Domingo, 16 de julio.-
“Desde este lugar de la Provincia que padece el cierre de sus fábricas y
se resiste a ser ignorada y sometida a la indiferencia de empresarios y
funcionarios, pedimos que se busquen aquellas soluciones urgentes que
reviertan un proceso que lleva a la muerte de nuestras comunidades”,
expresó el obispo de La Rioja Marcelo Colombo, en el oficio religioso en
memoria de los Mártires de Chamical, Murias y Longueville, asesinados
por la dictadura genocida.
El obispo brindó su opinión sobre la situación actual de los trabajadores riojanos en la homilía que brindó en el paraje Bajo de Lucas, en la Ermita de los Mártires.
En su homilía el Monseñor Marcelo Colombo indicó que “nos convocamos en este lugar sagrado para rezar y celebrar que la vida es más fuerte que la muerte y el pecado, que la experiencia de ser pueblo de Dios en camino es superior a toda forma de individualismo y de egoísmo personal, los mártires expresan esa vida y esa experiencia convocándonos a un seguimiento fiel de Jesús”.
El obispo brindó su opinión sobre la situación actual de los trabajadores riojanos. “Desde este lugar de la Provincia que padece el cierre de sus fábricas y se resiste a ser ignorada y sometida a la indiferencia de empresarios y funcionarios, pedimos que se busquen aquellas soluciones urgentes que reviertan un proceso que lleva a la muerte de nuestras comunidades”, expresó.
Asimismo consideró que “antes de ordenar la represión a una protesta laboral se debieron prever las consecuencias de medidas económicas que dejan sin futuro a familias enteras y evitar la violencia de los slogans que auguran una recuperación que no llega, ni llegará, si se deja afuera a la gente”.
“Además de nuestro compromiso cristiano en la vida personal y familiar, en la Provincia nos toca seguir trabajando fuerte para cuidar la institucionalidad a través de la participación social y política, la fragilidad de la respuesta, sea de los gobernantes o de los ciudadanos, debilita a la comunidad y nos condena al fracaso”, señaló monseñor.
Y finalizó diciendo que “en una institucionalidad fuerte al servicio de la vida social se respeta la división de poderes y se cuidan responsablemente los bienes confiados a la gestión ordenada y transparente de los gobernantes; Dios nos conceda un corazón lleno de su amor que no se deje enfriar por la indiferencia ni por la falta de compromiso por el bien común, pidamos por las familias de Chamical que perdieron sus fuentes de trabajo, por aquellos que viven en la incertidumbre de sus planes y programas sociales y por los jóvenes”.
El obispo brindó su opinión sobre la situación actual de los trabajadores riojanos en la homilía que brindó en el paraje Bajo de Lucas, en la Ermita de los Mártires.
En su homilía el Monseñor Marcelo Colombo indicó que “nos convocamos en este lugar sagrado para rezar y celebrar que la vida es más fuerte que la muerte y el pecado, que la experiencia de ser pueblo de Dios en camino es superior a toda forma de individualismo y de egoísmo personal, los mártires expresan esa vida y esa experiencia convocándonos a un seguimiento fiel de Jesús”.
El obispo brindó su opinión sobre la situación actual de los trabajadores riojanos. “Desde este lugar de la Provincia que padece el cierre de sus fábricas y se resiste a ser ignorada y sometida a la indiferencia de empresarios y funcionarios, pedimos que se busquen aquellas soluciones urgentes que reviertan un proceso que lleva a la muerte de nuestras comunidades”, expresó.
Asimismo consideró que “antes de ordenar la represión a una protesta laboral se debieron prever las consecuencias de medidas económicas que dejan sin futuro a familias enteras y evitar la violencia de los slogans que auguran una recuperación que no llega, ni llegará, si se deja afuera a la gente”.
“Además de nuestro compromiso cristiano en la vida personal y familiar, en la Provincia nos toca seguir trabajando fuerte para cuidar la institucionalidad a través de la participación social y política, la fragilidad de la respuesta, sea de los gobernantes o de los ciudadanos, debilita a la comunidad y nos condena al fracaso”, señaló monseñor.
Y finalizó diciendo que “en una institucionalidad fuerte al servicio de la vida social se respeta la división de poderes y se cuidan responsablemente los bienes confiados a la gestión ordenada y transparente de los gobernantes; Dios nos conceda un corazón lleno de su amor que no se deje enfriar por la indiferencia ni por la falta de compromiso por el bien común, pidamos por las familias de Chamical que perdieron sus fuentes de trabajo, por aquellos que viven en la incertidumbre de sus planes y programas sociales y por los jóvenes”.
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