrían también tomar otra orientación, pero sería parecida a ésta y tendría los mismos inconvenientes. En líneas generales, el camino de la dictadura no puede conducir la revolución más que a una perspectiva de este género, es decir, a lo contrario de la finalidad principal del anarquismo, del socialismo y de la revolución social. Tan erróneo es decir que se quiere la dictadura para la revolución como que se la desea para la guerra. Que se la quiera para la guerra que la burguesía y el Estado hacen con la piel de los proletarios, es natural. Se trata de hacer la guerra por la fuerza, de hacer combatir por la fuerza a la mayoría del pueblo contra sus propios intereses, contra sus ideas, contra su libertad, y es natural que para obligarlo se necesite un verdadero esfuerzo violento, una autoridad coercitiva, y que el gobierno se arme de todos los poderes en su contra. Pero la revolución es otra cosa: es la lucha que el pueblo emprende por su voluntad (o cuya voluntad es determinada por los hechos) en el sentido de sus intereses, de sus ideas, de su libertad. Es preciso, por consiguiente, no refrenarlo, sino dejarlo libre en sus movimientos; desencadenar con entera libertad sus amores y sus odios, para que brote el máximo de energía necesaria para vencer la oposición violenta de los dominadores. Todo poder limitador de su libertad, de su espíritu de iniciativa y de su violencia sería un obstáculo para el triunfo de la revolución; la cual no se pierde nunca porque se atreva demasiado, sino sólo cuando es tímida y se atreve muy poco. Los temidos «excesos revolucionarios» El temor al desorden y a sus consecuencias es una superstición infantil, como el temor a caerse del niño que hace poco aprendió a caminar. Ninguna revolución está exenta de desorden, por lo menos en sus comienzos. Aun en las revoluciones más suaves, más educadas y más burguesas no se pudo evitar; ni se lo evitará en una revolución social, que sacude completamente y desde su base a la sociedad. Pero ciertamente, para que la vida sea posible, es preciso que un orden se establezca cuanto antes. Pero el problema que se presenta no es el de un nuevo gobierno, sino el de saber qué es lo más apropiado para restablecer el orden, cómo se puede establecer un orden mejor: un gobierno más o menos dictatorial o bien la libre iniciativa popular. Los marxistas optan por un gobierno revolucionario; nosotros, al contrario, creemos que el gobierno, peor aún si es dictatorial, será un elemento más de desorden, puesto que establecerá un orden artificial y nunca de acuerdo a las tendencias y a las necesidades de las masas. Estas por el contrario, a través de las propias instituciones libres podrán bastante mejor y más ordenadamente proceder por vía directa, desde ellas mismas, a organizarse en forma tal que quede asegurado el «orden» necesario, es decir, el orden libre y voluntario, no el artificial y oficial que los gobiernos mandan e imponen desde arriba. Este orden en el desorden ha sido visto y admirado en casi todas las revoluciones y durante los períodos de conmociones populares. A menudo se notó, en tales períodos, una enorme disminución de los fenómenos de delincuencia común. Cuando desaparecen los esbirros y el gobierno es inexistente, se puede decir que el pueblo asume por sí mismo la responsabilidad del orden, no por delegación de terceros, sino directamente, en todo lugar, con los medios y personas de que localmente dispone. Algunas veces, sin embargo, va también más allá de los límites, como cuando, en 1848, fusilaba aun a cualquier mísero ladrón inconsciente detenido in fraganti. Este espíritu de orden del pueblo ha sido advertido por todos los historiadores en los períodos inmediatamente sucesivos a las insurrecciones, cuando el viejo gobierno había sido derrumbado y reducido a la impotencia y el nuevo no había sido creado todavía o era aún demasiado débil. Esto se vio en los meses más desordenados, que los historiadores burgueses llaman de anarquía, de la revolución de 178993, tanto en la ciudad como en el campo; así también en las diversas revoluciones europeas de 1848 y después en la Comuna de 1871. El desorden vino más tarde, con el retorno de un gobierno regular, fuera éste el viejo o el nuevo. Aunque hayan ocurrido siempre inconvenientes, como es natural, jamás los hubo en los períodos «anárquicos» de tal magnitud como aquellos que se han debido deplorar luego con el retorno del «orden» impuesto por un gobierno cualquiera. No hay, por otra parte, que bautizar como excesos revolucionarios, como desórdenes, ciertos actos de violencia contra la propiedad y las personas, que son verdaderos y propios episodios de la revolución, inseparables de ésta, por medio de los cuales y a través de los cuales toda revolución se realiza. La revolución del 89, por ejemplo, es inconcebible sin el ahorcamiento de los acaparadores y de los causantes del hambre del pueblo, sin el incendio de los castillos, sin las jornadas de Setiembre, sin los llamados excesos de Marat, de los hebertistas, etc. Esta especie de desorden es totalmente inevitable antes de alcanzar el orden nuevo que a nosotros nos importa; es preciso, por lo tanto, dejarle toda la libertad para manifestarse y para desarrollarse. Bastante más perjudicial sería querer detenerlo, como sería perjudicial oponer un dique a un torrente cuyas aguas, obstaculizadas en su curso natural se verterían en turbión para arruinar los campos vecinos; mientras que dejándolas proseguir libremente su curso llegarían antes a la llanura, donde proseguirían su camino hacia el mar, siempre con la más grande tranquilidad. El pueblo ha mostrado esa misma capacidad de orden en todas las revoluciones, aun en un sentido positivo, es decir como espíritu de organización para la satisfacción de aquellas múltiples necesidades que aún en tiempos revolucionarios tienen su imprescindible imperativo categórico. «Es preciso no haber visto nunca en obra al pueblo laborioso; es preciso haber tenido toda la vida la nariz metida en los infolios y no conocer nada del pueblo para poder dudar de él; hablad al contrario, del espíritu de organización de ese gran desconocido que es el Pueblo a aquellos que lo vieron en París en los días de las barricadas o en Londres, durante la gran huelga de los docks de 1887, cuando debía sostener un millón de hambrientos, y os dirán cuán superior es a todos los burócratas de nuestras administraciones». Ni espontaneísmo ni uniformización Sin embargo, no hay que caer en el optimismo excesivo de Kropotkin, que conduciría a dejarse arrastrar por la corriente, a no tener casi necesidad de pensar antes de obrar. Es preciso plantear, primeramente los problemas de la acción y de la producción, preparando los ánimos, las voluntades, los instrumentos adecuados a la futura iniciativa popular, para que haya en todos los puntos del territorio en revolución los hombres, los grupos que la salven de ser presa de la imprevisión y de tener que abdicar en las manos de un poder central cualquiera. Es decir, se impone una preparación práctica, positiva más que negativa, de las minorías revolucionarias y libertarias, desde antes de la revolución, para que puedan obrar y responder a las necesidades que se presenten sin necesidad de confiarse a un gobierno. Miguel Bakunin veía esta necesidad; es completamente justo su concepto de llegar a despertar la vida espontánea y todas las potencias locales sobre el mayor número posible de puntos por medio de minorías revolucionarias que, pilotos invisibles en medio de la tempestad popular, produjeran la anarquía y la guiaran, no por virtud de un poder ostensible, oficial, sino con el ejemplo de la propia actividad iniciadora. Pero para que esta fuerza pueda obrar «es necesario que ella exista (advierte Bakunin) porque no se concertará por sí sola». Si en todo barrio, pueblo, campo, fábrica, si en todo centro, etc., existieran grupos resueltos que tomaran desde el primer momento, teniendo los medios y la preparación, la iniciativa revolucionaria, tanto para la destrucción del viejo régimen como para la continuación de la producción, todo pretexto de hacer surgir una autoridad gubernamental o dictatorial moriría en germen. La autoridad sería tan desmenuzada, tan pulverizada, que no existiría más como poder coercitivo; estando en cada uno y en todas partes, impediría cualquier tentativa de centralización. Preparar de este modo la posibilidad del desarrollo de las iniciativas locales, especiales, por lugares o por funciones, significará dar a la revolución el modo de caminar libremente sin los torniquetes deformadores y homicidas de la dictadura. Se dice que es necesaria la dictadura para organizar la lucha contra las resistencias burguesas. ¿Por qué? La revolución puede ser considerada como dividida en dos grandes períodos: el que antecede al derrumbamiento del poder político de la burguesía y el período posterior. Mientras el poder gubernamental burgués no haya sido derribado, toda dictadura proletaria es imposible; existe solamente, todavía, la dictadura burguesa. Vencido el gobierno burgués, que constituye la resistencia armada de la clase capitalista, queda implícitamente desarmada y derrotada también ésta. Sus elementos pueden, aquí y allá, prolongar, por grupos, la resistencia; pero entonces se encuentran en una situación de absoluta inferioridad frente al proletariado, mucho más numeroso que ella y desde ese momento armado y tal vez mejor armado que ella. Para sofocar estas resistencias no sólo es inútil constituir un gobierno central, sino que éste serviría mucho más para aniquilar la libre acción insurreccional local, que en todo sitio procede a limpiar el terreno y a desembarazarse de los reaccionarios del propio lugar, salvo, se entiende, cuando es menester convenir con las otras localidades para correr en ayuda de aquellas donde los revolucionarios se encuentren necesitados. Los distintos centros revolucionarios se federarán, estarán en contacto continuo para la recíproca ayuda, según un tipo de organización federalista completamente opuesta a la dictatorial. Esto evitará el grave inconveniente que se presentó durante la revolución francesa, y parece que también en Rusia, de que con las mejores intenciones del mundo el gobierno central dicte órdenes contrarias al espíritu dominante en ésta o en aquella región, en contraste con intereses colectivos legítimos de ciertas poblaciones lejanas o de categorías obreras menos favorecidas, etc., contribuyendo así a disminuir el fervor revolucionario y a favorecer los planes de los contrarrevolucionarios. Especialmente puede suceder esto cuando, para la labor de expropiación, se quisieran adoptar criterios únicos de forma y de procedimiento, que al contrario, debieran variar según las circunstancias y las tendencias de las masas, de localidad a localidad. En todo caso, las dificultades que surjan después serán siempre mejor resueltas por los organismos obreros que por un gobierno central. A menos que se insista en el propósito, absolutamente antirrevolucionario y utópico, de contentarse con la conquista del poder y dejar la expropiación para más tarde, como obra oficial del Estado dictatorial socialista. ¡Pues eso sería el desastre para la revolución! Abolición de todas las «élites» Pero el miedo a la libertad, lo que es prácticamente igual, el culto a la autoridad, pone en labios de los partidarios de la «dictadura» argumentos que son ya una condena explícita de la dictadura misma. Ellos dicen frecuentemente. ¿Pero no hace lo mismo la burguesía? Se dice que la dictadura del proletariado sería la dictadura de una «élite»; pero la dictadura actual de la burguesía ¿no es también la dictadura de una «élite»? ¡justísimo! Pero la revolución no debe sustituir una élite por otra, sino abolirías todas. ¡Si, al contrario, su resultado no fuera más que el de sustituir una dictadura por otra tanto vale prever desde ya el fracaso de la revolución! Si tal es el fin que se proponen los partidarios de la dictadura proletaria, entonces se comprende también por qué asignan a la revolución, como función primordial, la de suprimir la libertad, es decir, una función opuesta a la que está en la naturaleza de toda revolución: la conquista de una libertad siempre mayor. Esto explica también el lenguaje de los socialistas autoritarios y dictatoriales cuando acusan de demagogia democrática y pequeño-burguesa a la viva preocupación de los anarquistas por defender la libertad. Sin embargo, nosotros compartimos enteramente su hostilidad hacia la democracia burguesa y pequeñoburguesa; y así en nuestra aversión, nos mostramos más coherentes que esos socialistas no aceptando servirnos de las instituciones parlamentarias y administrativas burguesas para nuestra lucha revolucionaria. Pero mientras nuestra enemistad hacia la democracia y el liberalismo burgués mira al porvenir y es una superación de las mismas, el espíritu antidemocrático de los partidarios de la dictadura es un retorno al pasado. A los anarquistas no les basta la poca libertad concedida por los regímenes democráticos; en cambio los partidarios de la dictadura piensan quitarle al pueblo aún ese poco de libertad. Si, pues, las preocupaciones libertarias de los anarquistas pueden ser tachadas de «democráticas», nosotros podemos devolver la acusación diciendo que las aspiraciones dictatoriales de esos socialistas tienden a una vuelta al absolutismo, a la autocracia. Naturalmente esos socialistas no se dan cuenta de estas peligrosas tendencias de sus sistema y dicen por eso que desean todo lo contrario de aquello que tales tendencias implican. Los hechos de Rusia podrían, tal vez, bien conocidos, instruirlos mucho al respecto. En Rusia la revolución ha sido obra mucho más de la libre acción popular que del gobierno bolchevique. Las fuerzas obreras y campesinas, aprovechándose, especialmente durante el primer año, de la debilidad de los diversos gobiernos que se sucedieron en el poder, rompieron, pedazo a pedazo, el antiguo régimen, trastornando todos los valores sociales, iniciando en vasta escala la expropiación, echando las bases de las nuevas instituciones de producción y de organización, que después el gobierno bolchevique redujo bajo su férreo dominio militarista y dictatorial. Es la libertad, no la dictadura, la que libró a Rusia del zarismo y de todas las insidias de la burguesía liberal y de la socialdemocracia patriótica y guerrerista; es la libertad la que hizo y mantuvo la revolución. La dictadura ha recogido los frutos simplemente. Aún más: los ha dispersado y despilfarrado. La revolución libertará de su estrecha cárcel al espíritu de libertad y una vez libre se convertirá en gigante, como el genio de la fábula que un incauto dejó escapar del vaso en que estaba encerrado por la magia. Volver a echarle mano, volver a empequeñecerlo, a encerrarlo y a encadenarlo será imposible, aun para esos mismos que contribuyeron a desencadenarlo. Especialmente en los países latinos, donde las tendencias anarquistas y rebeldes están tan desarrolladas, donde los anarquistas propiamente dichos tienen como fuerza pública social una influencia que la revolución de seguro aumentará enormemente, se necesitaría, para llegar a constituir un gobierno fuerte, una dictadura como la que figura en el programa bolchevique, o para intentarlo solamente, esfuerzos de tal magnitud que consumirían y agotarían las mejores energías socialistas y revolucionarias. Sería una pérdida que no tendría compensación. Serían esfuerzos, sacrificios, tiempo y tal vez mucha sangre sustraídos al trabajo libre y tanto más vital de una verdadera reconstrucción de la sociedad humana. La producción durante el proceso de cambio Nosotros no negamos absolutamente la importancia del problema de la continuación e intensificación de la producción. Lo hemos dicho ya; y repetimos ahora que ello debiera ser resuelto cuidadosamente para tener una norma aproximada sobre lo que sea necesario realizar, para evitar ilusiones y sobre todo para que todos adquieran plena conciencia de las dificultades que una revolución encontrará. Posiblemente aquí también los anarquistas participan del equívoco general entre todos los socialistas de ver las cosas bajo un prisma demasiado rosado. El único, tal vez, que entre nosotros ha reaccionado contra ese optimismo ingenuo ha sido Malatesta, sosteniendo que la revolución se convertirá, apenas victoriosa, en un problema de producción; pues no es verdad lo que algunos creyeron durante un cierto tiempo, que bastaba derribar al gobierno y expulsar a los señores para que todo se acomodara por sí mismo, para que haya medios de alimentación para todos hasta tanto se pueda volver pacíficamente de nuevo a vivir una vida tranquila. Luigi Fabbri Tomado del libro Revolución No es Dictadura Read more ... |
Posted: 15 Jul 2017 05:49 AM PDT
Casi una década de crisis, rescates, deuda, recortes y más recortes han supuesto para el pueblo griego un ataque tras otro a sus condiciones de vida y hasta a sus necesidades más básicas de sanidad, alimentación, vivienda, etc. En un contexto de empobrecimiento masivo de un alcance mucho mayor al que hemos sufrido en nuestro propio territorio, quienes tenían poco ya no tienen nada. Quienes no tenían más remedio que recurrir al Estado para recibir algún mínimo subsidio o protección, ya no tienen ese recurso.
Como anarquistas, nunca nos hemos cansado de repetir que creemos en la solidaridad y el apoyo mutuo como armas para resolver nuestros problemas entre iguales, como la misma base sobre la que organizarnos en sociedad. Por eso hemos querido compartir estos ejemplos del otro lado del Mediterráneo, porque donde el Estado ha desaparecido, ahí está la solidaridad y la autoorganización. Solidaridad contra las fronteras Ante las miles de personas migrantes llegadas a Grecia en los últimos años, tanto las consideradas oficialmente “refugiadas” como las que no lo son, el Estado griego se ha visto incapaz de dar una solución de vida digna, acumulando a cerca de 60.000 personas en campos de refugiados/as que han sido continuamente denunciados/as por sus pésimas condiciones, tanto por organizaciones como Amnistía Internacional como por sus propios/as habitantes, que han protagonizado diversas protestas como la huelga de hambre de 200 refugiados/as del campo de Ellinikon [1], a las afueras de Atenas, el pasado febrero. Y las perspectivas de que esto fuera una situación a corto plazo se han esfumado. Quienes llegaron a Grecia antes del infame acuerdo de la UE con Turquía, han comprobado que las cuotas de acogida a las que se comprometieron los países miembros ni se acercan a las reales. Para quienes llegaron después del acuerdo, la perspectiva es aún peor, pues tendrán que quedarse en Grecia durante un periodo que tiene pinta de eternizarse: “El Gobierno griego ya está poniendo en marcha diversas medidas que parecen apuntar a que los campos de refugiados persistirán durante mucho más tiempo. Los cambios en el sistema de distribución de alimentos o la posibilidad de establecer pequeños negocios gestionados por los propios refugiados dentro de los campos suponen la confirmación de lo que muchos sospechábamos hace tiempo. Esta no es una situación temporal, sino que supone el establecimiento a largo plazo de miles de personas en campos alejados de los centros urbanos, sin acceso a servicios básicos como la atención médica o la educación, en lo que supone una violación constante de sus derechos y de los principios de la UE, así como el incumplimiento de la normativa internacional sobre asilo y refugio.” (eldiario.es de 16 de abril de este año). Ante esta situación crítica, anarquistas y autónomos/as en Grecia, especialmente en la capital, comenzaron hace ya en torno a dos años a organizarse para prestar su apoyo a muchos/as de esos/as migrantes que iban llegando y acumulándose en campamentos improvisados. Desde entonces han proliferado en Atenas y más aún en el barrio de Exarchia las okupaciones destinadas a la solidaridad con las personas migrantes. “Tan solo en la capital de Atenas viven alrededor de 3000 asilados en 15 edificios abandonados que fueron ocupados por los anarquistas”, según un artículo publicado en mayo de este año en The New York Times. Edificios de viviendas en desuso, un antiguo colegio e incluso la Universidad Politécnica albergan a personas procedentes de Siria, Afganistán, Eritrea y demás países, que organizan su vida en común y con el apoyo de los/as vecinos/as activistas, desde la limpieza, el cuidado de los/as niños/as, hasta la alimentación, abastecimiento, etc. Centros como los de Notara 26 o Themistokleus 58 llevan más de año y medio resistiendo, a pesar de que el Estado griego haya comenzado recientemente su ofensiva de desalojos en la capital. El mes de marzo, la policía desalojó las okupas Villa Zografou y el hospital de Alkiviadou en Atenas, ésta última habitada hasta entonces por casi 200 refugiados/as. Más de cien migrantes y algunos/as anarquistas griegos/as fueron detenidos/as, aquellos/as sin papeles enviados/as a campos de refugiados/as en el mejor de los casos, enfrentándose a la posibilidad de deportación en el peor. Lo más irónico del asunto es que el edificio desalojado pertenece a Cruz Roja, que fue quien interpuso las denuncias que llevaron al mismo, alegando que lo cedería a la Organización Mundial para las Migraciones para albergar a refugiados menores no acompañados. Más recientemente, el pasado 23 de junio, fue convocada una manifestación en Atenas y acciones en solidaridad en otras ciudades en apoyo a las okupas atenienses ante la amenaza hecha pública en la prensa semanas antes contra otras tres okupas, sobre las que parece ser que se han emitido órdenes judiciales de desalojo: Papoutsadiko, Zoodoxou Pigis 119 y City Plaza, ésta última un antiguo hotel que acoge a unas 400 personas. Guerra abierta contra el narcotráfico Cambiando totalmente de tercio, no queríamos dejar de mencionar otro “frente” de lucha abierto en la capital griega en los últimos tiempos. En el ya mencionado barrio de Exarchia, la ausencia de cualquier intervención del Estado -incluyendo a la policía, que desde hace tiempo no se atreve a entrar por los continuos ataques contra ella en sus calles-, tiene otra consecuencia nada deseable: vía libre al tráfico de drogas. Si bien no se trata de ninguna novedad ni algo que la policía pretendiera erradicar (de hecho, es un secreto a voces la estrecha relación entre la policía ateniense y las mafias del narcotráfico local), lo cierto es que en cualquier caso la presencia de este negocio había aumentado en Exarchia en los últimos años. Ante esto, los/as anarquistas también decidieron poner en práctica la acción directa y abordar el problema, poniendo en marcha patrullas de autodefensa por el barrio para expulsar a los camellos, convocando manifestaciones, etc. En febrero de 2016 el conflicto escaló cuando tres activistas de un centro social del barrio fueron apuñalados por unos traficantes, quedando heridos de gravedad. En respuesta, se convocó una multitudinaria manifestación contra las drogas, en la que varios manifestantes exhibieron armas de fuego como demostración de fuerza. Unos meses más tarde fue asesinado uno de los narcotraficantes que protagonizaron el ataque. Los titulares mediáticos que esto ocasionó obligaron a la policía a actuar por primera vez y detener a unos cuantos camellos, pero una vez pasado el revuelo volvieron a mantenerse al margen. Desde entonces, los/as anarquistas continúan la batalla contra las drogas, otro frente que promete ser largo y duro. ___________________________ [1] Campo, por cierto, desalojado por la policía hace algunas semanas tras haber sido vendidos los terrenos a un consorcio de empresas para la construcción de un complejo de viviendas, hoteles y zonas comerciales. Los/as alrededor de 500 residentes en el campo fueron dispersados/as por distintos centros y campos ya existentes, con el consiguiente aumento del hacinamiento de los mismos… Read more ... |
Posted: 15 Jul 2017 05:20 AM PDT
Continúa el Encuentro del libro Anarquista de Salamanca , con esta decima edición pretendemos continuar construyendo un espacio de acción y teoría que poco a poco se a consolidado dentro de la red anual de ferias de libros que se organizan en la península ibérica e islas y que tu tomes parte en los actos.
Os invitamos a participar en esta decima edición de la feria y que os paséis unos días por Salamanca, en un fenomenal ambiente: cultural, solidario y libertario. Continuamos con interés de seguir apoyando a las distribuidoras, librerías y editoriales alternativas que ayudan a poner en contacto a grupos y personas dispersas que necesitamos de la comunicación con lxs otrxs para poner en común nuestras reflexiones, acciones, creaciones, intercambio de material... Seguimos siendo una asamblea abierta horizontal, compuesta por personas pertenecientes a organizaciones y colectivos anarquistas de Salamanca y ciudades de alrededor. Entendemos la distribución anticomercial como una herramienta necesaria para difundir un ideal, para crear conciencia, debate, transformación social, de manera autogestionada, sin los condicionantes estéticos e ideológicos que impone el mercado comercial, creando nosotrxs mismxs un espacio propio, libre de la lógica del mercado. No nos mueve el beneficio, ni el éxito, ni la competencia, y con nuestro trabajo apoyamos las luchas sociales que ponen en cuestión el orden dominante. Promovemos una difusión cultural de hacer las cosas con tus propios medios y dejando los costes de los materiales lo más asequible posible. Para este año repetimos espacio, Plaza de Barcelona (junto a la estación de tren) donde se desarrollaran todas las actividades del encuentro y la feria de distribuidoras, librerias, editoriales, colectivos,... Tienes una distribuidora, librería o editorial, ¿Cómo puedes participar?: Este Encuentro se desarrollará en la calle en el mes de Agosto, las presentaciones de libros, recitales y comidas. Los puestos de las distribuidoras estarán a pié de calle, con sombra y amplio sitio, aunque queremos avisaros para que no existan problemas, que agradeceríamos que tengáis encuenta que el material que traigáis posea alguno de los siguientes criterios:, material autoeditado, material descatalogado o antiguo, de editoriales extintas o difícil de encontrar, publicaciones de editoriales que no asistan a la feria o en representación de ellas; y preferiblemente sea: libros, folletos, revistas y material impreso (tema de discos de música y camisetas no abusar) y aunque seas una distribuidora que ha comenzado con material a deposito tambien te animamos a participar.Damos este detalle para entender que los compas de las editoriales si asisten darles asi la facilidad que probablemente disponga de más copias para mover. Desde la organización se va a intentar conseguir el mayor número de mesas posibles para montar los puestos, pero si alguno traéis alguna propia será bien recibida. La feria está dirigida a las distribuidoras anticapitalistas y anarquistas, que se mueven fuera de los cauces comerciales y que en su gran mayoría están dedicadas a la distribución y autoproducción de material IMPRESO. Las mesas sé iran destinando aquellas que vayan confirmando su asistencia, pues aquellas que lleguen sin confirmar previamente estarán expuestas a que exista un lugar libre. Poner un puesto en el Encuentro del Libro Anarquista, no costará nada de nada. Apelamos más a la solidaridad y al apoyo mutuo de lxs participantes para poder cubrir los gastos. Según se vaya confirmando iremos dejando en la pagina web, las distribuidoras confirmadas para ser conscientes de las que participaran. Para ello agradecemos que nos faciliteis toda la información posible, contacto, cuantas personas necesitais alojamiento y por cuantos dias, el nombre del proyecto. Entendemos que serán varios días de convivencia en un espacio común, así que confiamos en la responsabilidad de cada uno/a para mantener el espacio limpio. Las exposiciones de material, será abierto todo el día desde las 11 de la mañana hasta las 22 de la noche. Alojamiento: Es necesario que os traigáis esterillas y sacos de dormir (si tuvieras alguna lesión o causa mayor que te lo impidiera háznoslo saber con antelación para buscarte un alojamiento adecuado) y comunicarnos la asistencia al correo electronico encuentrosalamanca@gmail.com Las distribuidoras, editoriales, colectivos, particulares, etc. que estén interesados en participar, ayudando a cocinar,preparar fregadero, colocación de sillas y mesas, etc... os pedimos que nos confirméis lo antes posible, para poder ir organizándonos mejor, tanto vuestra presencia, como las personas de cada distribuidora que os acercaréis. Lo podéis hacer en encuentrosalamanca@gmail.com Financiación: El encuentro es autogestionado, es decir no recibimos subvenciones de instituciones ni empresas para su realización, tampoco nadie cobra por participar en la organización: no buscamos el lucro personal. Realizaremos para cubrir la financiación del mismo: comidas y cenas veganas cada una por el coste de 4 euros, con gran parte de alimentos elaborados por l@s compañeros de la asamblea en huertas ecologicas. También pondremos a la venta un interesante DVD con muchísimas publicaciones anarquistas históricas que hemos digitalizado y que ya tenemos editados dos volumenes por el coste de 4€, al que os invitamos a adquirir copias para difundir en vuestro colectivo, un modelo de camisetas, bolsos de tela y libro que iremos informando en la web.
La programación asi como mas información la podeis encontrar en:
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Posted: 14 Jul 2017 01:46 AM PDT
La industria de plaguicidas tuvo acceso anticipado a la evaluación de seguridad de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) sobre el glifosato, según muestra una nueva investigación de Corporate Europe Observatory (CEO). Poco antes de que la agencia publicara su evaluación de seguridad del herbicida más utilizado en el mundo en 2015, se pidió a los representantes de la industria que presentaran solicitudes de redacción e incluso pudieran editar los documentos el último minuto. La EFSA argumenta que esta es una práctica normal. Los expertos de los Estados miembros de la UE en materia de plaguicidas se reunirán el 19 de julio para discutir la propuesta de la Comisión Europea de reautorizar el glifosato durante 10 años.
[El artículo fue corregido el 12 de julio de 2017 a las 23:40 para suprimir los interrogatorios que apuntaban a la posibilidad de que la EFSA hubiera violado sus propias normas permitiendo a la industria verificar sus conclusiones para las redacciones dos semanas antes de la publicación: 2012 Artículo 13]
La correspondencia por email entre la EFSA y los lobbies de la industria de plaguicidas, obtenida mediante una solicitud de acceso a documentos, indica que la agencia concedió a los representantes de la industria acceso anticipado a su evaluación final de glifosato en 2015, una práctica que la agencia describe como parte del proceso habitual. Apenas dos semanas antes de su publicación, la EFSA pidió a la industria que sugiriera qué partes de los documentos debían ser modificados. Si bien se negó a las ONG el acceso anticipado para "proteger la integridad del proceso de toma de decisiones", los emails indican que la industria obtuvo cambios en las conclusiones finales y en los documentos de referencia. La naturaleza exacta de estos cambios sigue siendo desconocida, pero la EFSA afirma que se limitan a "errores fácticos o tipográficos".
La evaluación final de la EFSA sobre el glifosato concluyó, en noviembre de 2015, que era "improbable" que la sustancia causara cáncer en los seres humanos, y elevó los niveles de exposición legal aceptables en un 66% (la Ingesta Diaria Aceptable se aumentó de 0.3 a 0.5mg/kg de peso corporal). Sus hallazgos, diametralmente opuestos a los de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), fueron muy bien recibidos por la industria. El 30 de octubre de 2015, la EFSA envió un email a Knoell, una consultora alemana de la industria química que trabaja para el Glyphosate Task Force (GTF), coalición dirigida por Monsanto que agrupa a la mayoría de las empresas productoras de glifosato. En el mensaje, la agencia expresó su deseo de "darle a [Knoell] la oportunidad de eliminar datos confidenciales de la conclusión de la EFSA y documentos de refencia". El email incluyó un link con una contraseña para acceder al servidor interno de EFSA, para permitir a los lobbies de la industria ver las conclusiones finales de la agencia y utilizar una "herramienta de redacción que oscurece el texto relevante y elimina completamente información subyacente del documento". Una vez concedido el acceso a los documentos el 30 de octubre, la industria tenía hasta el 6 de noviembre de 2015 para presentar sus solicitudes de redacción de la conclusión de la agencia y hasta el 13 de noviembre de 2015 para presentar los documentos de refencia, que fueron publicados el 12 de noviembre y el 19 de noviembre respectivamente. Pero parece que la industria fue más allá de simplemente sugerir la redacción: también sugirió modificaciones del texto, y las obtuvo. Cambios de última hora en las conclusiones de la EFSA En una respuesta enviada a la EFSA el 6 de noviembre de 2015, un empleado de Knoell explicó que "el solicitante [el GTF] encontró algunos errores en la conclusión de la EFSA ", y agregó varios comentarios, en particular en relación con las secciones "Metodos de Análisis, Destino y Residuos" de la evaluación. El empleado de Knoell continuó señalando que "como he discutido con usted esta mañana, la compañía Dow Agroscience tenía algunas dudas respecto a las conclusiones sacadas por las autoridades en su Vol.4", y pidió "en su nombre comprobar nuevamente (si es posible) si la fuente está en línea (equivalente) con las especificación de referencia”. A este respecto, la EFSA respondió el 10 de noviembre de 2015, diciendo que "en general, las observaciones sobre la conclusión de la EFSA no están previstas en esta fase, a menos que se refieran a errores factuales o tipográficos". Sin embargo, el resto del mismo email muestra que la EFSA aceptó varios comentarios por parte de la industria, destacando por ejemplo que "págs. 44, 46 y 53 de la conclusión: todos sus comentarios han sido aceptados" (algunos comentarios tambien fueron rechazados por la EFSA). La EFSA adjuntó sus conclusiones finales a este email, pero como no incluyó los documentos adjuntos de los emails en su respuesta a la solicitud de acceso a documentos de CEO, la naturaleza de los comentarios de la industria y lo aceptado por la EFSA permanece desconocido. La EFSA solicitó a continuación la autorización de la industria para publicar su dictamen científico: "Para preparar la conclusión para su publicación, le rogamos que confirme que no hay más información confidencial en la versión adjunta, a más tardar al cierre de esta noche". Un día antes de que la EFSA publicara su evaluación final del glifosato, el 11 de noviembre de 2015, el consultor de la industria en Knoell dio su luz verde ya que el GTF había "aceptado lo que se esbozaba", diciendole a la EFSA que podía “proceder a su publicación”. Documentos de referencia - las propuestas de redacción de la industria casi "todas aceptadas" El 16 de noviembre de 2015, tres días antes de que publicara sus documentos de referencia para la evaluación del glifosato, la EFSA informó a Knoell de que las solicitudes de la industria para la "limpieza" del informe final habían sido "todas aceptadas". La EFSA también aprovechó la oportunidad para solicitar la autorización de la industria para la publicación de esta primera parte de la documentación de referencia. Al día siguiente, el 17 de noviembre de 2017, la EFSA escribió un email similar a Knoell en relación con el segundo documento de antecedentes, el "Informe de revisión por pares", felicitándolos por su "excelente trabajo" en la redacción de información: "Gracias por la presentación de propuestas para la eliminación de datos sensibles del informe de revisión por pares y el excelente trabajo que usted y los solicitantes hicieron para desinfectar los archivos. Todos sus comentarios han sido tomados en consideración y todas sus propuestas han sido aceptadas, con la excepción del metabolito AMPA ". Knoell respondió al día siguiente, aprobando la publicación de los documentos de referencia de la EFSA: "Estamos de acuerdo con lo que se describe y los documentos se pueden publicar de esa manera". ¿Proteger la toma de decisiones de las ONGs pero no de la industria? El acceso privilegiado de la industria a la evaluación del glifosato en la UE ya se había sospechado cuando la EFSA, para "proteger la integridad del proceso de toma de decisiones", en agosto de 2015 se negó a desclasificar un artículo financiado por la industria (Greim et al.) al que hacía referencia el informe de evaluación de riesgos del BfR, que la EFSA utilizaba como base principal para la evaluación. Un intercambio de emails entre la EFSA y la oficina de prensa del BfR a partir del 2 de septiembre de 2015 muestra que las dos agencias estaban coordinando su comunicación en respuesta a las quejas de las ONGs para afirmar conjuntamente que era necesario mantener en secreto del Informe de Evaluación de Riesgos porque "la divulgación de estos documentos en esta fase del proceso será prematura y socavará gravemente el proceso de toma de decisiones en curso de la EFSA". (Los emails indican que los responsables de medios de comunicación del BfR, EFSA y la Comisión Europea se estaban “alineando” en muchos más aspectos, en particular acerca de la publicación de las conclusiones de la EFSA. Esta coordinación se produjo también entre los directores de las unidades de Pesticidas del BfR (R. Solecki) y de la EFSA (J. Tarazona) previamente a la audiencia en el Parlamento Europeo de la opinión sobre el glifosato del director de la EFSA) El mismo argumento se repitió en una carta de la Comisión Europea a la ONG alemana Testbiotech. Si bien es laudable que los reguladores traten de proteger la integridad de su trabajo de la influencia de terceros, es decepcionante que tal acceso privilegiado sea dado a las partes con mayor interés en captar la evaluación de los reguladores. El secreto de los datos y el Reglamento de la UE sobre plaguicidas El argumento del secreto comercial es comunmente usado para denegar el acceso a estudios financiados por la industria en los que los reguladores basan sus evaluaciones, pero es muy polémico ya que, por definición, un estudio confidencial no publicado no puede ser evaluado por la comunidad científica. CEO y varios miembros del Parlamento Europeo tardaron un año entero -por circunstancias políticas excepcionales- en obtener una desclasificación parcial de los estudios confidenciales de la industria en los que se basa la evaluación del glifosato de la EFSA. Aunque esto permitió a un científico independiente señalar que importantes resultados fueron pasados por alto por los reguladores, la utilidad de la desclasificación siguió siendo limitada debido a que los datos no podían ser utilizados para una publicación científica sin riesgo de un pleito. Los emails que publicamos hoy ponen de manifiesto un uso menos conocido del argumento de “confidencialidad comercial”: permite a la industria supervisar el trabajo de los reguladores durante todo el proceso de redacción, supuestamente con el fin de proteger la información comercialmente sensible. La EFSA sostiene que el permitir el acceso anticipado a la industria de esta manera es simplemente la forma en la que la agencia cumple las normas, ya que la redacción de la información recae sobre la industria, que debe justificar sus solicitudes. Aparentemente, "el mismo proceso se aplica a la evaluación de todas las sustancias activas". De manera más general, la forma en que se organiza este proceso de “higienización” es políticamente indefendible. En este caso, las conclusiones de la EFSA estaban presumiblemente en consonancia con los intereses de la industria, ya que se hacían eco de las del BfR, por lo que la industria no tendría mucho de lo que quejarse. Pero, ¿y si hubiera sido de otra manera? La disposición actual de acceso anticipado a las evaluaciones de la EFSA le da a la industria dos semanas para presionar a los reguladores a puerta cerrada, antes de que cualquier cosa se haga pública. En 2013, Syngenta amenazó directamente al Director de la EFSA con acciones legales en torno a la publicación del dictamen científico de la agencia sobre los neonicotinoides, cuya publicación validó muchos años de evidencia científica pública de que estos plaguicidas suponían una seria amenaza para los polinizadores. Dar a la industria el acceso anticipado a las conclusiones de la EFSA en ese caso, básicamente, determinó que la agencia fuera atacada. Seguramente existirán otros medios para que los reguladores públicos evalúen los pesticidas sin depender de estudios no publicados y confidenciales financiados por la industria.
Traducción del articulo de Corporate Europe Observatory Industry edited EFSA’s Glyphosate evaluation ahead of publication publicado el 12/07/2017
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Posted: 13 Jul 2017 05:12 AM PDT
En el pasado mes de marzo, se colgaba en este blog un texto de activistas antiespecistas/animalistas de Ciudad Real desmontando las MENTIRAS que el empresario del Circo Continental junto con Nacho Pedrera, portavoz de la asociación Circos Reunidos, habían montado para intentar victimizarse, encubrir su gran torpeza y de paso criminalizar al movimiento por los derechos de los animales.
En aquella ocasión, después de que su circo quedase en ridículo cuando dos toros lograron abandonar el recinto del circo y llegar a la vía pública aunque sin atacar a nadie, ese incidente, fruto de las, afortunadamente, cutres instalaciones y seguridad de los explotadores dueños del circo, la fuga fortuita de los animales se convirtió de repente y por arte de magia, con la complicidad de los medios de comunicación locales en un acto supuestamente cometido por activistas animalistas que vestidos de negro y gritando consignas habrían sido vistos abriendo las jaulas de esos toros así como de ponys, tigre y león (animales que debían estar muy a gusto en su jaula, ya que en ningún momento fueron vistos fuera de ella). Con este cuento, pura invención del dueño del circo para hacerse la víctima, no sólo pretendía criminalizar al movimiento antiespecista local, sino también acusarles de poner en peligro la seguridad de niños, conductores y viandantes, algo que por supuesto, no es culpa de nadie más que del dueño del circo y además, es falso ya que los toros (ni ponys, ni tigres, ni leones, sólo dos toros) en ningún momento atacaron a nadie.
Cuando se da un incidente tan cutre y patético en el que necesitas inventarte ataques de activistas a tus instalaciones para dar algo de pena y ver si así reflotas tu asqueroso negocio basado en la explotación y el maltrato, entonces queda claro que estáis acabados y que los circos de la escoria como vosotres, que convierte en “espectáculo” y pretende hacer pasar por divertida la tortura y la esclavitud de animales arrancados de sus hábitats y condenados a una vida de jaulas y lamentos para diversión de cuatro imbéciles, tienen los días contados.
También se produjo otro caso parecido en Madrid con el Circo Quirós y el circo Gottani, cuando ante la presión ejercida por grupos de defensores de los animales que desde hacía varios años realizaban concentraciones y protestas pacíficas frente a sus instalaciones en la capital para denunciar públicamente el encierro y la violencia ejercida contra los animales explotados como atracción de feria, también se inventaron ataques de animalistas.
El 2 de enero de este año se produjo la primera concentración de la temporada contra el circo Gottani en la que 70 personas con carteles gritan lemas en contra de la explotación y la esclavitud animal, a lo que el empresario del circo responde publicando una nota en sus queridos medios de comunicación haciéndose la víctima, sin mencionar en ningún momento los incidentes que ocurrieron durante concentraciones del año anterior en las que, a pesar de que les manifestantes no habían incurrido en comportamiento violento de ninguna clase, el empresario envió a sus matones a perseguir, amenazar de muerte (un domador de este circo dijo textualmente a un activista “te voy a rajar el cuello” y “tú y yo nos vemos luego”, ver aquí más información), golpear e increpar a les manifestantes que protestaban. Puñetazos, empujones, lanzamiento de objetos o empaparles con una manguera (en invierno) son algunas de las prácticas que ese circo desplegó contra quienes exigían respeto para los animales.
12 días después, el 14 de enero tiene lugar otra concentración frente al circo Quirós en Madrid, en la que unas 200 personas expresan su rechazo absoluto a la utilización de animales en espectáculos. En ningún momento se habla de que las condiciones de los animales encerrados sean mejores o peores, ni de si se cumple o no la normativa estatal o la europea: se habla de que ningún animal debería estar encerrado en un circo para que alguien gane dinero ni para que otras personas “se diviertan”.
Esto fue respondido, nuevamente, con artículos y noticias publicados en los medios de comunicación a los que sin duda estos miserables pagan para que les hagan de altavoz. Primero fue Europa Press, que publica una noticia diciendo que supuestos animalistas radicales habían hecho pintadas en los camiones del circo Quirós y habían emboscado y pegado a Nacho Pedrera. A pesar de la completa falta de consistencia de las acusaciones, esta noticia ha sido copiada y pegada con mayor o menor disimulo por Telemadrid, El Mundo y La Razón, y reelaborada con especial ingenio y dominio de la prosa por mundotoro.com (lo que demuestra que los torturadores que usan a los animales como payasos de circo y los que en cambio se divierten acuchillándoles hasta la muerte no son tan diferentes ni están tan alejados).
Aconsejo leer con detenimiento y atención este artículo publicado en El Diario por la Asamblea Antiespecista de Madrid, donde desmontan gran parte de las acusaciones de Pedrera, y de todo el armazón victimista que construyó para criminalizar a les antiespecistas.
¿A qué viene todo esto? Pues a que después de quedar en evidencia por inventarse supuestas agresiones y supuestos actos de sabotaje en Ciudad Real y Madrid, hechos que nadie ha visto y que nadie ha podido corroborar salvo el relato inconsistente y lleno de contradicciones de los empresarios de los circos, ahora le llega el turno a Galicia.
Hoy, publicaba el Diario de Pontevedra una noticia de Circos Reunidos (nuevamente, Nacho Pedrera aparece en escena con su asociación embustera) hablando de una supuesta agresión por parte de un grupo de “animalistas radicales” (sic) que le habrían pegado una paliza con barras de metal al dueño de un circo con animales portugués en la localidad pontevedresa de Silleda. En esa noticia no han dudado en aprovechar el (presunto) incidente para recordar los hechos en Ciudad Real y Madrid, ¡hechos que han quedado demostrados como falsos o al menos como faltos de verdad! Según declara Circos Reunidos, “estos hechos de radicalismo son inadmisibles, como lo ocurrido en enero en el circo Quiros en Madrid o en marzo en el Circo Continental en Ciudad Real”.
No obstante, nosotres no olvidamos, nuestra memoria no es tan torpe ni a corto plazo como la de esas masas que engañáis con publicidad de animales felices, sabemos perfectamente cuáles son vuestras tretas, cómo funciona vuestra manipulación y hasta dónde estáis dispuestes a llegar para defender vuestro “derecho” a torturar y esclavizar animales, valiéndoos para ello de unas leyes y normativas que no son menos especistas y que desde luego no garantizan en absoluto el bienestar de los animales.
Quede clara una cosa. Por lo que a mí respecta (y hablo sólo por mí), si a este embustero especista torturador de animales y agresor le hubieran dado esa supuesta paliza, yo me alegraría. No encuentro motivos para compadecerme de un miserable que dedica su vida a sacar animales de su hábitat natural, encerrarles toda su vida y torturarles hasta convertirles en poco más que payasos de circo. No encuentro motivos para sentir lástima por alguien que opta por la violencia, la amenaza, la coerción y el terror como armas contra grupos de activistas pacífiques que piden “tamaña barbaridad” como un mundo donde los animales sean tenidos en cuenta y respetados. No obstante, ¿sabéis el cuento aquel donde una oveja, de tanto gritar que viene el lobo, al final, cuando el lobo realmente atacó, nadie la creyó? Pues eso es, más o menos, lo que nos pasa contigo, Nachete. Ya nadie se cree tus lloros ni los de tus colegas. Sois unos torturadores y unos asesinos cobardes, y lo pagaréis caro, no quizá en forma de palizas, pero sí cuando tu negocio se hunda y ya no tengas la posibilidad de seguir ganando dinero a costa de encerrar y maltratar a criaturas inocentes.
¡No a los circos con animales!
Fuente: La Rebelión de las Palabras
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