Beba, compañera, gracias. Has representado dignamente al pueblo riojano y a los intereses históricos de nuestra querida provincia. Sé del valor inmenso de tu decisión, pues has tenido que resistir entera y firme, al asedio de una enorme presión.
Es cierto, un puñado de voluntades también te acompañaba y alentaba de las maneras mas insólitas y creativas.
Fué muy lindo, en la Plaza 25, ver representada la Patria, que también y más es Matria, por el colectivo Resistiendo con Aguante, que te hacía, a vos y a Tere Luna, el aguante y la fuerza.
Mientras, en ese lugar, recibíamos el apoyo de algunos, la indiferencia de muchos y la oposición llena de bronca y de odio, lamentablemente, de unos cuantos; fué que como un relámpago, pasaron por mi conciencia, aquellos años hermosos y dramáticos de nuestra adolescencia y juventud, compartidos también con tu esposo José, Alberto, Lila, Viviana, Anita, Lucho, Inés y tantas otras y otros. Recordar las jornadas de búsqueda y planteos en la Casa de La Cultura, en el salón del Centro Vecinal, preparando pesebres vivientes, llenos de contenido social y politico, para compatirlo en el Barrio Jardín o en algun puestito de la Ruta 5.
Sentir la profunda mirada y aporte sabio de la Hna. Mariángeles, Ana María, el Padre Esteban o Antonito Gill, el laburo popular "metiéndose en el barro" de Mari Carmen o la Epi, en esa motocarga testiga de tanto compromiso y utopías, nacidas al calor de la querida capilla de Fátima.
En la vieja galería o en el sombreado parrón, cuantas veces escuchamos y admiramos, la entrega generosa por los pobres y su liberación integral, de los changos del movimiento rural, Carlos y Rafa, que nos "abrían la cabeza" para gastar la fe en algo que valga la pena. Avalados por la tremenda humanidad de ese profeta incómodo y valiente, el querido "Monse" como le decías vos, Angelelli pastor de "tierra adentro".
Aquella noche de tu discurso, en el historico debate del senado, sentí que Angelelli gozaba de esa siembra, con una sonrisa grande, y te guiñaba el ojo de complicidad sana y constructiva, y de aprobación.
Me acordé,de ese otro discurso tuyo, con solo 15 años, delante del féretro de Angelelli y ante la tristeza y lágrimas contenidas de muchos y la mirada agria y cínica de otros, que habian planeado su asesinato.
Y fuiste vos, que sacaste la furia y el cariño y la hiciste palabra que nos representaba a los que masticábamos indignación.
Fué la misma palabra, digna y jugada, del miércoles por la noche. Sin estridencias, con la contundencia de tu historia, de mi historia, de nuestra historia, hecha de derrotas y victorias. De aciertos y equivocaciones. De luchas, discusiones y de abrazos, ojalá que jamás de indignidad.
Tú, con Tere, nos escribieron un gran texto de dignidad que nos emociona hasta las lágrimas y hasta el abrazo.
Gracias.
Délfor "Pocho" Brizuela
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