11/11/2016
Análisis
1. Crisis económica
Ya
son más de tres décadas que la calidad de vida de la clase trabajadora
en Estados Unidos va empeorando. Esto solo se agravó con la crisis
económica del 2008 en la cual aún más familias se sumergieron en la
pobreza extrema. La juventud que hoy vive en los Estados Unidos es la
primera generación en más de 50 años para la cual su prospecto económico
es peor que el de sus padres. Esta condición fue producto de las
políticas neoliberales y de globalización tanto de administraciones del
partido Republicano como Demócrata. La des-industrialización que se
llevó a cabo en ciudades y estados que dependían económicamente de
aquellas industrias que NAFTA permitió salir en busca de mano de obra
más barata, dejaron atrás miles de comunidades deprimidas económicamente
y éstas son precisamente, en muchos casos, las que salieron con fuerza a
apoyar a Donald Trump. Como si la falta de posibilidades económicas no
fuera suficiente, las fábricas ahora ausentes dejaron atrás en muchas de
estas comunidades altos niveles de sustancias tóxicas que contaminan
tanto el agua como la tierra, así creando ciudades fantasma con familias
en condiciones de pobreza y serios problemas de salud.
- Ideología enraizada
Durante
su historia, en los Estados Unidos, se construyó la poderosa ideología
del “excepcionalismo americano”. Ella dice que este es el país en el
cual la prosperidad no tiene límites y en el cual se le ha desarrollado
el nivel más avanzado y privilegiado de democracia y libertad. Entre
otras cosas, enfatiza que no hay otra sociedad mejor y más avanzada que
ésta y que el pueblo Americano es superior y un ejemplo de desarrollo
para el mundo entero. Sin embargo, las condiciones de vida en años
recientes no apoyan este discurso. Durante los años 1930’s hasta 1970’s
la clase media del país era grande y crecía cada año, contaba con una
calidad de vida cómoda y con seguridad económica, fruto de tanto una
economía en crecimiento y un movimiento sindical fuerte, como también
políticas públicas del estado de bienestar. Con el desgaste de todo
aquello, vino abajo la calidad de vida de los trabajadores pero aun así
los políticos y los medios de comunicación continuaron estimulando la
ideología del “excepcionalismo”. Sin embargo, el pueblo no come ideas,
sino comida y lo que la combinación de esta ideología y las condiciones
objetivas que no la sustentan ha creado es un fuerte resentimiento e ira
en el seno del pueblo Americano, particularmente de raza Anglo-Sajona. Y
como ya se ha repetido en muchas ocasiones en la historia, esta ira que
tiene fundamentos reales en las condiciones materiales de la gente, es
fácil de manipular y convertir en odio en contra migrantes y otras
minorías que parecen en el último periodo haberse beneficiado- aunque
tampoco lo fueron.
- Pérdida de confianza en las instituciones de la elite
La
guerra en Irak, los tratados de libre comercio, la crisis económica del
2008 y la subsecuente decisión del Presidente Obama de rescatar a los
bancos de la quiebra, han creado una desconfianza desde el pueblo a las
instituciones que lo gobiernan. El voto por Trump, más que por las
políticas que el promovía, se basaba en un rechazo iracundo por aquellas
instituciones. Esto se evidencia por las muchas declaraciones de
manifestantes en los llamados “Trump rallies”. Decían apoyarlo por no
ser político, por ser alguien que hablaba la verdad sin tapujos, por ser
enemigo del poder establecido y de los medios de comunicación. Fue casi
como decir, el enemigo de mi enemigo, es mi amigo. Trump supo muy bien
(a pesar de nunca ser tomado en serio) proyectar esa falsa imagen de
campeón de los pobres, enemigo del status quo. Por el otro lado, Hillary
Clinton representaba de manera contundente el statu quo. Desde tiempo
ha sido una candidata muy poco popular que parece representar lo peor de
la corrupción profunda del sistema político. Es interesante mencionar
que a pesar de que se reduce a ‘racismo’ el apoyo a Trump, muchos
condados que hace 8 años votaron por Obama, ahora votaron por Trump.
Esto es porque en su momento Obama parecía ser ese candidato que no
representaba el poder establecido de las instituciones que el pueblo
rechazaba. Por el mismo motivo, Bernie Sanders, político de Izquierda y
odiado por la elite política del país, arrasó con tanta popularidad en
las elecciones primarias del partido Demócrata.
4. Partido Demócrata
En
las últimas horas, desde que se declara la victoria de Trump se ha
especulado sobre la posibilidad de que Bernie Sanders hubiera tenido más
capacidad de derrotar a Trump. No se puede saber a ciencia cierta, pero
lo que sí es claro es que el partido Demócrata no supo entender el
descontento del pueblo especialmente en el interior del país. Se obstinó
por apoyar con lealtad a la máquina política Clinton, sin importar el
bajísimo nivel de popularidad que carga por mucho tiempo. Aún más que
eso, el partido que en algún momento representaba (con sus límites) la
defensa de los derechos laborales, el apoyo a políticas públicas de
inclusión social y las reformas que buscaban manejar o controlar el
capital financiero para evitar abuso, no es el mismo. El partido
Demócrata ha venido cambiando lentamente durante los últimos 40 años en
los cuales ha optado por apoyar la globalización y el neoliberalismo,
defender el poder concentrado del capital financiero y los bancos y
administrar la crisis en vez de ofrecer propuestas para salir de ella.
Se ha definido entonces por su discurso sobre la diversidad, promoviendo
el acceso de minorías a la meritocracia, buscando reformas que permitan
la incorporación de ellos/ellas al sistema Capitalista. La diversidad y
las políticas que buscan hacer frente a la desigualdad en base a raza,
género y etnia son importantes y necesarias. Sin embargo esta postura
también busca evitar entrar en discusión sobre la creciente desigualdad
de clase que cada vez es más aguda e innegable. Bernie Sanders contó con
apoyo popular precisamente porque dialogaba sobre el problema explosivo
de la desigualdad social. Aun con Obama como Presidente, la riqueza de
los mega ricos ha aumentado y la pobreza solo crece. Clinton, como
defensora del statu quo y de las elites que se han beneficiado de este
orden, evitó hasta verse obligada a hacerlo, a tocar este tema. Sin
embargo, Trump, aunque con un discurso a base de mentiras y fundado en
odio, si tocó el tema de la desigualdad.
5. La ausencia de una Izquierda
La
izquierda de los Estados Unidos aun no construye un proyecto que, a la
vez que reúna a la clase trabajadora, ofrezca propuestas para salir de
la crisis. Junto con el partido Demócrata, muchas figuras y espacios de
organización de la Izquierda se han enfocado en el tema de la diversidad
y el acceso a oportunidad para mujeres, Afro-descendientes y otros
grupos minoritarios. Es sumamente problemático que existe dentro de la
misma izquierda un rechazo y odio en contra de la clase trabajadora de
raza Anglo-Sajona. Esta división es histórica y tiene mucho que ver con
la manera como el pobre de raza Anglo ha sido manipulado con discurso
racista, para mantener una sociedad de clases. Durante el movimiento por
los Derechos Civiles, especialmente, se fomentó un odio por todo lo que
no es Anglo y esto ha servido hasta el día de hoy para dividir a la
clase trabajadora. Desafortunadamente, inclusive la Izquierda en muchos
casos no ha tenido la capacidad de ver que el enemigo no es el
trabajador en condiciones de pobreza, sino la desigualdad real que el
sistema ha creado y los intereses políticos que buscan manipularlo. Se
ve en esta elección, también, una aguda división entre las ciudades de
las costas Este y Oeste y el interior del país. Esta división regional
no es solo de raza (siendo que las ciudades tienden a contar con más
diversidad por raza y etnia) sino de clase. La gran concentración de
pobreza existe en estas comunidades del interior, que no se ven
representadas por una Izquierda que, salvo algunas excepciones, no ha
buscado dialogar con ellas.
6. Medios de comunicación
Los
medios de comunicación, bajo el control casi total de las elites que
han creado la desigualdad que azota el país, tienen poco vínculo con la
realidad. A través de los años, con algunas excepciones, se han negado a
reportar sobre la condición económica que se vive en Estados Unidos,
repitiendo más bien la ideología del gran capital. Para esto, se ha
aferrado en culpar a los pobres de raza Anglo por sus posturas
“nacionalistas”, “atrasadas” y “racistas” por los problemas que el país
ha enfrentado. Esta dinámica se dio también en el Reino Unido también
durante el llamado “Brexit”. También, los mismos medios contribuyeron a
que Trump no se tomara en serio como candidato lo cual le permitió de
cierta manera sorprender al país con los resultados de esta semana.
Sin
duda alguna la elección de Donald Trump para Presidente de los Estados
Unidos es motivo de rabia y desilusión entre muchos. Aquellos que somos
inmigrantes sentimos que se viene un periodo largo de inseguridad; no
sabemos qué podemos esperar de un nuevo presidente que nos hizo ver como
responsables de muchos de los problemas por los que pasa el país, que
promovió el odio en contra de nuestras comunidades que sin embargo
también fueron afectadas por las políticas que realmente crearon los
problemas que se viven el día de hoy.
Pero
tenemos un papel histórico y un llamado a enfrentar esta crisis no con
miedo sino con propuestas y con unidad. Un proceso de auto-critica es
necesario y debemos evaluar si responder a odio con más odio nos ayuda
en algo. Podemos continuar cayendo en la división histórica de la clase
que este país ha usado para gobernar o podemos tomar este momento para
cambiar de camino, estimular la unidad y responder al odio que nace de
la desesperación, con verdadera solidaridad de clase.
Stephanie Weatherbee Brito es
mexicana, radicada en EUA, militante del Movimiento Sindical en
California y participa de la Articulación de los Movimientos Sociales
hacia el ALBA.
http://www.alainet.org/es/articulo/181634

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