El antecedente en la gestión porteña del ministro Bullrich
El convenio de cooperación con la
Casa Ana Frank suscripto en Amsterdam por el ministro Esteban Bullrich,
que pasará a la historia por su reflexión sobre la responsabilidad de
“una dirigencia que no fue capaz de unir” para explicar el genocidio
nazi, tuvo en 2010 un primer antecedente que dejó en claro el nivel de
compromiso del funcionario con la historia de la adolescente que
simboliza a las víctimas del nazismo. Poco después de asumir en la
cartera de Educación del gobierno porteño que encabezaba Mauricio Macri,
Bullrich introdujo cambios en el programa “3 x 1. Leer para crecer”,
que el año anterior había permitido entregar a cada alumno de primer año
un ejemplar de El Diario de Ana Frank. La consecuencia fue que tres o
cuatro ediciones del Diario pasaron a engrosar las bibliotecas de cada
colegio, ya no de cada estudiante. El mismo año, el gobierno de Macri
declaró “no interesante” un proyecto elaborado por el Centro Ana Frank
de Buenos Aires destinado a difundir la historia del Holocausto, la
última dictadura en la Argentina y las violaciones de derechos humanos
del presente. “Un funcionario del Gobierno de la Ciudad nos dijo que si
poníamos veinte lucas conseguíamos la aprobación. Pero no creemos que
sea por eso sino más bien por una cuestión ideológica”, reflexionó
entonces ante PáginaI12 el director del Centro, Héctor Shalom, que el
lunes pasado fue testigo de la reflexión del ministro.
“Es
un símbolo muy importante, especialmente trabajando en Educación. Ella
tenía sueños, sabía lo que quería, escribía sobre lo que quería y esos
sueños quedaron truncos en gran parte por una dirigencia que no fue
capaz de unir y llevar paz a un mundo que promovía la intolerancia”, fue
la frase del ministro de Cambiemos para referirse a Hitler y demás
responsables del genocidio de seis millones de judíos. En enero de 2010,
Bullrich asumió como tercer ministro de Educación de Macri en reemplazo
de Mariano Narodowski, que había firmado con el Centro un convenio para
distribuir El Diario a cada alumno de primer año. Tres meses después
dio directivas a la coordinación pedagógica para que proponga una grilla
de libros a comprar. Fue entonces cuando este diario advirtió sobre los
cambios en el programa “3 x 1. Leer para crecer”, que había permitido
distribuir tres libros a cada alumno desde nivel inicial hasta quinto
año de escuelas públicas. “Decidimos integrar a las escuelas de gestión
social y a las privadas con cuota cero. Con el mismo presupuesto vamos a
llegar a más chicos”, dijo entonces la directora de Planeamiento
Educativo, Mercedes Miguel, para explicar el nuevo programa “2 x 1”. “La
experiencia del año pasado fue excelente, no estaba previsto que fuera
sólo un año”, lamentó Shalom. La alternativa que se eligió fue la
entrega de El Diario… ya no a los alumnos sino a las bibliotecas de cada
escuela.
También en 2010, el gobierno de Macri rechazó un proyecto
del Centro con el argumento de que su contenido “no resulta innovador”
ni era “novedoso en producción artística”. “Ahora resulta que el Centro
Ana Frank, que recibe a más de 400 alumnos y docentes por semana, que es
el museo más visitado por adolescentes de la ciudad, no es de interés
cultural”, lamentó Shalom a este diario. El director del Centro le
manifestó a Macri y a su ministro de Cultura, Hernán Lombardi, su
“enorme preocupación” por la decisión, y planteó un interrogante:
“¿Habrán rechazado los proyectos del Centro Ana Frank por motivos
ideológicos?”.
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