Comunicado de prensa 54/16
CIDH condena asesinato de defensores de derechos humanos en Brasil
27 de abril de 2016
Washington,
D.C. - La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condena
enérgicamente el asesinato de por lo menos seis defensores de derechos
humanos en Brasil en lo que va de 2016, así como también la creciente y
generalizada situación de hostigamiento, intimidación, y amenazas contra
defensores, particularmente aquellos que defienden los derechos
relacionados con la tierra, el trabajo y los pueblos indígenas.
Según información recibida por la CIDH, entre enero y febrero de 2016,
por lo menos seis defensores de derechos humanos habían sido asesinados
en tres estados de Brasil. Tres de dichos homicidios ocurrieron en el
estado de Rondônia, dos en el estado de Maranhão, y uno en el estado de
Alagoas. Los defensores asesinados fueron Enilson Ribeiro dos Santos y
Valdiro Chagas de Moura de la Liga de Campesinos Pobres (LCP), y
Edmilson Alves da Silva, Presidente de Asentamiento Hermana Daniela
líder del Movimiento Sin Tierra (MST). La información disponible indica
que estas personas estaban involucradas en la defensa y promoción de
derechos territoriales y representaban agricultores o campesinos sin
tierra dentro de un contexto de reforma agraria y fuertes tensiones con
los terratenientes de estas zonas. Dos de los defensores asesinados,
Ronni dos Santos Miranda y Francisca das Chagas Silva, eran líderes del
Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras Rurales (STTR). Otro de los
defensores a asesinados fue Nilce de Souza Magalhares, líder del
Movimiento de Afectados por Represas (MAB por sus siglas en portugués),
quien denunció el impacto socio-económico de la planta hidroeléctrica
Jirau en comunidades locales.
A lo largo de este último año, la Comisión ha observado la
intensificación de movimientos sociales demandando que se mantenga el
estado de derecho en Brasil y que se sostengan derechos constitucionales
y políticas públicas efectivas, dado que estas políticas buscan abordar
situaciones estructurales tales como la reforma agraria, el acceso a la
salud y a la educación. Al mismo tiempo, la Comisión ha observado un
incremento en actos de violencia, represión y criminalización de dichos
movimientos sociales. Por ejemplo, de acuerdo con los datos recibidos
por la Comisión, otorgados por organizaciones de derechos humanos, en
2015 hubo 50 asesinatos en Brasil por el conflicto agrario, y de ellos,
20 ocurrieron en el estado de Rondônia. Asimismo, la Comisión está al
tanto de la muerte de al menos dos líderes políticos en lo que va del
2016, incluyendo la de Luiz Antonio Bonfim, líder del Partido Comunista
de Brasil, quien estaba involucrado en el movimiento de agricultores sin
tierra en estado de Pará; y la de Ivanildo Francisco da Silva,
presidente del Partido de los Trabajadores, así como también de la
muerte de dos miembros del Movimiento Sin Tierra (MST) el 7 de abril de
2016 después de una emboscada policial a un asentamiento del MST en el
estado de Pará.
La Comisión Interamericana recuerda que el Estado está obligado a
investigar por iniciativa propia eventos de esta naturaleza y a
sancionar tanto a autores materiales e intelectuales. En relación a los
defensores asesinados, estas investigaciones deben incluir el desarrollo
de líneas de investigación bajo la hipótesis que estos asesinatos
pudieran haber sido cometidos debido a su trabajo como defensores de
derechos humanos. Adicionalmente, dichas investigaciones deben ser
exhaustivas, serias e imparciales, y tomadas con debida diligencia.
Asimismo, la CIDH urge al Estado a tomar inmediatamente todos los pasos
necesarios para garantizar el derecho a la vida, integridad y seguridad
de defensores de derechos humanos dentro de su territorio. Además, urge
al Estado de Brasil a adoptar medidas para proteger la vida y la
integridad de líderes indígenas y defensores de derechos humanos de
manera que se respete su identidad cultural, perspectiva y concepción de
derechos humanos.
La Comisión también reitera que actos de violencia y otros ataques
contra defensores de derechos humanos no sólo afectan las garantías de
todo ser humano pero socavan el papel fundamental que éstos juegan en la
sociedad. Estos actos también afectan a las personas para quienes ellos
trabajan, contribuyendo a la vulnerabilidad e indefensa de todos
aquellos cuyos derechos defienden. El trabajo de defensores de derechos
humanos es crucial para la construcción de una sociedad democrática y
para la consolidación del estado de derecho.
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los
Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión
Interamericana tiene el mandato de promover la observancia de los
derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA
en la materia. La CIDH está integrada por siete miembros independientes
que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y
no representan sus países de origen o residencia.
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